Está en la página 1de 161
CARLOS MARTINEZ Introduccion a la Suicidologia Teorta, investigacion e intervenciones Con la colaboracién de: Déborah Altieri (Argentina) Guillermo Pérez Algorta (Uruguay; Marta Cecilia Palacio Arteaga (Colombia) Lugar Editorial Marti net, Carlos Inuroduceién a la Suicidologia + t jatervenciones. - 10 ed, - Buenos Aires : Lugar 176 p. 23x16 cm. jnvestigacin © | i orial, 2607. ISEN 978-950-892. 1, Suicidi: CDD 362.28 . Tula | | - | \ | | \ | Motive de tapa: Sin titulo. Ana Wahren, 1999- juedn prohitida la reproduceién total o parcial de este ‘ada y por cualquier medio o procedimienta, sea me! “pocopia, sin autorizacién de los editores, y? Lager Eetiorial ravero Barros 1754 (C123748N) Buenos A’ Argentina: ax: (5-11) ABZE-SATA E (54-11) 4924-1555 ‘Pinal: ligated @elshio.net / mufo@lugereditorial.com.ar yaw fugareditorial.com.ar a hteda hect ‘el depésito que marca la ley 1L723 Imnpreso en la Argentina ~ Printed in Argentina e te CAPITULO! y La suicidolo; L1. Qué es fa Suicidoiogta 1.2. Definiciones de suicidic . 1.3. La posvencidn. 1.4, La antinomia construce! Snide 1.5. La ubicacién de la Suicideiogfa en e! marco de ! CAPITULO 2 — 2 de riesgo y potencic! suicida.. ucionales: vy potlacional % e 2. Una experiencia institucional: ef CAS de Cordoba 2.2.3. Estudio comparativo sabre adolescentes en riesgo... 2.2.4. Una intervencién poblacional en lg Provineia de Santa Fe 2.3, La evaluacién en atencion primaria de la salud seguin sugerencias de la OMS atuacién en, CONeXto escolar. . luacién en el tratamicato médico, segin sugorencias de la OMS 5.1. Manajo de pacia FOSVENUVAS ... ama Multisectorial de V. iado Alcance (PM vel I: Profesionales de la salud. 3.2.1.3, Nivel.ll: Agentes sanitarios a6 3.2.1.4. Nivel IV: Operadores telefénicos 64 3.2.1.5, Nivel V; Relevamiento epidemioldgico seguimiento del Programa. 65 3.2.2. Programa Escolar de Identificacién, Monitoreo yAtencisn del Riesgo Suicida (PEIMARS) ... 3.3. Los dispositivos telefonicos de asistencia al suicida. 3.4, Aportes para la elaboracion de un Programa Nacional de Prevencidn del Suicidio ... 1 68, 3.4.1. Concepto del problema 3.4.2. Objetivos para la prevencién .. 3.4.3. Plazos y cronogramas 3.4.4. Acciones especificas .. 3.4.4.1, Capacitacién y formacion de los efectores 3.4.4.2. Intervenciones locales, poblacionales © comunitarias.......+ 3.4.4.3. Regulaci6n legal y ética de las intervenciones. CAPITULO 4 , 1a estructura del discurso suicida El edlculo que soporta la comunicacién de Io insoportable .. 4.1. Introduccién 4.2. Método... 4.2.1. Construccién de categorias 4.3. Resultados... “ 4.3.1. Resultados I: Representaciones calculadas .. 4.3.1.1. El uso de los verbos en el Grupo Sostén .. 4.3.1.3, Uso de adjetivos y pronombres en el Grupo Sostén.... 4.3.1.4. Un ejemplo de ubicacién contextual, ” Resultados tl: Nodes de la red neuronal $8. DISCUSION .osanenseee CAPITULO 5 Autopsia psicoldgica y prevencién del suicidio «.. 5.1. Contextos y definiciones .. sates 5.2, Modelos de autopsia y obtencién de informacién . 5.3. La entrevista forense en la AP: validez y confiabilidad 5.4. Posvencién = prevencisn ex post facto nomarel CAPITULO 6 Mortalidad por suicidios en Argentina Nivel, tendencia y diferenciales .. 6.1. Introduccion....... 6.2. Metodologia y calidad dela informaci n. Metodologia..... Calidad de la informacion. LL 153 Lid 16 6.3. Breve marco conceptual y contexto internacional ... oes eae 118 Qué se entiende por suicidi0? ...esse La mortalidad por suicidios a nivel mundial 6.4. Mortalidad por suicidios en Argentina .. 6.4.1. Defunciones por violencia. Evolucién y caracteristicas..... 6.4.2. Defunciones por suicidio. Evolucion y caracteristicas. 6.5, Tasas de mortalidad por suicidi assaveees 6.5.1. Tasas de mortalidad por suicidio, por sexo y edad . 6.5.2. Tasas de mortalidad por suicidio en la juventud 6.6. Diferencias provinciales : 6.6.1. Varones... 6.6.2. Mujeres 6.7. Conelusiones ..... CAPITULO 7 Hostigamiento escolar, ideacion e intentos suicidas.......... 7.1. Hostigamiento escolar: violencia a baje ruido 7.2. El hostigamiento escolar como fenémeno sistémico .. 7.3. Principales caracterfsticas de victimas y hostigador: 7.4. Bl hostigamiento escolar en el Urugua 7.8. Hostigamiento escolar y salud mental 7.6. Hostigamiiento escolar, ideacidn e intentos suicidas... 7.7, Sugerencias para la ACCION sateen 7.8, Adaptacién o creacidn de programas de prevenci6n e intervencion .. 7.9. En suma.. CAPITULO 8 Durkheim, el psicoandlisis y el suicidio. 8.1, El suicidio como “hecho social’ ... 8.2. Sigmund Freud y sus aportes ala comprens del acto suicida 8.3. Aproximaciones al concepto de acto en Jacques L Agradecimientos Toda produccién vital representa, de una u otra manera, una tarea con otras. Este libro entra en esa categoria. Quiero agradecer a todos aquellos que hicieron posible eta Intraduccidn @ la Suicidologia, entre ellos: A todas las personas que formaron parte de los distintos equipos de Ja Asociacion Argentina de Prevencién del Suicidio, a lo largo de estos * afios de existencia, y que, con su estudio y produccién profesional, han colaborado en la institucionalizacién de la disciplina suicidolégics Argentina. Especialmente a los dos vicepresidentes de la entidad que participaron como interlocutores creativos a lo largo de ese perioda: Miguel Lendoiro y Liliana Iglesias A los coordinadores de Grupos Sostén: Susana Ferrari, Ménica Cherem y Orlando del Gitidice, ya que con su labor y su registra hiciere posible la captura de material valioso para la novedosa investigacida discursiva de la que se da cuenta en este texto. Amis maestros: Martina Casulto y Ricardo Malfé, porque cada unc en su momento ha sabido imprimir una marca de inquietud y apertura, necesarias para mi aprendizaje y mi praxis. A Daniela Martinez -secretaria y asistenie-, por su dedicacién, esmero y acompafiamiento en la coordinacion de tareas, revision de originales y cuidado de detalles que posibilitaron esta realizaci Prélogo ‘ ¢ Al intentar comprendet el suicidio se toma conciencia de su enormy complejidad; no es una entidad psicopatoldgica, tampoco una mera reaccign a situaciones que generan malestar y angustia. Es un aconteci! miento vital en el que estén presentes componentes bioldgicos, psicolé, gicos, sociolégicos, culturales y filosdficos. En numerosos casos la deci- sin de quitarse la vida aparece como un comportamiento funcional, ex tanto pone fina situaciones de sufrimiento y tensién que se han conver tido en insoportables para la persona que las padece. : El tema central que se analiza en este texto tiene que ver con el heché psicobiolégico de mayor certeza en nuestra existencia: la muerte, inevi( table desde ese preciso momento en que iniciamos él proceso de estar vivos. Tal vez por su incuestionable certeza, por la imposibilidad de si negacién definitiva, ha sido