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AN fe uly Renee be ieker y i Los autores ponen a disposicién de las personas de habla castellana este texto que se caracteriza, como consecuencia de la experiencia de muchos ahos de docencia, investigacion y practica hidrogeoldgica, por su caracter didactico. Esta escrito en lenguaje Paral Merete Mine) a MM EN) eee ele ie Ta teed eered rer) ) Cor tedricos. Es un libro especialmente indicado para alumnos de licenciaturas e ingenierias y para los titulados que se inician en el estu- dio del agua en la naturaleza. A lo largo del texto, estructurado en cinco capitulos, se aborda el estudio de la fase externa del ciclo hidrolégico, el comportamiento del agua en el subsuelo -tanto en la zona saturada como en la no saturada- los procesos que condicionan la calidad quimica de las aguas naturales y su contaminacién como consecuencia de las actividades humanas. Finalmente se explican algunos métodos utiles para el tratamiento de datos hidrogeoldgicos. Pedro Emilio Martinez Alfaro es Doctor en Geologia Econémica y Catedratico de Hidrogeologia en la Facultad de Ciencias Geoldogicas de la Universidad Complutense desde 1991. Silvino Castaho Castano es Doctor en Ciencias Geoldgicas. Tras haber trabajado en temas hidrogeoldgicos durante mas de veinte anos en la empresa privada, pertenece actualmente a la Escala de Investigadores del Instituto Geoldgico y Minero de Espana. Pedro Martinez Santos es Ingeniero Civil y Masters of Technology Management por la University of New South Wales de Sydney (Australia). Actualmente desarrolla su actividad investigadora en la Universidad Complutense de Madrid. Pedro E. MARTINEZ ALFARO Pedro MARTINEZ SANTOS Silvino CASTANO CASTANO Fundamentos de Hidrogeologia Ediciones Mundi-Prensa Madrid ¢ Barcelona * México 2006 — Grupo Mundi-Prensa. — + Mundi-Prensa Libros, s. a. Castalié, 37 - 28001 Madrid Tol, 914 36 37 00 - Fax 915 75 39 98 E-mail ibroria@rmundiprensa.es + Internet: www.mundiprensa.com + Mundi-Pronsa Barcelona * Editorial Aedos, s. a. Consol! de Cent, 391 - 08009 Barcelona Tel. 934 86 34 92 - Fax 934 87 76 59 E-mail: barcelona@ mundiprensa.es rensa México, s. a. de C. V. inuco, 141 - Col, Cuauhiémoe (08500 México, D. F. Tol. 00 625 55 593 56 58 - Fax 00 525 55 514 67 99, E-mail: mundiprensa@mundiprensa.com.mx © 2005, Pedro B. Martinez Alfaro Pedro Mattinez Santos Silyino Castaie Castatio © 2005, Ediciones Mundi-Prensa Depésito legal: M. 47.044-2005, ISBN: 84-8476-239-4 [No se permite la reptodeeidn total o parcial de este fibro ni el almacenamiento cch'un sistema informético, ni ke transmisiOn de cualquier forma 0 cualquier me~ do, cleetrsnico, mecdnico, fotocopia, registo u o1ros medios sin el permiso pre: vio y por escrito de los ttulares del Copyright IMPRESO EN ESPANA - PRINTED IN SPAIN ‘Artes Graficas Cuesta, S, A. ~ Sesefia, 13 - 28024 Madrid | | INDICE Presentacién Capitulo 1. El agua en la Naturaleza Contenido general del capitulo 1.1. Distribucisn del agua en la Naturaleza 1.2. Movimiento del agua en la Naturaleza .. 1.3, Bl balance hidrolégico : La. ificacién de las componentes del balance hidrolégico . La precipitacion . 14.1.1. Medida de la precipitacién 1.4.1.2, Validacién de los datos y obtencién de series de Precipiiacion| ete 1.4.1.3. Determinacién de secuencias de afios secos y hi- medos . 1.4.1.4. Caileulo del yolumen de agua precipitado sobre una cuenca La evapotranspiracion oe eee 1.4.2.1, Contenido de agua en el suelo 1.4.2.2, Caileulo de la evapotranspiracién 1.4.3. La escorrentia eee oo 1.43.1. El hidrograma y sus caracteristicas 1.4.3.2. Caracterizacién del régimen de un rio Capitulo 2. El agua en las rocas . Contenido general de! capitulo . pub sbensocca. 2.1. Clasificacion de las rocas desde el punto de vista hidrogeol6gico 2.2. Tipos de acufferos ...... Genpanbocaneecanacs 2.3, Energia del agua en los acuiferos 2.4. Pardémetros que definen a una roca como acuifero 2.4.1, Capacidad de una roca para almacenar agua : 2.4.1.1. Coeficiente de almacenamiento en los acufferos li- b . a Coeficiente de almacenamiento en acufferos confi. nados y semiconfinados . . = 15 | 17 ee 24 24 38 44 45 47 59 59 65 5B 75 75 79 81 81 81 86 2.4.2. El movimiento del agua a través de las rocas . . s 89 Homogeneidad y heterogeneidad, isotropia y anisotropfa. ....-... 91 Generalizacién de la Ley de Darey . . feces L983 EI agua en la zona no saturada a of 27.1. La energia del agua en la zona no saturada eves 95: 2.7.2. El flujo del agua en ja zona no saturada i +. 100 Capitulo 3. La ecuacién general de flujo subter neo y su resolucién .. 103 Contenido general del capitulo... a . : wee 105 3.1. La ecuacién sonera de del fh te en régimen transitorio y en régimen p manente ... wee. 105 3.2, La resolucion de la ecuacién general del flujo... veers s 108 3.2.1. Resolucién grafica de la ecuacién general de flujo, ...... 109 3.2.1.1, Detinicién de red de flujo... .. . 109 3.2.12, Obtencién de una red de flujo en un medio homo- géneo e isstropo : 112 3.2.1.3. Redes de flujo en medios heterogéneos y anis6tro- pos... aan A 4 Transformacion de un medio heterogéneo y anisé- tropo en un medio homogéneo y anisstropo 116 Transformacién de un medio homogéneo y anis6- tropo en un medio homogéneo e is6tropo 120 3.2.2. Soluciones analiticas de la ecuacién general del flujo ..... 122 3.2.2.1. Acuffero confinado en régimen permanente. Ecua- cidn de Thiem (1906) bon noa0e 125 Acuifero semiconfinado en régimen permanente, Ecuacién de De Glee (1930) ....... + 128 Acutfero libre en régimen permanente. Bewacidn de Dupuit (1863)... vee 131 Acuifero confinado en régimen transitorio. E cidn de Theis (1935) ...... 134 3.2.2.5. Acuffero confinado en régimen transitorio. Ecua- cién de Cooper y Jacob (1946) .....- 138 3.2.2.6. Acuifero semiconfinado en régimen transitorio. Ecuacién de Hantush (1964) .......... 140 3.2.2.7. Acuffero libre en régimen transitorio, Ecuacién de Neuman (1975) wee 144 3.2.2.8. Ensayos de bombeo en poz0 tinico: los «slug test» 146 3.2.2.8.1. Método de Hvorslev (1951) ....-... 147 3.2.2.8.2. Método de Cooper-Bredehoeft— Papa dopulos (1967) .... 6.45 150 3.22.83. Método de Bouwer y Rice (1976) y Bouwer (1989) 151 3.2.2.9. Interferencia de pozos ...... 04.4.5 , is C pitulo 4. Quimica y contamin: 3.2.2.10. Ensayos de recuperacion 3.2.2.1]. Pozos en acuiferos limitados 3.2.3. Resolucién de la ecuacién general del flujo por métodos nu- méricos j6n de las aguas en el subsuelo . Contenido general del capitulo . 4A 42. 43. 44, 4S. 4.6, 47. 48. 4.10. Propiedades fisico-quimicas de la molécula de agua Medida de los elementos disueltos en el agua EL andlisis fisico-quimico . . Utilidad y manejo de los resultados de los andlisis fisico- quimicos Evolucién del quimismo de las aguas subterréneas en Ja naturaleza Leyes y factores que © regulan el contenido quimico de las aguas sub- terraneas |. is 4.6.2. El producto de solubilidad 4.6.3. Efecto del ion comtin 4.6.4, Energia libre de los elementos quie intervienen en las reac. ciones . 4.6.5. El potencial redox 4.6.6. Hidrdlisis ...,. pocenoonouceanac 4.6.7. Intercambio iénico Is6topos ambientales en Hidrogeologta 4.7.1, Is6topos estables 4.7.1.1, Is6topos estables del Oxigeno y del Hidségeno 4.7.1.2. Is6topos estables del Carbono 4.7.2. Isétopos ambientales radiactivos en las aguas naturales La contaminacién de las aguas subterrineas 4.8.1. Concepto y peculiaridades de la contaminacién de las aguas subterrdneas v2... : 4.8.2. Bl transporte de masa de contaminantes en los acuifer0s 4.8.3, La ecuacidn general del transporte de masa. 4.8.4, Reacciones bab poon one 4.8.4.1, Reacciones de sorei6n . . . 48.4.2. Reacciones de desintegracién radiactiva . 4.8.4.3. Reacciones de biodegradaci6n : 4.8.5. Resolucién de la ecuacién general del transporte Transporte de masa en la zona no saturada Contaminacién de acufferos por fases Hiquidas no miscibles con el agua (NAPL) 4.10.1. Conceptos y definiciones . 4.10.2. Comportamiento en el subsuelo dou una L NAPL. 4.10.3. Comportamiento en el subsuclo de una DNAPL, 154 155 157 163 165, 165 166 168 174 180. 182 182 183 184 184. 185 187 188 190 190, 190 192 192 195 es) 199 202 202 202 207 207 208 209 211 2u) ao 214 9 Capitulo 5. Caracterizacién de acuiferos y tratamiento de datos hidro- eclogite Contenido general del capitulo 5.1. Identificacién de unidades acufferas 5.2. Inventario de puntos de agua... ... 5.3. Elaboracion de datos hidrogeolégicos 5.3.1, Geometria de las unidades hidrogeolégicas. Condiciones en jos limites Modelo conceptual de flujo . Calidad quimica de las aguas subterrdneas y sus usos ; poten- ciales ‘Tratamiento estadistico de datos hidrogeolbgicos 5.3.4.1. Caracteristicas exigibles a una muestra ¢ ident cidn de la poblaci6n a la que representa Comparacién de muestras Relacién entre poblaciones . 5.4. Valor socioeconémico de las aguas subterrdneas 5.4.1. Uso intensivo de las aguas sublerraneas 5.4.2, Beneficios y problemas asociados al uso intensivo del agua subterranea . a 5.4.3, Cileulo del coste del m* de agua subterrinea . Fuentes de informa Anexos 217 219 219 220 223 223 227 239 240 244 247 248 260 260 261 263 269 ea PRESENTACION Cuentan de un viejo profesor que cada afio comenzaba sus clases la trayectoria docente pasa por tres etapas claramente diferenciadas: diciendo que En la primera etapa, de més energia e ilusién que experiencia, identificaba al pro- fesor con Sancho el Fuerte. En la segunda, de plenitud del conocimiento, con Sancho el Grande; y en la tltima, en la que la experiencia y el sentido comiin estén a la par de la ciencia, con Sancho Panza. Yo, personalmente, ya estoy en esta tiltima etapa, E] segundo de los autores, Pedro, formado en la New South Wales University de Sydney (Australia), con un inglés envidiable, con dominio pleno de la informé- tica, capaz de trabajar 25 horas diarias (se levanta una hora antes) y ciudadano del mundo, es, actualmente, Sancho el Fuerte. El se ha encargado de elaborar todos los problemas y los grificos de este libro, de corregir los originales y de animarme y empujarme continuamente a escribir la parte que me ha correspondido a my. El tercer autor, Silvino, Investigador del Instituto Geol6gico y Minero de Es- pafla, es amante del estudio, de la Geologia de campo y de la fotografia cientifica (tiene un don especial a la hora de elegir los «encuadres»). El ha revisado el texto y las figuras originales «matizando y precisando» conceptos. Esté claramente en Ja plenitud det conocimiento: es Sancho el Grande, Entre los tres hemos preparado estos Fundamentos de Hidrogeologia, que tni- amente pretenden hacer més fécil al estudiante castellano parlante su introduc- ci6n al mundo de las aguas subterréneas. Nos hemos esforzado, en la medida de Jo posible, en definir con claridad y sencillez los conceptos, acompaisindolos con ejemplos que ayuden a su comprensién. Este no es un libro para especialistas en Hidrogeologfa. Queremos hacer un modesto homenaje a los pioneros de esta ciencia que, a partir de que Henry Darcy (1856) enunciara su ley, definieron por primera vez. los Conceptos que aqui se exponen, En la medida de lo posible hemos preferido citar los trabajos originales de estos autores como recuerdo dedicado a ellos. Nos han sido muy ttiles, en este sentido, los trabajos de Freeze y Back (1983) y Back y Freeze (1983). También queremos tener un recuerdo agradecido a Alberto Benftez (1972) que escribi6 el primer libro de Hidrogeologfa en castellano con criterios modernos, y muy especialmente a todos los autores del tratado Hidrologia Subterrdnea (1976 NW y 1983). Con su ayuda nos hemos formado la inmensa mayoria de los hidroged- logos de habla castellana en los tiltimos casi treinta aflos, Yo, en conereto, cuando era Sancho el Fuerte, aprendi en sus dos voltimenes multitud de conceptos y de- finiciones que con el paso del tiempo he asimilado y he hecho «mfos». Es posi- ble que si las paginas que siguen son lefdas por alguno de los autores de! tratado original, encuentren alguna frase que les suene familiar 0 que consideren como suya, Si es asf, les ruego Jo tomen como un homenaje Heno de agradecimiento. El libro consta de cinco capitulos, que son el resultado de agrupar conceptos homogéneos: E] primer capitulo se dedica especialmente a la fase externa del «ciclo hidro- logico» y sirve para situar dentro de él a las aguas subterréneas En el segundo capitulo se estudian las rocas desde el punto de vista de su ca- pacidad para almacenar y dejar pasar el agua a su través, También se estudia el movimiento del agua a través de las rocas. En el tercer capitulo se aborda la ecuacién general del flujo, que caracteriza y cuantifica los procesos hidrogeolégicos, y su resolucién El cuarto capitulo se dedica a la fisico-quimica de las aguas subterraneas, a su contaminacién, y al estudio del transporte de contaminantes en los acuiferos El quinto capitulo quiere ser un compendio de aplicaciones précticas ttiles en los estudios hidrogeolégicos. Se habla del Inventario de Puntos de Agua como base fundamental para la caracterizacién de las unidades hidrogeolégicas, del tra- tamiento de los datos hidrogeolégicos, de la importancia econémica de las aguas subterréneas y del céilculo del coste de su puesta en explotacién. Queremos agradecer a nuestros amigos Fermin Villarroya Gil (Universidad Complutense de Madrid) y Luis Martinez Cortina (Instituto Geol6gico y Minero de Espafia) sus sugerencias y el tiempo dedicado a revisar los manuscritos originales. Gracias al orden gue viven Esperanza Montero (Universidad Complutense de Madrid) y Juan Fornés (Instituto Geolégico y Minero de Espafia) hemos podido recuperar los enunciados de algunas practicas que dibamos por perdidos y que nos han sido muy titiles a la hora de desarrollar muchos conceptos. Asimismo, la laboriosidad y dedicacién de MR. Llamas, maestro y amigo, a la Hidrogeologya, ha sido un constante acicate para seguir adelante y terminar el trabajo. Finalmente queremos agradecer a las generaciones de alummos que han cur- sado la asignatura de Hidrogeologia en la Universidad Complutense de Madrid sus preguntas, a veces «ingenuas», que nos han hecho reflexionar y nos han ayu- dado a aprender a exponer los conceptos de manera més inteligible para ellos. Madrid, enero 2005. Pedro Emilio Martinez Alfaro Catedritico de Hidrogeologta 1 EL AGUA EN LA NATURALEZA CONTENIDO GENERAL DEL CAPITULO Se inicia este primer capitulo comentando, como introduccién, la distribucién del agua en la hidrosfera. A continuaci6n se pasa al estudio del movimiento del agua en la Naturaleza accionada por ta fuerza de la gravedad y por la energia procedente de la radiacién solar, Finalmente se aborda el concepto de balance hi- drolégico y se estudian en particular cada una de sus componentes: precipitacion, evapotranspiracién y escorrentia, En resumen, se analiza el ciclo hidrolégico en su conjunto y se presta especial atencién a su fase externa, 1.1. Distribucién del agua en la Naturaleza La mayor parte del agua que existe en la Naturaleza, el 97.5 %, es agua sa- ada almacenada en los océanos y algunos lagos (Foto 1.1). Sélo el 2.5 9 restante es el agua dulce que se encuentra almacenada en las rocas, en casquetes polares y glaciares, rfos, lagos, biomasa y atmésfera en forma de vapor. E] agua dulce en la hidrosfera se reparte de la siguiente manera (Shiklomanov, 1997), ver figura I.1 * Glaciares y casquetes polares 68.7% + Aguas subterrdneas dulces 30.1% + Lagos de agua dulce 0.26% + Rios 0.006% * Biomasa 0.003% * Vapor en la atmésfera 0.04% + Ciénagas y suelo 0.891% Segtin este mismo autor el tiempo medio de permanencia de una molécula de agua en los océanos es de 2 500 afios, en los glaciares y casquetes polares de 9 700 aiios, en los acuiferos de decenas a miles de aiios, en los lagos de agua dulce de unos 17 afios, en los lagos de agua salada unos 150 afios, en los rios de unos 15 a 20 dias, en la atmésfera de 8 a 10 dias, y en la biomasa de algu- nas horas. Foto 1.1. El mayor volumen de agua en la Naturaleza se encuentra en los mares y océa- nos. Sin embargo, su elevada salinidad no permite su aprovechamiento directo por parte del hombre, Foto: Comillas (Cantabria), 1996. LAGOS, fIOS, VAPOR DE AGUA, BIOMASA. [AGUAS SUBTERRANEAS DULCES GGLACIARES ¥ CASQUETES POLARES agua ou.ce 25% > Fig, 1.1. El agua on la hidrosfera. EL volumen de agua dulce en la Naturaleza es, pues, muy inferior al de agua sa- lada, alrededor de 40 veces. Ademés, la mayor parte del agua dulce se encuentra congelada en glaciares y casquetes polares por lo que el volumen de agua dulee «disponible» es atin menor, pero se est regenerando continuamente (Foto 1.2). 16 Foto 1.2. La gran reserva de agua dulce en la Tierra la constituyen los hielos continenta- les de los casquetes polares y los glaciares. Se originan por acumulacién de precipitacion sélida. Foto: Argentiére (Alpes franceses), 1991. 1.2. Movimiento del agua en la Naturaleza La molécula de agua, aunque eléctricamente neutra, tiene las cargas positivas y negativas distribuidas asimétricamente en su estructura: es un dipolo. La conse- cuencia inmediata de este hecho es la atraccién de las moléculas entre si. Cuando la energia procedente de la radiacién solar actiia sobre la superficie de las masas de agua en estado sélido o Iiquido 0 sobre el suelo hiimedo, y es su- ficiente para romper esta fuerza de atraccién, el agua pasa a estado gaseoso me- diante los procesos de sublimacién (paso hielo a vapor) y evaporacién (paso li- 17 quido a vapor). Si no se indica lo contrario, a partir de aqui, s conceptos bajo el nombre de evaporacién. englobardn ambos El vapor de agua asciende en la atmésfera y se enfifa, lo que da lugar, por condensacién, a la formacién de las pequefias particulas de agua que originan las, nubes (Foto 1,3). Foto 1.3. El contenido de vapor de agua en la atmésfera es relativamente escaso. En de- terminadas condiciones el vapor de agua se condensa en pequefias gotas que se concen- tran formando nubes o nieblas. Foto: Altea (Alicante), 2000. Las nubes son arrastradas hacia el continente donde como consecuencia de un proceso termodinémico, en parte adiabatico y en parte no adiabatico, las peque- jias particulas de agua aumentan considerablemente su tamafio. Cuando éste es suficiente para vencer la resistencia del aire, caen hacia la superficie de la Tierra atrafdas por la fuerza de la gravedad. Es lo que se conoce con el nombre de pre- cipitacién. Segtin la magnitud y la velocidad del cambio de presién y temperatura durante el proceso termodindmico, la precipitacién puede ser en forma liquida 0 en forma s6lida cristalizada 0 amorfa (Foto 1.4). Parte del agua que precipita desde las nubes nunca alcanza el suelo porque queda interceptada en su trayectoria por algtin obstaculo (arboles, edificios, etc.) y vuelve otra vez. a la atmésfera por evaporacién. Del agua que aleanza la superficie del terreno una parte se evapora desde los charcos en los que queda detenida; otra parte atraviesa la superficie de la Tierra, 18 Foto 1.4. Cuando el peso de las gotas de agua de las nubes es suficiente para vencor la resistencia del aire se producen precipitaciones en forma liquida o sdlida. Foto: Aledntara (Caceres), 1988. es lo que se denomina infiltracién; y finalmente otra parte discurre siempre por la superficie de la Tierra, primero en pequeiios regueros y luego a través de Gau- ces cada vex més importantes hasta que alcanza de nuevo el mar, es la escorren= tia superficial (Foto 1.5). EL agua infiltrada penetra en la zona no saturada y humedece primeramente el suelo, entendiendo como tal la zona més superficial de la corteza terrestre donde la accién de una serie de procesos fisicos, quimicos y bioldgicos la ha he- cho apta para ser soporte de la vida vegetal. El desarrollo de las raices de las plan- tas limita esta zona en profundidad. El agua retenida en el suelo vuelve a la at- mésfera en forma de vapor bien por evaporacién directa bien por transpiracion de las plantas (Fig. 1.2). EI proceso de evaporacién acttia continuamente mientras es efectiva la ener- gfa que procede de la radiaci6n solar. En la préctica, es muy dificil separar el vo- lumen de agua que pasa a la atmésfera por evaporacién del que lo hace por trans- piracién, Ambos se suelen tratar en conjunto en un tinico concepto denominado evapotranspiracion. Una vez saturado el suelo, si contintia el aporte externo y existen condiciones favorables para el flujo, el agua percola hacia zonas més profundas a través de los huecos existentes en la zona vadosa donde coexisten materia mineral, agua, aire a Foto 1.5. Parte del agua liquida que cae sobre el terreno se puede acumular y circular a favor de la pendiente en forma de escorrentia superficial, cuyo destino final suele ser el ‘océano, cerrando el ciclo hidrolégico. En la formacién de este tipo de escorrentia también pueden intervenir la fusién de la nieve o glaciares y la descarga de agua de acuiferos. Foto: Garganta Mayor, en Garganta la Olla (Caceres), 2003. Precipitacién Evapotranspiracion | Intermedia} ZONA NO SATURADA Zona _. Capilar ZONA SATURADA, Fig. 1.2. Zonas en el subsuelo segtin el comportamiento del agua que se infiltra. 20 y otros gases. Esta zona puede no existir en regiones muy himedas o tener varios centenares de metros de espesor en las regiones dridas Si contintia el movimiento descendente el agua alcanzard la zona saturada en la que todos los poros de la roca se encuentran Henos de agua. Al limite superior de la zona saturada se le denomina superficie fredtica o nivel fredtico, que se de- fine como el lugar geométrico de los puntos en los que el agua del subsuelo se encuentra a la presién atmosférica. Inmediatamente por encima de la superficie fredtica el efecto de las fuerzas capilares origina una franja de terreno saturado en la que la presién es ligeramente inferior a la atmosférica: es la zona capilar. Por debajo del nivel fredtico la presi6n del agua es superior a la atmosférica (es la at- mosférica més el peso de la columna de agua que carga sobre el punto de la zona saturada que se considere). En la zona saturada el agua también se mueve como escorrentia subterrénea (Foto 1.6) en funcién de un balance de energias terminando su trayectoria en rio: manantiales, directamente en el mar, o evapotranspiréndose cuando el nivel fred tico esti muy préximo a la superficie del terreno El agua en la Naturaleza esti en continuo movimiento accionada por la energia de la radiacién solar y por la fuerza de la gravedad, describiendo un Foto 1.6. Las aguas subterrdneas constituyen la reserva natural de agua dulce liquida mas im- portante de la Naturaleza.En la imagen puede observarse una surgencia de agua subterrénea en el cauce del rio Jarama. Foto: Carretera Torrelaguna-Atazar (Madrid), 1997. 