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hecho que contradiga la propuesta, cae toda la teorfa, no se verifica. En realidad, ninguna teorfa cae porque un he- cho la contradice. De otro modo, el descubrimiento de Newton sobre la atraccién universal de los grandes cuer- pos celestes no habria legado a nosotros; en los tiempos del genial inglés era imposible, con los instrumentos de entonces, corregir los trastornos de los rayos luminicos que produce la atmésfera terrestre y llegar a formulas matemiticas capaces de dar cuenta que los grandes euer- pos celestes no son esferas perfectas. Es decir, en la épo- ca de Newton era imposible verificar sus tesis. Entonces, si ese popperismo estricto no lo aceptan siquiera, en sus formulaciones extremas, sus mismos partidarios, {no ca- be preguntarnos si el psicoandlisis introduce en el campo de la cientificidad un paradigma distinto, que interroga los aleances de la ciencia? Su estatuto es el de una préc- tica de discurso, Lacan dice “c'est une pratique de bavar- dage” (“una préctica de charla”, hasta podria traducirse “de charlataneria”), y quienes consideren que se trata de un término despectivo se equivocan, porque a esa charla~ tanerfa nosotros le otorgamos dignidad. ;Vamos a pedir. le ala ciencia que por favor nos acepte, ya que en defini- tiva coincidimos con Popper en cuanto a su teoria de la refutabilidad llevada al extremo, 0 nos animamos a decir- le a Popper que ninguno de sus partidarios sigue sus pos- tulados porque habrian levado al cierre de la ciencia, aun de la més dura, segiin el ejemplo que dimos de la fi- sica? Desde el psicoandlisis, segtin lo propuesto por Freud, consideramos algo que hoy hasta la fisica mas du- ra acepta, esto es, que la presencia del investigador com- porta poner en la balanza el coeficiente que da cuenta del valor que lo implica en el experiment. Entre la doxa y el matema, entonces, situamos la ex- periencia del andlisis, que retoma la cita de Lacan por anf subrayada: “Yo metaforizaré por ahora con el incesto la relacién que la verdad mantiene con lo real” (Lacan, 1973: 16). 128 7. LALBTRA, EL GOCE Nos acereamos a las tiltimas vueltas de nuestro reco- rrido. Intenté desplegar una cuestién presente en el campo del psicoaniilisis, por lo menos en aquel al que adscribo, cuya referencia es el eje Freud-Lacan; se trata de establecer qué vamos a llamar “letra”, si el concepto de lune-bévue, homéfono de U'Unbewiisst (inconsciente en alemén), autorizaba a hacer unfvoca la equivalencia entre letra y homofonia. Situamos alli una discusién im- portante porque mencionamos en broma, pero también muy en serio, “dime qué entiendes por letra y te diré e6- mo diriges la cura”. Hemos subrayado que no nos confor- ma esa equivalencia, y que tampoco caerfamos en el in- fantilismo de una especularidad qe nos levaria a descartarla. Sin duda la homofonia es un lugar donde el analista encuentra el rébus en el lugar de la palabra, pe- ro no es solamente alli donde esto ocurre, ya que otro tanto puede afirmarse de la imagen aparente del suefio, del acto fallido, del chiste, de las repeticiones en el dis- curso, en fin, de lo que planteamos como los pliegues del texto cuyo efecto, deciamos, es la significancia, no la del lingiiista sino aquella que redefinimos desde nuestra perspectiva, lalangue en ejercicio, cuya eficacia es un efecto de sentido en lo real. Presentaré ahora lo que a mi entender es otro punto limite de nuestro campo, no suficientemente subrayado. 