EL HUMANISMO. BURGUES*
Anibal Ponce
@ EN LAS escuelas y en Jos diccionarios se entiende por bumanismo un vasto movi-
miento que comenz6 en el siglo XV y que puede catacterizarse por un retorno al
estudio de los textos antiguos, olvidados, ignotados 0 despreciados durante In Edad
Media. Se agrega, por lo comtin, que el descubrimiento de los autores clasicos deter-
inind, por una parce, el final de la Escolastica; por otta, un vigoroso despertar de las
ciencias y las artes designado por eso con el nombre de Renacimiento. Aunque pot
Jo comin no se hacen distingos muy marcados entre uno y otto,’ se supone que el
humanismo fue el prélogo y la causa del Renacimiento.
No se necesita conocer muy a fondo la Edad Media para que salte a los ojos la
superficialidad de ese criterio. Durante “las tinieblas del Medioevo” —como ditis
un burgués anticlerical— el manejo de los autores clésicos fue cosa,corriente en los
conyentos. Sin bablar de los primeros padzes de Ja Iglesia, imbuidos de letras griegas,
no era excepcional el caso del monasterio de Bobbio, por ejemplo, que se enorgu-
liecia en el siglo X-de poser a Deméscenes y Aristételes, con casi todos los poeras i
latinos y no pocos de los graméticos. la Edad Media no slo conocié gran parte
de los textos griegos y muchos de Jos latinos, sino que se acercé a ellos, como lo
ba mostrado Etienne Gilson, con, amoroso impuiso,
la oposicién del Renacimiento a I Edad Media no reside en textos més 0 en
textos menos: el conflicto es muy profndo y se vineuwla 4 Je manera como, en uno
y otro caso, Ia Antigtiedad ha sido interpretada, Para la Edad Media feudal la herencia
legada por la Antigiedad debla ser recogida e integrada por la nobleza y la Iglesia
catélica; para el Renacimiento burgués esa misma herencia debta ser asimilada en
detrimento de la nobleza y de la Iglesia, y en conformidad con los intereses y la
aspiraciones de una nueva clase social que en sazén juvenil empezaha a moverie de
manera impetuosa?
la Antigitedad comienza a ser valorada desde un dngulo distinto y a asumir por
259 mirmo, frente a otra clase social, und significacién que hasta entonces no tenta.
1 Messer, por ejemplo, y para no. citar més que uno solo, escriBe: «Impuls6, ante todo, @l
desarrollo de In nueva filosofia aquel movimiento espirituel, iniciado en el siglo XIV, que se
denomina Aumanismo o renacimiento.» Lg Filosofia moderna, Del Renacimiento a Kant. pag. 10,
traduccida de Rodriguez Sadia, edicidn’ «Revista de Occidente> Madrid, 1927, Gentile, en cambio,
los deslinda aproximadamente en Giordano Bruno ¢ i pensiero del Rinaicimento, pag. 244, edi-
cidn Vellecchi, Firenze, 1920; «La orientacién general del Renacimiento es algo distiato a la del
humanisnio: el humanista se encierra en el estudio y en Ia celebracién de lo que es estrechamente
humano; el hombre del Renscimiento gira la mirada fuera del hombre y abraza con el intelecto
lo totalidad del mundo en el cual el hombre vive y del cual forma parte, EI punto de vista es
¢l mismo pero tan amplio que comprende toda Je neturalezs.»
245i toda la época del Renacimiento, desde mediados del siglo XV, fue ua producto esen:
cial de las ciudades, de_la burguesfe por’ consecuencia, otro tanto’ ocurrié coo Je filosofia que
salié entonces de su’ suefio, Su contenido no era, en el fondo, mas que la expresién filosdfice de
las ideas correspondientes al desenvolvimento de La buzgueste, pequefia y media hacia la gran
burguesia.» Engels, Feuerbach y al fin de Ja jilosofia eldsica alemana, pig. 57, «ediciones Europa-
Amenca», Barcelona, 1935, sin nombre de traductor.
* Por razones de espacio se suprimieron algunas otas bibliogrificas que no alteran el sea-
tido del texto (Nota de la Ed.) |EL MUNDO SE HACE REDONDO 121
Estamos ahora en Ja raz del problema, y es ese desplazamiento en el equilibrio
de Jas clases denero de Is sociedad lo que nos toca examinar antes de comprendetlo...