21 ciclo, ciclo hidrolégico, que suele explicarse considerando que empieza y ter- mina en el mar (Fig. 1.3). Es facil comprender que no todas las moléculas de agua recorren el ciclo completo. En Martinez Alfaro (2004) se hace una exposicidn de la evolucién del concepto de ciclo hidrolégico a lo largo de la historia. Precipitacién, evapotranspiracién y escorrentia son las componentes del ci- clo hidrolégico. Preciptacion OS _Gondensacion er agee : im ‘ | y ae § UN ‘ Evaporacion Escorrontia Superficial Transpiracion Evaporacion Fig. 1.3. Vision esquematica del ciclo hidrolégico. 1.3. El balance hidroldgico Admitiendo a efectos précticos que la precipitacién es la ti en la Naturaleza, ha de cumplirse, para cualquier cuenca cerrada y de tiempo determinado, el principio de conservacién de la masa (F Fig, 1.4. Balance hidroldgico en una cuenca cerrada para un interval de tiempo determinado (Ley de la Conservacién de la Masa). 22 Si las condiciones hidricas en la cuenca son las mismas al inicio yal final del intervalo de tiempo considerado, la variacién en el almacenamiento es cero y ha de cumplirse: PRECIPITACION = ESCORRENTIA + EVAPOTRANSPIRACION E] término escorrentia incluye, en ambos cas subterrénea, , tanto la superficial como la A la expresién de la figura 1.4, se Ia conoce con el nombre de balance hidro- logico en una cuenca, y es fel reflejo del principio de conservacién de Ja masa (ENTRADAS — SALIDAS = VARIACION EN EL ALMACENAMIENTO). La expresién puede complicarse si la cuenca no es tercambio de agua, natural o artificialmente, c nas. Un aspecto que siempre ha de quedar hidrol ida, es decir, si hay in- 1 otras cuencas mas 0 menos leja- a la hora de plantear un balance ico es el lugar para el que se realiza y el intervalo de tiempo que se con- spacio y tiempo. sidera. El balance s6lo es valido para esas condiciones de EJEMPLO: Una cuenca hidrogréfica tiene una superficie aproximada de 500 km%, y recibe una precipitacién anual (P) de 3x 10® mano. Tam- bién se ha estimado que la escorrentia total (E) asciende a unos 120 Mm? en un af. Si el volumen almacenado en la cuenca se man- tiene aproximadamente constante al cabo de dicho periodo de tiempo, calcular la evapotranspiracion real (ETR) en mm. Atendiendo a la Ley de la Conservacién de la Masa: Entradas ~ Salidas = AAlmacenamiento En este caso: P-E-ETR=AV=0 Para poder calcular la ETR sera necesario trabajar con unidades homogéneas (mm/aiio). Teniendo en cuenta que: 1mm = 1 Lim? La precipitacion en mm/aio sera: P= 3- 10° mano x 1000 Lim? = 3-10" L/afio 500 km? x 108 m2/km? = 5-108 m? 3-10" Liao P (mm) = 310 ee = 600 mm/afo Y la escorrentia: 2 120 Mm? x 10° x 193 Mn? m? E (mm) =~ ae = 240 > = 240 mm 500 km? x 10° m m Aplicando ahora la Ley de la Conservacién de la Masa, se calcula la evapotranspiraci6n real: 600 2M _ 249 MM _ eTR=0 afio ano ETR = 360 “™ ano 1.4. Cuantificacion de las componentes del balance hidrolégico 1.4.1, La precipitacion 1.4.1.1. Medida de la precipitacion Los «pluviémetros» son los aparatos destinados a medir la precipitacién que se produce en un intervalo de tiempo determinado (Foto 1.7). Segiin el intervalo de tiempo que se considere hay: Pluviémetros no registradores: registran la precipitacién caida en un punto durante un intervalo de tiempo generalmente diario. Proporcionan el volumen to- tal de agua precipitada pero no dan informacién sobre la distribucién de la prec pilaci6n en el intervalo de tiempo considerado. Pluviémetros registradores 0 pluviégrafos: proporcionan una grafica, pluvio- grama, que es una curva continua de precipitacién acumulada a lo largo del in- tervalo de tiempo que se considere. De un pluviograma puede obtenerse la si- guiente informacién: + Volumen total de agua precipitada. + Hora de comienzo y fin de cada aguacero, * Intensidad maxima de precipitacin (volumen maximo de agua eafda en la unidad de tiempo). Coincide con la maxima pendiente del pluviograma, * Intensidad para cualquier intervalo de tiempo registrado en el pluviograma. + Curvas de intensidad-duracién-frecuencia, que se utilizan para el cdlculo de periodos de retorno de duracién de aguaceros de diferentes intensidades. 24, Foto 1.7. Los pluviémetros en su forma mas simple (pluvidmetros no registradores), con- sisten en un receptaculo de forma cilindrica que finaliza en un embudo por el que el agua llega a un depésito disenado para reducir la evaporacién. Foto: Estacin meteorologica del Centro de Visitantes de la Laguna de Fuente de Piedra (Malaga), 2004. Pluviémetros totalizadores: son pluviémetros no registradores de gran capa- cidad que se instalan en lugares de dificil acceso, por ejemplo en lugares que van a estar aislados por la nieve durante largos periodos de tiempo. Se les sucle afia- dir un fundente, para evitar la congelacién del agua recogida y facilitar la fusion de la nieve, y una pequeiia cantidad de aceite, que al flotar por encima del agua recogida, impide su evaporacién. El desarrollo tecnolégico y en comunicaciones experimentado en los tiltimos afios ha permitido que en la actualidad sea posible la instalacién de pluviémetros registradores en estas areas de dificil acceso, Las medidas de precipitacién, que han de referirse a un intervalo de tiempo concreto, suelen expresarse en unidades de altura de agua sobre una superficie plana horizontal, generalmente mm o em, y més raramente m. Un mm es la altura que alcanza un litro de agua sobre una superficie de un m2, por lo tanto | mm de lluvia equivale a 1 L/m?, 25 Al ser la precipitacion una variable discontinua en el espacio y en el tiempo, los valores medidos en una estacién sélo son representatives para el punto de medida y su entorno. Bs por esto por lo que para caracterizar la precipitacién de una zona es necesario contar con una red de plaviémetros. La densidad de la red pluviométrica depende de la orograffa. La Organizacién Me- teorolégica Mundial recomienda un pluviémetro cada 250 km? en zonas de to- pograffa suave 1.4.1.2. Validacion de los datos y obtencion de series de precipitacién En toda red pluviométrica existen estaciones especialmente cuidadas en lo que se refiere a la fiabilidad de sus datos. Son las denominadas habitualmente es- taciones base, que se utilizan para validar los datos obtenidos en otras estaciones. de su entorno. Esta validacién es la primera tarea a realizar con los datos obteni- dos en un pluviémetro, Se hace mediante el método de las dobles masas 0 dobles acumulaciones, comparando la serie pluviométrica de 1a estacién problema con la misma serie medida en la estacién base. Sean: + bj, by «.. By, los datos de precipitacién para la estacién base, correspondien- tes a los aftos 1,2... 1 #4, 2 «+ Ap l0s datos de precipitacién en el pluviémetro X (a validar) para los mismos afios. Se representan en unos ejes de coordenadas cartesianas kas parejas de puntos: (x), by) (0) + x3, b + Bs) (x) toe Fay Dy He + B,) Si esta nube de puntos se alinea segtin una recta, los datos de la estacién X se validan como fiables. Un cambio de pendiente en Ia recta implica la aparicién 0 desaparicin de un error sistematico, tal como el cambio de pluviémetro, el cam- bio del operario encargado de medir, un cambio en Ja horizontalidad del pluvis- metro, etc. Detectada la causa es facil corregir este tipo de error adecuando la pendiente de Ia recta a su valor libre de error. Una nube de puntos a Ja que no se le puede ajustar una recta implica errores aleatorios, y por lo tanto Ja invalidez de los datos de la estacién problema (Fig. 1.5). 26 Acumulada Estacién Problema Acumulada Estacién Problema i {c) Error aleatorio i Acumulada Estacién Problema Acumulada Estacién Base Fig, 1.5. Validacidn de datos de precipitacién por el método de las dobles masas. EJEMPLO: Durante el periodo 1973-2002 se midieron los siguientes da- tos de precipitacién (en mm). Suponiendo que las medidas de la esta- cién base B puedan ser consideradas fiables, se pide analizar y corre- gir si fuera necesario los datos medidos en la estacién problema X. a n problema (X) n base (B) Esta 1973 801 687 1974 783 589 1975 899 700 1976 778 620 1977 804 690 1978 786 592 1979 902 703 1980 718 623 1981 782 502 1982 1077 1205 1983 908 959 1984 677 635 1985 812 969 1986 861 792 1987 727 889 1988 901 790 1989 930 1048 1990 947 895 1991 955 1046 1992 710 718 1993 903 956 1994 672 632 1995 807 966 1996 856 789 1997 722 886 1998 896 787 1999 925 1045 2000 942 892 2001 950 1043 2002 705 718 En primer lugar, es necesario calcular para cada aio las precipita- ciones acumuladas de todos los antecedentes de la serie en la esta- cién base y en la estacion problema: ‘Afio PPT acumulada Base PPT acumulada Problema 1973 801 687 1974 + 1973 1584 1276 1975 + 1974+ 1973 2 483 1976 1976 + 1975 +. 3258 2596 1977 +. 4.062 3 286 1978 + 4848 3878 1979 +. 5 750 4581 1980 +. 6 528 5 204 1981 7310 5706 1982 +. 8387 691 1983 + . 9295 7870 1984 9972 8505 28 ‘Afto PPT acumulada Base PPT acumulada Problema 1985 + 107384 9474 1986 + ... 11 645 10 266, 1987 + 12372 11155 1988 +... 13.273 11945 1989 +... 14 203 12 993 1990 + 15 150, 13 888 1991 + 16 105 14934 1992 +. 16815, 15 652 1993 + 17718 16 608 1994 +. 18 390 17-240, 1995 + ... 19 197 18 206 1996 + 20 053 18.995 1997 + 20775 19 881 1998 + 21671 20 668 1999 +... 22 596 21713 2000 + .. 23 538 22 605 2001 + 24 488 23 648, 2002 +... 25 193 24 363 Llevadas ambas a unos ejes cartesianos: 25000 - 20000 35000 a.000 acién ecumulada en la Estacién Problems (P) 5000 Prec Precipitacién acumulada en la Estacién Base (B) Fig. 1.6. Grafico de precipitaciones acumuladas para las estaciones Base y Problema, En la figura 1.6 puede observarse un cambio acusado de pendiente entre las series de ahos 1973-1980 (pendiente = 0.80) y 1981-2002 (pen: 29 diente = 1.03). Llegados a este punto se haria necesaria una vista a la estacién problema con el fin de verificar si se dio algun cambio signifi- cativo que pudiera justificar esta alteracion de pendiente (a efectos del presente ejemplo, se supone que el pluviémetro utilizado hasta 1980 presentaba fugas, por lo que fue reemplazado por uno nuevo, y que desde entonces los valores se vienen midiendo correctamente). Por lo tanto, serfa necesario aplicar un factor de correccién a los datos 1973-1980 igual a: Pendientesoo1.2002 _ 1.03 = Ge Pendienteserareco 0.80 ~ '-° Aplicando dicho factor a la tabla de valores Afio Estacion Estacion PPT acumulada PPT acumulada Base (B) Problema (X) Base Problema SEES 801 879 801 879 1974 783 754 1584 1 633 1975 899 896 2 483 2529 1976 775 794 3 258 aoe 1977 804 883 4062 4206 1978 786 el 4848 4964 1979 902 900 ao. 5 864 1980 778 Eu 6528 6 661 1981 782 502 7310 7 163 1982 oa 1205 8 387 8 368, 1983 908 959 9 295 9327 1984 677 635 9972 9 962 1985 812 969 10 784 10 931 1986 861 te 11645 11723 1987 727 889 a 12 612 1988 901 ae 13 273 13 402 1989 930 1048 14 203 14 450 1990 947 895 15 150 15 345 1991 epee 1046 16 105 16 391 1992 710 718 16 815 17 109 1993 903 956 17718 18 065 1994 672 632 18 390 18 697 1995, 807 966 19 197 19 663 1996 856 789 20 053 20 452 1997 apes 886 20775 21338 1998 896 787 21671 22125 1999 ee 1045 22 596 23170 2000 942 892 23 538 24 062 2001 950 1043 24 488 25 105 2002 705 715 25 193 25 820 Ahora la representacion grafica de la correlacin entre la estacién base y la estacién problema quedaria como en la figura 1.7: 30 25000 5 2000 2 15000 2 100m é a o 000 10060 15000 20000 25000 Precipitacién acumulade en la Estacién Base (B) Fig. 1.7. Validacién de datos para las estaciones Base y Problema una vez aplicado el factor de correccién. Validados los valores de precipitacién de las diferentes estaciones correspon- diemtes a una misma cuenca hidrogréfica y a su entorno préximo, se esté en dis posicién de caracterizar la precipitacién sobre esa cuenca. En primer lugar hay que seleccionar la serie pluviométrica que se va a utilizar a tal efecto. En este sen- tido la Organizacién Meteorolégica Mundial recomienda el uso de series phivio- métricas de al menos treinta afios de duracién. Los afios que constituyen una serie pluviométrica han de ser los mismos para todas las estaciones a utilizar en el trabajo. Es frecuente la necesidad de comple- tar los datos correspondientes a Ia serie en algunas estaciones en las que pueden existir lagunas en las medidas, E} método mis habitual para resolver este pro- blema es establecer una correlacién lineal (ver Capitulo 5) entre una estacion y otra, de andlogas caracterfsticas climaticas, que cuente con los datos correspon- dientes a las lagunas en la estacién problema. La fiabilidad de los datos obtenidos puede medirse a partir del coeficiente de correlacién entre las dos series. Al no ser la precipitacién una variable continua ni en el espacio ni en el tiempo, no cabe ka aplicacién de métodos geoestadisticos de interpolacién EJEMPLO: Como se muestra en la tabla siguiente, la serie de preci- pitaciones anuales para la estacién pluviométrica de Mora de Toledo 31 esta incompleta entre los ahos hidroldgicos 1954/55 y 1961/62. Com- pletar dicha serie a partir de la de la cercana estacion de Toledo, cu- yos datos se estiman fiables. Ao eer rT | Ano rer PPT hidrol. Toledo (mm) Mora (mm) hidrol. Toledo (mm) Mora (mm) 1952/53, 255 226 | 1969/70 322 291 1953/54 215 192 1970/71 353 430 1954/55 430 1971/72 422 369 1955/56 617 . 1972/73 360 307 1956/57 332 ol 1973/74 390 435 1957/58 273 - 1974/75 427 439 1958/59 512 ol 1975/76 328 432 1959/60 329 _ 1976/77 459 410 1960/61 482 = 1977/18 505 507 1961/62 387 . 1978/79 445 535 1962/63 389 467 1979/80 ae 266 1963/64 415, a 1980/81 355, 304 1964/65 245, 286 1981/82 360 338 1965/66 399 421 1982/83 262 280 1966/67 323 265 1983/84 479 350 1967/68 398 289 1984/85 283 265 1968/69 457 474 Antes de completar los datos que faltan, es necesario comprobar el grado de correlacién existente entre los datos de ambas estacio- nes. Aunque esto de ordinario se lleva a cabo mediante una hoja de calculo, es conveniente recordar algunos conceptos basicos de esta- distica (ver Capitulo 5). Para el caso concreto de las estaciones de este ejemplo, el coefi- ciente de correlacion es de 0.78, lo cual se considera suficiente para completar la serie de Mora de Toledo. Como puede observarse en la figura 1.8, la ecuacién de la linea de regresion es: y = 0.973x Donde Ia variable independiente x es la precipitacién en la es- tacién de Toledo, a partir de la cual puede calcularse la variable dependiente y, que corresponde a la precipitacién en Mora de Toledo. 32 700 500 500 cipitacién Estacién Mora de Toledo (mm) 100 Pr ° 100 200 300 400 500 00 700 Precipitacién Estacién Toledo imm) Fig. 1.8. Correlacion de las series de precipitacién en las estaciones de Toledo y Mora de Toledo. Por lo tanto, a partir de dicha ecuacién es posible completar los valores que faltan de la tabla inicial: Alo PPT PPT Aiio PPT PPT hidrol, Toledo (mm) Mora (mm) | hidrol. Toledo (mm) Mora (mm) 1952/53 255 226 1969/70 322 291 1953/54 215 192 1970/71 353 430 1954/55 430 418 1971/72 422 369 1955/56 617 600 1972/73, 360 307 1956/57 332 323 1973/74 390 435 1957/58 273 266 1974/75 427 439 i 1958/59 512 498 1975/76 328 432 h 1959/60 329 320 1976/77 459 410 1960/61 482 469 1977/78 505 507 : 1961/62 387 377 1978/79 445 535 1962/63 389 467 1979/80 337 266 1963/64 415 392 1980/81 355 304 y 1964/65 245 286 1981/82 360 338 1965/66 399 421 1982/83 262 250 1966/67 323 265 1983/84 479 350 1967/68 398 289 1984/85 283 265 1968/69 457 474 33 Es usual representar los datos de prec n de una serie, en una estacién, mediante un grifico de barras en unos ejes ianos (afos/mm de precipita- cidn), denominado yetograma, Sobre este grafico se suele dibujar una linea hori- zontal indicando la precipitacién media del periodo. FE muy ttil para comparar visualmente la precipita nar afios himedos (precipitaci6n por encima de Ia media) y aios secos (precipi- tacién por debajo de la media). EJEMPLO: Conocida la precipitacién anual en la estacion meteorolo- gica de las Tablas de Daimiel para el periodo de tiempo 1950-2000, representar el yetograma para dicho periodo, senalando los afos hu- medos y secos. ‘Aft 1950 1951 1952 1953 1954 1955 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974 1975 El yetograma para la estacién correspondiente se representa en un grafico de barras, de la siguiente manera: 34 1000 00 fF cy Precipitacién Media 447 mm 700 600 500 400 Precipitacién anual (mm) 00 200 100 Fig. 1.9. Yetograma de la Estacion Meteorolégica de las Tablas de Daimiel (1950-2000). Los afios hiimedos son aquellos que quedan por encima de la pre- cipitacién media (por ejemplo: 1957, 1959, 1960, 1989 y 1996), mientras que afos secos son los que quedan por debajo (como 1950, 1954, 1970, 1983 y 1994). Se pueden denominar «anos medios» a aquellos que quedan préximos a la precipitacion media (como 1966 y 1982). 1.4.1.3. Determinacion de secuencias de afios secos y hiimedos En pafses dridos y semiéridos es frecuente la alternancia de secuencias de aflos secos seguidas de otras de afios hnimedos, ambas de amplitud variable. Es necesario, a la hora de valorar e interpretar las aportaciones de agua a una cuenca como consecuencia de la precipitacién, conocer dentro de que tipo de secuencia se encuadran esas aportaciones, Para ello se puede utilizar la Hamada curva de desviaciones acumuladas con respecto a la media, que se obtiene para cada es- tacién pluviométrica de la siguiente manera: 4) Se preparan unos ejes coordenados cartesianos. En la parte positiva del je de abcisas se colocan, a intervalos regulares, cada uno de los afios que imtegran la serie pluviométrica, En el eje de ordenadas se iran colocando, como se explica a continuacién, las desviaciones acumuladas de precipi- taci6n con respecto a la media teniendo en cuenta su signo. La desviacién cero, correspondiente a 1a media, es el origen de coordenadas, 35 b) Se calcula la precipitacién media anual como suma de la precipitaci6n de todos los afios de la serie dividida por el ntimero de afios considerado c) Se resta esta media del primer afo de la serie. Si esta diferencia es po- sitiva (desviacién positiva) este aio ha lovido més que Ja media y por Jo tanto es un aiio htimedo, De Jo contrario la diferencia seré negativa y el afio sera seco. El valor de la desviacién es la ordenada, con su Signo, correspondiente al primer aio de la serie, y asi se Neva al gri- fico. d) Se procede exactamente igual que en el caso anterior obteniendo Ia des- viaci6n con respecto a la media para el segundo aio. Este valor se acu~ mula, con su signo, al calculado para el ao anterior, obteniéndose de esta manera la ordenada correspondiente al segundo afio. Se acttia de la misma manera con el resto de los afos de la serie, De esta manera se obtiene una gréfica en la que Jos tramos en Jos que la pen- diente tiene tendencia positiva corresponden a secuencias htimedas de ta serie plu- viométrica, siendo el grado de humedad mayor a mayor pendiente del tramo. Los tramos con pendiente negativa se corresponden con secuencias secas y el grado de sequedad seré mayor a mayor pendiente. Los tramos en los que la pendiente tiende a ser nula sefialan secuencias con precipitacién en torno a la media. Los aiios marcados en el eje de abcisas sefialan el inicio, el final y la duracién de cada secuencia. EJEMPLO; Para los datos del ejemplo anterior (Tablas de Daimiel), re- presentar la curva de desviaciones acumuladas respecto de la preci- pitacidn media, identificando las secuencias himedas y secas. Para identificar las secuencias himedas y secas es necesario ir calculando una por una las desviaciones acumuladas de precipita cién anual con respecto a la media: i. Precipitacion Precipitacion Desviacion Desviacion anual (mm) media (mm) simple (mm) —_acumulada (mm) 1950 328 AAT 119 -119 1951 472 4a7 25 94 1952 514 4a7 67 -27 1953 353 4a7 -94 “121 1954 348 4aa7 -99 -220 1955 577 4a7 130 -89 1956 339 4a7 108 ~197 1957 637 4a7 190 7 1958 478 447 31 24 1959 576 4a7 129 153 1960 601 4a7 154 307 36 Precipitacion Precipitacion Desviacién Desviacion Anio “anual (mm) media (mm) simple (mm) acumulada (mm) 1961 416 447 276 1962 593 447 422 1963 639 447 614 1964 365 447 532 1965 439 447 525 1966 441 447 eyed 1967 389 447 461 1968 442 447 456 1969 493 447 502 1970 367 447 422 1971 487 AAT 462 1972 503 447 518 1973 446 447 517 1974 368 447 438 1975 422 447 a4 1976 482 447 449 gees 608 447 610 1978 634 447 797 1979 370 4a7 720 1980 350 447 623 1981 417 447 593 1982 452 4a7 598 1983 258 447 ~189 409 1984 486 447 39 448 1985 407 AAT 40 409 1986 325 447 ~122 287 1987 514 447 67 354 1988 373 447 -74 280 1989 592 447 145 425 1990 294 447 153 272 1991 288 447 ~159 113 1992 421 447 -26 87 1993 308 447 139 52 1994 292 447 ~155 — 1995 424 447 -23 -229 1996 860 447 413 184 1997 526 447 79 263 1998 331 447 eo 147 1999 364 447 -83 64 2000 383 447 64 0 Una vez obtenidas las desviaciones acumuladas, se representan en un sistema de ejes cartesianos como el de la figura 1.10. En él pueden apreciarse las distintas secuencias. 37 1000 7~— — _ _ SH: Secuencia htimeda SM: Secuencia media 8S: Secuencia soca 800 } a - En una secuencia seca puedon Eco darse afos himedos y viceversa — T ' = 400 x A Preci ‘1g 1960 1970 1980 1990 2000 | -200 | -400 + ~ Fig. 1.10. Curva de desviaciones acumuladas de precipitacién en las Tablas de Daimiel (1950-2000). 