129 Ter Avy seougyex wind so vlnurspy #369 onb wad aS ON “Ou O ‘ays sou ‘ezonjoaut sou anb wuvysyoospnl wororpess By ue omasranzd aaped ‘vorenyed umeyeaqy opeyuososdos ‘yiso apuop wa “gnns] ap orsyuios 1g OBEABIED Op Omp “eno op w]23} as ‘o}TeUTUMAS [9 UO XeUOIOUOMT z BA WOU] onb ofje vanaly BUBT[aIsR Uors0A wIS9 op wey vy UG “seouaugfuoo 70 SIL ISHAq_ Wo BpuartgNd soTEI] VO UP! 194 Bf woo gfayoa wy ‘somo oxyuo HoysuIES ypNP A 19 zod ‘epestaez uojonpesy wun od ‘ojodny XoyBAH ap wouaTosns ‘8 wypay any esopEpIno upIsIOA wUN] “,oxped Top somquIOT __ sory, ‘olrvunnas 0369 ap vaNqDd| Bl Aod soueaUETWOD sqavg ap BURIPNEAT Plandsy el op osvaEss Jo ‘osnfoUT ‘s99f ap somarquy anb volBo] B59 opsop Sq “Borsoy UIST nun v uequndy oxad ‘swsiodsip uova1ed uve] ap o[!389 pp ws onb seoyparay nbe eq {Am9p oxomnb envy? “sist -guvooisd [a ,iDs}s]0u,, ap sousaUE\sqE SouOGap an 1} “IOApe UIs ou “ey109} NS we oyUUYZOdUT wroNEOpTp BEM 1 -npoxyuy vzed epuny os anb [9 wo ‘pno.g op 07x04 989 sod uowovarumpe ns Epo} ap ByUEND vp EET onb odroyUy seysq{eue ox} -uo up}epes B] ap [9 UpIquTE} onb s04 v sourea K “earyon -s0 v] ap aff [e Boa], Zexped [op Uoyseno BI Jos opong? “rye varjsep a8 ovr of@ anb opow op ‘wuay ns us enb “une sazedny soyonur we opzyuasaad & opearqnd opis xq “ey ostjout a ETGT Ho OyDse opis wIgeY “FET U9 opEyD -9j #369 WIG 18 anb ‘,[osUy [NST op S9STOW 1 oxo wo S9sio 9p OpETLY BIGEY B« prosy {xeledsop ap sapfoyip swore £ sepueysunoz19 eAnyout onb ‘69004 Sop epeuiojes wanyliose Bsa Uo ‘ovey o| nb wo VEEN BI -otreut vy ap ye BUTE pnaxy ob 10_? 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Lacan subraya en el relato del texto sagrado ese modo de presentarse del Dios al cual Freud le consagra su estudio y que lo ubica, de manera especifica, en la espiritualidad, ausente de todo atributo: “Soy el que soy”. Los griegos, indica Lacan, lo tradujeron como “Soy el que es”. Segiin sefialan algunos estudiosos del texto sa- grado, la Biblia de Jerusalén ya esta infiltrada por la perspective griego-cristiana, en tanto la que preficro pa- ra algunas citas, es un texto bilingtie hebreo-castellano, traducido por un rabino argentino que se llama Marcos Edery. En la lengua hebrea no hay tiempo presente. Lacan no toma este nombre como formando parte del cédigo de los nombres, sino como “Soy el que soy”. Si proponen “Seré el que seré” igual estd ausente el nombre, y es lo que quiero subrayar. Son puntas que Lacan va dando de entrada para si- tuar la temdtica que va a desplegar alrededor de la cues- tidn. Salteo varias paginas y voy al lugar donde dice: Esta claro que si Freud pone el mito del padre en el cen- tro de su doctrina, es en razén de la inevitabilidad de esta pregunta. Asta claro que, si toda la teorfa y la praxis del psicoana- lisis se nos aparecen hoy en dia como inmovilizadas, es por no haber osado en relacién a esta pregunta, ir mas lejos que Freud (pag. 14). Lacan esté anunciando su pretensién: ir més lejos que Freud. {De qué se trata? Es ms, ya podemos intuir la razén por la cual su propuesta no podia ser escucha- da; él no se dirigia a cualquier piiblico, sino a los didac- tas de la IPA, institucién euyos fundamentos respondian a lo dispuesto por el mismo Freud. Se trata de la pre- gunta por el padre, Freud sefiala lo que merece perdurar de cada tno de es- tos autores [se refiere a Robertson Smith y Andrew Lang], 136 después de la critica, sin duda fundada desde la perspecti- va del especialista, de la funcién del t6tem que hizo mi amigo Claude Lévi-Strauss (pag. 14). En contra de Lévi-Strauss, su amigo