poco estudiado por la Psicologia. C Desde una perspectiva humana cabe mencionar la muerte biolégica que culmina en el cadaver, !a psiquica (el psicético en los limites de sh autismo, la pérdida de la conciencia licida en la demencia senil) 0 Ie so¢ cial, expresada en la reclusidn carcelaria 0 psiquidtrica, Existen tam! muertes colectivas conio las guerras donde las personas no mueren sin > que “se les da la muerte o se dejan mori”, fe Nuestra sociedad occidental, aunque es mortal, rechaza el tema de % muerte. Nos enfrentamos con dos procesos frecuentes: la desocializa: cién de la muerte y su profesionalizacion y burocratizacidn. Se verifica’ tanto la falta de solidaridad y el abandono del moribundo como haber Ja convertido en algo que incurmbe 4 profesionales especializados, en wi problema de gestién. El hombre urbano modemo nace y muezé en uni institucién hospitalaria; ve la muerte como algo escandaloso y pone sus esperanzas en los progresos cientificos que, algun dia, acabaran defini* tivamente con ella. Misién imposible. { Eltexto que presenta Lugar Editorial brinda elementos de interés pay ta quienes se interesan en comprender, analizar y prevenir comporta* mientos suicidas: ir en busca de la muerte propia. Es un aporte valios! que revela el esfuerzo de un grupo de profesionales dedicados a! esiudig de esta problematica. ' ( Dra. Marfa Martina Casuily Investigadora Principal. CONICET ¢ ( ie Capitulo 1 La Suicidclogfa y el acto suicida Laisuicidologia y el acto suicida tienen una relacién indisoluble Hey nada permite pensar que esa correspondencia sea biunivoca, es de asi como para el protagonista del acto suicida generalmente 10 relevante que algiin saber descifre su acto, para el suiciddlogo, aun el mas entrenado, no existen prescripciones eficaces per se para ci abordaje de este evento en cualquiera de sus etapas. Esto nos conduce a que la correspondencia entre la Suicidelogia y ¢! acto suicida hay que construirla. En la articulacién de recursos para la construccién de esa correspondencia se funda la calidad de respues*s da las instituciones del conocimiento para con el sufrimiento humas: qe da origen al proceso autodestructivo. Entonces quizds se pueda afirmar que actualmente no estan en ia Suicidologia todas las respuestas posibles af acto suicida, pero sf una voluntad cognoscitiva que permite, cada vez més, recorrer territorios aledaiios en la btisqueda de enclaves epistemol6gicos significatives para hacer Ja vida mas tolerable y por lo tanto disfrutable, sostenible. Ota hipdtesis que permite construir este planteo es que esta disciplina, en su perspectiva positiva, tiene como objeto la vida y lo atendiendo al impacto que tiene en ese devenir la emergencia de 10 destructivo como usina generadora del padecer humano. Si el problema entences esta en el desfallecer, Jos fallecimientos evitables que esta problematica provoca denuncian el compromise pendiente del conocimiento para con una ciencia de la vida que sea aceptable para el alma humana, la psique. 1.1. Qué es la Suicidologfa La Suicidologfa es una disciplina que tiene entre sus principales sistematizadores, en la década del ‘70 en EE.UU., a Shneidman y Farberow. Actualmente hay trabajos de investigacién conocidos co's distintos aspectos de la problematica en casi todo el mundo occiuenta! to CaRios Manrixes Es importante preguntarse por qué en nuestro pais -y harfa extensi- va fa pregunta a toda Latinoamérica-, este planteo sobre una probleria- ca en crecimiento a nivel mundial no ha tenido avin desairollos acadé- micos que favorecieran su investigacion y desarrello, El padre de la Suicidologia, Edwin Shneidman, ¢ ue “la Suici- dologia pertenece a la Psicologia’. Esto es, Suicidologia es la ciencia refe- rida alos comportamientos, pensamientos y sentimientos autedestrue- tives; asf como de la mis anera, la Psicologfa es la cienc! la mente y sus procesos, senUmiantss, desens, ete. (1935) “Sin Lugar a dudas, ‘Suicidologia’ suena extrano para muchos, pero sin duclas asi sucedié también con la ‘Psicologia’ y la ‘Psiquiatr‘a’ on un wcipio” (Niaris, Berman, Sijverman y col, 2000). podria hablar propiumente de e i en una disciplina tan nueva, si se puede decir que hay distintas mira- das a une y otro lado del Océano acerca de dénde enfocar la observecion 2acion Ge los comportamientos, para precisar jas intervenciones eficaces que tran consolidando el conocimiesto suicidoldgico. un iado, para ia escuela norteamericana, conformada por un gru- po de auiures vinculades a la American Association of Suicidology, la Suicidologia incliye no solamente suicidios consumados e intenios suici- das, sino tambign comportamientas autodestructivos, gestos e ideacién Suiticle y parasuicidios (Kreitnian, 1877), haciendo especial énfasis en el rancias. En cambio, para el Centre for Suicide Research, de ta Universidad de Oxford, la atencién se centra mds en autolesiones deliberadas, atttomiti laciones y un conjunto de comportamientos y actitudes autodestrit relacionadas (Maris, 1992). Cura posicidn singutar en Europa es le rolinska Institutet, de Estocolmo, quien, ademas de incluir ambas p¢ tures anteriores, sostiene que en los estudios de prevencién del suiviclio es vita ei conociniento de las caracteristicas personales y profesionates de Jas peisonas que realizan las intervenciones 0 que aplican el tratamiento (2004), Dentro de ta bibliografia internacional consultada, esta ultima es una de tas pocas referencias halladas que dan cuenta de lo que aquif lama- mos an““isis o estudios de implicacion, en el marco de la intervencién suicido}6gica, Resulta mas relevante si se tiene em cuenta que dicha au- tora dirige ei } val and Stockholm County Center and WHO Lead Collaboration Cenier for Prevention of Mental Problems and Sui de), ubicado en la Divisin Stress, Salud Mental y Suicidio del D mento de Ciencias de la Salud Publica del mencionado Instituto. tc Danuta W rman, del Intracheecion a to wiclologta En esta muestra, tan pequeiia como relevante, ya se empieze a vis- lumbrar como el enirecruzamiento entre marcos disciplinarios, insti cionales y geog~4ficos va dando cuenta de i: multifactorialidad del ct; to de estudio. Es tan pertinente el recorrido de este campo desde ' clinica, como desde ta Said Paibiica, como desde una Asociac’ cada al estudio de la problematica. $i bien unos y tres van he iasis en diversas aristas del nudo epistemolégico, na ar incide: ales (Putz, 2004 3 able y verificable del tema, dos colneiden es cr el abordaje mens cir que ia Suicidulogfa plantea el estudis cientifico del acto suicida sus factore y dependientes. £. referente latinoamericano a nivel tolote, manities:a que la Suicidologia esta tan intrinse por los factores sccioculturales, que cada lugar ¢ y programas de prevenci pautas culturales inte: frustracién (2004) En ja Asociaelén Argentina de Prevencién del