Está en la página 1de 12
para olvidar sit bastardia y reunir las condiciones de tina existencia conveniente, sustraida a las oscuras perspectivas de unt matrimonio mediocre. Elconvento. deg, la inica ma era, en ese emionces, junto con. mis presi gioso el establecimiento en cuestién, mas desaho dg el camino, Ese fue el caso del monasterio de San Jero- nhimo, que recibis a la novicia a los veintitin afios. Las camodidades de ese convento aristocritico le permitie- ‘on conservar el placer de escribir a su gusto y de fre= ceuentar la corte A imagen de su tiempo, la curiosidad de Juana es miiltiple:literaria, teologica, historica, cientifica. Su biblioweca habria tenido cuatro mil vollimenes..EL ia su inspiracibn, Yesast que sus cor ‘erciben: sabiduria, erudi musicalidad de versos y férmulas, jugando dlestreza la con conceptos brillantes o sorprendentes, explotando todos los recursos de la teatralidad, cape de manifestar ‘una personalidad asombrosa, Su éxito east la perjudiea personalidad mis fatima. Como ella misma To confie sa, “la verdad yo da y forzada y s6lo por dar gusto a otros; no s6lo sin com: placencia, sino con postiva repugnancia, porque aun he juzgado de mi que tenga el caudal de letras e genio que pide la obligacion de quien eseribe { punto de disfrazar su nea he escrito sino viole Sigheney Gna (1060), 246 Yo nunca he escrito cosa alguna por mi voluntad, sino por ruegos y preceptos ajenos; de tal manera que 10 ‘me acuerdo haber escrito por mi gusto sino un papel No que Maman El suri Una de sus hes expresan la manera en que Ju rmiento del piibico: vinas, Leonor, hace afirmaciones que 14 pereibia el recibi- Eade mi patria toda clobjeto venerado {de aguells edraciones que forma el comin aplaus yea lo que decia, {ese bueno o fvese ml, nivel rostro lo deshucia ni lo dessirha el garbo, 1 popular a empeso tant, ‘que yaadoraban deidad clidola que formaron, Ese personaje piiblico le imponfa un doble juego, magnificame 1¢ deserito en el “romance” Cuando mi No soy laque penis sina es que ad me habeis dad tro ser en vuestras plumas {otto aliento en suestros labios. Aqui, los recuerdos se atropellan como lo hacen las ciudades en nuestra mente. Podemos recordar lo qu tun critico surrealista escribid, cenca de tres siglos mas tarde, sobre Frida Kahlo: “Tenia cierto modo de RECT C aa vary muy excéntico, Sempre estaba consciente de inc representaba un papel "objeto venerade”, IMujeride cute, Juana Inés de la Cre acum mar jiualidades mjek bastards, provineana, col, sig, monsuu de feria dota de una memoria Moca qe tala el desio a1 cidad de MEXICO, ia au alesvara a cia de Ta goria en el mane “Tu bipanio, Su tayecora reves Ia lexiblidad de eek urbana capa dena apertura impress Mica pen del yo de atalino tidentino y de 1a Wiiancia de la Inquscin, omnipresence a hipésboey de la palabret nel corazsn de i eticabarroca explica la ap tnd wate" del enomeno, lementos ni conere- toed cuenta de! perfil dens carrera jnconcebible Gh poyonsoidos. La bevtad de accion de a cu oval religiose descansa en a hz0s con i corte de eatneseas ET marques de Mancera, fay Payo de Re (Chel marqués de a Laguna el conde de Cave no le ‘Moa Ton aves, Gracin a proeccion cOmplice {iouerinas Laur, Elia y bys en fos poems ‘Koa eneont en el palaci un espacio propici pars \ytreaciony para ia expresion desu inspiracign La Fagnquen de Atocera, Marie Taina Manrique de Lara J Goliaga ho de ans ama de honor cuando Ra espaol” La amistad se confunda con i ads= tan oxjtegosde soctead Lo ios de parentesco ayia tla mrarquesa de Mancera con fx dues SeSngeo, prowetota habitual de hombres de cencia 2 esr (16) p 200, 2 Bena Dering 88), p12 te cen Expaia, promovian una red de mujeres cultivadas a ta cual sor Juana Inés de la Crue logré introducirse:™ Enire la ciudad yla corte, Juana escogi6 la corte. La, religiosa y el palacio sacaron provecho de ello, Gracias aa Juana, la corte mexicana conquist6 un lustre compa rable con el de sus