Está en la página 1de 21
Y) Bronislaw Malinowski Una teoria cientifica de la cultura 56 Bronislay Malinowsll | UM fortacientfen de la cultura a Wie los individuos puedan sobrevivir, subsistir la raza y los Juyanismos sin excepcién ser mantenidos en condiciones de wlividad. Por otra parte, con todo el equipo de artefactos, fon su aptitud para producirlo y valorarlo, el hombre crea A ambiente secundario, No hay en lo dicho nada nuevo, y liiniciones similares de ta cultura han sido expuestas con {jecuencia. No obstante, extraeremos una o dos cbnelusio- (Ws adicionales. En primer lugar, es claro que la satisfaccién de las nece- silades orgénicas o bésicas del hombre y de la raza repre- nla una serie minima de condiciones impuestas en cada {ullura. Los problemas planteados por las necesidades nu- Ivlivas, reproductivas ¢ higiénicas del hombre, deben ser Jeiueltos, y Io son mediante la construccién de. un auevo junbiente, artificial o secundario. Este ambiente, que es ni més nii menos a cultura mis- ni, debe ser reproducido, conservado y administrado per- Jwunentemente, Esto produce to que puede denominarse, ‘cl sentido més general de Ia expresién, un nuevo nivel lo vida, dependiente del plano cultural de la comunidad, ilel medio fisico y de la eficiencia del grupo, Un nivel cul- {ural de vida significa, a su vez, que nuevas necesidades Jiparecen y nuevos imperativos 0 determinantes son im= estos a Ia conducta humana. Desde luego, Ia tradicion fultural necesita ser transmitida de cada generacién a la fubsiguiente, Métodos y mecanismos de carécter educativo ‘xisten en toda cultura, El orden y Ia ley deben ser conser- Yados, desde que la cooperacién es Ia esencia de toda con- uista cultural. En cada comunidad es menester que existan Aisposiciones para sancionar la costumbre y las normas Micas y legales. El substrato material de la cultura requiere fer renovado y mantenido en condiciones de uso. En conse- ‘quencia, son indispensables algunas formas de organizacién seondmica aun en Ias culturas més primitivas Asi pues, el hombre tiene, primero y ante todo, que sa fisfacer las necesidades de su organismo. Debe tomar las Cartruto IV {QUE ES CULTURA? Como punto de partida seré bueno tener una visién & vista de péjaro de la cultura en sus varias manifestaciones Es ella evidentemente el conjunto integral constituido por los utensilios y bienes de los consumidores, por el cuerpo de normas que tige los diversos grupos sociales, por lay ‘ideas y artesanias, creencias y costumbres. Ya considere: ‘mos una muy simple y primitiva cultura o una extremada ‘mente compicja y desarrollada, estaremos en presencia de un vasto aparato, en parte material, en parte humano y et parte espiritual, con el que el hombre es capaz de superar Jos coneretos, espectficos problemas que lo enfrentan. Estos problemas surgen del hecho de tener el hombre un cuerpo sujeto a varias necesidades orgénicas, y de vivir en un am Diente natural que es su mejor amigo, pues lo prove de Jas materias primas para sus artefactos, aunque es también ppeligroso enemigo, en el sentido de que abriga muchas fucrzas hostiles. En este enunciado, por cierto contingente y desprovisto de pretensién, que mas adelante sera desarrollado parte por parte, queda implicito, en primer lugar, que la teorfa de la cultura debe basarse en. los hechos biolégicos. Los seres hhumanos constituyen una especie animal. Estén sujetos a Tas condiciones elementales que deben ser cumplidas para « Bronislaw Malinowsll dante, Esta definicién preliminar aparecera después mil precisa, més concreta y més convincente. Pero por el mo: ‘mento deseo principalmente insistit en que, a menos que el antropélogo y su colega el humanista se pongan de acierd en aislar algo definido en la concreta realidad cultural, munca existiré una ciencia de ta civilizacién. Por lo tanto, si conseguimos tal acuerdo, si podemos desarrollar algunos principios de accién institucional universalmente vil habremos echado una vez més los cimientos cientificos para nuestras indagaciones empiricas y tedricas. Desde luego, ninguno de estos dos esquemas de anil significa que todas las culturas son iguales, ni tampoco que el estudioso debe interesarse por las identidades o similitu: des més que por las desemejanzas. Yo opino, sin embargo, que con el fin de comprender las divergencias, es indispen- sable una clata y comin medida de comparacién, Adem, ser posible demostrar que Ia mayorfa de las diferencias frecuentemente atribuidas al “genio” especifico, nacional @ tribal (y esto no s6lo en la teoria del nacionalsociatismo) constituyen la razén de ser de instituciones organizadas en’ torno a alguna necesidad o valor sumamente especializados, Fenémenos tales como Ia caza de cabezas, extravagantes ritos funerarios, formas de inhumacién y précticas mégicas, pueden ser mejor interpretados como elaboracién local de tendencias ¢ ideas esencialmente humanas, pero en tales casos hipertrofiadas. ‘Nuestros dos tipos de andlisis, funcional ¢ institucional, nos permitiran definir 1a cultura més conereta, precisa y exhaustivamente. La cultura es un compuesto integral de institucfones, en parte aut6nomas y en parte coordinadas, Esté constituida por una serie de pr s tales como la nunidad de sangre a través de Ta descendencia; Ia conti- iad en el espacio, relacionada con la cooperacién; las actividades especializadas; y el ‘iltimo, pero no menos im= portante principio de! uso del poder en la organizacién po- a. Cada cultura alcanza su plenitud y autoeficiencia Wee teora cient de a cultura o Jor tl hecho de satisfacer el conjunto de necesidades basi- fs lnstrumentales © integrativas, Por lo tanto, sugerir, ‘i fecientemente se ha intentado, que cada cultura abar- “4 silo un pequefio segmento de sur émbito potencial, es ‘iliealmente erréneo, por lo menos en uno de los sentidos. ii trazdramos el esquema de todas las manifestaciones ‘iy Jas culturas det mundo, encontrariamos naturalmente oiientos tales como eanibalismo, caza de cabezas, “cova “potlach”, “Kula”, cremacién, mom Wil seric de minuciosas excentricidades. Desde este punto de vista, ninguna cultura abarca, como % obvio, todas las especificas rarezas y extravagancias de Wis demds. Y hasta considero que este enfoque es esencial- uonte anticientifco, Fracasa, ante todo, en la definicién de is que deben ser considerados como reales y significativos Momentos de cultura, Falla también en el sentido de que, comparando algu- fins de estos rasgos aislados, aparentemente exéticos, con Jie costumbres u ordenamientos culturales de otras socieda- iio, no Mega a proporcionarnos gufa alguna valedera, En fwilidad, podremos mostrar que algunas manifestaciones Jie parccen muy extrafias a primera vista, estén en esencia fyparentadas:con elementos culturales universal y funda- jigntalmente humanos; y esto se comprobaré si se explican dlescriben en términos familiares aquellas costumbres ex Serd desde luego necesario introducir el factor tiempo, decir, el cambio social, Trataremos de mostrar que todos, Ji procesos de evolucién o difusién ocurren principalmente ujo la forma ce cambio institucional, Sea como invencién, #@h como un fendmeno de difusién, un dispositivo téenico incorpora a un sistema de conducta organizada ya esta- Wecido y produce gradualmente un remodelado completo ile a institucién de que se trate, Por otra parte, desde el Jiunto de vista de nuestro andlisis funcional, demostraremos We ningén invento o verdadera revolucién, ningtin cambio @ Bronistaw Matinowsly (WW tora centfica de ta cultura a social o intelectual ocurren jamés sin que hayan sido das necesidades nuevas; y asf las invenciones en los ca de Ia técnica, el conocimiento o la creencia, se van incorp rando al proceso cultural de una institueién. Este breve esquema, que es como un bosquejo para anilisis subsiguiente, mas minucioso, indica que Ia antropd Togia cientifica se basa en una teorfa de las esto es, ent el andlisis concreto de las unidades tipi una organizaci6n. Como teorfa de las necesidades bisici yy de los