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Nicols MALEBRANCHE (Pars, 1638- Pars, 1715)

Que Dios acta por medio de leyes o de voluntades generales, siempre de la misma manera
cuando se dan circunstancias similares...... (Ouvres Completes, Vol III)
....la voluntad general de Dios que es siempre constante e inmutable ...... (De la recherche
de la vrit, Libro IV, parte I, captulo II)
Pero El - Dios sigue constantemente las mismas leyes..... (Meditations chrtiennes et
mthapysiques, Vol III
Ciertamente, no es posible en este caso descubrir la verdad sino por la experiencia. Pues,
como no se pueden abarcar los designios del Creador, ni comprender todas las relaciones
que tienen con sus atributos, conservar o no conservar en el universo una igual cantidad
absoluta de movimiento, parece depender de una voluntad de Dios puramente arbitraria,de
la cual por consecuencia nada se puede asegurar sino por una especie de revelacin, como
es la que da la expriencia. Pero yo no haba dedicado todava bastante atencin a los
diversos experimentos que personas muy sabias y muy exactas haban hecho sobre el
choque de los cuerpos, porque desconfiaba de ellas como de cosas a menudo engaosas y
estaba prevenido a favor del seor Descartes, (Des lois gnrales de la communication des
mouvements, 100-1712)

Ese sabio filsofo (Descartes), a quien le debo, ms que a todos los otros juntos, la
mnima apertura que tengo para las ciencias, ha fundamentado las leyes del movimiento
bsicamente en dos principios: El primero, que el resposo es una fuerza verdadera; el
segundo, que Dios siempre conserva en el universo una cantidad igual de movimiento. Yo
haba combatido con fuerza el primero de esos principios; pero entonces no reconoca la
falsedad o el equvoco del segundo ....... ciertamente, no se puede en este caso descubrir la
verdad sino por medio de la experiencia. Puesto que, ya que no se pueden abarcar los
designios del Creador, ni comprender todas las relaciones que estos designios guardan con
sus atributos, el que se conserve o no en el Universo una cantidad igual absoluta de
movimiento, parece depender de una voluntad de Dios puramente arbitraria, de la cual no
podemos obtener certeza si no es por una especie de revelacin, como la que nos da la
experiencia (Des lois gnrales de la communication des mouvements, 1700-1712, pgina
55)

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