rivales europeas; en ese sentido, la publicacién de las obras de la religiosa en Madrid fue tuna prestigiosa operacién aprovechada por Ia pareja virreinal, En ese juego, don Carlos de Sigitenza y Gén- gora, el hombre de la ciudad, salia doblemente perde- dor, vctima de una situacién en Ia que el palacio daba tl tono, establecia contacto con Europa y poseta polit ‘camente la tltima palabra, Don Carlos tenfa la desven- taja de la triple banalidad de su condicién: hombre, criollo y eclesiastico; nada de esto resultaba excitante para las mentes de aquel Gran Siglo, como no to ha. sido para las de nuestros dias Ello no impidid que la ciudad y la corte colabora- ran, En 1680, pars la recepcién al nuevo virrey, el mar ‘qués de la Laguna, la municipalidad encargé a don Carlosya sor Juana la concepcién de los arcos de triun- fo destinados a festejar el acontecimiento. El sabio y la religiosa conjugaron erudicién e inteligencia en una, dle esas escenografias urbanas y efimeras que explot ban la mitologia antigua y las alegorias para seducir Tas miasas y complacer a los grandes. Los nuevos gober- nantes colmaron los deseos “monumentales" de don Carlos y de sor Juana, puesto que en ese fin de siglo la sida cortesana aleanz6 un esplendor inustal, La sombra eae de fa marquesay des espa, emparentado con ks fanfins reas expose y raneess velo por Ta exstence de {ajowen nchao despues de si regreo a Espa 165 NTR La CRUDAD Y EL PALACIO, LA PLAZA MAYOR En la ciudad de México, el antagonismo entze la ch dad y la corte recubre una discrepancia ms marcada 0, La criolla esti enraizada en la Nueva Espatia, es que Ia que se observa en Ia Europa del Gran Si americana en el sentido mis amplio del termina y ext ‘orgullosa de serlo. La corte, en cambio, es la parte im port 0 extranjen aristéerata, impuesto por Madrid y renovado mis 0 me: sentido, la ciudad de Mé ia, el cuerpo europea, y por lo ta nos cada cinco aitos. En es ico €8,h 1a la Independencia, una eindad bieéfala. del pintor Cristébal de Villalpando —L4) Un euad mayor de México (169 sntro de la ciudad en los tiltimos atios del) describe con finos de-} Pla les el Jo xv. Teatra de gr plaza mayor —o pha spacio| sti e presencias vde simbolos. Esta rodeae aa i que conjugan e poder e ordos sus tiempos: el palacio del vi- rey, € 10, [a eatedral y el palacio de los ddescendientes de Conds, Ta plaza es el espacio politico por excelencia, parti ccularmente adaptado a las puestas en escena barrocas, Para la entronizacién de los soberanos, la plaza se transimuta, Nada es demasiado bello para festejar aun rey que jams sera visto en sticlo americano. En 1701 se desplegaron telas de China, taferanes de Benga bordados de Japén para celebrar el advenimiento de Felipe V, nieto de Luis XTV'y primer Borbén de Espaiia, Una docena de afios mas tarde, una pirimide de fruta y de comida levantada a expensas del virzey, el duque 166 Dashone » ib5 smoniasydefiestas fa) % las memorias. de Linares, dejé uta hwella indeleble en En esas ocasiones, la infanteria y los nobles de la cit dad, engalanados con tniformes rutikantes, bloquean cl area que separa el palacio de Ia catedral. Mientras aque los estandartes ondean al viento, el virrey, vestido de rojo y levando un sombrero adornada con una gi ggantesca pluma que le cae hasta la cintura, pasa revs ta las tropas y a los efectivos, mis simbdlicos que te miles La mente las distracciones. En el cementerio de la ca tedral se representan comedias; juegos de cai rridas de toros y mojigangas en la plaza mayor. Pero antes es necesario abrir tajantemente un espacio, pues por lo general el lngar esta invadido de vendedores de fiuta, de carne, de pan y cubierto de chozas de todo t po. El dia anterior i his corridas, las tiendas y los pues fos de maclera que obstruyen Ta plaza mayor se des montan, mientras que los tabludos se Tevantan para gue puedan instalarse, con relativa comodidad, la cor tey las autoridades que asisten al especticulo.