| LAIMAGEN
| URANIO ENRIQUECIDO
Sorprende esa atmésfera de tranquilidad doméstica. Esa luz de domingo por la mafiana.
Observen la naturalidad con la que estas mujeres del Kurdistan iraqut inmovilizan ala nifa.
Por Juan José Millds
amayoria de los crimenes se cometen en el cuarto de
estar y tanto el verdugo como lavictima pertenecenala
familia. Por eso hay un cadéveren el armario ropero de
todas as casas, Estamos tan habituados alos crimenes
domésticos, que hasta os fotografiamos paral lbum. Observen.
Janaturalidad con la que las dos mujeres de la imagen (quizé la
‘madreylaabuela delanifia)tratan, una, de inmovilizarla;laotra,
de abrile las piemnas para acceder a su intimidad. La escena dis-
cure en medio de una sorprendente atmésfera de paz doméstica.
Parece un domingo por la mafiana. Quizé en la habitacién de al
Jado la hermana mayor esté preparando la comida y en la del
fondo el padre resuelva pacificamente un crucigrama. La mujer
ue intenta inmovilizara la nifa (tal vez su madre) sonrie incluso,
‘como sila resistencia dela pequefia, que junta con cierta terque-
dad las rodillas le hiciera gracia.
En fin, que se disponen amutilarsus genitales, seguramente
con una cuchilla de afeitar. No insistiremos en las consecuen:
cias de esa conocida amputacién, porque hay en la prensa dia-
ria abundante literatura sobre el asunto, Baste con recordar que
son de amplio espectro y para toda la vida. Lo que interesaba
era mostrar que el horror no siempre se manifiesta en una
dimensién ajenaala nuestra. Sucede, porlo general, en la habi-
tacién de al lado (aquimismo, el aio pasado, victimas dela vio
lencia de género, murieron mas de 50 mujeres). Pero no nos
‘suena que la ablacién del clitoris se persiga internacionalmente
comola fabricacién de uranio enriquecido. e
Fotografia de Safin Hamed