Al dirigirse al trabajo, a un hombre se le cayó un papel al suelo, cerca de la
puerta de su vecino; éste, vio la escena y creyó que el papel había sido tirado, a propósito, por el vecino para ensuciarle su puerta, y sintió ganas de vengarse.
Para ello, vació toda la papelera en la puerta de su otro vecino; lo hizo de
noche para no ser visto;pero, para su mala suerte, fue visto por el perjudicado que, a su vez, también planeó vengarse. Los siguientes actos vengativos, respectivos, fueron aumentando su grado de violencia, progresivamente, hasta el punto de acabar los dos vecinos en el hospital debido a los efectos de una bomba-terremoto que derrumbó sus casas, hiriendo de gravedad a ambos. Hospitalizados en la misma habitación, permanecieron varios días sin dirigirse palabra alguna; poco a poco comenzaron a hablar e hicieron alusión al incidente, descubriendo para su sorpresa que todo había sido un tremendo malentendido. Repararon en su error, comprendiendo que dialogando se pueden evitar conflictos posteriores.