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A travs de toda su obra es posible observar una constante, una suerte

de metafsica que le da su configuracin ms honda. Est usted de


acuerdo con esta afirmacin? Por qu?
Tendramos que ponernos de acuerdo sobre qu metafsica y cmo
penetra en mi obra. Al llegar a mi madurez se fue haciendo en m el
sistema potico del mundo, una concepcin de la vida fundamental en la
imagen y en la metfora. Me pareci adivinar en cada poema una vida
que se diversificaba, que alcanzaba infinitas proliferaciones,
entrelazamientos, conversaciones y silencios. Los enlaces y las pausas
se corporizaban, , las palabras al trepar sobre las palabras esbozaban
figuras, me pareca que las imgenes enmascaradas queran revelar su
secreto al final del baile. Nadie vea en el momento en que mostraba en
el roco un rostro incomparable, por un azar concurrente se me regalaba
ese deslumbramiento. El azar se empareja en la metfora, prosigue en la
imagen, el contrapunto que hace visible esa concurrencia en la novela.
Mi metafsica, si es que eso existe, no busca la razn ni la dialctica, sino
la imagen y el ritmo de esclarecimiento. Un corsi e ricorsi entre el
apetito y la repugnancia, es mi metafsica, pero en general, prefiero
hablar de la imagen y de su punto de partida, usando la frase de
Tertuliano: es cierto porque es imposible. El sistema potico no pretende
tener ni aplicacin ni inmediatez. No aclara, no oscurece, no se derivan
de l obras, no hace novelas, no hace poesa. Es, est, respira. Lo mismo
repasa una superficie muy pulimentada, sigue en una ballena, pone
huevos de tortuga en el espacio vaco. Lo que pretendo es un
hechizamiento, una dilatacin de la imagen hasta la lnea del horizonte.

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