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BOLETIN
CRISTIA!
SEMANAL DE VIDA Y OBRA GRISTIANA.
__-
“o
AL PUEBLO.
Hijos del Evangelio y consa- |
grados 4 su propagacion entre
nuestros compairiotas, venimos
hoy 4 Ja arena periodistiea em
nuestra mision de paz, de cari |
dad y de amor.
fo queremos ni la discusion
ni la Inch.
Nuestras palabras serdn_hijas |
“nuestros esfuerzos; ent
ESTA PAGADA LA DEUDA.
de la £8 sencilla y sublime que
profesimos.
Qneremossolamentev
pados en iorno de la
Cristo @ todos los le:
ti
ra todos indistintamente
|| desoamos com partir nuestvo amor
y nuestro fraternal earifio, ha
ciendo solo resonar ent las con=
ciencias y en los eorazones la vor
poderosa y celestial de la pala
Ina de Did
1,
rangelio: hé- aqui
voz, por lo tanto,
por humilde que sea, haga latir
todos los eorazones « impulso de
Cypey aH ZL,Jaf, ¥ que la doctrina del Evvan- {!
gelio, tinica redencion social po-
sible en Espaia, sea el Codigo |
divino que acallando la voz en-
‘earnizada de las pasiones y de los
partidos sea la salvacion demues-
fra desgraciada patria, por euy
prosperidad y bienestar clova
Ings fervientés y continuos votos
i In Providencia, en cuya mano
estin Jos destinos del universo. |
Hermanos todos, sobre este |)
destinro de espiacion y de dolo- |
res, oid la vor de la verdad.
Que el espiritu de Dios nos
compan.
Salud, paz, union y caridad |
en nuestro Sefior Jesueristo.
Madrid 3 de Diciembre de |
1970.
La Repaccios.
La verdad de las vordades, la ver- |
dad pura y sulvadora_ se. presenta |)
ante nuestra vista, El Evangelio de
Jesucristo, la buena nueva que esti
yepresentada en sw misina personas
lacnal, como osti revestida do esa
sencillez y clanidad que solamente
por un Dios puede haberside anun~ |
Giada, los hombresen su mayoria |
no la quieren admitir, |
Pero, gcdmo el hombre ha de ad~
mitir ina cosa tan sencilla, y tan
grande y sublimopor sa misma son |
Cillez? {imo el_hombre ha de al~
mitirla, repito, si tiene el corazon
lacerado por su orgullo, “yuna |
gran ceguedad en ol 4 causa de su
Pecado? |
Un pensador ilustro dice, que si |
loshombres comprendieran Vo wtil,
To neoosario,y 10 eonveniente que |
es para Ta vida humana I doctrina |
del Evangelio, todos los hombres s¢
acogorian 4 éi, lo abrazarian por
completo aunque no fuera mas que |)
Por conveniencia propia. Mas, he | dice: «Por gracia sois salvos por la |
iui que el granapdstol de los gen | fa; y esto no she vosottos, pltes ex |
tiles, el apdstol San Pablo, dice que
ni nosotros sabemnos lo que ngs con-
‘viene. (1)
Asi, pues, sino sabomos qué os |
Jo que nos conviene, ;qué estraio |
tiene que no sea aceptada la buena |)
nueva de la relencion que Jesueris- | te encroer eu el SofiorJesucristo, (8) |
to hizo por los hombres? |
Levéntate humanidad, lovintate ||
do la postracion en que poe ti mis- ||
ma estis sumida, y alza tu vista pa- |)
ra vor la amnistia' que Dios te tiene |)
reparada! aQué te detiene & aco- |)
Jorte d ella? Qué tedstiene, pues, & |
(1) Romanos, cap. van, ver. 26,
EL CRISTIANO.
