y,
Refagiadc
:
poyo en der
ncierto tu di
Espera en el Seftor.
Y no tenga
Cuando
Cuando rujan los fieros aquilones
Y brame contra ti Ja tempestad
Y te cerquen espesos nubarrones
Espera en su bondad.
El Universo todo esta en su mano;
if a re te su potente voz,
En Cielo a el Eterno es soberano
Espera en el Seftor.
CA.El Nuevo Testamento.
un libro de 364 paginas con ilustraciones en colores,
que contiene la historia y ensefianzas de Jesucristo y de
sus apdstoles, se ofrece gratuitamente a cualquier rélugia-
do que lo solicite por carta 0 tarjeta postal a la Redaccién
le : EL REFUGIADO, 60, Avenue Mistral, BEZIERS.
Cualquier pregunta sobre los asuntos que se.tratan en
este boletin, sera contestada con mucho gusto a los ami-
gos relugiados, tan extensamente como nos sea posible.
Los relugiados que entren en Espafia son invitados a
dirigirse a la Casa de la Biblia, calle de Cortes, 552;
BARCELONA, para solicitar literatura evangélica y wuak
quier clase de informes que puedan interesarles sobre la
agrupacién Cristiana Evangélica mas préxima a su loca-
lidad.
El Cristianismo Evangélico no tiene ningun cardcter
nolitico siendo su misién esencialmente religiosa y espi-
ritual.EL REFUGIADO
Ano 14 Boletin Evangélico Ne4
Direction: Ex ReruGiapo, 60, Avenue Mistral, Bi
SALUDO ;
Compatriota que te encuentras en pai: rano, habien-
de dejado tu hogar deshecho, tu familia esparcida, tus
ilusiones rotas...y llevas la amargura del pasado en tu al-
ma, el dolor presente en tu cuerpo y la incertidumbre del
futuro en tu mente salud.
Esta hoja viene a traerte un mensaje de optimismo y
esperan’ viene a decirte que no todo est perdido, no
tanto en el sentido politico como en el sentido moral y
ual, Viene a elevar tus pensamientos en una direc-
ci6n quizA nueva y original para ti.
Viene a mostrarte que el dolor y la tragedia de Espaiia
es parte de un problema no tan solo europeo o mundial,
sino universal. Todo hombre culto sabe hoy que nuestro
mundo no es sino un pequefio pueblo del Universo.
Pero no es posible que nos hallemos abandonados al
azar en un Universo que se rige por leyes muy bien orde-
nadas y preci El dolor y la injusticia no son lo
propio, ni pueden ser lo permanente en un Universo que
vemos organizado con admirable sabiduria. No puede ser
tampoco el triunfo final del mas fuerte, sino del mas justo,
en un mundo donde existe el admirable fenomeno de Ia
Concienc' fenomeno espiritual que no tiene explicacién
posible dentro de las leyes del azar, ni dentro de las de un
6rden puramente material.
La tragedia de hoy puede ser dolorosa, pero no es deli-
nitiva. !Hay esperanza para e] mundo en época quizd no
muy lejana ! ! Hay esperanza para ti mismo como indivi-
duo!
Jesucristo, el Maestro ideal y Salvador de la Humant-
dad, nos habl6 de a €poca en que los hombres viviran
sobre Ia tierra como hermanos. Un tiempo en que vencido
lo peor que existe en cada hoinbi el egoismo, la ambi-
cidn, el orgullo; todas aquellas pasiones que El solia desi-
gnar con el nombre comun de pecado, el designio original-—47-
del Créador se cumpliré de un modo natural y perlecto,
en la tierra como en los cielos.
Y en cuanto a la tragedia personal inmediata de tu vida,
podemos decirte, y lo decimos con perfecta confianza, que
no te hallas solo y abandonado, Alguien mas fuerte que
los fuertes, mas rico que los potentados, piensa en ti y
busca hacerte bien. Bien presente y eterno, aun en medio
o por medio de] mal.
