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INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSOFICAS Coleccidn: Fusesoria Conrenponi ea Director: Dz. Len Ouavé Secretaria: Miwa. Conta YTURBE, SAUL KRIPKE WITTGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO Traduecién de Aunyanpro Tomasint Bassous UNIVERSIDAD NACIONAL. AUTONOMA DE MEXICO Méxtco, 1989 Titulo original: Wittgenstein on Rules ond Privote Language. An Eiementory Expesition (Publicado originalmente por Basil Blackwell Publisher Limited, 1982.) © Saul A. Kripke 1982 INDICE Prefacio eet 7 Introduccién u Ja paradoja wittgensteiniana . . . - - + = 7 La solucién y el argumento del ‘lenguaje privado’ . . . 63 Post-scriptum: Wittgenstein y las otras mentes . . . . 119 Primers edieién? 1989 DR © 1089, Universidad Nacional Auténoma de México Cinetad. Universitaria, 04510 México, D. F. Diasceréx Geatexat oe Punticactowes Impreso y hecho en México ISBN 968.36.0807-8, PREPACIO La mayor parte de este trabajo fue presentada en diversos lugores como conferencias, series de conferencias 0 semsinarios. Constituye ésto, como digo, ‘wna exposicién elemental de lo que considero ‘que es ef hilo central de la iltima filosofia de Wittgenstein en Ia filosofia del lenguaje y Ia filesofia de las matemsticas, incluyendo ‘mi interpretacién del ‘argumento del Lenguaje privado’ el cual, desde mi punto de vista, ha de extlicarse principalmente en tér- sminos del problema de ‘seguir una reglal. Un post-scriptum pre- senta otro problema que Wittgenstein vio en la concepcién del lenguoje privado, el cual conduce a wna discusion de algunos aspec- tos de sus puntos de vista sobre el problema de las otras mentes. Tuve la esperansa, dado que yo enfatizo la fuerte conexién que hay en Ia tltina filosofta de Wittgenstein entre la filesofia de Ja sicologia y 1a filesofia de las matematicas, de aitadir un segundo post-scriptum acerca de la filosofta de las matemétices. El tiempo 1no lo permitié, por lo que por el momento las obseraciones bsicas ‘sobre la filosofia de las mateméticas contenidas en el texto tendrén (que bastar, Dificilmente es la presente obra un comentario de la siltima filosofia de Wittgenstein, ni siguiera de las Philosophical Inves- tigations. Muchos bien conocidos ¢ importantes tdpicos —por ejem- lo, la idea de “semejanzas de familia, el concepto de ‘certest— apenas som mencionados. Més importante ais, en la filosofia de Js mente misma, apenas se le echo un vistazo o toda una rigueza de material, como los puntos de vista de Wittgenstein acerca de Ia intencién, la memoria, el sofiar y cosas por el estilo. Mi esperanza es que mucho de este material se eelea sufi portir de una comprensién de los puntos de vista de Wittgenstein cn torno al tépico central 8 SAGE. KRIPKE Muchos de los puntos de vista de Wittgenstein sobre la natw- raleza de las sensaciones y el lenguaje de las sensaciones son 0 apenas vistos 0 completamente omitidas; y, como lo enfatizo en el texto, adopté deliberadamente la politica de evitar discusiones de aguellas secciones que siguen ol § 243 de las Investigations que de ordinario se llaman el ‘argumento del lenguaje privado’ Pienso que muchas de estas secciones —por ejemplo, §§ 258 ¥ ‘siguientes— se aclaran mucho cuando se las lee @ fa lus del argu- ‘mento principal del presente trabajo; pero probablemente quedan residuos de algunos de los enigmas exegéticos de estas seeciones fe. g § 205). El interés de estas secciones es real, pero desde wit ‘punto de vista su importoncia no deberia exagerarse, puesto que representan casos especiales de ws argument més general. Los mas de las veces le precenté este trabajo o fildsofos sofisticadas, pero espero que en clases introductorias de Wittgenstein pueda usérsele junto con otro material. En clases seria stil especialmente para el nicestro, para que intentara extract del grupo la pardidoja de Wittgenstein y ver qué soluciones se proponen. Me refiero ‘agut on primer lugar, més que a las teortas filoséficas (disposi- cones, estados cualitatives, etcétera) diseuéidas al final del ensayo, «a las respuestas a la paradoja de que seguimos la regla como to hacemos sin razén’o justificacién. Es importante que el estudionte ssienta el problema intuitivarente. Recomiendo el mismo énfasis inicial a los lectores que se proponen estudiar ef presente trabojo por su cuenta, Recomiendo también que el estudiante (rejlea las Investigations a Ja luz de la estructuracién del argumento que se propone en este trabajo. Dicho procediiniento es de especial impor- tancia agul, puesto que en gran medida mi método consiste en presentar el arguinento tal como a mi me lamé lo otencién, tal como presenté un problema para mi, y nto en concentrarme en Ia exigesis de pasajes especificos. Desde Ia primera vee que me enfrenté al ‘arguriento del len- guaje privado’ y, en general, al ‘iltimo Witigenstein, y desde gue egué a pensar acerca'del argumento del mado en que aqui lo expongo (1902-3); su obra sobre las reglas he ocupado wna posicién més central en discusiones sobre la tltinia obra de Witt- jgenstein: (Siempre se le ha discutido en alguna medida.) Puede ssuponerse que algo de esta discusién, especialmente la que apa recié después de que di mi conferencia en Londres, Ontario, WITTCENSTEIN: REGLAS ¥ LENGUAJE PRIVADO 9 sufrid Ia influencia de la presente exposicidn, pero puede supo- nerse que parte de ells, impresa 9 no, es independiente, No he intentado citar material similar dentro de la literatura, en parte porque tendria la certidumbre, si hiciera el intento, de minimizar ‘algiin trabajo publicado 0, mas on, algiin trabajo no publicado. Me siento satisfecho, por razones mencionadas més abajo en el texto y en las notas, de que la publicacién no sea todavia super- flue. Merece enfatizarse el que, en este escrito, no intento hablar por mi mismo ni, salvo ocasionalmente y en relacién com temas menores, decir nada ucerca de mis propios puntos de vista sobre las cuestiones sustanciales. El objetivo primario de este trabajo es la presentacién de un problema y ut argumento, no su evaluacién critica, Puede leérseme primeramente, salvo en algunas excepcia- nes, casi como un abogado que presenta un atgumento filoséfico de una gran dimensién tal y como @ mi me land la atencién, Si el trabajo contiene alguna tesis, ésta es que el problema escéptico de Wittgenstein y su argumento merecen ser conciderados seria- mente, Varias personas, incluidas por lo menos Roger Albritton, G.E.M. Anscombe, Irving Block, Michael Dummett, Margaret Gilbert, Barbara Humphries, Thomas Nagel, Robert Nosick, Michael Slote y Barry Stroud, influyeron en este ensayo. Ademds de mi contribucién a la Wittgenstein Conference en Londres, Ontario, 1976, di varias versiones de este material como las Howison Lectures, University of California, Berkeley, 1977; como une serie de conferencias en un cologuio especial que tuvo lugar en Banff, Alberta 1977; y en la Wittgenstein Conference que tuvo lugar en el Trinity College, Cambridge, Inglaterra, 1978. Diversas versiones fueron también dadas en seminarios en la Universidad de Princeton, siendo la primera la del Spring Term de 1964-5. Sélo em estos seminarios de Princeton tuwe tiempo pora incluir el material del post-scriptum, por lo que éste se beneficié menos por la discusién y la reaccién de otros que el resto. Sin duds alguna, fui influido por Ia discusién de mi argumento en estas conjerencias y seminarios. En especial, deberia agradecer a Steven Patten y a Ron Yoshida por sus transcripciones hermosamente pre~ paradas de la versién de Banff, y a Irving Block, tanto por su ayuda como editor del volumen en el que una versién anterior de este trabajo aparccié, como por haberme invitado a hacer esta 10 SACL KRIPKE exposiciin mas piiblica en la London Conference. Las tronscrip- ciones Samizdat de la versién dada en a London Conference han irculado ampliamente en Oxford y en otras partes. Una primera versién del libro aparecié en I. Block (ed.), Pers- Pectives on the Philosophy of Wittgenstein (Basil Blackwell Oxford, 1981, xii + 322 pp). El trabajo en relacién con esa versién fue financiado parcialmente por una Guggenheim Fellow- ship, Visiting Fellowship en All Souls College, Oxford, por un afio sabético en la Princeton University y por la National Science Foundation (USA). El trabajo en la actual versién expandide jue financiado parcialmente gracias @ una been del American Council of Learned Societies para un aito sabitico en la Princeton University y por sm Oscar Ewing Rescarch Grant de la Indiana University. INTRODUCCION EI célebre argumento de Wittgenstein en contra del ‘Lenguaje privado" ha sido discutido tan a menudo que la utilidad de una exposicién mis es algo que, ciertamente, se puede cuestionar. A quien escribe se le ocurrié la mayor parte de lo que @ continuacién se expone hace ya algin tiempo, durante el aiio académico 1962- 63. Por aquel entonces, este enfogue de los puntos de vista de ‘Wittgenstein se le impusieron a quien escribe con la fuerza de una revelacién: lo que anteriormente me habia parecido ser un argu mento un tanto flojo, en favor de una conclusién fundamental- mente implausible, basada en premisas dudosas y controvertibles, se me aparecié ahora como un argumento poderoso, a pesar de ‘que las conclusiones parecian ser atin més radicales y, en un sentido, més implausibles que antes. Yo pensaba por aquel enton- ees que yo habia visto el argumento de Wittgenstein desde un Angulo y con un énfasis muy diferente al enfoque que privaba en las exposiciones estndar. A Io largo de los afios, legué a tener dudas, En primer lugar, no estaba yo seguro de si podria formular como un argumento claro la evasiva posicién de Witt- genstein. En segundo fugar, la naturaleza misma del tema hizo posible interpretar parte de la literatura estindar como viendo al argumento, después de todo, de la misma manera. Més importante atin, las conversaciones a lo largo de los afios mostraron que, cada vez en mayor niimero, otros estaban viendo el argumento con los Enfasis que yo prefera, Sin embargo, exposiciones recientes por intérpretes muy capaces difieren suficientemente de lo que sigue como para hacerme pensar que una nueva exposicién podria ser todavia de alguna utilidad. * Una interpretacién convencional del ‘argumento del tenguaje privado’ que se encuentra en las Philosophical Investigations