Está en la página 1de 19
OBSERVACION* NORWOOD RUSSELL HANSON El ojo wence podria ver ol Sol, oi no cstuviers tambrade o dl. Consideremos a dos microbidlogos. Estin observando la prepa- racién de un portaobjetos; si se les pregunta qué es lo. que ven, pueden dar respuestas distintas. Uno de ellos ve en la célula que tiene ante él un agrupamiento de materia extraia: es un producto artificial, un grumo resultante de una técnica de tefido inadecuada. Este coagulo tiene poca relacién con la eélula, in vivo, eomo la que puedan tener con la forma original de un jarrén griego las rayas que sobre éste haya dejado el pico del arqueélogo. El otro bidlogo iden- tifiea en dicho codgulo un érgano celular, un “aparato de Golgi” En cuanto a las téenicas, sostiene que “la regla establecida para detectar un érgano celular consiste en fijar y tefir la preparacién. UPor qué recelar de esta técnica suponiendo que sélo brinda pro- ductos artificiales, mientras que otras revelan érganos genuinos?” La controversia contintia.? En ella esté involucrada toda la teo- ria de las técnicas microseépicas; no es un problema obviamente experimental. Pero afecta a lo que los cientificos dicen que ven Quiaé puede tener sentido decir que ambos observadores no ven la misma cosa, no parten de los misinos datos, aunque su vista sea normal y los dos perciban visualmente et mistno objeto + “Observation” consttuye el capitulo 1 del ibeo Patterns of Discovery, An Inquiry into the Conceptual Foundations of Science, de N. R. Hanson, pu blicado por Cambridge University Press, 1988. Versi castellana de Enrique Garcia Camarero, publicada por Alianea Universidad, Allanca Editorial, Mar did, 1977, con el ul Patrones de descubrim {de Alianza Ealtorial. 1 Was! nicht das Auge sonnenhaft / Die Sonne binnt’ ea nie eriickens Gonthe, Zehme Xenien, Werke, Weimar, 1887-1918, Lb, 3, 1805, 2 Veanse los artculos de Baker y Gatonby en Nature, 1949-1958. ate} ‘Se reimprime con permiso Tmaginemos que las dos estén observando un protoz00, una amoeba. Uno de ellos ve un animal unicelular, el otto, un animal no celular. El primero ve a la amoeba en todas sus analogias con los diferentes tipos de células simples: células del higado, cétulas nerviosas, células epiteliales. Estas tienen membrana, ntileo, cito- plasma, etc., entre las de esta clase, la amoeba se distingue sélo por su independencia. Sin embargo, el otro ve que las amochas son andlogas, no a las células simples, sino a los animales. Como todas los animales, la amoeba ingiere su comida, la digiete y la asimila, Excreta, se reproduce y es mévil de una manera més parecida a como lo es un animal que la célula de un tejido. ‘No es éste un problema experimental, pero puede afectar al ex- perimento. Lo que cualquiera de estos dos hombres consideran como cuestiones significativas o datos relevantes puede estar de- terminado por et peso relative que dé a cada una de estas dos palabras: “animal unicelular”® Algunos filésofos tienen una féemula dispuesta para estas oca- siones: “Naturalmente, ellos ven la misma cosa. Hacen la misma observacién, puesto que parten de los mismos datos visuales. Pero Jo que ven lo interpretan de una forma diferente. Interpretan los datos de forma diferente.” 9 Noes date un asunto meramente conceptual, por supuesto. Véase Witt sgenstein, Philosophical Investigations, Oxford, Blackwell, 193. [Jnvestigacio- ines flosifcas, México, Instituto de Investigaciones Filosdficas, UNAM / Barco. Tona, Espada, Editorial Critics, 1988, p. 195) 4 (1) G. Berkeley, Essay Towards a New Theory of Vision, en Obran wolf Londres, T. Nelson, 1948-1956, pp. SU y siguientes {G2 James Mil, Analyse of the Phenomena of the Human Mind, Londres, Longmans, 1869, vol. p. 9 (3) J Sully, Outlines of Paycholopy, Nueva York, Appleton, 1885, {4) William Jasmes, The Principles of Paychalogy, Nueva York, Holt, 1890- 1008, vol 1, pp. 4, 78, 80 y 81; vol. 1, p. 221 (8) A. Schopenhauer, Satz vom Grande, en Sammiliche Werke, Leipsig, 1888, capitulo tv. (6) H Spencer, The Principles of Prychology, Appleton, Nueva York, 1897, vol. 1¥, capitules bx, X- (7) 8. von Hartmann, Philosophy of the Uncousscious, Londres, K. Paul, 1951, B, eapitulos vi, vit (8) W.M. Wandt, Voricsnngen der die Menschen und Thierseele, Ham Dargo, Voes, 1892, 1¥, x1 (9) HL. F. vog Helmholts, HandSack der Phys 1867, pp. 430, 447 (10) A. Binot, Le peycholoyie du reisonnement, recherches expérimentales par lhypnotisme, Paris, Alean, 1885, capituls 1, V. chen Optit, Leip, as oaseavacion La euestidn es, entonces, mostrar cémo estos datos son mol- deados por diferentes teorias 0 interpretaciones o construcciones intelectuales. Muchos fildsofos de han enfrentado a esa tarea. Pero, en reali- dad, la formula con la que comienzan es demasiado simple para que permita captar la naturaleza de la observaciSn en fisica. ;Bs que uizés los cientificos citados anteriormente no comienzan sus inves- tigaciones a partir de los mismos datos? {Es que no hacen las mis- ‘mas observaciones? {Es que incluso no ven la misma cosa? Aqui nos encontramos con vatios conceptos entrelazados. Debemos proceder cuidadosamente, puesto que, si es verdad que tiene sentido afirmar que dos cientifices que estén mirando a 2 no ven la misma cosa, siempre debe haber un sen Pero el problema es entonces, “cual de esos dos