1.4.1.4, Calculo del volumen de agua precipitado sobre una cuenca Los objetivos del estudio a realizar marearén la elecci6n del intervalo de tiempo y sus caracteristicag!)a utilizar para calcular el volumen de agua precipi- tado sobre la cuenca. Generilmente el calculo se realiza para la precipitacién me- dia de toda la serie considerada, para la media de una secuencia seca representa tiva, para la media de una secuencia htimeda representativa, para el aflo mas seco del periodo y para el afio mas htimedo del periodo. A escala de cuenca se considera como aio mds seco del periodo al afio con menor precipitacién en el mayor ntimero de estaciones pluviométricas, y como aito mas htimedo al de mayor precipitacién en el mayor ntimero de estaciones. El volumen de agua precipitado en el intervalo de tiempo seleccionado se alcula, en litros, multiplicando la precipitacién en mm por el Area de la cuenca en m2, Como se suele obtener una cifra muy elevada, se suele expresar en hm’ (1 hm? = 10° m* = 10° L). Los métodos clisicos para calcular el volumen de agua precipitado sobre una cuenca son tres + Media aritmética + Polfgonos de Thiessen. * Isoyetas 38 El método de Ia media aritmética calcula la precipitacién sobre la cuenca como la media aritmética de la precipitacién de todas las estaciones para el pe- riodo de tiempo considerado. Es un método rapido que proporciona buenos resul= tados cuando existe una homogeneidad climaitica en la cuenca, puesto que da el mismo peso a Ta precipitacién de todas las estaciones, Fuera de estos casos suele utilizarse para estimar en una primera aproximacién el orden de magnitud del vo- lumen de agua originado por la precipitacién. EI método de los poligonos de Thiessen es en esencia una media ponderada A cada estacién pluviométrica se le asigna un grea de influencia delimitada por un polfgono que se obtiene de la siguiente manera: 4) Se realiza una triangulacién de la cucnca uniendo cada estacién pluviomé- ica con las adyacentes a ella, Se trazan las mediatrices (perpendiculares por el punto medio) de cada uno de los lados de los tidngulos dibujados. Estas mediatrices definen una serie de polfgonos y cada uno de ellos encie- tra en su interior una estacién pluviométrica. Se supone que la precipitacién medida en esa estacién define la del érea del poligono asociado a ella, 4) Se multiplica la precipitacién en cada estacién por el area de su poligono asociado, obteniéndose el volumen de agua precipitado en cada poligono La suma de todos estos volimenes es el yolumen total precipitado en la Cuenca, Si se quiere dar el equivalente en mm basta dividir el volumen to- tal precipitado por Ia superficie total de la cuenca en las unidades corres- pondientes Se trata de un método en el que el peso a asignar a cada estacién se obtiene de manera puramente geométrica, y por lo (anto no tiene en cuenta para nada la fisio- grafia de la euenca, que es el factor fundamental en la variabilidad de la precipita cién, Da buenos resultados en zonas en las que la fisiografia es homogénea. A me- dida que va aumentando el nimero de zonas de topogratia accidentada es necesario un incremento en la densidad de estaciones, en esas zonas, para obtener datos fiables, Se define isoyeta como el lugar geométrico de los puntos de igual precipita- ci6n. A partir de datos puntuales de precipitacién en una cuenca se pueden dibu- jar isolineas de igual precipitacién (isoyetas) espaciadas entre sf por intervalos constantes de cantidad de precipitacién La obtencin de la precipitacién sobre una cuenca utilizando el método de las isoyetas es también el célculo de una media ponderada. Al Area entre cada dos isoyetas se le aplica la precipitacién de la isoyeta media de las dos que limitan ese rea. La suma de los volimenes de agua asi calculados proporciona el volumen tolal de agua precipitado sobre la cuenca Si el criterio para dibujar las isoyetas es tinicamente un criterio geométrico, este método presenta los mismos inconvenientes que el de los polfgonos de Thies- sen. Si el trazado de las isoyetas se hace teniendo en cuenta la-meteorologia de la zona (fisiograffa de la cuenca, altitud de las estaciones, etc.), este método es el que proporciona resultados més ajustados a la realidad EJEMPLO: La cuenca fluvial que se representa en la figura 1.11 co- rresponde a la del rio Manzanares (cuenca del Tajo). En el plano se sefalan, por su numero, una serie de estaciones pluviométricas cu yas caracteristicas se dan en la siguiente tabla. Caloular la precipita- cion media anual segtin los métodos de media simple de las estacio- nes, de poligonos de Thiessen y de isoyetas. Numero Estacion oat nee 33 Boalo 939 22 36 Soto del Real 910 22 37 Manzanares 908 23 38 Hoyo de Manzanares 1010 23 39 Madrid-Retiro 667 23 40 Cuatro Vientos 690 23 41 Getafe 620 23 47 Torrelodones 843 22 10, 0 10 20 30 40 es ESCALA (km) Fig. 1.11. Cuenca del rio Manzanares, 40 a) Media aritmética simple de las estaciones La media aritmética se obtiene dividiendo la suma de todas las precipitaciones anuales entre el ntimero total de estaciones ie p= SP, nia Donde: P = Precipitacién media sobre la cuenca (mm). P, = Precipitacion para cada estacién i (mm). n = Numero de estaciones. En este caso: Pe + (626 + 650 + 621 + 721 + 456 + 468 + 423 + 548) P= 4813. = 564 mm b) Poligonos de Thiessen Los poligonos de Thiessen no son sino una manera de establecer el «area de influencia» de cada estacién, a fin de poder calcular luego la precipitacion sobre toda la cuenca mediante una media pon- derada. En primer lugar es necesario situar las estaciones en e! mapa y unirlas formando tridngulos. La triangulacién queda al arbitrio del técnico, aunque por regla general es bueno huir de los angulos de pocos grados, dado que estos en la practica dificultan la traza de los poligonos. Para cada tridngulo, se traza la mediatriz de cada uno de sus la- dos, prolongandolas hasta encontrarse. Este punto de interseccién (0 circuncentro) debe unirse con los de los triangulos circundantes, for- mando asi poligonos («dreas de influencia») alrededor de cada esta- cin (Fig, 1.12). Si bien existen métodos para medir el drea de los poligonos (pla- nimetro), en la practica éstas se obtienen mas facilmente mediante el uso de tabletas digitalizadoras y software especializado. En el ejem- plo que nos ocupa, el dérea de cada poligono de influencia es la si- guiente. Estacién 33 36 37 38 39 40 4 a7 Areatkm?) 162-90 -140~—«92~=«255~~=—«120~=«220 «186 4l | 10, 0 10 20 30 ESCALA (km) Fig. 1.12, Célculo de la precipitacién media sobre la cuenca del rio Manzanares por el meétodo de poligonos de Thiessen. A partir de estos datos, ya es posible calcular la precipitacion me- dia ponderada, es decir, la media de la precipitacion dando mayor peso a las estaciones que sean representativas de un area mayor: > PA P= tr LA | Donde: P = Precipitacion regional (mm). Precipitacion para cada estacion i (mm). rea de cada estacién i (km?). n = Numero de estaciones. Por lo tanto: pp {626%162+650x90+621x140+721x92+-456x255+468x120+423%220+548%186) 162 + 90 + 140 + 92 + 255 + 120 + 220 + 186 680612 _ 1265. * 538 mm 42 c) Método de isoyetas Para calcular la precipitacién de acuerdo con el método de isoye- tas, la fisiografia de la cuenca juega un papel importante. En el caso de la cuenca del Manzanares, es necesario tener en cuenta la dife- rencia topografica existente desde las montanas del extremo norte (sierra de Guadarrama) a la orografia suave del sur (confluencia con el rio Jarama). Trazando las cotas topograficas de la cuenca es posible ver que existe una correlacién importante entre cota y precipitacin. Esto ha de tenerse en cuenta al trazar el mapa de isoyetas (lineas de igual precipitacion), puesto que serd razonable atribuir, en lo posible, un valor de precipitacin similar a zonas de cota similar (Fig. 1.13). COTA DE LAS ESTACIONES MAPA DE ISOYETAS (cotas en m.s.n.m.) (precipitacién en mm) 10 0 10 20 30 —————— ESCALA (km) Fig. 1.13, Célculo de Ia precipitacién media sobre la cuenca del rio Manzanares por el método de las isoyetas. 43 Una vez representadas las isoyetas, es posible calcular la precipi- tacién media de la cuenca mediante una media ponderada: Donde: P = Precipitacion regional (mm). P; = Precipitacion media entre cada dos isoyetas (mm). A; = Area entre cada dos isoyetas (km’). n= Numero de estaciones. Si a partir del mapa se obtienen los siguientes valores: Isoyetas (mm) 400-450 450-500 500-550 550-600 600-650 650-700 700-750 Pptmedia(mm) 425. 475. «625. ~~«575~=S«625.SGTSS725 Area (km?) 333 210 200 160 177 180 18 Entonces: (425x333+475x210+525x: 100+575x160+625x177+675x180+725x18) 333 + 210 + 200 + 160 + 177 + 180 + 18 683 450 _ 535 mm 1.4.2. La evapotranspiracion Se define evapotranspiracién como el volumen de agua que desde el estado s6lido 0 liquido pasa a la atmésfera a estado de vapor, bien por evaporacién di- recta bien por transpiracién de las plantas. Habitualmente se expresa en mm para un tiempo determinado. La evapotranspiraci6n es un pardmetro dificil de estimar con precisién pues depende de factores ligados a a meteorologia (precipitacién, radiacién solar y hu- medad del aire), de factores ligados a la vegetacién (densidad, tipo y grado de desarrollo) y de factores ligados al suelo (textura y estructura), que condicionan su capacidad de almacenamiento de agua. ‘Thornthwaite (1948) distingue entre evapotranspiracién potencial (ETP) y evapotranspiracién real (ETR). La ETP es el volumen de agua que pasarfa a la atmésfera en forma de vapor como consecuencia de la evaporacién directa y de la transpiracién de las plantas 44 en el supuesto caso de que siempre bubiese Ia cantidad de agua necesaria dispo- nible a tales efectos, No depende por lo tanto del valor de la precipitacién ni de Ja cantidad de agua contenida en el suelo a disposicién de las plantas. La ETR es el volumen de agua que pasa a la atmésfera en forma de vapor como consecuencia de 1a evaporacién directa y de la transpiracién de las plantas en funcién del volumen de agua disponible. De su definicion se desprende que la ETP ser siempre mayor o igual que la ETR. La ETR esta condicionada por la cantidad de agua disponible en un momento determinado (precipitacién y contenido de humedad en el suelo). 1.4.2.1. Contenido de agua en el suelo El contenido de agua en el suelo se mide por su grado de humedad, que es el peso de agua contenido en una muestra de suelo expresado en tanto por ciento con respecto al peso de la muestra desecada en un horno a 105°C: 100 Donde: Gy, = Grado de humedad (%). P,, = Peso de ta muestra hiimeda. P, = Peso de la muestra desecada en horno a 105° C 3] maximo contenido de agua en un terreno se produce cuando todos sus po- ros estén llenos de agua, En este caso el grado de humedad es del 100 %. Si en este caso en lugar de la relacién de pesos se considera la relacién volumétrica, de- finimos la porosidad total de la roca como: Volumen, mm = SOMMEDywcso8 QQ Volumenyair EJEMPLO: Una muestra de suelo tomada en el campo pesa 305 g, y tras secarse en un horno a 105°C, su peso pasa a ser de 287 g. Cal- cular el grado de humedad de dicha muestra. El grado de humedad (G,) del suelo viene dado por la siguiente expresion: 305 - 287 & 287 x 100 Gy = 6,3 % En agricultura es frecuente el uso del concepto de punto de marchitez per- manente, que es el grado de humedad de un suelo en el que la fuerza de succién de las raices de las plantas ya no es capaz de extraer agua. El grado de humedad de un suelo que una vez saturado es drenado por la ac cién de la fuerza de la gravedad se denomina eapacidad de campo. P, - P, Ce= 100. P. Donde P; es el peso de la muestra que después de saturada es drenada por gravedad En algunas ocasiones es necesario utilizar la humedad con criterio volumé- trico en lugar de mésico. En este caso se define la humedad volumétrica como: Va o=— v, en donde V, es el volumen de agua contenido en un volumen de terreno V,. La hu- medad volumétrica varia entre 0 y la porosidad total. @ también puede expresarse en porcentaje. Si la densidad del agua es | g/cm’, se puede relacionar el grado de humedad con la humedad volumétrica introduciendo el concepto de densidad aparente del Masatereoo terreno p, = . En el volumen de terreno se incluye el de los poros Volumenerepo existentes en él, Sustituyendo pesos por volimenes en G,, quedarfa: El contenido en agua existente en un suelo para cualquier grado de humedad expresado en mm (L/m?) serfa: V, (m*) - 1000 - p, - G,/100 S, (m2) Donde: V, = Volumen del suelo, P, = Densidad aparente del suelo. S, = Superficie del suelo. G,, = Grado de humedad del suelo correspondiente a la cantidad de agua a de- terminar (%). Las unidades de la densidad aparente del terreno deben ser homog Jas utilizadas en los demas pardmetros. 46 El contenido de humedad de un terreno con respecto al maximo contenido en agua que puede almacenar ese terreno (porosidad total) se Hama grado de satu- racién, y varia entre Oy | En un suelo el agua utilizable por las plantas seri ta diferencia entre el grado de humedad del suelo en un momento determinado y el grado de humedad co- rrespondiente al punto de marchitez permanente de ese suelo, por lo tanto el ma= ximo de agua utilizable por las plantas sera ta diferencia entre capacidad de campo y punto de marchitez permanente EJEMPLO: La muestra del ejemplo anterior se satura por completo de agua y después se drena por gravedad, quedando con un peso de 310 g. La parcela de procedencia tiene superficie igual a una hectarea y una potencia media de suelo igual a 2 m. Calcular el contenido en agua, correspondiente a la capacidad de campo, existente en dicho suelo. La densidad aparente del suelo es 1,5 g/cm’. Suponiendo que el punto de marchitez permanente sea por término medio de 5mm, gcual seria el volumen maximo de agua utilizable por las plantas? EI grado de humedad (G;) correspondiente a la capacidad de campo (C,) se calcula de manera similar al ejemplo anterior: 310 — 287 Gy = St x 100 G,=8% Por lo tanto, el contenido en agua correspondiente a la capacidad de campo vendra dado por: mm 9 ape Leaps om, 8 10.000 ——- x2 15% x 10 = x 106 —— x pa <2 XNE SX? XP X ap Veo (mm) = ~ : 10000 ha ~ = 240 L = 240 mm 9 El punto de marchitez permanente se define como el volumen marginal de agua contenida en los poros del suelo que las raices de las plantas no tienen capacidad de succidn para extraer. Por lo tanto, el volumen utilizable por las plantas seri V = Vo — PM = 240 ~ 5 = 235 mm 1.4.2.2. Calculo de la evapotranspiracion La evapotranspiracién se calcula mediante medidas directas, balances de agua en el suelo y métodos empiricos. 47 Las medidas directas de la evapotranspiracién se basan en la realizaci6n de balances de agua en cuencas experimentales y en aparatos especialmente disefia- dos para medir la evapotranspiracion. Las euencas experimentales son, como su nombre indica, pequefias cuencas en las que se miden, para un intervalo de tiempo determinado, los aportes de agua, la escorrentia y la variacién del agua almacenada en la cuenca, y se obtiene por ntervalo de tiempo: diferencia la evapotranspiracién real para ese ETR =A- + AW Donde: + A son las aportaciones de agua (generalmente precipitacién y riego) + Ees la suma de escorrentfa superficial y subterrénea. + ETR es la evapotranspiracién real. + AW es la variacion en el agua alma enada en la cuenca. Para conocer A es necesario tener instalados pluviémetros en la cuenca expe- rimental y cuantificar ef agua usada para riego. El valor de E, escorrentia que se produce en fa cuenea durante el tiempo para el que se realiza el balance medida en el punto de cierre de la cuenca, se obtiene a partir de los caudales de agua circulantes por ese punto de cierre durante el i tervalo de tiempo cons lerado. En AW se incluye la variacién en el almacenamiento de aguas superficiales, variacién en el almacenamiento de aguas subterraneas y fa variacién de agua el suclo. Se puede obtener por diferencia entre el estado del agua embalsada en los tiempos inicial y final del periodo para el que se realiza el balance. En el caso de las aguas superticiales seré necesario conocer los estados inicial y final de los embalses 0 estanques que pudiesen existir. La variacién del agua almacenada en el suelo se determinaré a partir de los correspondientes muestreos. La variacién del almacenamiento de agua subterrénea deberd determinarse a partir de la geo- metria de la cuenca, la porosidad de los materiales que la constituyen y Ia oscila- cién del nivel fredtico medida en una serie de sondeos instalados a tal efecto En la aplicacion de este método es preferible que la cuenca sea cerrada, es de cir que no existan trasvases de agua hacia o desde otras cuencas, puesto que la magnitud de estos trasvases, sobre todo si se trata de aguas subterrdneas, suele ser dificil de cuantificar Cuando el método se aplica a largos periodos de tiempo puede aceplarse que las Gpocas htimedas y las secas se compensan entre sf y que por lo tanto, a efectos practicos, Ja variacidn del agua almacenada en la cuenca es cero. En este caso la evapotranspiracién real sera la diferencia entre las aportaciones y la escorrentia, es decir el déficit de escorrentia, Este método sucle usarse con frecuencia para obte ner la evapotranspiracién real media en las grandes cuencas hidrog 48 Los evapotranspirémetros y lisimetros son aparatos disefiados para la medida de la evapotranspiracién, EI funcionamiento de ambos se basa en establecer, para un tiempo determinado, un balance de agua en un perfil de suelo introducide en un recipiente y sobre el que se ha plantado un determinado tipo de vegetacién. La ecuacién que se plantea es: A-E* AR En el caso del evapotranspirémetro se mide evapotranspiracién potencial y entonces: * ET es evapotranspiracién potencial + Aes la aportacién de agua al suelo, Huvia y riego, de manera que se haya mantenido siempre el grado de humedad igual a la capacidad de campo. + Ecs el exceso de agua que puede producirse y que se mide mediante un sis- tema de drenaje instalado en el aparato. + AR es la variacién de la reserva de agua en el suelo. En este caso es cero puesto que el grado de humedad del suelo se ha mantenido siempre igual a a capacidad de campo. En el caso del listmetro se aplica la misma ecuacién del balance, aunque en este caso las aportaciones se reducen exclusivamente al agua de precipitacién. El exceso de agua se mide de igual manera que en el caso anterior. Es necesario me- dir la variaci6n de la reserva de agua en el suelo; para ello es frecuente instalar el lisimetro sobre una balanza de precisién y determinar dicho valor por diferencias re pesadas sucesiv EI método de los balances de agua en el suelo se utiliza para calcular eva- potranspiraci6n real. Consiste en cuantificar la evoluci6n del grado de humedad del suelo a Io largo del tiempo, Se suelen considerar intervalos de tiempo durante los que no haya habido aportes de agua al suelo (gencralmente ausencia de px citacién y riego). En estas circunstancias las pérdidas de agua en cl suelo se de- ben exclusivamente a la evapotranspiracin, que se mide por la diferencia entre los grados de humedad correspondientes a Jos tiempos inicial y final del intervalo considerado, El grado de humedad del suelo se mide en laboratorio a partir de muestras de suelo tomadas a intervalos de tiempo definidos, 0 bien a partir de me- didas periddicas sistematicas mediante el empleo de bloques porosos, tensiéme- tros o con sonda de neutrones. Las formulas empiricas estrictamente s6lo son validas para el lugar en el que han sido desarrolladas y validadas. Sin embargo, al constituir una manera cémoda y rapida de obtener un parimetro cuya medida por cualquier otro método implica asumir errores considerables, son utilizadas con mucha frecuencia en los estudios encaminados a Ja obtencién de balances en las cuencas hidrograficas. Entre Jas numerosas formulas empiricas desarrolladas se incluyen aqui las que probablemente han merecido una difusién mayor a escala mundial. En todas ellas ¢s preciso prestar especial atencién a las correspondientes unidades utilizadas en 49 la medida de los parémetros que intervienen en ellas y en las de los resultados que proporcionan, J. Almorox,de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrnomos de Ma- drid proporciona algunas férmulas empiricas, programadas en hojas electrénicas de céletloypara el célculo de la evapotranspiracion. Entre ellas se encuentran varias de las indicadas aqui (www.eda.ersia.upm.es/climatologia/evapotranspiracion/). La f6rmula de Thornthwaite (Thornthwaite y Wilms, 1944; Thornthwaite, 1948), expresa la evapotranspiracién potencial en funcién de la temperatura me- dia mensual y el indice de calor anual: ETP = 6c ( i y Donde: ETP = evapotranspiracién potencial en mm/mes. c una constante que vale ¢ = #& 12 30 n= mimero maximo de horas de sol segin la latitud (tabla 1.1) d= ndmero de dias del mes. 1 = indice de calor anual que vale © i, indice de calor mensual i = (#/5)'°" t temperatura media diaria del mes °C. a= 675 -10%- P-771 «107 - P- 1972+ 10% - 1+ 0.49239 TABLA 1.1 Namero de horas de sol maximas diarias, segiin la latitud, calculadas para el dia quince ‘de cada mes. Datos en h/dia (J. Almorox. ETSIA, Madrid) HEMISFERIO NORTE HN. Ene. Feb, Mar, Abr, Mayo Junio Julio Agosto Sep, Oct, Nov. Dic. O 121 12t 12d 121 121 12d 121 121 121124 122 feo i iol i Figg 22 22 ie 2 ea B20) iat ite igo (22 eee i222 12s (ou iz ator 2d) 3 120 12.0 121 12.2 123 123 123 122 121 124 120 119 4 119 120 121 122 123 124 123 123 121 120 119 119 Ge) ire) (ri) (he PR) PO) ey he) i ile io 120 iso (oe is 124 123) 1b i208 oy 7 118 1b9 121 123 124 125 125 124 12.2 12.0 18 117 8 LT 19 121 123 125 126 125 124 122 120 118 ILT Or ile ie iol oa 125 ie 126 oe eo) 1 1G 10 116 118 124 126 127 127 125 122 9 IL? IS Ho oS 18 120 Nd ie) Tee ee] es) 12 115 117 120 a7) 6 (aio. (ee ole 4 ia 1 ier 1200; 127 100) 128 1G e122 eg 50 HEMISFERIO NORTE, HN. Ma Die, Mayo Junio Julio Agosto Sep. Oct. Nov. re eS ee ee eo Pe 1527 Uist G2 120 (aS) ide (90 1208 ioe io aie ee fio 16 113 116 120 125 129 131 130 12.7 122 18 14 12 17 112 116 120 125 129 131 131 127 123 18 14 Wd 18 11.2 HS 120 125 130 13.2 134 128 123 118 113° 1 19 Hd 11S) 120 126 130 133 13.2 128 123 17 113° 110 20 NO 1S 120 126 134 133 132 128 123 117 11.2 109 Ol 0 4 io igor 31 ise is) 19 is fie i 109) 22 109 114 120 126 132 135 134 129 123 17 1d 108 23 109 114 120 127 132 135 134 130 123 117 11 107 24 108 11.3 120 127 133 136 135 13.0 123 11.6 11.0 107 25 10.7 11.3 120 127 133 137 136 13.0 123 116 109 106 26 107 ns 120) ig Aisa ioe igo is) ioe ile 109 8105 ey Ne Mee 120 (28 fies ine; (oe iad) ioe, clo 108) 105 28 105 11.2 120 128 135 139 138 132 124 IL5 108 104 29 105 112 M9 128 136 140 138 132 124 115 10.7 103 30104 111 119 129 136 141 139 133° 124 115 10.7 102 3110.3 11 119 129 13,7 141 140 133° 124 115 106 102 32,103 1L0 119 129 138 142 141 134 124 14 106 101 33 10.2 11.0 119 130 138 143 141 134 124 114 105 100 34 10.1 10.9 119 130 139 144 142 135 124 114 104 99 35 10.0 109 19 130 140 145 143 135 124 114 104 98 36 100 109 119 13.1 140 146 144 136 125 113 103 97 37-99 108 119 131 14.1 147 145 136 125 113 102 96 389.8 108 119 131 142 148 146 13.7 125 113 102 96 399.7 10.7 119 13,2 143 149 14.7 13.7 125 113 101 95 40 96 107 119 132 144 150 148 138 125 112 100 94 mo 0H Gd 0) ee ee et i Oh 2) oe 106) 10] (35) (as (is2 190 199 1125 ilo 199 on Oi 1G) Re 0 Oe i eh OR 45° 91 104 HS 134 148 15.6 153 141 126 111 96 88 46 90 103 18 135 149 157 154 142 126 11.0 95 87 Au) 89. 103 8 2195. 150 199 iso 14s (6 0. On. | ay 48 88 102 118 136 15.1 160 157 144 127 109 93 84 49 87 101 H8 136 15.2 162 158 145 127 109 92 83 OO is 10) ie 197) isd 163 160 Ide iy 109 on aa 51 84 10.0 118 138 155 163 161 146 127 108 90 80 52. 