Una confianza cada vez més firme en los poderes del hombre empieza a crecer~
con Ia burguests que asciende, Cuando la miseria es horrible y la esperanza aula,
todo lleva a maldecir Ia tierra en que se pisa y a poner los ojos en el cielo, Pero tan
pronto las perspectivas mejoran y los horizontes se dilatan, renace In fe en da energis
del hombre y se afianza un deseo paralelo de Innzar por todos los caminos, las
ambiciones y los instintos, Muchos eran ya los que creian que el Paraiso debia ser
buscado en esta ticrza;... Everso d’Anguillara no ocultaba lo que pensaba de Dios:
cuando sus gentes le ruegan que descanse el dia domingo porque es el dia del Seior,
41 contesta iracundo que el sedor es él, Ese seorio del hombre que el burgués inoré-
dulo opone a la servidumbre del creyente, colora de tal modo la actitud del “cuatto-
clentos” que el siglo comienza con un libro de Manetti sobre Ia Superioridad del
hombre y se clerra con otro de Mirdndola sobte la Dignidad del hombre, La sealidad
primaria ha dejado de ser Ia otra vida, el trasmundo, el més allé, Todo lo que existe,
comprendido el hombre mismo, empieza a ser explicado por sus propios principios..
sin recurrir para nada a una realidad que lo trasciende, No es slo la mofa descareda
de cuanto hasta entonces se tenia por sagrado; el poema de Pulci, por ‘ejemplo, qu
lleva en ceda canto un epigrafe bufén con los Hosannas tomados de Ja:miss. 18 la
critica reflexiva al concepto de la inmortalidad del alma: critica tan sostenida, can
tenaz, tan recomenzada bajo todas Jas formas que se'ha podido ver en ella y con sa26n,
a uno de los rasgos més caracteristicos del siglo. El interés por lo inmediato y
terrenal ha sustirwido a Ia fe en la inmortalidad del individeo, y ei consuelo de un
Paraiso para después de la muerte, empalidece frente a Ja confianza en el progreso
indefinido y en el concepto humano de la gloria. Supersticiosos todavia en muchas
cosas* menudas, no por eso flaquean frente a un universo que ya muy poco pecesita
de un Dios que lo dirij2, El hijo de un tejedor ha descubjerto un mundo: el hijo de
tn panadero ha cambisdo las leyes del seino de Jos cielos. Y si Colbn y Copérnico
avanzan como dos gigantes en el umbral de la: "época de los descubrimientos’, otto
descendiente de tejedores, Jacobo Fugger, va a demostrar lo que vale ea manos de la
burguesia ese torrente de oro que Coléa ha volcado sobre Europa
Desde el escudo del gran almirante todo emperaba'a gritar la potencia del oro:
sobre fondo de azul, cinco anclas de oro; sobre olas det mar, veintinueve isles de
oro, Pero no le fue dado a —a él que sabla que con oro se podian enviar las
almas al Paraiso— demostrar basta dénde el oro: es el gran “nivelador”. Fugget, en
cambio, lo probaria con creces. Tejedores en los comienzos, comerciances de telas des-
pués, los Fugger fueron los primeros que trajeron a Venecia el algodén de Levante.
La lana, la seda, las especias, Jes habjan dado una fortuna; la fortuna que Jacobo
Fugger (1459-1525), el mis grande de todos, centuplicaria con la explocacién de las mi-
nas y las especulaciones de sus baacos. Por el auevo camino que Vasco de Gama acababa
de abrir, las carabelas de Fugger iben y venian atestadas de riquezas. Un avevo poder
ha surgido en el mundo, En el centro de Europa Fugger esti con su oro, y hasta Fugger
llegan los emperadores y los Papas, Maximiliano, Cerlos V, Leén X, buscan sv alianza,
solicican su apoyo, le contemplan y adulan. El emperador lo nombra consejero. dulico;
el papa, conde palatino. Los cardenales se ievantan cuando & entra; como a un122 DE ESPARTACO AL CHE Y DE NERON A NIXON
hijo bien amado el Sumo Pontifice Je besa en la frente ‘La burguesia tiene en él
sur orgullo y su simbolo, Y como Fogger, hay ahora en cada ciudad poderosa ‘wn mer-
cader y un banquero de estatura apenas diferente. ;Acss0 tendian mucho qué envi-
Giarle los Ango, de Dieppe 0 los Chiggi, de Siena?