abrazar el Evangelio? {Es que no
compreniies la. soncillez que se eu~
cnentea en él para salvarte? jAht
si es eso, vé a él tambien con
ez de corazon y veris emo com
prendes que Dios, en su infinite
amor hicia ti, no podia salvarte
de otra manera; y eomprenterds
Jesucristo: «Te alabo, Pa=
te, Selo: dol ciclo y de la tlerra,
que hayas escondido “estas cosas de
Ios sibios y de los ontendidos y las
hayas revelato & los niftos.» (1)
{Seri porque creas que el Evan-
gelio no es mas que para algunas
de las clases de la socielad, para al-
gun pueblo privilegiato para
quellos quo son justos? No; porque
que
ex primer lugar delante de Dios no |)
|| hay acepefon de personas (2) y des-
pues porque no hay justos iti ana
uno. (3)
‘g8erd acaso por Ja enormidad del
exo des crimenes ¥ que ereas no
‘ay quion prada aliviarte? No; por
gue posacisto den: «Veni & mi to-
fos los que estais cargaios y trabi-
oseausar.» (4)
Jados, que yo os har
[fror’el hotror tal vex que to cansa
Ja suciedad do tas pecados ¥ que
ereas que Dios no te perdinara?
Tampoco: porque Dios Imblando
per ck proteta tain, die: Lava,
impinos, quitad la in‘gnidad de
‘yuestras obras de ante mis ojos, di
jadde hacer lo malo, aprended &
bien hacer. Ven'd luego, dice el
ior: Si fueren vuestros pecalos eo
mo la grana, como la nieve sonia
emblaquecidos; y si fucren_rojos
como el carmosi, como blanca lana,
sordin.» (3)
Sinadade esto, y mucho mas que
pudiera decirte, ta detiene 4 acojer-
ted esa amnistia, &abrazar el Evan-
io, 4qud haces, pues? gyud te de—
Hone} jh! ecporas, quiz, sheer |
alguna ohea buena, algun mérito
pate, que Dios te rer Tnannsita
rumanidad que no sabes: que todos
| nosotros somos como sucielad, y
que todas nuestras justicias son'ed-
mo trapos de inmundicias! (6) No
esperes eso, no, porque San Pablo
doride Dios: No por obras, para que
natlie se glori.» (7)
‘De modo, pues, que el que quiora
ser salvo y vivir eternamente, que
se acgjaale
Evangelio, el cnal consistesolamen-
enque se desprenda desinteresada-
Mateo, eap.-xF, voE. 2,
‘omiaaosy cap, Uy Ver. I
Roxmanoe, pit ver, 10,
Mateo, eap. x1, Ver
5) snias, 1, vera. 18 al 18,
eafne, cap. a, vor.
Efe ep. fore 89
1B), Hechios, cape xe, vor. BL
jambien la verdad ‘de las. palabras |
arnistia, que abrace el
|| monte de su corazon, y que se lo en-
| tregue & EL por completo.
Habia un catélico romano hombre
do buena #8. No conoeia la Biblia, y
habiéadosole resralado wna empez6
& leerla, Leido que hubo algo de
clla, dijo 4 sw esposa: «Mujer, si es
| verdail lo que esté escrito en este
Iibro, nosotros no tenemos razon.
|| Estamos en él error.» Continuando
| I Joctura se reconocié may grande
pecador y dijo horrorizadd: «Si osto
| es verdad, estamos perdidos.»
Prosignié en su lectura, apren
| Aconocer y & amar & Jestis. Descu~
|| brid que habia otto camino mejor
| del que le enseviatan los sacerdotes,
entonces dijo: «Mujer, si lo que
fasta escrito en este libro os verdad,
|| » Feliz descubri-
somos salvos!..
miento.
|| Bm Jos dos atios qu’ hace que se
prociamé en Espafia la libertad de
baltos, se han organizado iglesias
cristianas para adorar & Dios en es
pirita y verdad on los siguientes
nto
MNulvid, Milaga, Sevilla, Cadiz,
| Cérdoba, Huelva, Constantina, Jo-
| rez, Granada, Cartagena, Alicante,
| Barcelona, Zaragoza y Valladolid.
