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Primera edicion (del autor), 1966 Segunda edicién (del autor), 1967 Tercera edicion, (primera de Eaitorial Tills, S. A, 1968 Cuarta edicién, 1969 PRIMERA REIMPRESION, JULIO 1974 La presentacion y disposicion en conjunto de Historia del pensamiento econdmico, son propiedad del editor. Prohibida la reproduccion parcial o total, por cualquier medio 0 método, de esta obra sin la autorizacién por escrito del editor Derechos reservados conforme a la ley © 1968, Editorial Trillas, S. A., Ay, 5 dé Mayo 43-105, México 'l, D. F. Miembro de la Cémara Nacional de la Industria Editorial, Reg. nim. 158 Impreso en México 106 / LOS UTOPISTAS DEL RENACIMIENTO sol muestra hasta donde puede llegar la inteligencia humana sin la luz de revelacién. Dada ésta, se abren nuevos horizontes para legislaciones mas perfectas. Pero lo que hay que conseguir es perfeccionar —y no deteriorar lo que los pueblos primitivos han descubierto.” BIBLIOGRAFIA TomAs Moro: Utopia, en “Utopias del Renacimiento”. Fondo de Cultura Econémica, México, 1956. ToMasso CAMPANELLA: La ciudad del sol, en “Utopias del Renacimiento”, F. C.E., México, 1956. Eucento Imaz: Topia y Utopia, prdlogo a la edicién del F.C.E., México, 1956. P. BoIssoNNave: Life and Work in Medieval Europe, Harper Torchbooks, New York, 1964, Ernest Epwarp Reynoips: Santo Tomds Moro, Patmos, Madrid 1959. Sitvto Zavata: La Utopia de Tomds Moro en la Nueva Espafia. Edit. An- tigua Librerfa Robredo. EpMUNDO O'GorMAN: Santo Tomds Moro y “La Utopia de Tomds Moro en la Nueva Espafia”. México, Alcancia, 1937. 26 El historiador mexicano Silvio Zavala ha escrito un libro para de- mostrar la influencia de la Utopia en México a través de Don Vasco de Qui- roga: La Utopia de Tomds Moro en la Nueva Espaita. Un historiador ale- man, E. Gottheim, pretende que La ciudad del sol inspiré las misiones del Paraguay organizadas por los jesuitas. Eugenio Imaz se opone a esta interpretacién. (Eugenio Imaz, Topia y Utopia, en “Utopias del Renacimien- to, pag. XXIX, nota 14. Prélogo a la edicién del Fondo de Cultura Econd- mica, México, 1956). 5 El mercantilismo Introduccién Mercantilismo es el nombre que Adam Smith dio al conjunto de teorfas y medidas practicas que se desarrollaron entre el final de la economia medieval y el surgimiento de la fisiocracia. Abarca el largo periodo que corre desde 1450 hasta 1750, poco mas o menos, si se prescinde de las manifestaciones prematuras y de las retrasadas. El mercantilismo tiene de comin con la economia medieval gue no constituye ni pretende constituir una ciencia econémica, en el sentido moderno de Ja palabra. Hace algunos andlisis econé- micos parciales y llega a formular alguna ley aislada, pero esen- cialmente consiste en una serie de medidas practicas para lograr un fin concreto: el enriquecimiento del Estado. Con la fisiocracia tiene de comun la circunstancia de presen- tarse como un sistema independiente de la moral religiosa, como un sistema Jaico que trata de los asuntos econédmicos desde un punto de vista meramente politico, La economia empieza a lla- marse, con Monchrétien, economia politica. Durante los tres siglos de mercantilismo la economia sigue su- bordinada. Pero, no a valores éticos, como era el caso con Plat6n, Aristételes o los tedlogos medievales, sino a una finalidad: la riqueza del Estado. Al antiguo ideal estatico de moderacién y de justicia que impregnaba las ideas econémicas medievales, el mercantilismo sustituye el ideal dinamico del enriquecimiento nacional y privado. La crematistica triunfa sobre la economia natural. 107 108 / EL MERCANTILISMO. Pérrafo 1% CUADRO HISTORICO La aparicion de la corriente mercantilista coincide con la auro. ra de la Edad Moderna. No sdlo Europa, sino nuestro planeta entero experimenté cambios profundos. Necesitamos describir brevemente algunos de ellos para comprender cémo se transfor. maron las antiguas ideas econdmicas. Cambios en los hechos Aparicién de los primeros Estaclos modernos. El antiguo régimen feudal entra en fase de liquidacién definitiva con el surgimiento de los primeros Estados modernos unificados: Francia, Espafia e Inglaterra. El poder politico se concentra en las manos del mo- narca, quien se ve apoyado por la burguesia comercial, industrial y financiera, y por poderosos ejércitos de mercenarios. Los nuevos Estados necesitan grandes recursos para el soste- nimiento de las guerras continuas que azotan a Europa y para los cuantiosos gastos de las cortes reales, cada vez mas complicadas y suntuosas. Los politicos y los economistas se ingenian para descubrir nuevas fuentes de ingresos. Se inventard todo un siste- ma de reglamentacién del comercio para hacer entrar divisas y se concederan monopolios comerciales, mineros e industriales para abastecer abundantemente al tesoro nacional. Nuevas rutas comerciales. La apertura de nuevas rutas comer- ciales se debid a dos grandes motivos: la caida de Constantinopla y los grandes descubrimientos geograficos. © Al apoderarse los turcos de Constantinopla en 1453, queda- ron cortadas las antiguas rutas de Occidente con Asia. Pero los nuevos Estados, en lugar de resignarse con los acontecimientos, van a tratar de encontrar una nueva solucién al problema del comercio-con los paises asidticos. Nadie se hubiera atrevido nunca a sofiar las consecuencias de esta actitud emprendedora. © Las naves de Enrique el Navegante pasan la linea del Ecua- dor, doblan el cabo de Buena Esperanza y Ilegan finalmente a la India en 1498; de ahi pasan a Malaca y hasta China. ¢ Buscando un camino mas corto para llegar a la misma meta Cristébal Colon descubre América en 1492. Poco tiempo despues CONSECUENCIAS DE LOS DESCUBRIMIENTOS / 109 tendran lugar las conquistas de México y del Pert, y toda una serie de descubrimientos geograficos de la mayor importancia: casi todo el continente americano, Filipinas, Japon, etc. Consecuencias de los descubrimientos Desplazamiento de los antiguos ejes comerciales. En primer lu- gar, se produce un desplazamiento radical de los antiguos ejes