sentidos es mas esclarecedor para la comprensién de las observaciones fisicas?” Estos ejemplos biolégicos son demasiado complejos. Pensemos cen Johannes Kepler: imaginémosle en una colina mirando el ama- necer. Con él esté Tycho Brahe. Kepler considera que el Sol esta fijo; es la Tierra la que se mueve. Pero Tycho, siguiendo » Ptolo- meo y a Aristételes, al menos en esto, sostiene que la Tierra esta fija_y que los demas cuerpos celestes se mueven alrededor de ella Ven Kepler y Tycho la misma cosa en el Este, al amanecer? Al contratio que en las anteriores cuestiones “json aparatos de Golgi?” y “json los protozoos animales unicelulaces 0 no celula- res?”, podemos pensar que la pregunta sobre lo que ven Kepler y ‘Tycho es una cuestiéa experimental u observacional. Pero no era asi en los siglos XVI y XVit. Asi, Galileo dijo a los seguidores de Ptolomeo: “Ni Aristételes ni ustedes pueden probar que !a Tierra jo anterior en que si ven la misma cosa, (11) J. Grote, Esploratio Philosephice, Cambridge, 1900, vol, pp- 201 ye (12) B. Russell, en Mind (1913), p. 78. Mysticism and Logic, Nueva York, Longmans, 1918, - 209. The Problems of Philosophy, Nueva York, Holt, 1912, 73, 92, 179, 203. (13) Dawes Hicks, Arist, Soe, Sup, vol 1 (1919), pp. 176-8. (14) G.F. Stout, A Meneal of Prychology, Londres, Clive, 907, 2a. edici, vol. 1 y 2, pp. 964, S614 (15) A.C. Ewing, Fandamental Que peas ys. (18) G, W. Cunningham, Problems of Phi pp. 96-7 ions of Philosophy, Nuewa York, 1951, hy, Nueva Yor, Holt, 1924, NORWOOD RUSSELL HANSON no es de facto el centro del universo,.."* “Ven Kepler y Tycho la ‘misma cosa en el Este, al amanecer?” no es quiads una cuestién de facto, sino, mis bien, el comienzo de un examen de los conception de visién y observacién La discusién resultante podria ser: Si, ven lo mismo. —No, no ven lo mismo. ~iSi, ven lo mismo! —iNo, no ven lo mismo! El hecho de que eso sea posible nos indica que puede haber razones para ambos argumentos.* Consideremos algunos puntes ‘que apoyan la respuesta afirmativa, Los procesos fisicos que tenian lugar cuando Kepler y Tycho miraban el amanecer son de importancia. Bl Sol emite les mismos fotones para ambos observadores; los fotones atraviesan el espacio solar y nuestra atmésfera. Los dos astrénomos tienen una visién normal; por tanto, dichos fotones pasan a través de la cérnea, el humor acuoso, el irs, el eristalino y el humor vitreo de sus ojos de la misma manera. Finalmente, son afectadas sus retinas. En sus célulaa de aclonio ocurton cambios clectroquimicos similares. En laa retinas de Kepler y de Tycho se forman las mismas configuraciones. Asi pues, ellos ven la misma cosa En algunas ocasiones Locke se referia al hecho de ver con estas palabras: un hombre ve el Sot si la imagen que de él se le forma ‘en la retina es una imagen normal. Bl doctor Sit W. Russell Brain se refiere a nuestras sensaciones en la retina como indicadores y sefiales. Todo lo que tiene lugar detrés de la retina es, como él dice, “una operacién intelectual que se basa en gran medida en experiencias no visuales...”.* Lo que vemos son los cambios que 5 Galileo, Dialogue Concerning the Two Chief World Systems, California, 1053, “The Firat Day", p. 32 $ “Das iat doch hein Sehen!"-tDas ist doch cin Sehen!’ Beide missen sich beriffich rechtfetigen lassen"; Wittgenstein, Phil. Inv Brain, Recent Advances in Neurology (en colaboracién con Strauss), Lan sensaciones son signes ‘Véase también Huser, “Ideen au einer reinen Phinomenclogie", en Jar buch fir Philosophie, volt (1913), pp. 75, 79 y el Handwarterbuck der Phy- siologie de Wagner, val. i, seccién I (1848), p. 188. ‘220 onsenvacion ocurten en la tiniea retiniana, El doctor Ida Mann considera que a mécula del ojo “ve detalles en luz brllante” y los bastoncillos “ven autos que se aproximan”. El doctor Agnes Arber habla del ojo como si por si mismo viera* A menudo, cuando se habla de la visién, se dirige In atencién a la retina. Asi, las personas norma- Jes se distinguen de aquellas otras en las que no pueden fermarse imagenes en la retina; podemos decir de las primeras que pueden ver, y de las segundas, que no pueden ver. Si informames al oculista cuando podemos ver un punto rojo, le suministramos informacidn directa sobre las condiciones de nuestra retina.? Sin embargo, no hace falta seguir en esa direecién. Escs auto- res hablan de forma un tanto descuidada: ver el Sol no es ver las imagenes del Sol que se forman en la retina, Las imagenes que Ke- pler y Tycho tienen en su retina son cuatro, estan invertidas y son diminutas."° Los astrénomos no se pueden referir @ estas imagenes cuando dicen que ven el Sol. Si estan hipnotizades, drogados, bo- rrachos o distraidos, pueden no ver el Sol aunque su retina registre 1 imagen exactamente de la misma manera que si estuvieran en estado normal. La visidn ea una experioncia. Una reaccién de Ia retina es sola- mente un estado fisico, una excitacién fotoquimica. Los fisidlogos ro siempre han apreciado las diferencias existentes entre las expe- riencias y los estados fisicos.!