Hay consuelo y direccién nueva para tu porvenir, Tus
ldgrimas actuales seran translormadas en una sonrisa, y
la perplejidad presente dara lugar a una paz profunda en
tu alma, cuando hayas comprendido el verdadero signili-
cado de tu vida, y te sientas, no un abandonado de
te, sino el objeto especial, como lo eres; de la misericor-
dia un de un Padre Universal que te ama entrafiablemen-
te, como tu amas a tus hijos cuando se hallan alligidos
por alguna enfermedad o desgracia.
Buscar a este Ser poderoso, pero no insensible; ponerte
en contacto con El de una forma nueya, mas consciente
y real que aquella rutinaria que te ensefiaron en tu infan-
cia, es el mejor medio para que tu vida entre en una
nueva direccién de la que jamas tendrés que arrepen
Y para ello te olrece su desinteresado concurso, por
esta hoja y por cuantos otros medios se hallen a su alcan-
ce, saluddndote atentamente.
ces
La Redaccidn.
Palabras alentadoras de la Biblia
Fiel es el que ha dicho : No te dejaré ni te desampararé.
Asi dice el Sefior : Yo sé los pensamientos que tengo
acerca de vosotros; pensamientos de paz y no de mal; para
daros el
que esperais.
El Sefior tu Dios te ha traido por todo este camino lar-
go y penoso, para a la postre hacerte bien.
! Ojal4 miraras tu a mis mandamientos j Fuera entonces
tu Paz como rio, y tu Justicia como las ondas de la mar.— 6
3 Porque tolera Dios el dolor y la injusticia
Un compafiero refugiado a quien trataba de hablar de
los asuntos espirituales me puso esta cuestion, que ya me
habia sido presentada muchas veces en otros términos en
Espafia
« Siexiste un Dios justo y bueno, ¢ por qué permite los
males que padecemos? ¢ Por qué ha de querer que los po-
bres suframos de tal modo? éPor qué no termina de una
vez con tantas inju ias como se cometen en el mundo?
« Y otro me repitié esta fi aprendida del librito de
Sebastian Faure sobre la existencia de Dios: « Oh bien
Dios quiere hacer el bien y no puede, con lo que se de-
muestra impotente, o puede hacer el bien y no quiere, lo
que nos haria pensar que no es tan justo como dicen ».
Yo les respondi que el dilema aunque bien presentads,
no puede conyencer a quien trate de examinar el proble-
ma, no en parte, sino en su totalidad.
Dios quiere hacer el bien, el mdximo bien, pero tiene
aleuna 6n para no hacerlo. de un modo inmediato.
El mundo se halla a prueba
Segun las indicaciones del libro que Emilio Castelar Ila-
maba : « La revelacién mas pura que-de Dios existe », y
que millones de hombres aceptan como base de su fé ,o
sea la Biblia, una de las razones de este aparente abando-
no, es que : alguien en el Universo acusé a Dios por im-
ponerse con exceso a sus criaturas, dictando reglas mora-
les y obligandoles a cumplir su voluntad. La acusacién
no podia ser mas injusta, pero fué repetida y creida por los
primeros hombres, segun el relato del Eden, y desde en-
tonces Dios determin6 dejar a la Humanidad enteramente
libre de su tutela, por lo menos en el sentido coercitivo ;
si bien no nos ha dejado sin testimonio, revelandose a
nosotros por métodos persuasivos : por las obras de la
Naturaleza, por nuestra Conciencia y, sobre todo, por la
venida de Cristo al mundo.
2Y cual ha sido el resultado de esta mal entendida y
mal aprovechada libertad?
Muy pronto el egoismo personal, de familia : de raza,
did lugar'a toda clase de odios y pioleneine) y la Huma-— §6—
nidad, que hubiera podido ser feliz con someterse a oe
leyes muy suaves y paternales bajo la proteccién directa
del Creador, vino a convertirse en un campo de batalla,
donde grupos de esclavos de otras criaturas tan peque-
fias y limitadas como los propios avasallados se han de-
dicado a destruirse y esclavizarse mutuamente. Esta es
Ja historia de las antiguas civilizaciones, y la de nuestros
dias.