imperativos instrumentales e integradores derivadd) de aquéllas, 1a antropologia nos proporciona el andlis funcional, el que nos permite definir tanto la forma com él significado de un utensilio 9 de una idea consuetudinatit Como se ve fécilmente, tal concepeién cientifica no pai por alto o niega en modo alguno la validez de las investigh ciones evolucionistas 0 histéricas. Simplemente les suminit tra una base cientifica, CarituLo V ‘TEORIA DE LA CONDUCTA ORGANIZADA Bl rasgo esencial de Ja cultura tal como la vivimos y ‘perimentamos, como la podemos observar cientfficamen- 65 Ia organizaci6n de los seres humanos en grupos per IMinentes. Tales hechos estén relacionados por cierto acuer- 4, por leyes 0 costumbres tradicionales, por algo que (orresponde al contrato social de Rousseau. Los vemos empre cooperando dentro de un determinado émbito WiMerial: un sector de ambiente geogréfico reservado para Wi) 50, un equipo de herramientas y artefactos, una por- Win de riqueza que tes pertenece por derecho. En esa §eoperaci6n ellos siguen tanto las reglas técnicas de su “Matus” 0 profesién, las normas sociales de etiqueta y con- sileraciones consuetudinarias, como las costumbres religio- Ws, juridicas y morales que informan su conducta, Es limpre posible también definir y determinar sociolégica- Jjynle qué efecto producen las actividades de un grupo mano ast organizado, qué necesidades satisfacen, qué ‘wivicios presta cada uno a si mismo y a la comunidad en W Conjunto. Seré bueno hacer aceptable esta general asercién por iedio de una breve referencia empirica, Consideremos pr ero bajo qué condiciones 1a iniciativa privada llega a ser W hecho cultural, La invencién de un nuevo recurso tec- 66 Bronislaw Malinow nolégico, el descubrimiento de un principio nuevo, la mulacién de una idea novedosa, una revelacién religiosa un movimiento estético o moral, permanecen culturalmen intrascendentes a menos que se traduzean en na serie ganizada de actividades cooperativas. El inventor del sacar patente y formar una compafifa para la producci de su invento. Debe, ante todo, convencer a alguien qi éste rendiré al ser industrializado, y luego persuadir a otr de que el articulo es digno de adquirirse. Hay que constituir y reglamentar una compafifa, pr curar el capital, desarrollar las téenicas y por fin la Ja campafia industrial. Esta consiste en actividades produ tivas, comerciales y de propaganda que pueden tener éailg © fracasar; en otras palabras, puede cumplir una definid funcién econémica satisfaciendo una nueva necesidad dey! pus de haberla hecho nacer, como en ol caso del radio, 6 bien satisfacer mas cumplidamente una necesidad existent como en el caso de innumerables productos tales contd Ja seda artificial, el nylon, cosméticos més eficaces 0 unl nueva marca de whisky. ‘De Ia misma manera una revelacién, como las tenia por Mrs. Mary Baker Eddy o Mrs. Aimee Semple Mag Pherson o Joseph Smith o Frank Buchman, debe ser predi cada a un grupo de personas, Luego ellas se organizan, est fs, se equipan materialmente y adoptan ciertas reglas de “status” y de comportamiento, con las cuales desarrolla sus actividades rituales y practican sus principios dogmé ticos y morales. Satisfacen as{ un conjunto de necesidadey espirituales, menos concretas sin duda que las relacionadal con la fabricacién de seda artificial o una matca de whisky pero no obstante reales. Un descubrimiento cientifico debt también ser corporizado y controlado a través del equip material de wn laboratorio, de la observacién experimental de los datos estadisticos y hasta de su publicaci6n. Debt convencer a cierto niimero de personas y ser susceptible de aplicarse précticamente 0 por lo menos vincularse con Ve eon hentia de a eultura 6s ‘Weis tamas del conocimiento, y sélo entonces puecle decit= © (ie ha cumplido ta precisa funcién ciemttica de haber Hieeontado nuestro saber. Si debiéramos examinar desde file punto de vista cualquier movimiento, como la ley seca ‘| natalidad controlada, el fundamentalismo o el nudismo,, WW) Gomité para la promocién de las relaciones réciales o Ws organizaci6n como el Bund, el Ku Klux Klan'o ta ac- HAN social del P. Coughlin, verfamos que en todos y cada Wii seria posible comprobar un cierto acuerdo sobre Ia Mpiesién de un propésito comén entre los participantes the) movimiento. Deberiamos también estudiar la organizaci6n de tal mo- Hiinlento con respects a su gobierno, derechos de propie- iii) divisién de funciones y actividades, deberes y benefi- fos derivados. Sera necesario también registrar las reglas Wonicas, éticas, cientificas y legales o cuasi legales que Jpilan Ta conducta del grupo; serfa bueno, ademés con- Hlontar estas reglas con la conducta actual de los individuos. Finalmente, tendrfamos que aclarar la posicién del grupo W\ evanto se relaciona con Ia comunidad como un todo; Wo cs, definir su funcién. De acuerdo con nuestros principios, hemos partido de juiestra propia civilizacién, convencidos de que la antropo- ipia puede también comenzar por casa. Empezamos tam- [iin analizando si cualquier idea, principio, invento, reve- ligién religiosa o norma ética tienen importancia social Wiltural sin haber sido organizados. Nuestra respuesta fue Wivamente negativa. Un punto de vista, un movimiento leo, cl més grande descubrimiento industrial, son cultural- fiente nulos ¥ vanos, en tanto estén confintidos en el ce- (ebro de una persona, Si hubiera Hitler desarrollado todas is doctrinas raciales, todas sus visiones de una Alemania fhzificada, y de un mundo esclavizado a sus legitimos amos, Jos nazis alemanes; si hubiera ultimado a todos los judfos, acos, holandeses y al pueblo inglés y Mevado adelante onquista del mundo; si hubiera hecho todo esto s6lo en Bronislaw Malino que le pertenecen, como los edificios, el equipo y el capital incorporado a una institucién, Hallarfamos también que para formarnos una idea clara de un club atlético o de un laboratotio cientifico, de una iglesia o un museo, deberias ‘mos estar famitiarizados con las reglas legales, técnicas y administrativas que coordinan las actividades de los miemi: bros. EI personal que corre con el funcionamiento de cual: quiera de las instituciones recién mencionadas, debe ser so metido al anslisis como un grupo organizado. Esto signific ‘ca que debemos establecer Ia jerarquia, Ia division de fun= ciones y el “status” legal de cada miembro, asi como s_ relacién con los otros. Las reglas 0 normas, sin embargo, son expresadas invariablemente como una definicién de li conducta ideal. El examen de este ideal con referencia a la realidad presente es una de las tareas més importantes del antropélogo 0 del sociGlogo dedicado al trabajo cientifico de campo, Por eso hemos distinguido siempre en nuestro anélisis, clara y explicitamente, las reglas 0 normas, de lag actividades. La organizaci6n de cada uno, de Ios sistemas de estas ‘iltimas, implica también aceptar ciertos valores y leyes fundamentales. Se trata siempre del ordenamiento de cier= tas personas para un propésito determinado, que ellas mismas aceptan y que la comunidad reconoce. Aun supo= nniendo que consideréramos un banda de criminales, vee rfamos que ellos tienen también su propia ley, Ia cual define sus objetivos y propésitos, efi tanto que Ia sociedad, espe- Gialmente por medio de sus Srzanos legales, califica tal organizacién como criminal, esto es, peligrosa, y como algo que debe ser descubierto, desarraigado y sometido a casti« g0. Asi, una vez més, se ve claro que el cuerpo de normas Constitutivas, esto es, el objetivo u orientacién del grupo, y la funcién, o sea cl resultado integral de las actividades, deben ser claramente distinguidos. Las normas constituti- vvas representan a idea de la institucién, tal como es con- Wo feria cinta deta cxdtura 0 la por sus miembros y definida por la comunidad, La jiplin, en cambio, es el papel que la misma institucién dentro del esquema total de Ia cultura, segén resulta Wis lnvesisacién socolégion en un grupo evolucionado 1 imitivo. Hin