Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Habermas
Habermas
La revuelta de Santiago del Estero est signada por una suerte de continuidad
entre los objetivos pblicos y los privados, lo cual expresa el tcito
desdibujamiento de esta frontera implicado en los lazos clientelistas que
predominan entre los ciudadanos y los funcionarios o polticos. No hubo
diferencias entre el tratamiento que se dio a las sedes pblicas y a las
residencias privadas. Sin embargo, en las entrevistas se han recogido lamentos
por la destruccin de la casa de gobierno porque todos tuvieron que pagar para
reconstruirla. Al margen del reclamo al Estado provincial en razn de su funcin
institucional, en el santiagueazo parece haberse jugado un ajuste de cuentas.
Esta lnea de interpretacin se refuerza con el hecho de que no hubo culpables
claramente establecidos. Ahora bien, no fue esta una lnea de interpretacin
relevante, primando la idea de manipulacin o intervencin de agentes
externos con ambiciones polticas en el suelo santiagueo.
La violencia contra las sedes de los poderes del Estado provincial ha dado
mucho que hablar. Se ha dicho con frecuencia que los manifestantes atacaron
los smbolos del poder poltico, interpretando esto como un cuestionamiento
radical de la actividad poltica. La pregunta es qu imagen o representacin del
estado estaba operando desde la perspectiva de los actores de la protesta. El
texto hace una comparacin entre estos estallidos y los cortes de ruta, los
cuales difieren en: el lenguaje moral del estallido contrasta con el lenguaje de
derecho de los cortes; la interpelacin a poderes locales en trminos de un
vnculo personalizado del estallido contrasta con la interpelacin al Estado
nacional en trminos de responsabilidad pblica de los cortes.