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Mes Dionne y ie RAG ade: Cina Pia Alo Resanads ter lor dachoe De seed alodspneso on da. 21 el Caio Perl, pins asiatos on pas ‘deri y prvi de Hera quienes reproduscn sia a preceprieautrizacin opie, ented on pte, ua obi ra, sia etiicn ‘dao alge sipo de sopoe Tilo oi: Space of Capital Twd Critical Geosehy Publicado orinaliate por Eanbugh Univesity res, Led en 01 © Dwid Have 201, 1 acanes Aa. 2007 ra lenges Secor Forest 1 25160 Tres Caos, Madi - Espa TL: 918 05196 Fa 98 08 28 wenslalcon ISBN0- 8144020645, ISBN. 1: 578-54-4020646 Depiolegl: M. 45.2007 Ingres ca Coli, AL Males (Midd) ‘Espacios del capital Hacia una geografia critica David Harvey abel. ICES BIBLIOTECA {CHS} pauioTeca wan 2 Qué tipo de geografia para qué tipo de politica publica>* Pueden Jos ge6grafos contribuir de manera adecuada, significative y eficaz ala formacién de la politica publica? El general Pinochet es gedgralo de formacién,y en todos los sentidos esta in troduciendo con éxito la peografia en la politica piblice, Como presidente de Ja Juncamilinas que el LI de septiembre de 1973 depuso al gobierno elegido de Salva dor Allende, el general Pinochet desaprueba especididades académicas «subvers! vase como la sociologia, la politica y hasta la flosfia. Ha pedido que en las escue las y en las universidades chilenas se den «clases de patriotismo» y se sabe que ve con muy buenos ojos Ja ensefianza de la geografia; dicha materia es, dice. ideal para instruir al pueblo chileno en las virtudes del patriotismo y transmitirle el sentido de su verdadero destino histarco, Dado que el ejécito a asumido el pleno mando delas universidalesy frecuentemente supervisa la ensefanza en los colegios, parece que |a geopratia se convert’ en una materia muy significative en el sisteme educativo ctileno. El general Pinochet esti asimismo cambiando la geografia humana de Chile este tespecto hay un ejemplo claro. El sistema sanitario de Chile comprendia, des- de hace un tiempo, tres componeates claros: tos icos pagaban los servicios en un régimen de libre mercado»; las cases medias usaban la medicina hospitalari fi- nanciada por seguadorasprivades; mientras que las clases mas bas y los pobres {aproximadamente el 60 por 100 de la poblacén) recon atencién médica grat ta ex centros sanitazios comunitatios pagados por el Servicio Nacional de Salud (Navarro, 1974). Durante el gobiemo de Allende, se rasladaron recursos de los dos "Public por primera vex en Tramacions ofthe aint of Dich Geographers, 1978 39 Drimerosseores a los services de salud comunitarios, antes mal financiados y en ran medideolvidados. La geografia del sistema sanitario emper6 a transformarse ce un sistema centralzado, controlsdo por los proveedores y hospitalari, que atendia exclusivamente alas clases medias y alas, en un sistema de salud descentralizado, tifa contemporinea &sreionalsay slit (en genet yd esta ota no, plas: venue gran sent pal uaionaniento del Estado eorporative. De hecho, s fede sostener que est forma de humanismo es unt vetdadera ventas, Poms & Fancional que quienes trabajan para idea yaplcartéenicas de manipulacién, con rly ancudn desempefen su tart ceniendo de si miss una agen de benevo> Jencia, Cuando bace falta asimilara-una comunidad y desactivar v2 descontento, por ejemplo, esl tener alguien ue lo haga con una sonrisa ean serisinjsto para ls puntos postvos de fa radcin humanisay para el porencial de estudiososindividualsas pero creatives, rechazarios por considerarlos aaeeosfielimene asimilados por el Estado corporativo y rendidos a sus neces Je No eabe duda de que a tradicin de humanism creative, acsvo e intlectual cr andomernalmente esa al fusconamientn del Exado corporativo, Esta trad eos ineetual tabs, por puesto, con certs desventajss. La profesionalzacion dlls geopraiaylacapacidad de a profeson paarepimic asus proplosdsidntes sere barrera que debe superase, peo eta barrera no es irromible y de hecho a su rupnec lleva aneja una peculiar gloria, ¥ el Estado corporativo no puede per mitesesellar todas esas barrets, porque se encuentra atrapado en una posiién contradictoria: por una parte, necesita un sistema educatvo flexible y una fuerza de trabajo adaptable que cubra las cambiantes necsidades