* Los auitos de fe de la Inquisicidn son tambien una manifestacion de la auoridad en ef cribunal. Estos necesitan de complies dos preparativos, ya que los autos de fe tienen laugh anitaridaces del pais, de los notables, del pueblo de la ciudad y de lov alrededores. El auto de fe es una ceremania edificante y al muse tiempo tn expecticulo popular. L damios y de empalizadas levantadas para con € i E r ° sananenrenne "1 tener el entusiasmo de fas masis y para onganizar fa cit culaciGn de las procesiones, Todo esta hecho para re ‘av la pompa del clero, que desfila entve la catedral, el yuntamiento yla sede de ka Inquisicidn, mientras que el coro de la catedral entona algunos moretes. No obs ‘ante, la ejecucién de las wevimas no sucede en fa plaza yor sino fuera de los limices de la ciudad, en la hom iguera de San Hipdlit. Las fiestas religiosas, el nacimiento de principes © las honras fiinebres arrastran a las austoridades en bal- lets admirablemente reglamentados que los llevan de un extremo a orre de la plaza: el virrey llega con su cortejo a ki eatedral para asistir a un cedeum; rodea do de su cabildo, el arzobispo se dirige al palacio real para feliciar al virey; la municipalidad se desplaza i la residencia de este timo y después a la catedral des de donde efecuia el recorrido inverso, Las mojigangas desflan bajo los balcones del palacio antes de llegar al arzobispado, Estos recortidas respetan tanto las pre- laciones como las correlaciones de fuerzas; dibujan auténticas coreogratias politics, de cuidadosos movi- mientos preparadas y negociados. La armonia entre el arzobispado, la corte y la mu. nicipalidad siempre es susceptible de transformarse en conflicto declarado, durante el cual cada uno tratard dde mostrar su mal humor o sus pretensiones de desa- flar las costumbres. Una innovacion en aparienciainsig- nificante —Ia representacién de una comedia en un patio del palacio en lugar del cementerio de la cate- cal puede desencaclenar una crisis cuyos remolinos se hardin sentir hasta Madrid. A veces, la corte debe ceder: Madrid impuso al conde de Baios una multa de 1s 12 000 ducados por haber abusado de sus derechos transgrediendo la costumbre.* La plaza mayor i a) criofla —con la ciudad mestiza e india como tel6n de Tondo— y el uiniey. espaiiol y europeo. nur eos dos polos la plaza mantine ina agi sin ero indispensable para el equilibrio de la Nue Los Puacenes net rALACIO La vida de Ia corte se desarrolla a la vez en el interior del palacio real, para las fiestas “intima” ofrecidas por el virrey y la vireina, y sobre la plaza mayor cada ver que la solemnidad reelama un despliegue pablieo, o- tentoso y fastuoso, de hombres y de recursos. La cor. te invade regularmente los grandes conventos de la ciudad y emigra por periodos cortos a los lugares de veraneo del valle de México, Sucediéndose a intervalos de pocos afios, los virreyes son aristdcratas que impor tan en sus maletas los gustos y la etiqueta de la Penin- sula, haciendo del palacio un gran foco de influencia de las modas ibéricas sobre la ciudad y las grandes res dencias de la nobleza criolla. En 1640, la legada del Virrey Villena, don Diego Lépez Pacheco y Portugal, duque de Escalona, inaugura el advenimiento de un estilo nuevo, de acuerdo con las pretensiones de ese Grande de Espaia. En 1655, uno de sus sucesores, el duque de Albuquerque (1653-1660), hijo del virrey de Cataluiia y de Sicilia, nieto del virrey de Aragon y © Gio (1958), 4 pp 172, 22. hermano del virrey de Peni, manda remodelar el pala cio ¢ instala sus aposentos en el ala que daa la plaza mayor. Nuevos pasajes faclitaron la cireulacion inte rior dle carrozas y remplazaron ventajosamente las let nas q tsibunales. El palacio es, antes que ninguna otra cosa, la sede deb adminstraci veil utlizaban los demandantes y el personal de los ocupado por el virrey y lav ppajes) danas de"pala bien esti la guardia, a 08 hijos acompanado |hijos. La servic | Giomes-codiciadan: en 1686, la camarera de La virreina, tina esclava negra, fue sepultada con gran pompa en la iglesia de Samta Teresa, en presencia de la nobleza y de las drdenes religiosas.