a quien tanto admira, quien criticara la teorfa freudiana sobre el tote- mismo, planteando que éste no es més que un sistema clasificatorio, Lacan le otorga la razén a Freud y afirma que el mito de Totem y tabii es valido. Entonces, retoma la cuestién del nombre y dice: Bl nombre es esa marca, ya abierta a la lectura, por ello se leer de Ia misma forma en todas las lenguas (pag. 14). Para Lévi-Strauss, el hecho de pertenecer a un clan referido a un Tétem no era més que una marea identifi- catoria, un modo de nombrarse, algo as{ como decir “Pé- rez”; su equivalente serfa pertenecer al clan “Pantera”, en tanto los otros son del clan “Leén”. Lacan, por su par- te, considera que eabe interrogar la cuestién del nom- bre. En la clase sobre el nombre propio del seminario de “Lidentification”, cuya lectura recomienda dos veces, di- ce lo siguiente ‘Llegamos ahora con este inicio que hemos hecho de la funcién del rasgo unario, a algo que nos va a permitir ir mas lejos: planteo que no puede haber definicién del nom- bre propio sino en la medida en que percibimos la relacién de la emisién nominante con algo que en su naturaleza ra- dical es del orden de Ia letra (Lacan, 1961-1962). El nombre est articulado a la letra. Lacan discute un planteo de Bertrand Russell, quien lega a afirmar que el nombre propio est en relacién con la singulari- dad, de tal modo que si “Sécrates” se dice muchas veces, ya no es un nombre propio. Lacan se limita a subrayar fal respecto “las tonterfas que puede llegar a plantear un especialista”. Mas inteligente lo encuentra a Gardiner, para quien lo subrayado por el nombre propio es la au- sencia de sentido, de modo que viene a resaltar asf el va- 137 eel ‘901 pd ‘296 ‘ouvoyomvoune7 ooruyquy o1zeuTaL -og souoporpg ‘uptesnsep ‘(Kuepy SoosPWy ouguY [ap woRONpEN) SIs “au96 top oager [9 86 seyuoTnsts se] ap & wyo MSO ap aqUAN MTT roxSaquy 98 & sur ap equejop oyeusuTEaUe ‘Kup -peg- 19 £08 04 solyp aj & ueesqy # oparede 9] a5 reuopy ‘opuuna ‘soge aaantt £ pyueaoU 9p pepa ap uEEIqY BIg eq. -oamop 26 “vumnjd ns apptastesy sow anb of ap 91 Sr aquomesndos “prog “ossertad ouIMAg} SOIC 159 BRETY “RoC SOIC] [9 ‘SOIC UM 9p 0959p [9p OMS “3008 9p vy ou ‘euvgstio-oopnt upioipess e| ap vouoadso wuapput pL atonponyar epzzonb pono [o tod ‘euqiton soerd [9 “oaqai0u [P opelsunoad souoce fe JoqeY, UIs so[Zefop opand ON ‘oasop [op azped Tp 2903 Jop oaped Jo svjouaroyIp w ezuaTWOD WeIWT “(91 “Bed) 0130 [ep 008 -op yep viouapiouy Bj sa ou Je ered UME spur A ‘oURNSTID 9 wa une sya £ ospnf oMIsIN|sTUT [9 wo eqiOISe ond OT onan o8[8 B38 -oxSv ox0g ‘9008 ap peztinyoa ousoo [esxoatun A9q Bl 03sep ns op sony oyafns jo onb vorjdurt uprszoarod vy weinb wa ‘peg v omos ourordns 198 Te o4t18} OpEOse Jse uponb & TeIpuourd axped [op 008 aso ¥ viatoar onb ‘uotsza-oa -ad ap oxdaou0o [9 ra0aredu v vzordure ‘sgndsap oypnte pa -tzan90 ow109 “ByI09} ¥[ ap UN oyzed EULIOF Ot UAIG Ig (91 39d) aiqepuosur 2 opeyon axduioys opruas “apeg : jo ‘ouroad “ns s9s~ aaped fap UoroUuny B| exa| Bap aid re TeUIMy Jap eq “onud w eysand b] e1uasezdas anb “fey ov409 0330 9p 0859p [2 ‘u09 uproejou ns ¥ ojuena wa Upssx@Ar0d Bl ap UorsUny vy aq os douod opyyjuisad ay aux anb oyuose [9 opuop sa aby ger ‘oasop [ap peprtiqisod 8] 9991qu}59 onb B uorsIqryoxd eI so :opwoad [a sonpoztut £9 B| onb ‘so oys0 ‘orqug weg ap ,souBUIOL so] ¥ PIOISIA Py], ep Banqa9] ns ap spndsop wAeéerqns anb o| BpsoN9 -a1 sou ‘Terpsoutd axped [op ond e008 Jap e[qey sou anb oduon oustur [y ‘oasap [e £ 9908 [2 wauiaas anb o8[e Avy ‘oxquion