82 99 IL8 138 156 167 163 147 127 108 89 78 53 81 98 117 139 158 169 165 148 128 10.7 8&7 76 5407.9 97 INT 140 15.9 17.1 167 15.0 128 107 86 7.4 og Cy ie i i Te i the of 0) OO ey 1 1 eS ie he re) i Oye Oe i) ia lod ge Ifa ios) 129 105 | 0 ce Gem os We ES 0 eG he Pt) 59 69 92 117 144 168 184 178 156 130 104 78 63 COR Cd eel led foe is (se 18 158 1908103 76 260, Nota: se ha considerado el efecto de la refraccién atmostérica en tos cileulos. 51 HEMISFERIO SUR Agosto Now. Ene, Abr. Mayo Junio Julio Sep. Oct. O° 121 121 121 121 124 112d 124 124 121 120 1122 121 12t 12d 121 12L DN AZT 121 1D 12.2 A A We ey el Oe oe ee ee 3 123 122 121 120 120 119 520 120 121 12.2 12.2 4 123 122 121 120 119 119 19 1200 12.1 123 5 124 123 121 120 19 1L8 9 9 124 123 6 124 123 121 120 118 18 8 9 121 Ra 7 125 123 122 120 18 1L7 IT 119 124 124 8 125 124 122 19 8 17 IT V8 121 125 9° 126 124 122 119 117 116 116 118 12.0 125 10 126 124 122 1.9 117 HS 116 118 120 12.6 1 127 128 122 19 HG TLS TLS INT 12.0 12.6 12 128 125 122 HR H6 W4 ILS INT 120 127 13 128 125 122 8 WS M4 114 117 12.0 127 14129 126 122 H8 1S 113 114 16 12.0 28 15 129 126 122 HB 14 112 113 116 12.0 12, 16 13.0 126 122 18 H4 12 113 16 120 128 17 130 127 122 1L7 13 HT 1L2 1S 12.0 129 18 131 127 122 17 3 TLL ILE 11S 12.0 129 197 192) 0G ee We iO, I A 1210 13.0 20° 132 128 122 17 12 109 ILO 114 120 125 13.0 210133 128 122 6 It 109 HO 4 19 125° 131 22 133 128 123 HG It 108 109 113 119 126 134 23° 134 129 123 11.6 11.0 107 108 11.3 119 126 132 Py fee eo I RD i OD Te i) a fe 25 135 129 123 ILS 109 106 10.7 11.2 1.9 126 133 26 136 13.0 123 5S 109 105 106 112 119 127 134 27 13.7 130 123 1S 18 105 106 ILI 19 127 134 28 137 131 123 11S 108 104 105 Hl 19 127 135 29 138 13t 123 14 107 103 104 110 119 127 135 30 139 13.2 123 14 106 102 104 11.0 H9 128 13.6 Bt 199 92 123 4 106 100 103 INO 110 ie. 147, 62140190 128 1S 105) TO 102 109) ilo 128. 137 aa i 93 108 ie 105 100 102 10e ile 128) a8 Gas do igo) (2a ells 104 soo! 101 108. ins 120) 135) So ids cod, 1241 le 10s 08, 100 108 Is 129) [59 Be a3 sis ioe lo (05 97 99 107 its 129) 140 Bi ide 1a (a, 02, 86 ee 107 FING 0) 14 Ge ifs (95 ie il 100) 95 9 0g Ik ind 2a 39 146 136 124 Il 100 94 97 106 118 130 142 40 147 136 124 IL 100 93 96 105 118 131 143 Gi ive 197 124 (100 99 Oe 95 ioe Ie ijl iad 42 149 138 124 HO 98 981 94 104 18 131 145 cy TE) Te) ite TK) Oe EE 45 15.2 139 125 10.9 95 88 91 10.2 17 133° 147 46 154 140 125 108 94 87 90 101 17 133 148 47 15.5 14.1 125 18 93 85 88 101 17 134 15.0 je. Feb. Mar, Abr Mayo Junio Julio Agosto Oct. Nov. 4815.6 141 125 107 92 84 87 100 117 134 151 ao W572 142 25) 107. 0 eek 0 ee isa 15a 60 150) (43 126 107) 00) fi (8a on Io iss isa 1 160 144 126 106 89 79 83 97 116 135 154 52 16.2 145 126 105 88 78 82 97 116 136 155 53 164 146 126 105 87 76 80 96 6 137 157 54166 14.7 126 104 85 74 78 9S 16 137 158 1G be ev ry OO ie he ok $7 172 15.0 127 102 81 68 72 91 ILS 139 163 58174 151 127 102 79 65 70 90 ILS 140 165 590477 (15.2 128 101 77 62 68 89 11S 141 167 60180154 128 100 75 59 65 88 ILS 142 169 Nota: se ha considerado el efecto de la refraceisn atmosférica en los edlelos, La formula de Blaney y Criddle (1950 y 1962) relaciona la evapotranspira- cidn potencial con las horas de luz y la duracién del periodo de crecimiento de as plantas: ETP = K - P+ (0.457 - t+ 8.13) Donde: ETP = Bvapotranspiracién potencial en mn/mes. K = Depende del tipo de vegetacién y su grado de desarrollo (tabla 1.3). P= Porcentaje maximo de horas de sol en un mes con respecto al total anual (tabla 1.3). 1 = temperatura media diaria del mes en °C Para obtener el coeficiente K es necesario tener en cuenta que el desarrollo to- tal de un cultivo puede dividirse en cuatro etapas (tabla 1.2) (Brouwer y Hei- bloem, 1986): 1. El estado inicial: es la primera etapa, desde el nacimiento de la planta hasta que la cubierta vegetal es del orden del 10% del area de cultivo. 2. El estado de desarrollo: es la segunda etapa, desde el final de la anterior hasta que la cubierta vegetal alcanza su maximo (70-80 % del drea de cul- tivo). 3. Estado intermedio: es la tercera etapa, desde el final de la anterior hasta la madurez, Incluye la floracién y la formacién de los frutos (granacién). 4. Maduraci6n: etapa final. Desde el final de la anterior hasta la recolec- cién del fruto, TABLA 1.2 Duracién (dias) aproximada de los estados de crecimiento para los cultivos importantes. En el total de dias se dan los limites extremos entre los que suele oscilar el desarrollo completo de los cultivos (Brouwer y Heibloem, 1986) Cultivo ‘Total Primera etapa Segunda etapa Tercera etapa Cu Cereales, 120 15 25 50, 30 150 15 30 65 40 Judias verdes 5 15, 25 25 10 90. 20 30 30 10 Judias secas 95 15 25 35 20 110 20 30 40, 20 Coles 120 20 25 60 15 140 25 30 65 20 Zanahorias 100 20 30 30 20 150 25 35 70 20 Algodén y lino 130 30 50 35. 45 195 30 50 65 50. Pepino 105 20 30 40 15 130 25 35 50 20 Berenjena 130 30 40 40. 20 140 30 40 45 25 Gramineas 150 20 30 60 40 165 25 35 65 40 Lentejas 150 20 30 60. 40 170 25 35 70 40 Lechuga 5 20 30 15 10 140 35 50 45 10 Maia. dulce 80 20 25 25 10 10 20 30 50 10 Matz 125 20 40. 30 180 30 60 40 Melén 120 25 40 20 160 30 65 20 Mijo 105 Is 40 25 140 20 55 35 Cebolletas 70 25 10 5 95 25 20 10 Cebollas 150 15 70 40 210 20 110 45 Frutos secos 130 25 35 45 25 140 30 40 45 25 Guisantes, 90 15 25 35 1s 100 20 30 35 1s Pimienta 120 25 35 40 20 210 30 40 Ho 30 Patatas 105 25 30 30 20 145 30 35 50 30 Rabano 35 5 10 15 5 40 10 10 15 5 54 ‘Total Prim aetpa vera etapa Cuarta etapa Sorgo 120 20 30 40 30 130 20 35 45 30 Soja 135 20 30 60. 25 150 20 30 70 30 Espinacas, 60 20 20 15 5 100 20 30 40 10 Calabaza 95 20 30 30 1s 120 25 35 35 25 Catia de aztear 160 28 35 60 40 230 45 65 80 40 sol 125 20 35 43 25 130 25 35 45 25 Tomate 135 30 40 40 25 180 35 45 70 30. TABLA 1.3 Valores del factor de crecimiento K para los distintos cultives segtin su estado de crecimiento (Brouwer y Heiblocm, 1986) Cultivo Primera etapa Segunda etapa ‘Tercera etapa Cereales 0.35 0.75 LAS Judas verdes 0.35 0.70 1.10 Iudfas secas 0.35 0.70 1.10 Col y zanahoria 0.45 0.75 Los Algodén y lino 0.45 0.75 Las Pepino y calabaza 0.45 0.70 0.90 Berenjena, tomate 0.45 0.75 1415 Gramineas: 0.35 0.75 1.10 Lentejas 0.45 0.15 1.10 Lechuga, espinaca 0.45 0.60 1.00 Maz dulee 0.40 0.80 Las Matz 0.40 0.80 115 Melén 0.45 0.75 1.00 Mijo 0.35 0.70 1.10 Cebolletas 0: 0.70 1.00 Cebollas 0.50 0.75 10s Frutos secos 0.45 0.75 1.05 Guisamtes 0.45 0.80 Lis Pimienta 0.35 0.70 1.05 Patata 0.45 0.75 LAS Rébano 0.45 0.60 0.90 Sorgo 0.35 0.75 1.10 Soja 0.35 0.75 1.10 Cafia azsicar 0.45 0.80 Las Girasol 0.35 0.75 115 Tabaco 0.35 0.75 1.10 0.90 55 K también depende de la humedad relativa y de la velocidad del viento. Los valores anteriores deben reducirse un 5% si la humedad relativa es superior al 80 % y la velocidad del viento inferior a 2 m/s. Asi, por ejemplo, K = 1.15 pasard aser K = 1.10. Los valores deben incrementarse en un 5 % si la humedad relativa es inferior al 50 % y la velocidad del viento superior a 5 m/s. TABLA 1.4 Media diaria del porcentaje de horas de sol con respecto al total anual para cada mes y para diferentes grados de latitud (Brouwer y Heibloem, 1986) Norte Oct, Nov. Dic aa r Abr Mayo Jun. 7 Oct. Now Mayo Jun, 60 ay ed er ee et ee ia 55 2) 26) 36393833828 18.16 50 ve) 3436353228 2018 45 23.27 3435 343228 20 40 24°27 52 eos 3 2a 21 35 25.27 Ol a 2 90 | 28 30 25.27 31323130228 25 26.27 0 Sl a 25 2 20 2G 21) 29.30 30.2928 IS 26.27 29.29 29 28.8 26 10 2727 28.29.29 28 2B 26 5 i 27 Bel 8) 08 he 2s) 27 27 0 2727 2 2 2727 1 fSrmula de Ture (1961) proporciona la evapotranspiracién potencial de acuerdo con la expresién: (R, + 50) Donde ETP = Evapotranspiracion potencial en mm/mes. 1 = Temperatura media diaria del mes (°C) R, = Radiacién incidente media diaria del mes en cal/em?-d Hy = Humedad relativa del aire (%). Para el mes de febrero la constante 0.40 se sustituye por 0.37 Ja humedad relativa del aire es menor del 50% se introduce un factor de co- (, 50-Hy) BrP = 040 —= (R, + 50) (1 ~ : +15 70 56 La formula de Penman (1948, 1949, 1956) calcula la evapotranspiracién po- tencial multiplicando la evaporacién en superficie de agua libre por un factor r ductor deducido del grado de correlacién entre los valores de evapotranspiracion y evaporacién medidos experimentalmente, ETP = FdE, + ETP es la evapotranspiracién potencial en mm/mes + des el niimero de dias del mes. es la evapo en superficie de agua libre (mm/déa). + Fes el factor reductor del mes correspondiente. EI factor F vale + 0.6 desde noviembre hasta febrero. + 0.7 para marzo, abril, septiembre y octubre. + 0.8 desde mayo hasta agosto. En realidad se tata de un método semiempfrico puesto que exige medir ex perimentalmente la evaporaci6n diaria en superficie de agua libre. Una explicacién, en lengua castellana, mis detallada sobre el origen y des- arrollo de todas estas {6rmulas empiricas se puede encontrar en Elias y Jiménez (1965). Estos mismos autores indican que el uso de estas férmulas debe hacerse en condiciones que se aproximen lo mas posible a aquellas para las que han sido definidas, debiendo tomarse todo tipo de precauciones al extrapolar los resultados que proporcionan a otras zonas o paises, indicando los siguientes criterios gene- rales para su aplicacién: La formula de Thornthwaite es generalmente aplicable a zonas de latitudes medias con precipitaciones abundantes en la estacidn estival. En regiones aridas y semidridas, con Huvias en otoiio e invierno y veranos secos, proporciona valo- res sensiblemente inferiores a los reales. Las formulas basadas en el déficit de sa turacién de Ja atmésfera, como lo es la de Penman, dan en general resultados aceptables independientemente de su lugar de aplicacién, La formula de Blaney y Criddle también da buenos resultados si se tiene bien ajustado cl coeficiente K de- pendiente de la vegetacidn. La formula de Ture suele dar, en una misma zona, va- lores algo mas elevados que los determinados experimentalmente Conocidos los valores mensuales de precipitacién, evapotranspiracién poten- cial y la capacidad de campo del suelo es posible, realizando un balance de agua en el suelo, obtener la evapotranspiracién real, el excedente de agua y el déficit de agua mensuales Suele empezarse el balance al final del periodo de estiaje al objeto de poder suponer que en ese mes la reserva de agua en el suelo es nula. Esto es posible en paises de clima arido © semisrido. De no ser asi habria que determinar este paré- metro de la forma explicada anteriormente para tenerlo en cuenta en las opera- ciones subsiguientes. 57 EI balance se realiza comparando, mes a mes, los valores de precipitacién y los de evapotranspiracin potencial teniendo en cuenta la reserva de agua alma- cenada en el suelo: Si la precipitacién es mayor que la ETP, la evapotranspiracion real seré igual a a potencial. El volumen de agua sobrante irda almacenarse en el suelo hasta completar la capacidad de campo. Cuando ésta esté completa, el resto de agua se transformara en escorrentia (superficial y subterranea), Cuando la precipitacién sea menor que la evapotranspiracidn potencial, toda el agua precipitada ese mes se transformard en evapotranspiracién real y se to- mardi de la reserva en el suelo la cantidad de agua necesaria para tratar de igualar Ja evapotranspiracién real a la potencial, Si no fuese posible igualar BTR a ETP la reserva de agua en el suelo serfa cero y la diferencia entre ETP y ETR dk de agua en ese mes. También puede aplicarse a escala diaria Es habitual utilizar el aio hidrolégico, que comienza el 1 de octubre (fecha en Ja que puede suponerse que por tratarse del final del estiaje la reserva de agua en el suelo es cero) y termina el 30 de septiembre del aito siguiente. Para facilitar los célculos, los diferentes parémetros que intervienen en el ba- lance suelen expresarse en mm/mes o mnvid EJEMPLO: Teniendo en cuenta los valores medios mensuales (en mm) de precipitacién (P) y de evapotranspiracion potencial segtin Thornthwaite (ETP) obtenidos en la estacidn Madrid-Retiro para el periodo 1901/02-1959/60, calcular el balance hidrico en el suelo, Se supone que la capacidad de campo es de 100 mm. Total Oct. Nov. Dic. Enero Feb, Marzo Abril Mayo Junio Julio Agos. Sep. ng P 48.4 64.1 44.7 31.3 385 41.2 416 425 320 98 9.9 333 ETP 51.8 23.3 145 10.0 149 30.9 46.6 822 116.7 148.6 135.1 84.7 ETR ARE Esc Def Para completar el balance, es necesario tener en cuenta lo si- guiente: + Se asume que la reserva inicial en el suelo es 0, dado que se empieza a contar justo después de los meses de estiaje. + Si la precipitacién en un mes determinado supera la evapora- cién potencial, se puede considerar que ésta sera idéntica a la evapotranspiracion real. El resto de la precipitacién pasa enton- ces a engrosar las reservas del suelo (hasta alcanzar su capaci- dad de campo de 100 mm, volumen a partir del cual se produce escorrentia). + Si por el contrario la precipitacion es inferior a la evapotranspi- racién potencial, la evapotranspiracion real sera igual a todo lo que haya llovido mas el volumen necesario de la reserva hasta alcanzar el valor de la evapotranspiracién potencial. En el caso de que entre precipitacién y reserva no se llegue a la evapo- transpiracién potencial, se toma la diferencia como déficit. De esta manera: Total Aino P 48.4 54.1 44,7 313 385 412 416 425 320 98 99 333 427.3 ETP 518 233 145 10.0 149 30.9 46.6 82.2 116.7 1486 135.1 84.7 759.3 ETR 48.4 233 145 10.0 149 309 466 82.2 87.3 98 9.9 333 411.1 ARE 0.0 30.8 61.0 823 100.0 100.0 95.0 55.3 0.0 00 00 00 Esc 0.0 0.0 00 00 59 103 00 00 0.0 00 00 0.0 162 Def 34 0.0 0.0 00 0.0 00 00 0.0 29.4 1388 125.2 51.4 348.2 Oct. Nov. Dic. Enero Feb. Marzo Abril Mayo Junio Julio Agos. Sep. 1.4.3. La escorrentia Llamamos escorrentia al agua que circula por los cauces de los rfos. A los vo- Iimenes circulantes en unidades de tiempo pequefias (generalmente segundos) se les denomina caudales instanténeos del rio en el punto del cauce en el que se miden, expresiindose el volumen de agua generalmente en m’, Para intervalos de tiempo de mayor magnitud (dias, semanas, meses o afios) suele hablarse de aportaciones y el volumen de agua correspondiente suele expresarse generalmente en hm’, 1.4.3.1, El hidrograma y sus caracteristicas Si se representan gréficamente los caudales circulantes por un punto del cauce de un rio en funcién del tiempo, se obtiene una curva denominada kidrograma, del maximo interés en el estudio hidrolégico de las cuencas. El hidrograma refleja el efecto de la precipitacién sobre una cuenca en un punto del cauce del rio que la drena. Si consideramos, a efectos de claridad en la exposici6n, el caso mas sencillo de una tormenta de un Gnico aguacero sobre una cuenca, en un punto del rio podremos observar c6mo en un momento determinado empiezan a incrementarse los caudales circulantes (es el momento en el que se pone de manifiesto la Hegada de las primeras aguas procedentes del aguacero). Los caudales contintian aumentando hasta aleanzar un maximo y a partir de ahi comienzan a decrecer tendiendo a alcanzar valores del orden de magnitud de los circulantes antes de la tormenta, 59 La evolucién de los caudales del rio, consecuencia del efecto de la tormenta, darfa lugar a un hidrograma del estilo del representado en la figura 1.14 (en cuya margen superior izquierda se presenta el yetograma de la tormenta que lo ha ori- ginado). a) § i PUNTA DEL 5} | CENTRO DE 3 MASAS: HIDROGRAMA a é TIEMPO DE CONCENTRACION: TIEMPO BASE Tiempo it) |. 1.14, Estructura esquematica de un hidrograma, consecuencia de una tormenta en un punto de un rio. No toda el agua de la tormenta aleanza el cauce del rfo puesto que una parte de la misma vuelve a la atmésfera por evapotranspiracién. Al volumen de agua de la tormenta que alcanza el cauce del rio se le denomina Huvia itil. Se llama curva de crecida a la parte del hidrograma que pone de manifiesto el aumento continuo de caudal, consecuencia de la tormenta. Al maximo caudal registrado se le denomina punta del hidrograma. A partir de la punta comienzan a decrecer los caudales (curva de descenso), hasta que cesa el efecto de la tor- menta en el punto del rio considerado, Este hecho se manifiesta por una ruptura de pendiente en el hidrograma que marca el inicig/de la curva de agotamiento, que se extiende hasta el inicio de la siguiente cuyVa de crecida. La curva de agotamiento indica la evolucién de los caudales, en el punto del rio considerado, una vez que ha cesado el efecto de la tormenta. Estos caudales proceden bien del agua subterrénea de los acufferos conectados al rio, bien de la fusi6n de las nieves, o bien de ambos a la vez. Si no hay nuevas tormentas, como consecuencia de la disminucién del volumen de nieve y del volumen de agua al- 60 macenada en los acufferos, el caudal en el punto del rfo va disminuyendo a lo largo del tiempo segiin una ley del tipo: O=Q)-€" Tomando logaritmos InQ = InQy- on O lo que es lo mismo: (| n@=Q- Donde: * Qy es el caudal medido en el punto del rfo considerado en un momento de- terminado. * es el caudal en el mismo punto del rio al cabo de un tiempo 1. + ces el coeficiente de agotamiento que ticne de dimensiones [7], Puede determinarse experimentalmente, para un punto del rio, midiendo los cau- dales en un intervalo de tiempo dado. Si representamos en papel semilogaritmico la curva de agotamiento (caudales en la escala logaritmica y tiempos en la escala natural) obtendremos una recta de pendiente: EJEMPLO: La siguiente tabla muestra los datos mensuales dé caudal’ del rio Guadiana a su paso por la estacién de aforos de Villarrubia de los Ojos durante el afo hidroldgico 1996/97. Representar el hidro- grama del rio e interpretar el resultado 61 La representacién grafica de los datos da lugar al hidrograma de la figura 1.15, en el cual puede observarse el régimen tipico de un rio perdedor: durante el estiaje, el rio se seca. En este caso, los bombeos para uso agricola han anulado las aportaciones del acuifero al rio. 0 Caudal (Me8/mes) ° — | sep-98 nave die. 96_-—=—feb-97 © abr-97-—may97—jul'87_—sep97 oct 87, Fig. 1.15. Hidrograma correspondiente al rio Guadiana para el afio hidrolégico 1996/97. A veces sucede que una fraccién del agua que procedente de la tormenta al- canza el cauce del rio, recorre parte del camino como escorrentia superficial y parte como escorrentfa subterrinea. Serfa el caso del agua que en un principio se infiltra pero que posteriormente sale al exterior en forma de manantiales que dan origen a pequeios arroyos que terminan tributando al rio principal. A este tipo de escorrentia se le denomina escorrentia mixta y su existencia marca otra ruptura de pendiente en la curva de descenso del hidrograma (Fig. 1.16). El area bajo el hidrograma desde el inicio de la curva de crecida hasta el ini- cio de la curva de agotamiento mide la aportacién de agua proporcionada por la tormenta en el punto para el que se ha elaborado el hidrograma. Es suma de es- correntia superficial, escorrentia subterrdnea, y en su caso, de escorrentia mixta. Se puede estimar la componente subterrinea del caudal circulante haciendo aforos en dos puntos de un tramo del rio de longitud conocida y sin aportes 0 de- rivaciones. La diferencia entre los caudales aforados sera la aportacién subterré- nea en ese tramo del rio. 62 Primera ruptura _7ae pendiente Caudal (Q) %, Segunda ru ,. Segunda rupture “ay Sep ae uy Aco7 oy TA ¥ MENT Tiempo (t) Fig, 1.16. Estructura esquematica de un hidrograma cuando la escorrentia mixta es significativa. También se puede estimar la componente subterrénea del caudal de un rio a partir de la descomposicin del hidrograma. El método ms sencillo consiste en unir mediante una linea recta el punto final de la curva de agotamiento del hidro- grama anterior con el inicio de la curva de agotamiento del hidrograma en estu- dio. El érea bajo la recta se considera escorrentfa subterrinea y la de encima es- correntfa superficial (Fig. 1.17). Otro método mas sofisticado es el de Barnes. Consiste en prolongar hacia atrés la curva de agotamiento del hidrograma. Desde el punto de inflexion de la curva de descenso se traza una vertical hasta cortar a la prolongacién de la curva de ago- lamiento, El punto de corte es la punta del hidrograma de escorrentia subterrinea, que queda definido uniendo este punto con el final de la curva de agotamiento del hidrograma anterior y el inicio de la del hidrograma en estudio (Fig. 1.18). La escorrentia subterrdnea medida por descomposicién de hidrogramas es la correspondiente a la cuenca vertiente al punto donde se miden los caudales que sit- ven para dibujar el hidrograma, En estos métodos hay que tener en cuenta, para evitar confusiones y efectuar las correcciones necesarias, que el efecto de fusién de la nieve es muy semejante, en los hidrogramas, al de la escorrentfa subterrinea. La escorrentfa superficial se mueve a velocidades del orden de los m/s, la es- correntfa subterrdnea a velocidades que oscilan entre los m/d, en flujos répidos, a unos pocos metros en miles de afios, o incluso a menor velocidad, en flujos len- 63 PeNTeUrE Comionzo dol nuovo agotamiento Caudal (Q) Fin del agotamiento VOLUMEN DE ESCORRENTIA SUBTERRANEA, Tiempo (t) .17. Separacién de escorrentia superficial y subterrénea en un hidrograma: método simple. Punto de inflexién 6 VOLUMEN DE . | = leSCORRENTIA SUPERFICIAL: eae é Fin dt agotamienta anterior VOLUMEN DE ESCORRENTIA SUBTERRANEA Tiempo (th Fig. 1.18. Separacién de escorrentia superficial y subterrdnea en un hidrograma: método de Barnes tos. De acuerdo con esto la primera en llegar al cauce del rfo seré la escorrentia superficial, luego Hegaré la escorrentfa mixta y finalmente la subterrinea. Gene- ralmente la escorrentfa subterrénea es la que mantiene los caudales circulantes por el rio en épocas de estiaje y corresponde a aguaceros anteriores © muy anteriores al momento de su medida. El tiempo base del hidrograma mide la duracién del efecto de fa tormenta en cl correspondiente punto del cauce del rfo. Es el tiempo que transcurre desde el inicio de la curva de crecida al inicio de la curva de agotamiento. El tiempo de respuesta va desde el centro de gravedad del yetograma de Ilu- via ttil hasta la punta del hidrograma, Representa el tiempo medio que tarda el agua de la tormenta en Hegar al punto del cauce del rio en el que se obtiene el hi- drograma. El tiempo de concentracién se mide desde el final del yetograma de Huvia stil hasta el comienzo de la curva de agotamiento. Representa el tiempo que tarda en Hegar al punto del rf considerado la tiltima gota de luvia itil, generalmente la gue ha cafdo en tiltimo lugar en el punto mas alejado del de medida. 