Está en la página 1de 31
niicleo temitico que subyace a toda esta efervescencia interdisciplinazia radica en el papel que juegan las instituciones dentro de la vida social y la manera en que las sociedades modelan y remodelan, a su ver, tales insti- tuciones. Subyace a todo esto una biisqueda permanente de teorfas, tanto normativas como eny que sirvan como guia y, simultineamente, como explicacion para estas importantes transformaciones institucionales, propio periodo formativo, el Proyecto de Diseiio Institucional conté con los competentes servicios de una muy talentosa asistente admi- nistrativa, Annette Ritchie, Es nuestro deseo agradecerle su colaboracién. en la puesta en marcha del proyecto, en la organizacién de las conferen- cias y seminarios, cuyos frutos filtimos aparecen en la presente obta y, en general, por mantenernos a todos nosotzos en la buena senda. No pode- ‘mos tampoco olvidar otras muchas deudas de gratitud: a John Braithwai- te, responsable de un proyecto mas amplio dentro de la misma facultad, Reshaping Australian Institutions Project [Proyecto de Transformacin de Instituciones Australianas), que llegé a absorber a nuestra propio empre~ sa, més modesta. Nuestro agradecitniento, a ély a Barry Weingast, por sus «excelentes consejos acerca del formato global de este libro; y a Robin De- ricourt, por contribuir ala posibilidad de su impresién. \ NV eotta de} diseno heck F Goedin Ceomps lader) xa) gediee Las instituciones y su disefio Rosert E, Goopin* El objetivo principal de esta introduccién consiste en determinar el cam= po de la titeratura existente en relacién con las teorias acerca del disefio institucional. Fl propésito es ofrecer un contexto para las contribuciones que integran estos trabajos, asi como trazar un mapa del terreno que con- forman colecciones mas generales El capitulo comienza con una relevaci6n de las continuidades y dis- continuidades que aparecen en el estudio de las instituciones, en primera instancia, sobre la base del estudio de cada disciplina por separado. Evito definir el término sinstituciény de manera prematura y perentoria, ya que preficto permitir que cada disciplina haga ofr su voz propia. Inevita- blemente, cada una de ellas (y también cada subdiseiplina) se concentra ‘en distintas instituciones, que son consideradas paradigmiticas, y selec~ ick Dunleavy, Patrica Harris, Ba ss, Claus Off, Philp Pettit, Ps Barry Weingast y, especialmente, John Ferejohn y Diane Gibson 3 ————————— ciona diferentes caracterfsticas como sus rasgos definitorios. Mi propuesta «5 cefiir esta diversidad con un corsé, en lugar de con una camisa de fuet~ za, Una vez que todas estas disciplinas hayan tenido la oportunidad de hacerse oir a su propia manera, las consolidaremos para aleanzar algunas reflexiones mas generales acerca de la forma y la fancién de las institu- ciones sociales. Como parte de este proceso, voy a identificar una defi- ‘iciOn minimalista del término «institucioness, con Ta que podrian estar de acuerdo la mayorfa de los institucionalistas, de enfoques tradicionales ‘9 mas modernos, provenientes de toda una gama de disciplinas. isis aporta una plataforma a partir de la cual resulta factible plantear, en ls dos ailtimas secciones, arguments acerca de la posibilidad de perfeccionar las instituciones so les. Las cucstiones clave a este res pecto se refieren a en qué medida las instituciones emergen accidental- mente 0 evolucionan automaticamente, y al grado en el que estin sujetas al disefio y redisefio deliberados. En tanto el diseiio (o redisefio) institu- cional de uno w otzo tipo constituya una aspiracién realizable en algam sentido, surgirin nuevos cuestionamientos acerca de que clases de princi- pios, tanto normativos como empiricos, podrian empleatse adecuadamen- te para esta tarca 1.1. El institucionalismo, eldsico y nuevo Cada una de las diversas disciplinas que conforman colectivamente las siencizs sociales han contenido una tradici6n institucionalista més antigua. En cada uno de los casos, esa tradicién ha resurgido recientemente con al- iin nuevo giro. De cada disciplina, se ocupaba de det os aspectos ligeramente distin tos del fen6meno y consideraba ls instituciones sociales como soluciones a los problemas que cada disciplina respectiva sostenia como centrales, el ‘auevo institucionalismo tiene un significado levemente diferente en el con- texto de cada wna de estas disciplinas alternativas. Cada perspectiva puede sfectuar su contribucién a una visién mas completa de las formas en las suales las instituciones modelan la vida social. Pero las ventajas que se ob- tienen por construir de esta manera una verdad mis amplia s6lo pueden alcanzarse a través de la toma de conciencia de que nalismo» no ¢s uno, sino muchos." nera que el insttucionalismo, dentro de snuevo institucio- jen capt, per eiemplo, Smith en su texto de 1988. 1.1.1. El nuevo institucionalismo en la historia No hace tanto tiempo, la historia consistia principalmente en historia po- litica, en el estudio de las guerras, los reyes y las incrigas cortesanas. Por supuesto, también es cierto que la historia es y siempre ha sido, esencial mente, una cuestién de narrativa: un buen relato exige un buen dramatis personce. Asi, la historia politica tradicional ha estado siempre altamente persomalizada y las, Jos Estados, en la persona de su p: amigos en la corte; y asi ‘Aunque se contara a través de relatos acerca de personali doras y del coraje individual, la historia tradicional consistia esencialmen~ te en natraciones acerca de instituciones politieas, su formacién y su e~ forma. Los reyes y sus cortes, los Estados constituidos a su alrededor y las guerras entre ellos son artefactos institucionales, productos de la organi- zaci6n politica, En este sentido, tradicionalmente la historia como disci- plina ha sido altamente institucional en su orientacién fundamental a, sin embargo, era el subsistema especifica mente politico de las instituciones sociales lo que atrafa la mayor parte de Ia atenci6n del historiador. Ciertamente, también se tenia en cuenta el funcionamiento de las instituciones sociales y econémicas, pero bisica- ‘mente s6lo en cuanto estaba relacionado con la politica. Ese especial én- fasis en diversas instituciones, en esencia sinicamente en las politicas, constituye lo que caracterizaré aqui como el cinstitucionalismo clisicor