Suicicio, a par ctica cotidiana y ia experiencia a través d idologia como ia articulacion interdisciplinaria cuyo ot renta de jos factores 05, psicoldgices, éticos, sociaies ¥ les que van construyendo !a disposicion suicida en sus diferet: dos; orientad: dial en este tema, jos: edesar n del suicidio de acuerdo al momento y ates si no se quiere a elas alos, hemos ce? su entorne signi Esta toma de pes.ciéa de compromiso, resufta sumiam! tante a la hore de pensar en ta implicacién de aquellos qu na Suicidologia que se centra en ja cal s6lo trabaja pare evitar la rnusite. Una disciplina ori ; los factores protectores apropiades para una comunidad en mente particular y no slo 9 detectar factores de riesgo, pron larea saluigénica y pre’ , antes de dar lugar a los dispos ventivos y asistenciales. Es imprescindibie, en este tema, tener una teorfa de las cri para se abordaje y resolucién, al mismo tiempo que es sumamente necesaria gue el profesional sepa instrumentar campatias de sensibilizaciéa co munitaria, evahiaciones pobiacionales cianes accesible Untos niveles de operaciores para que ésta sea una tarea que fo corr.aco meta permanentemente con lo vital, ahorze recursos pitblic rosguarde la salud psico-fisice de quienes interviene 18 ‘Cantos Magrintz Desde lo epistemolégico, una suicidologia que se nutre de la Psicolo- gfa dela Salud ensancha el horizonte de comprensién de los fendmenos, enriquece la calidad de las intervenciones de sus operadores y transfor- ma a la comunidad en participe de la construccién del entramade social dela salud, erosionando la premisa generalizada de que “de esto no se habla’, 1.2. Definiciones de suicidio Como ya se ha visto, la definicién de este objeto de estudio implica un posicionamiento subjetivo, epistemoldgico, ideoldgico e institucio- nal -entre otros~ dé quien lo define, que a su vez esta determinado por coordenadas sociogeograficas y temporales. En este punto se va a seguir la enumeracién de Rocamora Bonilla (1992), teniendo en cuenta lo exhaustivo y ordenado de su inventario: * Se Hama suicidio toda muerte que resulta, mediata o inmediata- mente, de un acto positivo 0 negativo, realizado por la victima mis- ma, sabienclo que debia producir ese resultado (Durkheim, 1897). + Suicidio significa el acto fatal ¢ intento de suicidio el acto no fatal de autoperjuicio, llevaclo a cabo con consciente intento autodestructi- vo, no obstante vago y ambiguo (Stengel, 1965) + Enun sentido amplio, la vivencia suicida es una conducta con ma- tices muy diversos “de interés psicosociolégico” (Giner et al., 1972) que sin producir la muerte puede marcar el posterior desarrollo de Ia existencia de la persona * Elsuicidio es toda conducta que busca y encuentra ta solucién de un problema existencial en el hecho de atentar contra la vida del suje- ro (Baechler, 19 © Todo acto por el que un inclividuo se causa a st mismo una Tesidn, o undano, con un grado variable de ta intencién de mortr, cualquiera sea el grade de intencién letal o de conocimiento del verdadero i6- vil (OMS, 1976). + Laconducta suicida es toda conducta humana impregnetcta de fan- tastas, deseos e ideas de muerte (Rocamora Bonilta, 1992). En la Asociaci6n Argentina de Prevencién del Suicidie, como produc- to de la reflexion critica acerca de la tarea del equipo asistencial, se legs ala siguiente definicién: Introduecién a ta Suicidologia 19 * Elsuicidio es un proceso complejo multideterminado. Una manera de vivir que va construyendo un enigma mortal, por condensacior, sobre un marco representacional existente. Un proceso que va mds alld del acto, rompiendo ta concepcién del hecho consumadco (APS, 2003). La definicién del objeto de estudio va a orientar el accionar del ope: rador, sea éste clinico, investigador, sanitarista, jurista, educador o tra bajadpr social, y como se verd en este texto, es allf donde se determinan los bordes y propésitos de la intervencidn. Sila definicién de suicidio es fundante det accionar suicidolagico, en este recorrido representativo de definiciones nos encontramos con una serie de preguntas que denoten que el concepto no es univoco, por ejemplo: — Que un acto sea calificado como suicidio, gdepende del nivei de conciencia e intencionalidad que tiene quien Io realiza? ~ jLos intentos suicidas, parasuicidios 0 suicidios frustrades son la misma cosa? Y de ser asi ;forman parte del problema “suicidio”, dei cual se ocupe la Suicidelogia? ~ jCuéles la relacidn existente -si es que la hay- entre los conceptos “suicidio” y “conducta autodestructiva’? — Sila conducta suicida va ineremnentando su riesgo de consima- cidn a medida que se van sucediendo eventos autodestructivo: no atendidos 0 mal abordados, jes prevenible? Todas las manifesta- ciones previas a la consumaci6n deben ser consideradas conduc: tas suicidas? ~ Elsuicidio jes un problema o una solucin? Existen algunos planteos cientificos y especulativos que pueder dando respuesta a algunas de estas cuestiones. El aspecto referido a la conciencia e intencionalidad del acto suicida. avin se sigue discutiendg, y las respuestas varfan de acuerdo al marca cis ciplinario de abordaje. Mientras que las disciplinas centradas en la on ducta proponen el resultado del acto como criterio para su calificacion, la: vertientes mas influidas por el Psicoandlisis haran énfasis en la estructura inconsciente, mas all de toda intencionalidad, proponiendo el acting ou © pasaje al acto como modelo explicativo de la manifestacion de !a singu laridad. Este tema sera ampliamente analizado en el Capitulo 8 Con respecto a la relacidn entre acto e intento suicida existen diferen- tes respuestas, coincidentes todas en fa progresividad de Ia manifestacisn 20 Cantos Marnie? del proceso de exteriorizacién y comunicacion del acontecer sufriente de esa persona, Por ejemplo, Adam (1985) propene el concepto de “continzusm a destructivo” para dar cuenta de esta progresividac: ia prinsera etapa, connotada por lzs fantastas, la lama ideacién suicida. Las crisis suicidas serian ¢ n de un calculo de salida, mientras ia centativa de stici- dio constituye el aviso denunciante. El suicidio frustrado corresponderta a un periocio de prueba de ensiiyo-error y el suicidia consumacio repre- sentarfa la condensacidn del process. Se podria decir hoy que éste ya es un concepto consolidado den: la disciplina; entre otros mtiltiples autores lo toman Rocamora Bonilla (1992) y Di Lee '- 904). Previamente Pold:nger (1969), conceptualizando la tendencia suicida, habia propuesto tres fases: consideracidn, ambive- ia y decisic: tructiva es un concepto psicolégico provenientes de las corrientes psico- dindrsicas que, a su vez, permite s cl obstéculo proveniente di curestionamiento sebre la conciencia e intencionalidad «i acto, de la especialidad terapéutica en suicidio presién es de Ed- win Shneidman-, pero pertinente para tos intervinientes