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CRITICA DE LA RAZON PRACTICA CRITICA DEL JUICIO FUNDAMENTACION DE LA METAFISICA DE LAS COSTUMBRES i. uipreria “EL ATENEO” eprroriat Foorrpa $40 + BUENOS ARES PROLOGO Por qué esta critica no Heva el titulo de “Critica de la razén pura prictica”, sino solamente el de Critica de Ja razon practica on general, a pesar de que el paralelismo de ésta respecto de la especulativa, parece exigir lo primero, es cosa que este tratado explica suficientemente. El debe sélo establecer que hay ratdn pura practice y critica con esa intencién toda su facultad prdctica, Si lo consigue, ya no necesita entonces criticar la faculiad pura misma para ver sila raz6n, con semejante facultad, no se excede a s{ misma, atribuyéndosela gratuitamente (como elle ocurre en la especulativa). Pues si, como razén pura, es ella realmente practice, demuestra su propia realidad y la de sus conceptes por el hecho mismo y es en vane todo disputar contra Ia posibilidad de serlo. Con esa facultad queda también entonces afirmada la libertad trascendental, tomada en aquella significacién absoluta en que la rasén especulativa, en el uso del cencepto de fa causalidad, la necesitaba para saivarse de Ta antinomia en que cae inevitable- mente, cuando quiere pensar [o incondicionado en la serie del enlace’ causal; este concepto de 10 incondicionado, empero, no pudo Ia razin establecerlo mas que de un modo problematico, como no imposible de pensar, sin asegutarle su realidad objetiva, sino solamente para no ser precipitada en to profunda del escep- ticismo y atacada en su propia esencia por Ja_pretendida impo- sibilidad de aquello que, al menos como pensable, tiene ella que dejar valer, El concepte de ta libertad, en cuanto su realidad queda demos- trada por medio de una ley apodlctica de la razén préctica, cons- tituye la piedra angular de todo ef edificio de un sistema de la raid pura, incluso Ia especulativa, y todos los demés conceptos Qos de y la inmortalidad) que, como meras ideas, perma- necen sin apoyo en la razéa especulativa, se enlazan con dl y adquieren con él y por él consistencia y realidad objetiva, es decir, que su posibilidad queda deimostrada por el hecho de que la Libertad es real: pues esta idea se manifiesta por medio de la ley moral moral, sino s8I0 03. deterntinada pot es tia rab pura) asi afirmar que 0 conccemss n realidad, sino ni siquie condiciones de eccsurio de ung voluniad 9 maratetite practic de ideas también podemos , no digo tan sélo la sobre él los conceptos de Dios, libertad e inmortalidad, para caya posibilidad no encuentra aquelia especulacién garantia suficiente._ > Aqui se explica asf también, por primera vez, el enigma de a Cc critica, de cOmo se puede denegar realidad objetiva al uso supra- sensible de las categorias en la especulacién y concederles, sin | (7 embargo, esa realidad on consideracién de los objetos de 1a razén IS pura prictica; pues esto tiene que parecer necesariamente incon- | secuente, mientras ese usa practic se conozea sélo por el nombre.) Pero si por medio de un andllisis completo de este ultimo, nos couvencemos ahora de que esa realidad pensadd no viene a parar, aqui a determinacién alguna tebrica de las categorias, ni a am- pliacién alguna del conocimiento en lo suprasensible, sino que sélo_se quiere con esto significar_ que en todo caso les corres- ponde, én esa selaciéa, un objeto, porque o-ellas estin contenidas en Ia necesavia_determinacién a. priari dela voluntad..o. estan Unidas inseparablemente. con el objeto de la misma, entonces des- aparece aqueila inconsecuencia, porque se hace otro uso de aque- i aquellas armas, para buscar en el uso moral de Ia razén y fundar con Ia raz una radu, as, sin { Tlos coneeptos que el que necesita la razén especulativa, En Fax6n GAel co: ie solo Ia posibitidad + cambio, muéstrase ahora una confirmacién muy satisfactoria y que antes era 50 vi ser aqut aserto, que’ antes apenas si se podia esperar, del modo de pensar conse- es dada y