en Ja historia. Durante el curso del siglo Xx, Ja concepcién de Ia historia como el es- tudio de los reyes y de las guerras cay en desuso. La historia politica ha cedido su lugar gradualmente a la historia social. En este cambio, simbo- ado tanto como precipitado por la escuela de los Annales, la historia ha egado a ser concebida cada vex mis como Ia historia de la vida cotidia- na, Si Jo que resulta central para a historia es la experiencia vivida del pa- sado, la historia cortesana resulta en gran medida irrelevante, Historica~ mente, los hechos cortesanos sélo han afectado los mirgenes de Ja vida cotidiana, Incluso, historicamente, cuando su efecto fixe una guerra. En afios mis recientes, el punto focal de la historia como disciplina ha vvirado una ver mis. La vida privada de las personas comunes, como he~ ‘mos legado a descubrir, no se encuentra aislada y completamente aparte del resto de la sociedad en general. En consecuencia, se ha producido un. regreso al estudio de las instituciones sociales més gencrales, El eje de es- ‘ta nueva historia no son necesariamente las acciones de los reyes y sus cor~ Teadicionalmente tam! see US auivalentes contemporincos:presidentes y gabinetes, legisla Friese ach financieros y magnates de los medios de comunicacion) Por cierto que la formas mis modernas de investigacign h concentran en esto con exclusi6n de ct haberlo hecho las formas mis antiguas El nuevo enfogue es, simultineamente, m: Se concentra en las instituciones yendo, por ejemplo, las organismos del Estado ca no se ler ot70 factor, come pueden amplio y (el fancionamiento de las Jos Consejos del Menor, o las oficinas de 2).? Como resultado de esta reorientacién, i Mi nuevamente consiste en una narracién sobre el funcionamien. oe A estiucturas sociales, aunque hoy se agregue un nuevo enfosue al impacto real que tales estructuras tienen so me pest Struct ti bre la vida privada de las per- 1a contribucién particularmente histrica al insiucionaismo, lisico eaayev radica en la fijacién de esta disciplina con el pasado. Si cada di. ciplina «pesees, dentro de la ciencias sociales, una viable especific: ue corresponde a la historia es h tiempo, En la medida en que aspire a iir.una ciencia social, a historia es simplemente el estudio de la f eres ens rudio de la forma en Hue cl pasado moldea el presente y el fituro. O, para decitlo en aan consiste og Peecido al de Whigg, podiiamos afirmar que la historia slo Tos cadet Telatos acezca del pasado que internalizamos como pro- Pios, los cuales, al ser contados una y otra vez, nos molde. 4 nucstras acciones fiearas,? Elhecho de que el pasado ejerce este t constitaye a1 asad sjece exe tipo de influenca sobre nostrs ‘ central de la historia como disciplina; éste es el nfass peculiar que impart asus dstnta formas de institucionalinas Se phos de 10s iterrogantes acerca de por qué y cémo ejerce el pada Sx po de dominio serin resueltos por ottas disciplinas, Los buenne hac toradoresespeculan, naturalment, acerca de la dnimics pacologies, a ciol6gica o politica intervinientes, Apuntan hacia la satisfaccion que pro- viene de ajustar nuestra vida a una estructura narraiva mayor, o bien hag 4 nosotros y 2. Véase Evans al. (1979) y Steinmo ‘Skocpol Paine Soldis and Medien (1999) lac alee (1992), Bseadioe mods so ek 1 de Theda 1 Orten, Belated Feudal (1991), al econoeer las manera en lat que e- 2 construccién histérica de la conciencia colectiva, o hacia la organizacién como movilizacién y fosilizacién de las tendencias. Pero este tipo de apuntes, babi 1c, s€ queda en el gesto. n del historiador se ve capturad. cionamit casos y ottos relacionados. De hecho, aquellos que tienen una mentalidad peculiarmente historicista a menudo se revelan reacios a ese tipo talizaciones, considerando que necesariamente violentan la particul istoriea que rodea cada caso especifico, la cual, en conjunto, de una ma- nera muy despojada, representa los «datos» para el cicntifico de las ciencias sociales.* 1.1.2, El nuevo institucionalismo en la sociologia Desde sus comienzos, también la sociologia ha estado esencialmente con- entrada en el estudio de las instituciones. En un principio, esta preoce- pacién adopté la forma de una fijacién relativamente poco imaginativa sobre un catilogo estandarizado de instituciones. La obra de Herbert Spencer de 1879 es of Sociology, por ejemplo, se desarrolla a través de un tedioso desplicgue de instituciones ceremoniales, politicas, profe- sionales, industriales, y asi sucesivamente. ygia moderna que la siguieron impusieron es- {atos te6ricos mucho mis ricos sobre divisiones tan pedestres de la pro- blemitica sociolégica, Pero es justo reconocer que los maestros de la socio- logia moderna —Pareto, Mosca y Michels; Tonnies y Durkheim; Simmel y Weber; y, especialmente, Marx— tienen todos como preocupacién cen- tral las formas en las cuales las instituciones colectivas subsumen y subor~ dinan al individuo, Todos esos estudios clisicos ~tanto los referidos a la «solidaridad orginicae como los estudios acerca de la wsolidaridad mecini- ay; los que se refieren a la teoria de la identificacién como a la teorfa de la organizaci6n; ala «bases tanto como a la esuperestructuras~ consisten de bienessr en general, que incluye 60 naciones. Exping- Anderson nce entre ambos. ff esencialmente en historias acerca de mecanisn control social sobre la voluntad bumana.* Esta combinacién de intereses resulta patticularmente clata en la obra de Talcott Parsons, en algunos aspectos el més destacado de los sociélogos eos. Sus primeros esturdios acerca de la estructura de la ac_ in social (véase The Structure of Social Action) se ocupaban oficialmente de las fuentes de la accién individual voluntaria, Sin embargo, su teorfa general de la acciGn social (véase General Theory of Social Action) formali- arecia en sus trabajos anteriores como conceptos rela- Cionados de sel sistema social» como mecanismo de control, ideas que lo graron su elaboracin mis plena (y mis barroca) en su obra posterior The Social System.* mos destinados a lograr el Inevitablemente, aparecié Iucgo una reaccién contra lo que se consi~ deraba un énfasis exagerado en la manera en que las voluntades indivi duales resultaban moldcadas por las estructuras sociales colectivas. Sus cri- ficos objetaban la econcepcién excesivamente socializada del hombres en el terreno de la sociologia estructural funcionalista, abogando pot adevol ver su papel al hombres.’ Las formas en que los ctiticos de mediados del siglo xx proponian lograrlo variaban, desde relatos esencialmente feno- ‘menol6gicos acerca de la wconstruccién social de la realidads hasta el con ductismo de inspiracién sociopsicolégica y la «teoria de la acciéne * Cualquiera que fuera la forma precisa que tomaran las teorias que se Proponian refutarlo, su impulso bisico apuntaba a restar importancia (un que sin llegar a negérsela completamente) a las estructuras e instituciones sociales colectivas dentro de la determinacién de las acciones y elecciones de los individuos y grupos dentro de wna sociedad dada. El énfasis que ponia esta reaccién sociolégica de mediados del siglo xx en contra del ‘nstitucionalismo clisico se centraba en el papel del individuo y de la elec- ci6n colectiva, frente al detcrminismo socioestructural de todos los resul tados de relevancia social (0, al menos, sociolégica) El snuevo institucionalismos dentro de la sociologia contemporinea Constituye, a su vez, una reaccién contra esa reaccién, En parte, esto no implica mas que el retorno a los antiguos temas insttucionalistasy estruc~ es tompranas de ese tema, que se encuentsa cada vez ms ‘shh pequeia obra de E. A, Rows sobre el conta soci, Sal mente como una serie de articulos en tres voimenes din, Jour of Sil 1952. Parsons y Shs, 1951. Parsons, 1952. 2, Wrong. 1961; Homans, 1964 8, Berger y Luckman, 1966. Manis y Meltzer, 1967, Goffman, 1970, sta, dindoles un giro normativo diferente. Los antiguos estructura sina ean se conervadores observant ae thas, te inclinaban simplemente a suponce que éts realizaban alguna entibucién funcional ala estabilidad social y propendian a celebrar este ceo, aprcbando co ente las diversas maneras en las que la con- sania ogtaba el control de los individuos.° Un grupo de nue ov insitacionalisas sociologicos conse, bisicament, en radcales que, Yas observar el mismo fendmeno (westructuracion» y dominacién de la procs in por parte de decerminantes estructurales en ‘el modo en que tales instieuciones ejercen un ser oculto sobre agentes socials indefensos, sean stor individuos 0 Dimon nuevos institucional dentro de la soiolog, 2 menudo no menos radiales en sus puntos de vista politces, se concentran en puntos nds estrechamente analiticos. La accion individual, segsin observan, se en= ccuentra sentaizada» dentro del contexto de las organizaciones e institucio- nes colectvas Las acciones son moldeads por Jos contextosinstitaciona~ lesdentro de los cuales se encuentran, que afectan y desvian sus efectos Los nuevos institucionalista sociolégicos de esta estitpe scala, ne ticular, el importante papel que pueden desempeiiat —y que, de eo oe sempeiian las organizaciones intermedias, asf como los efectos colec' je otiginan. La familia es uno de los ejemplos obvios que se encuentra, for ciewo, en el vrtice de muchas controversies vcmules Pero as teo- wis acerca dea sociedad cv In danaidad de las extrcirsinterineias y Jas eds institucionales en general también ocupan un lugar destacado en veo elcslons Genin cee de a aia yin nstiacones o- Giales relacionadas combinan estos dos enfoques. Tales estructuras inter~ sels airman, reaizan una labor de medic fn inten que cits patrones de dominacién y subordinacién institucionalizados se pierden com respecto alos Foncio- 9. or contort rear a comics con pet 0 fno= alc eau tunes re ney Hamers vere con pet a ‘conta seins noe de a posuer, Arnold Geen egy Kells 1968), 10. Giddens, 1984, Lukes, 1974, Bl cliseo ensayo de Dabrendos de 1958, «Out te dentro del mismo esprit, Pie es un precursor mis cauto,esen 11, Granoveter, 1985 y 1992, Utter rae 1992) se ven poderosamente pecans ec in, 1994; Cohen y Arto, conizmaim pre miacis empire y omen de acon clviea en Telia moderna que hace Putnam (1993), completamente de vista. Los autores feministas se concentran especial- -dicotomia entre lo pablico y Lo privado», que también resul- Ja concepeién de sf mismnas d miuestran [as diversas formas en las que las rel lectivas de poder y dominacién al. esfera de lo estrictamente privad nen a la opre encarnan las est alega esta teoria, quienes se opo- examinar las relaciones de poder que uras intermedias de la esfera putativamente «privada», tanto como has n das juciones mis directamente pabl Si asigniramos una evariable claves a cada una de las disciplinas de las ciencias sociales, la que corresponderfa a la sociologia podria ser slo co- Iectivov."* Bn la sociologia, el institucionalismo clésico se concentraba en las maneras en las cuales las entidades colectivas —Ia familia, las profesiones, Ja Iglesia, la escuela, el Estado~ Crean y construyen instituciones que, a su vez, moldean a los individuos. El nuevo institucionalismo se concentra, quizés con mayor modestia, en cémo afecta las preferencias y posibilida des del individuo el hecho de encontrarse enraizado en tales entes colec- ‘ivos. Pero la marca distintiva del institucionalismo socioldgico, clisico 0 huevo, radica en el énfasis puesto en la manera en la que la pertenencia a grupos mis amplios moldea la conducta individual (y quizis se ve moldea- da, a la ver, por ésta) 1.1.3. El nnevo institucionalismo en ta economia En las ciencias econémicas, la tradicién predominante se ha concentrado por mucho tiempo en torno aun paradigma neoclisico que tes libres idealizados que se relacionan entre sf dentio de do idealizado. Dentro de ese modelo, el orden y los patrones emergen a partir de tales interacciones, no lo prefiguran. Pero desde hace ya bastan- te tiempo existe, tanto dentro del campo de las finanzas piblicas en Euro a como en la economia de Estados Unidos mis en general, una tradicion sinstitucionalistar que precede y ~especialmente en Estados Unidos~ se 4 explicitamente en un movimiento de oposicién a la orvodoxia 4, Mactnuoshy Beret, 1982. Véas tan 1989, 15. La ccler s, por supuesto, simplemente un caso especial dentro de eta form sis general 81; Pateman, 1983/1989 y Oki La concepci6n original de la economia institucional estadounide tal come la difindieran John R. Commons y sus seguidores, consistfa en examina las maneras en las cuales la acci6n colectiva puede ser encarna~ da institucionalmente y, de esa manera, puede moldear y Timitar la cién individual subs "El aspecto més positivo y constructivo del proyecto fue su estudio de las instituctones y los mecanismos ~los dere- chos reales y las sentencias de los tribunales que los aplican; los intercam- las instituciones de crédi dustriales, etcé bios particulares y las pricticas que los rg los les; los sindicatos y Jas asociacione: tera que crean y controlan la vida econémica. Su propésito mas negati- ‘yo consistia en socavar la ortodoxia neoclisica con la demostracién d diversas maneras en las cuales sus concepciones idealizadas del slib cadox erténeamente la realidad institucional de cualq economia real, a cual se encuentra, en realidad, dominada por actores (empresas, clases, bancos centrales o cualquier otro) que cuentan precisa ‘mente con el tipo de poder necesario para moldear los efectos de los mer~ cados (en especial, aunque no exclusivamente, al alterat los precios relati-~ vv0s de los biencs y recursos) que en los mercados ficticiamente idealizados se supone no existe.” 