comerciales. Venecia, sefiora del Mediterraneo, tiene que ceder su lugar a Lisboa y a Sevilla. Estos son los puertos que ligan a toda Europa con las Indias Orientales y con América, De ellos parte también la ruta al norte de Europa, via Amberes y Ams- terdam. Apertura de inmensos mercados. Por Lisboa y Sevilla afluyen a Europa toda clase de productos coloniales que van a transtormar Ja economia europea, su alimentacién y sus habitos. El maiz, la papa, el tabaco, las especias tan buscadas y, sobre todo, el oro y Ja plata. A la penuria de alimentos y de metales preciosos en Europa se sucede la abundancia. Las especias y toda otra clase de productos asidticos inundan los mercados de Europa. América y Asia ofrecen inmensos mercados a los productos europeos. Afluencia de metales preciosos. De 1450 a 1550, los portugueses drenan hacia su patria todo el oro africano del Sudan y de Etio- pia. Pero la gran afluencia de metales preciosos se debe a la ex- plotacién de las minas de América espafiola. ° En la década de 1551 a 1560, Europa importa de Améri- ca 43 toneladas anuales de oro por término medio. Es el pe- riodo de explotacién mds intenso. A finales del siglo, de 1591 a 1600, la importacién media baja a 9 toneladas anuales. A mediados del siglo siguiente la importacién desciende a media tonelada anual. * La importacién de plata es mas tardia, pero importante en cantidad. En la década de 1551-1560, la media anual es de 30 tone. ladas. A fines del siglo, 1591-1600, alcanza la cifra de 270 tonela- das anuales y logra mantenerse en mas de 214 toneladas hasta 1630, Esta plétora de plata produjo necesariamente su depreciacién. 1a relacién comercial oro/plata que era de 1 a 10, en 1500, pasa ser de 1 a 15 en 1600. 110 / EL MERCANTILISMO Alza de los precios y baja de la tasa de interés. La abundancia de metales preciosos produjo un alza notable en los precios euro- peos a través de Espaiia. De 1550 a 1615 los precios se cuadrupli- can en Espafia y se multiplican por 3.5 en Francia e Inglaterra* Produjo también una baja en la tasa de interés. La tasa legal que era en Inglaterra de 10% en 1545, pasa a 8% en 1624, y des- ciende a 6% en 1669. El interés no bajé més, a pesar del aumento de dinero, porque la demanda de capitales para las expediciones maritimas y para la industria era inmensa. Cambios en las técnicas Silos descubrimientos geograficos provocaron una revolucién comercial, las innovaciones técnicas dieron lugar a lo que John U. Nef ha Iamado “la primera revolucién industria!’ Aparecen industrias muy importantes, como la imprenta. Des- cubierta en 1423, logra su realizacién econédmica en 1440. Para fines de siglo, constituye una industria considerable con talleres famosos en Italia, Francia y Bélgica. En la Nueva Espafia se implantara desde los albores mismos de su colonizacién, gracias a los esfuerzos de Fray Juan de Zumarraga. Otras industrias tienen también transformaciones y desarrollo de gran importancia: la textil (seda y algodén), la sidertirgica (altos hornos), la metalurgica (procedimiento de amalgama para la obtencién de plata, empleado en Pachuca en 1552), la de artille- ria, la de los astilleros, ete. También la agricultura se hace mas técnica, y por medio de una conveniente rotacién de cultivos, se evita el periodo del barbecho. Cambios en las instituciones El antiguo cuadro institucional de la industria, la banca y las empresas evoluciona hacia formas mas y mds capitalistas, a medi- da que los grandes Estados van desarrollando la politica mercan- tilista. Durante este largo periodo, las instituciones tradicionales heredadas de la Edad Media, coexisten con las nuevas de tenden- cia capitalista; pero mientras las primeras instituciones van per- diendo terreno, las nuevas, de cufio capitalista, van imponiéndose en todas las ramas de la economia. 1 VALENTIN VAZQUEZ DE PRADA: Historia econdmica mundial, I, paginas 372-373 y 420-421. Ediciones Rialp, Madrid, 1961. INSTITUCIONES INDUSTRIALES / 111 Instituciones industriales a) La industria corporativa. En el cuadro del sistema corpo- rativo siguen funcionando las artesanias y las pequefias industrias que fabricaban productos de consumo local. En cifras absolutas su numero e importancia siguieron en au- mento, pero la disminucién fue rapida y progresiva desde el punto de vista relativo; es decir, por comparacién de la industria corporativa con la industria total. En el mundo medieval el sistema corporativo estuvo adaptado a las necesidades de la época y su funcionamiento fue sumamente beneficioso, tanto desde el punto de vista econémico como social. Pero las corporaciones no supieron adaptarse a las profundas transformaciones de la Edad Moderna. En lugar de dar pruebas de flexibilidad en respuesta a las nuevas condiciones econémicas y sociales, las corporaciones se esclerotizaron. A la antigua capilaridad social sucedio un espiritu de casta. A las exigencias de introduccién de nuevas técnicas y produccién de nuevos articulos respondié una reglamentacién cada vez mds mi- nuciosa y asfixiante. Los maestros apretaron sus filas negando el acceso a la maes- tria a los oficiales, para reservar este cargo a sus hijos o familia- res, Esto dio lugar a dos consecuencias. Por una parte, al lado de los antiguos artesanos jurados, sur- gen los maestros libres, que han obtenido del monarca autoriza- cion para ejercer la profesién. Pero la corona se hacia pagar caro la concesién de este privilegio. Por otra parte, los oficiales y aprendices formaron asociacio- nes obreras (compagnonnages) prohibidas por las leyes. Traba- jando en la clandestinidad trataron de defender sus derechos mediante huelgas, que fueron severamente reprimidas. La invencién de nuevos productos da lugar a una serie de pro- cesos interminables entre diversas corporaciones, que pretenden el derecho exclusivo de fabricarlos. Asi, cuando los sastres lanzan al mercado los nuevos botones cubiertos de tela, los pasamaneros entablan un proceso que logran ganar. Ni los sastres podran fabricar esos botones, ni nadie podra usarlos. La autoridad publica interviene reglamentando el modo de produccion, la cantidad y la calidad hasta en los mds pequefios detalles. Colbert, por ejemplo, publicé 38 reglamentos y 150 edictos, Los reglamentos para la industria textil se contienen en 112 J EL MERCANTILISMO cuatro voltimenes que suman 2 200 paginas.’ Esta reglamentacién asfixiante obligé a encontrar otras estructuras més flexibles que permitiesen el desarrollo de la industria. b) La indusiria a domicilio. La necesidad de producir en gran escala para la exportacion Ilevo a los capitalistas a implantar el sistema de trabajo a domicilio. El empresario proporcionaba la materia prima a los trabaja- dores para que la transformasen, y les pagaba a destajo la obra realizada. Este sistema se basaba en la divisién del trabajo, pues el proceso de produccion estaba descompuesto en varias fases, de manera que cada obrero ejecutaba una sola de las etapas de pro- duccion. Se difundié mucho este sistema entre los campesinos, ya que podian combinar los trabajos del campo con esta otra ocupacién que realizaban en las épocas muertas, y en la que colaboraban las mujeres y los nifios. La industria textil inglesa tuvo esta estructu- ra hasta que el motor de vapor acabé con ella. Este sistema fue muy generalizado en Inglaterra, Alemania, Holanda y norte de Italia. c) La industria capitalista. La necesidad de grandes capitales hizo que surgicra un nuevo tipo de industria de constitucién neta- mente capitalista: el capital social estaba formado por acciones y la empresa empleaba gran numero de obreros. Se constituian bajo un régimen de “autorizacidn real”, que concedia a veces el monopolio para evitar la competencia. Las primeras empresas de este tipo se crearon para las indus- trias metalurgica y minera; luego se aplicaron a las fabricas de salitre y pdlvora, los tejidos y la imprenta. d) Las manufacturas del rey. Se trata o de verdaderas em- presas del Estado dirigidas por oficiales reales o de empresas privadas, dirigidas por un empresario, que entregaba toda la pro- duccién al Estado al precio fijado por éste. El Estado procedia a la creacion de estas manufacturas para lograr una politica de sustitucién de importaciones, y poder lan- zarse a grandes exportaciones que hiciesen entrar divisas en el pais. El caso mas notable es el de Colbert en Francia, quien conce- dié estatuto de manufactura real a la fabrica de muebles y tapices flamencos de los gobelinos, creada por Enrique IV, ya la de tapi- ces orientales de la Savonnerie, 2 R. CarHerine y P. Gousser: L’Etat et lessor industriel, pag. 74. INSTITUCIONES INDUSTRIALES / 113 e) Las manufacturas privilegiadas. Son empresas privadas exentas de todos los obstaculos propios del sistema corporativo. Se establecen gracias a un privilegio real, y por ello son Ilamadas “manufacturas reales”, que les concede toda una serie de exen- ciones y subsidios. Asi, por ejemplo, tienen libertad para reclutar técnicos en el extranjero; sus obreros estan libres de impuestos y del servicio militar y pueden ascender facilmente a la maestria; sus dirigentes son objeto de honores que pueden llegar hasta la concesién de la nobleza. Por otra parte, estas manufacturas reales gozan de sub- sidios estatales, de primas a la produccién, de préstamos sin interés, de monopolios locales y hasta nacionales. No suelen estar constituidas por grandes fabricas, sino por la concentracién de gran cantidad de pequefios talleres diseminados en el campo. Asi nace en Francia la industria de la seda, del terciopelo, de los tisties y brocados de oro y de plata; de espejos, de armas, etc? Instituciones comerciales. Las antiguas formas de sociedades co- lectivas y de sociedades en comandita resultaron incapaces de hacer frente a las grandes necesidades de capital que requerian las expediciones maritimas. Surgié, pues, la forma capitalista de las sociedades por acciones. En un principio, la sociedad se formaba para una expedicién determinada y se liquidaba cuando, después del regreso de las naves, se habian vendido las mercancias. Asi trabajé en sus co- mienzos la Compafifa inglesa de las Indias Orientales. Para su primera expedicién, los dividendos fueron de 220%. Pronto se vieron los inconvenientes de este sistema y la socie- dad por acciones adquirié un caracter estable. Las acciones se negociaban en Bolsa y hubo gran especulacidén financiera. Los holandeses fundaron la Compaiifa de las Indias Orientales (1602) y la de las Indias Occidentales (1621). La primera hacia la ruta Amsterdam-Batavia (Java); la segunda, Amsterdam-Cu- ragao. Idénticas compafijas fundaron los ingleses para hacer el comer- cio en el Atlantico y en el Indico, El éxito de estas compaififas fue inmenso, ya que lograron suplantar en gran parte a los holandeses. La Compaiiia inglesa de las Indias Occidentales hacia lo que se ha llamado el “comercio triangular”. Las naves partian de un 3 Ibid., pags. 72-73; Vatenrin VAzourz pe PRapa, op. cit., pags. 349-350. 114 | EL MERCANTILISMO puerto inglés Ievando mercancias inglesas hacia la Guinea. Alli se vendian y se compraban esclavos, que las mismas naves lleva- ban a América. Con el producto de Ja venta de los esclavos se compraban productos coloniales que eran embarcados rumbo a Inglaterra. Colbert cred también Compafifas para comerciar con las Indias Orientales y Occidentales, pero la vida de éstas fue efimera y terminé en el fracaso. Visto el éxito de las sociedades comerciales por acciones, se crearon mas tarde otras sociedades anénimas de tipo industrial: mineras, mecanicas, etc. Instituciones bancarias y financieras. Las operaciones de cambio de monedas, depdsitos, pagos, transferencias, crédito, etc., habian sido realizadas en la Edad Media por banqueros y cambistas pri- vados. Algunos banqueros privados de la Edad Moderna, como los Fugger, tuvieron importancia extraordinaria, no sdlo finan- ciera sino aun politica. Pero el desarrollo comercial e industrial requeria de mayores facilidades crediticias. A fines del siglo xvr y principios del xvit surgieron los grandes bancos modernos en los principales paises europeos. En 1696, Palmstruck