Ten cuidado con cualquier trabajo que realices para Dios, que te lleve a dejar de concentrarte en l. Muchos obreros cristianos adoran su trabajo, pero el nico inters de un obrero debera ser concentrarse en Dios. Esto significa que cualquier otro lmite de nuestra vida diferente a ste, ya sea mental, moral o espiritual, ser un lmite completamente libre, con la libertad que Dios le da a sus hijos - los hijos que lo adoran a l, no los rebeldes. Un obrero que carece de este rasgo predominante y solemne de concentracin en Dios corre el peligro de que su obra se convierta en una carga. Es esclavo de sus propios lmites y al cuerpo, la mente y el espritu no les queda un espacio de libertad. En consecuencia, queda consumido y aplastado, y no es libre ni tiene gozo en la vida. Sus nervios, mente y corazn se encuentran tan agobiados que la bendicin de Dios no puede reposar sobre l. Pero, el caso opuesto es igualmente cierto. Una vez que estamos concentrados en Dios, todos los lmites de mi vida son libres y estn dominados nicamente por l. Ya no hay ninguna responsabilidad sobre ti por causa del trabajo. Tu nica responsabilidad es la de mantenerte en un contacto vivo y permanente con Dios, y la de cuidar que nada estorbe tu cooperacin con l. La libertad que experimentaste despus de la santificacin es la libertad de un hijo, y lo que sujetaba tu vida desaparece. Pero ten cuidado de recordar que has sido libertado con el nico propsito de estar absolutamente consagrado a Aquel que es tu compaero de trabajo. No tenemos ningn derecho a decidir cul es el lugar donde Dios nos debe colocar, o a tener ideas preconcebidas con respecto a aquello para lo cual l nos est preparando. Dios est a cargo de todo. Dondequiera que nos ubique, nuestro nico objetivo debe ser derramar nuestras vidas con una devocin incondicional a l en aquella obra en particular. "Todo lo que te venga a mano para hacer, hazlo segn tus fuerzas", Ecl_9:10.