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¿TRAGEDIA FAMILIAR?

Mary Alice: ¿Quién no ha sucumbido alguna vez al llanto? Todos lo hemos hecho alguna
vez... [Clara llorando]
Esa sensación que recorre tu cuerpo y que no puedes controlar. Algunas veces lloramos de
alegría... [Miranda ríe ante un chiste]
Otras lloramos de tristeza... [Miranda llorando con una de sus amigas]
Pero nada es comparable a la muerte de un ser querido que nos abandona para siempre...
[Ricardo mirando, con lágrimas en los ojos, una foto de su padre]
¿Por qué los perdemos? Nadie sabe, ¿por qué nunca nos hacemos a la idea de que todo el
mundo tiene que morir? Otra pregunta sin respuesta, pero lo seguro es que no estamos
preparados para ver morir a un ser querido... [Carlos tirado en el suelo, muerto tras la caída]
Y es que decir adiós a algo que hemos tenido siempre a nuestro lado es tan duro, que
nosotros mismos lo negamos sin saber que, en verdad, la muerte es una promesa que se nos
hace al nacer... [Las dos ánforas que Francisco guarda en su armario]

El funeral estaba preparado, la comida, la iglesia, las palabras de duelo, todo al más
mínimo detalle porque los Jones sabían que la prensa iba a tomar fotos y a comentar el
funeral y entierro.
Todos vestían de riguroso negro, menos la mujer de Carlos que no podía asistir al funeral
de su marido porque se encontraba indispuesta. Las chicas miraban a través de la ventana de
Bree todo lo que ocurría, por supuestas no estaban invitadas al funeral y es que no eran
amigas de la familia.
-Sé lo que tienen que estar pasando, es muy difícil decir adiós a tu propio marido, sobre
todo si es una muerte que se podía haber evitado con un poco de más cuidado, ahí viene una
mujer, ¿quién será? -preguntó Bree.
-Parece que es la madre de Carlos, tiene que estar destrozada. Muchas veces decimos que
los hijos son los que tienen que enterrar a los padres, y no al revés -dijo Lynette pensando en
sus hijos y deseando que a ella no le pasara eso.
-Parece que la familia venía con desgracias, no llevaban ni una semana en Wisteria Lane y
ya les ha ocurrido una desgracia -dijo Susan.
-No sé por qué, diréis que estoy loca, pero creo que todo el mundo tiene lo que se merece.
Algo me dice que Carlos, el marido de Clara, no era trigo limpio. No me preguntéis por qué,
simplemente es como una sensación -dijo Edie.
-No veas cosas donde no las hay, siempre ha tratado a su familia con respeto, además
siempre que me veía me saludaba, era un buen hombre -repuso Gabrielle.
-De puertas para afuera... -sugirió Bree.
-¿Cómo dices?
-Que nadie va por ahí diciendo que es malo, los asesinos no tienen un cartel avisando de
ello. Sólo quiero decir que lo que nosotros mostramos a los demás es sólo la punta del
iceberg, que el cuerpo del mismo sólo lo conocen quienes lo viven.
-Pues no sé, a mí no me parecen malos, aunque como tú bien dices, sólo conocemos la
punta del iceberg
Las chicas se quedaron mirando por la ventana, para ver el siguiente acto de lo que
parecía una obra de teatro.