® Bautizos, cumpleafios reales y virreinales son los pretextos de las fiestas que revinen en los salones y en los patios del pakacio a lo allegados del virrey y de suv cesposa, La etiqueta manda ahi, igual que cn Madrid o aque en Versalles, Durante ¢] afio nuevo, los comensales echan suertes: cada dama de Ia corte recibe un apo- do y un galin que se tira 2 sus pies: “A don Juan Matilde, a don Miguel Amarilis [...], a don Carlos s Jig Julia [.-], a don Luis le eupo Lisi..” Cantos y dan- zas, bailes y reuniones se suceden uno tras atro en el palacio, Ju las javeries del séquito de la virreina los galanteos de palacio, parecides a los que pone en esce stinete de Los em Cruz). La condesa de Paredes se consagi cceres de la misica, ayuldndose de un tratado conce- or la Décin " los cuumplidos. Los intercambios de regalos, los envios ndlo a amarse, los cortesanos traban co el primer Inés de la fis de wna casa (sor Ju ido 4 Musa, En cada visita se derran de joyas, de cuadros, de libros, de mnisiea y de subrosos pasteles engaiian la monotonia de los dias, tan Tejos de os palacios del Viejo Mundo, cuando los aguaceros, Drrenciales de la época de Unvias impicten los paseos Los attficios del lengnaje forman parte de estos jue gos, Las alustones libres a la mitologia grecolatina tempera Ia influencia del eatolicismo al transmutar Ta realidad local en una fabulosa decoracién, sabia € intemporal. Cédigo farniliae y snob, galante y sensual, las palabras tienden una cortina entire el patacio vk Nueva Espaita, hacen un puente entre Enropa y las Indias espaiiolas. Apolo y las Musas atraviesan Ios sa- Tones de la lejana América; la simbolica solar ihumina la ciudad de México y el castillo de Versalles cuando Juana Inés de la Cruz se ditige al marqués de la Lax guna con un “Vos, de quien se teme el Sol”. Bajo st complaciente phuma, el marqués se vuelve a veces el centro glorioso donde terminan de tan yran circun- ferencia tantas bien tiradas lineas’ o bien un “Aguila de dos cuellos"." La alegoria es un juego de cortess nos al igual que un art de vier, donde las palabras se tweven tan vaosas como tna obra de art, tan melo Uiosas como fs hirano sagrados, La mitologla —o comets permiten deci casi todo sin exponerse ii condena de ha Inquisicin, paseo no es una invencion del siglo xe, Desde ‘nis, [ogra clegancia, Para Ts elites alerts ep, {tig de fer eneantos de la vida urbana. A todo To arg (4 der agiosta- one gee dela cad, Alameda ase (= a Tox paseantes “Las gaancs ce Ta edad e vertir todos los dias sobre las cuatro de la tarde, unos: Jeaballoyottosen coche, un paseo deicioso que man la Alameda, donde hay muchas calles de arboles Gue no penetran Jos rayos del so”. Una fuente de Bronce mas bella que la de la plaza mayor marca el emio de reunion: abi se asite a especticulos de fionens ¥a todo tipo de “juegos de agua”, En compa: iin de sts esclavos moros y de bellas mulatas, nobles, Ipurueves dela cad finns dams legan en ss earto- das con ulasiduidadl como nuestros comercantes ala bots, Los jSvenes rializan en clegancia, Vendedores de grojeas ¥ dolcesofrecen ss golosinas a low pasean- tes mienuas que Tes uguadores "dan 4 beber en vasos de cristal muy puro y muy limpio™. Cuando no dege- fers en un duelo morale piseo en la Alameda es una tportunidad para socalizar refinadamente. sla ace dad permite ostentaciony el Ijoy da ia éplica alos esplendores de Madi cada vee que el séquito del Ve trey une al paseo ‘finales del silo-swrotos paseo atraen Tos cue age (1876). 