creé el billete de banco emitido por el de Estocolmo. Se trataba de un billete al portador, libelado en cifras redondas y convertible a la vista. Se difundié en seguida en Inglaterra y en los demas paises de Europa occidental. También en esta época se populariza mucho el uso de la le- tra de cambio, su endoso y su descuento. En los siglos xvi y xvii fueron apareciendo las primeras bolsas de valores en Amsterdam, Londres y Paris. La especulacién fue muy grande; hubo quiebras y el Estado tuvo que intervenir repe- tidas veces. Como se deduce de todo lo anterior, las principales institucio- nes del capitalismo nacieron en la época mercantilista. Cambios en la mentalidad El Renacimiento. E] espiritu renacentista provocé una profun- da transformacién en la mentalidad europea. Con el redescubri- miento de los autores paganos de la época clasica, cobro gran auge la cultura antigua y cayé en descrédito la escolastica medie- val. El hombre y la naturaleza, que el ascetismo de la Edad CAMBIOS EN LA MENTALIDAD / 115 Media habia tratado de reprimir, fueron objeto de un nuevo culto pagano por parte de los artistas y de la cultura de esta época. La n teocéntrica fue sustituida por otra antropocéntrica. El ideal de moderacion, tan inculcado durante la Edad Media, fue reemplazado por un afén ilimitado de riquezas como medio para disfrutar de la vida. El lujo se desarrollo en las cortes de los principes y de los reyes, y se extendié, por efecto de imitacién, a todas las capas de la sociedad. La capilaridad que habia existido en las corporaciones de la Edad Media, cedis su lugar a un espiritu de casta; los comer- cjantes se enriquecieron y alcanzaron gran importancia, asi como los banqueros; la separacién entre las clases sociales se agudizd. Finalmente, el Renacimiento dio un impulso extraordinario a la investigacion sustituyendo el procedimiento deductivo por el inductivo basado en la observacién y en la experimentacién cien- tifica. Imbuido de este espiritu el hombre se lanza al dominio de la naturaleza, que hasta entonces se le habia impuesto. La ciencia reclama su autonomia y se independiza de la religion. la reforma. A principios del siglo xvr, una gran revolucién re- ligiosa va a incidir notablemente en Ja evolucién de las ideas y de las instituciones econdmicas y sociales. En este gran mo- vimiento, vamos a distinguir las dos figuras mds importantes para el punto que nos ocupa: Lutero y Calvino. Lutero. Se considera tradicionalmente que Lutero representa un retroceso hacia la Edad Media, mas bien que un paso hacia el mundo moderno y especialmente hacia el mundo capitalista. Asi lo afirman pensadores de ideologias totalmente diversas, Dawson dice, por ejemplo: El mismo Lutero, jefe religioso del movimiento, es ititelectual- mente un hombre de la Edad Media, mas bien que del mundo mo- derno.t Federico Engels afirma lo siguiente: Cierto que la Reforma luterana condujo a una religién; aquella precisamente que necesitaba la monarquia absoluta. Apenas abra- zaron el luteranismo los campesinos del noreste de Alemania se vie- ron degradados de hombres libres en siervos de la glebas * CuristoPHiER Dawson: Progreso y religién, pig. 210. La Espiga de Oro, Buenos Aires, 1943. ® F, ENcets: Del socialismo utdpico al socialismo cientifico, pag, 18. 116 | EL MERCANTILISMO Max Weber, Troeltsch, Tawney y otros autores, que sostienen una relacién de causa a efecto entre protestantismo y capitalis- mo, atribuyen esta causalidad a la reforma calvinista, pero se la niegan terminantemente a la luterana. Las razones por Jas ane se considera que Lutero no propicié el despertar del espiritu capitalista son las siguientes: 1* Lutero fue siempre hostil al comercio. Siguiendo el pensa- miento medieval menos avanzado, timicamente consideraba trabajos dignos del hombre los de los campesinos y artcsanos. 2° Condend vehementemente el préstamo a interés, al que calificé de “‘invento del demonio sancionado por el Papa’ y la “peor desgracia de Alemania”. Aunque fue siempre intransigente en este punto, al final de su vida fue menos categdrico en sus condenaciones. I 3® Consideré la organizacién jerarquica de la sociedad como de orden divino y predicé que cada quien debia confor- marse con el puesto que le habia tocado, sin pretender mejorar ni subir en la escala social. Cada hombre debia, pues, adoptar una actitud de indiferencia y de aceptacién ante los acontecimientos de este mundo.’ Aunque estos puntos son innegables y cierran las puertas a la eclosién del espiritu capitalista, sin embargo, un aspecto muy importante de la doctrina luterana va a facilitar grandemente el surgimiento y desarrollo de ese espiritu: es la nocién de ‘voca- cién”, que en Lutero tiene un sentido tradicional y hasta retro- gado, pero que en Calvino adquirira una forma progresista. Hay que tener en cuenta que, segun Lutero, el hombre no se salva por sus obras, sino tmicamente por la fe. Pero, Dios “lama” a cada hombre a cumplir las obligaciones senaladas por su posicién en este mundo, El papel del hombre no consiste, pues, en hacer buenas obras para salvarse, sino en cumplir su tarea en esta tierra. El trabajo es, por consiguiente, la obligacién més seria del hombre. El trabajo es, para Lutero, una sccuela del pecado original. Calvino desarrollar4 ampliamente el tema de la “‘voca- cién” y sacara conclusiones muy importantes. © Max Weser: The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism, pagi- na 85. Traducido por Talcott Parsons. Charles Scribner’s Sons, Nueva York, 1958. CAMBIOS EN LA MENTALIDAD / 117 Calvino. Las principales ideas del reformador ginebrino que van a influir, aunque sea posteriormente y hasta contra su volun- tad, en el espiritu capitalista, son las siguientes: a) Predestinacién. La Iglesia catélica ha defendido siempre que Dios quicre la salvacién de todos los hombres y que para esto les concede la gracia, pero que estando de por medio la libertad humana, los hombres se salvan o condenan segtin que acepten o rechacen la invitacién divina. Esta respuesta supone, no solamente un acto de la inteligencia que da su asentimicnto a Dios tal y como se ha revelado a los hombres, sino un acto de la voluntad que se decide a querer cumplir todo cuanto Dios ordena. Lutero ensefié que las obras no sirven para nada, y que sdlo Ja fe salva. Calvino consideré que cada hombre es objeto de un decreto divino por el que esta predestinado a la salvacion o a la condena- cién, independientemente de la conducta que observe.’ El unico papel del hombre, con relacién a Dios, es el de glorificarle eterna- mente por la salvacién 0 la condenacién. Por tanto, el hombre no puede hacer nada sino acatar el decreto divino. Todas las obras buenas son, pues, perfectamente inutiles para alcanzar la salvacién. Pero el hombre debe glorificar a Dios, aun en esta vida, cumpliendo la “‘vocacién” que Dios Ie ha sefialado. 6) Vocacién. La tarea del hombre se halla, pues, circuns- crita a este mundo y cortada de tedo lazo con la vida eterna. Calvino afirma lo siguiente: —tas cosas de la Tierra (doctrina politica, arte del buen gobier- no de Ja casa, artes mecanicas, filosofia y todas las artes que se llaman liberales)... no tocan en manera alguna a Dios ni a su Reino, nia la verdadera justicia e inmortalidad de la vida futura, sino que estén conectadas con la vida presente y casi encerradas en los limites de ésta. Por consiguiente, no existe, segtin Calvino, lazo alguno entre la actividad del hombre en esta Tierra y la -recompensa en la otra vida. De esta manera Calvino destruyé la ética sobrenatural y claro esta la aplicacion de dicha ética a la economia. Sélo que- da lugar para una ética de cardcter natural de la que todos los principios y todas las consideraciones sobrenaturales quedan to- + JuaN CaLvino: L'Institution chrétienne. Véase especialmente el tomo Ill, caps. XXLXXIV, pags. 392-457. 118 / EL MERCANTILISMO sobrenaturales quedan totalmente excluidas. El individualismo y el subjetivismo son consecuencias necesarias de esta posicion. Las consecuencias de esta idea de “vocacién” son muy impor- tantes para nuestro punto de vista. ¢ El trabajo. El trabajo diario, arduo y constante en las acti- vidades de esta tierra es el tmico medio por el que el hombre puede cumplir su “vocacion”. El calvinismo inculcaré a macha- martillo la necesidad de la fidelidad absoluta al trabajo, y las sectas que de él se derivan (puritanismo, por ejemplo), insistiran siempre en este punto. De aqui el aborrecimiento tan marcado de los calvinistas a la ociosidad. El comercio no es de ninguna manera para Calvino una actividad indigna del hombre, sino que es, al contrario, una actividad perfectamente respetable, con tal de que el beneficio no se logre a expensas de otros. e Las riquezas. La posicién de Calvino en cuanto a las riquezas es bastante moderada. Dice asi: —Debe reinar siempre entre nosotros el humanismo que haga que Jos que tienen abundancia de bienes puedan usar de ellos como propios; sin embargo, no deben disfrutar de todo egoistamente, sino que deben hacer participes de ellos a quienes los necesitan y reme- diar su indigencia, cada uno segin su facultad y medida.* Si se compara esta posicion con la tomista, aparece en seguida que falta la distincién neta entre propiedad de administracién (privada) y de uso (comin). Sin embargo, Calvino llega a la conclusién de que los ricos deben hacer participes de sus bienes a los necesitados. Quiza la diferencia mas notable se encuentre en que mientras el pensamiento catdlico ve siempre las riquezas como algo sos- pechoso y Ileno de peligros, Calvino ve sin ja menor inquietud las riquezas que proceden del trabajo. Posteriormente al reformador, los puritanos veran en las ri- quezas la muestra de la bendicién de Dios y el signo seguro de la predestinacién. De aqui nacera su desprecio y hasta su odio a los pobres. La palabra de Cristo, “bienaventurados los pobres”, sera totalmente olvidada. La influencia del espiritu judio hara todavia mucho mas marcada esta concepcidn de las riquezas como signo de la predestinacion. 8 Ibid.: Opera Omnia, tomo 28, pag. 136, citado por Jean Devumtrau: Naissance et affirmation de la Réforme, pag. 317, Cf. también Institution chrétienne, tomo 2, cap. 10, ntim. 45; tomo 3, caps. 19 y 20. CAMBIOS EN LA MENTALIDAD / 119 Si Calvino veia las riquezas sin la menor sospecha, detestaba el lujo y la ostentacion. La idea esta prefiada de consecuencias. Enriquecerse es bueno; gastar en lujo es malo. La vida sobria ' la reinversién se imponen, por consiguiente. x c) Préstamo a interés. La actitud de Calvino en materia del préstamo a interés es muy matizada. Pero sus matices seran pos- teriormente olvidados. En la carta a uno de sus amigos, que no indica ni el lugar ni la fecha en que se escribié, Calvino muestra su embarazo en esta cuestion. Después de manifestar que sabe, por los ejemplos de otros, lo peligroso que es contestar a la pregunta que se le hace sobre la licitud del préstamo a interés, dice asi: ---porque si prohibimos totalmente la usura, apretamos las con- ciencias con un lazo mis estrecho del que Dios mismo impuso, Si la permitimos en alguna manera, inmediatamente, bajo este pretexto, varios se toman una libertad desenfrenada sin que puedan soportar que se les limite algo por alguna excepcién $ Calvino no creyé nunca en el viejo argumento aristotélico de que el dinero es estéril, porque tuvo el mérito de ver lo que se escondia detras del dinero. Y asi pudo distinguir el préstamo al consumo y el préstamo a la produccién, La argumentacién d Calvino es transparente. ° El dinero, como signo monetario, es estéril. Pero transforma- do en bienes de capital es productivo; no por si mismo, sino po. que estos bienes, que se han conseguido con dinero, sort preickae tivos. En la carta que hemos citado di i ivos. 0 dice asi, en un esti ili dificil de traducir: ee Recibo una renta por el alquiler de una casa. ¢Acaso la cob porque el dinero crece en Ia casa? Pero las rentas proceden de los campos donde se hace el dinero. El uso de la casa puede “tambien pe ce oee 8 SU ueense el dinero transformado en s E ue i Que podrian mencionarse? Seri permitico alauilar un come nee poniendo una renta y serA ilicito cobrar algtin fruto por a dl Lo Prestado? gQué? ¢Cuando se compra un campo, puede abcibs ati el eek no engendra dinero? ¢Cémo incrementan sus tienes fos tees ce ones a su trabajo, dir usted. Confieso, por cierto, area, permanece ester Y tambicn que nadie nee side de . Y ta ju ide di tado con Ia condicién de conservario ocioso y sin hacerlo rendir’ De * Ibid.: Opera Selecta, vol. II, pag. 3! 