2a tl pases nancli exntada dondoy on ga sae, la ‘ortodoxia predominante dentro de las ciencias econémicas del siglo Xx. A ‘medida que ese paradigma consolidaba su influencia dentro de la profe- sion, mas se ampliaban sus ambiciones. Desde un punto de vista externo, parecia un claro caso en que la microeconomia pierde el rumbo, al inten- tar, no sélo absorber a la macroeconomia, sino también (en la version de la seleccién piblica») ejercer ambiciones imperiales sobre grandes ‘reas del proceso de toma de decisiones que claramente no estin relacionadas con el mercado (especialmente las politicas)." Dentro de este programa neockisico, la maxima aspiracién y constante bisqueda consistia en suministear «fandamentos micror para los fendme- 19s de nivel macro de la economia y otros émbitos.” El objetivo era re~ ucir toda conducta econémica—y, en dltima instancia, toda conducta social ‘en general-" a la interaccin de preferencias individuales bajo condiciones 1931, 1934 19. Weintravb, 1978 20, La obra de Gaty Becker (1976, 1981) constitye et epcr de escasez (en el sentido, simplemente, de que no todas las preferencias de todas las personas pueden ser satisfechas completamente de forma simul- inca). Simplemente, se daba por sentado la existencia de funciones de res- puesta sencllas y mis 0 menos instantineas; a epersstencias, ya fuera pro- ducto de las instituciones © de otro origen, simplemente se ignoraba, El dispositivo analitico bisico consistia en das el concepto de solucién pr maximizacion rest ido, el equilibrio, La reduccién propuesta no logré un éxito absoluto, No obstante, en ef camino, el programa esencialmente contrario al institucionalisino de la economia neoclisica fue poderosamente avalado, tanto positiva como ne- gativamente, Entre los hallazgos Arrow y Hi ositivos eruciales se encuentra la obra de General Competitive Analysis, que brinda una prueba mi croeconémica adecuada de los teoremas fandamentales de la econot del bienestar (en términos generales, demuestra que Adam Smith estaba en lo cierto: la mano invisible, en supuestos idealizados, realmente obrar’ los resultados migicos que se le atribuyen)."' También en un sentido ne- gativo, Arrow contribuyé poderosamente a la pérdida de confianza en la capacidad de las decisiones colectivas para resolver (de esta manera se in terpretaba habitualmente -aungue no con total acierto~ su Teorema de la Imposibilidad General, que demuestra que el voto de la mayoria puede conducir a un resultado circular)” y a la pérdida de confianza en la capa- idad de las colectividades de organizarse para implementar algo (lo cual constituye la esencia explicita de sus influyentes conferencias acerca de los limites de la organizacion)» las preerencas de los voeantes no estas posbles (cept las preferencis de a), Por timo, nétese que el teorema de Arrow se 23. Acro 1974, Véase umbién Woll, 199. mamente, sin embargo, se ha producido un resurgimiento del in- J, una reaccién contra el ind terés en Ja economia insttucio csi extremo de esta revohicion microeconémica, Quizis esté mis representado en la obra del ganador del Premio Nobel Douglass North {que su tabajo esta dedicado ala historia econdmica, ci6n y operaci6n de los mercados tal como los, tar amortiguado.” Quizas Oliver Wi : te sentido, ya que su teoria econdmica basada en los costos de transaccién observaciones de Coase acerca de la naturaleza de la empre- mis amplia accrea de las instituciones econémicas del capitalisms vo imporia a qui ejamos com fu exponent, inden bikie dees. ‘mo dentro de la economia consiste en mostrar las, .cionamiento real del libre mercado dentro te nuevo institucional diversas maneras en que el f de la economia neoclisica exige y presupone una estructura institucional no es menor. Mis precisamente, las instituciones reducen los, los intercambios, Promueven las tran- previa gu costos de transacci6n y faciitan, a sacciones comerciales y, por lo tanto, To economisas neolsicosapecan el Hbrecomercio debido a que contibuye a que las personas descubran cules son sus deseos y hagan efee- tivas sus elecciones, en la maxima medida posible dentto de los limites im- puestos por la escasez de recursos. Las instituciones facilitan el comercio, comercio.* ‘Sin embargo, la forma en que lo hacen es, precisamente, resttingiendo las ides de cleccién. Si no pudiéramos firmar un contrato vinculante (© su equivalente social: exponer nuestra reputacién al hacer una promesa Vinculante), no nos seria posible realizar ningin tipo de intercambio de cumplimiento diferido, en los cuales una parte debe actuar primero, con- fiando en que la otra cumpliri su parte posteriormente. Al asumir el ries- feo que lleva as 0), aungue también coneituya un ejemplo de lo a 1 por considera que se limita Gnicamente a ct= 985. Vase un perpectivasociolgica sobre los mistios c= g0 de que nos entablen juicio en caso de que no cumpligramos nuestra parte del contrato, nos sometemos a una restriccién; sin embargo, la acep- tamos con gusto, ya que de no existir ese sistema de restricciones, no po~ dria producirse una corriente de intercambios para beneficio mutuo.” Al afirmar que las instituciones facilitan el comercio, debemos reco- nocer también que facilitan algunos tipos de comercio mis que otros (demas, en un mundo determinado por los precios relativos, a expensas de estos ditimos). Las insttuciones pueden facilitar, de manera similar, de- erminados