on este campo csciplinario, se podria definir el suicidio como ef prec sa sistémico de sintesis cle ia disposicién autodestructiva gre, mds alid del grado de conciencia de quien lo exterioriza, esté orientacio & com nicar le intencién de wie resolitcién al conflicto que le da origen, por s letales. i bien esta definicién intenta dar cuenta de las aspectos psicoidgicos de esta gestacién, quedan algunas cuestiones socioiégicas por abordar, come por ejemplo las que plantean Estruch y Cards. En este sentido, Durkheim ya habia plante: equivalencia de las consecuencias temporales del acto — mediatas~, como asf también que éste sea positive o negative. Bs decir que para este autor es tan suicidio matarse como dejarse morir. Pero en ej contexto sociolégico no parece ser ése e! principal obsté- culo, sino cierto reduecionismo que ie adjudican Estruch y Cards planteo del problema, a tal punte que, casi como respuesta a la obra £! Suicidio, de 1897, ellos titulan Los Suicictios en 1982. parece la pregunta tan critica como central: 3Es el euicidio un problema’; para quién? Luege de despejar los planteos epistemaldgicos, Introduceién a ta Suicidologta ai ia respuesta no se hace esperar. Para quien Jo intenta o consuma, ef cidio es buscado como una solucidn. Ei problema se constituye para quienes quedan vivos, en el sistema. En el sistema social. Abarcando en esia expresion tanto ¢| sistema familiar, el comunitario, el institucional como él sistema social en general Partiendo del concepto socioldgico de desviacisn social, y ante e planteo del suiciclio como concucta aberzante, hay varios puntos a con- siderar. Los critevios de norma y desviacién estan sujevos a las variasles de tiempo y lugar, es decir que su conceptualizacisn no es universal ni permarfente. Con lo cual los berdes de la normatidad son difusos, no s6- lo entre sociedades sine también dentro de una misma sociedad. o 4 hace que un stticidio sea mas anormal o aberrante, con su consecuente culpabilizacidn, cuanto menos frecuente sea en esa zona, en ese mento. Estruch y Cards (1982) lo formulan de la siguiente manera: o! giado de culpabilizacién del comportamiento suicida es inversamente proporcional al ntimero de suicidios. Si bien el fenémeno de naturalizacién produce un priteer moments de aceptacién o indiferencia social, llega un punto de saturacién de~ ue diversos actores sociales, pot jo general organizaciones no gubernat. 25- tales y medios de comunicacin, tomar el rol de sensibilizadores po. i- bilitando alg‘in nivel de respuesta al problema, por fuera de fa ¢ tizacion y En la $ son més atendibles por sistema cua tituciones de la sociedsd, tanto sea por ia cantidad de eventos como por la relevancia piblica de quien leva a cabo el acto suicida, Este aspecto se desarrollai haustivamente en ios capituios posteric:, eungue quedaré par refiexién més profinda les niveles de correspondencia y de en esta materia, entre los sistemas intrapsiquico y social sterace: sn, 1.3. La posvencion osvencién es un concepto de la Suicidclogia que se car las intervenciones posteriores a un evento autcdestructive, también lamadas post-intervenciones (Moron, 1992). Cierto es que existen por doquier distintos tipos de efectivas, algunas mas eficaces, otras menos, que no estén veliciadas on el saber profesional acaciémico; més aun si tenemos en cuenia que ne es @ una discipiina aberdada y estudiada en los contextos unive tinos en particular y latina: NOS ER gel ayal (& heeds de GGe eral, a pesar de Gui oe ° Cantos Martinez existe la previsién de que habré un millén y medio de suicidios anueles en el mundo para el aio 2020 (OMS, 2003). Un aspecto importante de la prevencidn consiste primero en poder definir epidemiologicamente el riesgo, es decir conocer ei problema en su magnitud, composicién y configuracién; luego, en recolectar esos sa- beres dispersos en la comunidad, procesarlos, sistematizarlos y volver~ los a su fuente como saber dela comunidad vdlido para intervenciones anivel local Hasta aquf tenemos una contextuacién interdependiente que mues- tra la ecologia de un intercambio de conocimiento que llega tarde, te- niendo en cuenta la cantidad de afas potenciales de vida perdidos, con sui consecuente costo econdmico y en capital humano, sobre todo si se presta atencidn que las tasas mas altas de riesgo se dan entre los ado- lescentes. Una vez producido el evento autodestructivo se puede pensar la pos- vencidn como Ja intervencién orientada a brindar insumos pata afron- tar una pérdida inesperaca, tomando conciencia de la crisis, logrando un mejor reconocimiento de los sentimientos de pesar y tristeza, identi- ficando a los sujetos en riesgo y reduciendo los sentimientos de confu- sién y ansiedad (Casullo, Bonaldi y Fernandez Liporace, 2000). 1.4, La antinomia construccién/destrucci6n Es habitual pensar la construccién como el proceso opuesto ala des- truccién. Aplicando la categoria destruccion a la realidad intrapsiquica, podemos vincularla al constructo agresién, como referencia estructural, ya que el término violencia en la literatura cientifica queda circunserip- to a las conductas inadaptadas 0 delictivas (Folino y Escobar Cordoba, 2004). Un biologista como Hacker (1973) define la agresién como la dispo- sicidn y energfa inmanentes al ser humano que se expresan en formas individuales y colectivas de autoafirmacién, aprendidas y transmitidas socialmente, y que pueden jlegar a la crueldad. Sila destruccion es un proceso, como la construccién, y si ese proce- so, transmision o reincidencia se puede interrumpir en un momento da- do, eso quiere decir que hay matices, intensidades y aleances del des- pliegue de esa inmanencia. Entonces se puede hablar de la construccidn del proceso destructi- vo como la serie de ctisis 0 trénsitos progresivos que van mojonando un territoria que se va vulnerabilizando hasta su inconsistencia, cuya Intraduecién a ia Suieidologia cartografia muestra el avance del riesgo, permitiendo intervenciones calculadas que capitalicen aquellos enclaves aun no temados para sei utilizados en un nuevo proceso que se Hamara deconstrucctén En este sentido, la posvencién como deconstruccién del proceso des- tructivo eonsiste en la desarticulacidn y resguardo de las instancias mas enérgicas de esa disposicién en conflicto con otras instancias del con- texto, tanto interno como externo, para luego ser rearticuladas en un nuevo proceso constructivo Con otra direcciéa y otro sentido. Si esta dindmica se produce en un contexto clinico, tanto individual institutional, como social, los primeros enclaves a calcular son aquellos que se manifiestan en el sistema de creencias y en la economia distribu- tiva de roles, verdades y ocu!tamientos Por eso la tarea posventiva se lleva a cabo una vez desplegado el con- ilicto, y consiste en incluir creativamente, en la tarea de su resolucién, los