¥ Son las personas las que ven, no sus ojos. Las cémaras fotograficas y los globes del ojo son ciegos. Pue- © Mann, The Science af Seeing, Londres, 1949, pp. 48-9. Arber, The Mind and the Bye, Gambridge, 1954. Comparese con Miller: "En cualquier campo de ‘isin, la retina en x mama slo ve en aa extensin espacial durante un estado Ae afeccién. Ella se percibe a sf misma como... etcétera"; Zur vergeichenden Physiologie des Geaichtesinnes dex Menschen vad der Thiere, Lelpei, 1826, p. 34 ® Kolin: "Cuando un ojo astigmético mira un papel milimetrado puede sacomodarse para ver aitidament o las Uineas horizontales 6 las lineas vertica- Tes"; Physics, Nueva York, 1950, pp. S70 y siguientes. 1 Véase Whewell, Philosophy of Discovery, Londres, 1860, “The Parado- e8 of Vision” 11 Vésse, por ejemplo, JZ. Young, Dosbt and Certainty in Science, The Reith Lectures, Oxford, 1951, y el artculo de Gray Walter en Aspects of Form, LL. Whyte (ed), Londres, 1953. Compérese con Newton: "zNo excitan vibraciones en la tetina los rayon de tua que caen sobce el fondo del ojo? Estas vibreciones, al propagarse desde las fibras slidas de los nervios hasta el, cerebro, producen Ia sensacién de In viién"; Opticks, Londres, 1769, LB. il, parte den rechazarse los intentos de localizar en los érganos de la vista (0 cen el reticulo neurolégico situado detras de los ojos) algo que pueda denominarse visidn. Que Kepler y Tycho vieran o no la misma cosa no puede argumentarse mediante referencias a estados fisicos de sus retinas, sus necvios épticos o sus cortezas visuales; para ver es necesario algo més que la mera recepcidn en los globos oculares. Naturalmente Tycho y Kepler ven el mismo objeto fisico. Am- bos tienen su vista fjada en el Sol. Si se les sitiia dentro de una habitacién oscura y se les pide que informen cuando vean algo (no importa lo que sea), los dos pueden informar al mismo tiempo que ven el mismo objeto. Supongamos que el vinico objeto que se puede ver es un cilindro de plomo. Ambes ven Ia misma cosa; es decir, ese objeto, cualquiera que sea. Es, sin embargo, en ese momento exac- tamente cuando surge la dificultad, puesto que mientras Tycho ve tun simple tubo, Kepler vera un telescopio, instrumento sobre el cual le ha escrito Galileo. No habrd nada que tenga interés filoséfico en la cuestién de si ven ono ven la misma cosa, a menos que ambos perciban el mismo objeto. Nuestra cuestién no conduce a nada, a menos que ambos vean el Sol en ese sentido primatio. Sin embargo, tanto Tycho como Kepler tienen en cierta forma una experiencia visual comiin. Esta experiencia quizés constituye su ver la misma cosa. En verdad, puede ser un ver légicamente més basico que cualquiera de las cosas que se expresan con la frase “eo el Sol” (en ta que cada uno da un significado diferente a la palabra “Sol”). Si la tinica clave fuera lo que ellos quieren decir con la palabra “Sol”, entonces Tycho y Kepler podrian no estar viendo la misma cosa, aunque los dos estuvieran contemplando el mismo objeto. Sin embargo, si nuestra pregunta no fuera “ven la misma co- sa?”, sino “zqué es lo que ven ambos?™, podriamos esperar una respuesta que no seria ambigua. Tanto ‘Tycho como Kepler tie- nen fijada su atencién en un disco brillante, de un color amarillo blanquecino, que esta situado en un espacio azul sobre una zona verde. Tal imagen de “datos sensoriales” #s tinica y no invertida. No ser consciente de ella es no tenerla. O la imagen domina nuestra atencién visual completamente o no existe tal imagen. i Tycho y Kepler son conscientes de alguna cosa visible, ésta debe ser algsin conjunto de colores. {Qué otra cosa podria set? No m opsERVACION tocamos ni ofmes con nuestros ojos; con ellos solamente recibimos luz."? Ese conjunto particular es el mismo para los dos observado- res, Seguramente, si se les pide que hagan un esquema del contenido de sus campos visuales, los dos dibujardn un semicitculo sobre una linea de horizonte."® Ellos dicen que ven el Sol. Pero ellos no ven todos los lados del Sol al mismo tiempo; lo que ven realmente, en principio, es el discoide, Sélo es un aspecto visual del Sol. En toda observacién simple, el Sol es un disco luminiscente brillante, un penique pintado con radio. De este modo, hay algo de sus experiencias visuales al amanecer {que es idéatico para ambos: un disco blanco amarillento y brillante, centrado entre manchas de color verde y azul. El esquema de lo ‘que ambos ven seria idéntico, congruente. En este sentido, Tycho yy Kepler ven la misma cosa al amanecer. El Sol presenta la misma forma para ellos. Ambos tienen ante ellos la misma vista o escena, De hecho, a menudo hablamos de este modo. Asi, por ejemplo, se puede citar una deseripcién hecha recientemente de un eclipse solar:!* “Sélo queda del Sol un delgado creciente; a luz blanca "9 Rot und ain kann ich nur sehen, aber nicht hiren"; Wittgenstein, Phil Ine, p. 208. 