canales comerciales y asociaciones a expensas de otros posi- bles, De esta manera, las instituciones de hecho introducen y refuerzan tendencias que favorecen a determinados agentes e interacciones y que Perjudican a otros. Nada de esto deberia resultar sorprendente. Después de todo, las instituciones s6lo son, en esencia, pricticas del pasado fosili- zadas que presevan los desequilibrios de poder y las asimetrias en la nego- ciaci6n incorporadas originalmente* E] énfasis puesto en la importancia de la instituciones econémicas, por Jo tanto, equivale a subrayar la importancia del pasado como determinan- te de las elecciones econémicas actuales, Esta es una idea que el paradig. ma neoclisico, en su forma mis pura, hubiese aspirado a disipar.” Para ‘emplear una frase que aparece en Ios preceptos de Hume acerca de Ia cau- salidad en general, el paradigia neoclisico de la economia hubiera prefe- Fido poder insistir en que no es posible una «accién a distancias (en este «aso, a distancia en el tiempo). Hubiese preferido poder insistir en que to- do lo que necesitamos para realizar predicciones fiables acerca de una si- ‘uaci6n futura son descripciones completas del estado actual de la situa ‘i6n, junto con generalizaciones adecuadas al estilo de leyes generales En cierto sentido, esto es indudablemente cierto. A menos que el pasado deje una huella en el presente, seré incapaz de influir en el pre~ sente, ni tampoco en el fiaturo a través de éste.%” Pero el pasado, efecti- 27, Hl eemplo del contrto x propuesto por Sc (1982, pp. 260-263 28. Knight, 1992 29, Excepto, quis, on lo que se refire a Jos corte sumergidos de plantas e insaiciones ‘ys exiventes con respecto a tecnologia espeifia en coyunturs histovieaseapecifcas (Arthur, 1989), Peo, para los neolisicos, los corto sumergiosdeben ignorarse en nto de de= los pasos que se tomarin a continuaciém (aunque admitan que lox contr diferenciales ds estructuracion tecnolgca puedan contribu a explicar que algunas economia result te lavamente mas competitins que ou en un momento date). Su conseo ex emp centrars en el presente y el ficuro al tomar deeionesy na en of pasado Lo hecho, de mente, hecho ext 30. Elster, 1985, cap. 1. ing (1960, p. 43). Handin Yo desarola ¥ Streec (1992) generliza ain ms el concepeo, Entre esas huellas estan las institu- elecciones del pasado. También, el onformacién mente, deja tal impresion residu: Tones creadas por Ja conducta y I impacto de las elecciones y experiencias del pasado ae wuestras preferencias presentes.** En este y muchos otros aspectos, a para nuestras elecciones econémicas (entre otras) relevant ee nos ubicamos cn un momento dado, sino tam- 9s de la vida social smanifiestan una p cia de la sendao] precisamente de este tipo. Aunque sea ridiculizada por los neoclisicos, « ie diel pasado sobre el presente es, precisamente, lo que resulta central pe . tanto el clisico como el jicamente d6 ean tan cen- debate acerca de las restricciones instituciona~ rales para la econon caricter de tema periférico dentro del discurso mas general de la discipli- nna, Aun asi, se tata de un tema importante. Las elecciones se realizan siempre dentro de un contexto; el contexto no esti determinado imica- ments por la esasez material y por ls tecnologas de le produccién (oi ~para trsladarnos a otro marco analitico que, sin embargo, comparte la misma miopia~ por los modos y fuerzas de produccién). La economia no sélo necesita apelar a algéin tipo de relato institucio~ nal a fin de establecer el contexto para las elecciones individuales, A tra- vvés del énfasis en las elecciones individuales y en las maneras en que éstas se concatenan en elecciones colectivas, la economia cs también capaz de brindar una perspectiva particular (aunque, quizis, paticularmente par cial) de la génesis y evolucién de las instituciones a través de elecciones pasadas de individuos y grupos. 1.1.4, El nuevo institucionalismo en la ciencia politica Gran parte del nuevo institucionalismo en la ciencia politica se deriva di- rectamente de un cruce entre este nuevo institucionalismo de las ciencias econémicas y la subdisciplina de la seleccién piblica», que con tanto éxi- {0 se sitéa a horcajadas de esa division académica superior, 31, Von Weisicker, 1973; Stigler y Becker, 1977 Dentro de la eleccién pablica, el problema particular al cual responde el nuevo institucionalismo es, principalmente, éste. Tanto para la econ ‘mia neoclisica como para los modelos de politicas de eleccién piiblica construidos en torno a ésta, la clave radica en encontrar un equil este contexto, el problema Arrow-Condorcet ~el fantasma de un perp que filtra algunas variedades y acepta otras es, en el contexto social, a menudo esencialmente intencional en su form: Los agentes —individualmente 0, con mis frecuencia, colectivamente~ se encuentran, en o iteralmente Hamados a decidir qué tipo de acuerdos sociales preferirian mantener y reproducit. Con mayor frecuen. se descubren evotando con los pies», decidiendo en cual de entre va- ros acuerdos ltetnativos preferirian participar. Las instituciones que tie- nen relativamente mayor cantidad de participantes cuentan con una ventaja comparativa (econémica, militar, o de cualquier tipo) fiente a las Que tienen menos. En ambos casos el «mecanismo de selec sulta central para ine que re modelos evolutivos implica acciones deliberadas por Parte de agentes dotados de intencién, ya sea directa o indirectamente Alternativamente, este mecanismo puede adoptar una forma geliana. Esto normalmente se describiria en finci iis he idea central ~ cimientos de la re subyace a cualquier institucién particular, y se analizaria cael tne jempo como el proceso al que se s0- carse a si mismae con respecto a esa rual ¢ la evidente tensién, presente en los ica norteamericana, entre los edere: st smanos y la i de la esclavitud: dentro Ja que por supuesio muchos se resistrfan, el voria de Estados Unidos se explica dnicamente Otzo ejemplo posible storia de la expansién del sufra- dos los seres é vorgados, existe otro empuije inexo- vez que éstos han sido otorgados, °- ia el reconocimiento de determinados derechos al bienestar b Incluso es posible narrar un relato al restrin— jicos a todos los seres humanos. Similar acerca de la expansion del Unign Europes: idea incl res wiamente implicaba una jaa un libre mercado de bienes y trabajo