ast enc prictico de la Razin, su enface cuente de la critica especulativa, y es a saber: que la critica espe- con los elésnentos xigencia no ¢ algo ast culativa se esforzé en dar a los objetos de la experiencia como « tales, y entre ellos, a nuestto propio sujeto, el valor de meros fendmenos, en ponetles, sin embargo, comio fundamento, cosas ent si ¥, por consiguiente, en no considerar todo suprasensible como una ficcién y su concepto como falto de contenido; y ahora, en cambio, la razén_prdctica por si misma y sin Haberse concertado con, Ia especulativa, proporciona realidad a un objeto suprasen- sible de la categorfa de la causalidad, a saber, ala Nbertad (aun cuando, como concepto practic, sélo también para el uso préc- 180 practice; pero tico) , y_confirma, pues, asl, por medio de un hecho, lo que alli alia dispuesta de un s6lo_podia sex pensado. Al mismo tiempo, la extrafia, pero indis- de tales ¥ tan elevados cutible afirmacién de la eritica especulativa, de que incluso ef ras, sino exponerlos sujeto pensante es para si mismo, EN LA INTUICION INTERNA, solo fendmeno, recibe también aqui, en la critica de la razén practica, su plena confirmacién, de tal modo que habria que venir a ella, aun cuando la primera eritica no hubjese demostrado esa pro- posicién 2, come ia varlos como ¢ nuestra fa race abore oowa: agus an able gue U como meca- ef mismo sajeto, al hombre, ex imposible sin repee- slime con relaciéa a [2 primera y come fendmene con y nos, por otra parte un ngumeso co también un fei pecto a Ia nataraleze. determinado de la m: viiiaey por uaa parte, qué 2 gueris poner como_nou- meno a [a base del pretendid> fendmerd, ¥, por ota, si en todo cééo era pasibl in un concepto de ese aduracao, ha~ ble foniaars biendo fa dedicads Jsmo tempo rica, con res- sivamente~a los-aneres: Ja raadn practica, puede plena fox el modo de ficor por qué en esta obra, los a, que ya han conceptos y prince e 4 sultido su criti Largo, de vex en cuando sometidos una ver mis 2 Jo cual, én otros casos, no cua- dra muy bien com iz truir (pues Ias cosas ya. jiuzgad cionadas, ¥ no volver otra era aqué permuitid aceptos, es consider distiato del que aiff nevesarla una compa distingulr bien hacer notar Ia conexi de esta clase y, © nucyauiente hacia el Ja razén pi quizd sélo deban se Ya razén especulativa suele ocurrir en une cons apayos, 2 razon con aquellos : otro use totalmente Este trénsito, empero, hace con el nuevo, para .o tiempo ideraciones bertad, em el uso pI iderarse como paréncesis que vacios dei sistema eritico de 1 objeto} y, como fa, para poner poste- erdaderas miembros conocer ahora, en set preventados ente al cone bservar con extrafieza que de poder explicar su Bo- n ia xelaciéa paicolégica, nado con exactitiid, anterior su expos problemati 5 mientras que = pax 1 exgoade eo radiciéa dea sana e Segiin esa misma determinacién que tanta dificultad ofrece 2 su acatamiento. El concepto de la likertad es el escollo_de_ todos { los empiristas, pero también [a clave de los principios practicos | sf mds“ sublime pari los moralistas erfttcos que comprenden por Alolate necssaniaitente debenproceder de un modo racional” Por esta ruego al Teclor que ao” pase distratdamente~tos~ojos por lo que al final de la analitica se dice sobre ese concepto. Juzgar si un sistema, como este de la razén pura practica que se'desarrolia aqui, saliendo de la critica de esa raza, ba costado mucho o poco trabajo, sobre todo para no fallar el punto de vista exacto desde donde el conjunto del mismo pueda ser xec- tamente bosquejado, es cosa que debo dejar a los conocedores de esta clase de trabajos. Supone, ciertamente, la Fundementacién de la Metafisica de la moralidad, pero sélo en cuanto ésta nos ace trabar un conocimiento provisional con el principio del deber y adelanta y justifica una determinada fSrmula del mis. mo; por lo demds, se basta @ si mismo, Que la divisién de todas las clencias practicas, cosa que haria la obra compieta (zur Vous- tandigkeit), no ha sido afiadida