sociales, y por otra, no pue Ge tolera el libre incividualismo creativo (Gorz, 1973) Estas tensiones se han resuelto en parce mediante una estratageme sencilla, Si podemos aceptar que los «hechos» y los evalores» estén sepacados y son distintas entre i, y que los primeros son el tema del investigacin cientifica mientas que des segundcs son una mera opinién personal aubjetva), podemos superar la ten- sion mediante un impecable dispositive metodelégico. Sila geografia es una «cien cia» por consiguiene, se ocupa de hechos, moddlosyteoris abstractas, podemos 'slegar nuestro humanismo a la opinién personal que debe expresarse fuera de la seografa, no dentro de ella El avance que se doen la década de 1960 hacia una geo. szafia més «cientfica» fue congruente con la profesonalizacin y la necesidad de Producir una mercancia con técnicas y habilidades especiias. Pero tambin tuvo efecto mis profundo de resolver la tensin creciente ent la mentalidad Eich. mana necesra para nuestra adecuada adaptacion social y et humanismo al que cada vez tendiamos mas. Tal solucin pareciaestable en la década de 1960, pero no tanto hoy. Porque ls specialises citcos exponen l arifciosidad dela separacion entre hecho y valor, y demuestran que la aficmacign de que la cienca esta libre de ‘deologia es en sisuna afirmacién ideoligica. El debate sobre la importancia de la ‘ogralia no analizaba realmente la importancia (zquién ha oido hablar de una ac- tvidad humana irelevante?, sino para quién era importante nuestra investgacién ¥ por qué est investigacin hecha en nombre de la ciencia (que supuestamente de bia estar libre de ideologia) tenfa consecuencias aparentemente un poco sesgadas a favor del statu quo y dela clase dominante del Estado comporativo. En otras pala bras, a reflsin sobre nuestra prctica nos levaba a as preguntas que yo empece planteando: «¢Qué tipo de geografia?» «En qué tipo de politica piblica?m La obligacién moral de los ge6prafos : Para cambiar el mundo, tenemos primero que entenderlo. Para cambiar el mun. 'o, tenemos que crear nuevas pricticas humanas con respecto alas realidades que 10s rodean ¢Adénde nos leva esto? Vivmos en un Estado corporativo que eta jando su organizacién. Opera en nombre cl interés nacional. Pero si aceptamos «que el nico significado que se puede asignar ala vida y la existencia de un indivi. luo ¢s el que deriva de este interés nacional, nos falta poco para asumir la ideolo. fa del fascismo, El Estado corporativo es prototascita. Quzd esto explica por qué 48 los gobieenos «emocriticos» son tan amigos de regimenes abiertamente represivos 3 autortaios, y por qué el general Pinochet fue tan bien recibido. Marx adopts e! punto de vista de que para la humanidad habia dos posibles es- tados futuros: el comunismo o la barbarie. Necesitamos aclarar urgentemente qué «queremos decir con estos términos. Con el primero no hacemos referencia cierta- mente alo que ocurre en Rusia, Polonia oincltso Cuba y China, Por el segundo no hacemos referencia a la vuelta al Neolitico, Cree que en un fururo (tal vez no muy Icjano) habra que optar entre un «Estado incorpotado» que refleje las necesidades creativas de personas que luchan por controlar las condiciones sociales de su pro- pia existencia de una forma esencialmente humana (qve es lo que Mars queria de cic con la expresion «dictadura del proletariado») y un Estado corporative que dé instrucciones desde arciba en interés del capitalism financiero (las naciones capi talisas avanzadas) o de la burocracia del partido (Rusia y Evropa Oriental) E] Es tado corporativo parece ser la forma transtoria hacia la barbasie del 1984 orwellia- no, y el Estado incorporado la forma transtoria hacia el comunismo, El Estado corporativo esta ascendiendo y su sustitucién por el Estado incorporado exige una corganizacién bastante masiva, con control de los trabajadores y control de la co munidad, slo dos pequetios pasos en una senda larga y tortuosa Es, por supuesto, tarea del pensamiento citico y reflexivo entender nuestra con dicién y revelar qué potencialidad de futuro inminente hay en el presente. Como sgeégrafes, podemos realizar ciertas contribuciones limitadas; en cuanto académicos ccintelectuales que abarcamos sintéticamente una amplia gama