No estamos abandonados
Esta en el plan de Dios no intervenir para obligar a los
hombres a cumplir sus deseos. Pero como el padre que
se pone iejos para ver que hard el nifio, no lo abandona
enteramente a su suerte, Dios no ha abandonado de] todo
a la Humanidad. Su voz nos habla en la Conciencia yen
la Sagrada Escritura.
é Te parece atrevida esta tiltima afirmacién? No vamos a
discutir ahora todos los problemas que se relacionan con
Ja Biblia y su inspiracién, Quizé lo hagamos en otros nu-
meros. Pero de momento ten a bien fijar tu atencién en
un solo hecho : Que los pueblos que de alguna manera
Aan procurado dejarse guiar por ese Libro son los mas
Prosperados, y aquellos en que sus habitantes gozan de
mas libertad y bienestar. Suiza, Holanda, Dinamarca.
Suecia y Noruega son buenos ejemplos de ello, y esto a
pesar de que algunas tienen contra si la naturaleza de su
suelo y de su clima. Sin decir nada de las grandes nacio-
nes como Inglaterra y Norteamerica, donde a pesar de la
dificultad para cor var la pureza de su Cristianismo a
causa de su misma grandeza, hay muchos millares de per-
sonas que ador tratan de servir a Cristo, no, por ruti-
na, sino procurando interpretar su voluntad en la vida
practica.
Les falta mucho, sin duda, a estas naciones é individuos
para llegar al ideal del Evangelio; pero aun en medio de la
imperleccién presente nos estamos dando cuenta de que
las ensefianzas de la Biblia son el tinico remedio de fa Hu-
manidad, porque atacan el mal no en sus manilestaciones,
sino en su raiz.
E] egoismo, el orgullo, la ambicién, la tendencia al odio
y a la envidia, en una palabra: el pecado, que todos lleva-—F7=
mos dentro de nuestro ser, es lo que nos Cutivierte en ti-
s a la primera oportunidad, ya sea que nos Ilamemos de
erda o de derecha. Es este modo de ser fntimo, contra
eJ cual a veces lucha en vano nuestra propia conciencia,
le sa de nuestra desdicha y la del mundo entero.
Cuando vemos el ultado que nuestro pecado ha trai-
do, sentimos que Dios nos dejara en nuestra libertad. Com-
prendemos que hubjera sido mucho mejor cumplir la suya
!Cuan felices serfamos si todos los hombres cumplier
siquiera los 10 mandamientos!
an
Pero el remedio est4 en nuestra mano, Volvamonos a
Dios, y El se volvera a nosotros,. Haremos con ello nues-
tra propia felicidad y contribuiremos con nues
la de los demas.
ra parte a
El concepto de Dios segun la Biblia
El Dios que hizo el mundo y todas las que en él
hay, como sea Seftor del cielo y de la tierra, no habita en
templos hechos de manos; ni es honrado con manos de
hombres, necesitado de algo; pues El da a todos vida, y
aliento, y todas las cosas.
Y de una misma sangre ha hecho todo el linaje de los
hombres para que habitasen sobre toda Ja faz de la tierra;
y que procurasen buscar a su Dios; si en alguna manera
palpando le hallen; aunque cierto, no esta lejos de cada
uno de nosotros: Porque en El vivimos, y nos movemos y
somos; ccmo tambien algunos de vuestros poetas dijeron:
Porque linaje de este somos tambien.
Siendo pues linaje de Dios, no hemos de estimar la Di
vinidad ser semejante a oro, 0 a plata, o a piedra, escultu-
ra dea io o de imaginacién de hombres.
Empero Dios, habiendo disimulado los tiempos de esta
ignordncfa, ahora denuncia a todos los hombres en todos
los lugares que se arrepientan : Por cuanto ha estableci-
do un dia, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por
aquel varon al cual determind; dando fe a todos con ha-
berle levantado de los muertos.