resumen, si quisiéramos describir la existesicia indi- ‘ilual en nuestra propia civilizacién 0 en cualquier otra, ieboriamos tigar estas actividades con el esquema social de M4 Vida organizada, es decir, con el sistema de instituciones fen tal cultura prevaleciera. Una vez mésé la mejor descripcién de cualquier cultura 4% {érminos do conereta realidad, consistié en precisar y ‘Willzar todas las instituciones en virtud de las cuales se soaidera organizadac ‘Addmito que este tipo de enfoque sociol6gico ha sido Jweicado, aunque por lo comin algo implicitamente, por Reciiores 7 especiales on economia, politics y en vias otras ramas de la ciencia social, en sus valoraciones i culturas y sociedades. El historiador trata frecuente- Henle acerca de las instituciones politicas. Al economista foneiemnen, desde Iuego, las institaciones organizadas para J produccién, el tréfico y el consumo de los bienes. Aque- los que se interesan por la historia de la ciencia o de la fuligion y nos ofrecen andlisis comparativos de sistemas ile conocimiento o de creencia, tratan también en primer Higmino, con més 0 menos éxito, acerca de los fondmenos lel conocimiento y de la fe del hombre, considerados como Wldades organizadas. No obstante, con referencia a lo quo se llama habitualmente aspectos espirituales de la civi- Imacion, y desde el punto de vista de la organizacién social, fle sensato y sustancial enfoque no ha sido siempre reco- fiocido. Las historias del pensamicnto filoséfico, de la id Jopla politica, de los descubrimientos o de la creacién artis- {a han descuidado con frecuencia el hecho de que qalquier forma de inspiracién individual puede Megar a Sonstituic plenamente una realidad en la cultiira, s6lo en ” Bronislaw Malinowsll § Vy worta cienfiea de ta cultura 1 ‘yin las clases, los grupos de edad y los clanes totémicos [A deseripcién de cada uno de estos complejos adquitira ‘ipilflcacion y resultars comprensible s6lo si relacionamos “ ojganizacién de la sociedad con su ambiente material; si Joadomos registrar el c6digo de reglas de cada grupo y, so- We fodo, mostrar cémo los nativos to derivan devalgunos Jineipios generates que tienen siempre el antecedente le- Tiulario, histérico © mitol6gico de una antigua revelacién Wvinaria. Vincunlado tos tipos generales de actividad y 1 ofectos en la. vida total, podriamos apreciar ta funcién 1W cada sistema de actividades organizadas, y as{ mostrar tipo concurren para prover a los nativos de alimento y Vivlonda, de adiestramiento y de orden de sistemas, orienta- ‘Noles dentro de su ambiente, y por fin de ereencias, gra ‘lis cuales estos pueblos logran por si mismos armonia Hip el destino general de su vida. El que estudie las altas 0 {ils primitivas civitizaciones de 1a gran penfnsula asidtica Wp la India, deberia analizar el sistema de castas en rela- #00 con el brahamanismo, y consideraria los monasterios ‘fino una consecuencia de los dogmas de la fe budista. Por fialio de 1a observacién de las comunidades aldeanas, de lis artesanias, de los mercados y de las empresas industria- Wj Mlegariamos progresivamente a comprender y a sor japices de explicar cémo estos nativos derivan sus regime- Jide vida de tos recursos naturales circundantes. / Asi, tanto en las comunidades primitivas como en las ‘Wilizadas, vemos primero y ante todo que cualquier ac- ‘Win humana efectiva encamina a la conducta organizaday (omenzamos a percibir que ésta puede ser sometida a Wi definido esquema analitico, El tipo de tales institu- Hones 0 aspectos aislados de Ia conducta organizada Wjoienta ciertas similitudes fundamentales a través del am- Hilo dmbito de tas variaciones culturalest Podemos ahora, Jor otra parte, definie explicita, casi diagraméticamente, el Hncepto de institucién, que supongo es la legitima unidad ‘habe en et andiisis cutturat. cl caso de que sea capaz de captar Ia opinién publica de tun grupo, dotar a In inspiracién de medios materiales pat expresarse ¢ integrar de este modo una institucién. El economista, por otra parte, s¢ inclina con frecuencli ‘a mendspreciar la circunstancia de que, si bien ¢s ciertd que los sistemas de produccién y de la propiedad determi ‘nan incuestionablemente el nivel de las manifestaciones de Ja vida humana, son a su turno determinados por formal de conocimiento y de ética. En otras palabras, la extrem pposicién macxista, que consideraria la organizacion econdy mica como el determinante supremo de la cultura, pareot subestimar dos puntos cardinales del andlisis aqui oftecid en primer término, el concepto de norms constitutivas en virtud de las cuales encontramos que todo sistema dé produccién depende del conocimiento, del nivel de vidi (definido a su vez por una serie de factores culturales) y del orden legal y politico; en segundo lugar, el concepia de funcién, por el cual comprobamos que la distribucién y consumo de los bienes dependen tanto del carécter total de una cultura como de la produccién misma. En otros términos, el anilisis aqui propugnado destacaria decidida: mente que en el campo de cualquier disciplina sociol6gi deben practicarse considerable ntimero de trasplantes rech | procos con otros aspectos de la realidad social, a fin de | eliminar los supuestos y buscar las primeras 0 veridicay causes. Suponiendo que paséramos de nuestra propia cultura @ | otra menos conocida 0 més exdtica, allarfamos exactas mente las mismas condiciones. La civilizacién china difiere de la nuestra en la organizacién de Ia vida familiar y cow respecto al culto de los antepasados; en Ia disposicién de sus ciudades y su estructura municipal; en ta vigencia del sistema de clan y, por lo tanto, también en el ordenamiento’ | econdmico y politico del pafs. Estudiando una tribu aus: | traliana, conocerfamos los pequefios grupos familiares, las hhordas en las cuales las familias se agrupan, el matrimonio Cariruro VI LAS UNIDADES CONCRETAS, AISLABLES EN, LA CONDUCTA ORGANIZADA Con el objeto de hacer el andlisis subsiguiente mas de- nido y més util, tanto en el trabajo de campo como on It teoria, seré mejor representarlo en forma de diagrama, part dar una definicién clara de los varios conceptos que hemo inferido de él, y complementarlo con una lista, tan nutri y conereta como sea posible, de los tipos de validez univers sal. El concepto que hemos venido elaborandofés el de wi sistema organizado de actividades tendentes a un fin) He: ‘mos ¢stablecido en primer término que los seres humanoy forman parte de grupos tradicionales desde su nacimiento (© por incorporacién posterior. Y también que, en cierto ‘casos, ellos organizan o instituyen dichos grupos. Definint ‘el cuerpo de normas consttutivas de una insttucién como «| sistema de valores para cuyo logro los seres humanos 9 ‘organizan 0 se incorporan a organizaciones existentes. De= finiré el elemento humano de la institueién como el grup regulado por precisos principios de autoridad, division de funciones y distribucién de privilegios y deberes. Constitus yen las teglas 0 normas de una institucién, Tas destrezas Vu toon cientfica de ta eultara 2B Wonleas adquiridas, 1os hébitos, los preveptos legales 0 yandamientos éticos que son aceptados por los miembros {ellos impuestos. Resulta claro, tal vez, que tanto la or jinleaci6n de las personas como Ia naturaleza de las reglas Jeyuidas estén definidamente relacionadas con aquellas nor- ius constitutivas. En cierto modo ambos términos: el con- nto humano y las reglas, derivan y dependen de'su consti- {Woldn normativa, Un hecho importante ha sido corroborado @ lo largo de uestro andlisis: toda organizaci6n esté invariablemente ba- ‘yila sobre Ia intima correspondencia con el ambiente ma- ial que 1a circunda, Ninguna instituei6n esté suspendida Wiel aire 0 flota de manera vaga e indefinida a través del ‘mpacio. ‘Todas descansan sobre un substrato material, esto 3, 4: un reservado sector de elementos ambientes, constituido riqueza, instrumentos y también una porcién de bene- los que se acrecientan como resultado de las actividades Woncertadas. Organizado sobre la base de un cuerpo de nor- {is, actuando de acuerdo con la cooperacién social, si- uiendo las reglas de su ocupacién specifica, usando y Hlisponiendo de un equipo material, el grupo se cmpefia en. | cumplimiento de sus actividades. J.a distincién entre actividades y reglas es clara y pre~ ‘is, Las primeras dependen de la destreza, del poder, dela Nionestidad, de la buena intencién de los miembros. Ellas Vivariablemente se desvian de las reglas, que representan el ‘Winplimiento~ideal, no necesariamente su realidad. Por fifa parte, las actividades estn incorporadas a la conducta fgnereta en tanto que las reglas con frecuencia se manifies- {in s6lo en precepts, textos y regulaciones. Por fin, noso- [is hemos introducido el concepto de funcién, esto es, el ultado integral de actividades organizadas, distinguible w consiguiente del cuerpo de normas, vale decir, del ob- Inve, de fin nuevo o tradicional que se tiende a lograr. La istincion es esencial. Bronistaw Metinowshl | Ui tora centifica de la cultura 7s ‘CUERPO DE NORMAS Wie un andlisis de esta indole es no sdto posible, sino indis- 4 ¥ fwable, Sostenemos aqui que ta insttucién es la_verda- ELEMENTO HUMANO REGLAS fieft unidad del andlisis cultural. Afirmamos también que £ m Wrilluré ineorrecto cualquier otro tipo de discusién o UES MATENAY, Vlemostracién. que s6lo considere rasgos aislados, 0 com- Sra iaae lejos que no sean los que integran la estructura institu- onal v runciéx Con el objeto de demostrar mis acabadamente aunque $o\u existe en todas las culturas y en cada una de sus ma- filestuciones, seré mejor suministrar primero otra amplia fiw importante generalizacién. Sostengo que, si bien ins Hueiones tales como la familia, el estado, el grupo de edad fli congregacién religiosa varian de una a otta cultura, J, on algunos casos, dentro de la misma, es posible formular Wi lista de tipos o clases representativos de todas las cul- Wyras. En otras palabras, sostendria que la faclia y el tipo ile actividades basado en un permanente contrato mati Wionial en el cual 1a reproduccién, la educacién y la coope jyoidn doméstica son los intereses dominantes, puede ser (nsiderado como un rasgo de cultura universal. Intentemos Jormular esa lista, Puede ser concebida como una gufa Wil para cualquier investigador de campo que parte para Wa Grea civilizada o salvaje no estudiada previamente € jilenta rastrear, observar y registrar todos los tipos impor- nies de conducta organizada, Una tal lista serfa asimismo Wii medida en Ia investigacién comparativa, ya se oriente 4) ¢l sentido evolucionista, ya en el difusionista 0 histérico. Constituirfa también Ia prueba de que, en cierto sentido, fia cultura debe basar el fundamento de toda concreta y ‘oryanizada combinacién intencional de seres humanos, en. Jos grupos de actividades establecido: Con el propésito de redactar esa lista, seria lo mejor ‘onsiderar los principios generales que ligan a los seres hu- fianos entre si y los amalgaman en grupos permanentes. Ante todo, tenemos, desde luego, el hecho de la_reproduc- Jon. En todas las sociedades humanas, la reproduccién, es EI precedente sliagrama proporciona una concreta mnemotécnica ilustracién de este asunto. No debe ser com siderado como un mistico “eidos” o un talismén mégico, Es meramente un modo de relacionar, compendiadamentey Ios resultados de nuestro andlisis y de fijar en la memoria Ja relacién entie los varios puntos que hemos considerado separadamente en nuestra exposici6n. Pretende también mostrar con absoluta nitidez que todo tipo de actividad efectiva debe organizarse de una sola y eterminada manera, en virtud de la cual Hegue a estabills zarse culturalmente, esto es, a incorporarse a la herend cultural de un grupo. : Los resultados de nuestro andlisis, sin embargo, tal ‘como estén representados en el diagrama, son decididamens te ambiciosos. Parte el diagrama de las siguientes proposi- ciones:/eada institucién, o sea un tipo organizado de actividad, tiene una estructura definida/Con el propésito, de observar, comprender, describir y hablar tesricamente acerca de una institucién, es necesario analizarla de la ma- nera aqu{ indicada y s6lo de esta manera, Esto es aplicable, al trabajo de campo y a cualquier estudio comparativo entre diferentes culturas, a los problemas de antropologfa aplicada y sociologia, y en verdad a cualquier enfoque cientifico, en materias en las cuales Ta cultura es cl asunto principal /Ningtin elemento, “rasgo”, costumbre o idea pue- de ser definida, a menos que se la ubique dentro de su manifiesto y verdadero marco institucional, Insis 6 Bronislaw Malinowsht decir, Ia relacién entre marido y mujer, y ontre padres ¢ hijos, conduce a la formacién de grupos pequefios, pero eh cextremo importantes. Podemos en consecuencia hablar del principio integrativo de Ia reproduccién 0 del parentesco) ya se trate de relaciones consanguineas o matrimoniales Bajo este encabezamiento, deberiamos anotar institucioney tales como la familia, incluyendo el contrato de matrimonio, las reglas de filinci6n y las leyes que rigen la vida domés tica. Los lazos de paternidad, la vinculacién reciproca entid padres e hijos, tienden siempre a extenderse y conducen Ja formacién de més extensos grupos de parientes. Estén éstos constituidos por aglomeraciones de familias simples bajo Ia autoridad de un patriarca y Megan hasta formar los llamados grupos de parentesco, designados habi= ‘ualmente por términos como clan, sib, gens o fatria. Coma es bien sabido, hay buen niimero de distingos entre des= ‘eendientes matrilineales y patrilineales, matrimonios matri 9 patrilocales, el sistema dual y el de clanes poligémicos, et étera. A despecho de las varias controversias acerca de Jos “origenes” del matrimonio y de la familia, de la real significacién del clan y de los sistemas clasificatorios de ‘parentesco, en sus manifestaciones linglifsticas o de cuale quier clase, el hecho indudable es que ningtin competent’ investigador de campo puede estudiar una tribu sin haberst familiarizado muy bien con Ia teor‘a general de la vida fa miliar primitiva, la ley de cescendencia y 1a formacién de més extensos grupos de parientes. Podriamos, por lo tanto, anotar en una especie de condensado resumen, que bajo el principio de la reproduecién como integrador social debe ser estudiada la ley del matrimonio, de fa filiacion y del parentesco, ast como todas sus consecuencias con respecto aa estructura social, Otro principio general de agrupamiento es el de Ia pros dad y contigilidad. La esencia de la vida social es la cooperacién. Los individuos pueden intercambiar servicios, trabajar juntos y confiar en complementarse recfprocamente Vw leora centficn de la cultura ” ‘spyin las tareas y las aptitudes, cuando estén uno al aleance tie otro. ¥ a la inversa, quienes son vecinos préximos de- ion llegar a cierto acuerdo respecto de buen mimero de uitos, como de marcar sus derechos de residencia y el Wo de los objetos de interés y utilidad generales. Algunas Wes deben ellos actuar conjuntamente, cuando algtin peli- | calamidad 0 negocio urgente los induce a la accién, Fomo es obvio, el més pequefio grupo de vecindad es el Hogarefio, de modo que esta serie se inicia con la misma julltucién a que acabamos de referirnos més arriba. Ade- ils, encontramos invariablemente algunas formas de orga- ‘ilmeibn que comprenden cierto nimero de familias y otras Widades de parentesco. Bl grupo local puede ser una horda némada, una aldea tidentaria, un pucblo pequefio o simplemente el conjunto ile villorrios 0 habitaciones dispersas. Desde que, como les 1o hemos seftalado, hay evidentes ventajas en la orga~ Jimicién, en tanto que Ia falta de ella es inconcebible, pues iipjaria una serie de candentes cuestiones sin resolver, es Alompre posible determinar la institucién que podriamos ‘ienominar municipio o grapo local en el més amplio senti- ilo del término. El principio de la propincuidad, como el Wil parentesco, puede ser extendido varios grados. En este fio con mucha mayor