de cuestiones, tene- ‘mos mucho mas que aportar. Vivimos en un Estado corporativo, necesitamos ta bajo y-tenemos que conformaros en cierta medida, meramente pata sobrevivic. Pero somos intligentes y podemos vivir de nuestro ingenio; podemos intentar sub: vertir desde el interior los valores del Estado corporativo. De hecho, as univers: dades proporcionan una base de resistencia bastante fuerte; la tradicin esencial: ‘mente retr6grada del estudio creativo libre enfrenta al académico contra el Estado corporativo en igual medida que la tradicién progresista que busca medios para evadir el poder de dicho Estado, Para empezar, nos topamos con la tradicidn de ra cismo,etnocentrismo y paternalismo condescendiente ~un residuo de la era impe- rial-que hay que expurgar de nuestros libros de texto, Esté la tarea de elaborar una bibliografia verdaderamente humanista que eche abajo los dualismos artficiales (casi esquizofrénicos) entre hecho y valor, sujeto y objeto, hombre y naturaleza, y la conservacién de recursos tie nen que enfrentarse o cudir a fuertes poderes comunitarios si quieren avanzar lo ‘mas minimo en las polticas que preconizan, El intento de aumentar la equiparaci6n del bienestar mediante la reorganizacién espacial se enfrenta a formidables obstéct- Jos localists. Pero el partcularismo militate no es inberentemente conservidor. Hay muchos casos que demuestran que no siempre ni necesariamente es asi. Los :movimientos milicianos o neofascistas dela derecha (una forma fascinante de pol ticainsurgene), el movimiento hacia el comunalismo religioso, la formas acivas de particulaisoo militante que conducen «la violencia intercomunal y «la limpieza 207 ‘ania, iustran e6mo les formas insurgentes dela politica pueden conectar con mo: siementos de base. Aunque ess ejemplos podran tacharse de reaccionaris, fix cuierda también dispone de su propio pantesn de ejemplos (la Comuna de Pats, el atagque al Palacio de Invierno en San Petersburgo, etcétera). Estas pruebas sugieren ucla politica insurgentey tansformadora se meaclaconstantemente con las movl- aaciones locales, Entender emo se consteuyen os pueden construir las solidaridades locales y las cohesiones politica (en espesial en ls indiscplinados escenarios urbe 103 de hoy) es esencial pare penser eémo podrien bacerse realidad ls propuestas de canbio social especialmente las que emanan de circus ideolgivos, politicos inte alles. Todos los movimientos politics tienen que enfrentarse de alguna manera, por Jo tanto, ala cuestidn de clocalidad y «comunidads. Y en algunos cases, oma eb recutso al comunitarismo (0 incluso a una forma de comunalismo inspirada por ere- encias religiosas 0 ecoldgicas), dichos conceptos se han vuelto mas fundacionales «que instrumertalesen la bisqueda de formas altemativas de cambio social. Anticw lar el lugar y evaluar la importancia del particalarismo miitante la reunjéw de in- dividuos en patrones de solidaridad locales dentro de un marco politico mas am- plio se converte, como han sefalado muckos observadores, en una tatea crucial para a teora a prdctica urbanas. La «comunidad» debe, sin embargo, considerarse como un proceso de reunién, no ‘como un objeto, Es por consiguiente importante entender los procesos que producen, sostienen y disuelven los patrones contingents de soidaridad que radcan en la base fest eobjer» que denominamos «somunidad>, Pero es también importante reco nocer las cualdades «objetuale» de ly que se crea La dislétca dela relacén «pro, ceso-objeto» ivéase Harvey, 1996, capirulo 2) se pasa por alty 0 se olvida con dema- sada frecuencia en los estudios urbans, Merece cuidadosa arencién el modo exacto en que ua estructura de algo thmado comunidad se precipita fuera del proceso o> cial. Se da, por ejemplo, la lucha tangible para definir sus limites y su alcance (a veces, incluso sarersicoi espeifco y sus norms condicionamientos pata la paticipaién y la perenendia (tan cruciales para a formacin de idemidad). auch social por creat ¥y vostener sus instcuciones (mediante redes sociales y fuerzas colectivas como as ig sis y otras instituciones religiosas, los sindicatos, las organizaciones vecinales, los go- biraos locals, similares) es « menud implacable. Tals luchas modan simulne amente lt