jap sgurepe anb opuvayweyd pyse wwoe'T (91 “A9d) perpsowd omoa azped jap omd ao08 1eP woPssadns vf ap soyant uaa ‘oysoout Top Aoq ef Ho ONO [PP oun peprsaoou woo £ soprm ‘sours9 sop sot anb w op “iqop ‘soya ax3v0 peprexsost0a-00 ap ayzons vu ‘9959p [2 ayo, 9p sojnonyzed ouqytynbo un onten ns wo wiTeY Pos ‘anatqo To & o9sap [2 ‘2008 fo :s0utwa293 sox) Soy -so oxqos sesaafoad aoeq sou anb oxstlax asa 80 OVE [9 [""] op10y701 -Isep 0yN48389 OeuI UN v UpYonpas sas epand ou erquIoN [pp uoNseno vyso onb vayueld £ ‘Ngo, £ wayoy op oyu Te ‘exped Jp soxquiou so] v osoyor os uvoeT] ‘opeseaq “ns Jas 8 auaTA euquIOU Jap oyadsax o8[e anb opour oq, (GT 2961 ‘weseT) axquiou [a enyIs 9s apuop JeaTu aysa 9 80.4 vanqa9| ef v ezadsa anb opeyso9 oys0 aystxo aquRDTyIURIS Bp Uo ["] “senua] spy supoy ua omLIOS BUST Bl ap paddy as off sod “eango9] vB BYI0IqE WA ‘vosEME BSA S9 AIqUION 1g sonaqeyte sop 5010 so uo svpryedaz sexqo somsrm se] TROIG apond seou0yuo £ soDon surteA avarede axquiou jo fe39edoo1), vajuonoue ofouS ug ‘oSou28 uo oxo £ osx9rWep Uo O70 ‘onsque ooyrBorel ue oun ‘soqxe} sox} auON ‘s90u0}UO ‘exqedooig oadurars aorp as wxydoa[g aaquiou fo enbiog dodo oayrFozaf Ja uoyjodureqg exqnosep om? 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Y no se lamara mas tu nombre Abraam; ser tu nombre Abraham, pues en padre de multitud de gentes te he convertidol.(pag. 110) Para los filélogos el hecho de que se lame “Abraham” tendria que ver con su condicién de ancestro de multitud de gentes, Para nosotros, psicoanalistas, lo que nos inte- resa es que tanto en el cambio de nombre de Abraham como en el de Sarah, lo que se introduce es una letra sin sonido, una letra que no se dice. AY qué les impone como condicién? Hubo un eémico que se llamaba Adolfo Stray. Era judio, tenfa una hija que se enamoré de un muchacho que no lo era. En uno de sus shetchs lo tomaba del hombro, le decia cuanto lo queria, que para ser su yerno iba a tener que pagar una pequetia cuota, indiedndole con los dedos el movimiento de una tijera. Pues bien, en el texto biblico, qué le dice El-Sadday a Abraham? Bste es Mi pacto que habréis de observar entre Yo y vo- sotros y entre tu descendencia, en pos de ti: Habra da eir- cuncidarse para vosotros todo varén (pag. 111). Este Bl-Sadday, nos dice Lacan, es el Dios del pacto, no es el Dios oscuro que reclama goce, es el Dios del de- s€0, cuyo deseo es la Ley. Lacan vuelve sobre el primer modo en que se mani- fiesta Dios a Moisés, “Ehych acher ehyeh”, y dice: No puede darse ningtin otro sentido a este Yo Soy que el de ser el nombre: Yo Soy (Lacan, 1963: 17). 40 'Y agrega: {...] un Dios, eso se encuentra en Io real (hay una frase de Lacan que dice “los dioses son de Io real"), como todo real 8 inaccesible, eso se sefializa por lo que no engafa: la an- gustia (pag. 17 Sigue: Qué es “EL-Sadday”? No estaba previsto que se los dijera hoy. No forzaré ta puerta aunque fuese la del Infierno, para decfrselos, pero entiendo que introduzco lo que les hubiera podido decir a través de algo esencial -remitanse a Kierkegaard:* la Ake- da [término que significa “atadura”, y que remite al hecho de que Abraham leva a su hijo Isaac atado de pies y ma- nos al sacrificio, como si fuera un cordero], el sacrificio de ‘Abraham bajo la forma en que se penetra en una tradicién donde las imagenes no estan prohibidas (pég. 17). Lacan se refiere a la tradicién cristiana que permite que Caravaggio pueda pintar el cuadro que representa la Akedé, en tanto la tradicién judia probibe toda ima- gen, toda