en el año 9 d.C. en la Italia central. Su padre, Flavio Sabino, fue recaudador de impuestos. Pretor en tiempo de Calígula y militar brillante en Britania durante el reinado de Claudio, su humilde origen hizo que no fuese objeto de represalias por parte de Nerón, quien no veía en él amenaza alguna. Como emperador, trató de sanear el gobierno y las finanzas públicas (llegó a gravar con impuestos los urinarios públicos), al tiempo que intentaba aparecer como el restaurador de las antiguas tradiciones. Durante su gobierno se reprimió una gran sublevación, y se prosiguió la conquista de Britania. Reparó las ruinas de Roma, construyó el templo del Capitolio e inició la construcción del Coliseo de Roma. En junio del 79, Vespasiano falleció víctima de una inflamación intestinal, que le condujo a un exceso de diarrea. Según Suetonio sus últimas palabras fueron: