INTRODUCCION Ideas Generales El abastecimiento de agua ha sido una de las principales preocupaciones de la Ihumanidad, Las primeras comunidades agricolas se establecieron alrededor de los rios y los lagos, postericemente las ciudades se fundaron junto a ellas y hoy dia, una de las mayores preocupaciones de las grandes metropolis de a era industrial es la de conseguir tun adecuado suministro de agua potable. Por el agua se luché en el pasado, y se lucha en el presente, Desde la més remota antighedad se advirtié su poder vivificador. Cinco mil afios atri, el Zendavesta consigna- ba esta frase: “Ordena, oh Santo Zaratustra, que la Iluvia caiga en mil gotas para comba- tir Ia enfermedad y ta muerte. Sila llavia estropea la noche, puede en cambio mejorar el dia... Bs la Huvia una gran bendicion, pues por ella existen los manantiales y los arboles” La formacién de los conglomerados urbanos, complicd en forma notable el st. nistro de este presioso elemento, El hecho de que los ri0s fueron utilizados simulténea- mente como fuente de abastecimiento y como vehiculo de transporte de desperdiziosTEORIA, DISERO Y CONTROL DE LOS PROCESOS DE CLARIFICACION DEL AGUA domésticos, cred la necesidad de traer el agua de manantiales ejanos alas ciudades. Fue la época de los grandes acueductos, técnica en que los romanos se distinguieron extra- ordinariamente, ‘A medida que los conglomerados urbanos creciéron, los abastecimientos relativa: ‘mente limpios de que se podia disponer, se hicieron cada vez mis escasos, y fue indis- pensable buscar algin método de purificar el agua: inicialmente en forma doméstica y Juego en forma conjunta para toda una comunidad, Los albores del siglo diecinueve vieron las primeras instalaciones municipales de filtracion, La apariciOn de las ciencias bacteriol6gicas, a mediados de dicho siglo, impul- 86 aiin mas esta prictica. Esta, con el correr del tiempo, vino a constituir un requisito indispensable de la vida civilizada, 1 ABASTECIMIENTO DE AGUA EN AMERICA LATINA En América Latina, desde la época de Ia colonia, se hicieron acueductos, a veces con la ayuda de colonos generosos, para abastecer las incipientes ciudades. Las primeras plantas de tratamiento con filtros lentos, se construyeron en algunos paises (Argentina, Uruguay, Brasil) en el iiltimo cuarto del siglo XIX; en ottos, en el primero ¢el siglo XX, El establecimiento de la Oficina Sanitaria Panamericana, en 1924, ayud6 a los gobiemnos a tomar conciencia sobre 1a necesidad de potabilizar los abasteci- mientos de consumo municipal; de tal forma que antes de la Segunda Guerra Mundial (1940), muchas de las grandes ciu dades latinoamericanas contaban ya con plantas de tra- tamiento completas, y més de 30 ingenieros habjan sido becados para estudiar ciencias, sanitarias en los Estados Unidos. De esa época a hoy, América Latina pasé de 122 millones de habitantes a 280 millones, de cuatro ciudades con mas de un millén de personas a 11 ciudades; y Ios pro- bblemas del medio o ambiente y especificamente det abastecimiento de agua, e hicieron ‘en muchas partes alarmantes. El periodo de posguerra ha visto la aparicién y desarrollo de una serie de organic. ‘mos intemacionales de crédito tales como el BID, AID, BIRF y el EXINBANK, que han aportado ingentes sumas de dinero para la financiacién de obras de acueductos y alcante- rillado, Paralelamente se crearon en toda la regin organisms estatales o semiestatales indepenéientes, que dedicaron todos sus esfuerzos en forma exclusiva al saneamiento municipal En la carta de Punta del Este, firmada en 1961, se fij6 como meta para el decenio (1961-1971) el proporcionar servicios de abastecimiento de agua y alcantarillado a por Jo menos el 70 % de la poblacion urbana y el 50% de la rural. Ur grupo de estudio de nivel ministerial, en 1962, estimé que para alcanzar dichas, metas (I), se requeririan por lo menos 5,250 millones de délares. Sin embargo, los fondos aportados durante este perfodo de 9 afios hasta 1969 por los organismos internacionales de erédito fueron s6lo de 536,17 millones de délares y suméndole los otros fondos nacionales, alcanzaron la cifra de 1,290 millones de délares, To cual est muy por debajo de los requerimientos estimados. Como resultado de estas