18 Gf. "Una apariencia es la misma s ojo"; Lambert, Photometria, Berlin, 1780; “Estamos justficados al inferi que, ‘cuando ae not ofrecen distintas pereepciones, son diferentes las condiciones ‘eales que hay por debajo de esa porcepciones"; Helmholtz, Wissenscha/tliche ‘Aikandlangem, Leiprig, 1882, vol tp. 855, y Herta: "Nos formamnos imagenes © simbolon de low objeton externas; la manera en que los formamos es tal que las consecuenciaslogicamente neceaarias (denbnatwendigen) en el pensamiento son de manera invariable lat imagenes de las consectenciae materialmente hecesarias (natarnotuendigen) de los objetos corvespondientes”; Principles of Mechanics, Londres, 1889, p. 1. ‘Broad y Price profundizaroa en un rasgo de la forma visual particular. Sin embargo, Weyl (Philosophy of Mathematics and Nataral Science, Princeton, 1049, p. 125) sefiala que sin nico ojo percibe cunlidades que se extienden fen un campo bidimensional, ya que ete queda dividido por cualquier linen ‘onidimensional que lo cruce. Pero nuestrasdifcultades conceptuales persisten incluso cuando Kepler y Tycho mantienen cerrado un oj. {ia cuestién de ai dos cbservadores tienen 9 no lot mismos datos visuales se reduce drectamente ala cuestin desi las imagenes exactas del contenido de sus campos visuales son idénticas 0 diferen en alin detalle. Entonces, ‘podemos examinar las imégenes piblicamente observables que Tycho y Kepler fncaban de lo que vean, en ver de aquellasentidades risteriosas, particulars, ‘encerradae en fu conciencia visual. La imagen exacta yl dato sensorial deben ‘er idénticont jeéme podrian dilerc? 1 Segin el informe de la B. B. C., 90 de junio de 1954. oRwooD RUSSELL HANSON m3 esta ahora completamente oscurecida; el cielo tiene un color o5- curo, casi purptireo, y el paisaje es de un verde monoctomético [...] hay destellos de luz sobre la cizcunferencia del disco y ahora cl creciente brillante aparece a la izquierda...” Newton se expresa de un modo similar en su Optica: “Al principio estos arcos eran de un color azul y violeta, y entre ellos habia arcos de cisculos blancos, los cuales [,..] se tien ligeramente en sus limbos internos con rojo y amarillo...” ‘Todo fisico emplea el lenguaje de lineas, manchas coloreadas, apariencias, sombras. En tanto que dos observadores normales utilicen esta forma de expresién para el mismo suceso, patten de los mismos datos: estin haciendo la misma observacién Las diferencias entre ellos pueden presentarse en las interpretacio- nes que dan de estos dates Asi, pues, resumiendo, decir que Kepler y ‘Tycho ven la misma cosa al amanecer sdlo porque sus ojos son afectados de un modo similar es un error elemental. Existe una gran diferencia entre un estado fisico y una experiencia visual. Supéngase, sin embargo, que se sostiene, como se ha hecho més arriba, que ven la misma cosa porque tienen la misma experiencia de datos sensoriales, Las disparidades entre sus descripciones aparecerin en interpratacionee 2 post facto de lo que se ve, no en los dates visuales basicos. Si se sostiene esto, aparecerdn pronto dificultades adicionales. La figura 1 impresiona de un modo similar las cdmaras fotogrétficas y las retinas normales.!® Nuestros datos sensoriales visuales tam- 15 Newton, Opticks, Libro 1, parte 1. Los escritos de Claudio Tolomeo a veces se parecen a un libro de texto fenomenalista. Cf. «. 9. El Almegesto, Vo necia, 1815, vt secci I, “Sobre Ina direciones en lo elipacs", "Cuando toca Ia sombre circular desde dentro", “Cuando low circu se toca entre si desde fuera". Cf. también Vit y vitt, t (seecién 4). Tolomeo busca continuamnente Ja representacién y prediccién de “las apariencna”, los puntos de luz sobre el lobo celeste. El Almagesto renuncin » todo intento de explicar el iceaniamo (que se oculta detrés de eatas spariencias Gy, Pappus: “El (cirulo) que divide la porcién blanca que debe a1 color al Sol, y Ia poreidn que tiene el color ceniiento propio dela misma Luma cs indi Linguible de un circulo méximo"; Mathematicel Collection, Berlin y Leipzig, Hultech, 1864, pp. 554-60. 46 Bata famosa ilusién data de 1852, cuando L. A. Necker, el naturalist | | | | m4 opsenvacion bign serdn iguales. Si nos piden que dibujemos lo que vemos, la ma- yyoria de nosotros construiremos una configuracién como la figura 1 {Vemos todos la misma cosa?!” Algunos ve- ran’ un cubo en pétspectiva visto desde abajo. Otros verdn el mismo cubo, pero visto desde arriba, Otras personas verdn en ta misma figura una cierta clase de piedra preciosa cortada po- Tigonalmente. Algunas sélo verén Iineas entre- ctuzadas en un plano. También puede verse, all conterplar esa figura, un bloque de hielo, un igen acuatio, una estructura de alambre para una cometa o muchas otras cosas. {Vemos todos, entonces, la misma cosa? Si aceptésemos una respuesta afirmativa, ,eémo podrian explicarse estas diferencias? La “férmula” interviene aqui de nuevo: “Existen diferentes in- terpretaciones de lo que ven, en comin, todos los observadores. Las reacciones de la retina ante la figura 1 son virtualmente idénticas; también lo son nuestros datos sensoriales visuales, ya que nuestros dibujos de Jo que vernos tendran el mismo contenido. No existen, puco, diferencias en la visiSn. Rstas deben corresponder, por consiguiente, a las interpretaciones que se dan de lo que se ve.” Esto suena como si yo hiciese dos cosas, no una, cuando veo cajas y bicicletas, ;Doy diferentes interpretaciones de Ia figura 1 cuando Ja veo primero como una caja vista desde abajo, y después como tun cubo desde attiba? No soy consciente de que ocurra tal cosa Ni quiero significar nada semejante cuando digo que la perspectiva de Ia caja ha saltado hacia atrés en Ia pagina. Si yo no quiero significar esto, entonees el concepto de visidn que es natural en esta conexién no denota dos componentes didfanos, uno éptico y otro interpretativo. La figura I se ve simplemente, o bien como una caja vista desde abajo, o bien como un cubo visto desde arriba; no suino,cacribié una carta a Sir David Brewster en la que describa ebm, cuando ‘Gertor ersteles romboidales son mirados desde un extrem, podria cambiar la perpectiva en la forma que ahora nos resulta familiar. Cf. PAiL. Mas. t, for] (1802), pp, 229-N7, eapeciaimente p. 396. Para el presente arguments tr importante advertr que tite fendmeno abservacional surge no como una {tusign de psiélogo, sino en las mismas [ronteras de la ciencia observacional 17 Wittgenstein contesta: "Denn wir sehen eben wirklich zwei verschiedene Tatsachen"s Tractatu, 5.5423, 1h sAuf welche Vorginge spele ich an?