aqu{, como se hizo en la Critica de 1a razén especulativa, encuentra también fundamento valede- ro en Ja constitucién de esa facultad racional prdctica, Pues Ia, determinacién particular de los deberes como deberes humanos, para luego dividirlos, es sdio posible si, antes, el sujeto de esa de- terminacién (el hombre) ha sido conocido segiin la constitucién, con Ia cual es éi real, aunque conocido sélo en la medida en que ello es necesario con relacién al deber en general; pero ese cono- cimiento mo pestenece a una Critica de Ja razén prictica en ge- neral, que sdlo tiene que dar de un modo completo ios principios de la posibilidad,.de la extensién y de los limites de Ia razén prdctica, sin referencia particular a la maturaleza humana. La duvisién’ pectenece, pues, aqui al sistema de la ciencia, no al sis- tema de la critica, A cierto erftico de aquella Fundamentacién de ia Metafisica de Ja moralided, hombre amante de la verdad y mordaz, pero digno, _} Ua exitico que quiso decir alge somo cenmta de est trabajo, ba acertado més de lo que mismo fublets padide eceer, diciends que ea fl no a2 exPone fingdx principie nuevo de lz moralidsd, sino s6le an férmels nerve. Pero. [aside quersle introducie ua nuevo principio de sods moralidad e inveatac fea, fame guten dice, por primers vez?’ {Come si, antea de @, el mando hubiese Fivide ‘sin sabir Lo que sea cl deber oon etfor Constante sobce est goutel Pero clique sabe fo que para ef matemivico significa una formule que deteraina con toda exectitnd -y ain ereor To que hay que bacee pata resolver na problema, fr 20 considerars que uaa fStmula gue hace eto mismo ea considsacion de todo debet fen geseesl, set algo fastgnificsate y euperfluc. que dejan ver en (pues los que séle ¢ y ya han resuelto de « aprobado, ao piden nién particulat)) do se trata descubrir ia verdad jos su. antiguo sistema ser aprobade o des- diera oponerse 2 én en Io sucesivo, se puede, ciertame: mano, «pert mis exacta y completa 4 posible, dada fa situ Fidos). Pero. be arquitecténica; es a partiendo de ella Jag aquellas partes ex 9 windolas del « garantia s6lo. os po con el sistema, ¥ aquellos 2, por la exposicion Sa on que ello es 108 ya adqui- 4s filosdfica_y mente la idea del todo, Ta xazén, amen ¥ esta mas ‘imo 6a de 1a primera indo, por tanto, que justice 42 debe oie verdad, Is obs cotocado soultad de deveae Jp acciéa de pro Saptos got hag sido tomides Fiellmente ee aper> mapce is bese 66 Is te sigue sola facattad de desese. > a wrote a fa dsteemieala de a pues ets xplliacida a © ,gaveusciangoe. a6 coats (ase de le née on samiento, Con. respecto a este tratado, no temo el reproche de querer introducir win nuevo idioma, porque el modo de conocimiento de que se trata aqui, se acerca por si mismo a la popularidad. Este reproche, con respecto 2 la primera critica, no podsia tam- poco ocurrirsele a nadie que Ia hubiese no sdio hojeado, sino Tepensado, Forjar nuevas palabras all{ donde el idioma ya de suyo no carece de expresiones para conceptos dados, es un esfuerzo infantil para distinguirse entre Ia muchedumbre, ya que no por pensamientos nuevos y verdaderos, al menos por un trapo nuevo sobre el traje viejo. Si, pues, los lectores de aquel escrito conocen expresiones mds populares que se acomoden, sin embargo, al pen- samiento, de igual modo que 2 mi me parecen hacerlo aquellas ourss, 0 también si se precian de poder mostrar la inanidad de ese pensamiento mismo, y, pur consiguiente, la de toda expresion que lo designe, me hatian un gran favor con lo primero, pues ye 3610 quiero ser comprendido, y realizarfam con lo segundo ina obra meritoria para la filosofia. Pero mientras aquellos pen- samientos subsistan, dudo mucho de que puedan hallarse para ellos expresiones adecuadas y ai mismo tiempo corrientes ), Liplee oeasionss de completse muchos defserot de la vieja march dogmities de ilosotia y de bacee uessparecor fsitas gue wo se oosecvan fasta cumndo st hast ds concepts de ls saz6n uu uso gut 2 eatleade al coajunto completo