En dichos pantos contintian hoy to-
| das ellas con gran concurrencia de
| files.
PAGADA LA DEUDA.
ESTA
Hay muchas. personas, que an-
helando conocer 4 Nuostro Sefior
Iesucristo como,st Salvador, tienen
diffonltad en eomprender ‘de
modo puede salvarlas el sacrificio
del Hijo do Dios, 7 por lo tanto, no
encuentran en Hl consuelo algano.
La siguiente veridien navracion de
Yo ocurrido 4 una mujerdesdichada,
| gue so hallaba en este caso, podrd
| Gatguna idea de cbmo <6 recibe
un beneficio tan grande, jQuiera
| Dios que asi seal
Emilia era ol nombre de aquella
desventurada majer, que alemas de
ser pobre, may pobre, estaba tan
enferma, que se hallaba postrada,
siempre on cama, La enfermedad
sola ho deja de ser una desgracia,
como lo es tambien la pobreza pero
| cuando ambos males vienen juatos,
se haes la carga demasiado pesada:
|) Emilia tenia otra mas pesnda toda—
| via, que consistia en la duda y te-
mot dela satvacion de sn alma: Mu-
has veces habia oido hablar de Ta
muerte y méritos de Nuestro Divino
| Salvador, y estaba 4 punto de creer
| cn Bl; perd nada entenia, y le le~
naba db tristeza cl peusaimiento de
estar lejos de Dios, y sin fuerzsEL CRISTIANO.
para hallar el camino de la le
ion.
‘Una sefiora, Hamada dofia Jacin= |
ta Garcia, que tenia costumbre do |
Visitar 4 Emilia, le esplicaba 4 me- |
udo fa maravillosa verdad, de que |
Jesucristo hizo propiciacion por el |
gecado en la Crus que habia pasa
Ta deuda para siempre, y que
nosotros, justificados por Jaf en
El, estamos en paz con Dios; pero
eran vanos sus esfiaerzos, porque st.
obre amiga nunca poi compen |
lerla; asi, pues, al paso que 10 en—
eontraba alivio para su alma, la po-
bre Emilia vein empeorarse ‘mas ¥
mas su salud, hasta que lego Ja |
hora de su muerte,
Alirun dia dotia Jacinta & visi
tarla, encontré 4 la infeliz sumida ||
en la'mas profunda afficeion, Habia
enrollado ‘aa cibanas y eubidrtose
on ellas el rostro; y sus lastimosos
tepetios suspiros, manifestaban
amargura de su corazon.
Querida Emilia, —dijo dota Jacin-
ta,—jqué tienes? sPor qué estis hoy
‘an triste? =
—i(qué he de tener, sofiora! Van |
a venir 4 ombargat, porque no he
pagado el alquiler de la habitacton,
y. se llevarin todo: jentonces mé |
moriré! ;Me moriré! Bra tan grande
su angustia, que nada de lo que su
amiga le devia bastaba & consolar~
Ja. ¥ asi debia sueader, pues no t
nia un cuarto para pagar la deuda,
¥ de consiguiente, quedaria sin |
ada. |
Cuando mas se esforzaba dofia
Jacinta en consolarla, oyése un al~ |
abazo, que resond en toda Ia. casa, ||
‘produjo inmediatamento & la po~
re mujer una fuerte convulsion. |
La desdichada se cubrid la cabeza
con las sibanas, y esclamd:
—iOh! ;Abi estin! ; Ahf estén!
En estromo conmovida dofia Ja~ |
cinta por la afliecion de_ su desgra~
ciada amiga, baj6 con tiento las es |
caleras y vid dos hombres, que en |
‘efecto idan & embargar.