0 p21 dadanos ricos: el canal de Jamaica se presta a excur- siones en barea © a caminatas por las orillas, al son de instrumentos y voces que, a lo lejos, hacen eco. Fn 1as ccanoas, elegantes damas ostentan coronas de flores 0 penachos de Pera, hechos de “plumas blancas y sta Yes", Sobre las riberas, pequefias chovas de indigenas frecen bebidas refrescantes locales: el chocolate, el tole y fos tamales de elote y de carne, de aricar y de es- pecias cuidadosamemte envueltos en hojas ce maiz. ‘Al oeste, sabre la colina de Chapultepec, se levanta 1 castillo construido por Luis de Velasco. Como muy pronto results pequefio, sélo recibe de cuando en tvando al virrey y a su séquito. "Me parecié ver el cas tillo de Ematis por la variedad de tantas figuras a caba- Ilo y2 pie; yendo abrazados los hombres con las rus jeres,a las que llevaban en la grupa de los caballo. San Agustin de las Cuevas, en el sur de la ciudad, es tainbien un lugar de veraneo a Ja.moda, EI virvey ys mujer lo frectientan, invitados por los grandes oficiales dl reino, quienes cuidan jardines y huertos donde se come al aire libre. Las peras, las manzanas y Tos ehaba- cans del huerto de los carmelias de San Angel encan tan a Gemelli Caretiy repletan la caja registradora de Jos frailes, quienes despachan en los mercados de la ciudad, Eljardin del naviciado jesuita de Tepotzotin, sl noroeste de la urbe, también tiene Ia suerte de gus 1 a italiano, asf como Ta caza en el Pedregal de San nel, cona cubierta por tina capa de lava donde pir Tulaban los conejos.* Hoy, Tepotzottin esti earcomi- do por la zona industrial de Cuautitkin, pero bajo la 5: Gemeli Carer (1976) pp. 117.75, 68,200, 173 antiguo convento jesuita puede har el zumbido de los insectos y el viento que do- biega las buganvilias Denonios De 14 ESCENA YE CA NOSICA desventajas, En el siglo xv no pod sostener una pro: uccion editorial comparable con la de la metr6poli Jas publicaciones son onerosas, el piiblico restringiddo y muy pocos mecenas pueblan la Nueva Espatia. Sigiien- La ciudad de México debe sobreponerse a n zay Gongora se queja de ello amargamente y lamenta que deba abandonar muchos de sus proyectos, “conde: nnados a morir con €I° Pero la amanguta del sabio hace m capital ves artstieas dnicas en America, exceptuando Tas Ames tego Genel Cae ante Atzcandrtay de Las maceads dl dugue de Ova dere BITS comedia inttuladn tad negro el pa ia Nueva Espaia ofrece activi hay la deodicha del nombre de Calderén,intorpretada por diecis El Coliseo es en ese. tances el principal teatro di siendo liasta mediados.del si glo Shi Tevantado en el patio del Hospital de los Nac 8) pp, 2 intervalos regulares, Cuenta con ues eine wena paleos, pasillos para cigeular, cuatro escaleras, bastdler Tes y un vestidor. El conjunto esti expuesto a la incens erie. Se du la —se deseaba tan vasta como la del Coliseo de iba en agrandar las dimensiones de la Sevilla— por temor a incomodar demasiado it los ev Fermos. Los aetores son originatios de Esparia, de Hal 6 de Pert, las obras son ihéricas o mexicanas. con una smarcada predileccidn por las comedias espaitalas {que siempre las de Esp xa digerislas los husmores Son igeras que nana son pesadlas de Lope de Ve on piezas del criollo Luis de Sandoval Zap TOPASH- Agustin dle de un mexicano de tal entusiasmo que muchas de ellis, tradueidas y adaptadas al nahuatl lengua de lon indios de ta ciudad de Méxicom, se presenitan ante la curiosidad de un piblico compuesto de notables y de nobles indigenas que se precian de descender de los principes prehispanicos. iana Inés de la Cruz destina wna patte de sus com Posiciones al escenario, entre ellas una obra maesta, Loy emperis de una case, Lt pieza se represents el 4 de ‘octubre de 1683 en casa de un oficial del Tesoro, en tuna recepcidn offecida a ta virreina durante las fiestis aeaenans: Fy GN . <- que celebraban la legada del arzobispo de México. Normalmente, las salas de reeepeisn del palacio real alojaban las representaciones ofrecides en honor del sirrey y de st esposa: un piiblico escogido entre la n0- bleza y los notables de la Nueva Espana tienen el pla cer de ver al séquito del principe aewar la comedia, * El teaiso es indisociable de