comunidad, la percepcin de cul es la forma de vivir adecuads, y las idenidades de quienes se encuentran derzo de su esfere de ifencia Precsamente dentro de estas luchas debemos buscar indicios y posibilidades de formas insurgentes de cambio yl intento de aleanzar una justia social y medioambienta Pero la reconstruccion y le scimaginaci de a «comunidad» slo funcionan en lrecciones més generales si conectan y se integean e0 una police de base mis am- 208 joneia pli que seeniemte de una manera u ota la siuacién imperante. La cistlizacion cde una forma rlativamente permanente y coherente de organizaciSn loca, aunque insuficiente,es una condicion necesaria para acciones politicas més amplias. Essig nifica que deben establecerse sistemas de autoridad, formacién de consensoy «te ‘las de pertenencia», y que éstos se vuelven inevitablemente excluyentes en ciettos aspectos eincluso control ls procesos sociales que cimentaron en un principio las, solidaridades. La dialérica entre un fj libre de procesos implicados en la imag naci6a y ena construceién de algo denominado «comunidad», por un lado yl per: ‘manencia impasible de una presencia politica insttucionaliada, por oto, radica en el conttadctorio nielen de aquelloen lo que se basa el particulaismo militant Esto apunta a una conclusién singular e importante: aunque la comunidad een si misma» tiene significado como parte de una politica mis amplia, la comunidad «para si misima» degenera cas invariablemente en exclusionesy fragmentaciones regress Eris enconees el peligeo de que el objeto instucionalizado que denominames co ‘munidad sofoque los process vivos que la hicieron nacer Las organzaciones de com anidad pueden volverse hyecas en el micleo y susceptibles de experimentar un colapso ‘facil y casi instantineo cuando son puestas en tela de juicio, o de ser ficilmente mani- pulades por fuerees politioes extemus. Para funcionar como agentes ee cambio signi ficativos, por lo tanto, dichos movimientos deben mantenerse fuersemente alimenta- dos por procesos de fornacién y seafiemacién de la solidaridad. Pero uno de fos principales medios por los que una comunidad puede mantenerse viva para sus partes ‘constinutivas y resistr el efecto mortal de convertirse en algo «(para sf mismios es estat integrada en procesos més amplias de cambio social. Los movimiento particulars ailigantes debenalargarse en cl espacio y eno tempo para formar process paltco ‘econémicos més amplos como las aociaciones de propictatios de cass, insertarse en un proceso de cambio histric-geogrifco mis inteprado y de base mis amplia. El particulatismo militant y la solidaridades locales deben entenderse, por lo tanto, ‘como mediadores cruciales entre cada persona y una politica més general, Su vitlidad influencia depende crucialmente de cémo desempefien esa funcién mediadora, En- tender su emplazamiento de esta manera, localiza su importancia en funcin de las se aciones establecidas hacia dentro con los individuos que las componen y hacia fuera on el mundo mas amplio de la politics econémica La dialéctica de fa particularidad y fa universalidad onsidérese primeramente [a relacin daléctca entre los movimientos de base y Jos procesos sociales més generale. El problema critico de la enorme gama exten te de uchas localizacas y particularstas es crascender la particularidad y alcanzar 209 ‘una concepcién mis global, si no universal, de la politica. Para los movimientos de ‘posicién (opuestos a aquellos fandamentalmente dedicados a reforcar la situacion existente esto significa definir una aternativaaexe sistema social que es la fuente de sis difcultades. Los movimicntos de base s6lo adquieren interés para el teérico 0 el partdario del cambio social en la medida en que trasciendan a dichas particulatida- ces, Luegoes importante entender cémo se puede dat esa trascendencia Hay mucho que aprender a este respecto del estudio del registro histérico y geo Brifico de los movimientos de base en general y de los movimientos sociales urba os en particular, asi como de las declaraciones sintéticas a las que Llepan estudio. ses como Raymond Williams (que acuié la expresién «particulrismo militante> y ayudé mucho a desentrafar su problematic) o Manu Castells, Pero yo busco una forma mis general