pre~ supone que éste se inicia con la seccién 243 y que continia en las 2 SAGL KRIPKE secciones que de inmediato le siguen.? Esta interpretacién hace del argumento uno que trata en primer término de un problema sobre el ‘lenguaje de sensaciones’, La ulterior discusién det argu- mento dentro de esta tradicién, tanto en apoyo como en critica, cenfatiza cuestiones como la de si el argumento invoca una forma del principio de verificacién, si la forma en cuestién esté justifi- cada, si se le aplica correctamente al lenguaje de sensaciones, si ef argamento descansa en un escepticismo exagerado acerea de fa memoria, y ast sucesivaniente, Algunos pasajes clave en la discu- sign que sigue a § 243 —por ejemplo, secciones célebres como §:258-y°§ 265-~ han resultado notoriamente oscuras para-los co- mentaristas-yse \ha: pensado que su, interpretacién correcta pro- porcionarfa la clave para el ‘argumento del lenguaje privado’. |. Ent ti-interpretacién, el auténtico ‘arguimento del lenguaje pri- vido" ha de hallarse ent las-secciones.que preceden & § 243.. En verdad; en §-202 a ‘conclusién queda-explicitamente enunciada: “De ahi que mo sea posible obedecer una regla-‘privadamente’: de otro:modo, pensar que uno estaba obedeciendo tna regia seria lo: niismg que obedecerla,” No-pienso ‘que Wittgenstein haya pensado en sf mismo como anticipondo-an argumento que con mayor detalle daria mis adelante, Al contrario, todas las consideraciones‘cruciales estén contenidas'en la discusi6n que leva ala conclesién enun idaveri §,202, Se supone que las seccionés que’ siguen a°§ 243 hhabrén de leerse a la-luiz de a discusi6n precedente; dificiles como son en cualquier caso, es mucho:menos probable que se les com prenda si se les lee aisladamente. El.‘argumento del lenguaje pri- yado’, tal_como..se le aplica_a_las_sensac un caso “especial de.consideraciones mucho més generales previamente dis ‘cutidas acerca del Tengwaje;_las sensaciones desempefian.un_papel rial, pues_sirven_(aparentemente)_como_convincente_ contra: | “gemplo.a Jas consideraciones previamiente enunciadas, Wittgen: ‘tein, por lo tanto, examina de nuevo el terreno en este caso especial, avanzando nuevas consideraciones especificas a dicho caso, Se “deberia tener presente que las Philosophical Investigations no son tuna obra filgsdfica sistemética en donde, las conclusiones estable- cides de"una vez por todas no necesiten discutirse, de nuevo. ‘Mas bien, las Investigations estin eseritas' como una dialéctica perpetua, en donde las persistentes preocupaciones, expresadas por la vor del interlocutor imaginario, ntinca son silenciadas de manera definitive, Puesto que la obra no esta presentada en le forma de WITTGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO 1B tun argumento deductivo, con tesis definitivas como conclusiones, se recorre el mismo terzeno en repetidas ocasiones, desde el punto de vista de diversos casos especiales y desde diferentes Angulos, con Ja, esperanza de que todo el proceso ayudard al lector aver Jos problemas de, manera corrects. La estructura bésica del ehfoque de Wittgenstein puede: pre- sentarse brevemente como sigue. Se plantea_un_cierto problema, o en terminologia humeana, una. ‘paradola cscéptica’,en_xclaciia “Son t@ REEGE H FagED Hnseguida presenta lo ave Hume hala Hamaro-una ‘olucién estate’ al poblems, Hay dos ras en ralacTOn_con Tas cuales es my ue Ia fuera la paradoja como de su solucién— sea ignorada, y con respecto 2 fas cuales el enfoque asico de Wittgenstein mis probablemente parecerd increible. Una de esas’ dreas la constituye Ia nocién de regla matemética, como la regla para Ja suma, La otra es nuestro 8, deberia= mes basicas acerca de = ef lenguaje, Aunque Witigenstein ya ha discutido estas coriside- ‘acianes basicas con considerable. generalidad, la estructura de la obra de Wittgenstein es tal que los casos especiales de matemiticas y sicologia no son discutidos simplemente citando un ‘resultado’ zeneral ya establecido, sino volvienda a examinar los casos: espe- ciales en detalle a la luz del tratamiento previo del caso general. Se espera, mediante tal discusién, que pueda verse correcteamente tanto a las matematicas como ala sicologia: puesto que las tenta- ciones por-verlas equivocadamente surgen por el deseuido de las mismas consideraciones bisicas acerca de las reglas y el lenguaje, es de ‘esperarse que: los problemas que surjan serin anélogos en Jos dos casos. En mi opinién, Wittgenstein no veia su doble interés por la filosoffa de la mente y la filosoffa de las mateméticas como un interés por dos temas separados, y en el mejor de los casos vagamente separados, asi como uno podria estar interesado tanto en misica como en sicologia: Wittgenstein piensa quc atmbos temas involueran las-mismaé consideraciones bisicas. Por esta razén llama a st investigaciéa de los fundamentos de las matemiticas “and- Toga a nuestra investigacién de sicologia” (p. 232). No es por accidente que de manera esencial el mismo material bésico acerca de las roglas esté incluido tanto en las Philosophical Investigations como en las Remarks on the Foundations of Mathematics,® en 14 SAGE XRIPKE ambos casos como la base de las discusiones de la filosofia de la mente y las mateméticas, respectivamente, que vienen a continua én, En lo que sigue, trato en general de presentar el argumento de Wittgenstein 0, para ser mas preciso, e! conjunto de problemas y argumentos que yo personalmente he extraido de la lectura de Wittgenstein, No estoy tratando, salvo con unas euantas excep- ciones, de presentar mis propios puntos de vista, ni estoy tratando de hacer mio o criticar el enfoque de-Wittgenstein, En algunos casos, he descubierto que una entunciacién precisa de los problemas y conclusiones es dificil de conseguir. Aunque se sienta con fuerza que hay un problema, una enunciacién rigurosa de él es dificil. Yo me inclino a pensar que el estilo filosético del ditimo Witt- genstein y la dificultad con que él se top (véase su prefacio) para fundir su pensamiento en una obra convencional, construida ‘con argumentos y conclusiones organizados, no es sencillamente una preferencia estilistca o literaria, acompafiada por wn penchant por un cierto grado de oscuridad, *’ sino que emerge en parte de la naturaleza de su tema.® ‘Yo sospecho —por razones que se aclarariin posteriormente— ‘que intentar presentar el argumento de Wittgenstein con toda recisién es hasta cierto punto deformarlo. Probablemente muchas de mis formulaciones y condensaciones del argumento estén hechas de una manera que Wittgenstein mismo no habria apro- bado.* Por lo que deberia pensarse en el presente articulo no como siendo ‘el argumento de Wittgenstein’ o ‘el de Kripke’, sino amas bien ¢l argumento de Wittgenstein tal como éste impresioné _ 4 Kripke, tal como present un probl Como dije, pien “el_argumento_del_lenguaje_privado’. Basico precede a la seccién 243, si bien las secriones que_siguen Ja 243 son, sin duda de fundas in rtancia también, Me propongo inicialmente discutir el problema del ‘lenguaje_pri-_ vado" sin enunciar en absoluto estas ditimas secciones, Puesto que a menudo se piensa qué estas secciones som ‘el argumento del Jenguaje privado’, a algunos este procedimiento podré parecer como una presentacién de Hamlet sin el principe, Inclusive si asi fuera, hay muchos otros personajes interesantes por representar, ™ WITIGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVSDO 15 NOTAS Leainddeun_vszo a, ter conearios eis_ dais ste itgenstcin de los limos diez 0 quince afios, cncntro. que algunos fo in tratan ch abwouto, como ai fvera em tonico menor. Alginos otros fue tiscten on deale Jos pontos de vinta de Wittgenstein tarto sobre fa flosofia de las matemitcas como sobre las sensaciones tratan fa dscason de as reas conn ssa ura ngrtans gra fos pion Jen, de Wittgenstein seb las maternGene la necesidad ligica pero la separan “argunento del lengeaje iva’ Presto qhe. Wittgenstein ene mas de tn tnido de argumentar para una conssién dada, 0 lalusive de presentar on ito sum, fn defender penne expo nee ecu sents argurenter que sos tvs comentarios eatin en in error Evert frusden constr expescones importantes y- qie fisminan facet els resignations su argumento fe ee faltar €afasis 0 qutdar omit & Sie eno” Sin enbarte en eninds los certarete Stren comideraie: nent de a presente exposcin, rencias'son a. as PhlovophicalTnoevigeions. Las, pequefas unidades tumeradas de ns Twoertigtions se Tamardn ‘seaciones! (0 “parsgrafos). bas feferenias« las paginas se usan aolo s-n0 e posble In referencia oma Seccin: como en frargunda parte de las nscsigtins. A todo To largo ito in traduccion estindar eitadn en faci (de GEM. Anscombe). yo ite Ente cctionrla encepo on algunos rare casox Le Philwophical Tnoee tigate’ (x or 332 yp toto aleman © ngs pariclo) tam tendo varias tdiclones desde a primera publiescion en 1988, pero fos pardgrafos ‘ya faginaibn siguen Sido 1os_rsismos. Los eitores sen ‘Basil Blaclonl, Grind y Macmilany Nucve Yor ‘Ese cocye no procede dando. una exegesis detalada dct texto de Witte senstin, so gue’ mis bien dessrrlia ssa manera ios aigmmeston. Yo Reomendarig que d_letior eleyern as Inocaigaions @ ia Tas ds Ta reste exagesey\viers si Gta lamina etext, “Basil Bickel, Oxford, 1996, soe ++ 204 pp. En la or de Ramarks on th Rosndtion of Mathemahis eo te parece que Wittgestcin. tenia orisnalmente la ” Sign materiale mates eh as Phra estan Tia teres eicin (1978) ncluye mas material que Tas anceriores_y reordna algunas sectonce y divisenes de ediciones previa. Cuando ser precnte abajo usd ln primera edcin, Canto ine referencias die, fe dard entre corehetes In referencia equivaente de Ta terceraetion *Personalmente siento, sin embargo, que no puede negarse aqui el papel ge comileracons ein Fs ca ue copiers poramente istics y ltrara sighfietan nuacho para. Wittgenstein. Si pron pre fern’ elt obvanente conteiupe tnt 2 Bical Ges do como. sibel. 