Está en la página 1de 1

De brindis

Por Antonio Hernndez Roln

Copas que ahogan a las coplas, dondequiera que se encuentren.


Se apur para no dejar plantada a la novia, baj a trompicones del trole y recorri la
avenida corriendo, sudando la camisa de los lunes.
Ya no estaba, se haba cansado de esperar, se haba ido a hacer cosas mejores que
perder el tiempo en una esquina determinada.
Trat de hablarle por telfono, ninguno serva, ninguno era para ese tipo de emergencias.
Camin hasta la parada del camin. Sin tener nada que ver con el grupo, pag con
moneda de ms el pasaje, no esper el cambio que saba no le daran; pasaba perdiendo
el tiempo, el de los otros y el cambio por no tener el mismo.
Nunca la volvi a ver.

También podría gustarte