En solitarias, oscuras y largas noches desveladas, voy esculpiendo en mi soledad tu rostro, tu nombre, y en mi afiebrada memoria, voy buscando aquellas experiencias, tan humanas, tan nuestras y secretas, para que el recuerdo, llene el vaco de los ojos del alma, que me deja tu forzada ausencia. Te confieso, en la oscuridad. de pronto, me siento cohibido, me que do quieto, callado, y me asalta como un gigante, la insondable duda, de la certeza, que nunca, nunca, all o all, de verdad, he sido o he estado. Creo que la soledad, es y a sido el primer y ltimo eslabn, de una cadena, que sin eses, aprisiona mi identidad, cadena incorprea, pero omnipresente, que brutalmente, cuando sin alas vuelo, su tintineo silencioso, me vuelve a la irreal realidad Vsanico, cuerdo, expresin carnal y espiritual del egosmo, dibujo con la acuarela de la nada, nuestros momentos de pasin, y en una nube de felicidad, te visto de seda, tis, y oropel, y entones tu piel adolescente, sedosa, tenue como el papel,
Fnix prodigioso, quema mi realidad, mis sueos y
mi ilusin.
Mas la mariposa inoportuna de la realidad,
despus de pasear sus alas de seda por tu adolescente ser, liba despiadada en mi alma, el nctar siempre amargo, de nuestras despedidas, largas, silentes, angustiosas, cuando luego de haber contemplado el ocaso a escondidas, planificamos y pensamos en nuevos y escondidos encuentros Un beso largo, hmedo silente, nos separa, y cmplice mudo, acerca otro furtivo maana, en que nuevamente haremos nuestro el amor, y que cuando renuentes, otra vez, nos separemos, nos iremos, desojando en ptalos tuyos y mos, la rosa del amor, Fuente de tanta dicha, sueos y al mismo tiempo dolor.