latitud, y de acuerdo con fa situa (Gn, podriamos hablar de areas, distritos, provincias, en onjunto o aisladamente, siempre que tuviéramos en cuenta {iyo los consideramos como instituciones en tanto que estén Juyanizados. La més amplia de estas unidades territoriales tie cooperacién potencial, intereambio de servicios y comu- fiidad de intereses, serfa la tribu en el sentido cultural de Ii palabra Otro principio natural de distincién y de integracion oid relacionado con Ia anatomfa y la fisiologia humanas. Jos seres humanos differen entre sf en cuanto al sexo, la ‘lad, y, mucho menos significativamente, desde el punto ilo vista de ciertos estigmas innatos, deficiencias 0 con % Bronislow Matinonskh UM Word centfica deta cultura 9 ‘Wiliticas, se basa en este princlpio. Aqui también tenemos W) tipo de fonémeno institucional que puede hallarse, al Jienos en sus formas rudimentarias, aun entre los pueblos: {Wis primitives, pero que se manifesta a lo largo de todas Jas elapas evolutivas, siendo tan evidente en nuestra propia fallura como entre los polinesios 0 los negros del Africa ‘woidental. En esto caso, como en el sistema de grupos de Wiad arriba mencionado, encontramos con frecuencia un fisloma de ritos de iniciaci6n, a veces una funcién econd- jnlea acessoria, ya estrictamente secreta’ y misteriosa, ya Jiinifiesta y pablica El quinto_ principio integrativo, de gran importancia, ese decarrola con Ia evlicin dl gener hain, e Wie la habilidad profesional, el aprendizaje y In prelacién. Fiste es, evidentemente, un principio mucho menos es- sfico, porque las distinciones en lo que respecta al tra~ injo, al adiestramiento, a la diferenciacion de actividades lips, Varian més de una cultura a otra, que los distingos Inwsados en las necesidades reproductivas o tervtoriales. No O)stante, hallamos invariablemente en todas tas culturas {iwttuciones relacionadas con Ia producci6n, distribucién y Sonsumo de alimentos y otros bienes. Encontramos, asi, tonjuntos cooperatives entre los més simples recolectores ile alimentos, entre los cazadores, pescadores y agricultores. Hallamos congregaciones magicas y religiosas como el clan {oiémico, el grupo de parentesco aglutinado por el culto del Jntepasado comiin, y la tribu en conjunto o las subdivisio- Ws que adoran a una divinidad natural. Con frecuencia los Iigos y brujos se organizan en grupos profesionales, ya en Ij realidad, ya en la creencia tradicional de la tribu. Resulta claro que, a medida que la cultura progresa, Ins varias y especificas tareas funcionales se diferencian jiadualmente y se incorporan a una insttucién determina {hy, La educaci6n debe existir aun entre los mas primitivos; 0 rigor, debié haber estado presente desde los origenes inismos de la humanidad, como toda transmisiOn tradicio- nes patoldgicas. Dondequiera que se establezca una orga nizacion que agrupe a los varones con exclusién de las ‘mujeres, podemos decir que existen grupos institucionalizas dos que se basan en el sexo. Esto ocurre habitualmenté como resultado de otras actividades, Aun en las tribus pri- ‘mitivas hay una division colectiva de funciones entre home bres y mujeres. S6lo muy raramente, como, por ejemplo, ef algunas tribus australianas, encontramos una neta divisién fentre clanes totémicos masculinos y femeninos. Mas fre: ‘cuentemente, la organizacién basada en el sexo est vine lada con otfo sistema que mencionaremos més adelante al de los grupos de edad. Este fenémeno esté ampliamente: difundido y, en cierto sentido, es universal. Se manifesta desde la cultura més primitiva hasta nucs: tra moderna civilizacién occidental, en el sentido de que eterminan ciertas ctapas de la vida humana a las cuales corresponden periodos como la infancia y, en cierto grado, la mocedad, de completa dependencia del medio social, el de aprendizaje y ejercitacién; el de la adolescencia, entre It madurez sexual y el matrimonio; el de la plena participa: cién en Ia vida del grupo y finalmente el lapso de la senecs tud. Este tltimo se asocia ya con una gran influencia en Jos asuntos de la tribu o del estado, lo cual se designa con el término de gerontocracia, de sentidlo etnogrético; 0 ya significa simplemente que a los ancianos y ancianas se Jes permite vegetar, al margen yirtualmente de Ia activa corriente de la vida colectiva. En algunas culturas, anor~ malidades fisicas y mentales, como Ia inversién sexual y lay tendencias cpilépticas 0 histéricas, constituyen Ia base de tuna organizacién en grupos, conectada unas veces con ¢) shamanismo y que da lugar, en otros casos, a la formacién de castas proseriptas. El principio de asociacién, esto es, el agrupamiento vo- tuntario por iniciativa individual, debe sor distinguido de los otros ya enumerados. La participacién en sociedades se» cretas, en clubs, en equipos recreativos o en fraternidades 0 Bron’slaw Malinowsht nal de técnicas, ideas y valores. Pero Ia educacién esti incorporada a Ia familia, al grupo local, a la asociaci6n’ de jugadores, a los grupos de edad y a los gremios de ar tesanos donde el novicio recibe su ensefianza. Instituciones especiales para adoctrinamiento de la juventud, como es: cucelas, colegios y universidades, son unas de las més nue: vas conquistas del hombre, De la misma manera, el verda: dero conocimiento y hasta la ciencia estén presentes en Jas més tempranas etapas de la cultura, pero la investiga: cin organizada se institucionaliza s6lo en los altos niveles de su desenvolvimiento. Y lo mismo ocurre con las leyes y la produccién industrial, Ias instituciones caritativas y las profesiones como Ia medicina, el profesorado, el comercio y Ja ingenieria, En los grados culturales muy bajos, los rudimentarios, ‘grupos econémicos, mégico-religiosos, artisticos y_recren- tivos dependen de las primitivas formas de especializaci6n, El distingo basado en el “status” y el rango, la forma: ifn de clases y castas, no se presentan en los grados cultu- rales muy primitivos; pero aparecen con el desenvolvimiento de la riqueza, del poder militar, de Ta conquista y, por lo tanto, con ta estratificacién étnica. En este ultimo sentido podrfamos haber introducido ¢! principio racial como uno de los que pueden Iegar a institucionalizarse; tal el caso de las castas de la India, las dos 0 tres sociedades estratifi cadas del Sudén y del Africa oriental y, en cierto grado, Jas varias discriminaciones raciales y demés medidas en. nuestra propia sociedad. Si quisiéramos ahora averiguar cémo y en virtud de qué principios estas varias instituciones se integran en conjun- tos definidos y auténomos, deberiamos hacer una impor- tante distincién, El panorama ctnogréfico del mundo de- muestra que en todos los continentes hay limites bien definidos que separan, unas de otras, las entidades cultura- Jes que los antropélogos llamamos tribus. En este_sentido, Ja unidad de estos grupos, geogrdficamente definidos, con- Vi twora centfica de la cultura Ea ‘isle en la homogeneidad de la cultura, Dentro de los limites {ie la tribu, el imperio de la misma cultura se extionde de 4 extremo al otro. Sus miembros hablan todos ! mismo ioma, aceptan la misma tradicién en Ia mitologfa y en el iloiecho consuetudinario, en los valores econ6micos y en los, {ineipios morales. Con esto, corre paralela una sémejanza flo técnicas y herramientas, de gustos y bienes destinados a Jos consumidores. Ellos Iuchan, cazan, pescan y cultivan el suelo con el mismo tipo de utensilios y armas; se casan de swauerdo con idéntica ley de matrimonio y filiacién. De este jnodo, los miembros de tal grupo pueden comunicarse por juedio de la palabra; intereambiar servicios y movilizarse {ovlos pare una empresa comtin, Poxdemos dejar pendiente la cuestién de si es posible tonsiderar como instituciones estos grupos culturalmente Ainificados (los cuales, en realidad, son el prototipo o ante- edente de Ia nacién en el sentido moderno). Es probable- monte mejor describir la nacién, primitiva o civilizada, co- Jno un too integrado por instituciones, en parte aut6nomas, pero también