escultura, toda representacién. Lacan indica que Abraham, por orden de Dios, eon- duce a Isaac atado de pies y manos como una oveja pa- ra sacrificarlo, y que hacer el sacrificio de su pequeio hijo al Elohim era algo corriente en aquella época. Su- braya luego una oposicién entre El-Sadday y Elohim, planteo que tiene algin parecido con la dualidad pro- puesta por Freud entre el Dios Atén y Yahvé: Atén como el Dios de la sublimidad y Yahvé, como un Dios eténico, un Dios del goce, que reclama sacrificios. Lacan opone El-Sadday como Dios del pacto (brith) entre la criatura y el Creador —que pone de manifiesto la circuncisién-. En qué consiste este pacto? La Biblia lo plantea en es- tos términos: Blohim sometié a prueba a Abraham; dijole: Abraham y el dijo: Heme aqui. 2. Y Bl dijo: Toma, ahora, a tu hijo, tu 141 evr oun onb wryorg asa, ‘uoMy sory Jap sauoTRyuasoAder “ely opuaioey soxoures ap atzas un otEN sopey soqure ‘wo onb ourures un ojdua} Jap Epesua BI Ua OA OS IOXN'] ug “(G66T 19y) ox8Uze [ep oVPUISase Jo BIALOOI EIIO ¥ epiounid osped je Plouapearqure BL :ngny & war, ap our [2 to ofonf ua yysa anb orfanbe ap vavs os anb ‘exopisuos —oorjoquiis axped ns woo opeaped viquy as ou une- pnasy woo Ppuazasuen PuANG Ue BIAEpO4 “HlOy —uonysano vy ery epanb ou ‘sunuaazy vy wo wspnt peprunutos v[ op orpaunioyut od osaooe aang onb sv] 2 ‘sepezt[euti0U ‘sepisiozi09 sou -orsuaA sv] wo osnpUT ozed ‘oauTEZe Ve eyuOUITeUBLIO py 89 07x99 [9 {e782} 95 gnb ap wapuoNue soypnf somsTUr So] ru onbiod ‘aquesazaqur Anu aspIN [9¥{ [9p & «rJoys jap upmsano ys9 auqos BUORayar Hey IOpoayi, “sesouosd sns aydumo @ weqr ou onb tequstas onb ‘sorpnt so] wei0 2qued op asvpp anb zepuoquo ¥ sep wxed 04x03 050 equoTq, -nd 95 soe So] s0p01 ‘pnaay ap wIspeI WUOIA EL Ug {at -ot4 anb ove [9 wysey abu ap aydama op aaqey ru yjdumo ou anb sesoutosd se] sepoq tod ouopsed aut anb soi e op Ad 4°, ootp oyte€e9 Jo apuop ‘euexyxa UpTEI0 ‘upIeg TOP BIC [op OzuMRUOD [e soYpnf soy weotp anb uproRs0 UN, DIPIN [O¥,, $9 O79} O10 [a ‘infos Ja 10d wpeytasad 11 204 B| ‘oyRDOAUT UOrSINd BI aqos DYSNSUD v7 OWA -{W9s [9 Uo sepeytD serouazajar seroMTEId sel UO Wee] « AOOUS [Gl, OPENID ‘SoT[a ap oum aq “wUIE} 2489 axcqos SoH “uvyrodurr 503x93 sop oaaiyo ‘sosoztyau Sond So] 2p O73] Duvootsd oxpnasyy ‘yong 1 OIG] NS Uo ‘Lay A0POIU, ofty un ap 08 -n] [9 U9 opeutsase Jas ¥ vA onb osouw aysa sa gn “TED -W] eyungioad 08 ‘soouoqug, ‘pepordord vy apuorsexy anb ‘wop un so ‘expeur eum op tr axped un ap pepardoad se ou ofty un anb xeorpur op vxatreur em sy “axpeW Jas ap so -1Bojo1q souorIpuos ua wf wquise om YBILG optrEnd ‘sox, 9p orustsep sod sees] ® uespuefiue Yereg £ ureqeaqy (GT :€96T ‘weowy) seu o8fe une £ ‘soue 06 9p z0fnar eun v osnjour ofty un xezadso aoey anb Jone eet 89 ‘[euroyed uororpuog) vusoyed pyvaeg v sod ‘vroueM los ean ap a[qisrusuesy ezuRyR Bsa! wEM arquioN Ns 10d aesed avy & ayoutord £ a8ya anb jonbe so wa ‘sondsop seuipd seunfiy ‘adiqso widozd ns ap opueyqey, ‘pis0 osad feuoszedurr wo oop oF “[9¥p eayNSas af om aN 90 “1p & oxpnf ojqand pe erousuayrod widoad ns wéesqns phox, :soso[fiut softure soxysanu wasp owtod ‘uousenb 38.17 (L $9161 “[6861) phox) ogond oso v 90 -ouayiod omsyur oun 1S BjAupo} SOUDUE £ “vIOBH] BL vo ansNd ost ‘woo vpuosdia as onb ofp so ou softy sns op apues8 spar Te ows viuoy wand w aiquioy jo o[qand un v ayreNyy :y8v eaten anb ‘ozomuad Ja wor|qnd pnazy sof -vsue sox} 10d oysonduroo piso ofequay [a "sarueTBarnbo souojoe[NUTIO} Hos Ot anbsod ‘,omsforoUW [9 A SOSTOPY, ouro9 sanpeay of a8 anb sod 