de fe mina) (2) El texte dice: als wenn man von Begsiffen siaen Gebrauch des Vernantt macht, dee qufs Ganze devcelbon geht. La tesduecién exacts de esto eatia> basta Cuando ee nce de conceptos va aso ds sazéa que se extieade sl conjuato com pleca ge fa misma (ode lop mismos). Hemos creida, sin embargo —-por razoces Fiigssficar y filolSgieas—, deber adopese en la teaduccin a lecclga propacsts por Nstorp, 3 saber: ,,.voa Begeiffen dee Vernuafe sinea Gvbrauch mbt, Gee... (Nowa del eraductor.) L'ASs (que aguells invompeenebilidad) emo yo agai que se interpreten mal de vez ea coagdo. algunas expresioncs que yo buryué pare 20 dejar gue te fallsea el concept 2 que se ccfieren. Ge fas categorise de la taz8e prdctiea, em el tol igo y lo 20 permitido (préctiea-obj le eh aio couieate dal idioma casi el mimo sentida que Is categotla que lex signe Inediatamentes [a del debsr y la contearlo af debee; pero, aqui, debe significar Ig prinsco, aqvelle que crs de seuetde 0 en conteadictiga con ux peecepto peSetico meraments posible (come, Y. gt la seluciga de codce los problemas Qe ls Geoweltia 7 la Mecdniea) ; Lo segundo, to que esti en esa wilima telacion fon aaa dey que reside rvalvisate ea la taba ea general; y era diferencia de sljatficaciga ao ee campoco Cotslmeate extraia af uso cortiente del (ious, ann poco feeeuente. Atl, or elemplo, a ua orador como tal no le ests ido forjar aucvas prlsbeas © mucrss contteaceiones: pero al poets Te ests do en letto grado; en minguno de ambos caice se J que quiets pexjadicatse en 0 fama de oradoe nadi Aqui s¢ teats aélo de fx distinciéa de los impesatives en miaacién probleradtica, asert6ri co. De igual modo, ea aguella note ae “Yo peor hhiciese ei in ceeccenente ice sstncotens agente ceue peeeonete ee aoe ampliar auestro conocimiento que todas las meditaciones. Pues solamente, segiin ego, ya que fuera del hombre no conocemos fusrzos 8 que alguien 0 de que so hay én ninguna parte, ni puede haber conocimiento alguno @ prieri. Pero no otros seres racionales, tendriamos un derecho para admitirlos oma si alguien quisiese. de como constituidos de igual modo que nosotros nos conocemos, mucstrar pot la naz bay mudn. Pues nosottos decimos esto es, que los conocerfamos realmente. Ni siquiera menciono aqui que no es Ja universalidad del asentimiento lo que prueba ia validez objetiva de un juicio (es decir, la validez del mismo como conocimiento), sino que aunque aquella universalidad se presentase casualmente, eso no podria, sin embargo, propor- cionar una prueba de Ia coincidencia con ei objeto; més bien e Ia validez objetiva tan séio la que constituye la base de un necesario acuerdo universal. Hume se encontrarfa muy a gusto en este sistema del empi- rismo universal en principios; pues, como es sabido, no pedia nada mds que esto, a saber: que en lugar de toda significacién objetiva de la necesidad en el concepto de Ia causa, una me- ramente subjetiva, 2 saber: 1a costumbre, fuera admitida, para denegar 2 la raz6n todo juicio sobre Dios, libertad ¢ inmorta- lida; y era ciertamente muy habil para, si se Je concedia tan s6lo Ios principios, deducir de ellos conclusiones con todo rigor légico. Pero Hume mismo no ha hecho el empirismo tan universal como para incluir en él también Ia matematica. Con- sideraba las proposiciones de éta como analiticas, y si esto por ia ranim, cuando tenenios sodido saverio también, aun Eseurado asi en la experiencia; o congcimiento racional y conoci- ‘de la experiencia propordionar con uicio (universa- Jousiguientemente s que ansiogia es una al menos presunta, rdadera), ¢5 una contradic- subjetiva, esto ea, la cos- la en los juicios 2 I razdn la faculiad de x, Ge conocer éste y Io que ie 1c hablende sige a menudo precedente, no podemos decir 2 (pues esto significaria tan sélo. que enande ello 0 86 suient 2 Un ella también _ lidad sin Ja tumbie a Ia 2 @ priori, significa tar juzgar sobre el ob eoneleme; slg y siempre segu’ que de éste se Jad objetiva ¥ < ace jori), sit ue jan ie i He