la miisica. Pero, squé untsfen se escuchaba en lx Gudad harroca antes de Ta | legen mass de os walianos ydel reinado del napo: Uno Ignacio Jerusalem e Sella? Un nombre se impo-, 1g Tgfiorado por nuestras historias de la muisica: Mae)" oy net de Zamava. Contemporineo de Juan Sebastiao) Bach ye sn el apogeo de la} ‘Tisvea Occidental eo la ciuslad de México, Recibe su! Tormmacion en la capil de la catedral durante los afios} en que esta se hace dest primer gran Srgano, encar ggado con altos costos a Espaiia ¢ instalado por espe- Cialistas venidos de la Peninsula." Cuando en 1725. cadiciala pussin de maesito de cae il el des chad ea dpe dm inisico'de Taepsergadrrde Telemann o Scarlatti, Mi $25, maitines, motetes,vllancicos y cantatas salen. de st puma y restenan durante mucho tiempo bajo las plas de la catedral, Obras maestras de elegancia aé fea, las arias Hy sube arrdatada y Oh fee culpa inven tan una misica inspizada, poderosa y sofisticada, de ritmos vivos y contrastados que da la réptica sonora Jos retablos de oro de los santuatio. “Zamnaya 1 s6lo compuso para la Iglesia, Las modas Gai (0958). p17, [9 Par Tibureio Sua, quien araves el Abénic con exe objeto (sao (19871 p. 230), 176 ceuropeas y la boga de la épera no perdonaron a la ca pital mexicana. Brobablemente es a Zumaya a quien debemos fa primera épera mexicana, F Rodrigo, drama ITpresentado en 1708 en el palacio del virrey. con ocasion del nacimiento del infante Luis Fernando." Los libretos en boga atravesaban rpidamente cl océa: no, puesto que un atio antes Florencia aplaudia, bajo el mismo titulo, una 6pera orquestada por el joven G. F Haendel El talento de Zamaya incité a otto virrey, el duque de Linares, a solictarle que tradujera al espaol y que _musicalizara libretos italianos. En 1711, el miisico cor: pone una épera en tres actos, Parténope. La obra se pre- senta en el palacio el 1° de mayo para festejar ela versario del rey Felipe V. Las peripecias de Parténope gue hoy conocemos gracias a una version de Hae! del presentada en Londres en 1730-—" requerian de ‘un grupo de cantantes y de nuisicos experimentadas, asi como de decoraciones suntiosas que pudicran st gerir escenas tan variadas como el palacio de Parté: ope, una puerta de la ciudad, una agitada batalla y el campo de Napoles. El suceso hizo época en la cin ddad de México pues se publics un lbreto bilingtie, ita liano-espail, de Parténope, como se acostumbraba en Europa, a excepeién de Italia, Una prueba més de que tanto la corte como la ciudad de México contaban ya con tin piiblice interesado en la dpera, Con Partinope, 1 Joné Masato Besistdin de Sours, Sica Bupeno Aerio ‘Sipiotvonay Méxio, Fuente Cukural 11 pp. 201208 [oe amores de a reins. Farténope, funoadora de Nipoes, rezelan batts, ligas de corte yencenas de eelos Adem de ‘ica Roprs Vn ompsenon ic npc eis la misica mexicana, después dela arquitectura, se abria al barroco italiano.!® Las iglesias de la ciudad de México no esperaron la aparicién de Manuel de Zimaya para que en ellas te- Sonara mtisica de ealidad., Escuchas tan distintos como el inglés Thomas Gage o el calabrés Gemelli Careri nto, gue nos confirman graba- Gomes recientes, Miss, tedeums, réquiems y vs icin espaol, y muy en fenca profonda sobre la misiea mexicana. EL pre decesr de Zumaya, Antoni de Salara, djs ia. obra. te paseales dela ciudad dle * Mica Nes plego ua extimable lento que ‘herd Es mii del siglo os primeros archivos, Francisco Lépez y Capilla des penas hoy se esti des serfa demasiado ‘coiftéapunteada por infermedies indiosy eTpiiblico de las fiestas barrocas sabia apreciar speeuieime sobre a teoris weal eoinciden con ls cufosiénd Ibs por lo atemiicm, como lo manifesta el trata eco Cerone depres Ja Ines de a Crue La at ie ata Bt Mela y mac (1613) de Pero ano de Bergamo gad a la capa rest de Nepales, re °F per) Capa fue ator de 17% icanos que_ Fresras nantocas Ala ciudad de México no le fa ula,

También podría gustarte