articuladores necesarios para evitar que el mismo se reproduzca en términos idénticos. La posvencidn estarfa asegurada cuando la evaluacién del desarrollo de los indicadores anuncia que un nuevo conflicto tendré mayor com- plejidad y mejores vias de resolucién. De esta manera quedan de lado conceptos como la rehabilitacién en tanto recuperacién de recursos residuales, la practica profesional cen- trada en cierta moralidad cercana al dogmatismo (de cualquier signo), dando lugar a una previsibilidad calculable en el marco de una ligica que para desplegar toda su potencialidad requiere de parametros cien- tificos y éticos claros y rigurosos. Desde esta mirada, la intervencién deja de estar del lado de los efec- tos de una muerte para pasar a ubicarse en una particular modalidad de abordar los conflictos humanos, antes de que éstos pasen a ser insopor- tables yla solucion, tinica y final. Desde la Salud Priblica, ademas de la reduccién de gastos, se habilita a profesionales para que desarrollen en sus puestos de trabajo habitua- les, un determinado tipo de intervencidn, en vez de requerir, cada dia més, la presencia del especialista. En la relacién ciencia/sociedad se genera un lenguaje diferente de habilitaci6n para la transformacién de una realidad que por creciente no deja de ser resoluble; una habilitacién, por lo tanto mas humana, mas comprometida, mds vital y epistemolégicamente social, no slo para la Psicologia, sino para todo el conjunte disciplinario destinado a ocupar- se que la muerte no sea una solucién para muchos seres humanos, si un evento que marca la contingencia de nuestra naturaleza. 24 CARLOS Mantsiz, 1.5. La ubicaci6n de la Suicidologia en el marco de la Psicolegia Como se verd en fos capitulo subsiguientes sobre tade en los referi- dos a evaluaciones e intervenciones-, el abordaje de la problematica de! suicidio sdio desde !a perspectiva individual resulta escaso para la reso- lucion de estos problemas en una determiniada comunidad, Sobre tado teniendo en cuenta que aqui la emergancia indivicual es un indicader de la existencia de una infeccidn psiquica -gene-aimente subterranca~ que, por lo mienos, compromete a una familia, un grupo de cornpaeros 0 4 5, cuando no a una saciedad en su conjunco. ¢ hace esta parspectiva cuando ectd comprobado qt a participacién de ies pares y los prox(jimes consiituye un instrumen- to valioso a la hora de configurar las redes de apoye psicolégice y social como factor protector para empezar a salir de la crisis. La primera referencia impostergable en el campo de la Psicologia, Ia constituye la Psicologia de la Salud. Segiin Flores Alarcén (2005), suele atribuirse a Joseph Matarazzo (1982) ei uso original del término, ai haber definido Ja Psicologia de la Salud como el "conjunto de contribuciones educativas, cientificas y pr fesionaies de Ja disciplina de ta psicologia a fa promocién y manieni- tmiento de la salud, ia prevencién y el tratamiento de ia enfermedad, fa identificacion de los corvelatos etiolégicos y diagndsticos de la saiud, la enfermeaad y las disfunciones relacionad tema sanitario y formacién de politicas sanitarias". Un poco mas recientemente, Moraies Caiatayud (1999) consicteraba que ja Psicologfa de la Salud es la rama aplicada de la Psicologia que se dediza al estudio de los componentes subjetives y de comportami ud-enfermedad y de la atencidn de la salud. ;egge misma lisea cobran pertinencia los estudios sobs riesgo, implicancias contextuales, prevencién y promocién rehabilitacién, yel rol de tos profesionales y ‘as instituciones del s sanitario con su correspondiente politica de referencia. Definiciones muy similares a las de Matarazzo y Morales Cal adoptadas por le Americar: Psychological Association y por iz Sociedad Interamericana de Psicologia, suponen la legitimacién del abajo del psicdlogo en el. carnpo de ia salud, tanto fisica como mental, trastomnos especifices, diagndsticas, y en la gestacidn de los dispositivos que per- mitan acender a las fend tanto con cl maiestar cor con el bi Len gener sis y mejora del sis- introduceién a la 81 aplicando la inv: prestacidn de servicios. Este marco conceptual permite abucdar adecuad de un fenémeno muitideterminade como el suicidio, que, si bien no constituye una enfermedad, tiene implicanctes fisieas y psiquicss, indi viduales y familiares. grupales y sociales; cuestionande seriamente !a politica de salud al respecto y la formacién de ios profesionales que ca- da vez con mayor asiduidad son convocados para su atencidn. Otro de los vectores epistemolégicos que ayudan a construirias coor- denadas dé la Suicidologfa dentro del mapa de la Psicologia, es la Psico logfa Positiva, definida como el estudio cientifice de las experiencias po- sitivas y los rasgos individuales positivos, como asf también ée lar instituciones que facilitan su desarrolio, ampliande ¢] foce de la Psic« gfa Clinica mds alld del suftimiento y su consecuente alivio, propendisn- do al Bienesiar subjetive (Seligman et al., 2095) Esta perspectiva supone el estudio clentifico de los procesos subj. vos capaces de otorgar sentido y ordenaimiento en la vide anfmica, ten- diente ala produccion de jas fortalezas necesatias para poder dar res- puesta ala adversidad y poner en valor las potencialidades existences en todo ser humano. En este punto resulta importante plantearse si la sola atencién déficit, aun siendo eficaz, de por sf geneva bienestar. Tel planteo se t na central porque si se considera que ~por estructura- la destructiv ole tandtics en el ser humane es sélo reductible, es decir que no 3 el. minable, esto implica que en el proceso de construccién de salud el ‘re: tamiento de io destructive es ineludible, siempre va a estar pr en alguna instancia La experier nica demuestra que aquella interveneién, produ da en cualquier punto de! continutum autodestructivo, que logra acotar lo tandtico y propicia la generacion de aspectos subjetivos vital ados © erosionatios, favorece la salida positive de la crisis. Si es mds es acompafiade de condiciones contextuales contenedora afectivo, en lo sanitario, en Je laboral y en otros Ambitos sign pa sis habra ser 2 vi inarche un proceso de crecimiento, superado: del mom gen ala crisis. Considerar los aportes de estas dos psicologfas a la ubicacién de la Suicidologie, supone ademas consolidar el basamenio de marcos psicc- lgicos mas reconecicios, tales como las Psicologia Cifnica, Social, Edu- cacional, Forense, Comunitaria, Instin nal, con sus respective n, la teoria de la prevencisa, ati ala persona, esa is if * zt # ‘ 4 } 26 ARLOS MARTINEZ Referencias bibliogrdficas ADAM, K. (1985). “Attempted Suicide”. Psychiatric Clinics of North America. 8:2. World Psyclaiatry. 