interdependientes. En este sentido, nacionali- thd significa unidad en ta cultura, Hay, sin embargo, otro principio de integracién hasta hora omitido. Me refiero al de autoridad en el amplio sen- lido del término, Autorided significa el privilegio y el deber de tomar Alocisiones, de resolver en casos de disputa o desacuerdo y lambién de poder hacer respetar por Ia fuerza tales deci es. La autoridad es la verdadera esencia de la organiza- cién social. Por Jo tanto, no puede estar ausente de nin- una organizacién institucional aistada, No obstante, hay Instituciones cuya cohesién se logra prineipalmente por «] uso de la fuerza efectiva. Podemos definirlas como ins- {ituciones politicas, y hablar de un coeficiente © porcién Politica determinada, en la familia, la municipalidad, 1a provincia o hasta los grupos econémicos o religiosos. La im- Portancia real de este principio comienza, sin embargo, con 2 Bronislow Malinowssl \ — Ypa twortacientifica de a cultura 1 desarrollo de las organizaciones militares y con su inter yencién en el ataque y la defensa. La tribu como unidad) cultural existi6 probablemente mucho antes de que la tribu politica llegara a organizarse sobre el principio de la fuerza Entre los aborigenes australianos 0 entre pueblos tales como Jos vedas, los fueguinos, los pigmeos y los andamaneses, no podemos hablar de organizacién politica de la tribu desde ‘que ésta no existe, En algunas comunidades algo mas des: arrolladas, en Melanesia y entre los habitantes de Oceanis que hablan el polinesio, ei grupo politico o estado originaria se halla habitualmente asociado con la subdivisién de la tric bu. En una etapa més avanzada, ambas unidades coinciden ¥ entonces podemos hablar del prototipo del estado-nacién, Dondequiera que esto ocurra, seré bueno trazar la dis: tincién entre 1a tribu como unidad cultural y como organi- zacién politica. La titima es una forma de institucién que debe ser definida en todos los aspectos en los cuales hemos analizado el concepto y que representamos en el diagrams Y serfa siempre importante destacar muy bien hasta qué punto coincide 0 no con el grupo cultural. ‘Sera conveniente resumir este andlisis en una breve lista: Vrincipio de integracién 2, Tertitorio (Comunidad de intere- Principio biolbgico. istinciones debidas al sexo, a la edad y a los stigmas y sfntomas cor- Lista DE Tiros UNIVERSALES DE INSTITUCIONES porales.) Principio de integracién __Tipos de instituciones 1, Reproduccién (Vincullos de sangre de- finidos por un contrato legal de matrimonio y extendidos luego por un principio de filiacién es- peeificamente determi- nado en el'esquema ge- nealégico.) La familia, considerada como el grupo doméstico de pa- dres ¢ hijos. Organizaci6n del_noviargo. La definicién legal y orga- nizaci6n del matrimonio co- mo contrato que une dos in: dividuos y emparenta dos grupos. EL grupo doméstico extendi- do y su organizacién legal, ceonémica y religiosa. Grupos de’ parientes, vincula~ dos por el principio unilate- ral de Ia descendentia, El clan, matri o patrilineal. EI sistema de clanes empa- rentados. Los grupos municipales de vecindad, como la horda né- mada, Ia vagabunda banda Tocal, el pueblo, el conjunto de aldchueles 0 habitaciones, Ta ciudad, la vrbe. El distr to, la provincia, Ja tribu (Ctr. 0.1). Primitivo grupo sexual to- rémico. Organizaciones basadas_ en diferencias sexvales fisiol6gi- cas 0 anat6micas. ‘Organizaciones debidas a la division sexual de funciones y actividades. Grupos y grados de edad siempre que estén organiza- dos. En las organizaciones primi- tivas, organizaciones de anor- males, degenerados mentales, epilépticos (relacionadas fre- euentemente con ideas reli giosas 0 mégicas); en los ca Principio de integracién 4, Asociaciones _volunta~ ras. 5, Ocupaciones y profe- siones. (La organizaci6n de los seres humanos. segin sus actividades especia- lizadas de acuerdo con el interés 0 propési ccomtin y para ta ejerci- tacién de sus especiales aptitudes.) Bronislaw Malinowski Tipos de instituciones altos niveles de cultura ins- tituciones para enfermos, sanos, defectuosos congéni- tos, Primitivas sociedades secre- tas, clubs, equipos recreati- vos y sociedades artisticas. En los altos niveles de cul- fura, los clubs, sociedades benéficas y de ayuda mutua, logias, asoviaciones volunta- rias para recteo, educacién moral 0 realizacién de wn Propésito comin. En un nivel primitivo, princi palmente magos, brujos, sha- manes y sacerdotes; también arrolladas, los. innumerables oficios, gremios y grupos for- mados en toro a un interés econémico; 12s asociaciones de profesionales en. el campo de la medicina, el derecho, la ensefianza, el ministerio se- cerdotal También instituciones espe- cificas para el. ejercicio or ganizado de la ensefianza (escuelas, colegios, universi- dades); para la investigncién (laboratorios, academias, ins- Va eortacentfiea de te cultura Principio de integractén 6, Rango y “status” 1. Principio inctusivo (La integracién por co- munidad de cultura o poder politico.) Tipos de instituciones titutos); para Ia administra cién de justicia (cuerpos le- islativos, tribunales, fuerza policial); para Ta defensa y Ja agresiOn (ejército, mari- na, fuerza aGrea); para la religién (parroquias, sectas, iglesias). Estados y érdenes de noble- za, clero, burguesfa; campe- sinos, siervos, esclavos. El sistema de castas, Estratificacién étnica, esto es, distingos raciales 0 cul- turales en civilizaciones pri mitivas o desarrolladas. La tribu como unidad cultu- ral correspondiente a la na- cionalidad en niveles més ele- vados. El sub-grupo cultural de lo- calizacién geogréfica 0 de conjuntos enclavados (mino- rfas extranjeras, ghettos, gi- tanos). La unidad politica que pue- de comprender parte de ta tri- bu, su totalidad y aun incluir vatias subdivisiones cultura les. EI distingo entre tribu- nacion y_tribu-estado como organizaci6n politica es fun- damental, % Bronislaw Matinowsll | Wy wort cfenfica de ta cultura 7 Esta lista resume el asunto del presente capitulo. Como 0 ve, ¢6 una exposicién basada completamente en el sentida ‘comtn, ¢ indica quo/en toda cultura se han de hallar cierto tipos de organizaci6n’ Desde el punto de vista de 1a obser: vacién etnogréfica, esta lista tiene un valor preliminay para el estudiante, en el sentido de que induce al investi gador a contcstar positiva o negativamente una serie de ‘cuestiones que deben plantearse con claridad si se desea Ile: gar ala earacterizacién de una cultura no estudiada todavia, Seria bueno quizés insistir una vez més en la importan: cia tedrica de esta listof Establece, ante todo, en la column de Ia izquierda, que la reproducci6n, la distribucién territo= rial, las distinciones fisioldgicas y profesionales producen de+ finidos tipos de agrupamiento, cada uno de los cuales tiene Ja misma estructura general que hemos expuesto en nuestro concepto de institucién. Afirma también que las asociacios nes yoluntarias, bajo In forma de sociedades secretas, clubs 1 otras agrupaciones deliberadas, tienen existencia univer sal, y que el modo de integracién del grupo cooperativo ‘més amplio, basado en la bomogeneidad cultural y ol poder politico, es esencial para nuestro .conocimiento de una co» munidad, Los encabezamientos de esta primera columna enume: ran una serie de problemas universales que son resueltos en cada cultura de modo algo diferente Y es ta solucién de es: tos problemas, vale decir, Ia funci6n de los varios tipos ins« titucionales, 10 que conduce a un primario determinismo, Esto, sin embargo, debe ser més desarrollado. Es claro que mientras Ia reproducci6n representa un determinante fun= ‘damental en cada sociedad; el principio basado en el ten torio es formal ¢ indica sélo que, dados ciertos intereses vitales que deben ser satisfechos en comtin, es indispensable tun asiento espacial, puesto que las personas deben estar unas al alcance de las otras para cooperar entre sf. Sin em bargo, debemos estudiar més profundamente los vitales tereses que ligan a un grupo con