necesariamente imp! 2 Bites es barroras a ibzecteulcion dela mano de olsen at Som implica necesariamente que las ensiones deben ser movil de seguridad social deben ser uniformes o transfeibles, de ‘manera que, en dltimo término, se desarrolla mnaturalmenter mucho mis jue un mercado comiin de bienes y servicios . estos relatos puedan considerarse motivadores 0 no, el esti js que representan metece por cierto st inclusién describirse ma ; oer dali tema que de alguna manera sc reselve po si mas, Contin sendo quizis, bisicamente, una explicaci6n evolutiva, Pero lo que resulta car que las perspectivas de supervivencia de algunas variantes de instituciones son mejores que las de otras, y que no lo hags en funcidn de las presio nes ejercidas por un entorno ardvamente comp: Asi, este relato hegeliano puede considerarse bisicamente como evo= lutivo en su forma, pero tambien es, al menos en parte, intencional. La se- leccién puede realizarse en funcién de ra de la institucin {en cuesti6n, pero Ia seleccién se realiza por medio de agentes dotados de ineencién que operan dentro de las ideas motivadoras de esa institucién y fas internalizan, En el caso de la esclavitud, se trata de la dificultad que en~ frentaban hombres como Washington y Jefferson para reconciliar sus vi das puiblicas y privadas (al negar deliberadamente a sus propios esclavos el miento que los principios que profesaban dictaban para todos los hombres) lo que creabs la tensién en cuestién. En el caso de la expansion de los derechos al sufiagio o a Ia ciudadania, se trata de la dificultad que enfrentan quienes se resisten a tal expansién para encontrar un funds mento basado en principios paca poner freno ta tensidn crea. ¥ asi sucesivamente. Los principios que animan a los hombres son en si mismos inanimados, Son incapaces de sresolverse por si mismos» en ningin sentido literal en absoluto. Lo que hacen estos principios es «animar» a los agentes dotados de is los interiorizan, y eresolverse por si mismost significa que tales agentes los implementan de manera coherente en toda la gama de sus aplicaciones correspondientes. Asi, incluso en esta versidn hegeliana del relato evolutivo de la transformacién social e institucional, los agentes do- tados de intencién continéan ocupando un lugar central. En este caso, al igual aparentemente que en todos los demi, necesitamos una explicacién ue se nutra de Jos conceptos de la intencionalidad y quizis también del accidente, ademis de las presiones puramente evolucionistas, idea a fterte tendencia que es- 1.3.2, Intencionalidad y diseio Resulta evidente que es mucho mis lo que puede, y debe, decitse con Fespecto a este titulo. Pucde y debe decirse mucho mis acerca de las di- versas maneras en Jas que estos tres tipos de teorias pueden combinarse ara conformar una teoria hibrida, més verosimil que cualquier otra aisha damente." A los fines del presente ensayo, sin embargo, esta taxonomia desnuda y esquemitica serd suficiente. Nuestro objetivo, recordémoslo, es 82, Véase un estudio de casos en, por ejampl, Binder etal. (1971) y Almond et ls teorfas del diseiio institucional en relacién Jemente intentar situar ls to sais ment de explicaciones mis amplio. Sp xnenudo se considera que tales teorfa, formuladss en los tr Gisefo institucional, estin necesariamente vinculadas con teorfas con = al cambio social basadas en la intencionalidad.” La a de es- jdea no es dificil de discernir. Después de todo, el diseito y redisefio son a actividades intencionales; asi, resulta natural suponer que érminos {lose deberfa hablar en funcién de disefto institucional en los casos en \cionalidad cumple un papel central pata las instituciones Jos que la jucrads. es el mismio sentido, resulta natural suponer que las teotias que co- ‘mulgan con las concepciones de ediseiio» no tienen sentido en ausencia de un disefio 0 de unos disefiadores dotados de intencién. En ocasiones, Jas instituciones simplemente surgen de manera accidental, de maneras no intencionales, en respuesta a determinado accidente histérico; en ocasio~ es, simplemente, evolucionan naturalmente, de maneras no intencionales, "que las insticuciones son asi, productos del accidente o de la evolucién y no de la intencién, y en la medida en que ls tcoris del dseito institucional presuponen la intencionalidad, estas teorfas (sean empiricas 0 normativas) s6lo pueden desempefiar un papel muy limitado. © esto es lo que nor- amalmente se supone Bsta manera de pensar es, sin embargo, errénea en varios aspectos. En primer lugar, interpreta el alcance de la explicaci6n intencional de mane- 1a excesivamente estrecha, Las instituciones son a menudo el resultado de actividades intencionales que se descaminan: subproductes imprevistos, derivados de ciertas acciones intencionales que se superponen entre sf, de intenciones mal dirigidaso, simplemente, de un ere Para explicarc&- to se lega a tales resultados, debemos hacer referencia esencialmente alas nes entre ellas. La explicacién continGa sien- aunque ¢l resultado no lo sea, Una institucién intenciones, ya ls interacc do intencional en la form puede, asi, ser efecto de la accién intencional sin ser literalmente el pro- acto deliberado de la acci6n de alguien. a EI Mito del Disfiador Dota de Inencin (an mie Mito del De seiio Intencional) debe evitarse cuidadosamente en las teorias acerea del 83. Bae es Ialsmo en la policaey a repos pales contra et planeamie nombrsr silo dos ejemplos Famoeos 84. Merton, 1986. 4s Je ea is ue ce Ono (1962/1981) con wipe al eo eae rhe 10 social de Hayek (1973), por discfio institucional. Normalmente, no existe un dnico diseio ni un dni. co diseftador. Simplemente, se trata de gran cantidad de intentos localizg, dos de disefio parcial que se superponen entre si, y cualquier esquemati. 2aci6n racional del disefio institucional debe tener en cuenta este hecho, Asi, incluso en el terreno de nuestras intervenciones intencionadas, inp deberiamos apuntar ditectamente al disefio de instituciones, sino concen. frarnos en el disefio de planes para la construccidn de instituciones, lov cuales deberin tener adecuadamente en cuenta la multiplicidad de dise. adores y Ia naturaleza inevitablemente mezclada de sus intervenciones intencionales en el proceso de diseiio.