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Ya que el Gobierno es el elegido por el pueblo de manera lúcida (supongamos),

consciente (sigamos suponiendo), libre y directa, éste debería tener como uno
de sus ejes fundamentales el de no permitir que haya otros poderes mayores a
él, justamente porque el pueblo decide quien tiene el máximo poder (y
seguimos).

Sigamos conjeturando que parece evidente que se prefiere vivir con la mayor
libertad posible sin la interferencia, en la medida de lo posible para la
convivencia, de poderes coercionando y dirigiendo nuestros destinos. También,
por lo tanto, parece evidente que se preferirá una lucha equilibrada entre los
poderes elegidos por el pueblo y los poderes erigidos mediante el fallido
funcionamiento de los mercados.

Si bien hay mecanismos que, cualquiera con dos dedos de frente y con unos
pocos conocimientos acerca de la economía de mercado, definitivamente
estarán mejor en manos de la libre oferta y demanda en el mercado
competitivo. En el cual hay una energía social que, con reglas claras, empuja a
mejorar la productividad siendo lo más eficiente posible en la utilización de los
recursos (aunque esto no es siempre así, o mejor dicho, nunca es así. Pero es
mejor, siempre con reglas claras, que cualquier otra alternativa). Es que ya no
nos gusta cuando un sistema no elegido por nosotros nos estipula nuestra vida.

Ahora bien, para concluir, debo mencionar que no existen, ni existieron , ni


existirán monopolios sin la connivencia del Estado.

La barahúnda aquí es: Dije que el Estado, por ser a quien le delegamos el
poder sobre algunos aspectos de nuestra vida, debe atenerse a no permitir que
otros poderes se erijan por encima de él. Pero, hete aquí el quid de la cuestión,
los poderes que se fundan paralelamente a aquel poder que nosotros
aceptamos, no pudieran formarse sin la complicidad de, justamente, ese poder
aceptado por nosotros.

Dicho de otra manera, queremos un papá que nos marque los límites, pero
también tenemos un tío (para un liberal como Gastón) o un carnicero vecino
del barrio amante de mamá (para alguien más de izquierda) que tiene la plata
que nos permite desenvolvernos, y el muy perverso no nos deja salir a jugar.
Siendo que papá nos dió permiso!

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