Parrafos del discurso de S. Pablo, en Atenas,eased
Porque tenai Jesus
que morir como redentor
Algunas personas me han dicho « Tenemos que reco-
nocer que somos pecadores; nadie hay perfecto en e] mun-
do. Por otra parte, esta misteriosa voz interior que nos
reprende cuando dejamos de hacer la justo, aunque los
actos reprendidos sean agradables o favorables a noso-
tras mismos, es una prueba evidente de que existe una ley
moral en el Universo, y por tanto de la realidad del peca-
do. Pero, ¢ por qué tenfa Jesus que morir por mis pecados,
0, que tienen que ver mis actos del presente con la muerte
de un hombre mas 0 menos justo que vivid hace 1900
aiios ? »,
Quien era Jesus
Siempre he respondido a tal objeccidn tratando de acla-
rar ante todo, el punto principal: la personalidad de Jesus.
Hay pruebas contundentes de que Jesus no era tan solo
un hombre mas 0 menos Justo, sino el Justo por excelen-
cia, el Santo de Dios, el Verbo Eterno que misteriosamen-
te existia con Dios desde la Eternitad, y que se hizo hom-
bre, murié y resucité para nuestro bien, Si no hubiese si-
do mas que un hombre, ni hubiese realizado actos que le
acreditaron como el Hijo Eterno de Dios, no tiene expli-
cacién posible e] que millares de hombres que vivieron en
su época se dejaran quitar la vida alirmando que E] era el
Hijo de Dios, que le habjan visto hacer milagros, y sobre
todo, que habia resucitado de los muertos,
Durante toda su vida Jesus habia venido alirmando que
tenia que morir de una muerte piiblica y atroz para ser
el Redentor de Ja Humanidad. Palabras suyas son estas :
« Como Moisés levanté la serpiente en el desierto, asi es
necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, para que
todo aquel que en el creyere, no se pierda, sino que tenga
vida eterna. Porque de tal manera amo Dios al mundo
que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que
en el crée, no se pierda, mas tenga vida eterna ».
(Evangelio de S. Juan, cap. 3; 15 y 16.)=) —
Quiz4 el lector se pregunte: Y ¢ Por qué tenia Dios que
dar a su Hijo para salvar a los pecadores ? ¢No podia El
perdonar a quien quisiera, o a quien se mostrara arrepen-
tido, sin necesidad de tal sacrilicio ?
No; pues en tal caso hubiese habido arbitrariedad,
Dios mismo no puede pasar por alto su propia Ley sin
violacién de la Justici:
El dilema de un padre
Cuenta la historia que un rey de Grecia dié un decreto
contra el adulterio condenando al culpable a perder sus
dos ojos. Pero se did el caso de que, el primero que falté
a tal ley fué su proprio hijo. Entonces el legislador se en-
contré en el dificil dilema: del amor paterno que le im-
pulsaba a perdonar, y la ley que le exigia no hacer una
excepcidn arbitraria a fayor de su propio hijo.
En tal circunstancia, e] amor de padre arbitré el recurso
que aunaba ambas exigencias. Mandé que sacaran un ojo
al hijo y otro a si mismo. La ley y el amor se encontraron
en el sacrificio a que el mismo rey se sometid voluntaria-
mente.
Esta era la situacién moral del Divino Creador para con
sus criaturas pecadoras. La paga del pecado es muerte.
La muerte espiritual, la separacién absoluta del ser peca-
dor de los otros seres obedientes, y sobre todo del Padre.
Dios no puede perdonar a ningun pecador sin faltar grave-
mente a su propia ley. Nuestra situacién en el Universo es
pues de criaturas separadas de Dios, no solo durante este
breve tiempo que vivimos sobre la tierra, sino lo que e:
mucho mas sensible, en la vida mas alla.