9s ON “(,80Ksu9 Baap, ISO -ouou upiftjar BI & spsiopy axquIOY [g,) uaSun7pUDYQY Jauq uorSyay ayasysiayzouow ap pun sasopy wunpy 437 59 UPUIOTE ua ONIN ofno ‘oVxa} 0270 9189 OD oprpaons 0] sourvaa “proxy ap o[nse [# sapuodsez ovared ou aonb offs ‘arquiou ne too oprequaserd orproap PEGI Ho UpIDer feunry us oay{qnd anb & ,fauy [onsIPY 9p SPSIOW 1, OP -BINIH ‘ETET ap oUOTO [9 Ue o1T059 ‘sosTOPY a1q0S POAT ap onrseyo ofeqen un s9 oysadser je oqopavaque up], corey 9480 ap vanquisse v] os pnarg # osed 9] 9k? “pEpzed BT 9p sosudyop opezruteaue 0450 op ‘phos v vIOuazOJor UO eowy oop omoa ‘osopupyesy sopepueynsuys seareurey] woo soxjosou w wyuosard as anb £ ‘eyzonur ns ap sepeaq ~Uin S0j U9 0712989 ‘phos op 04x03 OWN[N 9450 Ue [BIUASE o8[e ey onb worput son ‘euoyeg waoyHIOyY BT BUOY opuop ‘sisonsd v7 op oureururas [a ua vfeqesy uae] anb OUISJa}OUOU Ja £ SPSTOW, ap RINZD9{ B| ap aired w Sy (8¥G T86T “9¢ -gggT] wesw) seuEMas sop ua pnarg ap vuOSiad BI ap $0199 -Bt| ap opeBzvaua vy out os onb upioequaserd | xesedosd op UuofouayUr e[ Woo oWsy2pou0W fa £ spsropy Opto[a1 BY OK PEP “204 B] ap By as- oppaquan yIsa A ONDIP PISa OS “oY | O}NOUIE;SOYTUEUT YISO OU [9 SoTeNo se] Lied seoD SeySa 9p ajuarpuadap wey was ‘9s ns ap BUNS UgrDISod YW Ua 21g “toy J@ anb apaons ompa swoydxe ap wzsany as [9 otHa0 ‘op -eiadsasop 1sv9 ‘opuzyusmous opout ourstur [ap aidurars vIse A opyeaap vy ou epeuoisede ugpoefoaroyus ns anb ayuIs 9s osy9jouoU [a & SpSTOYY,, 2qLI9S0 [9 OpUEND ‘eIAUpO} BEET Ug "epanbsng ns eaytara £ pyuatso anb oysa ap toysaxclxo By an eso vzjo 89 ou anb & odeaap spuref ouoy asa anb uRVOs -o sou selja osad ‘aquatmpendt ‘Ig {sep1v9 sesa opluey sour “BapIqnt] ot Ys pnazg ap ou} Jo SoxyOSoM soUKEApUAL? designio, haciendo seguir, a mis dos ensayos sobre Moisés publicados en Imago, esta pieza final que me habia reser- vado (pag. 52) Habla de la dictadura en la Rusia soviétiea que le quité a la gente la posibilidad de pensar, del fascismo en Tialia y acerca de la barbarie del pueblo alemén; corre el afio 1938 y en Viena se vive la amenaza inminente de la invasién nazi sobre Austria. Freud vacila en presentar su texto porque, paradéjicamente, en ese momento la defensa de un minimo de democracia y libertad estaba a cargo de la conservadora iglesia catélica austriaca; te- mia que su escrito pudiera ofenderla y se perdiera asi la Uinica posibilidad de resguardo para que el psicoandlisis continuara en ese pais. Este es el argumento que él nos da, Podemos preguntarnos si se trata sélo de eso y, atin mis, si ésa es la razén, Es verosimil, pero jes la verdad? ‘Me parece mucho més posible que la maldad y el placer sensacionalista hayan de compensar lo que a mi me falta en el reconocimiento de mis contemporaneos (se refiere a quienes podrian criticarlo, por la falta de sostén, de prue- bas tedricas e histéricas]. Por tanto no daré a luz este tra- bajo, pero ello no podra disuadirme de escribirlo” (pag. 54), Por tiltimo, en la segunda parte del tercer ensayo, en Ia que trabaja después de partir rumbo al exilio, cuando consigue Hegar a Londres y comienza a reescribirlo, di- ce que va a haber repeticiones. ¢Por qué no lo he evitado? La respuesta es para mé facil de hallar, mas no de confesar. No fui capaz de borrar las huellas de la historia genética, en todo caso insdlita, de es- te trabajo (pag. 100). Est diciendo més de lo que sabe; como en cualquier otro, en este trabajo hay huellas de su historia, y quizd podamos leer ahi algo de la historia de cada uno de no- sotros. 