‘Cuando lo manifestaron el objeto |
que Jos Hevaba alli, Jes dijo dotia
Jacinta:—Seliores, osa pobrecita no
puede pagar el alquiler de la habi-
‘acion. |
—L6 sentimos, seflora,—contes~
taron ellos;—pord no lo podemosre-
modiar. Sino paga, se quedard sin
Jos muebles
—jliso setia muy eruel! Pues 1a |
pobrecita se moriria; porque d decir
‘Yerdad, esti casi 4 las puertas del
sepulcro.
‘—Seilora, nosotros no tenemos
juo ver con'eso: para nosotros, 6 el
nero 6 los muebles.
vA cudnto as-
—Diganme Vas.
ciende Ja deuda?
(Se continuard.)
|| que salva procede de la misma ma-
|| Jesiis, el Pastor de uuestras almas.
PENSAMIENTOS CRISTIANOS.
_—Jamiis buscariamos 4 Cristo si
HI primero no viniera A buscarnos.
El Hijo del hombre descendié
4 buscar y salvar lo que se habia
perdido.
Jamas se ha hecho ni se hard una
verdadera oracion de fé, que quede
sin respuesta de la parte de bibs.
—Lo esoncial para el hombre no |
es el mucho hablar, sino el mucho
creer.
—Nadie puade ser hijo de Dios sin
continua oracion secreta; y ningu-
na comunidad cristiana puede vivir
sin la oracion uninime.
wenetnene
PARA LOS NINOS.
Una vez pregunté un pastor: —
abe quémolo se vale Vd. para en- |
Coutrar Jas ovejas que se ostravian
en la nieve? —Bajamos 4 los bar- |
rancos, los cuales las ovejas acu~
den durante Ia tempestad; alli las |
encontramos arrebajadas. bajo la |
nieve, —,Yellas pueden saber cuan: |
do Va. quita la uiove? —No seior;
si fuora prociso para salvar su vida,
no serian capaces de dar nn paso: |
j¢ manera que por fuerza Ins tene= |
‘mos que sacar nosotros.
Hues bien, procisamente de este |
modo salva Jesis & sus ovejas, per
didas, quien nos enenentra helados
y muertos en el abismo profundo |
det pecado. Si tuvidramos que dar
tm solo paso para. salvar muestras
almas no seriamos eapaces de ha-
| cerlo. ||
—Pero iilnosaleanza consubrazo
y nos saca fuera. Con cada oveja |
era, Gloria, gloria, gloria sea a |
Nitios, dejad 4 Jesits que 08 reco
ja. Considerad vuestra triste situa~
\‘cion, vuestro estado deplorable |
alzad los ofos diciendo: ;Seiior, sil |
vame!
JOSE, EL PRQUENO SUSTITUTO,
Hace algunos aftos, siendo maes-
trode escuela de la pequefia ciudad |
do, bube de reprender dun alam- |
no por su falta de atoneion y por su
dosobediencia. No habiéndole cor~
regido mis palabras, le mandé qe
se quedase tm cuarto de horaen un |
con de Ia clase. Mientras que se |
dirigia é aquol sitio, nn nizio mucho |
mas joven que 6! sé acered 4 mi pa |
ra pallirme que le permitiese pone
so én Iugar de aquel que habia me-
recido el castigo. Esta peticion me
chocd en gran manera; sin embar-
0, no quise hacerle ninguna pre-
unta, y le dije solamente quo si
fe otorgaba au peticion tendria que
pasar todo el coarto do hora on el
con, ¥ afiadi «U/n cuarto de hora
my’ largo cuando s¢ debe pasar
de castigo.» Pero estas palabras no
Je conmovieron. Entouces le hice
ver la vergiienza que sufre aquel
que es eastisrado, ¥ aftadi que pasa-
Tia por un nifo malo é indisciplina-
do 4 lavista de quien entréra on la
clase. Nada le convencid, ins per-
severd en swresolucion. Le auto
6, pues, para reemplazar & su ca
marada, es decir, para ponerse en
e! rincon en vez del otto.