5 |. II, pag. 392. Pr ner, Monachii in aedibus Chr. Raikes 1952, sepa tiaiiaes auseenk 120 / EL MERCANTILISMO donde se sigue que el fruto no procede del dinero, sino del ingreso (que se obtiene del bien productivo).° Una vez que Calvino ha demostrado la licitud del préstamo a interés, se apresura a manifestar que no considera licito todo contrato de esta indole. En primer lugar, reprueba terminantemente el oficio de pres- tamista. La razon es doble. La primera, de indole moral; porque segtin Calvino es “un ejemplo muy raro encontrar un hombre de bien que sea al mismo tiempo prestamista’." La segunda esta ligada con la nocién de “vocacion”. Si los hombres encuentran en ese oficio un modo facil de enriquecerse, descuidaran el trabajo en los oficios necesarios, lo que constituye la principal obligacién del hombre.?? En segundo lugar, indica varias excepciones en las que no es licito cobrar interés. Las principales son las siguientes: que no se cobre interés a los pobres y necesitados; que el prestatario obten- ga un beneficio igual al del prestamista; que no se tome en cuen- ta unicamente el interés de las partes, sino el bien piblico; que no se cobre una tasa superior a la que permiten las leyes del Iu- gar y, si éstas son excesivamente amplias, que se tenga en cuenta Ja equidad.* Si comparamos la posicién de Calvino con la de los escolasti- cos, puede parecer a primera vista que son totalmente antagoni- cas. Asi lo afirma el historiador Henri Sée: La doctrina calvinista, en cuanto al préstamo a interés, esta en abierta oposicién con Ja doctrina de la Iglesia catdlica+ Asi es, en efecto, si comparamos sélo la parte tedrica de la res- puesta a la pregunta de la licitud del interés. Los escoldsticos habian dicho “no”; Calvino dice “si’’. Pero en la parte practica, los escolasticos afiadian: “cuando se dan tales y tales condiciones extrinsecas al contrato, puede cobrarse interés”, Calvino dice: “en tales y tales casos no es licite cobrar interés”. La gran diferencia estriba en que Calvino dijo “si” contra toda la tradicion cristiana que decia “no”. Esto tuvo una importancia inmensa para el desa- 20 Tbid., pag. 394. 1 Ibid, pag. 393. 29 Ibid., pag. 395. 39 Tid. 14 HENRI SEE: Origen y evolucién del capitalismo moderno, pags. 43-44. Fondo de Cultura Econémica, México, 1952. ESQUEMA GENERAL DEL MERCANTILISMO / 121 rrollo del capitalismo en los paises que adoptaron la religién de Calvino. Los escolasticos tuvieron que inventar toda una casuistica para acomodar su “no” a las necesidades de la vida practica. Calvino cambia esa posicién y toma precauciones para evitar el desarrollo de la usura que tanto aborrece: Ciertamente, seria muy de desear que los préstamos a interés fuesen expulsados de todo el mundo; mds atin, que hasta el nombre mismo fuese desconocido.1* En resumen, podemos decir: 1° Que Calvino no fue el reformador que con sus ideas nue- vas desperté el espiritu capitalista, sino quien adapté la religion a ese espiritu que se encontraba en clara fase as- cendente. 2° Que su concepcion del préstamo a interés es la formulacion neta de un nuevo punto de vista mucho mas conforme con Ja transformacién del dinero en “capital”, que en esa época se estaba realizando a pasos agigantados. 3? Que por sus ideas sobre el trabajo, bencticios, riquezas y préstamo a interés, justificé y hasta santificé los ideales del capitalismo. Pérrafo 2°: ESQUEMA GENERAL DEL MERCANTILISMO Los autores que generalmente se catalogan bajo la etiqueta de “mercantilistas” no conocieron nunca esta denominacién, que proviene de Adam Smith, ni supieron que pertenecian a una escue- la econémica que no existié nunca. El mercantilismo no es una es- cucla, sino tnicamente todo el conjunto de recetas econémicas que busca un objetivo: el enriquecimiento del principe, en los prime- ros siglos, y de la nacién en el siglo xvimr. Para lograr este objetivo los mercantilistas proponen medios muy diversos. El mercantilismo toma una forma propia segtin el pais donde se practica, Asi, el mercantilismo espafiol fue esencialmente me- talista (bullonista); el holandés y el britanico lo fueron financie- ro y comercial, y el francés industrial. Dentro de una misma nacién encontramos también diferencias muy marcadas. En Gran Bretafia, por ejemplo, Josiah Child de- 36 Ibid., pag. 392. 122 J EL MERCANTILISMO. fendid los salarios elevados y la tasa de interés baja, mientras que William Petty propugné por salarios bajos y Thomas Mun por el interés alto. Teniendo en cuenta la dificultad de presentar esquematica- mente una escuela que nunca existid, vamos a intentar proponer las caracteristicas mas importantes que convienen a la mayor parte de las prdacticas y doctrinas que hoy llamamos “mercan- tilistas”. La riqueza nacional y los metales preciosos Desde las criticas de Adam Smith contra los mercantilistas, se crey6 que éstos identificaban la riqueza con la moneda o los meta- Jes amonedables. Fue necesaria la reivindicacion iniciada por Keynes para que se matizara la concepcidn de la riqueza propia de los mercantilistas. En realidad, los mercantilistas hacian consistir la riqueza en los bienes necesarios 0 convenientes para la vida. Asi, Thomas Mun dice terminantemente: Observemos primeramente que todo el mundo sabe que la ri- queza o suficiencia de todo reino, Estado 0 reptiblica, consiste en la posesién de aquellas cosas que son necesarias para la vida urbana2¢ Montchrétien es mas explicito todavia: No es la abundancia de oro y plata, la cantidad de perlas y de diamantes, lo que hace a los Estados ricos y opulentos; es Ia suficien- cia de las cosas necesarias para la vida. En realidad tenemos mayor cantidad de oro y plata de la que tenian nuestros padres; no estamos mejor acomodados ni somos més ricos.'