el territorio que ocupa, {yprenderemos también con més nitidez e6mo nacen los UWijelivos espectficos de las diversas ocupaciones y de qué juunora ellas se relacionan con los requerimientos bésicos Wp li vida trumana y Ia existencia del grupo. in una palabra, se requiere una exposici6n més com- lela de nuestra teorfa de las necesidades fundamentales, iip In derivaci6n de Jos intereses culturales y de los deter~ Jilpantes ambientes, sociol6gicos y téenicos de toda con- Weta colectiva basada en la cooperacién. Sélo después de Wi detallado examen de estos problemas, a través del cual 9 clarficaré el concepto de funcién, estaremos en condi- flones de tornar a la lista anterior y demostrar més convin- filemente que nuestros tipos institucionales. no son arbi- Wivios ni ficticios, sino que representan realidades clara Wonte definibles, Carfruto VIL ANALISIS FUNCIONAL DE LA CULTURA. Es claro que para lograr una conformidad con nuesill definicién de Ia ciencia serd necesario responder a un ciety mimero de cuestiones, planteadas, més que resueltas, en anilisis que precede, Tanto en el concepto de instituciOy ‘como en el aserto de que cada cultura debe ser analizall de acuerdo con tales instituciones y también de que toll Jas culturas tienen como principal factor comin una sei de tipos institucionales, va ya implicito un cierto miimely de generalizaciones 0 leyes cientificas de los procesos y sll resultados. 7 Lo que todavia necesita aclararse es la relacién entif forma y funcién; Hemos insistido en que toda teoria ciety tifiea debe partir de y conducir a la observacién. Debe sf induetiva y verificable por la experiencia’ En otras palabra ‘es menester que se refiera a experiencias humanas suscep) tibles de ser definidas, y que se manifiesten pablicament® es decir, que sean accesibles a cualquicr observador; qt sean periédicas, y en consecuencia impregnadas de general zaciones induetivas en virtud de las cuales puedan ser pit) dichas. Todo esto significa que, en sltimo anilisis, toll proposicién de antropologia cientifica debe referirse a [0 némenos susceptibles de ser definidos por la forma, en ¢ mAs objetivo sentido del término. Vos teortacienifica de ta cultura ” Al mismo tiempo hemos apuntado también que cultura, ‘sno obra del hombre y como medio a través de los cuales ‘Jy sus fines Cun medio que le permite vivir, establecer Wi hivel de seguridad, “confort” y prosperidad; que le pro- Jotolona poder y To pone en condiciones de orear bienes y HWlores més alld de su realidad animal y orgéniéa), que Filta, decimos, en raz6n de todo esto, debe ser entendida io Un medio para un fin, es decir, instrumental 0 fun- ‘onalmente. Yor lo tanto, si ambas aserciones son costectas, podre- wos dar una definicién més clara de los conceptos de for- fi, de funcién y de las relaciones entre ambos. ‘Alo largo de nuestro anélisis, hemos visto que el hom- Je modifica el medio natural en que vive/ Hemos sostenido {ie ningin sistema organizado de actividades es posible sin Wiis base fisica y sin un equipo de instrumentos/ Seria po- ible demostrar que ninguna fase distintiva de cualquier Wwlividad humasia se produce sin el uso de objetos, herra~ iplontas, mercanoias; en resumen, sin la intervenci6n de ele- Wentos de Ia cultura material. Al mismo tiempo, no hay fuiividad humana, individual o colectiva, que podamos con- Ahlorar como puramente fisiol6gica, es decir, “natural”, 0 n0 {ojulada, Hasta la respiracion, las secreciones internas, la die sree oe ambiente arti- Jal en condiciones culturalmente determinadas, Los proce- {9 fisiol6gicos del cuerpo humano son afectados por la Vonilaci6n, por la zutina y la calidad de los fendmenos nu- Iillivos, por las condiciones de seguridad o peligro, de satis- fiwcion o ansiedad, de temor o esperanza. A su turno, funciones tales como Ia respiraci6n, Ia excrecién, la diges- {Win y las secreciones glandulares afectan a la cultura més fuenos directamente y provocan el nacimiento do sistemas {ullurales referentes al alma humana, a la brujeria oa con- fepeiones metafisicas) Hay una constante interaccién entre A organismo y el medio secundario dentro del cual vives (decir, Ia cultura/En una palabra, los sees humanos viven % renisaw Matinowihl We feorla ciensifica de ta cultura o ‘jeliva de Jo que, provisionalmente, podrfamos considerar ‘iio la porcién espiritual de la cultura, indicando, al mis- Wo tiempo, Ia funcién de la idea, la creencia, el valor y el Wincipio moral Resulta probablemente claro ahora, que el problema fstamos encarando aqui y tratando de resolver con su correceién, quizas hasta con pedanterfa, ¢s el proble~ Wi undamental de toda ciencia: el de establecer Ia identi- Wd de sus fenémenos, Quien esté familiarizado con las controversias hist6ri- ‘Ws tociol6gicas 0 antropol6gicas, no puede negar que este Hoblema atin espera solucién y que Ia ciencia de la cultura Jyiece todavia de verdaderos criterios identifcativos (vale Wir, eriterios respecto de qué y c6mo observar, qué com- futur y c6mo demostrarlo y por fin qué huellas rastrear ila cvolucién y Ia difusién). En el caso de Ia antropologia wy una escuela cuyos miembros basan la mayor parte de Wis investigaciones sobre y alrededor del concepto de cul- Jiu heliolitica, Quienes rechazan estas teorfas negaran de lino que Ia cultura helicttica es una realidad que pueda Wintiicarse en cualquier parte del mundo. Discutirén Ia Vontiticacién demostrada con referencia a los monumentos Jiogaliticos, In organizacién dual, el simbolo de la trompa iil elefante, la interpretaci6n del simbolismo sexual de las, fonchas usadas como monedas, y, en definitiva, todas las Iilidades postuladas. Dentro de la escuela funcionalista misma, para tomar n ejemplo més préximo, hay dispuctas sobre si la principal faplicaci6n funcional debe referitse al hecho de la ‘‘densi- iid social”, a la solidaridad del geupo, a su su integracién 14 fonémenos tales como Ia euforia y la disforia, que una forriente funcionalista considera inidentificables y otra per- {petamente reales. ‘Mientras muchos antropélogos estén de acuerdo en que J familia, por lo menos, es una verdadera unidad cultural jue puede ser identificada y rastreada universalmente, en do acuerdo con normas, costumbres, tradiciones y reglas ql son el resultado de una interaccién entre los procesos org nicos, 1a actividad del hombre y el reacondicionamiento df su ambiente./Tenemos aguf, por consiguiente, otro inl ‘grante importantisimo de la realidad cultural: si lo Ham ‘mos norma o costumbre, hébito o mos, “folkway” 0 Ww poco importa. Por simple raz6n de simplicidad usaré término costumbre para abarcar todas las formas tradieldy nalmente reguladas y “standardizadas” de la conductiy {C6mo podemos definir este concepto a fin de destacil claramente su forma, facilitar en consecuencia su enfogit cientifico y relacionar luego esta forma con su funcidnl La cultura, sin embargo, incluye también algunos elt: ‘mentos que permanecen aparentemente intangibles, fue del aleance de la observacién directa, y cuya forma ni cuyl) funci6n resultan muy evidentes. Nos teferimos, por lo eo: ‘miin, a ideas y valores, a intereses y creencias; analizamoy ‘motivos en los cuentos populares y concepeiones dogmiti: ceas en las investigaciones sobre la magia o la religi6n. {EW qué sentido podemos hablar de forma cuando encararmos la ereencia en un Dios 0 el concepto de mana o la tendencit hacia el animismo, el preanimismo o el totemismo? ‘Algunos soci6logos parten de la base del acuerdo colec: tivo, de una sociedad hipostitica, considerada como “el set moral objetivo, que impone su voluntad sobre sus miem: ‘bros”, Es claro, sin embargo, que no puede ser objetivo lo, que no es accesible a Ia observacién. Muchos investigadores que se ooupan del anitisis de la magia o la religiOn, del com nocimicnto primitive o la mitologia, se satisfacen con It descripeién en términos de psicologia individual introspec~ tiva. En esto no es posible obtener una decisién final entre tuna teorfa y otra, entre un supuesto o conclusién y el