5 Véase la discusién sobre este punto en la pigina 72, més abajo, Vase de teva lx misma discusiin et Ia pagina 72 "eine ta cna ave ea mis dah. ne arena ope lector pacdh perder e! hilo dela argumenacién de Wittgenstein ey € exe feiso tame de Tos nies mis tne En porto el tae de ia fora dsponconal se entiende tanto pergye wane na ver icf vee= mente presada como una respsta fa parsdojaescépica, si dscusicn 16 SAUL KRIPKE favor de Wittgen- puede contener algo mis de argumentacién de Kripice Hein que de expesicién del propio argumento de Wittgenstein de lo que ssucede con la miayor parte del resto del ensayo (véanse notas 19 y 24 para olpunas de las conexiones. El argumento, sin embargo, esti iaspirado por el texto ofigital de Wittgenstein. Probablemente, el argumento presen fado mas ahajo que menos recibe la inspiracién directa del texto d= Wittgen~ sein es el argumento de que muestras dieposiciones, como nuestra realizacion Fea no con potenciatmente infisitas. Sin embargo, inclusive éste tiene su origen en el éniasis paralelo de Wittgenstein sobre el hecho de que explcitamente pensamos sélo en: un nimero finito de casos de cualquier regia). Yo. conjuro al lector a que se concentre, durante una primera Iecturs, en fa comprensiGn de la fuerza intwitiva del problema escéptico de Wittgenstein y que considere a las rulas como étas_secundaras LA PARADOJA WITTGENSTEINIANA En § 201, Wittgenstein dice: “esta era nuestra paradoja: ningiin curso de accién podria determinarse por tna regla, porque puede hhacerse concordar a cualquier curso de accién con tna regla”, En esta seccién del presente ensayo, intentaré desarrollar @ mi ma- nera Ia ‘paradoja’ en cuestin. La ‘paradoja’ es quiz el problema central de las Philosophical Investigations. Inclusive alguien que cuestionara las conclusiones referentes al ‘lenguaje ptivado’ y las filosofias de la mente, las matemsticas y la l6gica que Wittgenstein cextrae de su problema, bien podria considerar al problema mismo como una importante contribucién a la filosofia. Puede conside- rarsele como una nueva forma de escepticismo filos6fico. Siguiendo a Wittgenstein, desatvollaré el problema primeramente en relacion con un ejemplo matematico, si bien el problema escép- x tico relevante se aplica a todos los usos significativos del lenguaje. ‘Yo, como casi todos Ios hablantes de espafiol, uso la palabra ‘mas’ Gila 4 y el simbolo ‘+" para denotar una funcién matematica bien cono- ‘ida, la adicién, A la funcién se Te define para todos los pares de enteros positives. Mediante mi representacién simbdlica externa y mi representacién mental interna, yo ‘aprehendo' Ja segla para ia adicién. Un punto es erucial para la ‘aprehensin’ de Ta regia. Aunque yo mismo he calculado tinicamente un nimero finito de sumas_en ef pasado, Ta regla determina una tespuesta_para_un “nimero indefinidamente grande de_nuevas_suma; “woaisevindo-previamente. Uta es toda la idea de ta nocién de que ‘al aprender a sumar yo aprehendo una regla: mis intenciones Aisa concenentes a la adicién determinan en lo futuro una @ | Tinica_sespuesta) para un niimero indefinidamente grande de a Yo TRUeVOS 3505. Permitaseme suponer, por ejemplo, que ‘68 + 57° es un céleulo que no he efectuado nunca antes. Puesto que yo en ef pasado he e + a oo ae be 18 SAGE KRIPKE efectuado —inclusive silenciosamente para mi mismo, para no hablar_ya de mi conducta piblicamente observable— tinicamente un nimero finito de céleulos, un ejemplo como éste seguramente existe, De hecho, la misma finitud garantiza que haya un ejemplo que excede, en ambos argumentos, a todo célculo previo, En To que sigue asumiré que ‘68 + 57’ sirve bien para este propésito. ‘Al realizar el céleulo obtengo, desde Iuego, la respuesta '125'. Yo tengo confianza, quizd después de revisar mi trabajo, en que 125" es la respuesta correcta, Es correcta tanto en el sentido arit- miético de que 125 es la suma de 68 y 57 como en el sentido ‘metalingiistico de que ‘més’, tal como yo intenté usar esta palabra ‘en el pasado, denota una funcidn que, cuando se apfica a los ni- meros ‘68’ y ‘57, tiene como resultado el valor 126. ‘Ahora bien, supdngase que me topo con un escéptico raro, Este escéptico cuestiona mi certeza acerca de mi respuesta, en lo que acabo de llamar el sentido ‘metalingiistico'. Tal vez, sugiere, tal como yo usé el término ‘més’ en el pasado, la respuesta a la que aspiraba para ‘68 -}- 57” deberia haber sido ‘5’. Desde luego que la sugerencia del escéptico es obviamente loca. Mi respuesta inicial a tal sugerencia serfa que regresara a la escuela y aprendiera a sumar, Dejemos, sin embargo, que el retador siga adelante. Des- ués de todo, dice, si ahora tengo tanta confianza en que mi inten cin, tal como yo usaba el simbolo ‘-}', era la de que “68 + 57” resultara denotar a 125, e30 no puede ser porque yo explicitamente me baya dado a m{ mismo instrucciones para que 125 fuera el resultado de efectuar la adicién en este caso particular. Por hipé- tesis, no hice tal cosa. Pero, desde luego, la idea es que en este nuevo caso, yo deberia aplicar exactamente la misma funcién 0 regla que tantas veces apliqué en el pasado. Pero zquién va a decir cusl es esa funcién? En el pasado yo me dia mi mismo s6lo ‘un afimero finito de casos que ejemplificaran esta funcién. Noso- ‘10s hemos supuesto que todos ellos involucraban miimeros menores que 57. Por lo que quizh en el pasado yo usé ‘més’ y ‘“+" para denotar tuna funcién que lamaré ‘tis! y simbolizaré mediante +6", Esta queda definida asi xOy=x+ty, ix, yleyes de ta sume, Es desde luego initil protestar afirmando que yo queria que el resultado de contar un montén fuera independiente de su compo- sicién en términos de submontones. Concédaseme el haberme dicho esto a mi mismo tan explicitamente como sea posible: el eseéptico responderé con una sonrisa que estoy una vez mds malinterpre- tando mi uso pasado, que en realidad ‘independiente’ queria ante- riormente decir ‘tindependiente’, en donde ‘tindependiente’ significaba ... “Aqui estoy, desde luego, exponiendo las bien conocidas observa- | ciones de Wittgenstein acerca de “una regla para interpretar una | { i | regia", Es tentador responder al eseéptico pasando de una regla @ otra mas ‘basica’, Pero el paso escéptico también se puede repetir en un nivel mas “basico'. El proceso deberd al fin y al cabo, dete- nerse —"las justificaciones Hegan a un término en algin lugar’ — y yo me quedo con una regla completamente irreductible a cualquier otra. 2Cémo podria yo justificar mi aplicacién actual de tal regia, cuando un escéptico podria facilmente interpretarla de tal manera que diera lugar a un nimero indefinido de otros resultados? Pa- | receria que mi aplicacién de dicha regla es un injustificado salto | en Ja oscuridad. Aplico la regla a ciegas. ail mente, cuando consideramos una régla matemética como , pensamos en nosotros mismos como si en cada caso nuevo fugramos guiados en nuestra aplicaciin de la regia. Esta e3 1a diferencia entre alguien que calcula nuevos valores. de una fancién y alguien que produce nimeros a tontas y a locas. Dadas mis intenciones pasadas respecto al simbolo ‘+’, una y sélo tina respuesta se import como la apropiada para ‘68 “} 57°, Por otra parte, aunque un detector de inteligencia puede suponer 26 SaGL KRIPKE que hay silo una continuacién posible para la secuencia 2, 4, 6, &..., gente mas sofisticada matematica y filoséficamente sabe que un nimero indefinido de reglas (inclusive reglas enunciadas en términos de funciones mateméticas tan convencionales como Jos polinomios ordinarios) son compatibles con cualquier segmento inicial finito, Por lo que si el detector me apremia para que responda, después de 2, 4, 6, 8..., con ef tinico mimero apro- piado que sigue, la respuesta adecuada es que tal mimero tinico no existe, ni hay una secuencia infinita dnica (una dnica regla deter- minada) que prolongue a la secuencia dada. El problema puede cntonces enunciarse de esta manera; ;Diferi acaso yo realmente del detector de inteligencia en cuanto a las directivas que para af futuro yo me di respecto a ‘4? Es cierto que podria ser que ‘yo no meramente estipulo que ‘4' tiene que ser una funcién ejem- plificada en un mimero finito de cdlculos. Yo podria, ademas, darme a mi mismo directivas para célculos ulteriores de ‘+’, enunciados en términos de otras fumeiones y reglas. A su vez, puedo darme a mi mismo directivas para el cdlculo ulterior de estas funciones y reglas y asf sucesivamente, El proceso, sin em= bargo, deberd a final de cuentas detenerse con funciones y reglas ‘iltimas’ y reglas que he estipulado para mi mismo sélo a través de un mimero finito de ejemplos, al igual que en la prueba de inteligencia. Si esto es asi no es mi procedimiento tan arbitrario como el del hombre que adivina Ia continuacién de la prueba de inteligencia? ;En qué sentido esti mi procedimiento de calculo actual, siguiendo un algoritmo que da como resultado ‘125’, mas justificade por mis instrucciones pasadas que un procedimiento alternativo que hubiera llevado a No estoy acaso simplemente siguiendo un impulso. injustifieado 3) dent ded Estos problemas, desde Iuego, surgen a todo lo largo y ancho del lenguaje y no se reducen a ejemplos matemiticos, si bien es a través de éstos que aquéllos quedan mas pristinamente expuestos. Yo pienso que aprendi el término ‘mesa’ de tal manera que se aplicara a un mimero indefinido de elementos futuros. De ahi que pueda aplicar el término a una nueva situacin, como cuando por ejemplo voy por primera vez a la Torre Eiffel y veo una mesa en Ia base. ; Puedo responderle a un escéptico que supone que mediante ‘mesa’ en el pasado lo que yo queria decir es sime, cn donde ‘sime’ es cualquier cosa que sea sina mesa pero que no se encuentre en la base de la Torre Eiffel o una silla si alli se le WITTGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO 2 encuentra? ; Acaso pensé explicitamente en la Torre Biffel cuando por primera vez ‘aprendi el concepto de’ mesa, me di a mi mismo directivas coneretas para lo que yo queria decir mediante ‘mesa’? E inclusive si pensé en la Torre zno pueden las directivas que me dia mi mismo y que la mencionan ser interpretadas de tal manera que sean compatibles con la hipStesis del escéptico? Mas impor- tante aiin para el argumento del ‘lenguaje privado’, desde luego, es que a idea se aplica a los predicados de sensaciones, impre- siones visuales y cosas semejantes: “:Cémo sé que al elaborar las series + 2 yo debo escribir ‘20,004, 20,006’ y no ‘20,004, 20,008'?" (La pregunta: “zCémo s€ que este color es ‘rojo’?” es semejante.) (Remarks on the Foundations of Mathematics, I § 3.) EI pasaje ilustra de manera notable una tesis central de este assy: que Wittgenstein considera a los problemas de filosofia de las tend jel “argumento_del lenguaje privado! —el Problema del lenguaje de sensaciones — como idénticos en la salz—, ¥ surgiendo ambos de su paradaja—Todo ef § 3 es una formulacién ‘sucinta y hermosa de la paradoja wittgensteiniana; en verdad, toda la seccién inicial de la parte I de Remarks on the Foundations of Mathematics es un desarrollo del problema con referencia especial a las matematicas y la inferencia Logica. Se ha supuesto que todo Jo que necesito hacer para determinar mi uso de la palabra ‘verde’ es tener una imagen, un cjemplar de verde que yo traigo a la mente siempre que en el futuro aplique la palabra. Cuando recurro a ste para justificar mi aplicaciin de ‘verde’ a un nuevo objeto eno deberia el problema escéptico ser obvio para cualquier lector ‘ae Goodman)" ‘Quek nea “sel yo cl as decir sean ya sagen colt, que n-secader. funciin_dirigizme. para_que.siempre aplicara la palabra ‘verde! a objetos veraules, Si el objeto aaud que ahora tengo Gifrente ¢s veraul, entonces cae dentro de la extensidn de ‘verde’, ‘con el significado que éste tenfa para mi en el pasado. No sirve de nada suponer que en el pasado yo estipulé que ‘verde’ habria de apli- carse a todas y solamente aquellas cosas ‘del mismo color que’ et ejemplo. El eseéptico puede reiterpretar ‘mismo, color’ como ‘temolor’,# en donde las cosas tienen el mismo temolor si.. Pema ejemplo de ‘mis’ y ‘tis': Acabamos de resumir d 1 problema en términos de las bases de mi actual respuesta parti cular: gqué me indica que deberia decir ‘125? y no ‘S'? El problema, desde luego, puede tener una formulacién eguivatente en tenn Vso Actua 28 SACL KRIPKE nos de Ja interrogante eseéptica concerniente a mi intento actual: nada en mi historia mental establece si quise decir mis 0 tas. Asi formulado, el problema podria parecer epistemoligico —gcémo puede alguien saber cual de ellos tenfa en mente? Dado, sin ‘embargo, que todo en mi historia mental es compatible tanto con la conclusin de que querfa decir més como con la conclusion de ‘que queria decir tas, es claro que ef reto escéptico no es en verdad un reto epistemoldgico. Se pretende mostrar con él que nada en la historia mental de mi conducta pasada —ni siquiera lo que un Dios omnisciente sabria— podria establecer si quise decir més o tis. Pero parece entonces segnirse que no hubo ningiin hecho acerca de. mi en el que consistiera mi habér querido decir 2Come aberlo st nada en mi conducta externa salisfard al eseéptico que supone que de hhecho yo tenta en mente a the? Sivho hubo ingitma diferencia en “Cipuies entre al reference a'mas y mi referencia a ths, tampoce ede haberla en el presente, Cuando al. camenzar_presentams. la. forzosamente usamds el lenguaje dando por supuestos los Aw arose Pe Siguificades actuales, Ahora, tal_como come .esperdleiaos,_vamos—quie oad : a to concesion provisional cca en veedadfiticia, nov ‘ningiin hecho respecto a lo que eee eee ee ‘Palabra en cualquier momento, S Gientas, aventar la escalera, Esta es, pues, la paradoja eseéptica, Que yo responda de una uwotra manera al problema ‘68-57, no puede justificar una res- puesta mis que otra. Puesto que no se le puede responder al escéptico que supone que yo hablaba de tis, no hay ningin hecho acerca de mi que distinga entre mi hablar de més y mi hablar de tis, En verdad, no hay ningtin hecho acerca de mi que distinga entre mi referencia mediante ‘mas’ a una funcién definida (la ccual determina mi respuesta en mueyos casos) y mi no referirme a nada en absoluto. En algunas ocasiones, cuando contemplo la situacién, tengo algo asi como un sentimiento raro. Inclusive en este momento que escribo , tengo confianza en que hay algo en mi mente —el significado que le adjudico al signo ‘més’— que me instreye acerca de lo que deberia hacer en todos los casos futuros. No predigo lo que haré —véase la discusién que viene a continuacién—, sino que me instruyo a mi mismo acerca de lo que deberia hacer para ajustarme al signifieado, (Si fuera yo a hacer ahora alguna pre Na puede ae une e@ WITTGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO 2 iceidn respecto a mi condueta futura, ésta tendria un contenido sustantivo sélo porque ya tiene sentido preguntar, en términos de las instrucciones que me dia mi mismo, si mis intenciones se ajustaran a ella o no.) Pero cuando me concentro en fo que ahora tengo en la mente qué instrucciones pueden encontrarse alli? {Como puede decirse que actio sobre la base de esas instrucciones ‘cuando actée en cl futuro? El nimero infinito de casos de ta tabla no esti en mi mente para que en mi futuro yo los consulte, Decit que hay en mi mente wna regla general que me dice cémo sumar en el futuro es tan sélo hacer retroceder el problema a las ‘otras reglas, que también parecen haber sido dadas sélo en tér- iminos de un niimero finito de casos. {especialmente aquellas versiones que intentan ofrecer andlsis “funcionales’ de Yérminos mentales) es demasiado conductista para mi gusto, Seria nece- Sario una extensa digresion aqui para entrar env mat ungue Wittgenstein efectivamente niegs ‘que haya una experiencia ‘cualtativa’ particular como mit dolor de cabeza, Sresente cuando y sélo cuando uso uta palabra con un cierto significado To leo, o comprendo, eteétera), éf Je reconoce, un certo ‘sentir? a nuestro fio signiffeativo de una palabra’ que. puede en ciertas cicunstancias perderss Machos abran teuido una experiencia bastante comin: al repetir, uta pulabra ¢ frase una y otra vez, se puede ser capaz de privarla de su ‘vida’ formal, de fal manera que Hega a sonar raro y extrafio, inclusive aunque Xe le pueda enitir en las circunstancias correctas. Hay aqui wn sentimiento ‘special de extranjereidad en uh aso porticular. {Podria. haber alguien {qoe sicrapre sara lag palabras como un mecanismo, sin ningiin ‘sentimiento’ Suna distineién entte este uso de tipo mecanistico y el caso normal? Wittgenstein se ocupa de estas cuestiones en la segunda parte de Tas Twcstipations en conexién con su discusion de ‘ver como’ (seccién xi po. 198229), Ten especial, considérense sus observaciones sobre la. ‘ceguera AF aspectos’, pp. 213214 y la relacién entre ‘yor un aspecto’ y ‘tener To experiencia del significado de una palabra, p. 214, (Véanse sus ejemplos tala p 214: "ZQué te estaria faltando.... sino sintieras que una palabra STEIN! REGLAS ¥ LENGUASH PRIVADO 59 ierde eu significao y se vwelve um mero sonilo si se le rerite dice veces Fequidas?... Supongase que me yusiera de acuerdo con alguien en eunnto fun eéligo, “lorre’ signifien baneo, Le digo ‘Aliora ve 2 ta torre’s él tne comprende y actin en consecuencia, pero siente que ta palabra. ‘torre’ qn este, usp extrafia, que todavia no. ‘incorpora’ el significado”. Wittgenstein da michos ejemplos en las pp, 213-218.) ‘Compicese (como Wittgenstein fo hace) el sentimiento de significar una palabra como tal y tal (pigasese en “hasta! ya como uit verbo, ya como tt Rombre, eleétera), con Ta idea de aspectes visuales extensamente diseutida a geceion aide Ta. segunda parte de las Investigations. Podemos ver ST patovconejo (p. 194) ya como tn conejo ya como un patos podemos ver el cubo de Necker ya sea con una base al frente, ya sea con ot podeinos ver el dibujo de wn cubo ya como una caja ya como un marco, Dlcctera, {imo eambia, si cambia, nuestra experiencia visual? La expe FHencia es mucho mas escurtidiza de lo que puede serlo cl sentimiento de tun dolor de cabeza, el oir an sonido, Ia experiencia visual de ura mancha Juul, Los ‘aspectos’ correspondientes del significar parecerian ser intros- pectivamente ‘inclusive mis escurridizos "Asimismo, aunque algunos de los pasajes en §§ 156-178 parecen desbancar por completo a la idea de una experiencia especial consciente de ‘ser guiado’ (al leer), parece equivocado pensar que queda totalmente descartada. Por ejemplo, en § 160, Wittgenstein habla tanto de la ‘sensacién de decir algo {que se sabe de memoria” como de Ja ‘sensacién de ler’, aunque la idea del Jarégrafo es que la presencia o ausencia de tales sensaciones no es lo que Constituye Ja distineion entre Teer, decir algo de memoria y alguna coxa ‘mds. Yo pienso que 1a discusién de Wittgenstein puede, en cierta medida, Tener una cieria anibivalencia, Sin embsrgo, algunos de los puntos relevantes que establece son estes: (i) Indopendientemente de lo que sea una ‘expe- Hlenda de ser guiado’ (al leer), no Se trata de algo con un cardeter cualitative introspectible y_grueso, como un dolor de cabeza (contrariamente a lo festenido. por Flume), (li) En casos particulares de lectura, podemos sentir ‘caperiencias delinidas e introsgesibls, pero éstas son experiencias diferentes J aistintas, pecoliares de eada caso individeal, no una nica experiencia presente en todos fos casos, (De la misma manera, Wittgenstein habla. de iversos ‘procesos mentales’ inicospectibles que em circwistanciae particulares laceen cuando comprendo una palabra —véanse §§ 151-155, pero més que ‘lls es el proceso de ‘comprensién’, en verdad Ia comprensién no es un tal ——véase pp. 46-47 mis abajo, La discusion det caso de leer, ‘que sigue inmediatamente 2 §§ 151-155 pretende ilustrar estos puntos.) (iii) Quizd To mds importante, sen Jo que sea el eseurrifizo sentimiento de ser fpeiado, sa presencia 0 ausencia no es constitutiva de si estoy leyendo 0 no, Sfeanse, por eiempl, 10s casos mencionados mis ariba en el texto del alumno que esth aprendicrslo a ler y de lt persona que se encuentra bajo Ta influen- ia de una droga. Rush Rhees, en su prefacio al The Blue ond Brown Books (Basil Blackwell, Oxford and Harper and Brothers, Niteva York, 1958, xiv -} 188 pp.) enfatiza (véanse pp. xi-xiv) el problema creado para Witgenstein por “eequera de signifieados’ y enfatiza que la digeusién de ‘ver algo como Rigo! en Tl seceicn x de In sogunda parte de las Philorophicel Investigations sti motivada por tn intento para teatar tan escurridiza coestin, Partes previas en las Investigations repudian concepciones tradicionales de estados Cnalitatives internos de significar y comprender; pero posteriormente Witt feenstein parece, como dice Rhess, estar preoeupado por el peligro de reem- 0 SAUL KRIPKE slazar el cuatto clésico por uno sbiertamente mecanicists, aungue él ciertar Iente repudia toda idea de que una cierta experiencia cualitativa sea To que Constituye mi uso de palabras con um cierto significado. @Podria haber una persona ‘ciegaal significado! que operara con galabras como nosotros? Biaci fuera diriamos que ella domina el Lenguaje tanto como nosotros? Lat respuesta oficial, tal como se da en nuesizo texto principal, ¢3 ‘ss pero Guid la restuesta deberia ser “Di lo que quieras, mientras conozeas todos fos hechos". No esti claro. que ol problema esté enteramente resuelto. Notese que’ también aqui, la-discusién es introspective, asada en una Investiguciin de nuestra propia experiencia. f No es Ia. clase de investigacin que un conductista emprenderia, Sin duds, la cvestin merece tun tratamiento. cuidadosoy extenso. 