2004. pp. 147-15} CAPLAN, G. (1966). Principios de Psie CASULLO, Ms BONALDI, By FERNANDEZ LIPORACE, M. (2000). Comporta- inienros suicidas en la adolescencia, Morir antes de ia muerte. Buenos Aires. Lugar editorial 0, D. (2004). “La prevencién del suicidio es mucho mas que una cuestion psiquidtrica’. En World Psychiarry -version en espafiol- (edicién especial) 2:3 ~ Diciembre de 2004. pp. 155-156. En espafiol: (1969) Necesizo Ayuda! Méxi- co, La Prensa Médica Mexicana. ESTRUCH, J. yCARDUS, S. (1982). Los Suieidios, Barcelona. Herder. FARBEROW, N. y SHNEIDMAN, E. (1961). Tite cry for help. New York. McGraw-Hill. FLORES ALARCON, L. (2008). Psicologia de fa Salud. wwvipsicologiacientifica.com FOLINO, J. Y ESCOBAR CORDOBA, F (2004). Nuevos aportes a la evaluactén del riesgo de violencia. MedUNAB 2004; 7; 99-105, HACKER, F (1973). Agresién, Barcelona. Grijalbo. KREITMAN, N. (1977). Parasniciee. New York, . MARIS, 8. (1992). “The relation of nonfatal suicide attempts to completed suici des" En R.W. Maris, A. L. Berman, |. I, Maltsberger & R. .Yufit (Eds.), The As- sessment and prediction of suicide (pp. 362-380). New York, Guilford Press. MARIS, Ry BERMAN, A; SILVERMAN, M. y Col. (2000). Comprehensive texbook of Suicidology. New York-London. Guilford Press, MATARAZZO, J. (1982). “Behavioral health’s challenge to academic, scientific, and ychology”. American Psychologist, 37, 1-4, MORALES CALATAYUD, E (1999), Jntreduccién a ta Psicologia de la Salud, Bue nos Aires, Paidés MORON, P (1992). El suicidio. México. Presses Universitaires de France. Publica ciones Cruz O, S.A. ORGANIZACION MUNDIAL DE LA SALUD (2003). Informe Mundial sobre la Vio- lencia y la Sadua. POLDINGER, W. {1969}. La tendeneia ai suicidio. Barcelona. Morata. ROCAMORA BONILLA, A, (1992). El hombre contra sf mismo, Madrid. Asetes. RUTZ, W. (2004). “Comportamiento suicida: comentarios, avances y retos. Una perspectiva europea’. En World Psychiatry ~version en espaiiol- {edicién es- pecial 2:3 ~ Diciembre de 2004. pp. 161-162. IGMAN, M., LEE DUCKWORTH, A. & STEEN, T. (2005). “Positive Psychology in Clinical Practice”, Annual Review, Clinical Psychology. 2:3 - Diciembre de 2004. p. 154. SHNEIDMAN, EB. (1985). Definition of suicide, New York. Wiley. WASSERMAN, D. (2004). "Evaluacién de ia prevencién del suicidio: necesidad de en- foques diversos”, En World Psychiatry —versiGn en espaol {edicidn especial). Di Capitulo 2 Evaluacion de riesgo y potencial suicida Cofiducir el proceso de resolucién de un problema, implica conocer: Jo. Conocer en este caso supone, ademas de aceptar la existencia de un riesgo, saber como esta conformado en sus variables subjetivas, familia- res -actuales e histdricas~ y contextuales, tanto en lo que hace al riesgo en sf como ala potencialidad para que dicha disposicién se material'ce en una decision y accién autodestructivas. Tomar Ja decisién de incluir a un sujeto o @ un grupo en un Progra- ma, derivar a un consultante a una intervencion espectfica, o internar a un paciente con riesgo y potencial suicida, hacen necesaria la tarea de evaluacién por parte del profesional que interviene. Toda evaluacién es un proceso mediante el cual, desde un modelo tedrico, se intenta comprender un fenémeno concreto, en sus aspectos manifiestos y latentes. Para categorizar, comparar, analizar y contrastar se hace necesaria la utilizacion de diversos recursos cualitativos y cuan- titativos: entrevistas, guias, cuestionarios y/o escalas, entre otros (Casu- No, 2004). Si bien existen varios instrumentos para la medicién del riesgo suici- da: (Inventario de Beck, Escala de Hamilton, Escala de riesgo suicida de Plutchick, Escala de California de riego suicida, Mast, Sad Persons, entre las mas conocidas), algunas miden depresién, adjudicando una corres- pondencia directa entre depresién y suicidio, y otras son poco precisas, indicando mas bien actitudes favorecedoras de la conducta suicida pe- ro no su nivel de riesgo. En nuestro pais, las dos colegas que mas han trabajado sistematica- mente sobre el tema son Casullo (Casullo, 1998, 2002; Casullo y Ferndn dez Liporace, 1997; Casullo, Bonaldi y Fernandez Liporace, 2000; Casu- lio, Fernandez Liporace y Contini de Gonzélez, 2005; y Fernandez Liporace y Casullo, 2006) y Passalacqua (Passalacqua y otros; 1996, 1997, 1998; Passalacqua, 1999; y Menestrina, Passalacqua y otros, 2001), desa- rrollando y adaptando instrumentos de evaluacién e investigacién co- mo la ISO 30 y la Escala Espa del Rorschach, que permiten identificar poblacicn en riesgo, adolescente y adulta respectivamente. 28 Canuos Mi capituio se va a centrar en [a duseriaciéa y desarrolio det inve taro de Otienzaciones Suicidas -1SO 30- de King y . swalehnk (S94 adaptado a nuestro pais por Casullo (1998); su impiementacidn en intel venciones institucionales y poblacionaies, y su articulacién con otros re curses clfnicos y con les guias de evaluacién para diversos ambitos ela~ boradas por la Organizacién Mundial de ia Salud. 2.1. Ficha de Evatuacién ce Riesg 1 equipo que se ocupa de esta tarea en la Asociacidn Argentina ae Prevencion del dio realiza una entrevista de evaluacién y o cidn, con i6 consulta: i mismo, cen una erientacién precisa para él y sus acompaiiantes sobre las acciones inmediatas y mediatas a realizar, y de acuetdo a su contex- to, dénde requerir la atencién adecuada. Es concicidn ineludible que la persona por la cual se pide la entrevis- ta concurra acompafada por su grupo familiar 0, en su defecto, por el grupo conviviente, amigos o personas cercanas preocupadas por su si- tuacién y con capa..idad de tomar decisiones o al menos incentivar a que la orientaci6n se cumpla. Una vez firmado el consentimiento infor- mado, el profesional confecciona la Ficha de Evaluacion de Riesgo, que luego va a sex complementada con los resultados de la ISO 30, para la es- tmcturacién de ‘a orientacién La Ficha de Evaluacién contiene los siguientes datos * DATOS DE FILIACION lombre y apel — Fecha y lugar de nacimiento ~Domicilio ~ Teléfono particular: Teléfono de un familiar significativo: — Estudios cursados: ~Ocupaciéi = Lugar de abajo: » ANTECEDENTES (de intentas de suicidio, lesiones 0 todestructivas) condtictas ~Personaies —Familiares = Ottos significativos + COMPOSICION FAMILIAR * PERSONAS CON LAS QUE VIVE — Caracteristicas de Ja modal CIOGRAMA - Ambitos: educativo, social, laboral, religioso, culturale los hubiera 5 ¥ ore * INDICADORES DE RIESGO or ICADGRES DE RIESGO GENERALES ~Iatentos previos, propios o de familiares, sobre todo si éstas han do silenciados. ~ Insemnio czdnico no resueito, ~ Fracaso escviar o académico. ~ Cambios abruptos en personas débiles o inseguras ~Ruptures 0 quiebres afectivos y/o econérnicos. -Accidentes reiterados. ~Incomuri: icacion o indiferencia familiar. Enfermedades mentales sin aiencién o mal atendidas. ~ Seciopatias: estafadores, delincuentes, homicidas. ~ Adieciones: al juego compuis'vo de apuestas, ai alco gas, sobre todo en cuadros ce abstinencia. ~ Afeccién a las