Todo está preparado Lara -le dijo Marina a la madre de Carlos, que se encontraba llorando
en el hombro de ésta-, lo siento mucho de verdad, ha sido un accidente terrible, con lo bueno
que era.
-Lo sé, hace un año que perdí a mi querido marido y ahora pierdo a mi único hijo, ¿qué me
queda entonces?
-Nosotros te queremos, te puedes quedar aquí todo el tiempo que quieras.
-Ojalá pudiera cambiarme por él, pero sé que no puedo, entonces eso me hace más infeliz
todavía. Aún así tengo que seguir viviendo, ¿cuándo es el funeral?
-Pues vamos ahora mismo a la iglesia, queda una hora para que empiece, vamos todos
menos Clara, que se encuentra indispuesta.
-Pobre, no hace ni seis meses que se casaron y ya lo ha perdido, espero que no sufra tanto
como yo. Ahora vámonos, no quiero llegar tarde para darle el último adiós a mi querido hijo.
Así, toda la familia entró en una limusina y se fue al funeral de Carlos, en el cual le darían
su último adiós. Había llegado el momento de despedirle para siempre.
-Chicas, tengo que irme, tengo que.... ir a comprar -dijo sabiendo que en verdad iba a
quimioterapia, secreto que pronto sabrían todas por su aspecto.
-Hasta pronto, que te vaya bien... la compra -dijo Bree sabiendo el secreto que guardaba
Lynette y pasando su mano por el hombro de Lynette para darle su apoyo.
Todas se despidieron y estuvieron hablando de cosas triviales, hasta que los Jones de
nuevo llegaron, y todas se pusieron en el cristal a ver el segundo acto.

Los Jones se metieron corriendo en la casa y se sentaron en el sillón. Así, Lara se excusó
diciendo que iba al servicio. Fue subiendo escaleras hasta que llegó al servicio, pero no entró
si no que siguió subiendo. Hasta que llegó al tejado de la casa y se asomó por él.
-¿Qué sentiste cuando viste que tu vida no continuaría? -pensó para sí Lara-, me has
dejado sola, lo sabes, ¿por qué te has ido?

-Chicas -dijo Edie que era la única que permanecía en la ventana-, la suegra de Marina
está en el tejado.
-¿Sí? –dijeron todas a la vez asomándose a la ventana.
-¿Qué hará ahora en el tejado? –preguntó Bree.
-Muchas veces las madres quieren ver el fin que tuvieron sus hijos –sugirió Susan-, pero
hasta esos extremos no sé si será bueno, puede resbalar.
-No creo que eso le importe ahora mucho –dijo Edie.
-¿Cómo dices? –preguntó Gabrielle.
-Pues que si todos los que se suicidan son como yo, esa mujer se va a tirar ahora mismo
por el tejado, igual que su hijo, pero ella queriendo.
-¿Quieres decir que…? –preguntó Bree sin poder terminar.
-Sí, quiero decir que el fin de esta obra está próximo, y la verdad es que no es un final
feliz, como siempre los Jones, llenos de desgracias.
-¡Oh, Dios mío!
Así, todas se pusieron a ver el trágico de la obra.

-Hasta siempre mundo, hasta siempre -dijo Lara antes de arrojarse al vacío. Todos los
familiares salieron y vieron lo ocurrido. Las chicas, salieron para ver lo que ocurría después.
-¿Pero qué…? –dijo Miranda al ver la causa del sonido que ella había oído, ¡está muerta!
-Sí mamá -dijo Francisco-, no ha podido soportar la idea de perder a su querido hijo –dijo
con una sonrisa en la boca. Pensando que cada uno tenía lo que se merecía, y la familia
Streiner se merecía eso y mucho más.
-Otra tragedia pero, ¿qué es lo que nos pasa? –preguntó Marina.
-Para mí esto no es una tragedia –quiso decir Francisco, pero se calló.

Mary Alice: Algunos cumplen por su propia cuenta la promesa que se les hace al nacer y
es que cuando la vida no te trata bien es mejor dejarla atrás... [Lara tirada en el suelo, y todo
el mundo alrededor de ella]
Pero como todo el mundo sabe, cuando la persona a la que perdemos no es querida, no
necesitas llanto...
Aunque muchas veces podemos llorar cuando esa persona nos deja más huella de lo que
de verdad quisiéramos... [Clara se encuentra en el baño, llorando, entre sus manos hay un
test de embarazo que da positivo]
-Aunque el fruto que esa persona deja es tan querido, que nos olvidamos de quién
proviene [Clara acariciando su barriga, sabiendo que el bebé se encuentra dentro de ella.]

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