20§ 314 dice: "Muestra una incomprensién fundamental ef que yo me incline a estudiar el dolor de cabeza que ahora tengo para tratar de, ver fcon cltridad ex el fundamental problema ‘Gleebfieo. de la. sensasién” Si ‘eta obtervacidn va a ser consistente con la frecuente prictiea de Wittgen- stein, tal como quedé delineada més arriba en el texto y en Ja nota 2%, fentonices no puede leerse como condenando om geacra! el uso filos6tico de Tis reflexiones introspectivas sobre Ia fenomenclogia de nuestra experiencia, '1No deberia negar que Wittgenstein tiene afinidades importantes con conduietisma (como eon et fiitisto —véanse pp, 196-97 més abajo). Un es- logan tan famoso como "Mi actitud hacia € es una actitad hacia un alma (Seale). No soy ie a opiniém de que tiene un alma’ (p. 178) suena dema- Sado conductista par mi, Personalmente, me gustaria pensar que todo aque fave no piensa en mi como en umn ser consciente se equivoca acerca de los Iiechas, y no simplemente que es ‘desafertunado’, o ‘mal’, 9 inclusive ‘mons- truoso’ o “inhumano’ en su actitud (sea lo que sea lo que esto significa) se tratuce ‘See’ conto ‘alm’, podria pensarse que la acttud (Einstellung) a Ta que Wittgenstein oe refiere tiene especiales connotaciones religiosas © Asociaciones con la meafisiea griega y Ia tradicién filosdfica que le acom- patla, Pero resulta claro por todo el pasaje que la cuestén esté simplemente Felacionada entre mi ‘actitud’ hacia un ser consciente y mi actitad hacia un ‘utémata, inclusive aunque uno de los pardgeafos se refiera especificamente ala doctrina religiosa de la inmortalidad del alma (‘Seele’). Tal vez en flgunos respectos. "mente ueda sez una traducciin menos ‘engafiosa de "Seele’ en la oracién citada mis arriba, puesio que para el letor filos6fieo conteraporinea de habla hispana esti menos eargada de connotaciones filosotiens y religiosas, Yo siento que esto poste ser asi inclusive si ‘alma’ capia. mejor que ‘mente’ el sahor del alemén ‘Seele. Anscombe, traduce "Seeley sus derivados a voces como ‘alma’ y a veces como ‘mente’, depen- diendo “del contexte, Resimente el problema parece ser que el’ idioma flentin tiene anicamente ‘Seele’ y ‘Geist’ para hacer To que el flésofo Ge habla hispana haria con ‘mente. Véase tambien el postreriptang més bajo, nota 11. ‘= Estas son mis intuiciones en inglés, No tengo idea de si alguna dife- rencia con el alemén Csvelischer Vorgang’ ‘seeischer Zustand’), en ratices 0 en uso, afectaria el asunto, ‘380 asi pareceria por los pasajes citados. Pero la negacién de que la ‘comprensién es un ‘proceso mental” en § 15¢ estd precedida por la observ Gién mas débid de que “Intenta no pensar en lo absoluto en la comprensién ‘como en ‘proceso mental” —porque esa es la expresién que te confunde”, FExfo en sf mismo parece decir que pensar que Ia comprension es un “proceso ‘mental’ leva a caadros filoséficas engafios0s, pero no necesariamente que e WITTGRNSTEIN: REG ENGUAJE PRIVADO 6 equivocado, Véanse también §§ 305-5 "Pero sexuramente no puedes negae fue, por ejemplo, al recordar tiene Iogar un proceso interno” ¢Qué da la Enpresién de que queremos negar algo? Lo que neyasios es que el cxadro del proceso inferno nos dé eso eorresto de Ia palabra ‘recordar’... ¢POF tué habria yo de negar que hay un proceso mental? Pero “Acaba de tener Tagar en mie! proceso mental de recordar...” no significa ms que: “Acabo de recordar..." Negar ef proceso mental significa hegar que slgvien records en alguna ocasién fe pasaje da Ta imore- idm de que si algo es un ‘proceso mental, recordar deode luego que 10 es, pero que. esta terminologia ordinaria es filos6ficamente oyivoce. (El Elemn aqul 5 ‘geistiger Porgang’, en tanto que en los pasajes anteriores tra scclisher Vorganp’ (§ 184) ¥ ‘selischer Zustond’ p. 59), pero hasta donde se me slcanea, esto no tiene, ms alld de Ja variacién estlstica, signi- feancia alguna. Es posible que el hecho de que Witgenstsin hable aqui de Fecordar,_ en tanlo que anteriormente habia. hablado de comprender, sex Sigmileativo, pero inetuso esto me Farece pow probable. Notese. que om § 154, Ins genuinos ‘procesos mentale’ son un dolor acrecentindose més © menos, ofr una tonada u oracign ~-procesos con una ‘calidad introspetile Gr al Sendo en que he vside Is frase. Para Wittgenstein, recordar noes Sit proceso como esos, inchsive wigte, como en el caso «le In comprension fen § 154 pueda haber procesos con cuaidades introspectibles que tene> ugar evando recordamos, Astnsiendo que los ejemplos dados en § 154 son propucstos como tipicos ‘procesos. mentales, tos. ejemplos serian may Engefesos a menos de que se considerara qué recordar No es un “proceso mental on el sentido de § 154. Recordas, como comprender, es un estado ‘ntencional’ (véase nota 19 més arriba) sometido al problema eseéptico de Wittgenstein (Wease también fa diseusiin de los ‘procesos incorpéreos' en 539) Jemos enfatizado que yo pienso sélo en un miimero finito de casos dea tabla de sumar. Todo aqeel que sostenga que ha pensado um mimero infinito de cases de Ia ‘abia es un mentroso, (Alguncs filésofos —probable- mente Wittgenstein— van tan lejos como hasta decir que ven una incolerencia fen la saposicién de que alguien penso im nimero infinite de casos, No tenemos por qué discutir 1os mnéritos de este radical punto de vista en Ja redida en que reconozcamos Ia teais més débil de que como cuestién de Frecko cada uno de nosotros piensa elo en yn_nimero finito de_casos.) Vale lt pena notar, sin embargo, que aunque, sigueido-a Wittgenstein, es Stil iniciar Ta presentacion det enigma con la observacién de que’ he jensado solo un nismero finito de casos, parece que en princinio se puede Eventar esa escalera. particular, SupSngase que yo explicitamente pensé todas Tos casos de la tabla de sumar. 2Cémo puede esto ayudarie a responder Ta pregunta “8 -} 37? Bueno, echando un vistazo a mi propio recuento rental pasado, si encuentro que 30 me di a mi mismo ditectivas explicitas “Si en alguna ocasion se te pregunta acerca de ‘68 + S7, jresgonde ‘125'?" iNo. puede, el escéptico decir que también estas dirctivas han de inte fretafse.de-uy moro no esténdar? (Véase Remarks on the Fowdations af Mathematics, 1, Sd anfemano lo sé cde qué me servied. este onocimiento pstiriormente? Quiero decir: {Cémo sé qué hacer con Ste conocinesto anterior cuando de hecho se da el caso?”) Parecera que, Sila finitod 5 relevante, ésta aparece de manera més crucial en el hecho Se que “las justifiaciones Megan a su fin en alia Togar” que en el hecho de que’yo piense sélo en un némero finito de casos de la tabla de a SaGt, KRIPKE i hecho puede amar, i bien Wittgenstein enfatiza ambos hechos, Cuslgier hecho SESE para desrola la paradoja cvépcn;ambor son importantes, Eine pbs Signin no cam proceso ase Scale we alabr Porque ningin proveso potria tener ls consecueacas de significa: Tee Stianb eataiece el punto genet esbonado en l texto, Ning, pro- Seo pune acarear to que ol sacar acarea, En particular, ningin eee poli azarent el cardio zproxinad enoniado mds, aria ee eatin mis abajo, mo C9, de los puntos de vista de Wintgenstin sobre estos condiionies, ; ; Sfrege, desde luego, no aceearia Ta. ientficacion de wna fein con un cane aan’ Una ett an wl concen, Bn Frise ete Smeaturalas, St ben esa compliacién es may inpertente sams Ehssotia de Frege, pvc iguorirsle pera los proposition de acta Preettacion LA SOLUCION Y EL ARGUMENTO DEL ‘LENGUAJE PRIVADO’ El argumento del escéptico permanece, pues, sin respuesta. No puede haber nada que sea querer decir algo mediante una palabra. Cada nueva aplicacién por parte de nosotros ¢s un paso a ciegas; cualquier intencién actual podria interpretarse de tal manera que concordara con cualquier cosa que elijamos hacer, Por lo que no puede haber ni acuerdo ni conflicto. Esto es lo que Wittgenstein dice en § 202, El problema escéptico de Wittgenstein esté relacionado con el trabajo de otros dos escritores recientes que muestran poca influen- cia de Wittgenstein. Ambos ya fueron mencionados. El primero es W. V. Quine, cuyas bien conocidas tesis sobre Ia indetermi- nacién de la traduccién y la inescrutabilidad de la referencia también cuestionan si hay hechos objetivos en cuanto a lo que queremos decir. Permitiéndome anticipar cuestiones que no han sido todavia introducidas en esta exposicién, el énfasis de Quine sobre el acuerdo es obviamente similar a Ia posicién de Wittgen- stein. Lo es también su rechazo de cualquier nocién de que ‘ideas’ o ‘significados’ internos guian nuestra conducta lingtifstica. Hay, no obstante, diferencias. Como noté més arriba, Quine desde 1 principio basa su argumento en premisas conductistas. £1 nunca ‘propiciaria experimentos. iitrospectivos de pensamiento.a “nera en que Wittgenstein lo hace y no piensa en concepciones que “postulan un mundo privado interno como si éste necesitara ser “Rlinuciosamente refutado, De acuerdo con Quine deberia ser obvio para todo aquel que acepta Ia perspectiva cientifica moderna que tales puntos de vista son insostenibles. Ademis, puesto que Quine ve a la filosofia del lenguaje como dentro de un marco hipotético de sicologia conductista, él piensa en los problemas en torno al significado como en problemas de disposicién para conducirse de cs SAUL KRIPKE rece tener consecuencias para fa forma en que Feviste a1 de Wittgenstein, El problema importante para Wittgenstein es T” que miestado mental acti ) parece determinar lo que deberia | ger en el futuro. Aunque puedo sentir (ahora) que algo en mi + Cabeza que corresponde a la palabra ‘més’ ordena una respuesta determinada para cualquier nuevo par de argumentos, en realidad nada que esté dentro de mi cabeza hace eso. Aludiendo a uno de los primeros ejemplos de Wittgenstein, el aprendizaje ‘osten- ‘sivo’ de la palabra de color ‘sepia’ (§§ 28-30),°* Quine eleva en contra de Wittgenstein la protesta de que, dada nuestra ‘pro- pensién innata a encontrar una estimulacién cualitativamente més Cereana a una segunda estimulacién que a una tercera’ y um ‘ondicionamiento suficiente ‘para eliminar las generalizaciones equi- vocadas’, el término al final seré aprendido: “,..en principio, rho se necesita nada mas para aprender ‘sepia’ que en cualquier condicionamiento 0 induccién”.