* La idea de Montchrétien es muy clara: si la riqueza consiste en cl] conjunto de bienes consumibles, el pafs es tanto mas rico cuanto mas produce, y no cuanto mayor cantidad de metales pre- cioses posee. . Pero la riqueza la miden los mercantilistas en dinero. Y de ahi el peligro de confundir los dos. Mas atin, el dinero es el tnico bien que todo pais esta dispuesto a aceptar a cambio de sus mer- cancfas. Otra razén més para identificar el dinero con la riqueza. ‘6 THomAas MUN: Discurso acerca del comercio de Inglaterra con las Indias Orientales, pag. 202. Fondo de Cultura Econémica, México, 1954. MontcuritieN: Tratado de Economia Politica, citado por EME James: Histoire sommuaire de la pensée économique, pag. 43. INTERVENCIONISMO ESTATAL / 123 Por estos motivos, los mercantilistas ponen tal énfasis en la acumulacién de los metales preciosos, que dan la impresi6n de llegar a confundir lo que distinguieron perfectamente bien al principio. Todos los mercantilistas parecen obsesionados por el ansia de que su pais acumule la mayor cantidad posible de metales pre- ciosos; por eso se ha hablado siempre del crisohedonismo mer- cantilista. Pero mientras los primeros mercantilistas considera- ron sobre todo el valor de los metales en sf mismos —Europa habia padecido escasez de ellos a finales de la Edad Media— los ultimos vieron en su abundancia el mejor medio de estimular la produccién y el comercio a causa de la baja en la tasa de interés. Intervencionismo estatal Para lograr el objetivo del enriquecimiento del principe y de la nacién, los mercantilistas creian que la economia deb{fa ser dirigida por el soberano. De ahi que todos propugnasen por una scrie de leyes ¢ intervenciones para lograr tal objetivo. En los paises que tenian acceso a los metales preciosos de las colonias (Espafia), se pensé que la solucién era muy sencilla. Traer el oro y la plata a Espafia e impedir su salida. Pero no hubo leyes ni penas suficientes para detener el éxodo de los me- tales preciosos hacia las naciones que habian logrado desarrollar el comercio o la industria. Los paises que no podian explotar el oro y la plata de las colo- nias, desplegaron con éxito todos sus esfuerzos para que los meta- les preciosos que afluian a Espafia saliesen rumbo a ellos. Inglaterra, imitando a Holanda a la que envidiaba, se lanz6 a una politica mercantilista de tipo comercial. El objetivo prin- cipal de la politica econédmica fue obtener una balanza comercial favorable: que las exportaciones superasen siempre en valor a las importaciones. Para lograrlo inventaron todo un sistema de estimulos que iba desde la proteccién hasta el monopolio (Acta de Navegacién de Cromwell, 1650). Luego pasaron de la concep- cién de la balanza comercial favorable a la de pagos (Thomas Mun), 2 Cf, por ejemplo, Tuomas MUN: La riqueza de Inglaterra por el comercio exterior, pag. 58; Jostar CHiLp: A New Discourse oj Trade, citado por WiHittsker: Historia del pensamiento econdmico, pag. 706; véase el juicio de Anim Sartit: La rigueza de las naciones, pags. 396-397. 124 | EL MERCANTILISMO Aunque su preocupacién inmediata fue la comercial, poste- riormente empezaron a dar importancia a la industria. Con ob- jeto de poder competir ventajosamente en los mercados extran- jeros, pusieron en prdctica una politica de salarios bajos, de subvenciones a las industrias de exportacién, de prohibiciones de exportar materias primas y de importar articulos manufac- turados, etc. La importacién de materias primas que iban a ser trabajadas en el pais estaba permitida y facilitada. Los ingleses no se preocuparon de la calidad de sus productos, sino sélo de su venta al mejor precio posible. “Si la pacotilla produce, haga- mos pacotilla.” El intervencionismo francés fue menos tedrico, pero mas real todavia que el britanico. Francia, sobre todo con Colbert, se propuso crear una industria de gran calidad. Para ello puso en practica todo un complicadisimo sistema de subvenciones, privi- Jegios, facilidades para atraer técnicos extranjeros, protecciones aduanales, etc. Asi nacieron las grandes industrias francesas de lujo que gozan de tanto renombre, aun en nuestros dias —seda, terciopelo, encajes, cristal, muebles, tapices, tisties, bro- cados, etc. Se ha llamado a este régimen “socialismo mondrqui- co”. Socialismo, porque el gobierno dirigia la economia. Monar- quico, no sdlo porque las riendas de la economia estaban en ma- nos del rey, sino porque tend{fa a suscitar la iniciativa privada y a liberar a la economia de los entorpecimientos procedentes de los privilegios gremiales y de otros cuerpos intermedios. Poblacionismo La principal riqueza de un pa{s la constituye su poblacidn, segtin los mercantilistas. Todos desean que el pais cuente con cl mayor numero posible de habitantes. Uno de los motivos de esta politica demografica esta intima- mente ligado con la polftica de salarios. Para que éstos sean ba- jos se necesita una poblacién numerosa. El italiano Botero des- cubre lo que después se Ilamara la ley malthusiana: tendencia de la poblacién a crecer mas aprisa que los alimentos. Pero su solucién se halla en Jas antfpodas de la malthusiana: no frenar el crecimiento demografico, sino impulsar el desarrollo de la industria. William Petty pedira el traslado a Inglaterra de todos los irlandeses, con objeto de estimular el enriquecimiento de In- giaterra. MERCANTILISMO BULLONISTA / 125 Beneficio unilateral del comercio internacional Todos los mercantilistas coinciden en la creencia de que “lo que una nacidén gana, la otra forzosamente lo pierde’”’. En efecto, si se considera que los metales preciosos constitu: yen la verdadera riqueza de un reino, o al menos que la miden, la nacion que resulta deudora en el comercio tiene que exportar oro o plata, y por tanto pierde. La acreedora lo recibe y sale ga- nanciosa. E] comercio internacional es para ellos como un juego en el que al final se tiene, entre todos los jugadores, la misma cantidad de