Porque los: portugueses saquean uno de sus navios, Jesn Ango arma una flora,
bloguea Lisboa, incendia las costas, y hublera de veras arrasado con todo si el propio
rey no Je ofrece Ja paz. i
Cien navios tiene Chiggi; veinte mil empleados trabajan en sus sucursales. Desde
Londres al Cairo €l sabe cuanto ocurre, y ha prestado al papa, Julio Iran inapreciables
servicios financieros, que ha conseguido para sus negocios una ayuda que le vizne del
siemfsimo cielo: cada vez que un devdor no le paga, Chiggi consigne que él pap
Jo excomulgue. ..
Como Jos Fugger en Ausburgo; como los Ango en Dieppe; como los Altoviti
en Roma: como los Chiggi en Siena, asi son también en Florencia, los Medicis. Descen-
dientes de cardadores 0 dé sporicarios, ellos han ido acentuando. su poder a medida
que se mulkiplicaba su forcuna. A fines del siglo XIII, un Medicis esti a la cabeza
del cuerpo de los oficias; a comienzos del siglo XIV, orro Médicis es, gonfalonero de la
Ginded: ‘2 mediados del siglo XIV, Cosme ¢s el duefio de Florencia. Uno a uno -ha
ido aplastando a los bengueros rivales; y tiene hasta tal punto entre sus manos dl
control de casi toda Europa que cuando el rey de Napoles se une a los venecianos
para atacarlo, Cosme de Médicis ni siquiera se molesta en encontrar algin ¢jército
de condotsieri: se. limita’“a cerrar~sus establecimientos, de crédito en las _mismas
natices de Jos adversarios, y Jos venecianos y los napolitanos capitulan. Un siglo antes
ex el poeta Hans Sachs’ proclame que “es el dinero el dios de Ja tierra”... Cosme
de Médicis Jo sabla y lo decla eri su cinico lenguaje de.banquezo: “De buenas ganas
—solia repetit— le hubiera prestado plata a Dios padre, a Dios hijo y al: Espiritu
Santo, para tenerlos en las columnas de mis libros de cuentas’, 1 oro, al poder que
f} oro da y Ja disciplina que su manejo impone, no slo habjan permitido a la
burguesia ese familiaridad con el Eterno que hasta enconces la Iglesia decentaba, si0
tina manera original de “racionalizar la vidd" en que la apreciaciin de lo cusntite
tivo pecuniario no slo puso orden y claridad en lor negocins, sino que cred wn 1mevo
expiritn del cual recogieron lat ciencias nacientes sw marcada preocupacion por Io
namérico,
Elsfeudslismo ignoraba el célculo; to propio del noble es gastar sin medida, es
ignorar lo que entra y Jo que sale, La burguesia, en cambio, necesitaba el ndmero, Ia i
precisidn, la exactid, la contabilided. Donde lla aparece, se inaugira al. poco tiempo
wna escuela de célculos! Pero ese auge del célcvlo hubiera sido imposible, narural-
tmente, sin la moneda de metal, Calcular y contar es casi irrealizable en la economia
natural fundada en el trueque, El célculo reposa sobre el niimero que representa un
grandor, y no hay en economia grandores mensurables sino @ condicién de que
puedan expresarse con dinero, La economia fundada sobre el dinero lleva a pensar que
tado puede ser narrado en el idioma de los avimeros, es decit, a sobseestimar Jo cuan-
titative en dettimento de lo cualitativo. Los torrentes de oro y plata que América
®
1 Seis escuelas con 1,200 slumnoe, tenia Florencia desde el siglo’ XIV. Ver Sombart, Le
bourgeois, pag. 157, traduccién Yankelevich, editor, Payot, Paris.EL MUNDO SE HACE REDONDO
volcé sobre Europa dieron precisamente la posibilidad de convertis a la economia
monetaria en fundamento de todo. Y eso trajo un vuelco en las inteligencias como
ya Jo habia traido entre las clases. El artesano que construye un itil se siente vinculado a
I como algo en Jo cual ha puesto un poco de si mismo. Nada de su persona comprome-
te, en cambio, ef comerciante, cuando enfoca Jos mismos titiles como a objetos que sélo
sirven para ser vendidos. Ajeno ha permanecido al proceso del artesano: ignora las penas
y alegrias que esos utiles pudieron procuratle mientras los trabajaba, No les ve sino
como a objetos de cambio, y por lo tanto, como a grandores que pueden ser medidos
con dinero! :
Pero el comercio que se realiza ademis en gran escala —y bien sabemos que el
descubrimiento de América cred el mercado mundial— Heva consigo otras exigencias
que extirpan muchas maneras tradicionales de pensar y de sentir. Todo comercio, @)
efecto, que obliga a cambiar de residencia y de medio; que exige el conocimient
de lenguas y de costumbres extrafias; no sélo ensancha el horizonte mental y predis-
pone a la tolerancia sino que hace ver por debajo de las diferencias superficiales entre
Jos hombres, ciertas identidades que permanecen.