™; Wittgenstein, Phil fe. p. 214 absorbemos primero una forma éptica para abrazar a continuacién tuna interpretacién de Ia misma. Kepler y Tycho simplemente ven cl Sol. Eso es todo. Este es el modo en que el concepto de visién opera en esta situacién, “Pero —usted diré— ver la figuea 1 primero como una caja vista desde abajo y después como un cubo visto desde arriba, implica ‘que en cada caso las Iineas se interpretan de forma diferente.” De tal manera, para usted y para mf el hecho de tener una interpre- tacién diferente de la figura 1 es, exactamente, ver algo diferente. Esto no significa que veamos la misma cosa y después Ia interprete- ‘mos de manera diferente, Cuando yo de repente exclamo “Eureka, una caja vista desde arriba!”, no me refiero simplemente a una interpretacién diferente. (Nos encontramos de nuevo con que hay, légicamente, un sentido primario segiin el cual ver la figura 1, tanto desde abajo como desde arriba, es ver la misma cosa de manera diferente, es decir, ser conscientes del mismo diagrama de maneras, diferentes. Podriamos referimnos justamente a esto, pero no mos es, necesario y, en este cas0, no lo hacemos.) ‘Ademas, el término “interpretacién” es itil en ocasiones. Sabe- moe eudndo puede eer aplicado y cudndo no lo puede ser. Tucidides presentaba los hechos objetivamente; Herodoto daba una interpre- tacién de ellos. La palabra no se aplica a cualquier cosa: tiene un significado. {Se puede estar interpretando cuando se esté viendo? Algunas veces quizés si, como cuando vislumbramos el contorno jifuso de una maquina agricola en una maiiana de niebla y, con es- fuerzo, llegamos finalmente a identificarla, ;Es esta interpretaci Ja que opera cuando se ven claramente las bicicletas y las cajas? Opera esta “interpretacién” cuando la perspectiva de la figura 1 de pronto se convierte en la contraria? Hubo un tiempo en que Herodoto se quedé a mitad de camino con su interpretacién de las sguerras entre griegos y persas. {Podria haber un tiempo en que uno se quedara a mitad de camino al interpretar la figura 1 como una cajacvista desde arriba o:como-cualquier otra cosa? “Perojila. interpretacién se hace enimuy-poeo tiempo, es ins- tanténeaiLa interpretacién.instantdnea, proviene del Limbo que produce: sensibilia.no sentidas, inferencias.inconscientes, enuncia- dos incorzegibles, hechos negativos y Objettive. Son éstas, ideas que los filésofos imponen al mundo para preservat su. teoria metafisica 0 epistemolégica favorita. 28 onseavaciow Solamente en contraste con situaciones del tipo “Eureka” (como las inversiones de perspectiva, en las que uno no puede interpretar Jos datos) esté claro lo que significa decir que Tucidides no hizo una interpretacién de la historia, aunque podia haberla hecho. Ademas, cl que un historiador esté o no dando una interpretacién es una cuestiéa empirica; sabemos Jo que apareceria como prueba en uno yy otto caso. Pero si estamos ono dando una interpretacién cuando vemos la figura 1, en cierto modo no es una cuestién empirica {Qué es lo que la contaria como prueba de ello? En ningin sentido ‘ordinario de la palabra “interpretar” yo interpreto la figura 1 de modo diferente cuando su perspectiva se invierte para mi. No esté claro que en el lenguaje ordinario ni en el lenguaje extraordina- tio ((floedfico) exiata un sentido extraordinario de Ia palabra. El hecho de insistir en que las diferentes rescciones ante la figura 1 deben descansar sobre interpretaciones hechas a partir de una ex- petiencia visual comin es justamente reiterar (sin razones) que la visién de « debe ser la misma para todos los observadores que estén mirando a z. “Pero ‘veo la figura como ai fuera una caja’ significa: estoy te- niendo una experiencia visual particular que siempre tengo cuando interpreto Is figura como una caja o cuando miro a uns caja...” “Si yo quiero decir es0, debo eaberlo. Debo ser capas de referirme a ln experiencia directamente, y no wélo de manera indirecta,.."!* Las descripciones ordinarias de las experiencias relatives a la figura 1 no requieren que la cosecha visual se mucls intelectual- ‘mente; las teotias y las interpretaciones estén “alli, en Ie visién, deade el principio. :Cémo pueden estar “alli”, en la visibn, las in- terpretaciones? iCémo os posible ver un objeto de acuerdo con ‘una interpretacién? “La pregunta plantea esto como un hecho cu- ioe0; como si se quisiera introducir algo dentro de un molde al que realmente no se adapta. Peto en realidad, no tiene lugar ninguna presién, ningin forsamicnto."