*° Por “aprender ‘sepia’, Quine {quiere decir Ia disposicién correcta para aplicar ‘sepia’ en casos particulares, Deberia quedar claro por el texto de Wittgenstein aque también él estéconsciente, y en verdad enfatiza, el que en Ta prictica no tiene por qué haber una dificultad en este sentido Acerca del aprendizaje de ‘sepia’., El problema fundamental, como fo enuncié anteriormente, .¢s_diferente: independientemente de ‘que mis disposiciones reales sean ‘correctas’ o no ghay algo qué Fedene tho deberian ser? Puests que Quire plaitea la cuestin sposicionaimente, el problema no puede enunciarse dentro de este marco. Para Quine, puesto que cualquier hecho respecto a si guise decir mas 0 tis se manifestaré en mi conducta, no hay ninguna interrogante, dada mi disposicién, en cuanto a lo que quise decir, “Ya se argumenté mds arriba que tal formulacién de la cuestién parece inadecunda, Mis disposiciones reales no son infalibles, ni Cubren Ie infinitud de casos de Ia tabla de sumar. Sin embargo, 2 Quine le interesa mostrar, puesto que ve la cuestién en términos de disposiciones, que inclusive si las disposiciones fueran ideal- mente vistas como infalibles y cubriendo todos los casos, todavia quedarian indeterminadas cuestiones de interpretacién. En primer luger, é a grandes rasgos argumenta que la interpretacién de un nimero suficiente de emisiones ‘tedricas’, no de reportes de obser- vyacién directa, esté indeterminado inclusive con todas mis dispo- “de Quine, en contraposiciin v WITTGENSTRIN: REGLAS ¥ LENGUAJE PRIVADO 65 siciones ideales. Ademés, él trata de mostrar mediante ejemplos como el de ‘conejo’ y ‘estadio-conejo’ que, dada inclusive una inter- facién fija de nuestras oraciones como unidades completas y, jettamente, dadas todas nuestras disposiciones ideales para la onducta, Ia interpretacién (referencia) de varios elementos de! léxico no estin atin fijadas.‘* Estas son aseveraciones interesan- tes, distintas a las de Wittgenstein, Para aquellos de nosotros que no estamos tan inclinados hacia el conductismo como Quine, ef probleina de Wittgenstein puede llevar a que se le eche una nueva Sjeada a la tesis de Quine. Dada la formulacién de sus.tesis por el propio Quine, se le presénta a an no-conductista fa postbilidad HE considerate” cue argumentos, sf los arepta, como .demostra- ‘Bones de que cualquier explicacidn conductista de la significacién debe Ser inadecuada,—no’se pueden ‘ni’ siquiera” distingiif Tos fasos en que una palabra significa. conejo y otra estadio-conejo, Pero si Wittgenstein tiene razin.y ningiin. acceso. a..mi_mente ‘puede revelar si quiero decir mis o 4s gno podria suceder lo ‘mismo con conejo y estadio-conejo? Por lo que el problema de ‘Quine tal ver se, fe plantee in 5 ste el lugar para explorar la cuestién. ‘esLa discusién por parte de Nelson Goodman del ‘nuevo ‘enigma (“Ge la induccién’ también merece ser equiparada con la obra de Wittgenstein. En verdad, aunque Quine, como Wittgenstein y a diferencia de Goodman en st tratamiento del ‘nuevo enigma’, se focupa directamente de una duda escéptica acerca del significado, fa estrategia bisica del tratamiento de Goodman es sorprendente- mente cercana a los argumentos escépticos de Wittgenstein, A este respecto, sit discusién esti mucho mas cercana al ‘Wittgenstein que al tratamiento de Quine de la Si bien nuestro paradigma del problema de Wittgenstein fue formulado para un problema matemitico, se enfatizé que se trata de un problema completamente general y que puede aplicarse & cualquier regia o palabra. En particular, si se formulara para el enguaje de las impresiones de color, como Wittgenstein’ mismo sugiere, el ‘verzul’ de Goodman o algo similar jugaria el papel de ‘tas’. Pero el problema no seria el que Goodman tiene sobre fa induccién —*ZPor qué no predecir que fa hierba, que ha sido verzul en el pasado sera verzul en el futuro?"— sino el de Witt- genstein acerca de Ja significacién: “aQuién va 2 decir asido mediante ‘verde’ no guise décir verzul, por I 6 SAGL KRIPKE deberia_calificar al_ cielo. y no ala hierba de ‘verde'?” Aunque “Goodman se concentra en el problema de la inducciém y en gran medida ignora el problema acerca del significado, ** sus discue Sones en ocasiones sugieren el problema de Wittgenstein.“ De hecho, yo personalmente sospecho que la consideracién seria del problema de Goodman, tal como él lo formula, puede resultar imposible sin la consideracién del de Wittgenstein. * aaaeee Wittgenstein inventd una nueva forma de escepticismo. Perso~ nalmente me inclino a considerarlo como el problema escéptico mis radical y original que ha visto la liz en filosofia, uno que sélo dina forma muy rara de pensar podria haber producido, Es claro que a no quiere dejarnos con el problema, sino resolverlo: 1a Lo gue yo sosten-_ nfo én contra plant thet valor’ de’su propia solicién y del argumento que resulta en contra del lenguaje privado. Pues, si consideramos como real el probleina de Wittgenstein, es claro que a menudo se le ha Tefdo Uesde la mala perspectiva. Los lectores, ciertamente mi previo yo ineluido, se han inclinado a menudo a preguntarse: “zCémo puede | probar que un lenguaje privado es imposible? , Como es posible que yo tenga alguna dificultad en identificar mis propias sensa- Gones? Y si hubiera una dificultad zeémo podrian ayudarme criterios ‘piiblicos’? ; Debo estar realmente en malas condiciones si necesito ayuda externa para identificar mis propias sensaciones!” 7 Pero si tengo razén, la orientacién apropiada seria la opuesta. (HI problema no es: “yCémo puedo mostrar que un lenguaje p | ado —o alguna otra forma especial del lenguaje— es imposible?”; mas bien es ‘“zcémo podemos mostrar que cualquier lenguaje en absoluto (piiblico, privado 0 como sea) es posible?” * No es que “liriiar ‘olor’ a tina sensacién sea facil y que Wittgenstein tenga que inventar una dificultad. Al contrario, el problema principal de Wittgenstein es que parece que todo lenguaje, toda formacién de ~“Gonceptos e& imposible y, en verdad, ininteligible, 7s importante ¢ ilumina el asunto comparar la nueva forma de escepticismo de Wittgenstein con el escepticismo clisico de Hume; hay analogias importantes entre los dos. Ambos desarrollan ja escéptica, basada en el cuestionamiento de un cierto WITTGENSTEIN: REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO or ‘actual: por ejemplo, entre mis intenciones pasadas respecto a ‘mis’ ‘Y¥mi_chlculo actual ‘68+ 57= 125". Hume cuestiona otros dos “nexos, los cuales estan relacionados entre si causal me-, ‘La analogia es obvia. Bsta se ha visto oscurecida por varias razones. En primer lugar, aunque andlogos, los problemas fumes nos y wittgeinsteinianos son desde luego distintos e independientes, En segundo lugar, Wittgenstein muestra poco interés 0 simpotia por Hume: se le ha citado como diciendo que no podia leer a ‘Hume porque le resultaba “una tortura”. ™ Ademis, Hume es ta fuente primera de algunas ideas sobre la naturaleza de los estados mentales que Wittgenstein tiene mas interés en atacar.® Final- mente (y probablemente sea lo mis importante), Wittgenstein nun- cca reconoce para si, y casi con toda seguridad nunca lo habria hecho, la etiqueta ‘escéptico’, como Hume explicitamente lo hizo. En verdad, a menudo ha aparecido como un filésofo del “sentido comiin”, ansioso por defender nuestras concepciones ordinarias y por disolver las dudas filosdficas tradicionales. :No fue Wittgen- stein quien sostenia que la filosofia slo enuncia Jo que todo mundo admite? Pero inclusive aqui no deberia exagerarse Ia diferencia entre ‘Wittgenstein y Hume. También en Hume hay la importante ten- dencia, dominante cuando esti en algunos estados de dnimo, por hhacer ver que el fildsofo nunca cuestiona creencias ordinarias. Si se le preguntaba si él “realmente era uno de esos escépticos que mantenian que todo es incierto”, Hume respondia “que esa pregunta es enteramente superfiua y que ni yo ni ninguna otra persona ha sido sincera y constantemente de esa opinién”. ® Con mayor fuerza ain, al discutir el problema del mundo externo, dice: “Muy bien podemos preguntar equé causas nos inducen a creer en Ia existencia del cuerfo?, pero es en vano preguntar ghabrés 0 no un cuerpo? Ese es um punto que debemos dar por Ssupuesto en todos nuestros razonamientos.”" ;Y sin embargo ceste juramento de fidelidad empieza con una reacciin que de otro modo pareceria ser un argumento para hacer ver que la concepcién de los objetos materiales es irreparablemente incohe- rente! 