Estaba profundamonte conmovi~
do, ¥ oré en mi interior al Soor
que ine diese un poco de est sabidu-
Tia que viene de arriba, para sacar
de este incidence alguna instruc
ion provechosa a las almas de los
ios que mo habian conflalo, Pa
sado el cuarto de hora Yamé al mu-
chacho y le preganté si habia sido
swcamarada quien le habia pedido
le roemplazase. —No selior. —gTe
parece que no habia merecido el
castigo? —Si, lo tenia bien mereci—
do. —aQué motivo, pues, te hade-
torminado & querer suftir este casti-
en su lugar? —Sei
fe quiero. —jQuérsy
‘tnosa! Los demas nitios habian se
guido muestra conversacion con
Yivo interés. Llamé al_muchacho
desobedionte y le mandé ir 4 st vo
alrincon. A éstas palabras un cla
mor de protestas se lovanté, y mu-
chas aguas voces gritarod & la
“Ob! selon, eso no esté bien.
so no esta bien! — {Ni justo!
afiadié uno de los mas atrévidos,
—sPor quéno seria justot—repliqué
‘yo, croyendo desconcertar al que
facababa de hablarasi;—jno ha des~
obedecido tu eompaiiero? —Si se
jior; pero habeis permitido que José
fuese castigado por eZ; de modo que
no debels castgarle.
‘Mi oracion habia sido ola, y pro-
seguien estos términos: —jLn que
acaba de ocnrrit no os racnenda al-
got-Si_ sefior,—clamaron muchas
Yooes;—esto nos recuerda al Selior
Josis que murid para espiar unes~
tros peeados. —,Qué nombre dariais
ahora 4 Josét—El de sustituto.—
4Quées un sustituto?—El que ocupa
el Ingar de otro. —,Qué lugar oct
Bp, desist Ed fos peoadores.—
fosé nos dice que ha querido poner-
seen lugar de su compaiiero y ser
castigado por él, porque le ‘ama;
gqereis desire por qué quiso Fests
morir en lugar de Jos ‘pecadores?
—Porque tambien Ei nos ama. —
Citadme un pasaje do la Biblia que
se refiera 4 osto.—«Bl Hijo de Dios
me amé y se entregé 4 si mismo
por mf.» (Galatas, 11, 20), —Acabais
de decirme que no seria bueno ni
justo elmandaral incon & este nitiodesobetionte despuesde haber casti-
gadoa Joséen su lugar; aquéinstrue-
ion podromos sacar aun de este
hecho? —La certezade que Dios no
puede cistigar & ning pecador
gue cr2e en Jesucristo.—Y, alta
un peqnefiito,—Dios no Jo. easti~
gard jamis, porque la Biblia dice:
{De fal maneraamé Dios al mando,
que hadado 4 su Hijo unigénito,
Para quo todo aque! quo en Bl cree,
hho se pievda, mas tenga vida eter
na.» (Juan, Mm, 16.)
BL NINO AMANYP DE LA VERDAD,
En Ja ciudad de B.., babia'wn ni
fio el cual era un verdadero oordero
del aprisco daCristo, sto nite to~
nia tal repugnaneia la mentira y
cera tan in-oporfable, que siempre
quo se hallaba presento cman al-
rung mentis, al momento le aban~
lonaba,
hatlabapaseando
ratio cago, eat0
hechia can otros
‘nuestto amigui-
Un dia que
Te contouna
mucliaelos:
apo
to cristiano Ie oy6, comproudid que
era. mentira lo que le contaba, y es-
to fad Jo hastante para que indigna-
do, no solamente lo wograva sit aimis-
tad, sino hastala entralaen su casa,
que con tanta frecnencia visitaba,
Hasta tanto gueno viera quese habia
enmendado cle tan feo y repugnante
Vieio. Enterada la inadro de nuestro
nitto de lo que habia ocurride en
roles dos, le pregunté cémo com-
renderia si su-amigo s2 enmenda~
GaVo lo conocere,—contesté;—