®? Consideremos ahora las figuras de perspectiva reversible que aparecen en los libros de texto sobre peicologia de la forma: la bandeja de tg, Ia eacalera cambiante (Schrder), el tunel. Cada tuna de ellas puede verse como céncava, como convexa o como un 1 Mid, p. 194 (al principio). % Wid, p. 20. NORWOOD RUSSELL HANSON mm ibujo plano.” ;Veo realmente algo diferente cada ves 0 solamente interpreto de una forma diferente lo que veo? Interpretar es pensar, ‘hacer algo; la visiGn es un estado de la experiencia. Las formas | diferentes en que esas figuras se ven no se deben a que detrés de | Has reacciones visuales existan diferentes pensamientos. {Qué sig- | nificado podria tener el término “esponténeo” si estas reacciones | no son espontineas? Cuando la escalera “se invierte” lo hace e- | ponténeamente. Uno no piensa en algo especial; no se piensa en | absoluto. No se interpreta. Simplemente se ve, ahora una escalera | vista desde arriba, ahora una excalera vista desde abajo. | Sin embargo, el Sol no es una en- lad que tenga una tal perspectiva variable. {Qué tiene que ver esto con la sugerencia de que Tycho y Kepler !puedan haber visto cosas diferentes jen el Eate, al amanecer? Evidente- mente, los casos son diferentes. Pero las figuras de perspectivas reversibles ‘son ejemplos de las diferentes cosas jue ae ven en In misma configuracin, donde esta diferencia no se debe imagenes visuales diferentes ni a “in- terpretaciones” superpuestas a la.sen- ancién. Fig? ‘Algunos verdn en Ia figura 2 una anciana parisiense, otros una joven (a la Toulouse-Lautree).2? Todas Ins retinas normales “reci- 21 Eato we 40 debe al movimiento de oe ojn 0 a atiga retinal foal. C. Flugel, Brit. Joara. Paychol. vi (1913), p. 60; Brit. Joura. Prychol. v (1913), . SST. Ch. Donahue y Griffiths, Amer. Journ. Popehel. (1991), y Luckiesh, Viowal Tnsions and their Applications, Londres, 1972. Cj. también Peirce, Collected Papert, Harvard, 1931, pp. 5, 183. No deben ser mal entendidas Ail. Ia. p. 208 (al principio). ¥ de mucvo, en lap. 1 interés para los paicdloges. Nowotros eatamosinleresudoa en el concept ¥ su | Wittgenstein, Pail 2 Em Boring, Amer. Journ. Payehel, x11 (1800), p. 444 y cf. Allport, | Beit, Journ. Pyehot, xxt (1800), p. 133: Leeper, J. Genet. Paychel. xiv | (0908), p- 41; Street, Geatalt Compiction Test, Universidad de Columbia, 191; ne ‘OUSERVACION ben” Ia misma imagen, y nuestras imagenes de datos sensoriales ddeben ser las mismas, puesto que, si usted ve una anciana y yo una Joven, las imagenes que dibujemos de lo que vemnos pueden liegar a ser geométricameite indistinguibles. (Algunos pueden verlo sola- mente de una forma, no de ambas. Esto es como la dificultad que tenemos para encontrar una cara en un rompecabezas que repre- senta un drbol; una ver que hemos visto la cara, ya no podemos ver el érbol sin ver también la cara.) ‘Cuando lo que se observa es caracterizado de formas tan diferen- tes como una “joven” y una “anciana”, ,no es natural decir que los observadores ven cosas diferentes? {0 es que “ver cosas diferentes” debe significar solamente “ver diferentes objetes”? Seguramente, éste es un sentido primario de la expresién. ;Pero no hay también un sentido en el que alguien que no puede ver ala joven en la figuea 2-ve algo diferente que yo que sila veo? Claro que hay tal sentido. De forma similar, en el famoso dibujo de Kahler de la copa y las caras™ recibirmos la misma imagen de datos sensoriales corticales ¥ retinales; si dibujéramos lo que vemos, nuestros dibujos serian indistinguibles. Sin embargo, yo veo una copa y usted ve dos hom- bres frento a frente. ;Vomnos la misma cova? Claro que af. Pero también, de nuevo, podemos decir que no vemos la rnisma cosa. (El sentido en el cual vemos la misma cosa empieza a perder su interés filosético.) Yo dibujo mi copa. Usted dice: “esto es justamente lo que yo veo, dos hombres que se miran fijamente”. ;Qué pasos hacen falta para conseguir que usted vea lo que yo veo? {Es que la imagen visual de uno cambia cuando la atencidn se desvia desde Ia copa hacia las caras? {Cémo cambia? {Qué es lo que cambia? ;Qué puede cambiar? Nada dptico o sensorial se ha modifieado, y, ‘embargo, uno ve cosas diferentes. Cambia la organizacién de lo que iCémo se describe la diferencia entre la jeune fille y la vieille femme en la figura 2? Quizés no se puede describir la diferen- 2 Kahler, Gestalt Prychology, Londres, 1929. Cj. su Dinamica in Paycho. logy, Landes, 1999. % “Mein Gesichtestindrack hat sich geindert; —wie war er friher; wie iat or jelet—Sielle ich ihn durch tine genave Kopie dar—and iat day beine ule Darstellungt—so seigt sich Reine Anderang™ Wittgenstein, PAil. Inn, b. 196, NORWOOD RUSSELL HANSON 29 cia; simplemente, la diferencia aparece por si misma.?* El hecho de que dos observadores no han visto la misma cosa en la figura 2 se manifiesta en su comportamiento. {Cual es la diferencia en- tre nosotros cuando usted ve la cobra negta con bandas blancas y yo la veo blanca con bandas negras? No hay diferencia éptica alguna. Sin embargo, puede haber un contexto (por ejemplo, en la ‘genética de la pigmentacién animal) don- de podria ser importante tal diferencia, Un tercer grupo de figuras acentuaria ain més esto elements onganizativos del P= ryeldneree Susamancintae CE 2 dates cone, lems de las que sugiere la “formula”, estén implicadas cuando Tycho y Kepler preencian el amanccer. . iQué se representa en la figura 3? Las z= retinas y cortezas visuales de usted son - 3 afectadas en la misma medida que las ‘mias; nuestras imigenes de datos senso- riales no diferirian. Seguramente, todos podriamos hacer un boceto preciso de la figura 3, ;Vemos la misma cosa? Fina ‘Yo veo un 080 trepando por la cara posterior de un drbol. Cuan- do usted se da cuenta de esto, los elementos jadquieren “armonia”, coherencia, se organizan?