contrario, apelando a la observaci6n, desde que obviamente sobre aquellos asuntos no podemos observar los procesos ‘mentales ni del salvaje ni de persona alguna. Tenemos, por Jo tanto, una vez més, la tarea de definir la concepcion 2 Bronislaw Matinowihl | WM leora cientfica de la cultura 93 toda la extensién del género humano, hay no pocos qi discuten Ja existencia de esta institucién. Muchos antropiy Jogos estén convencidos de que el totemismo existe. A. Goldenweiser, en un brillante ensayo publicado en 1910, cual, en mi sentir, constituye un jalén en el desarrollo dil método antropol6gico, ponfa en tela de juicio la identi del totemismo. En ottos términos, desafiaba a quienes of criben acerca de este fendmeno a que trazaran sus origents su desenvolvimiento y su difusién para probar que tani en Ia observacién, como en ta teorfa podemos consider) al totemismo como una legftima realidad, /-Ast, la tarea de establecer los eriterios identiticativay por una parte en la teorfa y en el trabajo de campo, pal ‘otra, es quizé la contribucién més importante en el sent de hacer cientifico el estudio del hombre! Permitasemy abordar esta cuestién desde el problema elemental del ity vestigador en campaiia. Cuando él por primera vez estable: ce su residencia en el pueblo cuya cultura desea conocth, registrar y presentar al mundo, encara desde luego el pr blema de qué significa identificar un hecho cultural, dest que, evidentemente, identificar ¢s lo mismo que compreh der. [Nosotros comprendemos la conducta de otra perso ‘cuando podemos dar razén de sus motivaciones, sus impul 0s, sus costumbres, es decir, su total reacciéa ante las cot diciones en que se encuentra’ Si acudimos a la psicologia ity trospectiva y decimos que comprender significa las ident) ficacién de los procesos mentales, 0 si, a fuer de conduc tas, afirmamos que reacciona ante el estimulo integral de Ii siteién en un sentido para nosotros familiar, de acuend) ‘con muestras propias experiencias, no se modifica profus damnente la explicacién. Finalmente, y como ua principit metodol6gico en el trabajo de campo, yo insistiria en li concepeién conductista porque esto nos permitirfa describiy Thechos que pueden ser observados. Se mantiene como vet dad, sin embargo, que en la préctica corriente e intuitiva xeaccionamos y respondemos a la conducta de los otros 4 Wiis del mecanismo de nuestro propia introspeccién. Y agué surge, inmedistamente, un principio muy si le pero con mucha frecuencia desdefiado. Las acciones, los Hiilenamientos materiales y los medios de comunicacién Wile son mas directamenté significantes y comprensibles, Jp aquellos vinculados con las necesidades orgénicas del, Jombre, con las emociones y con los medios practicos de Jilisfacer esas necesidades. Cuando os individtos comen 0 ‘Wicansan, cuando sienten atraccién reciproca 0 se com- gmeten en el noviazgo, cuando se caliontan junto al fuego, jormen en una tarima, acarrean alimentos y agua para leparar una comida, no nos hallamos perplejos, no tene~ fies dificultad en proporcionar una relacién clara 0 poner Si cabo de lo que realmente ocurre a miembros de culturas Wlorentes. El resultado infeliz de este hecho basico es que {is antropétogos han seguido a sus inexpertos predecesores J fian descuidado un poco estas fases elementales de ta Wistencia humana, por cierto no sensacionales, pero tam- foco carentes de problemas. Y aun es evidente que una Hleccin de las particularidades exéticas, amativas y ex- Uithas, divergentes de la tendencia universal de la conducta, Humana, no es en sf misma una seleccién cientifica, porque ‘lis mas ordinarias satisfacciones de las necesidades elemen- iiles son muy importantes para toda conducta organizada. Hubiera sido fécil mostrar que el historiador también Wa como base de su reconstruccién el argumento fisiol6- fico de que “no s6lo de pan vive el hombre”, aunque morclialmente de pan; que todos los ejéreitos y, proba- lemente, también otras organizaciones mayores, se mantic~ fn gracias al estémago; que, en resumen, como en el fhiento famoso, la historia puede ser expresada en la frase Vollos viven, aman, mueren”, Primum vivere, deinde phi- tuophari; el principio de que puede mantenerse callado al fjueblo con la sabia distribucién de pan y circo; el com- fender, por fin,/que hay un sistema de necesidades, al- fuinas fundamentales, otras tal vez artifcialmente desa- # Bronislew Matin tert centfcn de la cultura 95 ‘Wersidad y contradiccién en las costumbres enterratorias Fis ideas escatolégicas, forman otro gran conjunto de los de comportamiento culturalmente determinados, que parecen, a primera vista, extrafios © incomprensibles. estos casos, sin duda, tratamos con fenémenos en los ‘Wiles se produce inevitablemente una fuerte reaccién emo- ‘Wnsl. Todo cuanto se relaciona con Ia nutricién, &1 sexo Jil ciclo de la vida, incluyendo el nacimiento, desarrollo, Twidurez y muerte, est4 invariablemente acompafiado de ‘Iiturbios fisiolégicos en el cuerpo y en el sistema nervioso ‘Wauienes participan y de sus acompaftantes. Esto nos sugicre una vez més que si queremos encarar 4 inconvenientes y complejidades de los modos de com- iRamiento culturales, debemos relacionarlos con los pro- 1s orginicos del cuerpo humano y con’ aquellas fases Umncomitantes de la conducta que Hamamos deseo o im- JWlso, emocidn o disturbio fisiol6gico, y que, por una raz6n Poira, deben ser regulados y coordinados por el conjunto elementos de la culturay Hay un punto que se refiere a la compresibilidad su- ial que dejamos de lado en esta parte de nuestra ex- cin. Existe, como es obvio, un gran sector de Ia con- ta humana que debe ser especificamente conocido por investigador de campo y presentado al lector compren- es el especifico simbolismo de toda cultura, el len- aje en primer término, Esto se relaciona directamento con problema que ya hemos planteado, « saber, el de definit funcién simbdtica de un objeto, un gesto, wn sonido ar- lado, refiriéndolos a Ia teorfa general de las necesidades su satisfacci6n cultural rrolladas, pero que reclaman satisfacci6n por igual; fin, todas estas frases y principics constituyen el del historiador para una discreta aunque intuitiva recoil truccién/ Resulta claro, me parece, que cualquier de la cultura debe partir de las nevesidades orgénicas hombre, y si logra relacionat las més complejas e indircoliy pero quizé més imperativas necesidades, del tipo de las qi Hamamos espirituales 0 econdmicas, nos habré proporelly nado una serie de leyes generales que tanto necesitamos una cabal teoria cientifica. {Cuando el antropélogo, el erudito tedrico, el sociélog) © el historiador consideran que es necesario proporcioil uuna explicaciOn basada en hipétesis, en ambiciosas recon trucciones 0 en supuestos psicolégicos? Desde luego, cuando Ia conducta humana comienz parecer extrafia, alejada de nuestras propias necesidades § costumbres y cuando, en resumen, los hombres cesan dt comportarse como los demds seres humanos y mantietil précticas como la “couvade”, la caza de cabezas, el cot del cuero cabeliudo, la adoraciin de un t6tem, de un anit pasado o de un dios extrafio. Bs caracteristico que muchil de estas costumbres pertenecen al campo de la magia o Wi Ja religi6n, y son debidas, 0 asf lo parecen, a deficiencll en [a razén o el entendimiento primitivos. En cuanto me directamente orgiinica sea la necesidad a la cual la conduclt humana se refiera, mas probablemente engendra aquell fenémenos que han proporcionado la mayor suma de mi) terial para la especulacién antropol6gica. Pero esto es Vol dad sélo en parte. Aun con referencia a la comida, al ses jento y decadencia del cuerpo humano, exis un buen niimero de exdticos y extrafios tipos de conducth| El canibalismo y los alimentos “tabi”; el matrimonio Tas costumbres de parentesco; los celos sexuales hipertro fiados 0 la aparente falta completa de ellos; los términ clasificatorios del parentesco y su desacuerdo con la ‘temnidad fisiol6gica; finalmente, el extraordinatio fér

También podría gustarte