Como dice el apostol Pablo a los Romanos cap, 3: « No
hay justo ni aun uno; todos pecaron y estan destituidos
de la gloria de Dios ».
Hubiera sido terrible descubrir esta situacidn nuestra
en la vida, o despues de la muerte, si Dios mismo no hu-
biese provisto el recurso amantisimo que le permite per-
donarnos y admitirnos como hijos reconciliados, por el
sacrilicio voluntario de Cristo. En virtud de esta obra de
sustitucién, nadie puede acusar a Dios de arbitrariedad
cuando perdona a un alma arrepentida que se dirige a El.
De otro modo, el arrepentimiento no era suficiente. EsenalVa eicss
seguro que el hijo adtiltero se hallaba arrepentido de su
torpe ligereza, pero la ley se tenia que cumplir, y sin el
sac io del padre el culpable habria tenido que quedar
sumido en las tiniebla:
Amor engendra amor
Pero el sacrificio de Cristo tiene aun otra virtud y ob-
jeto, y es; atraer nuestra voluntad y alecto hacia El, y por
El a Dios. Solo de este modo el arrepentimiento puede
ser verdadero y traer resultados positivos.
Si Dios perdonara sin mas ni mas a cualquier ser peca-
dor que lo solicitara, e] pecado Ilegaria a ser una cosa cor-
riente en el Universo, y los perdonados de tal modo no se
sentirian unidos a Dios, como nos sentimos los verdade-
ros cristianos, por lazos de indisoluble amor.
Pero cuando pensamos que; no un hombre, sino un
Scr que dominaba sobre todos los Seres Espirituales del
Universo, se hizo hombre, (gusano de la tierra podria ser
llamado desde aquellas alturas), y que como hombre po-
bre y despreciado de los mortales se entregé a una vida de
ejemplo y sacrilicio y a una muerte ignominiosa por amor
de nosotros, no podemos menos que amarle. Cuanto mas
fo consideramos mas lleno se siente nuestro corazon de
gratitud y alabanza.
El hecho de creer o aceptar la salvacién que Dios nos
olrece es un acto indispensable para que Dios pueda
concedernos la Salvacién, aplicéndonos los méritos del
sacrilicio de la cruz.
Dios no va a salvar a nadie por la fuerza. Si no quieres
relacionarte con Cristo en esta vida, no debes esperar que
El te obligue a hacerlo despues de la muerte, pero la pér-
dida que esto signilica para ti, en medio de este tiempo
tan dilicultoso, cuando necesitamos toda la ayuda divina
para pasar las calamidades en que nos encontramos; y
sobre todo: la pérdida y desgracia que ello puede traer al
alma en la Eternidad, esté por encima de toda pondera-
cion.
No lo dudes amigo, y si tus dudas son muy fuertes no ce-
ses de examinar y estudiar bien el asunto, hasta que te
conyenzas de esta gloriosa realidad: Existe un Cristo vivo,ite
personal, presente, cercano a ti por su espiritu, que te
ama te conoce y desea hacerte bien.
Lee sus palabras en el Evangelio.
Dirijete a El en oracién a solas, en secreto.
Pronto sentir
As, si asi lo haces, su presencia en tu vida.
Tu mente serA iluminada para descubrir lo que Dios es
para ti. Tendras una paz y un gozo como nunca has podi-
do siquiera imaginarlo, y toda tu existencia serA cam-
biada por completo,
No digas que tras vetes has rezado a Dios 6 a los san.