y e6rica de situar el problema La dialética es aqui tii. Enseia que siempre existe la unversalidad en relacion on Is partcularidad: no pueden separarse una de la otra aunque sean momentos dicinivos de nuestas operaciones conceptuaes y de nuestros compromisos pric ticos. La idea de justcia social, por ejemplo, adquiere universalidad mediante un proceso de abstracciin de ejemplos y cizcunstancias particulares; pero, una vez esublecida como principio o nomna aceptados, vuelve a hacerse particular al ac. tulizarse mediante acciones particulares en circunstancias particulares, Pero la or auestacin de este'proceso depende de instituciones mediadoras (por elemplo, la lengua, ls leyes y las costumbres en terrtoris dados y entre grupos sociales espe cifico), Esta instituciones mediadoras «traducen» entre particularidades y univer sales, y (como el Tribunal Supremo estadounidense) se convierten en guardiaies de losprinipios universes y drbitos de su aplicaion. También se convierven en cen tr0s de poder por derecho propio, Es, en general a estructura establecida bajo el capitalsmo, en [a que el Estado y todas sus insttuciones son fundamentals como «comitésejecutivoso de los interesessistémicos del captalismo, El capitalismo esté repleto de mecanismos pata pasar de a forma particular lincluso personal) ala uni- versal y vieeversa de un modo dinimico eiteativo. Histéricamente, por supuesto, l principal mediador ha sido el Estado-nacién y todas sus instituciones, incluidas as que gestionan la circulacién del dinero, Y, como ya he indicado, la comunidad y los movimientos de base también desempefan esa funcién mediadors, Peo esa l- nea de andisis apunta una coactusién singular. Ningiin orden social puede evadir Ja cuestin de los universales, Le eitica «radical» contemporanea al universalismo ‘sti tristemente extraviads, Deberia centrarse, por el coatraro, en ls instcuciones de poder espeificas que traducen entre pariculatidad y universalidad, en lugar de stacar al universalism en si, Claramente, dichas insttuciones favorecen ciertas par. ticularidades (como los derechos de fos propietarios de los medios de produccién) sobre otras (como los derechos de los productores directos)y promueven un tipo 210 5 especifico de universal. Pero existe otra dificultad. El movimiento de la particular dad a Ja universalidad implica una «traduccién» de lo concreto a Jo abstracto. Dado uel abstraccién conleva una violencia, siempre exiseen politics una rensin en- tre la particularidad y b universaldad, Puede consderarse una tersin creatva 0 mis a menudo, una fuerza destructiva e inmovilizadora en la que instituciones me- diadoras inflexibles acaban dominando las particularidades en nombre de un prin- cipio universal Pero siempre existe una tensidn creativa dentro de la dialéctica de particulari- daduniversalidad que es fc reprimir, en especial bajo un sistema social como el capitalismo, que exige el cambio como condicién para su propia supervivencia, En tales condiciones, as insttuciones mediadoras no pueden permitise la osficaci, Lo que emerge es una configuracién dptima de permanencia sufciene de las for ‘mas institucionales y espaciales (por ejemplo, gobernacién urbana e infraestructu: rasfiscas) para proporcionar seguridad y continuidad, unidas « una negociacin di nica entee las partiularidadesy los universles para obligar a las insttuciones mediadoras y a sus estructuras espaciales asociadas a ser lo mas abiertas posible. A vveces, el capitalismo he funcionado de esa manera (considérese, por ejemplo, de qué manera se reinterpreta la ley para afrontar nuevas condiciones socioeconémi cas y obmo se han construido las nuevas estructuas espaciales y espacialidades) Cualquier alternativa, para tener éxito, debe seguir el ejemplo del capitalismo a este respecte, Debe encontrar formas de negociar entre la seguridad transmitida por las instituciones y ls formas espacales fijs, por un lado, y la necesidad de ser abierto y flexible en relacién con las nuevas posibilidades socio espaciales, por otro. Ese proceso exige que los movimientos de base sean parte integrante de cualquier proceso de negociacién de fururas trayectorias de desarrollo, Sin ellos, los univer- sales se mantendein vacios y remoros en el mejor