1.4.3.2, Caracterizacion del régimen de un rio En la realidad y en un intervalo de tiempo considerable (meses o afios) en un punto del cauce de un rio se genera una serie continuada de hidrogramas, mani- festacién de las tormentas ocurridas en Ia cuenca. A 1a evolucién temporal de los auidales a Jo largo del tiempo en un punto de un rio se la conoce como régimen del rio en ese punto Para periodos largos de tiempo en los que pueda suponerse que los affos se- cos y los hiimedos se compensan entre sf, la escorrentia subterrinea obtenida a partir de los hidrogramas correspondientes a ese periodo de tiempo representarfa la recarga media de los acufferos existentes en la cuenca aguas arriba de la esta- cién de aforos. En estas mismas condiciones puede estimarse la evapotranspira- cién media en la cuenca como el déficit de escorrentia (volumen de agua de pre- cipitacién menos volumen de escorrentfa total medido en la estacién de aforos). E] régimen de los rfos se controla mediante una serie de estaciones de aforo tuadas en puntos seleccionados de Ja red fluvial (Foto 1.8). En esas estaciones se realizan las medidas de los caudales por métodos directos, indirectos 0 quimicos. Los métodos directos proporcionan el caudal circulante a partir del producto de la velocidad del agua por la seccién delimitada por el perimetro mojado. El conocimiento de la geometria del cauce, para conocer con precisién la se cidn por la que circula el agua, presenta el problema de un mantenimiento de lim- pieza en el tramo del rfo que se considere. Determinar con precisi6n la velocidad a la que circula el agua por el cauce del rfo es un poco mas complejo. Es necesario que el flujo sea laminar y hay que te- 65 Foto 1.8. Las estaciones de aforos de escorrentia superficial se instalan en tramos de cauce especialmente preparados para la medida directa o indirecta de los caudales de agua que cit- culan por el mismo. Pueden tener varias secciones, para caudales en aguas altas y caudales en aguas bajas, y diversos instrumentos asociados, como escalas o limnigrafos. Foto: Esta~ cidn de aforos del rio Zincara; Carretera Alcazar de San Juan-Tomelloso (Ciudad Real), 2004. ner en cuenta que la velocidad del agua aumenta, en superficie, desde las orillas hasta el centro del cauce y disminuye en profundidad progresivamente hacia el fondo del rio. La variacién de velocidad es consecuencia de las pérdidas de ener~ gia por rozamiento. El método del flotador consiste en medir el tiempo que tarda en recorrer una distancia medida previamente,un flotador lanzado al rfo. La velocidad cal- culada depende de la linea de cortiente por la que circule el flotador. Para ob- tener una mejor aproximacién se suele lanzar el flotador varias veces, a distin- tas distancias de la orilla, y utilizar como velocidad la media de las medidas. Presenta el inconveniente de utilizar s6lo las velocidades con las que circula la lamina de agua mas superficial, pero es un método sencillo de Hevar a la pric- tica, r4pido y muy dtil para obtener un primer orden de magnitud de los cau- dales circulantes. El método del molinete consiste en introducir una hélice en el cauce del rio y medir la velocidad lineal de la corriente de agua en ese punto a partir de la velocidad de giro de la hélice. El molinete leva adosados sus correspondientes 66 estabilizadores de tal manera que permanece estable en el punto de medida y siempre cara al flujo del agua en el rfo. Su posicidn en el cauce se conoce en todo momento por las coordenadas del punto en que se encuentra, referidas ge- neralmente a Ia orilla y a la superficie del agua en el rio. Estas coordenadas son proporcionadas directamente por el instrumental asociado al método de medida La traducci6n de la velocidad angular de la hélice a la lineal del flujo de agua se realiza a partir de una formula propia de cada molinete y proporcionada por el fabricante. EI modo de operar consiste en dividir en zonas la seccién por 1a que circula cl flujo del rio y medir, con el molinete, la velocidad del agua en diferentes pun- tos de cada zona. La media de estas velocidades multiplicada por el area de 1a zona nos da el caudal circulante por ella. El caudal total se obtiene sumando los caudales circulantes por cada una de las Zonas. Otra manera de actuar consiste en medir velocidades en diferentes puntos del cauce convenientemente distribuidos. Luego se trazan las correspondientes isoli- neas de velocidades. El drea entre dos isolineas consecutivas multiplicada por la velocidad media entre ellas da el caudal circulante por ese érea. El caudal total circulante serfa Ja suma de los caudales parciales calculados. Los aforos quimicos calculan el caudal circulante por el rio realizando un balance de masas entre dos puntos del rfo a partir de la inyeccién de una diso- lucién de trazador de concentracién conocida. Segtin se realice la inyeccién del trazador en el rio el método se denomina de inyeccién instanténea o de inyec- cidn continua, En ambos casos es necesario seleccionar dos puntos del rfo s parados entre sf una determinada distancia. Entre ambos puntos del cauce no deben existir ni aportaciones ni detracciones de agua. Dicho de otra manera: el caudal circulante por el cauice entre los dos puntos seleccionados debe perma- necer constante. En el método de inyeccién instanténea se introduce, en un punto del cauce del ro, un yolumen de disolucién de trazador V;- de concentracién C,. El volumen Vy debe ser despreciable con relacién al caudal circulante por el rio. La masa de trazador introducida instanténeamente seré My= Vp> Cy En un punto aguas abajo del rfo se toman muestras de agua a intervalos cons- tantes de tiempo Ar desde que comienza a pasar la nube de trazador hasta que ter- mina de hacerlo. Se calcula, en laboratorio, Ia concentracién de trazador en cada una de Tas muestras tomadas, Si se representa gréificamente la evolucién de la con- centracién en este punto del rio a lo largo del tiempo se obtendra una curva del estilo de la de Ja figura 1.19.4. La masa M; de trazador que circula por el punto donde se han tomado las muestras en cada uno de los intervalos de tiempo considerados serd, siendo Opel 67 caudal de agua constante circu tervalo de tiempo: M, = Qy- At- Cpa Oy At+ Cy para el segundo intervalo de tiempo. ante por el rfo y C; las concentraciones en cada in- ra el primer interval de tiempo. M, = Qg- At C, para el n-simo intervalo de tiempo. La suma de las ‘4 la masa total del traz: s M, sel lor My, y por lo tanto: My ar ECG, Qr= En el método de inyeccién continua se vierte un caudal const de magnitud conocida y despreciable en relacién al caudal circulante por el rfo~ de concentracién C; de trazador en un punto del cauce de un 1¥0. El vertido es continuo y de la duraci6n necesaria para aleanzar el régimen permanente de con- centraciones en otro punto aguas abajo del primero. Entre ambos puntos el cau- dal del rio debe permanecer constante. La masa de trazador inyectada por unidad de tiempo en el primer punto serd: Mr = Or: Cr Una vez alcanzado el régimen permanente de concentra en el segundo punto ha de cumpli jones (figura 1.19.b), Mr = Qk. Cr Siendo: Qy el caudal circulante por el rio y Cy la concentracién del trazador en este segundo punto del rfo. Determinada Cy, la obtencién de Op es inmediata sin mas que igualar ambas expresiones: En lo expuesto aqui, tanto para el caso de inyeccién instantanea como de in- yeccién continua, se supone que la concentracién natural del trazador en el agua del rio es nula. De no ser asf serfa necesario tenerla en cuenta a la hora de hacer el balance de masas. La medida directa del caudal de los rfos, aunque no presenta especial dificul- tad, es laboriosa, Habitualmente se utilizan los métodos indirectos, consistentes en esencia en obtener el valor de una variable directamente relacionada con cl caudal y mucho més fécil de medir. Esta variable es la altura de la kimina de agua sobre el fondo del rio. 68 (a) Inyeccién instanténea Dt = intervalo de tiempo de muestrea |Concentracién medica & J eneltaboratorio = | Paracel tiompo t, 3 S 6 Termina de pasar el trazador Comienza a llegar el trazador ° ti % +1 Tempo it) (b} Inyeccién continua Comienza el régimen permanente de concentraciones entre el punto de inyeccién y el de muestra G_ | Concentracién medida SZ] enellaboratorio Dt = intervalo de tiempo de muestreo § | paral tiempo t; + s ° i Comienza a Negar el trazador ° %ON*T Tempo it) Fig. 1.19. Aforos de un rio mediante métodos quimicos: curva tipo de la evolucién de la concentracién del trazador en el punto de toma de muestras. 69 Esta metodologfa requiere la canalizacién del cauce en el tramo en el que se van a efectuar las medidas, generalmente un canal de estiaje y otro de inundacién y la instalacién de esealas, una en cada canal, con el «cero» en el fondo del cauce, {que dardn posteriormente la altura de la Kimina de agua en los tramos canalizados (Foto 1.9). Foto 1.9. La medida indirecta de caudales se realiza a través de las medidas del nivel del agua en una escala, Foto: Estacién de aforos de La Cubeta, Ruidera (Ciudad Real), 1997. Una vez acondicionado el cauce se efectiia una serie de aforos directos y se correlacionan con sus respectivas alturas de Kamina de agua. A la nube de puntos se le ajusta una curva, llamada curva de gastos (figura 1.20), que se utilizard en lo sucesivo para obtener caudales a partir de las alturas de lamina de agua medi- das en la escala. La curva de gastos s6lo es vilida para el punto del cauce para el que ha sido obtenida y para las condiciones del cauce en las que se midieron al- turas y caudales, por lo tanto es necesario el mantenimiento del cauce en las con- diciones debidas. 10 Puntos correspondientes a las. medidas directas de altura de lamina de agua y caudal circulante \\ uh Altura de la lamina de agua en el cauce (H) . . Caudal det rio en el punto considerado (Q) Fig. 1.20. Curva de gastos. La medida puntual de caudales presenta el inconveniente de que no es posible conocer la evolucién del caudal en el rfo entre dos medidas consecutivas. Para ob- tener esta informacién es preciso obtener un registro continuo de caudales, Los limnigrafos obtienen un registro continuo de la evoluci6n de la altura de la Lamina de agua en el rf, Hamado limnigrama. En esencia un limnfgrafo consiste en un rodillo que gira a una velocidad ajus tada a un tiempo determinado, semana o mes generalmente, al que se acopla un papel milimetrado sobre el que una plumilla va dibujando las oscilaciones de una boya que flota sobre la superficie del agua del rio. Actualmente también se utili- zan transductores de presiGn asociados a data-logger. EI limnigrama asf obtenido se transforma en hidrograma a patir de la curva de gastos. n EL AGUA EN LAS ROCAS 2 CONTENIDO GENERAL DEL CAPITULO Se inicia aqui la fase subterrdnea del ciclo hidrolégico comenzando por cla- sificar las rocas por su capacidad para almacenar y transmitir el agua y por de- finir los distintos tipos de acuiferos segiin la energfa que tiene el agua almacenada en sus poros. A continuacién se estudia la Ley de Darey, que caracteriza el mo- vimiento del agua subterranea, y finalmente se trata la zona no saturada como zona de paso del flujo del agua que constituye la recarga de los acufferos. 2.1. Clasificacion de las rocas desde el punto de vista hidrogeolégico Desde el punto de vista de su comportamiento hidrogeol6gico, es clasica la clasificacién de las rocas en: Acuiferos, roc gnificativas, s que almacenan y transmiten agua en cantidades Acuitardos, rocas que almacenan agua y la transmiten lentamente. Acuicludos, rocas con una capacidad de almacenamiento apreciable pero con capacidad de transmisin prcticamente nula, Acuéfugos, rocas que ni almacenan ni transmiten agua. E] limite entre unos y otros tipos de roca no esté claramente definido, y en la prictica Ia consideracién de una unidad geolégica como acu‘fero suele estable- cerse en funcién de la naturaleza del resto de las unidades geoldgicas de la regidn La palabra acuffero (del latin aqua = agua y ferre = llevar), no have referen- cia ni a Ta naturaleza litolégica ni a la edad de Ia unidad geol6gica, sino sélo a su capacidad de «llevar agua». El agua almacenada en estas unidades geoldgicas es conocida con el nombre de agua subterrdnea. 2.2. Tipos de acuiferos Cuando el agua almacenada en un acuffero esté en contacto directo con la atmésfera a través de los poros y fisuras de la roca, el acuifero se denomina 15 Foto 2.1. En los acuiferos libres la zona saturada esta limitada en su parte superior por una superficie en la que el agua se encuentra a la presién atmosférica, conocida como su- perficie fredtica. Si ésta aflora puede dar lugar a rezumes, manantiales o depresiones en Bhareadas, Un ejemplo tipico de acuifero libre son los aluviales de rios; en algunos de tllos, la explotacién de éridos provoca la aparicidn del agua subterranea en los huecos ex- cavados. Foto: Velilla de San Antonio (Madrid), 1996. acuifero libre (Foto 2.1). Como ya se vio en el capitulo anterior se cumple que cl limite superior de la zona saturada, la superficie fredtica, es una superficie ‘sica lugar geométrico de Ios puntos en los que el agua subterrdnea se en- cuentra a la presién atmosférica, En cualquier punto por debajo de la superfi- cie fredtica el agua esté a una presidn mayor que la atmosférica (esta a la pre- sién atmosférica mas la correspondiente al peso de la columna de agua que carga sobre ese punto). Se supone que el peso de la roca no ejerce ninguna p sién sobre el agua que en ella se almacena, es decir, que el esqueleto del acu- ifero es una estructura independiente y estable (si se vacfa de agua, la roca no se desmorona). Cuando un acuffero esta aislado de la atméfera por unidades geolégicas im- permeables se le denomina acuifero confinado. Un acuitero confinado estt siempre saturado de agua y en todos sus puntos el agua se encuentra a una pre- sién mayor que la atmosférica, Debido a ello si se perfora un sondeo hasta al- canzar un acuifero confinado, el agua del acuffero ascendera en el interior de 16 Foto 2.2. La perforacién de sondeos en acufferos confinados puede dar lugar a pozos sur- gentes, como el existente en Hormaza (Burgos) que penetra en materiales mesozoicos so- bre el que se sitdan otros terciarios de conductividad hidrdulica mucho menor. La gran pro- fundidad del sondeo (del orden de 2000 m) y el répido ascenso del agua por éste origina que la temperatura de surgencia sea muy elevada. Foto: Hormaza (Burgos), 1997. ese sondeo hasta aleanzar un equilibrio entre la presién a la que se encuentra sometida y la presién atmosférica. A este fenémeno se le denomina artesia- nismo. Si la presién fuese suficiente el agua podria ascender por encima de la superficie del terreno originéndose un fenémeno de surgencia (Foto 2.2). A la cota que alcanzaria el agua en el interior de un sondeo ranurado en un punto del acuifero confinado se le denomina nivel piezométrico, y al lugar geomé- trico del nivel piezométrico de todos los puntos de un acuifero confinado se le denomina superficie piezométrica, Puesto que la presién del agua en todos los puntos de un acuffero confinado es mayor que la atmosférica, la superficie pie- zométrica estard siempre por encima del techo del acuifero y sera, por lo tanto, una superficie virtual, Si las unidades confinantes permiten un cierto flujo de agua desde el acuffero hacia el exterior o viceversa, al acuifero se le Hama se- miconfinado (Figs. 2.1. y 2.2). La explicacién de que la estructura geol6gica de los acufferos es la que con- diciona los fenémenos de artesianismo parece que fue dada por Vallisnieri en 1615. A partir de entonces se empieza a distinguir entre acuiferos libres y acuife- ros confinados, Cuando en un acuffero confinado o semiconfinado el nivel piezométrico des- ciende por debajo de su techo, el acuifero adquiere la condicién de libre. 7 PIEZOMETROS| NIVEL FREATICO (ACUIFERO LIBRE} NIVEL PIEZOMETRICO (ACUIFERO SEMI- ‘CONFINADO) NIVEL PIEZOMETRICO (ACUIFERO CONFINADO) pi Fig, 2.1. Distintos tipos de unidades acuiferas segtin su disposicion. POZO EN Pozo ACUIFERO LIBRE ARTESIANO NIVEL PIEZOMETRICO Pozo (ACUIFERO CONFINADG SURGENTE NIVEL FREATICO (ACUIFERO LIBRI 2.2. Esquema del comportamiento de los distintos tipos de pozos segtin el potencial hidraulico. 8 2.3. Energia del agua en los acuiferos Tanto el nivel piezométrico como el nivel fredtico, es decir la altura que al- canza cl agua subterrinea en el interior de un sondeo ranurado exchisivamente en un punto de un acu‘fero, son consecuencia directa de la energia que tiene el agua en ese punto. A esta energfa se le denomina potencial hidrdulico en ese punto. El concepto como tal fue definido por Hubbert (1940). Como se manifiesta en una altura de agua en un sondeo, se mide en unidades de longitud. A efectos de poder establecer relaciones entre los niveles piezométricos 0 fredticos en diferentes puntos de un acuffero se dan todos ellos segiin una refe- rencia comiin, Esta referencia suele ser la misma que se toma como origen para la medida de las cotas topogriticas, E] potencial hidréulico es suma de una energia potencial, consecuencia de la posicién del punto en el espacio, y una energia consecuencia de la presién a la que se encuentra el agua en el punto que se considere (Fig. 2.3): Donde: + hes el potencial hidréulico [L]. + ges la cota del punto del acuifero sobre un pl * p es la presiGn a la que se encuentra sometida el agua en el punto del acu- ffero, o presi6n intersticial [ML“'T?} + yes el peso especifico del agua [MLT~] no de referencia [L] En un sistema estatico el potencial hidraulico tiene el mismo valor en todos sus puntos (de no ser asf el agua se moverfa de las zonas de mayor energia a las de menor energfa). En un sistema dindmico hay que tener en cuenta la energfa cinética con- secuencia de la velocidad del movimiento. Al ser, en la generalidad de los casos, la velocidad del flujo subterréneo muy lenta, este término suele ser des- preciable. Cuando un acuffero en condiciones ideales de rigidez aflora en una zona que constituye el area de recarga y en otra que constituye el area de descarga, es- tando confinado en el drea intermedia por materiales que se han depositado pos- teriormente sobre él, el nivel piezométrico en la zona de confinamiento viene condicionado por el potencial hidraulico en las areas de recarga y descai Cuando se trata de materiales no consolidados, en condiciones no ideales de ri- gidez, la presi6n del agua en los poros, y como consecuencia el nivel piezomé- rico, también vienen condicionados por ef peso de los materiales que confinan al acuffero. = 80, {a} Acuifero libre PIEZOMETRO (0) Acuifero confinado PIEZOMETRO NP.ACUIFERO CONFINADO /¥) (WIRTUAL) @IMPERMS (c) Acuifero somiconfinado PIEZOMETRO _PIEZOMETRO NF ACUIFERO Flujo de LUBRE mayor a NP ACUIFERO energie ‘SEMICONFINAD( fi 2=0 Fig. 2.3. Potencial hidréulico en los distintos tipos de acuiferos: (a) acuffero libre {b) acuifero confinado (c) acuifero semiconfinado. 2.4. Pardmetros que definen a una roca como acuifero De acuerdo con la definicién de acuifero dos son los parémetros que permiten considerar a los acufferos como verdaderos embalses subterriineos: su capacidad de almacenar agua y su capacidad para permitir que el agua circule en su interior. 2.4.1. Capacidad de una roca para almacenar agua La capacidad para almacenar agua se mide a partir del coeficiente de alma- cenamiento, S, que se define como el volumen de agua que proporciona una co- Jumna de acuffero de base unitaria y altura el espesor saturado del acuifero al des- cender en una unidad el potencial hidréulico. 2.4.1.1. Coeficiente de almacenamiento en los acuiferos libres En el caso de un acuffero libre el volumen de agua que puede obtenerse de acuerdo con la definicién de coeficiente de almacenamiento se corresponde con el agua almacenada en los poros interconectados del medio y que puede ser dr nada por gravedad. Es el specifie yield definido por Meinzer (1923b). Una vez drenada la muestra por gravedad, queda en el interior de la roca un cierto conte: nido en agua sorbida por la superficie de los poros y rellenando los capilares mas finos. A este yolumen de agua se le denomina de retencién especifica (Meinzer, 1923b) y esta sometida a unas fuerzas de succién mayores que las correspon- dientes al potencial gravifico. La porosidad eficaz de la roca (volumen de poros interconectados con rela- cién al volumen de roca, expresado en porcentaje), puede considerarse equiva- lente al specific yield cuando el volumen de agua correspondiente a la retencién espeeifica es despreciable. Obsérvese la diferencia con la porosidad total de una roca que se refiere al mi- mero total de huecos, interconectados entre sf o no. La porosidad eficaz ser me- nor que Ia total. Solo serén equivalentes en el caso de que todos los huecos estu- viesen interconectados. El drenaje por gravedad supone un vaciado fisico del acuifero, BI orden de magnitud del valor del coeficiente de almacenamiento en un acu‘fero libre es del orden-de 10°! a 10° y se expresa en tanto por ciento. EJEMPLO: {Qué volumen de agua puede extraerse por gravedad de 1m de material poroso, saturado al 20% y con una porosidad dre- nable por gravedad del 8 %? Que el volumen en consideracién esté saturado al 20% implica que el agua tan sdlo ocupa 0.2 m®. De ese volumen, el 8 % corres- ponde al agua drenable por gravedad. El volumen total de agua sera: V=1m* x 0.2 x 0.08 = 0.016 m? = 16 L 81 s particulares segtin los distintos tipos de La porosidad presenta caracterfstic: rocas, pudiéndose distinguir (Fig. 2.4): Fig. 2.4. Tipos de porosidad en los aculferos: (A) Porosidad por disolucién. {B) Porosidad intergranular. (C) Porosidad por fisuracién. a) Porosidad intergranular Este tipo de porosidad es tipico de las rocas detriticas no consolidadas (Foto 2.3). En ellas los poros constituyen una intrineada red de canales de pequefio did- metro por los que circula el agua subterrinea. Generalmente esta red de canales esté distribuida por todo el volumen de la roca. Segtin Peyton (1986) en este tipo de rocas la practica totalidad de poros estén interconectados entre si. Es el tamafio de las moléculas circulantes con el agua el 82 Foto 2.3. En los acuiferos detriticos, el agua subterrénea ocupa los pequefios interst cios (poros) que deja el esqueleto sdlido formado por los clastos y la matriz del material. Los acuiferos detriticos han sido los medios en los que se han desarrollado la mayor parte de los métodos de estudio de las aguas subterréneas. Foto: Carretera R-5 en km 95 (Toledo), 1992. que condiciona que algunos nas la circulacién. inalfculos se obstruyan impidiendo en algunas 20- La heterogeneidad de tamafio de los clastos tiene un efecto directo sobre la porosidad (Fig. 2.5). Para clastos esféricos de igual tamaiio y con empaquetamiento ctibico la po- rosidad es maxima, un 47.65 %. Para el mismo tipo de clastos, si el empaqueta- miento es romboédrico (Ios clastos de la capa superior se adaptan a los huecos de~ jados entre sf por los de la capa inferior) la porosidad disminuye hasta el 25.95 %, segtin Meinzer (1923a). Ejemplos de acufferos con este tipo de porosidad son: + Depésitos fluviales. * Las fosas tecténicas rellenas de materiales no consolidados. Los depésitos e6licos. Las Hanuras 0 «planas» costeras. Los depésitos glaciares. 