tos y no te ha dado resultado. Una cosa es rezar algunas
palabras de rutina y otra muy diferente orar a Dios con
inteligencia. Presentarle las promesas que encontramos
en su Palabra, y solicitan respetuosa, pero firmente, su
‘cumplimiento,
Si te sientes tentado a pensar que todo esto no es sino
una ilusion de unos Cuantos fandticos ignorantes, permf-
teme decirte que en mis viajes he estado en relacion con
doctores distinguidos y con catedraticos de grandes uni-
versidades, a Ios cuales %e +:
sa adoracién
to arrodiliados en, respetuo-
ante el Infinito, solicitando sus mercedes y
su perdén en el nombre de Jesucristo,
Tu puedes hacerlo tambien, y con mas motivo, puesto
que el Padre Celestial esté mas atento a las stplicas de sus
criaturas cuanto mas alligid: y necesitadas se hallan de
SU auXxilio,
Dice Jestis: « Venid a Mi todos los que estais trabaja-
dos y cargados, que yo os haré descansar, Llevad mi yugo
sobre vosotros y aprended de Mi, que soy manso y humil-
de de corazén, y hallareis descanso para vuestras almas.
(Evangelio de S. Mateo, 11; 28.) »
« éY no quereis venir a Mi para que tengais vida? Juan
5:40, Al que a mi viene no le echo fuera » (Evangelio de
S. Juan. 6, 37.) »
Buscad al Sefor mientras puede ser hallado; Ilamadle
en tanto que esta cercano, Deje el impfo su camino yel
hombre inicuo sus pensamientos y vuélvase al Sefior, el
cual tendra de él misericordia. Al Dios nuestro, el cual
sera amplio en perdonar., (Isaias, 55;6.)3 Escucha Dios la oracion ?
« ... Existen otra clase de milagros en los que sin inter-
venir el elemento sobrenatural, se da una tan maravillosa
coincidencia de circunstancias felices, que el hombre
creyente, y aun el excéptico son obligados a preguntarse
no hay en ello mucho mas que la casualidad, He aqui
un caso entre muchos miles que podriamos citar.
Un joven cristiano farmaceutico cuenta que el principio
de hallarse empleado en la farmacia le molestaban mucho
las llamadas de noche, a las que no estaba acostumbrado.
Una noche, era la tercera vez que habia sido interrum-
pido su suefio, y se hallaba de pésimo humor.
Esta ultima llamada era de un muchacho que venia
buscando medicina para su madre. E] joven cogié sofio-
liento la receta y se apresuré a cumplirla.
Después de despedir aj muchacho, y mientras yolyia los
botes a los estantes, se did cuenta de que se habia equivo-
cado. En lugar de una droga inofensiva, habfa puesto entre
los ingredientes de la medicina, un yeneno activisimo en
cantidad aterradora. Iba a ser culpable de la muerte de
una mujer.
Consternado salid a la puerta, miré la calle de un lado
a otro, se llegé hasta la esquina, pero el muchacho habia
desaparecido corriendo para llevar a su madre la medicina
salyadora. El farmacéutico, no hallando r curso humano
para repar su obra, volvié a la farmacia, cayé de rodillas
y conlié el caso a Dios con corazén angustiado.
Aun se hallaba de rodillas cuando se abrié de nuevo la
puerta y vid con asombro al mismo muchacho que volvia
temeroso, explicando que en su prisa para Hegar pronto a
casa habia tropezado, caido, y roto el frasco que contenfa
el remedio de su madre.
El joven farmacéutico no podfa retener su emocidén ante
esta prueba de la intervencién divina, y lo ha contado
muchas yeces para testilicar que : ” no ha pasado todavia
el tiempo de los milagros” .
(el libro’: « La Religién al alcance del Pueblo », réplica
a la obra de IBARRETA : « La R. al alcance de todos >,
por Samuel VILA.) :Keruba el bandido
Keruba era un salteador que tenia aterrorizada una
comarca de Africa del Sur. Las autoridades inglesas habian
ofrecido un premio a quien lograra detenerle, pero el sa-
bia burlar toda persecucidn.
Los creyentes evengélicos que se reunian en una capilla
recien instalada por un misionero procedente de otra tribu
habian orado mas de una vez a Dios por el hombre cuyo
nombre corria con espanto de boca en boca, pero nadie
pensaba que seria este el medio por e] cual se lograrfa su
captura, o algo mejor.