armas. = Marginacién social y zislamiento elegido 0 fvtzado. ~ Enfermedades terminales (tales como: cancer o sida, entre otra: ~ Amenazas mesivas @ la dignidad personal: abuso sexual, malimto bal o psicolégice, privacién de la Iherted fisico, ver! 30 Cartos Martinez * INDICADORES DE RIESGO EN ADOLESCENTES ~ Depresién y desesperanza. ~Decepcion y culpa ante fa imposibilidad de satisfacer las expectati- vas paternas. ~ Antecedentes de suicidio en familiares, amigos y/o compafieros. — Dificultades en la comunicacion, tendencia al aislamiento, escasas relaciones interpersonales. ~Abuso en el consumo de sustancias toxicas. - Cortes o golpes en el cuerpo. - Ideas, fantasias 0 intentos previos. ~ Considerar al suicidio como un acto heroico. + INDICADORES DE RIESGO EN NINOS ~ Tristeza, depresi6n y aislamiento. ~ Insomnio. Terrores nocturnos. ~ Golpes en la cabeza o lesiones reiteradas en otras partes del cuer- po. ~ Actitudes desafiantes y negacién del peligro. Exposicién perma- nente a situaciones de riesgo para la vida propia y ajena. - Accidentes domésticos reiterados: quemaduras, golpes, fracturas, ingesta de tdxicos (lavandina, detergente, perfume, insecticida) o medicamentos del hogar. ~ Exposicién a situaciones de violencia familiar y abuso sexual * PLAN SUICIDA ~ Mortalidad del método propuesta: revolver, salto, colgarse, ahogar- se, cuchillo, veneno, pastillas, aspirina, - Disponibilidad de medios para el método propuesto. ~ Detalles especificos y claridad en la organizacion del plan. ~Fspecificidad en el tiempo planeado. ~ Planes bizarros. ~ Ausencia de planes. ~ Otros. * RED DE SOSTEN ~ Si bien este punto tiende a confundirse con el perteneciograma, es importante tener en cuenta que no todos los espacios a los que Introduccién a la Suicidologia 31 estas personas se sienten pertenecientes, son percibidos como sos- tenedores 0 contenedores. Frecuentemente la pertenencia resulta la obtencidn de una credencial, mientras que una red de sostén es- ta basada en el intercambio de vinculos duraderos y significativos en cuanto alo afectivo. + TRATAMIENTOS ~ Médico ; sO woO Observaciones: ~ Psiquidtrico si No Observaciones: ~ Psicoterapéutico. sO noD Observaciones: Consignar detalladamente la medicacién que esté tomando en el momento de la entrevista, dosis, forma de obtencién y administracion, persona y lugar de guarda de los medicamentos. * ORIENTACION DEL EVALUADOR De acuerdo ala situacién de consulta se pueden incluir elementos de una anamnesis mds detallada, sobre todo si se ve que los datos son po- co claros 0 que estén incidiendo secretos familiares, ocultamientos deli- berados, problemas econémico-financieros, amorosos, 0 conflictos con laley. El entrevistador debe realizar el cdlculo adecuado entre el nivel de riesgo y la potencialidad, que en esta entrevista se visualiza principal- mente en la pregunta por el pian suicida. A veces un riesgo alto con una potencialidad baja otorga m4s tiempo para instrumentar intervenciones progresivas, menos drasticas; por el contrario, un riesgo ne tan alto y un plan muy elaborado ameritan decisiones de cuidado inmediatas, segu- ras y eficientes, como por ejemplo Ja internacién, intervencién policial 0 judicial, inclusién o exclusién de algun miembro de la familia, entre las més frecuentes. CaRLos Manrinez 2.2, Inventario de Orientaciones Suicidas ISO 30- El inventario ISO fue disesiado con se configuran a par erando que los intentos suici- de un sistema de creenci: jas que puede set eva- nsa que el rlesgo suicida se conforma t vidas onentaciones vitales relacio- a presencia de sentimientos de infelicidad que paulatina- van al sujeto a percibiz que ef quitarse la vida es la tnica mal ra posible de desprenderse de la desesperacién ye! desdnimo (Casullo, i998; y Casullo, Bonaldi y Feindndez Liporace, 2000) | desarrollo de una orientacién suicida supone una progresién con- transcurre por tres etapas: do, crisis y resolucién (King y lcnuk, 1994) Los autores de esta técnica co: uado de iorma sistematic. menie a partir de erogres nadas cor mente Hi Unui Kow que at pred Jo tanto, a empirica va a te- r dos aspectos a consieerar en sus resultados: el puntaje brute yla me- cicion de la ideacisi Los ftems que eval ticos, ¥ puestas a algunos de : de manera espe- or sti po: ni son seis y lle- ‘an los ntimeros 5, 10, 15, 20, 25 y 30 en Ja escxia ISO. Se consignan en la ia de evaluacisn cuando la persona evaluada les asigna un valor 2 63. El inventario consta ademas de otras cuatro subescalas: baja autoes- tima (BA), Gesesperanza (D), incapacidad de afrontamiento iAf) y dete- Ho) 0 eit los vinecuios sociales o aislamiento (Ais) Cada fem de la escala Likert tiene cuatro postbilidades de respuesta: almente en desacuerdo (0}, parcialmente en desacuerde (1), pai e de acuerdo (2) y totalmente de acuerdo (3). ando el puntaje obtenido es de 0.2 29, con menos de ties items cxf ticas puntuanda 2 6 3, el riesgo es bajo. Si el puntaie brute vesulea entre 20 y 44 y los {tems critices coh puntaje alto son menos de tres, el riesgo es moderado; y si resulta que el puntaje se sittia entre 45 y 90 6 los ftems critics, puntuando 2 6 3, son tres 6 m: ente se obtuve co es de potencial suici a Consistencia interna a 4,72 en estudio piloto con paiticipan- re-test, con un transcurso de 15 dfas embes pruebas, se obt idn de 0,86 (Casula, 1998) E 4 del uso de este instrumento en la clinica se muestra en el siguiente ejemplo, que no censtituye un hecho aisiedo. el es: uci Intraduccién ala Suickioloss Se evaltia una paciente de 19 afos que consulta por reiterados inten- tos de suicidio y petsitente ideacién. Sociodemogrd nte: soktera, secundario terminado, habitante del Conurbano bonaerense, con tiabe. jo estable; vive con su medze, la pareja de su madre y sti novia, Estdn pa- ganda la hipoteca de la casa que adquirieron y habitan desde hace un ao y medio, En la primera ontievista, ala que la paciente co, Jas evalua por ISO 30 con el siguiente zesultado: curie con su madre, Se interviene mecia:ice terapia de crisis con sesiones individuales, vinculares, familiares (con familia de crigen y ampliada) y tratamiento psicofarmacologico, para la adolescente, manteniéndola con acompa- famiento familiar permanente en sti domicitio, ya que venia de una ma- la experiencia en una internacién de cuarenta dias, sin resultados favo: rables a la vista. Su madve realiza tratamiento psicoanalitico con otro profesional A los pocos meses se realiza el ve-test con el siguiente resultado: La composicisn cualitativa del riesgo se dio de la s en la primera uiente maneva Paciente: fiems | Paciente: iterss | Madre: items quis punta que puntian 3 | que puntéan 2 | Madre: items T st | que punisan 3 34 4 CARLOS MARTINEZ La composicién cualitativa del riesgo en el re-test se dio con la si- guiente distribucién: Paciente: items | Paciente: items | Madre: items Madre: items que puntiian2 | que puntéan3 | quepuntian2 | que puntdan 3 BA [ _ 16 2 4 D Te 412 7 12 at | 28 “8 18-28 Ais | 4 [is 30 (-) | (7) El texto del item 30 es el siguiente: “Si mis cosas empeorasen, creo que me mataria.” 