Racionalistas en su concepcién del mundo, indiferentes frente a las diversas regio-
nes, pacifistas porque asi lo exigia el interés de sus caravanas y de sus navios, los
banqueros del siglo XV y del XVI crearon Ia atmédsfera en que el humanismo nacié
y Jo apoyaron después con su fortuna y sus honores, Porque subrayémoslo una vex
mis: sobre el plana de la cultura, el bumanismo fue una derrota del fendalismo caté-
Jico frente a la burgwesia comerciante. Entre mercaderes nacié el culto de la Antigiedad,
y ellos, los mercaderes, fueron quienes lo impusieron a los prelados y a los principes.
los castellaaos y a las castellanas? Todo Jo que la Iglesia les negaba: Ia potencia del
dinero que ella calificaba de execrable® Ia necesidad de Ia accién orientada en lo
terreno; el goce de la vida cenido hasta entonces por pecado —todo eso y mucho
més se lo daban los antiguos tal como ahora ¢] humanismo habia aprendido a descifras-
los desde el punto de vista de la clase burguesa. En una pagina magistral, Maquiavelo
(1469-1527) opuso la seligién cristiana al paganismo y recalcé cémo aquélla glorifica
el desprecio de las cosas humanas mientcas este otro exalta la grandeza del alma y Ia for-
taleza del cuerpo, Y casi en cada linea de Lor libros de la familia de Leon Battista
Alberti —quizd el més acabado represenrante de la época— pasan y repasan las citas
de los antiguos tal como ahora renacia al tlamado del capitalismo comercial
iQué afinidad podia existir entre un mercader de lana como Alberti y les concep-
ciones de los antiguos? 4 Lo que deriva precisamente de la misma creencia en la “razin”
como rorma de la vida, Esa creencia, que los estoicos erigieron en sistema, es tan favo-
sable al desarrollo del capitalismo que nada cuesta imaginar a Alberti leyendo en Marco
Avrelio que "la naturaleza procede siempre en vista de In utilidad” 0 aprobando a
1 Sombart, ob. cit, pigs. 403-404, En igual sentido Lucien Henry. Les origines de la religion,
pag. 51, «Editions Sociales Internacionales+, Paris, 1935: «El predominio de la economia mer-
amtil, fundada sobre el cambio, constiruye un terreno favorable al pensamiento abstracto.»
2 Asi lo reconoce con palabras casi idénticas un historiador tan poco sospechoso de marxismo
como Frantz Funk-Brentano, La Renaitsance, pagina 83.
Execrable en los demés, no en ells misma.
GYt Sombart escribe: «La existencia de una relacign estrecha entre las. concepciones de los
antiguos y las ideas econémicas de las primeras fases del capitslismo italiano es facil de demos-
rat.» Le Bourgeois, pig. 266.124 DE ESPARTACO AL CHE Y DE NERON A NIXON’
Séneea cuando aconsejaba a! sabio no desprecias la riqueza, sino més bien acrecentarla
GY qué orsa cosa era lo que aconsejaba Ciceréa —santo patrono del humanismo—
Cicerbn, inerédulo’ y ¢odicioso como ellos; como ellos, advenedizo y homo novus?
“BI dinero es deseable no por si mismo, no por Is acracciOn que cjeree, sino por Ins ven-
or que e5 capaa de procurar.” Y si eso ocurria con los moralistas que les eran tan
J hnes —moralistas 4 Jo Séneca, que prestaban a intereses usurasios millones de sexser-
ios, gcémo no habrfan de estudiar con profunda simpatia a aquellos-otros escritores
que manejaban directamente, a lo Jenofonte y Cotumels, ‘materias econdmicas que les
rcaban mids de cence? "Roma ed ma radon grosete ~—be dicho Rendn—, pero §8 28"
erent Y eso fue lo que e} humanisoo tomé de los antiguos para darlo a los banqueros:
la filosofia préctica que les era necesaria para justificar 3% amor de la riqueza 9 de la
genencia, su gusto por la vida laica y el pentamiento bre.