hecesidad objetiva y ic 6 priori sino que fuese exacto, serian’ también en realidad apodicticas aunque, s6lo se pueden tiperar < ge al Ode come es sin embargo, no se podria deducir de ello conclusién alguna foates), 40 cual equivale 2 mchurar el concepte de causa, en ¢ sobre una facultad de la razén de fallar también en Ia filosofia juicios apodicticos, es decir, juicios tales que fueran sintéticos (como el principio de la causalidad). Pero si se tomase el emp) rismo de los principios universalmente, quedaria también la ma- temdtica inclulda en él. Ahora bien, si la matemdtica cae en contradiccién con Ja ra- z6n_ que sélo’admite principios empiricos, y ello es ineyitable pace prictics | en la antinomia, puesto que la matemitica demuestra irrefuta- Je ie clabsies paras blemente Ia infinita divisibilidad del espacio, mientras que el Soules 2 po empitismo no Ia puede admitir, entences la mayor evidencia nates pelo, eed i posible de la demostracién esté en contradiccién manifiesta con cluse por Leyes las supuestas conclusiones sacadas de principios de experiencia, pedediea: pact, j y hay que preguntar como el ciego de Cheselden: zqué es sees, 88 fontalads ao 04 de alsa modo webeiee jo que me engatla, la vista o el tacto? (Pues el empirismo se 1 2 Se See ee att casero funda en una necesidad sentida (gefithiten}, et racionalismo en pert af com “9a ¢ 2 éto, pot To fame una necesidad penetrada (eingescken). ¥ asi se manifiesta el em. fo, a Lsablsivs, gato Ha talbargo ver pirisme universal como el verdadero escepticismo que, en una 2 cio del Juicio y para poner la necesidad de principi jento a los que por lo demis nada instructivo, mente no s¢ alza od en clara luz, por me rationales @ priori, INTRODUCCION arse agradet De Ta idea de una critica de Ia raxén préctica El uso tedrico de la zaxém se ocupaba de objetos de ia mera freuttad de conocer, y una critica de‘la razén, en io que toca a ese-uso, se referfa propiamente sdlo a Ja facultad pura del co- nocimiento, porque esta facultad despertaba sospechas, que Iue- go también se confirmaron, de que sc perdia facilmente, mis alld de sus mites, en inaccesibles objets o hasta en conceptos contsadictorios entre sf. Con ei uso practico de la razén ocurre_ ya algo distinto, En éste, octipase la razén con fundamentos de determinacién de Ia voluntad que es una facultad, 0 de pro- cnciz objetos que corespondan a las representaciones, 0 por lo menos de determinarse a si misma a la tealizacién de esos ob- \ i ' | | i i | : | { jetos (sea o no suficiente para ello Ia facultad fisica), es decir, de determinar su causalidad. Pues ahi puede al menos Ia raz6n bastar para la determinacién de la voluntad y tiene siempre realidad objetiva, en la medida en que sdlo se trata del querer, Asi, pues, la primera cnestin aqui es: si la razén pura por st | sola basta para la determinacién de la voluntad o si, s6lo como empiicamente condicionada, puede ser ella un fundamento Ge determinacién de 1a vollntad. Ahora bien, aqui entra unt concepto de la causatidad, justiticado por Ja critica de In rwén pura, aunque incapaz de exposicién empirica alguna, a saber, el_concepto de la libertad; y si nosotros ahora podemos encon-¢= tar fundamientos para probar que esta cualidad corresponde en sealidad a la voluntad humana (y de igual modo también a la voluntad de todos los seres racionales}, entonces no sola- mente queda expuesto por ello que ia razén pura puede ser préctica, sino que sdlo ella, y no Ja razén emplricamente limita. es prictica de un modo incondicionado. Por consiguiente, habremos de elaborar, no una critica de la razin pura préctica, sino sdlo de Ia razén practica en general. Pues 12 razén pura, si ante todo se ha demostrado que fa hay, no necesita critica alguna. Ela misma es la que coatiene Ia regla para Ja critica de todo su uso. La critica de In razén prictica en general tiene, ban deyade stempre consigo big. Pues suague fete 30 joxer, quiere, sin de llos,' sine

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