6 SAUL. KRIPKE Cuando Hume esti en el estado de énimo de respetar su profe- rida ‘determind§ign de munca neger 0 dudar nuestras_creencias comunes jen_qudconsiste_s "? En primer lugar, en que da cuenta como” ese s de estas ereencias; y segundo, en andlisis escépticos de muestras nociones comunes. En cierto modo{ Berkele}, quien no vela como escépticos sus pro- ios puntos de vista, podria inclusive ofrecer una mejor analogia con Wittgenstcin. A’ primera vista, Berkeley, con su negacién de a materia y de todo objeto ‘fuera de la mente’ parece estar negarido nuestras creencias comunes; y para muchos de nosotros Ta, impre~ sign persiste a través de ojeadas posteriores. Pero no para Berkeley. Para dl, la impresién de que el hombre comtin est comprometido ‘on Ia materia con objetos fuera dela mente se deriva de una interpretacién metafisica errénea del discurso comin. Cuando el hombre comtin habla de un ‘objeto material externo’, & no quiere realmente decir (como podria decitse, sotto voce) un objeto ma- ferial-eaterno, sino que mis bien tabla de algo como ‘una producida en mi independientemente de mi voluntad’. ® LCT Ha Postura de Berkeley no es del todo extrafa en filosfi EV filés0fo aboga por un punto de vista que, aparentemente, entra Tea Goritradictibn patente con ef geitido, comin. Més que repudiar al Zentide’comiin, él afirma que el conflicto proviene de una mala interpretacién filosdfica del fenguaje comin,—a veces afiade, que ala interpreticidn,se,ve.alentada_por-la ‘forma superficial’ del ‘abla ordinaria. £1 ofrece su propio anilisis de las afirmaciones comune’ Felevantes y, de acuerdo con él, se muestra que dichas afirmaciones no dicen realmente lo que parecen decir, Para Ber- keeley, esta estrategia filos6fica es central a su obra. medic: ‘en gue Hume sosti sentido Soma “Dificdmente podria decirse que eea prictica ha cesado en nuestros dias, * personalmente pienso que tesis filos6ficas como ésas. son ‘ablemente sospechosas. Lo que quien las sostiene Hama ordinario es probablemente Ia forma natural y correcta de co prenderlo, La auténtica mala.construccién viene cuando se cor ido “Todo lo que el Rombre ordinario realmente quiere ” y se ofrece un andlisis fileséfico compatible con una ntemente de esto, el punto nia di decir es determinada filosofia, Pero independi WITTGENSTEIS! REGLAS Y LENGUAJE PRIVADO o linportante para los propésitos attuales es que Wittgenst ‘una afirmacién berkeleyana de esta clase, Porgue —como vere- — Tos— su solucién para si propio problema escéptico se inicia con el acuerdo con los escépticos en que no hay ningtin ‘hecho superlativo’ (§ 192) acerca de mi mente que constituya mi refe- rirme a la adiciGn mediante ‘més’ y que de antemano determine ‘qué deberia yo hacer para concordar con este querer decir. Pe sostiene (§§ 183-93), el que nuestro concepto ordinario de sig ficar algo parezca requerir un hecho asi esta basado en una errada construccién filoséfica —aunque sea natural— de expresiones ordi- narias como ‘quiso decir tal y tal’, ‘los pasos estén determinados por la férmula’ y otras semejantes. Cémo construye Wittgenstein estas expresiones lo veremos en un memento, Por ahora observemos solamente que Wittgenstein piensa que toda construccién que se bosgue dip 2 estado mental presente para diferenciar icion 0 fadieién_ 6 que consectientemente Sh args a constr cnr raw ae Je Selina ee ie por al aigamento eialigg, “Somos —dice en § 194 ese que Berkeley podtla haber dicho lo mismo!)— como sal- vajes, gentes primitivas que oyen las expresiones de hombres civilizados, les ponen una falsa interpretacién y luego extraen de ella las consecuencias més raras.” Puede que asi. sea, Personal- mente, slo puedo reportar que, a pesar de que Wittgenstein nos asegure otra cosa, la interpretacién ‘primitiva’ a menudo me suena de veras bien... En su Investigacién, después de haber desarrollado sus “Dudas| Escépticas Concernientes a tas Operaciones del Entendimiento”, Hume ofrece su “Solucién Escéptica a esas Dudas”, :Qué es na solucidn ‘escéptica’? Llamese ‘directa’ a una solucién que se pro; ponga para un, problema filosotico eseéptico si mestra, des: piiés de un examen mis minucioso, que el éscepticismo no estaba justificado; un argumento elusivo o complejo prueba Is tesis que |/ fl escéptico dudaba, Descartes dio una solucién ‘directa’, en este sentido, a sus propias dudas filosbficas. Una justificacién prior del razonamiento inductivo y un andlisis de la relacién causal como ‘una conexién 0 nexo genuino y necesatio entre pares de eventos serfan soluciones directas a los problemas de Hume sobre la indue- cidn y la causacién, respectivamente, Una solucién escéptica de un vee 70 SAUL KRIPKE problema filoséfico eseéptico, al contratio, empieza concediendo, ‘que las afirmaciones megativas del’ escéptico son, incontestables. Greencia ordinaria esti justificada ig en sentido opuesto— éstas., b “el argumento escéptico con- “siste precisamente en el hecho de que muestra que una prictica inaria, si se le ha de defender en absoluto, no puede ser defen- dida de cierta manera, Una solucién escéptica también puede involuerar —tal como fue sugerido mis arriba— un andlisis o cexplicacion escéptica de creencias ordinarias para impugnar 20 referencia prima facie a un absurdo metafisico, Estos Tineamientos generales de Ia solucién escéptica que Game) ofrece de su problema son bien conocidos, ® La fuente de nuestras Sf inductivas no es tn argumento a priori, sino Ja costum- ig, Si A y B son dos tipos de eventos que hemos constantemente visto juntos, entonces estamos condicionados —Hume es el abuelo Ue esta nocién psicolégica moderna— para esperarnos un estado de tipo B al sees presentado tno de tipo A. Decir de un evento particular a que caus6 a otro evento b es ubicar a estos dos eventos bajo dos tipos, A y B, que confiamos que estarin constantemente juntos en el futuro, como lo estuvieron en el pasado, La idea de tuna conexién neceseria procede del ‘sentimiento de transicién habi- tual’ entre nuestras ideas de estos tipos de eventos. Los métites filos6ficos de la solucién humeana no son nuestro tema aqui. Nuestro objetivo es usar la analogia con la solucién hhumeana para iluminar la solucién de Wittgenstein a su propio problema. Para los objetivos de la comparacién deberla observarse fina consectiencia mas de la solucién eseéptica de Hume. Ingenua- mente, podria suponerse que el que un evento particular ¢ cause a otro evento particular 8 es una cuestién que ‘nicamente invo- icra a fos eventos ay & (y sus relaciones) y a ningiin otro evento. Si Hume tiene razéa, esto no es asi. Inclusive si Dios echara_un vi entos, tampoco.¢| detectaria algo que los estuviera Felacionando, aparte de_que.uno sucede al otro. Sélo cuando se ‘piensa que los eventos particulares a y b se subsumen respectiva- Inente bajo dos tipos, A y B, los cuales estin relacionados por wna igeneralizacién de que todos los eventos de tipo B siguen a los eventos de tipo A, puede decirse que a ‘causa’ a b. Cuando se consideran los eventos ¢ yb solos en si mismos, ninguna nocién "que. escéptico, most que _ WITIGENSTEIN: REGLAS ¥ LENGUAJE PRIVADO 7 ‘causal es aplicable. Esta conclusién ‘humeana podria Uamarse: la imposibilidad de la causacién privada. Seria razonable protestar asi: ide seguro que no hay nada que el evento @ pueda hacer con la ayuda de otros eventos de! mismo tipo que no pueda hacerlo ‘por si mismol? En verdad, decir que o es por si mismo una causa suficiente de b es decir que, si se hubiera eliminado el resto del universo, ¢ de todos modos hhabria producido 6. Intuitivamente asi puede ser, pero la obje- ign intuitiva ignora el argumento escéptico de Hume. Toda la fuerza del argumento escéptico es que la nocién comtin, en la ccual se funda la objecién de un evento ‘produciendo’ a otro, esté, amenazada, Pareceria que'no hay en 10 absoluto una relacién como la de ‘produccién’, que la relacién causal es ficticia. Una ver que se ha visto que el argumento escéptico en si mismo no tiene respues- ta, se ofrece una solucién escéptica, la cual contiene todo fo que tien ‘como en fi isarse en ellos como si estuvieran_conectados_causalmente. Si 5 eventos particulares fueran de alguna manera tan sul generis jue_estuviera Tog exclu i io cuales- yuiera tipos de eventos. (plas turales), Tas nociones: ‘caurales_no Tes serian_ aplicables. cde Tuego sugiriendo que el argumento de Wittgenstein contra’ of Fengiaje pri ie ans estruictiira”sinilar’ af argu- me gra la causacion privada, Wittgenstein también ‘enuncls una paradoja escéptica, Al igual que Hume, él acepta su propio argumento escéptico y ofrece una ‘solucidn escéptica’ para superar la apariencia de paradoja. Su solucién comporta tna inter- pretacion escéptica de lo que esti involucrado en aseveraciones ordinarias como'“Mediante ‘-+" Jones quiere decir la adicién”. ‘La imposibilidad del lenguaje privado emerge como un corolario de su Solucién escéptica a su propia paradoja, como sicede en ‘Hume con la imposibilidad de Ta ‘causaciéa privat’ Result que” 1a solucién escéptica no nos permite hablar de ‘un individuo parti cular, considerado en s{ mismo y" aisladathente, como queriendo decir fada én absoluté. Una vez mds, uina objecién basada en un” sentimiento intuitive de que nadie puede afectar lo que yo quiero a/! vert bog aed Lo yay rR SAGL KRIPKE decir mediante un simbolo dado ignora et argumento escéptico {que mina cualquier intuicién ingenua acerca del significado. ‘Ya dijé que la solucién que Wittgenstein ofrece de su problema s una solucién escéptica. £1 no da una solucién ‘directa’, sefalin- dole al escéptico tonto alg hecho oculto que pasé por alto, una condicidn’en el mundo que constituye mi referirme'a la adiéién ‘mediante ‘mis'. De hecho, él esti’ de acuerdo con su propio escép- Sy ninguna condicién asi, ya ‘sea en el mundo ‘interno’ o en el ‘externo’. Reconozco que estoy “expresando los puntos de vist enstein de manera mis directa de lo que, en general, fl se habria a si mismio permitido te” hacerlo, Porque al negar que haya tal hecho: zNo podriamos acaso estar expresando tna tesis filoséfica que duda o niega algo {que todo mundo admite? Nosotros no queremos dudar o negar que cuando fa gente habla de si misma y de otros como si quisiera de- cir algo mediante sus palabras, como si siguiera reglas, lo hacen con todo el derecho. Ni siquiera deseamos negar lo propio de un uso ordinario de la frase ‘el hecho de que mediante tal o cual simbolo Jones quiso decir la adicién’, ni en verdad, que tales expresiones tienen usos perfectamente naturales. Simplemente deseamos negar fa existencia de un ‘hecho superlativo’, que los filbsofos de manera ‘equivoca fe imponen a secuencias normales de palabras como ¢sa, y no Jo propio de las secuencias mismas de palabras. ————— Es. por sta. razén. que, conjeturé mis arriba (p, 14), que la in para escribir ln libro con “aigiineitos y-conelusTones “Organlzados convencionalmente, surge, {6 nieio’ Gn parte, no de inclinaciones estilisticas y personales, ‘obra, Si Wittgenstein, contrariamiente “Gifict evitar formular sus doctrinas en esa forma que consiste en ‘dparentes negaciones escépticas de nuestras.aserciones ordinarias, Berkeley tiene dificultades similares. 