‘Algunos ejemplos hébilment= escogides 0 parcialmente interpretados han desfigu-
ado de tal modo la verdadera sitaacidn social del humanista, que ya parece indesteucti-
ble la leyenda que lo presenta como a un poderoso sefior de la inteligencia tronando por
encima de los banqueros y los reyes. Es verdad que Petrarcs se sentd alguna ver @ la
mesa de los Dux, que cuando Pontano le visita, de pie se pone el rey Alfonso de Ara-
gn, Pero por un husanista que recoge honores, jcuéntos orros humillados, envilecidos,
explorados! "“Sucesivamente preceptor, secretario, profesor, sirviente de los’ principes,
Consimiéndose en estudios iogratos, victima de enemistades mortales y de peligros
Jncesantes, levantado basta las aubes o hundido en ei desprecio, opulento hoy, miserable
vnafana (el huraniste), es ta imagen viva de la inestabilidad’, Asf lo presenta Jacobo
Burckhardt, y as{ fueron en verdad, lejos de Ia leyenda, Periodistas antes del periodismo;
agentes de propaganda antes de la “reclame”, adorno de banquetes y salones, elogiado-
ide casamientos o bautizos, Uorones de velorios y entierros, cuanto ganaban Jo reci-
ban como dadiva, Cierto es que por seis versos latinos dedicados a la gloria de Ve-
necia, la Serenisima gratificd a Sannazaro con seiscientos ducados de oro; pero ain
sett mismo momento de colmarlos de regalos, ;cuéntos eran los que, como Carlos
1X, pensaban de Ronsard: "a ian buen poeta hay que cuidarlo como a un buen caballo!”
Imelvetual al servicio del sefor que lo pagaba, el humanista cambiaba de opinién como
de climas, aceptaba los mis bajos menesteres, importunaba dia y noche en busca de
Jimosnas.
Insirumentos apéndices de la gran burguesia, los bumanistas comparten con ella
sus entusiasmos ¥ sus odios, Enemigos de lx noblera de cuna como éstt, son tembién
comorésta enemigos de la Iglesia. "Yo me he hecho a mi mismo” decia Pontano. Y lo
repite Latini, Y 10 confirma Alberti. Ateos vergonzantes los més deistas bios algunos;
todos sienten por los dogmas de la Iglesia, antipatia y despsecio. Paganos camplidos, 00
ven en la teligiGn nada de sobre natural, y no eran pocos los que creian, como ese des-
Jenguado de Lorenzo Valla, que una prosticura era mas Gri! a la sociedad que una reli-
giosa.
Sobre el plano de Ja cultura, ellos servian con sus traducciones y sus comentarios,
1 Los dos libros que legarian a ser en breve Jos mayores séxitos de libreriar de ba époce,
Jos Adagios y el Enquiridion, de Erasmo, 0 era0 en el fondo mas que una manera de entregar a los
qifemporistcs, bajo las formas de las «miximasy antiguas, ua esbozo. de cfistianismo sin meta
fica y de ica sin dogmas, Ver Maison, Fraime, ple. 106 y siguientes, edicién Gallimard.
Paris, 1933.EL MUNDO SE HACE REDONDO 125
S ja causa de Ja burguesia; y mientras los banqueros socavaban el poder de la nobleza
comprindole los bienes, el.os liberaban las almas de los terrores y las pesadillas de Is
Iglesia. Pero como le burguesia también, los humanistas derenfan su avance allt donde
in burguesia no podré pasar jamas, Y ese otro aspecto, del humanismo —esencial para
nosotros porque le niege al humanismo burgués su pretensién a realizar la “totalidad”
del hombre— ¢s lo que vamos a ver ahora ances de terminar.