83 (a) Fig. 2.5. (A) Porosidad alta en medio intergranular homogéneo. (B) Porosidad baja por heterogeneidad granulometrica. b) Porosidad por fisuracién Este tipo de porosidad suele ser el caracterfstico de las rocas secimentarias con- solidadas, pluténicas y metamérficas (hard rock). Como consecuencia de una serie de procesos tect6nicos las rocas presentan una red de fisuras de mayor o menor en- tidad y de mayor o menor densidad. Las fisuras no suelen estar distribuidas homo- géneamente en todo el volumen de Ia roca en donde generalmente se encuentran 20- nas fisuradas junto a zonas en las que la ausencia de fisuras es total (Foto 2.4). Cuando la densidad de la red de fracturas es muy elevada y homogénea en todo el volumen de roca (medio continuo) el comportamiento hidrogeolégico de este tipo de rocas puede asimilarse al de las rocas con porosidad intergranular. La porosidad de este tipo de macizos rocosos suele ser inferior al 5 %, segtin Davis (1969). En las rocas volednicas la porosidad es muy variable (Foto 2.5). Por ejemplo, en basaltos oscila entre un 1% y un 12% (Schoeller, 1962), mientras que en la pumita puede llegar al 87 % si bien la mayorfa de los poros no estén interconec- tados entre si, siendo la porosidad por fisuracién la que juega el papel més re- levante. ©) Porosidad por disolucién Bs la porosidad de los medios karsticos en los que a partir de pequefas fisu- ras y planos de estratificacién el agua va disolviendo la roca y acaban por for- marse verdaderas redes de drenaje tridimensionales por las que pueden circular auténticos rios de agua subterrdnea (Foto 2.6). Los aparatos karsticos, cuando no estén muy desarrollados, pueden asimilarse a medios fracturados 0 a medios equivalentes de porosidad intergranular. Si no es asi, los karst pueden tratarse como sistemas tipo «caja negra» que, a partir de unas entradas de agua al sistema conocidas, reproducen los hidrogramas de las surgen- cias reales. 84 Foto 2.4. La fracturacién de las rocas consolidadas crea zonas abiertas o alteradas por las que puede circular el agua. El numero y tamafio de las fracturas, su grado de conexién, y la naturaleza y propiedades hidrdulicas de su relleno condicionan su capacidad de funcio: namiento como acuifero. Foto: Viandar de la Vera (Caceres), 1986. Foto 2.5. En los terrenos volcanicos se suelen superponer materiales muy diversos (cola~ das, piroclastos, diques, cenizas, volcanosedimentarios, etc.). Aparecen conjuntamente ma- teriales permeables por porosidad «intergranular» o fisuracién, impermeables, impermea- bilizados por la vitrificacién de coladas sucesivas, etc. Foto: Barranco Draguillo, Teide (Gran Canaria), 2003. 85 En casos més complejos pueden presentarse en un mismo sistema hidrogeo- l6gico mas de un tipo de porosidad y la exploracién de aguas subterréneas debe desarrollarse de acuerdo con técnicas adecuadas a las caracteristicas de cada tipo de acuifero. El valor de la porosidad es muy variable oscilando generalmente en- tre un 1 % y un 30 % (Davis, 1969). Foto 2.6. En rocas solubles (carbonatos, yesos y otras sales) el agua crea conductos pro- gresivamente mayores a partir de zonas de debilidad. Las rocas solubles mas frecuentes son las rocas carbonatadas, en las que se crea un paisaje especial conocido como karst, re- presentado en superficie por lapiaces, simas y dolinas, y en profundidad por pozos y ga- lerias. Foto: Collado Ernaz, Belagua (Navarra), 1992. 2.4.1.2. Coeficiente de almacenamiento en acuiferos confinados y semiconfinados En el caso de acuffero confinado © semiconfinado el volumen de agua que puede liberarse, segtin la definicidn de este pardmetro, est en relacién con los fe- n6menos elsticos que se producen en el sistema como consecuencia de la varia- cién de la presi6n intersticial al disminuir el potencial hidraulico, Este hecho, que puso de manifiesto por primera vez Meinzer (1928), no supone el vaciado fisico 86 del acuifero (Fig. 2.6). Si el nivel piezémetrico alcanzara el techo del acuffero a ser libre. NP INICIAL, NP FINAL IMPERMEABLE 1m Fig. 2.6. Coeficiente de almacenamiento en un acuffero confinado. Su orden de magnitud esté muy condicionado por los valores de los coefi- cientes de compresibilidad del agua y del acuffero. En la generalidad de los casos suele estar entre 10% y 10°. Se expresa como: S=yb(m- Bea) Donde: + Ses el coeficiente de almacenamiento (adimensional). + es el peso especifico del agua [ML?T?]. + mes la porosidad eficaz (adimensional).. * Bes el médulo de compresibilidad del agua [L? M“'] * ces el médulo de compresibilidad del acuifero [L? M2}. * b es el espesor saturado del acuffero [L]. ‘También puede considerarse que: S= yom, + ybo. En donde el primer sumando indica, de acuerdo con las condiciones de la defi- nicién de coeficiente de almacenamiento, el volumen liberado como consecuencia de la compresibilidad del agua y el segundo como consecuencia de la del acuifero. 87 El coeficiente de almacenamiento no tiene dimensiones (volumen de agua que puede extraerse de un volumen de acuffero [L*/L*]). Para el volumen de agua que puede extraerse por unidad de espesor saturado de] acuifero se define el coeficiente de almacenamiento especifico que vale Jacob, 1940, 1950; Cooper, 1966): Donde b es el espesor saturado del acusfero. S” tiene dimensiones de [L"']. EJEMPLO: Un acuifero confinado tiene 200 m de espesor. Si los coe- ficientes de compresibilidad del agua y del acuifero son 4.76 x 10° m2/kg y 0.77 x 10° m%kg respectivamente, y la porosidad eficaz es del 6 %, calcular el coeficiente de almacenamiento. Aplicando la expresion: S= yb (mf + a) 2 = 1000 2 200 m (0.06 476-109 40.77. 10° m kg EJEMPLO: Si el acuifero del ejemplo anterior tiene un drea aproxi- mada de 980 km?, calcular: a) Volumen de agua que puede obtenerse bajando el nivel pie- zométrico una media de 10 m en todo el acuifero. b) {Qué volumen de agua se debe a la compresibilidad del acu- ifero y qué volumen a la del agua? a) El volumen total correspondiente al descenso de 10 m es: 2 Vr = 10 m x 980 km? x 108 ™ km 8 - 10° m? Esta cifra, multiplicada por el coeficiente de almacenamiento, da el volumen total de agua obtenido como consecuencia del abati- miento de nivel de 10 m: V= 9.8 - 10° m? x 2,1- 10 = 2.06 - 10° m? b) Partiendo de la ecuacién que da el coeficiente de almacena- miento elastico: S= yb (mf + a) La parte correspondiente a la compresibilidad del agua: S= yom.B S = 1000 x 200 x 4.76 » 10° x 0.06 = 0.000057 88 ee La parte correspondiente a la compresibilidad del acuifero: S = ybo. S = 1000 x 200 x 0.77 - 10° = 0.00015 S = (Sagua + Sacuitoro) = (0.000057 + 0.00015) = 2.1 - 10+ Es decir, el volumen de agua obtenido se debe en un 72.5% a la compresibilidad del acuifero y en un 27.5 % a la del agua. 2.4.2. El movimiento del agua a través de las rocas Desde el punto de vista cientéfico la gran dificultad para la caracterizaci6n del movimiento de las aguas subterrineas fue la definicién del vector velocidad en el interior de un medio poroso. En este tipo de medios los pequefios canales por los que circula el agua son distintos entre sf en cuanto a forma, tamaiio y rugosidad. Serfa necesario definir, por lo tanto, para cada uno de ellos, un vector velocidad propio. En el conjunto del medio poroso existirian infinitos vectores velocidad con infinitos médulos, direcciones y sentidos. En definitiva el movimiento del agua en los medios porosos seria un fenémeno aleatorio. No serfa posible ni la cuantificacién de caudales en una determinada direccién ni la realizacién de ba- lances. Este hecho, de rafz eminentemente cientifica, junto a las ideas sobre el ori- gen de las aguas heredadas de los prestigiosos sabios de la antigua Grecia, son la causa principal de que la Hidrogeologfa como ciencia no empiece a desarrollarse hasta pasada la mitad del siglo xix (ver, por ejemplo, Solis, 1990 y Martinez. Al- faro, 2004), Esta situacién permanece hasta 1856 en que Henry Darcy, ingeniero francés, cenuncia una ley empirica que define el movimiento del agua a través de diversos lipos de arena, El caudal circulante por un tubo Heno de arena es directamente proporcional a la seccién transversal al flujo y a la pérdida de potencial de pre- si6n a lo largo del tubo (Fig. 2.7.) Fig. 2.7. Esquema del experimento de Darcy. 89 La constante de proporcionalidad es denominada conductividad hidrdulica, Ah Q=A-K —— [ Al Donde: * Qes el caudal circulante [L9T"] + Aes la seccién del tubo normal al flujo subterréneo [L*]. + Kes la conductividad hidréulica [LT]. + Ab es la pérdida de energia que experimenta el agua [L]. + Ales la distancia recorrida por el agua a través de la arena [L] El cociente Ah/Al se denomina gradiente hidrdulico «iv y representa la pér- dida de energia por unidad de longitud de camino recorrido que experimenta el agua subterrdnea al circular a través de un medio poroso La conductividad hidrdulica se define como el caudal de agua que pasa a tra- vés de una superficie unitaria de acuffero bajo un gradiente hidréulico unidad Tiene dimensiones de [L/T]. Cuando se considera el caudal de agua que pasa por una seccién de acuifero de base unitaria y altura su espesor saturado se habla de transmisividad del acuffero. De las definiciones anteriores se desprende que la «transmisividad» es igual a la «conductividad hidrdulica» por el «espesor satu- rado» y tiene de dimensiones L’/T. T=K-h4 EJEMPLO: Un acuifero tiene un espesor saturado de 50 m y una con- ductividad hidraulica de 20 m/d. Calcular su transmisividad. Aplicando la expresion: T=K-b 2 m fi T=20".50m=1 re 7 m = 1000 7 La conductividad hidrdulica depende tanto de las caracteristicas del medio como de las del fluido. Puede expresarse como: K=Ky Donde: + Kes la conductividad hidréulica [LT] + Kyes la permeabilidad intrinseca que vale Cd* [L?] + Ces la constante que incluye las caracterfsticas de la roca (grado y tipo de estratificacién, compactacién, grado de cementacién) [Adimensional] 90 Sr Ur * des el tama nulométri 10 medio de los poros equivalente al didmetro de la curva gra- 4 que representa el paso del peso 50 % de la muestra [L]. * yes el peso especifico del agua [ML°T]. * [Les la viscosidad del agua [MT'L] Kyengloba las caracteristicas del medio acuéfero por el que circula el agua y ‘yi las del agua, 2.5. Homogeneidad, heterogeneidad, isotropia y anisotropi: Cuando un medio tiene las mismas caracteristicas de conductividad hidréulica en todos sus puntos se dice que es homogéneo. Si la conductividad hidrdulica es la misma en cualquier direccién que se considere, el medio es isétropo. Combinando estas dos propiedades un acuifero puede ser: Homogéneo ¢ isdtropo: Por ser homogéneo tiene las mismas caracteristi de conductividad hidréulica en todos sus puntos y por ser is6tropo la conductivi- dad hidréulica no varfa con la direccién. La conductividad hidréulica podria re- presentarse, en este tipo de medios, por una esfera del mismo radio en todos los puntos del acuffero (Foto 2.7). CLES fy VN S cf ao y i ‘ FAI Sf PyASASD Moh ty COVA Foto 2.7. En algunos ambientes sedimentarios se puede producir una buena clasificacion de los componentes solidos. Estos ambientes originan acuiferos que, a efectos practicos, pueden ser considerados homogéneos ¢ isdtropos. Foto: Dunas costeras del Parque Na- cional de Donana (Huelva), 2000. re 91 — Homogéneo y anisétropo: Por ser homogéneo las caracteristicas de conducti- vidad hidrdulica seran las mismas en todos sus puntos y por ser anisétropo la con- ductividad hidréulica sera distinta segtin la direccién que se considere. En este tipo de medio la conductividad hidrdulica se puede representar por un elipsoide de tres ejes, que sera el mismo sea cual sea el punto que se considere. Heterogéneo e isotropo: Por ser heterogéneo las caracteristicas de conducti- vidad hidréulica seriin distintas para cada uno de sus puntos, y por ser isGtropo la conductividad hidréulica no variar con la direccién, La conductividad hidréulica vendré dada por una esfera cuyo radio variara segtin el punto que se considere. Heterogéneo y anisétropo: Por ser heterogéneo tiene distintas caracteristicas de conductividad hidirdulica en cada uno de sus puntos, y por ser anis6tropo la conduc- tividad hidréulica varia con la direccién, Para representar la conductividad hidréulica habré que considerar un clipsoide de tres ejes distintos para cada punto del medio. En la naturaleza a escala local, salvo casos concretos, como pueden ser, por ejemplo, unas arenas de duna, los acufferos son siempre heterogéneos y anisétro- pos (Foto 2.8). Sin embargo, a escala regional, en la préctica puede asumi chas veces homogeneidad e isotropfa al objeto de poder aplicar al acuffero la for- mulacién matemitica necesaria para su caracterizacién. Foto 2.8. En la mayor parte de las situaciones, el medio geold- gico por el que circula el agua presenta variaciones espaciales de los parémetros hidrdulicos de- bidas a la textura (tamanios pre- sentes en el soporte sdlido) y a la estructura (distribucién de los componentes sdlidos). Foto: Riba- tejada (Madrid), 1984. 92 .- » +=» ¥® 2.6. Generalizacion de la Ley de Darcy La Ley de Darey también puede expre: (caudal dividido por seccién): se en términos de velocidad de flujo v=-K-i En donde el signo menos indica que los vectores velocidad y gradiente, aun- que con la misma direcci6n, tienen sentido contrario. Esta velocidad no es con la que realmente se mueve el agua a través del me- dio poroso. La Ley de Darey considera que el flujo subterréineo puede moverse a través de la totalidad de la seccién que atraviesa, En realidad el agua subterranea solo puede moverse a través de los huecos que dejan entre sf los elementos sli dos que constituyen el acuffero, Es decir, el drea atravesada realmente por el flujo sera (Fig. 2. Age Avm, wa-Txa tb) T= Va Ae : An = Atmos. <| L Fig. 2.8. Flujo a través de una seccidn en (a) medio libre (b) medio poroso. Siendo A el dea que considera la Ley de Darcy y m, la porosidad eficaz. De acuerdo con esto, la velocidad con la que realmente se mueve el flujo subterréneo serd Ve= > me Donde ¥’ es la velocidad dada por la Ley de Dare OU =e"! Puesto que la porosidad eficaz es siempre inferior a la unidad, el agua subte- rrénea se mueve realmente a una velocidad mayor que la dada por la Ley de Darcy, Considerando un medio anisétropo, se puede descomponer el vector velocidad segtin sus tres Componentes cartesianas, y quedarfa: oe ox ah ay Que se conoce como la expresién de la Ley de Darcy generalizada, El cumplimiento de la Ley de Darcy exige que exista una relacién lineal en- tre velocidad y gradiente hidraulico (Hubert, 1956). El pardmetro que mide esta linealidad (flujo laminar) es el némero de Reynolds (Streeter, 1962) Ved n 'uando la velocidad real del flujo Vy se mide en cm/s; el didmetro medio de los poros o fisuras de fa roca d, en cm; la densidad del agua p, en g/cm’; y la vis- cosidad [1, en dinas- s/em?, para valores de R, inferiores a 4, Ia velocidad del flujo y el gradiente hidriulico se relacionan linealmente, el flujo es laminar y es valida la Ley de Darcy. Para valores de R, mayores de 10 el flujo es turbulento y la Ley de Darcy no es valida, Para valores del nimero de Reynolds entre 4 y 10 puede asumirse el error de admitir flujo laminar y se puede considerar que Ia Ley de arcy es «aplicable» R. En la préctica puede asumirse que la Ley de Darcy es aplicable en la pr tica totalidad de los medios con porosidad intergranular y en la mayorfa de los medios fisurados en los que el grado de fracturacin permita su asimilacién a medios intergranulares. Si el medio es discontinuo el problema se complica puesto que el agua s6lo circula por las fracturas y 1a capacidad de transmisin de agua depende de la densidad de fracturacién, de la orientacién y buzamiento de las fracturas, del grado de conexi6n, de la apertura de las fracturas, de la homo- geneidad en el tamafio de las fracturas y de la rugosidad de las paredes de la fractura. En estos casos hay que acudir a leyes més complejas, del tipo de la Ley ciibica; ver, por ejemplo, Doménico y Schwartz, 1990. En los medios permea- bles por disolucién -la mayorfa de los acufferos karsticos— se da con frecuenci la existencia de flujos turbulentos por lo que la aplicacién de la Ley de Darcy re~ sulta problematica, 94 2.7. El agua en la zona no saturada La zona no saturada se extiende desde la superficie del ter sta Ja su- perficie fredtica. El comportamiento hidrogeolégico de esta zona estd condicio- nado por el grado de saturacién de los poros. 2.7.1, La energia del agua en la zona no saturada En Ja zona no saturada el agua se encuentra sometida, por una parte, a laa in de la fuerza de la gravedad que tiende a que se desplace hacia zonas més profundas, y por otra parte, a una serie de fuerzas de retencién, que tienden a fi- jar sus moléculas al terreno. Seré el balance entre ambas, en cada punto del te- rreno, el que determine si el agua desciende o queda retenida en un determinado lugar, y también el camino a recorrer (Childs, 1967). La fuerza de la gravedad da lugar a una energia denominada potencial gravi- metrico, de valor: 5 = mgz + mes la masa de agua [M] + ges la aceleracién de la gravedad [LT * zes la cota con respecto a un plano de referencia (L] Las fuerzas de retencién son la suma de las fuerzas de adsorcién, las fuerzas capilares y las fuerzas osméticas. A la energia con la que todas estas fuerzas tien- den a fijar el agua al terreno se le denomina potencial de succién. Las fuerzas de adsorcién son consecuencia del caricter dipolar de la molé- cula de agua y de la descompensacién eléctrica existente en la superficie de los coloides (particulas de arcilla que como consecuencia del Javado del terreno han perdido los cationes quedando su superficie cargada negativamente). Son fuerzas electrostaticas que retienen a las moléculas de agua formando una pelicula sobre a superficie de los coloides. A la energia consecuencia de estas fuerzas se le de- nomina potencial de adsorcién. Dentro de la zona vadosa, en las proximidades del nivel fredtico y cuando cesa el flujo descendente, se produce un efecto conocido en fisica con el nombre de capilaridad. La existencia de poros de muy pequeito diémetro implica un as: censo del agua procedente de Ia zona saturada a través de ellos dando origen, in- mediatamente por encima del nivel fretico, a lo que se lama franja capilar. El fenémeno de la capilaridad es directamente proporcional a Ia tensién superficial entre el agua y el aire contenido en los capilares y a la atraccién molecular entre el agua y las paredes de la fase s6lida, Es inversamente proporcional al peso es- pecffico del agua y al radio del capilar. Como consecuencia de la capilaridad, Ja presién en esta zona es inferior a la atmosférica, Las fuerzas capilares originan el potencial capilar. En terrenos muy salinos Jas moléculas de agua sufren una atraceién por parte de la fase sélida que tiende a igualar I concentracin en sal con Ta fase Ifquida, Este fenémeno es conocido con el nombre de potencial osmético, que puede no existir, o ser despreciable, si la salinidad no es muy alta A la suma del potencial de adsorcién y del potencial capilar se le denomina potencial mdtrico 0 potencial matricial, y es igual al potencial de succién cuando el efecto del potencial osmético es despreciable. E] potencial de succién tiende al equilibrio de las fuerzas electrostéticas entre la fase sélida y la fase Kquida. Como consecuencia de ello disminuye al aumentar el grado de saturaci6n en los poros de Ia fase sélida. Si el grado de saturacién aumenta continuamente Hlegard un momento en el que el potenciall suecién sea inferior al po- tencial gravimétrico dando lugar a una circulacién de agua (agua gravifica). Si cl proceso tiene entidad suficiente el agua alcanzard la zona saturada, incrementando el volumen alli existente. Es el modo de recarga de muchos acufferos. De acuerdo con esto, Ia energia del agua en cualquier punto de la zona no sa- turada es la suma, teniendo en cuenta los signos, del potencial de suceién y el po- tencial gravimétrico. En la mayoria de los casos el potencial osmético sera des- preciable y entonces se podri decir que Ia energia det agua en cualquier poro de la zona no saturada seri la suma del potencial métrico y del potencial gravimé- Irico, teniendo en cuenta el signo de ambos. O° = yO) + E En donde y(®) es el potencial matrico que, como se acaba de comentar, de- pende del contenido de agua en la zona no saturada @ (0 es la relacién volumé- trica entre el agua y fa zona no saturada) Se mide en volumen de agua contenido en un volumen de zona no saturada detérminado [L‘L*). EI potencial matrico puede medirse experimentalmente como una presién, P, mediante tensiémetros instalados en la zona no saturada (Foto 2.9). Puede expre- sarse en unidades de presidn (unidades de fuerza/unidades de superficie), en at- mésferas, en bares, en pascales 0 en Jongitud de la columna de agua equivalente (1 atmésfera = 10 m de altura de agua = 10° pascales). EI potencial gravimétrico puede expresarse por unidad de volumen de agua: Eg=P-gez siendo p la densidad del agua [ML]. Por tanto, quedarf Dividiendo por p - g 96 Foto 2.9. Los tensiémetros, en sus diversas variantes, son instrumentos muy utilizados para la caracterizaci6n in situ del estado hidrico de la zona no saturada. Miden el potencial total del agua (potencial matricial y potencial gravitacional respecto a la superficie del te- reno) a la profundidad a la que se sittia la cépsula porosa. O lo que es to mismo: O=h, +z Esto expresa el potencial hidréulico en la zona no saturada como suma del po- tencial de presién (potencial métrico en unidades de longitud) més la cota del | punto en que se mide con respecto a un plano de referencia. | Van Genuchten (1980), entre otros, definis Ia curva caracterfstica suelo-agua } como la relacién entre el potencial métrico h,, y 6: } En una curva «tipo», como la de la figura 2.9 puede apreciarse como cuando 1] el contenido de agua en el suelo corresponde a la humedad residual no elimina- } ble del terreno en condiciones naturales, relacién volumétrica 6,, pequefios inere- | mentos del volumen de agua en los poros suponen fuertes disminuciones del po- lencial métrico h,, (en valor absoluto, pues to que el signo menos indica que las 7 } _ | hm (cm) 0 of 02 03 04 05 06 0 (om /en Fig. 2.9. Curva de retencién de agua en la zona no saturada en funcién del potencial matrico o potencial de presién (Van Genuchten, 1980). fuerzas son de retencién). Al alcanzar @ un determinado valor (en la gréfica ejem- plo en torno a -10* cm), la disminucién del potencial métrico es mucho més suave. Al alcanzarse un contenido de agua en el suelo proximo a Ta saturaci6n, re~ lacién volumétrica @,, vuelve a ocurrir que pequefias variaciones en el contenido de agua implican fuertes variaciones en el potencial métrico. Este tipo de curvas son propias para cada tipo de terreno puesto que el conte- nido en agua depende tanto de la textura (heterogeneidad u homogeneidad de la granulometrfa) como de su estructura (disposicién relativa de los clastos entre sf), por lo que se suelen denominar curvas caracteristicas. Ademds se obtienen ex- perimentalmente, para un mismo terreno, curvas diferentes si los valores se miden para un ciclo de secado 0 para un ciclo de humedecimiento, Este fendmeno, Ila- mado histéresis, es consecuencia de la geometria de los poros, de que los menis- cos entre el agua y los poros son diferentes durante el Hlenado y durante el va- ciado, y de la influencia de los gases existentes en los poros sobre el frente de avance del agua durante los procesos de Henado (Fig. 2.10). La relacién entre @ y el potencial matrico hay que obtenerla en laboratorio mediante pares de valores para una serie de presiones caracterfsticas. Con este método no se obtiene una relaci6n continua entre ambos pardmetros, por esto se 98 400 -300 200 Hen (em) 100 100 0 (9%) Fig. 2.10. Ciclo secado-saturacién en la zona no saturada y fenémeno de histéresis. suele recurrir a f6rmulas empfricas. Una de las mas conocidas es la de Van Ge- nuchten (1980), que da la siguiente relacién empirica entre @ y el potencial ma- trico: « o=0,+ — Om f+ caly| yr on la que: n 1 lm tha. pyee ge 2m hy ‘hy es el potencial métrico para el que comienza el drenaje gravitacional. Los pardmetros de esta férmula, en cada caso, han de proceder de la curva ca- racterfstica del suelo (potencial matrico-8) que ha de ser obtenida a partir de me- didas experimentales: 9, ¢s la relaci6n volumétrica correspondiente a un potencial métrico de 0. * - Hi 6, es la relacién volumétrica correspondiente a un potencial matrico de 15.000 em. m vale: -%» cuando 0< S,<1 0.025 cuando S, > 1 > ponde a 8’ se calcula gréficamente a partir de la curva experimental. 