de los casos, y se convertiin en imposicdn autoritariaen el peor Permitr que funcione la daléctica entre las bases y ls autridades mediaoras se convierte en una esrategia fundamental para bus car el cambio social de :ualquier tipo (inchuido el exigido para mantener en movi miento Ja dinémica capitalist). Si no existieran los movimientos de base, las es tucturas de poder de orden mas elevado tendrian que inventarlos, darles forma e implantarlos (como a menudo ha ocurrido cuando los partidos politicos crearon or- ‘ganizaciones de vecinos 0 las instituciones religiosas colonizaron espacios median. te las conversiones y laformacién de congregaciones). La dialéctica entre particu lasidad y universalidad es un vago pretexto para las relaciones entre diferentes fuentes de pode: locales y mis generals. Ya menudo es unt relcin sesgada la «que contemplamos, en el sentido de que el poder no esté necesariamente distribu do de manera uniforme en las diferentes escalas. La politica de base se convierte en centro de interés cuando empieza a asumir sus propias competenicias (mediante su 21 Prepio exfuerz0 0, como en ls actuaescircunstancias, ms por defeco} en lugar de simplemente devivarla instrumentalmente de un poder de orden mis elevado, ‘como el Estado-nacién, Instituciones y mediaciones ‘La cxacién de insticuciones que puedan mediar la dialéctica entre particular dad y universalidad es, por consiguiente, de importancia fundamental. Muchas de ‘tas insttuciones se convierten en centros de formacién del discurso dominante sxdemis de centos pare el ejercicio del poder. En fas reas metropolitanas, las of cinas deecoromia, ls comisiones presupuestaras, la comisiones de redes varias y ‘ransportes, los departamentos de obras pablias, une amplia gama de organizacio res no gubemamentales y cfvicas, asi como individues paderosos con intereses par ticulares, paticipan activamente en el gobiemo ucbano y operan en efecto coma mediadores entre los intereses particulares localizados y las relaciones sociales y po- Itico-econdmicas mundiales. A menudo tales instituciones se organizn tersitrilmente y definen una esera de acciin en una excala espacial determinada, Las instituciones intermedias toman, sormalmente el paricularismo miltante activo en el nivel de base local y lo usan 0 io radscen, taco eéricamente como en o eferente ala accién material, para cons tru un orden espacial fatible que faite Gertos procesos sociales que operaa en ana escila espacial muy distina (por elemplo, la dela metr6polis en su toalidad) el proceso, formulan necesariamente prinipios universales (ales como la oni 5caci6n juidicamente vinculante y los contoles del uso de terenos 0, de manera més informal, las politicas de crecimiento inteligente, las filosofias en pro de la alianza sector pablico/sectorprivada oe empeesarslsmo urbano} como guts para ia accién, Es necesatio tomar decisiones, por supuesto, y la autoridlad y el poder ar bitrarios estén invariablemente implicados en el proceso. Los principio universales (de, pengamos, planeamiento y control urbano y de organizecién de los vecinds- rios} pueden imponerse desde arriba. Sila organizacién en la base esté fragmentada, ‘mal articulada y parcialmente instrumentalizada por un poder superior, ese poder no tiene dificultades para imponerse, Pero existe entonces el peligro de vaciar de con- tenidolas nsiuciones locales, por la desapasiién gradual de los procesos de frma- cién de solidaridad en su base. ‘inguna instuciin medida, sin embargo, surge de a nada o st stad fuera del dalécica proceso abjec de! provso soca considerado en sutoulidad. En con Jo qu idenificaros on capa de insituciones mediadora, a menudo orge nizadas en una jerarquia aproximada, que openm como centros de transmisi6n a raves 212 ' eos cuales fayen desgualmente ls procesos sociales. Los gobiemos metropolitnes, que operan en una compleja relacién de movimientos de base, por eemplo, pueden ver: se obigados acompetir coonémicamente entre porimversioneso por el apoyo de una autoridad mas clevada tales como el Estado-nacén u organsmos intemacionaes como Banco Mundial o la Unin Europea). El gobiemo metropolitano «se precipita hacia fuera» como capa instiracional especfcacaraterizad por las formas de onganiacn