E] misioaero acababa de regresar de un viaje a una al-
dea préxima en donde habia tenido ocasion de hablar a
un humeroso grupo de indigenas que se reunieron al aire
libre, cuando fué anunciada la visita de un hombre que
pedia insistentemente hablarle en particular.
El visitante parecia fatizado y con voz entrecortada por
el cansancio dijo ; « M (maestro) V. ha estado dicien-
do en la aldea que el Gran Espiritu piensa acerca de no-
sotros como un padre de sus hijos, y que esta dispuesto a
perdonar a los que soliciten su perdon y su fuerza para
Vivir una nueva vida. »
— Este ha
sido mi tema de hoy, respondié el misionero.
— Pero debe ser solo para ciertos pecados replicé el ne-
gro. Yo he visto al jefe de la tribu perdonar a los que han
robado algunas espigas de maiz en otro campo, porque es
una falta pequefia, pero nunca le he visto perdonar faltas
grandes. Supongamos de un hombre aue hubiese matado
a otro hombre, ¢ perdonaria el Gran Espiritu a semejante
hombre ? ‘
— En la Biblia leemes de alguien que hizo matar a-otro
hombre de un modo alevoso, y sin embargo pudo ser per-
donado cuando clamé a Dios : « Contra Ti, contra Ti he
pecado y he hecho lo malo delante de tus ojos, mientras lo
oculté, calléndolo. se envejecieron mis huesos en mi gemir
todo el dia ». (Salmo 51);
— Pero y si hubiese hecho por sus manos mas de una
muerte, interrumpié el visitante, podria Dios perdonarle
igualmente ? Supongamos que hubiese hecho dos o tres
muertes....—4-
— No sabemos cuales eran los hechos del ladrén que
Jestis perdoné en la cruz, respondid el misionero, pero no
debian ser muy recomendables cuando el mismo decia :
« Nosotros justamente padecemos; porque recibimos I¢
que merecieron nuestros hechos : mas éste, (Jestis) nin-
gun mal hizo », (Evangelio de S. Lucas, cap, 23;41.)
— Mas, écree V. que este ladrén habrfa llegado a asesi-
nar a diez personas ? dijo el. hombre.
— No podema aberlo, fué la respuesta del misionero
pero yo estoy seguro que Dios podrfa perdonar a una per-
sona que hubiese HWegado a tal grado de maldad, e pw
siera en la misma actitud que se puso aque] ladrén.
- El indigena reflexioné un instante, y prosiguid
2 Y si hubiese matado a quince personas, cree V. que Dios
le habria perdonado ?
—La gracia de Dios es suficiente atin para tal pers
dijo el misionero.
E] visitante se iba animando cuando elevé e] ntimero a
dieciocho personas, y recibid la misma respuesta.
— Y si hubiese matado a veinte, dijo por fin.
— La sangre (0 sea el sacrilicio) del Hijo de Dios, nos
limpia de todo pecado (la Juan, 1;7), fué la respuesta final
del misionero.
— Pues yo soy el tal hombre, exclamé6 sollozando e] fo-
rastero. Yo he auitado la vida con mi mano a yeinte per
sonas inocentes. Yo soy Keruba el bandido. Yo necesito
como nadie esta sanere que limpia. ¢ Que es lo que debo
hacer para obtener aque] indulto de parte de Dios, del cual
habl6é V. en su predicacién ?
El misionero le explicé mas detenidamente la historia
de la redencién; como Dios hallé un sustituto para la Hu-
manidad caida, y le Jevé una porcién de textos de la Biblia
sobre el particular. Finalmente se arrodillaron y el predi-
cador oré6 a Dios, mientras el visitante procuraba seguir
en voz baja sus palabras
Cuando se levantaron su mismia faz parecia haberse
cambiado por completo. « Me he quitado un gran peso de
encima, decia, y con su lenguaje alricano, rico en figuras
afadiéd : Parece que la Primavera con sus pajaritos can-
tando, ha entrado en mi alma »,
Por seis meses este pobre hombre venfa al atardecer a
la casa del misionero para oir hablar un poco mas del
ona,— 15 —
amor de Dios que perdona; y en poco tiempo cono-
cia bien los Evangelios, los Hechos de los Apdstoles, y los
principales textos de las epistolas que hablan de] asunto
de la salyacién. Cada dia pasaba un buen rato aprendien-
do a leer para poder leer por si mismo las palabras del pre-
cioso Libro.