2.2.1, El inventario iSO 30 en contextos institucionales y poblacionales En la Asociacidn Argentina de Prevencién del Suicidio, durante el se- gundo semestre de 2004 se atendieron 51 pacientes manifestando fanta- sias, ideas y/o tentativas de suicidio, de los cuales el 21% eran adoles- centes entre 12 y 19 afios, Dei total de esa poblacién adolescente, el 50% presents riesgo alto, el 29% moderado y el 21% restante, bajo. Si partimos la misma muestra en adolescentes de 12 a 15 afios (12% del (otal y 43% de los adolescente evaluados), el 66% presentaba riesgo alto, el 17% moderado y el otro 17%, riesgo bajo. Lasubmuestra de 16 a 19 alios (16% del total y 57% de los adolescen- tes evaluados), el 37% tiene riesgo alto, el 38% moderado y el 25% restan- te, bajo riesgo. Esta evaluacion, ademas de ser utilizada en la clinica, ayud6 a detet- minar el perfil de la consulta en nuestra institucidn, que estd especiali- zada ex la problematica y que recibe una demanda de alto riesgo. Esto ayudé a ajustar los programas de capacitacién de los profesionales y a disefiar campafias de intervencién fuera de la sede institucional, para lograr una deteccién temprana. Como esta evaluacién se dio en el marco de un aumento de [a fre- cuencia de lz consulta adolescente, permitié verificar que el riesgo suicida en el adolescente, ademas de ser un valor cuantificable tanto epidemioldgicamente como individual y familiarmente, es un cons- tructo analizable cualitativamente en su composicién, desarrolle y modificacién. Iniroduccidn a ta Suicidelogia 35 Tal como afirman King y Kowalchuk en la fundamentacién teérica de su técnica auteadministrable, la construccién progresiva de la ideacién suicida es el producto de un sistema de creencias, que hallan su contex- to de inoculacién mas fecundo en los vinculos familiares y socio-cultu- rales. Al respecte es muy frecuente ver familias enteras evaluactas y tra- tadas de la manera arriba mencionada con un compromiso persistente en la misma subescala de la ISO. En cuanto a la consulta institucional por ideacion, fantasia o tentati va de suicidio en adolescentes, se ve que es menas frecuente en adoles- centes tempranos que en adolescentes tardios, a pesar de que jos prime- ros por lo genera! siuestran indices de mayor riesgo. El que el 50% de los consultantes adolescentes presenten alto ri por [$0 30, yun 79% entre alto y moderado, nos indica que cuando se lo gra que el adolescente y/o la familia consulte por este tema, es realmen- te porque hay un proceso autodestructive en gestacidn que mds tempra- no que tarde hard su manifestacidn en acto, generalmente bajo la forma de “escalada” en lo personal y con efecto “cascada” en su dmbito mas préximo. Si bien este estudio presenta de manera resumida la previsibilidad v predictibilidad del riesgo suicida que posibilita la ISO 30, resta mucho trabajo aun en la modelizacién del comportamiento autodestructive en general y del adolescente en particular. Se esta trabajando en la sistema tizacién de la evaluacién de ambitos y recursos como instrumento c litativo que complemente el andlisis de la composicidn del riesgo, a | vez que enriquezca la concurrencia e interrelacién con otros instrumen- tos de evaluacisn, que puedan ser usades en ios diferentes espacios ins- titucionales por donde transita el adolescente. 2.2.2, Una experiencia institucional: el CAS de Cérdoba' A fines del afio 2002, desde el Centro de Asistencia al Suicida y a la Persona en Crisis de Ja ciudad de Cordoba, se elabora un proyecto deno- minado “Crecer’, destinado a fortalecer dreas de gestién y de comunica- cidn externa. Este proyecto fue seleccionado por Compas, organismo dependiente de la Universidad Catdlica de Cordoba, para acceder a fi- nanciacién proveniente de tres fundaciones diferentes. En la ciudad de Cordoba, considerando los afios 1999 al 2002, del to- tal de varones que se suicidaron, el 31% tenfa entre 11 y 30 afios, y si se Los datos fueron proporcionades por la institucidn, a través de Cecilia Silva. 36 Cantos Manvines considera el suiciilio femenino dentro de la misma franja etaria, ese por- centaje alcanza el $2.5%. Los valores mas altos. para ambos géneros, se ubican entre los 16 y los 20 atios. Considerando que en ese medio, como em muchas higares del pais, la esctiela sigue siendo uno de los lugares donde el adolescente encuentra sentido de pettenencia, se emprendié esta tarea con dos premisas basi- escuchar a jos alumnos y promover la comunicacion, A través de es- te ernprendimiento se busca brinda: posibilicdad a person: lizada, atenta ¥ con cer notar que el rodo de desarrollo de esta experiencia abarca la crisis argentina del aie 2001 en una de las provincias centrales del pats. En 38 establecimientos Seat O8y se evalud a 3.160 adolescentes, mayor jtariamente de entre 14 y 18 afos, disiribuidos en 114 cursos, en la franja que va de tercero a sexto afte del nivel de ensefianza media, por lo cual se consideran algunas pocas excepciones que Hegan hasta los veinte afics. De los veinte colegios relevados, uno responde ala modalidad de ni- vel primatic para atl tos, por le que no se aplicé el Inventario, En el res- tante, las autoridades sélo brindaron dos horas pare tral ios alumnos, por lo que tinicamente se realiz6 prevencién ¢ relevamiento del nivel de riesgo de esa poblacidn. De estos establecimientos, sue pertenecen ea Cérdot tres al interior de la py nela, ¥ cuatro son instituciones pri torce son escuelas priblica: ra estuvo formada por adelescentes de distintos barrics, pertenecientes a diferentes sectores socio-culturales. Con los resultacos obtenicios se elabord wa informe para las autoridades de cada colegio. En tedes los casos la tarea consisiid en hacer reflexionar alos jovenes acerca de las crisis vividas, tratando cle encontrar el sentido positivo de! aprendizaju, le adquisicidn de nuevas recursos y condiciones de afron- jamiento para otras situaciones vitales. Tambiér: se trabajd con hei mientas para mejorar la conunicacién, haciendo conocer las ventajas de expresar los sentimientos y Jas emociones a través de la patabra y les riesgos de convertir su cuerpo en codigo de comunicacion. Las talleres propuestos demandaron la uillizacién de dos médulos de ochenta minutos cada uno, en los cuales se trabajé con grupos de aproxi madamente veinticinco alumnos. En estos talleres, luego sie la presenta- cién se propone wna Tluvia de ideas sobre lo que connota para ellos la pa- cor lo resultante de esa produ discursiva ee era bora crisis, valida Jas y pesibilitante de incluir en robiematica dei sticidio, libre de preconceptos y wafuleios, une ese ma

También podría gustarte