dinero que se tenia al principio. Pero unos tienen mas a cos- ta de los otros. Hara falta que llegue Adam Smith y, sobre todo, Ricardo, para que se comprenda que el comercio internacional puede resultar beneficioso para ambas partes. Después de este vistazo esquematico del mercantilismo, ana- lizaremos ahora sus principales teorias econdmicas. Parrafo 3°: MERCANTILISMO BULLONISTA Si es licito hablar de mercantilismo espafiol, es porque al exponer, esquematicamente, esta corriente del pensamiento eco- némico, hemos considerado entre sus principales caracteristicas la del crisohedonismo y la del intervencionismo estatal. Pero el matiz comercial o industrial que caracterizé a los mercantilismos inglés y francés, respectivamente, estuvo ausente en forma ab- soluta de la politica econémica espaifiola. Debemos, sin embargo, distinguir entre la politica econémica seguida por Espafia y las doctrinas expuestas por los mejores economistas de esta nacidn, tales como Ortiz y Olivares. Estos no pueden ser catalogados como pensadores crasamente bullonistas, a pesar de que los ti- tulos de sus obras pueden inducir a creerlo asi. La politica que siguiéd Espafia durante los siglos xvr a xvut, si fue especificamente bullonista. Basdndose esta polftica en la creencia de que la ri- queza nacional estaba constituida por el stock de metales pre- ciosos acumulados en el reino, tendia simplemente a conseguir Ja mayor entrada posible de estos metales y a impedir su salida. 126 | EL MERCANTILISMO Esta politica trataba de resolver el problema de la cuadratura del circulo. En efecto, para enriquecer al pais se traian a él el oro y la plata de América; pero a medida que estos metales lle- gaban a Espaiia, los precios subian, De modo que cuanto mas se enriquecia Espafia, mas cara se ponia la vida para los espa- fioles. Ademas los metales preciosos que llegaban de América salian pronto hacia el extranjero. Seguin datos de Jeronimo de Uztariz, de 1492 a 1724 habian entrado a Espafia cerca de 5 mil millones de pesos, de los que en 1724 no quedaban en las arcas del Estado ni cien millones. No comprendiendo lo que ocurria, a pesar de que Copérnico y Bodin lo habian explicado, y a pesar también del ejemplo con- trario de Holanda, Inglaterra y Francia, se adoptaron toda una serie de medidas incongruentes y contradictorias que tendian a impedir dos cosas irreconciliables: la salida de los metales pre- ciosos y el alza de los precios. Las principales medidas fueron las siguientes: 18 Prohibicién de exportar metales preciosos. Se creia que de esta manera se lograba el enriquecimiento del reino y la baja de los precios. Pero, como lo demostraron Copér- nico y Bodin, el nivel general de precios tiende a aumentar en la proporcion en que se incrementa el stock de oro y plata, si todos los demas factores permanecen constantes. 2° Prohibicion de exportar mercancias espafiolas. Con esta medida se pretendia aumentar la oferta de los productos en el mercado nacional para hacer, de este modo, bajar los precios. Mas se olvidaba la repercusién necesaria en la balanza comercial. Esta resultaba deficitaria para Espafia y traia como consecuencia la salida de los metales preciosos. 3° Prohibicién de importar mercancias extranjeras. De esta manera se pensaba remediar el déficit de la balanza co- mercial y detener el éxodo del oro y de la plata. La pro- ducci6n espafiola era insuficiente para sus necesidades. Sobreestimacién de las monedas extranjeras. Cotizando las monedas extranjeras a precio mds alto del normal se pensé que éstas afluirfan a Espafia. Asi fue en efecto, pero entré en juego la ley de Gresham: las monedas buenas, espafiolas, salieron del pais y las malas, extranjeras, en- traron a Espafia. 4 19 JERONIMO DE UzrAr1z: Teoria y prdctica de comercio y marina, 1724. RESULTADOS DE LA POLITICA ESPANOLA / 127 Critica En realidad se buscaron todos los medios, menos el tinico necesario: fomentar la produccién agricola e industrial. La con- juncion de la creencia de que la riqueza estaba constituida por los metales preciosos que poseyera el reino y el hecho de que Espafa tenia acceso directo a estos metales fue nefasta para el pais.!?"'® Las naciones que no podian hacer llegar el oro de sus colonias, tenian que conseguir que pasara de Espaiia hacia ellas. Para lograrlo desarrollaron el comercio, las finanzas y la indus- tria. La acumulacion de oro fue consecuencia de su riqueza; ésta procedia del trabajo nacional. Resultados de la politica espafiola 1° El éxodo de los metales preciosos fue imposible de con- tener. 2° Espafia se despoblé por la emigracién hacia América en busca de mejor suerte. 3° La agricultura se empobrecié por el afan de favorecer la produccién de lana, que era de buena calidad, pero muy cara. Los derechos de paso para los ganados trashuman- tes ponian en situacién dificil a !a agricultura. 4 No se hizo nada para invertir el oro y la plata en la crea- cién de una industria nacional, contrariamente a lo que ocurrié en Francia, Inglaterra y los Paises Bajos. 5° La hacienda publica, que tantos millones habia recibido, se encontré en bancarrota a causa del raquitismo de la economia y de las continuas guerras que sostuvo Espaiia. 6° Finalmente, la pobreza se generaliz6 en el pais. Los tran- ceses la han llamado “pobreza dorada”, a causa de la dig. nidad con que la soportaron los espafioles. El episodio narrado en el Lazarillo de Tormes, del caballero que come una cabeza de carnero como si estuviera disfrutando de un gran festin, es significativo de la miseria que la politica bullonista produjo en Espafia. 1sbis Un testimonio elocuente de la creencia bullonista en Nueva Es- pafia lo tenemos en el memorial enviado a Felipe Il por Gonzalo Gomez de Cervantes en 1599 y publicado en México en 1944 por la Antigua Libreria Robredo de José Porrtia e Hijos en el ntimero 19 de la Biblioteca Historica Mexicana de Obras inéditas bajo el titulo: La vida econdmica y social de Nueva Espana al finalizar el sigio xvi. Véanse especialmente las pagi- nas 138-142.

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