Querido recuerdo doloroso: Te saludo con respeto porque fuiste mi maestro hace mucho. Me enseaste a ser fuerte, a tener sentido de mi propia dignidad y a hacer una lista de mis NO-NEGOCIABLES. Me acuerdo que en aqul momento cuando eras parte de mi presente, tom un lapicero y me decid a tener una conversacin que me daba miedo. Era conmigo misma. Entonces supe que vos eras tan slo una parte de lo que me suceda. La otra parte ocurra dentro de m. Tu presencia hizo fiesta con mis inseguridades, mis complejos y mis miedos. Entonces, entend eso que vuelvo a repetir: una parte de dolor me lo generabas vos, y otra parte me la generaba yo misma. Con esto claro, me sent con mi Ministro de Asuntos Internos y decidimos hacer una gran lista de dos puntos: No se negocia la dignidad. No se negocia el amor propio. Hecho este documento trascendental, te lo entregu a vos para notificarte que terminbamos. Entonces pasaste a ser un recuerdo doloroso. Pasados los aos, de nuevo me he reunido con mi Ministro de Asuntos Internos y decidimos comunicarte oficialmente que: No te daremos ms poder para que sigs martillando mi mente. Tiro a la chatarrera el martillo. Tampoco te daremos ningn lugar de privilegio en el ampo de Situaciones que ya pasaron y me causaron dolor. Pass a ser un anexo de consulta libre, es decir, cuando sea estrictamente necesario ponerte de ejemplo para contarle a otros que la basura hay que botarla al basurero, te sacar del ampo. Si no, no tendr sentido. Mi Ministro y yo hemos firmado un acuerdo con la libertad. Hicimos una fiesta enorme que jams terminar. Si empec esta carta con un Querido recuerdo doloroso, te notifico que cuando te saque del ampo para lo que ya te cont, te llamar Leccin
de vida que me hizo ms fuerte. As no seremos enemigos, ya no ms
poder, ya no ms. Me despido de vos, antes de meterte en mi ampo, Yo, ms fuerte que ayer.