Sabido es que Ia burguesia tiene de caraceristica como clase social que 90 puede
avanzat sin sentirse trabada por las clases que explota. Para que crezca, se desarrolle y s¢
fiance, es menester que ejércitos enteros de obreros libres estén en condiciones de ven-
fletle Ig fuerza de trabajo. La disolucién del régimen feudal, evidente en el siglo XIV,
fanzé al mercado masas compactas de trabajadores. Al modo de exploracion feudal
fondado en el trabajo servil, la burguesia enfrentaba su modo de explocacién capitalisca
fondado en el trabsjo asalariado. Cambiaban, sin duda, las grandes figuras sobre el esce-
nario de Je historia, Pero las masas que sealizaban en el campo y en la ciudad las rateas
mnés humildes —el popolo minuto, y macho més el minutiximo— continuaban més 0
menos arrastrando la misma vida miserable, Bien sabemos que los grandes burgueses del
Renacimiento sabfen realizar, cuando Jo crefan oportuno, su adecuada demagogia: que
Cosme de Médicis, por ejemplo, no sélo se vestfa de paisado y bajaba al taller de sus
arcesanos, sino que cada vez que aplastaba a algin rival imponiéndole contribuciones ex:
tenvantes, deciay repea que n0 buscaba otra cose qué, “el bien de su pusblo”.' EL
pobie pueblo, sin embargo, contemplaba de lejos su opulencia insolent, y no participaba
para sada en los negocios de aquella “repiblice” curiosa en la cul, segin un dilculo
de 1494, sobre 90,000 habitantes s6lo contaban 3,200 ciudadanos.
El popolo minuto, por el cual tanto se “sacrificeban” los Cosmes y los Lorenzos —pa-
dres de Ia patria, era una pobre secua mansa o con furores ciegos, mantenida expro-
feso en sa eeguera de sigios y excluida en absoluro de los oficios piblicos y del derecho
de ciudad?
Idedlogos fieles de la gran burguesia, los humanistas no 3610 no se ineteseron. en
Jo mis minimo por la suerte de los trabajadores, sino que contribuyeron & mantener
tn ignorancia y prolongar su mansedambre
Sobre el frente antifeudal ya los hemos visto atacando'a la nobleza y a la Iglesia; ved
rmoslos abora reaccionando contra el pueblo y justificando a Ios ojos de los banqueroy
yy de los expecudadores, la explosacién inicua de las grandes masat, Para Marsilio Ficino!
al pueblo es como el pulpo: “animal con muchos pies y sin cabeza”. Para Guicciardini,
uien dice pueblo dice loco: chi disse 1m popolo disse veramente wn pazto, “monstruo
fleno de confusidn y errores, cuyas vanas opiniones estén can alejadas de Ja verdad
como la Espata de la India, segin Prolomeo”, Para Maffeo Vegio, los paisanos: n0
1 En El Principe que, como se sabe, esta dedicado a Lorenzo de Médicis, Maquiavelo acon
seja a los principes def fess al pueblo y visitar de cuando, en cuando |ss_asembless de los
guess. MACHIAVET, Le Prince, pisos 192, ttaduceién Girauder, editor Garnier, Paris, sin
fecha,
Ta Gebhoct, Les origines de la Rensitsance en lidie, pig. 101, sas hombres —dice Ma-
quiavelow que en las repiblicas ejercea un arte mecinico Ao estén, jamés en condiciones. de
TObetnar como. principes, porque nunca han sabido otra cosa que obedecer. Bs necesatio uo con:
Farin direcrion sino 4 los cludadanos que no ban obedecido sino a los'reyes y a las leyes, es deci.
a los que viven de sus rentas propias.» MACHIAVEL, Le Printe, pag. 201.126
participaban de Ja naturaleza humana sino mis bien de la del buey: om bomtinwy
species vestra, bovum magis est. a
Pedagogos de los hijos de banqueros, los humanistas vuelven las espaldas con des:
precio al bajo pueblo. Y ellos, los incrédulos.y los axcos, los que tantas veces s¢ mio-
faron de Ja religion y de li! Iglesia, aconsejan para el pueblo Ia ensefianza de las su-
persticiones.
Hace un rato escuchamos a Maquiavelo repudiar al cristianismo y clogiar “a los
estoicos, Con ligeras variantes sa exa la opinién de todo el humanismo, desde Pempo-
nazzi hasta Bruno y Campanella, Pero para todo el bumanismo también, la religion era
um instrumento necesario para mantener at pueblo en continencia. Enemigo: de la
Iplesia en cuanto no reconoce sus aspiraciones @ someter la burguesia, Maquiavelo Ia
saluda como aliada en cuanto ve en ella, y con razdn, un excelente instrumento para