®” Usted podria decir con Wittgenstein: “no ha cambiado y, sin embargo, lo veo de otra forma. ..”** Enton- ces, ino es verdad que tiene “una ‘organizacién’ may particular”? 2 “Was gezcit werden kann, kann nicht werd us, 4.1212, 2 Bate caso os diferente del de a fig, 1. Ahora puedo ayudar aun perceptor "lento" trozandlo la silueta del os. En la fig. I el perceptor o ve la perspectiva el conjunto o no, aunque aqui incluso Wittgenstein hace algunas sigerencias de cmo se podria ayudar a vera; ? 32 menudo, “zqué es lo que usted veT™ silo platen la cuestién *:pucde sted identiicar ol abjeto que hay ante usted?" Eato etd mis destinado & ‘comprobar mucstro conocimiento que a probar muestra vista NORWOOD RUSSELL HANSON ns Pierre Duhem escribe: Entre en un laboratorio, acérquese a una mesa atestada de aparatos, ‘una baterfa eétrica, alambre de cobre con envoltura de seda, pequedias ccubetas con mercurio, bobinas, un espejo montado sobre una barra de Ierro; el experimentador enté insertando en pequeiias aberturas los ex- tremos metilicos de unas clavijas con cabeza de ébano; el hierro oscila ye eapejo sujeto a envia una sefal luminosa sobre una cacala de celalaide; lor movimientos de vaivén de esta mancha luminosa pertni- ten al fisico observar las pequetias oscilaciones de la barra de hierro. sé cstd haciendo, {Le contestard “estoy estudiando arta de hierro que transporta un espe) dirk que esti midiendo la resistencia eléctrica de las bobinas. 5 se queda aténito, si usted le pregunta qué significan sue palabras, qué relacién Cienen con los lendmenoa que ha estado observando y que s- ted ha advertido al mismo tiempo que fl, le contestard que su pregunta larga explicacién y que usted deberia seguir un curso de El visitante debe aprender algo de fisica antes de que pueda ver lo que el feico ve. Sdlo entonces el contexte pondri de relieve ‘nquellas caracteristicns de los objetos que tiene ante él y en las ‘cuales el fisico ve indicadores de resisten Esto ocurre en toda visién. Se dirige raramente lnvatencién al espacio que queda entre las hojas de un arbol, salvo cuando un Keats nos Jo muestra (Considérese también todo lo que habia implicado en el hecho de que Robinson Crusoe viera una pisada cen Ia arena.) Nuestra atencién se fija de la forma mas natural en Jos objetos y en los sucesos que dominan el campo visual. Qué diferenciada, stronadora y abigarrada confusin seria nuestra vida visual si todos noe levantézamos un dia sin que nucstra atencién fuese capaz de tratar sélo con aquello que hasta entonces habiamos pasado por alto.®® 2 Daher, Le tAdorie phyviqn, Paria, 1914, p. 218, 3+ Los poetaa chins aprecan el sipificado de los rasgos nega ‘1 hueco de un recipient de arcila 0 el wacio central del centro de una rucda (ch Waley, Three Ways of Thoapht in Ancient China, Londres, 189, p. 158). 35 Low non no discritninan;conceden el mismo valo alo expacie, la r= Inciones, ln objeto y loa cena. Deben ain aprender a organinar au nienciSn visual. La daridad fotogrifca de ous reacciones vsuales no ev suicente por sl tmiama para diferenciar los elementos de sum campos visules. Contriateae con lo que ha dicho recientemente W. H. Auden sabre el porta que ct “bombar- ‘deade por un flujo de varias sensaciones, que le valerian locos se apoderara 236 oBsEnvacion BI nifo y el profano pueden ver; no soa ciegos. Pero no pueden ver lo que el fisico ve; son ciegos para lo que él ve.%® Puede que nosotros no apreciemos que un oboe est desafinado, aunque esto seré penosamente dbvio para un miisico experto. (El cual, dicho sea de paso, no oiré los tonos e interpretard que estan desafinados, sino que simplemente oira que el oboe esta desafinado.2” Nosotros simplemente vemos qué hora es; elcirujano simplemente ve que una herida esté desinfectada; el fisico ve que el dnodo del tubo de rayos- X esta excesivamente caliente.) Los elementos del campo visual del visitante, aunque son idénticos a los del fisico, no estan organizades como los de éste; ambos aprehenden las mismas lineas, colores y formas, pero no de la misma manera. Hay un niimero indefinido de maneras en las que se puede ver un conjunto de lineas, formas y manchas. Por qué una forma visual se ve de maneras diferentes ‘es una cuestién de psicologia, pero el hecho de que puede verse de manera diferente es importante en cualquier examen que se haga de los conceptos de visidn y observacién. Aqui, como Wittgenstein habria dicho, lo psicolégico es un simbolo de lo légico. Usted ve un pajaro, yo veo un antilope; el fisico ve un tubo de rayos-X, el nifio una ldmpara complicada; el histélogo ve caelenie- ‘rata mesoglea, el joven estudiante ve solamente un material informe ¥ pegajoso. Tycho y Simplicio ven un Sol que se mueve; Kepler y Galileo ven un Sol estitico.%* Puede objetarse: “Cada persona, cualquiera que sea su estado de conocimiento, veré en Ia figura 1 una caja o un cubo, desde arriba o desde abajo.” Cierto; casi todas las personas, sea un nifio, de todas, Es imposible imaginar cudnta energia tenemos que gattar cada dia para no ver, no oi, no oler, no reaccionae™. 