Por fin se present6 a las autoridades, las que de mo-
mento no podian creer en su conyersién, Una sentencia de
muerte pesd sobre él, la cual fué conmutada por prisién.
Mas tarde pudo obtener su libertad, viniendo a ser desde
entonces un entusiasta colaborador de los misioneros, v
su mejor amigo, « Puede conlidrsele cualquier trabajo o
suma de dinero — decia afios despues el misionero. No
hay hombre mas honrado que él, desde que el Espiritu de
Dios hizo la obra en su corazon ».
Casos como estos han sucedido a millares no solo en
Africa. sino en todo los paises del mundo como resultado
de la vredicacién del Evangelio, y son una de las grandes
pruebas actuales aue tenemos a favor de la autenticidad
del Cr mo. Los psicdlogos han estudiado estos casos
formulando diyersas explicaciénes, pero tienen que reco-
nocer que tales cambios morales no acostumbran a produ-
cirse aparte de lo que Ilaman : « El fendémeno religioso
de la conversién »
Toda persona humana tiene necesidad de que tal fend-
meno se produzc: or o menor grado en su alma-
Nuestra moralidad no nos sittia aparte de tal deber. Todos
tenemos algo pendiente con la Justicia Divina. Pero Dios
nos dice en la Palabra inspirada dada como revelacién
suya a este mundo :.« Venid luego, y estemos a cuentas:
Si vuestros pecados fueren como la grana, como nieve se~
r4n emblanquecidos. Si fueren rojos como el carmesi ven-
dran a ser como blanca lana, (Isaias, 1;18).
Al que salvé y translormé a Keruba, no le es mas dificil
Ivar a ti, y a mi. El camino A abierto por Su parte.
Pon la tuya lector. Pruébalo, y jamas te arrepentirds de
ello.Lo que grandes hombres dijeron...
acerca de la Religion
AURREDENEDEUGEGORAREOEEG
ell WALLACE :
El materialismo esta muerto para las mentes verda-
deramente inteligentes, y no dudo que los hombres
reconoceran pronto que el concepto ateista de] Uni-
verso es la mayor de las necesidades. Creo que hay un
propésito en la Creacidéa. Ese propdsito lo encuentro
dondequiera que di ta. No puedo examrinar el
ser mas insignilicante sin sentir edificada mi razén, y
sin e iarme en la belle: poder y sabiduria del
Creador.
rlos DARWIN :
Y 0 opino que lo que sabemos de las leyes impuestas:
a la materia por el Creador se armoniza mejor con mi
hipétesis que con ninguna otra.
M AMPERE:: (Fundator de 1a teoria electrodi-
nadmica)
Alfredo Ru
A
Octipate de las cosas de este mundo con una mano.
Con la otra cégete a Dios como un nifio se coge al
vestido de su padre.
Juan JAURES :
No creo que la vida natural y social baste al hombr
Cuando en el orden social haya realizado la justicia
advertira que aun le queda un gran vacio que Ilenar
en el terreno espiritual.
Ha sonado Ia hora de la democracia,
No de burlarse
o de ultrajar las antiguas creencias, sino de inquirir lo
ir en
que tienen de vivo y verdadero, y puede subs
las conciencias libre y depurado.
Juan Jacobo ROUSSEAU : ( En « Emilio »)
El Evangelio tiene rasgos de verdad tan sublimes,
tan notables, tan enteramente inimitables, que el in-
yentor de él serfa una maravilla todavia mayor que
el héroe.
Narbonne. — Imprimerie Narbonnoise, & bis, Quai Victor-Hugo
Le Gérant: A. ROY.