® El disefo intencional de instituciones constituye, una parte de la historia, En cierta medida, resulta indi fo que las instituciones, efectivamente, surgen esencialmente por acci- dente o que evolucionan de acuerdo con una logica propia, de maneras completamente independicntes de la intervencion deliberada y del dise fo humano directo. Incluso en los casos en los que el diseiio directo re~ sulta imposible, sin embargo, el disefio indirecto a menudo resulta prac ticable. Los accidentes ocurten, pero la frecuencia y tendencia de estos accidentes puede ser moldeada en una medida significativa por las inter- ‘venciones intencionales de los responsables del planeamiento social.” La cvolucién, en sentido estricto, puede avanzar por su propio impulso, en gran medida independientemente de los organismos que estin sujetos a ella. No obstante, especialmente en los contextos sociales, los criterios de éxito en la lucha por la supervivencia ~aquello que el anilogo de Ia wseleceion naturals admite dentro de un contexto social, aquello que con- tibuye a la longevidad de cualquicr instiucién determinada, y a las po~ sibilidades de que sus sucesoras sobrevivan hasta un futuro lejano~ son todas cuestiones que pueden y deben estar sujetas a la eleccién social consciente. sin embargo, s6lo ludablemente cier- Asi, aun si las teorias del disefio institucional tienen indudablemente aplicacin primordial en las esquinas del mundo social que estin sujetas a 1h intervencién y al control intencionales, simplemente no es cierto que carezcan completamente de aplicacién en otros rincones de ese mundo social, En Ja medida en que éste resulta propenso a los accidentes, podria- ‘mos desear construir en torno a ese riesgo de accidente, proctitando ins- 85. Las propuests de Dryzek (1990, pp. 40-50) con res specto a wdiscos discusivose para Iiones model "Ys aproximaciones en el mundo real rellejan en gran metde ee on 86. Perro, 1984, © gecompensa social satos embates que estin des- stas que puedian resist los distintos emt - es oe 1a ablemente. En la medida en que el mundo soi 2 2 a iones evolutivas, podriamos desear aplicar principios de a aPieformular los cricerios de selecciOn y las estructuras de ies gue determinan que algunas innovaciones tengan éxi- ign ex que los rescleados sociales en sf no estén sujet di- vil menos no en una medida importante) ala transforma~ wep, cl diseno el redisefo intencionales. Tales teorias s proponen + sleance de la intencionalidad dentro de los modelos descriptivos, Hina onmmente prescriptive, de la via social, Cuaguiera que sea S Sess beg to que eso os eon een indian Sm eeriidades para cl dseRo o el redseno en un nivel sper, spose — del azar, pero las tasas de accidentes resultados sean el producto del azar, é a raen se sincndasdliveradamente Hl diseho y el redscio pueden t= pos cierto papel, incluso en aquellos mundos sociales donde la inten roy ase FoiLo que | nnalidad es menor. Cuando tos agentes intencionales no pueden cjercer ance al rectnente,comienzan a busear maneras de acco indireetamnents, Ea las que acabamos de deserbir, pueden tener éxito en su Disques de me- .ctos incluso alli donde las intenciones direct a » obstaculizadas. Resulta irénico que, cuanto menor 0s del disefio se desvia ‘mayor medida la esfera adecuada para los principis si Hes ovmulacién itencionl del nivel de las politics y Tos resul dos, Acercindose a1 formulacin intencional de as inwitucionesy las prct- 25, Asi, cl supuesto de que el mundo social no admite nae roe Para el cambio intencional y el diseRo directo expande, de hecho, ra moldear las instituciones de determinadas mancras ¥ no de otrs. Ent medida en que estén convencidos de tales argmentos y se slentan mov dos por tales razones, esos agentes sociales intentarin poner en pric 1 para un exquea exh 106, Otro presopuestos ig om ce resulta menos interesante aos fines presente, s¢ refer speiamente 8 fos justadas de ent pueden muy bien (gun igo sped, mach no) age ‘ee ekeos de scecion fnconan con ei et myo esis oe wevas mal adaptadas sobre las cuales los emp de ane 102 Kaunas, 1976 frat meton oo puree en auencia Jag Sp, deen ne a pie las intcones puede ret em gue ieee gee sriores, y de esta manera se adecuas ‘neva fnciones que reemplazan ls ane ‘ala pesar de a cambio de ces © el Tals Un sopoesto de es ipo es equ debe sostenerse pra svar ee io sabe de a conexign entre Tos apectos empitico y Moemati sas prescripciones, En la medida en la que tengan éxito, las institu tmoldead:s por sus acciones terminatin por tener un cierto peso del disefio dpeimo, La conexién e3 ste criterio interno del buen diseiio incorpordo a concept mismo dedi in eribarg, engaionament evident, La cutin mis - smplia continiia inexplorada. gCuanto de bien se ajusta si ho» con Tos estandares externos del valor moral? Desde un aia vomoral mds general, se waa de is prope an Aer dh Po {que a justa correspondencia resulte necesariament las No obseante, surge a través de los efectos de pres. {uciones impuestas alas intenciones de los agentes, y de los efecter de aciones de tales agentes con respecto al mundo social. Esta no es tna afirmacin hecha ala ligera: es mucho lo que dice (0 reclama), Pere Gualguier supucsto mis superficial que propusiera que lis teorias de dine previa o puestas en py tomticamente a tavés de la competencia en un entorno host parees ‘mucho menos justificable, Pareceria mucho mis aconssjable admit a rectamente que la idea de la moralizacin (lo cual, después de todo, ele {ius estamos haciendo al prescribir acuerdos sociales dpi moldear los valores y preferencias de los individuos y, a trav acciones, - . Sooo familiar dentro de la filosofia moral sefiala que cualquier in- oe «dado puede tener razones, tanto internas como externas, para su \¢ estos dos conjuntos de razones para la accién pueden muy \dividuos, se derivan de la estructura motivacional propia eee eee seen se derivan de verdades morales mis generales, que no = creencias y deseos actuales propios del Sata x 7 ‘dades acerca de lo que resulta correcto, bueno y 0. Ba al ine si a .es ofrece una perspectiva externa para la critica —la recor rica leno del dicho inwioucional. lero spon central que resulte con respeto al concepto au 1.4. Instituciones nuevas buenas por las malas Por las antiguas, instituciones puede a ¥ redisefio de instituciones sociales? El primer tema a 1.4.1.) se refiere al sentido en el que los ctiterios d; moralidad: en qué medida, 0 en qué sentido, es posi