En estos tiempos extraos, cuando las mimosas abren las puertas del olfato,

cuando todava no se ha cambiado la hora, cuando la primavera asoma pero

no se hace presente. Es en estos tiempos llenos de efervescencias, de
nuevos tactos, cuando la necesidad de reafirmacin se hace palpable.
La sensacin de una cmara fotogrfica a la que se le ha roto su don de
enfocar. Tiempos que se sienten perdidos pero necesarios, liberados de su
funcin, expropiados de su servicio, tiles en su plpito, pues olvidaron el
reloj. Escucho los colores que se presentan. Son instantes donde reclamo el
amor propio. Dejemos la arrogancia, presentmonos humildemente ante los
sentimientos, depositemos las cartas en otra mesa, no hay juego, ahora no.
La noche se expande en su inmensidad, y yo con ella. Abro el sentimiento
del gusto. Ah estoy. En medio de un caos, en medio de la nada si me aslo.
Tormenta que descansa. Hilos de colores que se tejen entre palabras
incoherentes, o eso parece; el uso del lenguaje se ha quedado obsoleto. Las
mscaras no tienen sentido. Las metforas suelen ayudar. Vender
emociones. Susurrar compases para caminar, saborear el recuerdo,
construir un presente. No hacer explcito este torrente potico de cicatrices,
sino dibujarlo con acuarelas. Crear. Confeccionar un instante de paz. Dejar
fluir lo que venga: ver la luna como si fuera la primera vez. Asentarse en un
espacio personal donde el arrope proviene de nuestras propias manos. A
ese lugar vuelvo una y otra vez, en cualquier momento, en cualquier
segundo eterno. La elocuencia de sonrisas atadas al contacto con los que
me rodean. Dar las gracias a eso invisible, a lo que hace que aunque te
salgas o no del rengln, pues es incondicional, no queriendo significar
objetivo. Tener la suerte de saborearlo. Tener la visin como para poder
descubrir una epifana. Y de repente buscas sin saberte buscador, pero
encuentras, seguramente tarde, pero igual de vlido.
Les pido que me dejen tener el coraje de ser impaciente y tener coraje con
paciencia. Djenme respirar, no tomen ms de lo que se les ofreci, no
confundan prudencia con descaro. Por favor.
Me siento libre y mis manos ya no son de paja. Se acerca el momento de
fraguar y no traigo lucha, slo el silencio. Callar para reinventar, para sentir,
para sentirme. Tiempos que empiezan por un lo siento. Es en estos
tiempos cuando realmente el camino se hace a travs del espejo, a travs
de pisadas que convierten el suelo en agua cristalina. Caminemos pues.