152 En realidad fue escrito dos veces. Primero hace algunos afios en Viena, donde yo no crefa en la posibilidad de poder publicarlo, Me resolv{ a dejarlo estar; pero me martirizaba como un “alma en pena’ Segiin William Blake, el gran poeta y pintor inglés, quien no realiza su deseo engendra peste. Retomando lo planteado por Freud, por mi parte digo: quien no avanza en su deseo anda por el mundo como un alma en pena, Al esto, que contenfa lo verdaderamente chocante y pe- ligroso, la aplicacién de los hallazgos a la génesis del mo- noteismo y @ la concepeidn de la religién en general, lo re- tuve, segiin crefa, para siempre. [...] Apenas llegado a Inglaterra, hallé irresistible la tentacién de poner al alcan- ce de mis contempordneos mi guardado saber, y empecé a reorganizar el tercer fragmento del estudio como una con- tinuacién de los dos ya aparecidos (pag. 100). No corresponde descuidar el contexto histérico, la persecucién nazi, lo que significaba no sélo para los na- zis, sino también para los catélicos y los judios abordar el tema en ese momento. Podemos preguntarnos por qué motivo se le ocurre a Freud, precisamente entonces, a un tiempo que se reconoce manifiestamente judio, reto- mar los puntos fundacionales de la tradicién en la que esta incluido: Moisés, su lider, y la religién que es el sos- tén y el eje de la historia de ese pueblo. Gon estos antecedentes, que no son pocos, comenzare- mos una puntuacién del texto “Moisés y el monote‘smo”, para encontrar en Ia letra algo que nos dé la razén por la cual Lacan acudié a él para escribir un pilar de su teo- ria, la Metéfora Paterna, en tanto Freud, por su parte, contrariando la costumbre de su osadia ~sabemos que 1. Tal es la traduecién que da Lépe2 Ballesteros, en tanto Etche- verry propone “como un espfritu no apaciguado”. 158 or -ugay opeurey oor sorp un v “eysfort[od vYouaaz9 wun wo sasorp ep eqioo wun equiqayiaa onb ‘womy sorp jap 9sed as colqures um ogy anb aorp sou ,1OTw, Ue WOISeUTELIO} vj ou] Ua ‘saqUTEUOSUOD SB SOTTATIO} OTS ‘saTEOOA SEI Se} -u19se UPS ON. “sozaysaTTeq-Zody] 40d wysondozd uotsz94 BI ve uo}eUATpY 0 ‘Karsxoqog UNBes ‘uoyeUYP|T oWOD ‘BLLO4StY Bf We SOTMEdtID of £ aIqUIOU Ns EIquTBO “eTodrsa wiBojoxtur v| ap [edioursd soxp ‘uoMy op oyna Te ouEIad osxe[q -tusua & WauaIA apuop ‘ospnt oyqand Jap zopepuny ‘x0p -B]8189] ‘opr ‘sastopy :Is¥ ojopupiuesaId wzuaTIIOD “UpT -e8xjsoaur ey ue osed osed ‘oopysne SoUNOH 39O]I94S un 9p opour ye sequnfaid svunsje opuarey esol] [No 2 8 s1s9y Bun we BpUNge ‘oKvsuA LoULAd Jo Ug ZOTKOr 0189 uo pnozg auodosd gng? “so1g un soo osquioy un so 1s rowsyaqouow 79 £ spsiopy auquioy Jy B[Ny as ‘oOUTLIG soxredox soqirey woo oyrasoid -eunoy zejs{nbuos w oysondstp [eqrUy Jas HOD eqEUOS De él ~y puede decirse que aqui Freud procede a la ma- nera de un marxista de viejo cufio-, afirma que segura: mente surgié como dios tinico y universal, como reflejo en la religién de la expansién del imperio egipcio. Pen- samos que la cosa no es tan simple; si bien es una de las observaciones de su estudio, no es lo central. Cuenta, por otra parte, que este faraén traslada la corte de Lu- xor, donde habitaban los sacerdotes, la clase dominante =porque el poder egipcio respondfa a una teocracia-, a otro lugar, cerca de Il-Marna, donde se han encontrado restos del reinado de Iknhatén. Se instituye entonces con mano férrea el culto de Atén, representado por un disco solar. Hay una dualidad entre algo espiritual, un dios universal y tinico, y su represen- tacién, euyo tinico atributo es ése, el que corresponde al disco solar, sin ninguna otra propiedad. Resultan elimi- nados asf, al mismo tiempo, la veneracién de los muertos y el mAs allé, que para los egipcios fuera tan importante, al igual que el culto de Osiris, el dios de las tinieblas, uno de los més populares en la religién egipcia. Quedan asi- mismo excluidas las artes de magia, hechicerfa y ensalmo —entendiendo por tal el hecho de curar a alguien con fér- mulas mégicas, un antecedente de las psicoterapias-. Este monotefsmo -y aqui reside su interés: Freud se- fala que es el primer Dios de este tipo conocido en la historia de la humanidad- se acompafia de valores éti- cos. En las inscripciones que han quedado de Ikhnatén siempre figura la leyenda Atén Maat, donde Maat quie- re decir verdad y justicia. Cuando muere Ikhnatén hay una revuelta contra su religién; la clase sacerdotal, cen- trada en el viejo culto a Amén, vuelve a tomar el poder y todo lo que habia tenido que ver con Ikhnatén pas6 a ser perseguido, La tesis de Freud es que Moisés habria sido un sa- cerdote de la religién de Atén; siéndole inviable la posi- bilidad de levar el mensaje de ese dios tinico y también &tico al pueblo egipcio, elige al hebreo como sostén de su credo, Freud dice que la idea del pueblo judio de ser el 156 elegido de Dios no serfa sino un desplazamiento del he- cho de haber sido elegido por su lider, Moisés. Pero Freud avanza. Si hasta aqui ya era bastante he- rético suponer que Moisés fuera egipeio, que la religion monoteista y sus valores étieos se originaron antes de que apareciera la religién judaica, ahora pasard a con- siderar la informacién obtenida leyendo a un estudioso del texto sagrado y de la antigiiedad, Ernst Sellin, quien habria descubierto en el libro de los profeta: Oseas, en el Antiguo ‘Testamento, la posible inferencia segiin la cual Moisés, que de acuerdo con la Biblia re- primié con mano dura la herejfa del becerro de oro, en- frents otra sublevacién que al parecer buscaba restau- rar la idolatria y que condujo a su asesinato. También cita las referencias a la mujer de Moisés, Espora, hija de Jethro, un sacerdote madianita. Menciona entonces a Yahvé esto es, Jehové— como un dios que no se con- funde con aquel introducido por el monoteismo ético; a diferencia de él, seria un dios cténico —los dioses cténi- cos son los dioses de la tierra-, mas precisamente un dios voleénico, marcado en el texto bajo la figura de la columna de fuego que se ve a la noche cuando este dios guia al pueblo judio en el desierto, o de 1a nube que la reemplaza durante el dfa, elementos propios de un dios barbaro, colérico, un dios del goce. Freud agrega que en Qadesh, mencionado en la Bi- blia, es donde se habria producido el encuentro de las tribus que habrian asesinado al primer Moisés con otras, tribus del lugar, y que ambas habrian legado a un acuerdo. De ese pacto habrfa surgido un nuevo lideraz- go, con un segundo Moisés. Se introdujo nuevamente una referencia a la religién monotefsta, que no se produ- jo en un dia ni en dos, sino que requirié siglos. Freud nombra distintos tiempos de esa evolucién y de la escri- tura que la historiografia registra en el texto sagrado, hasta que en un momento se habria producido un “hecho esencial”, Freud lo subraya y le acuerda la categoria de un retorno de lo reprimido. 157 . 69T [op sozuortoo so] to ‘suosUPAY ¥ qeI19 Z0A ns v Ua ‘crmavq B opuarnls :ZT6T ap 079} 29 Ue opelnUoy rqey B& anb of epronsey ‘spsiopy ‘oxpnt ojqand jap 2p

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