2.7.2. El flujo del agua en la zona no saturada La ley que define el flujo del agua en Ja zona no saturada es conocida como la Ley de Buckinghan y fue expresada en su forma actual por Richards (1928): ao =—K(y) - q Cw, 1 En donde + ges el flujo de agua a través de la unidad de superficie [L'T'L* + K(y) es la conductividad hidréulica [LT] a es el gradiente, es decir la variacién de la energia total del agua a lo largo del camino recorrido. EI signo menos indica que el flujo tiene el sentido de los potenciales decre cientes, opuesto al gradiente. El paralelismo con la Ley de Darey es evidente. La conductividad hidréulica tiene el mismo sentido fisico que en la zona sa- turada: facilidad con la que el agua circula a través del medio, Puesto que la cir culacién del agua sélo es posible por las zonas saturadas en el interior de cada uno de los poros, la conductividad hidréulica en la zona no saturada va a ser fun- cidn de ®. Puesto que el potencial matrico también depende de 0, en definitiva la conductividad hidraulica dependerd del potencial métrico (aumenta con la dismi- nucién del potencial métrico). 100 —— Ce ——— — ———— CT; . Van Genuchten (1980) también proporciona una funcién que relaciona el va- lor de la conductividad y el contenido de agua en el terreno, Viene dada por: K(@) = KS! [1 — 0 -Sinmp Donde: + K(@) es la conductividad hidréulica funcién de 0. + K, es la conductividad hidréulica para el medio totalmente saturado. *+ mes el parametro definido para la curva caracteristica 6-6 0, -8) También puede expresarse en funcidn del potencial de presién (potencial ma- trico expresado en unidades de longitud): Kin =x, Lz lony’ + (any) [1 + (anyyn? K(h): conductividad hidraulica en 1a zona no saturada para un potencial de m, n, 0: pardmetros de Van Genuchten. La ecuacién de la continuidad expresa, para un intervalo de tiempo determi- nado, gue las entradas de agua menos las salidas de agua han de ser igual a la va- riaci6n del yolumen de agua almacenado en la zona no saturada: 20 ( an, 9 aq ) or ax ay oe Richard (1928), a partir de esta ecuacién y de la de Buckinghan, obtiene la ecuacién del flujo en la zona no saturada: 8 _¥ [Kyve ot que para flujo exclusivamente vertical, se simplifica notablemente: o@ ) — 2KCy) of = 9g (ROO BE) Ge 101 DE FLUJO SUBTERRANEO LA ECUACION GENERAL 3 Y SU RESOLUCION CONTENIDO GENERAL DEL CAPITULO Definida la Ley de Darey y utilizada para aplicar el principio de conservacién de la masa a un elemento de acuffero, se deduce en este capitulo la ecuacién ge- neral del flujo subterrdneo, tanto para régimen permanente (potencial constante 4 lo largo del tiempo) como para régimen transitorio (potencial variable a lo largo del tiempo). Se definen las condiciones de contorno necesarias para obtener soluciones particulares de esta ecuacién y se indican os métodos de resolucién de la misma: redes de flujo, soluciones analiticas y métodos numéricos. 3.1. La ecuaci6n general del flujo en régimen transitorio y en régimen permanente Consideremos un pequefio elemento de un acuifero, de dimensiones dx, dy y dg, orientado en el espacio segtin unos ejes cartesianos X,¥Z (Fig. 3.1), y apli- quemos el principio de conservacién de la masa (entradas de masa de agua me- nos salidas igual a variacién de masa en el almacenamiento del elemento), Zz Fig. 3.1. Balance de masa en un elemento diferencial de acui- ¥ fero. 105 a masa de agua que entrar en ese elemento de acuffero en un instante df, segtin la direccién del eje X, se puede expresar como el yolumen de agua que en- tra en ese instante (seccién por velocidad y por tiempo), multiplicado por la den- sidad del agua. M,= dy -dz-¥,- pdt en donde: la seccién perpendicular al flujo [17] ién del eje X [LT]. sdy-dee * Yes la velocidad del flujo en la dire * pes la densidad del agua [ML*] + dres-el intervalo de tiempo considerado [T]. En ese mismo instante por la cara opuesta, separada de la anterior dx, sale el volumen de agua Mea = 4 «de Vexay Po dt La diferencia entre la masa que entra por una cara del elemento y 1a que sale por la opuesta ha de ser igual, para que se cumpla el principio de conservacién de la masa, a la variaci6n en el almacenamiento en esa direcci6n. La diferencia se calcula aplicando la formula de Taylor, Despreciando los términos superiores a la primera derivada queda . et AM, = AV, -p = Le. 2. dy dy des p-di= 2 dx dy -de-p _ ax Considerando un volumen unitario, dx» dy « dz = 1, un tiempo unitario, dr = 1, y eliminando p de ambos miembros de la ecuacién: ay, AV, | ae ‘Teniendo en cuenta la Ley de Darcy, a(x. 24) AV, = — } ax 106 Haciendo un razonamiento semejante para las otras dos direcciones del espa- cio, tendremos: AY, a ecuacién representa un balance de flujos de agua en la unidad de tiempo en ef elemento unitario de acuifero que hemos considerado. El término de la iz~ quierda representa las entradas menos las salidas de agua y el término de la dere. cha la variacién del volumen almacenado, que puede expresarse: » Oh AV=S° = or Siendo S” el coeficiente de almacenamiento especifico por tratarse de un ele- mento de acuifero de espesor unidad. Al ser el area de la base del elemento de acuffero también la unidad, el producto ~ dh ot expresa el volumen de agua que gana 0 pierde el elemento de acuffero unitario considerado segtin varia el potencial hidréulico a to largo del tiempo. Podemos poner entonces (4 Ph . &h ah 7 ace = 2 1 5 ae tet ae) ot Que es la ecuacién general del flujo en régimen transitorio 0 no estaciona- rio (i varia a lo largo del tiempo) en medio homogéneo e isdtropo. Si el medio es homogéneo y anisétropo la ecuacién general del flujo en ré- gimen transitorio se expresa: ah 22 ee ax Oh <5 ae K, oz? ot Si el medio es heterogéneo y anisétropo es necesario recurrir al tensor de conductividad hidréulica para definir las caracterfsticas de este pardmetro en cada punto. 107 tacionario, h es constante a Jo largo del 0 al tiempo, quedando Ia Si el régimen es permanente o tiempo. Por lo tanto se anula su derivada con respei ecuacidn general del flujo en este caso: Oh | Ph | wh ey ee ve ox ay? 3.2. La resolucion de la ecuacién general del flujo La ecuacién general del flujo subterraneo es una ecuacién diferencial en deri- vadas parciales de segundo orden que admite infinitas soluciones. Dicho de otro modo puede aplicarse a la inmensa mayorfa de los sistemas hidrogeolégicos, en concreto a todos aquellos a Jos que se pueda aplicar la Ley de Darcy. La resolucién de un problema concreto a partir de la ecuacién general del flujo subterrdneo exige la definicidn de las caracteristicas particulares de ese sis- tema de flujo subterraneo, conocidas como sus condiciones de contorno, inclu- yendo su geometria (forma y dimensiones) y su relacién con las unidades hidro- geol6gicas y otros elementos adyacentes. Existen tres tipos de condiciones de contomo (Reilly, 2001): + Potencial impuesto, condicién de contorno de primera clase 0 de Dirichlet. En este tipo de limite el potencial se conserva constante a lo largo del tiempo. Si el potencial es el mismo en todos los puntos del contorno, cons- tituye una linea, una superficie equipotencial. Suele estar asociado a con- tactos entre ef acuffero y masas de agua de importancia: lagos, mares, rfos caudalosos, etc. (Foto 3.1). + Flujo impuesto, condicién de contorno de segunda clase o de Neumann. Existe un flujo de agua definido que sale del acuffero © penetra en él, Este flujo puede ser nulo en el caso del contacto entre el acuffero y una unidad impermeable. Las divisorias de aguas también se ajustan a este tipo de con dicién de contorno. + Flujo condicionado por el valor del potencial hidrdulico, condicién de contorno de tercera clase o de Cauchy. Se aplica a las entradas y salidas de agua del acuifero a través de capas semiconfinantes que lo separan de otra fuente de recarga externa. El flujo que sale del acuffero o penetra en él de- pende de la diferencia de potencial entre el acuffero y Ia fuente externa, de la conductividad hidréulica vertical del acuitardo 0 capa semiconfinante, de su extensi6n superficial y de su espesor. Una vez establecidas las correspondientes condiciones de contorno, la solu- cidn de la ecuacién general del flujo es tinica y corresponde al problema que se ha planteado. 108 La resolucién de la ecuacién general del flujo puede abordarse de tres mane- ras diferentes: * Graficamente. * Analiticamente. * Numéricamente, Foto 3.1. Si el nivel del agua no varia significativamente, las grandes masas de agua su- perficial (lagos, mares, embalses) pueden ser consideradas como condiciones de contorno de potencial constante. Foto: Embalse de Camporredondo (Palencia), 2000. 3.2.1, Resolucién grafica de la ecuacién general de flujo La resolucién grdfica de la ecuacién general del flujo slo es aplicable en ré- gimen permanente (se trabaja sobre representaciones grificas de la situaci6n del acuffero en un tiempo determinado). Es conocida con el nombre de método de las redes de flujo. 3.2.1.1. Definicion de red de flujo La Ley de Darcy permite definir un vector velocidad que es la resultante de todos los vectores velocidad que podrfan definirse para cada uno de los poros en la zona considerada. Llamaremos linea de corriente a la linea que constantemente es tangente al vector velocidad definido en un medio poroso a partir de la Ley de Darcy. Mate- 109 maticamente serfa la envolvente del vector velocidad. Una trayectoria serfa una Iinea, mas 0 menos tortuosa, que constituirfa el lugar geométrico de las sucesi- posiciones de una particula de agua en su movimiento a través de un medio poroso. Superficies equipotenciales (en sistemas tridimensionales) 0 Iineas equipo- tenciales (en sistemas uni o bidimensionales), son el lugar geométrico de los pun- tos que tienen el mismo potencial hidrdulico. Se tratarfa de superficies o Iineas en las que el agua subterrénea tiene la misma energfa en todos sus puntos. El gradiente hidrdulico indica la direccién en la que se produce el méximo cambio de energfa entre cada dos equipotenciales. Por lo tanto es perpendicular a las equipotenciales (camino mas corto entre ellas). Como, segtin la Ley de Darcy, ¥ = -Ki, el vector velocidad y el vector gradiente son paralelos entre sf, el vector velocidad también sera perpendicular a las equipotenciales. Puede concluirse que lineas de corriente y equipotenciales son perpendiculares entre sf. Para ello el me- dio ha de ser homogéneo e isstropo. En un acuffero homogéneo ¢ is6tropo, lineas de corriente y equipotenciales cons- tituyen una malla ortogonal que se llama red de flujo. Seré bi o tridimensional de acuerdo con el sistema de flujo. La ted de flujo define el movimiento de las aguas subterréneas puesto que las lineas de corriente van en la direccién perpendicular a las equipotenciales y en el sentido de los potenciales decrecientes (Fig. 3.24). Las redes de flujo permiten también el tratamiento cuantitativo del sistema hi- drogeolégico sin més que aplicar la ley de Darcy a la malla definida. Se denomina tubo de flujo a la porcién de acuffero limitada por una serie de Ifneas de corriente que pasan por un contorno cerrado. La propiedad esencial de los tubos de flujo es que el caudal que circula por ellos se conserva constante (Fig. 3.2b). he Lineas de corriente hn ho Fig. 32a, Red de flujo en medio homogéneo ¢ isstropo: Equipotenciales _'28 lineas equipotenciales y de evalor hs, Corriente son perpendiculares entre si. Las lineas de corriente tienen el sentido de hecht hy. Aplicando la Ley de Darey se puede calcular el caudal circulante en la sec- ci6n intermedia definida entre las dos equipotenciales: Ah O=a-b-K- At Q=a Al Donde: * Qes el caudal circulante por el tubo de flujo [L°T-"] * aes el ancho del tubo de flujo [L]. + b es el espesor del tubo de flujo [L]. * Kes la conductividad hidréulica del medio [LT-']. Ah es la diferencia de potencial hidréulico (h,-hy) [L] Ales la distancia entre las dos equipotenciales [L]. Este caudal sera el mismo en cualquier seccién del tubo de flujo perpendicu- lar a las Ifneas de corriente. Si aumenta la seccién disminuye la velocidad de flujo y viceversa, pero el caudal siempre es constante. he hi hi> he Fig. 3.3. Caudal circulante por un tubo de flujo de espesor unitario. Ht Si dibujamos la red de flujo c adrada (a = Al) quedaré Q=b:K-Ah (LeT] y para un tubo de flujo de espesor unitario: Q=K-Ah Obsérvese que las dimensiones siguen siendo las de un caudal puesto que 1(L) Por lo tanto podemos decir que en una red de flujo cuadrada y de espesor unitario, el caudal circulante es independiente del tamaito de la malla, y que por todos los tubos de flujo de la red cireula el mismo caudal. Esta propiedad de las redes de flujo cuadradas es muy importante pues faci- lita en gran medida el tratamiento cuantitativo de la resolucién de los problemas hidrogeolégicos. 3.2.1.2. Obtencién de una red de flujo en un medio homogéneo e isétropo Para dibujar una red de flujo en primer lugar hay que definir las condiciones de contorno del problema, esto es, hay que definir desde el punto de vista hidro- geolégico la naturaleza de los contactos entre Ja zona del problema y las adya- centes a ella. La base principal de partida es que el régimen es estacionario y que por lo tanto, en cada punto del sistema, el potencial hidréulico se conserva cons- ante a lo largo del tiempo. a. sentar: mo limites de potencial impuesto (Dirichlet) normalmente se pueden pre~ Contacto con grandes masas de agua (mares, lagos) cuyo nivel es el mismo a lo largo de todo el contacto, Debe tratarse como una equipotencial de valor igual al potencial hidréulico. Contactos definidos por lineas en las que el potencial es distinto en cada uno de sus puntos pero es conocido. Es el caso de los niveles frediticos en los perfiles hidrogeolégicos, los rios, etc, Cada equipotencial debe cortar a estos limites en el valor del potencial correspondiente. Estos Ifmites constituyen Iineas de corriente si las equipotenciales son perpendiculares a ellos. Como condiciones tarse’ de contorno de flujo impuesto (Neumann) pueden presen- Limites de recarga o descarga de caudal conocido. Los vectores velocidad que definen el flujo subterréneo son constantemente perpendiculares a este tipo de bordes, que por tanto deben ser tratados como Iineas equipotenciales. 2 atados como If- Los limites de flujo nulo (limites impermeables) deben se: neas de corriente puesto que cualquier particula de agua que los alcance se mo- verd sobre ellos siguiendo una linea de maxima pérdida de energfa, es decir, una linea de corriente El tercer tipo de condiciones de contorno, flujo de entrada o salida por varia- ci6n del potencial a lo largo del tiempo, no puede darse en este caso puesto que el sistema esté en regimen permanente y el potencial hidréulico es, por tanto, constante en el tiempo. Las condiciones de contomno impondran, segtin se ha visto, las primeras equi- potenciales, Iineas de corriente y puntos de potencial conocido del sistema. A par- tir de ahé se trata de ir dibujando alternativamente nuevas lineas de corriente y equipotenciales formando una malla cuadrada, El concepto de «cuadrada» hay que tomarlo en sentido amplio. Se trata de cuadrados curvilineos que a veces pue- den tener tres 0 mas de cuatro lados. Como criterio general se puede aceptar que una malla es cuadrada cuando los Angulos de las celdas son rectos y sus diagonales también se cortan en dngulo recto. La prictica en el dibujo de redes de flujo es la tinica forma de adquirir la destreza necesaria, EJEMPLO: La figura 3.4 corresponde a un perfil hidrogeoldgico trazado perpendicularmente a las isopiezas que refleja la descarga de un ma- nantial. EI perfil tiene una anchura unitaria y una longitud de 2.000 m. Dibujar manualmente la red de flujo. Calcular el caudal que propor- ciona al manantial el mencionado perfil. La conductividad hidraulica es de 10 m/d. 1000m Manantial 750m om Fig. 3.4. Perfil hidrogeolégico perpendicular a las isopiezas. La representacién gréfica vendria dada por la figura 3.5. 'SUPERFICIE FREATICA 1.000 m Manential 750m }98.7m lai m Js63.8m lates m Jo08.2 m om Salto total de potencial: 250 m Cauda por tubo de uj: Nimoro de satos parcials: 11 ‘qe Kah = 10% 22.7 = 227 mid Salto entre equipotencales: 250/11 = 22.7 m Calida ireulante por el port (por m de anchural Nimero de tubos de fujo:6 i= 6% 227 = 1962 07d Fig. 3.5. Red de flujo, 3.2.1.3. Redes de flujo en medios heterogéneos y anisétropos En medios heterogéneos hay que tener en cuenta que cuando una linea de co- rriente pasa de un medio de mayor conductividad hidréulica a otro de menor con- ductividad hidrdulica, se refracta aceredndose a la normal. Por el contrario cuando una linea de corriente pasa de un medio de menor conductividad hidréulica a otro de mayor conductividad hidrdulica, se refracta alejéndose de la normal (Hubert, 1940) (Fig. 3.6 y Foto 3.2). Cuantitativamente puede expresarse: | Kun _ 18 Ow Ky 18 Oy Donde: * Ky es la conductividad hidréulica del medio mas permeable. + K,, es la conductividad hidréulica del medio menos permeable. * G1, es el éngulo de incidencia de la Iinea de corriente en el medio de menor conductividad hidréulica, * cy es el éngulo de incidencia en el medio de mayor conductividad hi- draulica. El trazado manual de una red de flujo en un medio heterogéneo es mucho més laborioso que en medio homogéneo ¢ isétropo. Si el medio ademas el problema, logicamente, se complica mucho més. } 14 Linea de corriente: Foto 3.2. Cuando ol flujo subterraneo se encuentra con un contacto entre formaciones, pa- sando el agua de un medio mas permeable a otro menos permeable (caso de la fotografia, en el que arenas y gravas de una terraza fluvial se superponen a materiales arcésicos), las li- neas de flujo sufren una «refraccién», Si el contraste de permeabilidades es muy grande, el ite puede comportarse practicamente como impermeable, circulando el agua a favor del mismo. Foto: R-5 en km 95 (Toledo), 1992. 15 En la préctica, partiendo de un medio heterogéneo y anis6tropo, se puede Ile~ gar a un medio homogéneo ¢ isétropo realizando una serie de transformaciones no muy complicadas. Una vez obtenido el medio homogéneo e is6tropo equiva- lente se puede trazar en él la red de flujo y realizar su interpretaci6n cualitativa y cuantitativa. Los resultados obtenidos se pueden aplicar directamente al medio original. 3.2.1.4. Transformacién de un medio heterogéneo y anisotropo en un medio homogéneo y anisétropo Un medio heterogéneo y anisétropo puede representarse por «n» unidades, es- tratificadas, anisétropas y de diferentes caracteristicas de conductividad hidréulica cada una de ellas. Transformar este medio en homogéneo y anisétropo exige calcular una con- ductividad hidrdulica vertical equivalente a las n verticales y una conduetividad hidrdulica horizontal equivalente a las n horizontales. Comencemos por calcular la conductividad hidréulica vertical equivalente. Para ello hacemos circular un caudal Q conocido en la direccidn de la conducti- vidad hidréulica vertical a través de una seccién A igual para todo el conjunto de unidades hidrogeolégicas (Fig. 3.7) od ah Ale ln Fig. 3.7. Célculo de la permeabilidad vertical equivalente. La pérdida de energia total que experimenta el agua al atravesar el conjunto de unidades sera la suma de la energia que pierde al atravesar cada una de ellas. De la Ley de Darcy se tiene: Al-Q he vi aw 116 Donde: * Abes la pérdida total de energia [L] * Ales la suma de los espesores de cada una de las capas de la muestra [L] * Qes cl caudal circulante [L*T-'], * Aes la seccién normal al flujo [L?]