disefio» sea realmente «bueno». Concluyo (en a sec tratar (en la seccién le disefio siguen a la le decir que el ebuien, ion 1.4.2.) con una ‘nussera de algunos principios de diseio que efectivamente pueden set y no bien, al resto de su entorno. dramitiea, por supuesto, es la de uns incia mis dramitica, not ta en el contexto de un orden social perverso que la d obs rece Hogar ds, ne eof el dole fie toe] Bean aplcarsea finde comer un mecaniso dprimo para superar Ia labor de los esclavos. Pero lo éptimo en este kop bine et Pondencia con ese entorno~ constituye una desde cualquier punto de vista externo vero: ponderados en ambos sentidos, externo e interno, 14.1. Criterios de diseio y propbsitos morales Fi concepto fundamental de disefio, tal como se expl 13:3. se refierea la gusta correspondenciae del objeto entomno. Esta definicién, a su vez, brinda un criterio ei sobre lo que significa que el es aquél que se corresponde ajustadamente con su entorno, Un: cién bien disefiada, en particular, seria aquella que res te en lo interno como, extern social en el cual se inserta, iemto decente de ls esclavos Ta moralidady, por lo anc, 1s extvieranincluidas entre los fo. Yea is preference defo clos mis see lose de qué «3ptimose resulta estos esqueras ot on + considerate la eval li ro sigue siendo una det ie, ur crams tae sndamentadis en princpios ino, justifiable por si miso de icon su entorno social mis a interna del interesantes. Una natural lectura del c acerca del buen diseio lo equipara con de un fancionam Persona para que desatie » anterior resulta claro que deberia ta s profnda. El buen diseio tuciones a fin de que alienten I fa dinamica, lo cual nos obli buen criter Quizis nos veamos tenta imiticos, que lo que prescribe el diseio Sptimo es, en realidad, 2 ereacion os ciertae lan a una idea dk s6ptimo» que trasciende cualouier referencia etiecha tos criter femos del disefio. Estas eoncepciones mis amplias de disens 6ptimo no apelan al funcionamiento sin tropiezos, als elaciones interme ondenads, 21a jus correspondencia con el entorno local existente, ead Parecido, an Tae ten 2 determinados conceptos de ediseio Sptimor que se, fala lajusta correspondencia dela institucién con objetives mi amplios dos incorporados en sus objetivos internos y en su en. Es de esperar que descu- timulo de .corporar al nivel ucional, un es Dict ses co al menos dentro de una cierta esfe~ jos ilustrativos esta secci6n, esbozaré algunos princ vid earls Je mae compl sa sy de hecho para otros libros, Ninguno puede set endado sin reser: todos even una ita en el cierre de que podriamos tniversalmen uso aunque éste resuilte necesariamente - ‘muy preliminar a ese proyecto. ae peer de alcance intermedio que los diseiiadi ose refer a dos hechos comune yvincolado: los sere bles y las sociedades cambian. Si ¢s probable que ‘etrores acerca de cucstiones de hecho o de valor -0 si los hechos © en podemos suponer que, al trata de xine razén para limitarnos a exquemas que no rede eorge, 1972. ns amos. - 2 ANB. Mereon, 1957, Jfancdamentalmente s6lo en los casos en que se prodiuzca cierto cambio fun~ damental en el universo fictico o evalviativa, y deben suftir dinicamente scaptaciones superficiales las nuevas circunstancias cuando no sea ast TEyidentemente, lo que se considera «adecuador y epertinente> en este ‘cao seri también una cucstién de argamentacién y controversia politica, a simple referencia a la logica interna de las propias instituciones resulta insuficiente para decidit la cuesti6n, por la misma razon que 1mismas instisfactoria. As, la so = Posibilidad de eaprend 4 # con el dempo." Ase pot re " Principio importante en el disedig ine jnternas del «buen diseiios son constituye un principio de disefio institucional que resulta valioso, pero jo dentro de limites cuyo alcance no es posible en principio dete ‘Ctra generalizacién empirica que deben tener nes ¢s [a adulteracién de los motivos que movilizan a la mayoria de los in- dividuos, al menos en gran parte de las sociedades lo suficientemente si- ‘nilares.a la nuestra como para resultar pertinentes. Dentro de la mayoria de ‘cuenta las institucio- seamos hacer compromi 798 promesas politicas, revision es por tanto un Jos actores sociales existen impulsos hacia el interés propio jun tiyaciones nobles, 0 incluso altruistas, En el diseiio de nuestras institucio~ nes, debemos al menos tener en cuenta este hecho, el cual podria enun- dad ala complejdad motivaconal. ciarse como un principio nuevo de La manera exacta en que las instituciones pueden adaptarse mejor al hecho de la complejidad motivacional constituye una pregunta abierta, {que se vincula con premisis en parte empiricas y en parte normativas, Los ‘modelos clisicos de separacién de poderes ~balances y contrapesos entre Jos distintos poderes del Estado, derechos de los individuos frente al Go- bierno, instituciones pluralistas que aseguren centros de poder compensa- torio en toda la sociedad en general s6lo constituyen un estilo de reac ci6n.!" No obstante, al edisefiar las instituciones para canallas» estas soluiciones mecinicas se arriesgan a convertir en canallas a actores poten- ‘cialmente mis honorables. Dependiendo de cual consideremos que sea la ‘estructura sobre la que se Fandan los cédigos morales de los individuos, y ‘exactamente qué estructura de oportunidades enfrentan, un modelo que ‘depositara mayor confianza en los individuos y que incorporara una ape- Aacién mis directa ‘pios morales podria efectivamente cumplir me- jor la fancién de evocar motivaciones altruistas para la accién y de supri- Iie las mis bajas."? Universo fictico o evaluative, {© a aquellos cambios que efx os que nucstras instituciones eet 8€ a nuevas situacio: No obstante, deben Witdevky, 19 rete 1979. Mach y Oban 1984 pp 76. bree capa en un ite In errcturabn de los ine rs que se lgre ue cl interés pablicoy el privado coincdan iba que hacen Brennan y Lomasky (1998) de ine a gual que ls de Ackerman acerca del 992, cap 6) A ! Una manera de hacerlo, Por ejemplo, seria a través de una apelacién explicita al prin © de inspiraci6n kanciana de la publicidad, que exige como una prucba para todas las insttuciones y acciones institucionale, at sean (al menos en principio) justficables puiblicamente."" La ites subyacente a esta propuesta se vuelca en parte a hipotess de la prcologta ‘moral:

También podría gustarte