38 Gy, “El era ciego a la expresién de una cara. En esta narraciéa, jseria Aefectuosa su vista’; Wittgenstein, Phil Inv, p. 210. Y: “Debido a que su vista ne vey su ofdo no oye, tampoco comprenden”; San Mateo, Xl. 10-13. 37 Bie drt dock jeder nar, was er versteht"; Goethe, Masims, Werke, Weimar, 1887-1918, EL profesor H. H. Price ha afrmado en contra de esto: “Con toda se: ssuridad, para ambos el Sol ascende, se musve hacia arriba, atravesando el Roritonter,, ambor ven un Sol que ee mueve: ambos ven un cuerpo redondo 1 beillante que parece elevare.” Philip Prank responde: "Nucstra obeervacisn ‘ensorial sdlo muesten que por la mafana crece ln distancia entre el horizonte y {€1S0l, pero no nos dices ese Sol el que ascend o sl horizonte desciende..-" Modern Science and ite Philosophy, Harvard, 1040, p. 251. Precianmente, Para Galileo y Kepler el horizonte cae; para Simplicio y Tycho el Sol asciende. Esta sla diferencia que olvida Price, ¥ que ocupa un lugar central en este ayo, MoRWOOD RUSSELL HANSON a7 un profano 0 un fisico, verdn de una forma u otra la figura como algo parecido a una caja. Pero, ipodrian hacer observaciones como ésas las personas que fueran ignorantes de la construccién de obje- tos parecidos a cajas? No, Esta objecidn simplemente nos demues- tra que la mayor parte de nosotros —si excluimos a los ciegos, los bebés y los débiles mentales— hemos aprendido lo suficiente para set capaces de ver esa figura como una caja tridimensional. Esto revela algo acerca del sentido en el que Simplicio y Galileo ven la misma cosa (lo que nunca he negado): los dos ven un cuerpo celeste brillante. Taato el escolar como el fisico ven que el tubo de rayos-X.se hard pedazos si se deja caer. El examen de cémo diferentes observadores ven cosas diferentes en z pone de relieve algunas cosas de interés en cuanto al ver la misma cosa cuando rmiran a z. Si ver cosas diferentes implica la posesién de conoci- mientos y teorias diferentes acerca de 2, entonces quizé el sentido cen el que ven la misma cosa implica que los diferentes obseevadores comparten conocimientos y teorias acerea de 2. Bragg y el bebé no comparten ningin conocimiento acerca de los tubos de rayos-X. Ellos ven la misma cosa sélo en cuanto que, al mirar a 2, ambos tienen una cierta experiencia visual de ella, Hay una concordancia mayor entre las visiones de Kepler y Tycho: ellos ven la misma cosa en un sentido mas fuerte. Sus campos visuales estan organiza- dos de un modo mucho més similar. Ninguno ve el Sol prdximo a romper en una mueca, o prdximo a romperse en cubos de hielo. (El nifio no esté preparado siquiera contra estas eventualidades.) Hoy dia la mayoria ve la misma cosa al amanecer en un sentido més fuerte todavia: compartimos mucho conocimiento acerca del Sol. De aqui que Kepler y Tycho vean cosas diferentes y, no obstante, vean la misma cosa. Que estas cosas puedan decitse, depende de su conocimiento, experiencia y teorias. Kepler y Tycho son al Sol lo que nosotros somos a la figura 4, ex relacidn con la cual yo veo el pajaro y usted sélo ve el antilope. Los elementos de sus experiencias son idénticos; pero su organizacién intelectual es muy diferente. ;Pueden tener sus campos visuales una organizacién diferente? Entonces, ellos pueden ver cosas dife~ rentes en el Este al amanecer, Es precisamente el sentido en el que ‘Tycho y Kepler no obser- van la misma cosa el que debe tenerse en cuenta cuando se trata de entender los desacuerdos que existen dentro dé la'microfisica’, a8 opsenvacion La fisica fundamental es, primordialmente, una bisqueda de in- (cligibilidad; es una filogofia de la materia. Solamente de manera secundaria es una bisqueda de objetos y hechos (aunque las dos areas sean como Ia mano y el guante). Los microfisicos buscan ruevos modos de organizacién conceptual. Si esto se consigue, se producira el hallasgo de nuevas entidades. Rara ver descubre oro ‘quien no ha explorado bien el terreno, Es demasiado fécil decir que Tycho y Kepler, Simplicio y Ga- leo, Hooke y Newton, Priestley y Lavoisier, Soddy y Einstein, De Broglie y Born, Heisenberg y Bohm hacen las mismas observa- ciones pero laa utiliran de forma diferente.” Esto no explica las ‘controversias existentes en las ciencias en proceso de biisqueda. Si no hubiera ningsn sentido en el que las observaciones fueran dife- tentes, no podefan ser usadas de forma diferente. Esto puede dejar perplejo a mas de uno: es una cosa bastante seria el decit que a ‘veces los investigadores no perciben los datos del mismo modo. Sin embargo, es importante darse cuenta de que destacar diferencias cn datos, elementos de juicio y observaciones, puede requerit algo mis que el simple geaticular ante los objctos observables. Pucde tequerit una revaluaciSn amplia de nuestros temas, lo cual puede ser dificil, pero ello no debe ocultar el hecho de que es lo minimo que se puede hacer. ce En cierto sentido, entonces, la visidn es una accién que Neva una “carga todriea”. La observacién de = esté moldeada por un co- nocimiento previo de 2. El lenguaje o las notaciones usados para ‘expreser lo que conocemos, y sin los cuales habria muy poco que pudiera reconocerse como conocimiento, ejercen también influen-

También podría gustarte