161 en parte las evita enun- ciando sus tesis como la negacién de la existencia de la ‘materia’ y sosteniendo que ‘materia’ ¢s jerga filosofica y no expresa el punto de vista de nuestro sentido comin. Sin embargo, en cierto mo- mento esta forzado a decir —aparentemente en contra de su doct 1a oficial usual— que él niega una doctrina “extrafiamente dominan- te entre los hombres” 5" Si, por otra parte, no enunciamos nuestras, conclusiones bajo la forma de amplias tesis filoséticas, es més WITTGENSTEIN: REGLAS ¥ LENGUAJE. PRIVADO 2B ‘facil evitar el peligro de negar eualquier ereencia ordinaria, inclu- sive si nuestro interlocutor imaginario (e.g. § 189; véase también § 195) nos acusa de hacer eso.fSiempre que nuestro oponente insista en lo perfectamente apropiado que es una forma ordinaria de expresién (e.g: que ‘los pasos estin-determinados por la férmau- fa’, ‘la aplicacién futura ya esti presente’) nosotros podemos insistir en que, si se comprenden cabalmente dichas expresiones, estamos de acuerdo, El peligro.surge cuando intentamos dar una fornmulacién precisa de qué es exactamente lo que estamos negande ~~qué interpretacién errénea esta nuestro oponente sobreponiendo 1 los medios ordinarios de expresién. Esto puede ser dificil de hacer sin producir otro cnunciado que, debemos admitirlo, seré atin ‘perfectamente correcto, comprendido: cabalmente’. De ahi que Wittgenstein, sintiéndose tal vez enjaulado, podria sauy bien reprobar la formulacién directa dada aqui. Sin embargo, yo opto: por ser temeratio y decir: Wittgenstein sostiene, con el Baciones sai iu foc de significative a” nosotros mismos “y a.otros? zQué no fue ya trazada la increible conclusién que se. ‘auto-refuta, Ge que do, lenguaje es asignificativo? “Como respuesta, debemos decir algo acerca del cambio que suirid la filosofia del lenguaje de Wittgenstein del (Practoti las Investigations. Aunque en el detalle el Tractatus = cuenta centre las obras filoséficas mAs dificiles, sus lineamientos gene- rales son bien conocidos. A cada oracién Ie corresponde tn hecho (posible). Si el hecho se da, Ia oracién s verdadera; si no, es falsa, Para las oraciones atémicas, la relacidn entre una oracién y €l pretendido hecho es una relacién de correspondencia simple ‘0 isomorfismo. La oracién contiene nombres que corresponden a los objetos. Una oracién atémica es ella misma un hecho en el que los nombres estin puestos en cierta relacién; 'y ta oracién atémica dice que (hay un hecho correspondiente tal que) los ob- jetos correspondientes estén en la misma relacién. Las demas oraciones (finitas o infinitas) son funciones de verdad de ella. Inclusive si los detalles de esta teorfa han llamado fa atencién de algunos como un esfucrzo implausible por dotar al lenguaje natural con una estructura atémica @ priori basada tinicamente en el anilisis légico, ideas similares, avanzadas a menudo sin a Dh a Ing 74 SAGE KRIPKE NX ninguna influencia gel Tractatus, estin bastante vivas en nuestros or dias. La idea mis sencilla, més bisica, del Tractatus dificilmente puede deseartarse: Una oraci6n declarativa obtiene sut significado en virtud de sus condiciones de verdad, en virtud de su correspon: “Gencia_con_hechos_que deben_darse si-ha de ser verdadera., Por Gemplo, "el gato esta sobre el tejado”” €5 comprendida por aquellos fhablantes que se percatan de que es verdadera si y solo si un cierto gato esta sobre un cierto tejado; de otro modo es falsa, La presencia del gato en el tejado es un hecho o condicién-en-el- mundo que, si se da, haria a la oracién verdadera (la haria expresar una verdad). ‘Asi enunciada, la teorfa pictérica del significado de las oraciones declarativas en el Tractatus puede parecer no sélo natural, sino hasta tautolégica. No obstante, como Dummett dice, “las Investi- gations contienen implicitamente un ‘rechazo del punto de vista dlisico (realista) Frege-Tractatus de que la forma general de la ‘explicacién del significado es una enunciacién de las condiciones de verdad”. En lugar de este punto de vista, Wittgenstein pro- pone un cuadro general aproximado (Ilamarlo una teoria alterna~ tiva serfa ir quiz demasiado lejos. Wittgenstein se sustrae (§ 65) 4 todo intento por dar cuenta de manera general del lenguaje en que se rivalice con el Tractolus, Mas bien, tenemos actividades diferentes relacionadas entre si de diversas maneras). Wittgenstein reemplaza la pregunta “; Qué debe ser el caso para que esta oracién sea verdadera?” por otras dos: primero, “Bajo qué condiciones ede esta formacién de palabras ser aseverada (o negada) de ‘Wittgenstein, desde luego, no s¢ limita a considerar ‘inicamente oraciones declarativas y por ello a la afirmacién y a la negacién, ‘como acabo de hacer. Al contrario, cualquier lector de las primeras partes de las-Philasophical Investigations se daria cuenta de que 1 esti. sumamente interesado en negar toda primacia especial a la afirmacién 0 a las oraciones en el modo indicative, (Véanse sus primeros ejemplos: “.Loza!”, “Cotumna'", etcétera.) Esto en si mismo desempefia un papel importante en su repudio del cuadro realista clisico. Puesto que no se considera que el modo indicativo WITTGENSTEIN: REGLAS ¥ LENGUAJE PRIVADO s sea en algiin sentido primario 0 bisico, se hace plausible et que cl papel lingiistico de inclusive las afirmaciones en el modo jndicativo que superficialmente parecen aseveraciones, no tenga por qué ser el de ‘enunciar hechos’.® Ast, si hablamos con, pro- Piedad, no deberiamos hablar de ‘condiciones de aseveracién’ sino, mis bien y mis generalmente, de las condiciones en las que ha de hacerse un movimiento (una forma de expresion_linglistica)_en “al juego del lenguaje’, Si, no obstante, nos permitimos adoptar ‘una terminologia ultra-simplificada més apropiada para un rango especial de casos, podemos decir que Wittgenstein presupone \guaje basado no en com jerlad,. Sin zs tg , en verdad, teorias explictas de esta clase, las cuales ‘probablemente influyeron en él. La teoria positivista, de la, veri- Ficacién del significado es de’esta clase. Asi lo es, en un contexto mis especial, la explicacién intuicionista de los enunciados mate-, miticos. (El énfasis del matemético clisico en las condiciones de dad''se ve reemplizado por un énfasis en las condiciones de demostrabilidad.) Pero, claro esté, la concepeién aproximativa de “Wittgenstein no deberia identificarse con ninguna de éstas. Su segundo componente es distinto: dando por supuesto que nuestro “juego de Ienguaje permite un cierto ‘movimiento’ (aseveracién) “bajo ciertas condiciones especificables: ; Cudl es el papel en nuestras ‘vidas de tal permiso? Tal papel debe existir si este aspecto del” jjuego del lenguaje no ha de permanecer ocioso. La concepcién del lenguaje alternativa de Wittgenstein ya esta claramente sugerida en la primera seccién de las Philosophical Investigations. Muchos filésofos de las mateméticas —en concor- dancia con la concepcién agustiniana de ‘objeto y nombre'— hacen preguntas como “zQué entidades (‘nimeros') estin denotadas por numerales? 2Qué relaciones entre estas entidades (‘hechos') corresponden a los enunciados numéricos?” (Los filésofos que se inclinan por el nominalismo replicarian eseépticamente: ““; Pode- mos realmente creer que haya tales entidades?") En contra de ‘esta concepcién ‘platonista’ del probleria, Wittgenstein pide que descartemos toda concepcién a priori y que veamos ("No piensen, vean!”) las circunstancias en las cuales de hecho se emiten las afirmaciones numéricas y qué papeles dichas aseveraciones juegan 76 SAUL KRIPKE cen nuestras vidas. Supéngase que voy a la tienda con una hoja en la que esta inscrito ‘cinco manzanas rojas’ y que el tendero ‘me pasa las manzanas, recitando de memoria los numerales hasta cinco y pasando una manzana.a la vez que pronuncia cada nume- ral. Es bajo circunstancias como ésas que estamos autorizados 2 hacer afirmaciones usando numerales; el papel y la utilidad de tal licencia es obvia. En §§ 8-10, Wittgenstein imagina las letras del abecedario, recitadas en orden alfabético, usadas en un jue- go de lenguaje miniatura, ast como lo estén los niimeros en este ejemplo, Nos sentimos poco inclinados a preguntar acerca de la naturaleza de las entidades ‘denotadas’ por las letras del alfabeto. Sin embargo, si se les usa de la manera deserita, puede con pro- piedad decirse que ‘estén en lugar de miémeros’. En verdad, decir que las palabras estén en Iugar de mimeros (naturales) es decir que se les usa como numerales, o sea, de la'manera descrita Sin embargo, la legitimidad peculiar de la expresién ‘estén en lugar de niimeros’ no deberia hacernos pensar en los numerales como similares a expresiones como ‘loza’ -‘columna’ y otras seme- jantes, con la salvedad de que las entidades ‘denotadas’. no som espacio-temporales. Si el uso de la expresidn ‘est4 en el lugar de nimeros’ nos confunde de esta manera, seria mejor pensar en términos de otra terminologia, digamos, quie una expresién ‘uega el papel de numeral’. Este papel, tal como Wittgenstein lo describe, sencillamente contrasta marcadamente con el papel de expresiones como ‘loza’, ‘columna’, ‘pila, en los juegos de lenguaje que describe en sus primeras secciones (ver § 10). El caso es un buen ejemplo de varios aspectos de la técnica de Wittgenstein en las Investigations. Se sugiere brevemente, casi en passant y casi escondido en la diseusion general de la naturaleza del Ienguaje y los ‘juegos de lenguaje’, un importante punto de ta para la filosofia de las mateméticas. © En el estilo discutido mds arriba, Wittgenstein sugiere que una expresién como ‘esti en lugar de un némero’ esté en orden, pero que es peligrosa si se le toma para hacer una cierta sugerencia metafisica. En el sentido fen que esto es lo significado por los ‘platonistas’, sobre él recae la sospecha de estar negondo que los numerales estén en lugar de centidades amadas ‘ntimeros’. Mas importante para los objetivos presentes, el caso ejemplifica las preguntas centrales que él desea plantear acerca del uso del lenguaje. No busquemos ‘entidades’ y ‘nechos’ correspondientes a aseveraciones numéricas; observemos \y més bien (las circunstancias bajo las cuales se efectiian emi ‘que comportan numerales, asi como Ja utilidad de hacerlas bajo tons cremains, aaa ‘Ahora bien, el reemplazo de las condi Jas condiciones de justificacién desempeiia un papel doble en las ip Tivetigatons. a primes gar, ofress) en contaste con el del 1) Tractatus, an nuevo enfoque de los problemas de emo el lenguaje /.« dar cuenta de las afirmaciones mismas sobte el significado, eons: eradas como aseveraciones deniro de mestro lenguaje. Reeué verdad, pertenecen a. la es aplicamos “a"estas 1 ra ts pricbas sugeridas en las Philosophical Investigations, no se sigue ninguna conclusién como éa, Todo lo que se necesita para legitimar_las_aseveraciones de_7)

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