. * K, es la conductividad hidrdulica vertical equivalente |LT~'} La pérdida de energéa en cada una de las unidades hidrogeolégicas seri: Al -Q + Aly == on la unidad «1» de espesor Af, y de conductividad hi- K\-A dréulica vertical Ky Ab + Ah =e g en la unidad «2» de espesor Al, y de conductividad hi- lica vertical Ah, en la unidad «n> de espesor Al, y de conductividad hi- dréulica vertical K, sumando: Para el cilculo de la conductividad hidrdulica horizontal equivalente se hace circular el agua en la direccién horizontal y se aplica, como en el caso anterior la Ley de Darcy (Fig. 3.8) En este caso el agua experimenta la misma pérdida de energfa en su recorrido por cualquiera de las capas que integran el medio. El caudal total circulante hori- zontalmente, a través del medio, seré: ee Q Al Siendo * @ caudal circulante en la direccién horizontal [LT]. * @ anchura de las capas (Ja misma para todas) [L] + b espesor saturado total (suma del espesor saturado de todas las capas) [L]. + Ky, conductividad hidréulica horizontal equivalente [LT-']. Ah pérdida de energfa (Ia misma para todas las capas) [L] Al camino recortido por el flujo subterréneo [L] uN7 Al Abi Ki Aba ke Abn Kn Fig. 3.8. Célculo de la permeabilidad horizontal equivalente. El caudal circulante por la primera capa serfa: Ah Deo oo Qi =a-b)-K, AL en donde b, es el espesor saturado, y K; la conductividad hidraulica de la primera capa. El caudal circulante por la segunda capa serfa: Ah 0, = a+b,» Ky» —— Q,=4-by- Kye en donde b, es el espesor saturado, y K, la conductividad hidraulica de la segunda capa. Y por la capa n: en donde b, es el espesor saturado, y Kn la conductividad hidréulica de la ené- sima capa. La suma de todos estos caudales seré el caudal total: Ah Ah ty amaea. 0b. k, 4 " 2 yh =a "i HW y la conductividad hidraulica horizontal equivalente sera: 118 rr Puesto que la tran: sividad es igual a la conductividad hidrdulica por el es- pesor saturado, puede decirse que en un medio hidrogeolégico formado por uni- dades hidrogeolégicas de distinta conductividad hidrdulica horizontal, la trans- misividad horizontal equivalente es suma de las transmisividades de cada una de las capas que integran el medio. EJEMPLO: El acuifero de la figura 3.9 esta compuesto por tres capas, las cuales presentan sus propias caracteristicas de potencia y con- ductividad hidraulica tal como se indica a continuacion. Si se puede asumir que cada capa es en la practica isétropa y homogénea, se pide calcular la conductividad hidrdulica del acuifero tanto en la di- reccion vertical como en la horizontal. ka=2mid Ka= 25 mid Ke=5 mid Fig. 3.9. Esquema de las permeabilidades correspondientes al acuifero del ejemplo. En la dimensisn horizontal, la conductividad hidraulica media del acuifero se calcula de acuerdo con la siguiente expresion: ao sh be kK oa m m m (2-215 m)+(25-2x em) +(5-2x11m) hea EN hae i 34m m K,= En el caso de la vertical: .--= K,= 34m — = 3,4 m/d $ Ale im, 8m_, im a Ky 2m/d * 25 m/d * 5 mid 119 3.2.1.5. Transformacion de un medio homogéneo y anisétropo en un medio homogéneo e isétropo Por cuestiones de sencillez se desarrolla el razonamiento para el caso de flujo bidimensional, pero es facilmente extrapolable a tres dimensiones. 2n dos dimensiones la conductividad hidréulica en un medio homogéneo y anis6tropo puede representarse por una elipse de semiejes VK, y VR, (Fig. 3.10a). La transformacién de este medio en homogéneo e isétropo exige la conversién de la elipse en una circunferencia. Es decir, el problema de la transformacién de un medio homogéneo y anisétropo en su equivalente homogéneo € isétropo se re- duce a un cambio de escala. Se puede reducir el eje mayor de la elipse o se puede aumentar el eje menor. En el primer caso (Fig. 3.10b) se puede obtener un cfrculo de radio VK, mul- tiplicando la escala horizontal por un factor reductor de valor: En el segundo caso puede obtenerse un cfrculo de radio VK, multiplicando la escala vertical por un factor de ampliacidn de valor (Fig. 3.10c) (a) (c) ib) Fig. 3.10. Permeabilidad en un medio homogéneo y anisétropo y transformacién en medio homogéneo e isétropo. 120 Realizada la transformacién de eseala queda por averiguar la conductividad hidraulica isétropa equivalente para el nuevo medio. Consideremos el caso en que la transformacién de escala ha sido la reduccién de la escala horizontal Un tubo de flujo de espesor unitario en la direccién del eje X, antes de reali- zar el cambio de escala, vendréi definido, por ejemplo, como puede observarse en la figura 3.1 1a. Por él circular un caudal, segtin la Ley de Darcy: Al Ax Q=Ay-K, Si aplicamos la Ley de Darey después de la transformacién de escala (Fig. 3.1 1a) Ah re Ar ¥ & Ky En donde K es la conductividad hidréulica del medio is6tropo equivalente. Q=Ay-K,- Como se trata del mismo tubo de flujo, el caudal antes y después de la trans- formacién de escala ha de ser el mismo: =Ay-K,. Ah Q = Ay: Ky anay K "Ar y entonces: K=K, Un razonamiento semejante se puede realizar considerando el tubo de flujo en la direccién del eje vertical (Fig. 3.11b). Antes de la transformacién de escala: Q=Ar- Ky. = Después de la transformacién: ky ° Qa ar J ek ¢ igualando ambas expresiones: 121 (a) Tubo de flujo horizontal he hi —____+> Cambio $+ : de escala : — | — ye a | ia ax ky, Vix (b) Tubo de flujo vertical Ts . Cambio ta de escala ay 2 —_— ay 2 he. . ha Fig. 3.11. Calculo de la permeabilidad isdtropa equivalente. Es decir, que puede coneluirse que en el medio isétropo equivalente la con- ductividad hidréulica es la media geométrica de las conductividades hidréulicas correspondientes a las direcciones de los semiejes de la elipse del medio ani- s6tropo. ala hor Si en lugar de reducir la es idéntica conclusién. ontal se aumenta la vertical se legaria a 3.2.2. Soluciones analiticas de la ecuacién general del flujo La resolucién analitica de la ecuacién general del flujo es uno de los temas a los que se presta mayor atencién en la investigacién hidrogeolégica a partir del trabajo de Darcy (1856). Quiza el primer trabajo que se basa en la Ley de Darcy, para el estudio del movimiento del flujo de agua hacia un pozo perforado en un acuffero libre, sea el de Dupuit (1863). Forchheimer (1886) y Slichter (1899), in- dependientemente, Ilegan a la ecuacién general del flujo para régimen permanente a partir del principio de conservacién de la masa y la Ley de Darcy. Jacob (1940), y posteriormente Cooper (1966), deducen la ecuacién general del flujo para régi- men transitorio. Establecida la ecuacién general del flujo subterraneo para régimen estaciona- tio y no estacionario, los primeros trabajos de investigacién en la determinaci6n de Soluciones particulares estén relacionados con el movimiento del agua subte- rrdnea hacia los pozos, captaciones de aguas subterréneas por excelencia 122 Conviene seftalar que la aplicacién de una ecuacién matemética al medio na- tural exige una simplificacién importante que implica la aceptacion de las si- guientes hipdtesis de partida En cuanto al acuifero: + Homogeneidad ¢ isotropia en toda su extensidn, que se supone infinita, * Coeficiente de almacenamiento constante. + Muro horizontal y espesor constante. + El acuffero es, en todo momento y en todo lugar, libre, confinado 0 semi- confinado. ’n cuanto al flujo subterrdneo: s vilida la Ley de Darcy. + No hay flujo natural, es decir, la superficie piezomeétri horizontal inicial es un plano Una vez iniciado el bombeo el flujo es radial y horizontal (convergente ha- cia el pozo si el caudal es de extraceién y divergente desde el pozo si el cau- dal es de inyeccién). Esto implica que las superficies equipotenciales sean cilindros verticales coneéntricos con el pozo de bombeo. * No existen pérdidas de energia por rozamiento al penetrar el agua en el pozo. + BI descenso en el infinito es cero. En cuanto al pozo de bombeo: + Estd ranurado a lo largo de todo el acuffero, al que corta en su totalidad, + El caudal de bombeo es constante a lo largo del tiempo, ozo considerado es el tinico que bombea en el acuffero. * El radio del pozo es lo suficientemente pequefio como para poder suponer que el agua almacenada en el pozo no influye en el caudal de bombeo. + La variacién del nivel piezométrico consecuencia del bombeo es simultiinea a la extraccidn (0 inyeccidn) de agua y proporcional al volumen extraido (0 inyectado). En cuanto al agua: * Tiene densidad y viseosidad constantes en el espacio y en el tiempo. Aceptando estas hipdtesis, considerando que el régimen del acuifero puede ser estacionario 0 no estacionario y las condiciones de contorno propias de acuifero confinado, semiconfinado o libre, se llega, para cada caso, a una solucién anali- tica de la ecuacién general del flujo, que es la ecuacién de la superficie piezomé- trica en el entorno del pozo para unas determinadas condiciones de bombeo. A partir de ahora se supondr el easo de caudales de extraccién (positivos) por ser el mas frecuente. En el caso de caudales de inyeccién la formulacién es la 123 misma, s6lo cambia el signo del caudal y pasan los descensos a ser negativos, es decir, se convierten en ascensos sobre el nivel piezométrico inicial. Se establece, al objeto de medida de magnitudes, un sistema de ejes cartesia- nos euyo eje de ordenadas ¢s el eje del pozo y el de abcisas el muro del acuifero. Las unidades de medida han de ser homogéneas. Las expresiones que se exponen a continuacién tienen un doble uso + Conocidos los parimetros hidrogeolégicos del acuffero se puede conocer el efecto del bombeo en cualquier punto del mismo para diversos caudales de extraccién. Se incluye en este aspecto el célculo de ka distancia a partir de la cual el efecto del bombeo es nulo, conocida como radio de influencia del bombeo. También puede determinarse el caudal especifico del pozo, que es una me- dida de su rendimiento. Se expresa como el caudal de extraccién dividido por el descenso producido por el bombeo una ver estabilizado el nivel en el pozo a efectos précticos. El caudal especffico es directamente proporcional a la transmisividad del acu‘fero. + Conocidos los efectos puntuales de fa extraccién de un determinado caudal en un pozo, determinar los pardmetros hidrogeol6gicos del acusfero. A este proceso se le suele conocer con el nombre de ensayo de bombeo. EJ agua al penetrar en el pozo sufre un rozamiento «extra con los cle- mentos relacionados con el pozo y su construccién: empaque de gravas, filtro, resto de lodos de perforacién, etc. Este rozamiento leva consigo una pérdida de energfa que se conoce con el nombre de pérdidas de carga, que implica que el descenso medido en el propio pozo de bombeo sea mayor que el que te6ricamente se obtendrfa aplicando la ecuacién co- rrespondiente. Esto hace que, si se considera el pozo de bombeo como punto para medir descensos, los valores medidos se apartan de los te6ri- cos tanto més cuanto mayores sean las pérdidas de carga (cuanto peor he~ cho esté el pozo) quedando falseados Jos valores de los pardmetros obte- nidos de esta manera. El uso que se hace a continuacién de las distintas formulaciones desarrolla- das, también para los «slug test», es el clasico. Existen en la actualidad numerosos | tacién automitica de ensayos de bombeo. ‘ogramas informéticos para la interpre- Un método de interpretacién, basado en hojas electrénicas de ciilculo, de uso libre, es el desarrollado en el USGS por Halford y Kuniansky (2002). Puede ac- cederse a él a través de la pagina web hip:/Avater.usgs. gov/pubs/offofr02197/in- dex.hiral En ella también’ pueden encontrarse la gran mayoria de los abacos que se ci- tan en los apartados siguientes. 124 Para el tratamiento de datos de ensayos de bombeo en situaciones complejas se recomienda consultar los trabajos de Dawson e Istok (1991), y Kruseman y Deridder (1991). 3.2.2.1. Acuifero confinado en régimen permanente. Ecuacion de Thiem (1906) La figura 3.12 muestra un esquema de los factores que intervienen en la ecua- cién de Thiem, cuya expresin es: Donde: + 5, e8 el descenso en el nivel piezométrico que se produce a una distancia r del pozo de bombeo [L]. + Tes la transmisividad del acuffero [L°T-! + Ges el caudal de bombeo [L*T"!] * Res el radio de influencia [L]. Fig. 3.12, Pozo en acuifero confinado en régimen permanente (Thiem). Esta ecuacién, conocida como la formula de Thiem (1906), permite obtener, conocidos el radio de influencia y la transmisividad del acuffero, el descenso que producirfa en un punto situado a una distancia determinada del pozo, la extra cién de un determinado caudal. Dicho de otra manera, proporciona la ecuacién del cono de bombeo (descensos en funcién de la distancia), producido por la ex- traccién a partir de un pozo de un determinado caudal de agua. La obtencién de los parémetros hidrogeol6gicos del acuffero a partir de la f6r- mula de Thiem se realiza como sigue: 125 La ecuacién puede eseribir 2 Ink Int y en logaritmos decimales: 230 230 = log R- —— logr © OnT °F ae Si se representa » en funcidn de ren papel semilogaritmico (s en Ia escala arit- mética y r en la logaritmica) se obtiene una recta de pendiente: 239 y ordenada en el origen (Fig. 3.13): 230 ——= log R Qn a recta cortari al eje de abcisas (descenso cero) a una distancia del eje del pozo (origen de coordenadas) igual al radio de influencia R. La pendiente de la recta se puede calcular en Ia gréfica dividiendo el valor de una ordenada por el de su abscisa correspondiente (Fig. 3.13): 5-5) As As = —_ Tog r= 108 gg 2 y si clegimos r y r; de tal manera que su cociente sea igual a 10 quedara como pendiente de la recta: Q 2nT A = As = 23 de donde la transmisividad del acuffero sera: 230 2n- Ay El ensayo de bombeo requiere en este caso un pozo para bombear y dos pun- 10s, a distancias ry r, conocidas, para poder medir los descensos producidos, puesto que el trazado de Ia recta requiere el conocimiento de, al menos, dos de suis puntos. Se comienza el bombeo a caudal Q constante, conocido, y una vez estabiliza- dos ios niveles (régimen permanente) se miden los descensos 54 y 53 en los pun- 126 ee tos destinados a este efecto. Los puntos (r), 51) y (rx. 52) permitirin obtener la recta que representa la ecuacién de Thiem en papel semilogaritmico y a partir de ahi determinar R y T. EJEMPLO: Se extrae un caudal continuo de 10 L/s de un pozo de 0.5m de radio perforado en un acuifero confinado. Una vez estabilizado el cono de bombeo se miden los descensos producidos en piezmetros situados a 1m, 30 m y 200 m del pozo. Los valores medidos fueron 13.0, 7.25 y 3.90 m, respectivamente. En el pozo de bombeo se midid un descenso de 16.5 m. Calcular: transmisividad del acuffero, radio de influencia del bombeo, pérdicas de carga en el pozo y radio eficaz del pozo (radio con el que realmente esta funcionando). El resultado se da en la figura 3.13. TPraiojehican = 0-}35} Ht t tiesto i | | t t tt | t 18 | rap peep osm 1/14) {i vu F=FFII Py SCENSD RELIED adie t i tt ia | 3 PERDIDAS DE CARGA. 168 142 palm Descenso (mn) Te Ragone x 3) Sih = [2b sea 3.14 Kaif Br anar 2 I ti I RAQIO|OE li 2biidim ° GIO hy ENG Hi on 10 100 1000 110000 Distancia al pozo de bombeo (m) Fig. 3.13. Ensayo de bombeo en un acuifero confinado en régimen permanente (método de Thiem). 127 a: |" iij ‘f= _- 3.2.2.2. Acuifero semiconfinado en régimen permanente. Ecuacion de De Glee (1930) La figura 3.14 muestra el esquema de funcionamiento correspondiente a un acuifero semiconfinado en régimen permanente, Fig. 3.14. Pozo en acuifero semiconfinado en régimen permanente (De Glee). El acu‘fero esté conectado hidrdulicamente a una fuente externa capaz de proporcionar o recibir agua manteniendo su nivel constante a efectos priicticos. EI bombeo se inicia en estado de equilibrio (la fuente de recarga y cl acuifero tienen el mismo nivel piezométrico). Al comenzar el bombeo desciende el ni- vel piezométrico en el acuffero y, como consecuencia, comienza hacia él un flujo vertical regulado por la Ley de Darcy, desde la fuente externa a través del acuitardo. El sistema tiende a un nuevo estado de equilibrio en el que toda el agua ex- trafda del acuifero por el bombeo del pozo procederd de la fuente de recarga a tra- vés del acuitardo. A partir de este momento se aleanza el régimen estacionario en el que los potenciales hidréulicos son constantes a lo largo del tiempo. La defor- macién de la superficie piezométrica del acuffero viene dada por la ecuacién de De Glee (1930): g-1(5) an B Donde: 5, = Descenso estabilizado [L], producido a una distancia r, [L], del eje del pozo al bombear un caudal Q [LT]. 128 Ky (WB) = Funcién de pozo (abaco de De Glee, figura 3.15) i = Factor de goteo |LJ. ‘Ab! T = Transmisividad del acuffero [L?T']. Kt = Conductividad hidrdulica vertical del acuitardo [LT"] b = Potencia del acuitardo [L] Fig. 3.15. Abaco de De Glee. Para obtener los parémetros hidrogeolégicos del acuffero y del acuitardo puede procederse de la siguiente manera ‘Tomando logaritmos: log 5, = log Q x) log Ky | — oni ee (2 tog (1) = tog r- tog 8 Puede apreciarse que si a log Ky (//B) se le suma una constante se obtiene log 5,, y que si a log r se le resta una constante se obtiene log (7/B). 129 Asf pues, si en un ensayo de bombeo, una vez alcanzado el régimen perma- nente, se mide el descenso producido a varias distancias del pozo de bombeo, ob- tendremos una serie de puntos [(71, $)) «- (yr Syl que representados en papel bi- logaritmico, dariin lugar a una gréfica exactamente igual a la de De Glee pero desplazada de ella por una traslacién. Superponiendo ambas grificas, conservando los ejes paralelos, y seleccio- nando tn punto comin a ambas (no hace falta que el punto esté sobre la Tinea que define las graificas, puesto que una vez superpuestas la traslacién se ha verificado en todo el semiplano), se pueden obtener los valores numéricos (se usan negritas para indicar que se trata de valores numéricos) de las coordenadas del punto se- leccionado en ambas grificas: s, r, Ky (t/B) y (r/B). Las coordenadas asf medi- das se diferencian entre sf en el valor de la traslaci6n y por lo tanto deben satis- facer la ecuacién de De Glee (Fig. 3.16). Q 2n Como el caudal es conocido puede determinarse la transmisividad del acu- ffero. Por otra parte: (r/B) = W/B de donde puede obtenerse el valor de B. Conocido B, como fa transmisividad ya es conocida puede calcularse k'/b" y de aqui k’, conduetividad hidréulica vertical del acuitardo, si de alguna manera (por ejemplo, a partir de la columna litolégica del sondeo), se conoce b’, potencia del acuitardo. EJEMPLO: Se realiza un ensayo de bombeo en un acuifero semicon- finado por el techo por un acuitardo de 10 metros de espesor. Se bombea desde un pozo totalmente penetrante en el acuifero un cau- dal constante de 100 L/s. Una vez estabilizado el cono de bombeo se miden descensos en piezometros situados a las distancias indicadas a continuacion. Se pide calcular la transmisividad del acuffero y la conductividad hidrdulica vertical del acuitardo. Distancia (m) Descenso (m) 6 48 15 40 65 32 130 28 800 15 Los resultados vendrian dados por la gréafica de la figura 3.16. 130 100 Ko(e/B) Descenso L myeyeca Te8I on 1a 0.02, i Be 3070.02 - 660 m it B2= Ty {bik} m2 || Kio: = 21286002 }.§ x 10-04 WTO Bs To ml rill 1 | | t | | i 10 100 DISTANCIA (m) 0.001 0.01 on La iB 1B = 0.02 Fig. 3.16. Ensayo de bombeo en acuifero semiconfinado en régimen permanente (método de De Glee). 3.2.2.3. Acuifero libre en régimen permanente. Ecuacion de Dupuit (1863) Una vez estabilizado el cono de bombeo (Fig. 3.17) el espesor saturado del acuifero seré minimo en el pozo de bombeo y maximo a partir de una distancia equivalente al radio de influencia del bombeo. Por esta causa, en la zona del acu- ifero afectada por el bombeo, la transmi sividad del acuifero variard espacialmente dependiendo de la magnitud del espesor saturado, siendo maxima con el maximo espesor saturado y minima con el minimo espesor saturado, Al ser el acuffero ho- mogéneo e isétropo la conductividad hidraulica no varfa de un punto a otro ni de una a otra direccién. 131 | 4 Fig. 3.17. Pozo en acuifero shifodsfagddien régimen permanente (Dupuit) ye) DAW Por otra parte, al ser la superficie fredtica una superficie fisica, las lineas de corriente pierden la horizontalidad en el entorno préximo del pozo condicionando su direccién a la forma del cono de bombeo. Debido a esto, en esta zona afectada por el bombeo las superficies equipotenciales, perpendiculares a las Iineas de co- rriente, no son cilindros verticales. Si los descensos producides por el bombeo son muy pequefios en compara- cidn con el espesor saturado del acutfero, puede asumirse el error de considerar la transmisividad constante y el flujo horizontal, y aplicar entonces la ecuaci6n de Thiem (1906), tal y como se ha expuesto para el caso de acuffero confinado. Si no es posible asumir descensos despreciables en comparacién con el espe- sor saturado del acuffero, se aplica la ecuacién conocida como aproximacién de Dupuit: Donde: * Hy es el espesor saturado del acuffero antes de comenzar el bombeo, que coincide con el valor del potencial hidréulico en el acuffero [L]. * Hes el potencial hidraulico a una distancia r [L] del eje del pozo una vez estabilizado el cono de bombeo [L]. * Qes el caudal constante de bombeo [L*T-']. + Kes la conductividad hidrdulica del acuffero [LT-']. * Res el radio de influencia del bombeo [L]. 132 Dupuit asume, para deducir esta ecuacién, que el flujo es hor Jo tanto las equipotenciales son cilindros vertical ‘También asume que el gradiente hidraulico en lugar de si por unidad de longitud de camino recorrido: ontal, y que por concéntricos con el pozo. la pérdida de energfa AH “Al es: AH Av es decir, la pérdida de energia por unidad de longitud de la proyeccién horizontal del camino recorrido. Dicho de otra manera considera que el gradiente hidraulico viene definido en cada punto por la pendiente de la superficie frestice La metodologéa para la aplicacién de la ecuacién de Dupuit es muy semejante a la expuesta para la ecuacién de Thiem. Puede decirse que _ 230 230 K (Hj - HP) = log R- log r ed “ Que en papel semilogaritmico, con la escala logaritmica en abcisas, es una recta en la que r es la variable independiente, (Hy - HP) es la variable dependiente, 232 TK es la pendiente, y 23 2 tog aK es la ordenada en el origen (Fi bombeo y se obtiene el valor, una vez. estabil 3.18). Por lo tanto si se realiza un ensayo de ado el cono de bombeo, de: (Hy - H?) en dos puntos situados a distancias 7, y 7, se puede dibujar la recta. El punto donde Ia recta corte al eje de abcisas definira el valor del radio de influencia B. Calculando sobre la gréfica la pendiente de la recta como la ordenada (Aj9) co- rrespondiente a una abcisa tal que ry/ry sea 10: 230 Ay = = 0K de donde puede obtenerse la conductividad hidraulica del acuifero K. 133

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