corporatvasy [os modos de condita empresariales. Puede entonces actuar predomi nantemente como mediador para imponer a los movimientos de base una lipica deri- vada, pongamos, de la globalizacién competitiva. Que éste haya sido predominantemen: teal casoen tiempos recientes no significa, sin embargo, que el gobiemo metropolitano no pueda organizarse también como fuerea opestor, no acatadora, en relacén con, digamos, ls fuerzas del mercado neolberales. Puede serve de aprotescor> de las loca- lidades frente a Jos estragos de! asoliberalsmy 0, en cass como el de Porto Alegre (véase Abers, 1998), converte en semileo activo de atemativas de base. Se deducen entonces dos conclusiones. La primera, ue el contexto en el que se han de estudiar los movimientos sociales locales esté creado por una fluida pero al- ‘tamente compleja interaccién entre procesos e instituciones que operan en una va- riedad de escalas espaciales muy diferentes (tales como la nacional, a regional, la metropolitana y la local). Si, como creo gue es caso, contamos con uf conoci- rmiento muy pobre de cémo funcionan las relaciones los procesos en esas escalas diferentes, clo sigoifia que tenemos un contexto muy pobre en el que stuar nues- tro conocitniento y nuestra interpreacin de la dindmica de los movimiento mi antes particularistas. Existe entonces el peligro de que éstas sean fetichizados como forma de salvacién politica o rechazados por carecer totalmente de impor tancia en relacién con poderes e influencias que operan en una escala totalmente di- ferente (por eiemplo, nacional planetarial. En segundo lugar, dado que todos los principios univesales se flan por estas miikiplesesclas y capas de discurss ins- Titucioalizados, la dialctica dela univesaldad y la paricularidad puede volverse refractaria, distorsionads o incluso completamente opaca, Estas dos conclusiones dificilmente resultan agombrosas en si, pero lo sorprendente es con qué facilidad se deja de persar en cllas en nuestros marcos analiticos La formulacién de principios universales ~como la justicia socal y mecioam biental-esen consecuencia tensa yfrecventemente impugnada (como l6gicamente se deberia esperar) pero aduciendo fundamentos que no siempre se entienden bien Esta condicién se refleja frecuentemente en discusiones que se dan depo dela eo +e del planeamienco asi como dentro de la extraordinatia diversidad de formula cones disponibles en teferencia ala funcin de los movimientos socials en la vida urbana. Nuevamente, no podemos esperar resumit, mucho menos resolver, 60s, conflitos aqui. Pero hay une difeultad especial a fa que si quiero prestar cera 23 aenciGn, Hace referencia a cémo se pueden introdci los miikipes particulars ‘mos miltantesen una especie de relacién constructive mutua. Las traducciones La heterogeneidad fragmentada de los movimientos de base requere un lenguaje comin, un dscurso poltizado y coberente, sino quiere anexarse a un movimiento smisamplio de impacto més universal. Por supuesto, tees el émbito ene que, como ‘Foucault ha sefialado repetidamente, normalmente los discursos de poder, vinculados 4 insttucones mediadoras especticas (como el uparao estate o, de modo mis in- formal, dent del mundo de fa educacin, de Ia rlipin, de la produecién de o- nocimients y de los medios de comunicaciéa) desempefian su funcién abrumado- ramente disciplinaria y autoritaria, La hegemonia se convierte en el centro de la lucha politica. Imponer concepciones del mundo y asi limitar la capacidad para constr alternatives siempre una atea fundamental de as insttuciones de poder dominantes (considérese cusinto y can qué profundidad ha penetrado la ideologfa delindividualismo y el liberalismo del libre mercado en tiempos recientes) ‘Mas para que lak alianzas de base se conviertan en fuerze politica altrnativa (como hacen periédicamente), hay que afroncar ef problema de cémo construir un discurso hegeménico alernativo a partir de milples particularismos miltantes.E] dictador benévolo que desea adquiric un aura minima de leitimidad y consent- miento debe igualmente negociar un lengugje mediante el cual gobemnar porque, como advierte Italo Calvino, el tinico medio de comunicacién que ningin empera-

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