Está en la página 1de 1

Sneca

Sobre la felicidad
Captulo 3
La felicidad verdadera

Busquemos algo bueno, no en apariencia, sino slido y duradero, y ms hermoso por


sus partes escondidas; descubrmoslo. No est lejos: se encontrar; slo hace falta
saber hacia dnde extender la mano; mas pasamos, como en tinieblas, al lado de las
cosas, tropezando con las mismas que deseamos. Pero para no hacerte dar rodeos,
pasar por alto las opiniones de los dems, pues es cosa larga enumerarlas y refutarlas;
oye la nuestra. Cuando digo la nuestra, no me apego a ninguno de los maestros
estoicos: tambin yo tengo derecho a opinar. Por tanto, seguir a alguno, pedir a otro
que divida su tesis, tal vez despus de haberlos citado a todos no rechazar nada de lo
que decidieron los anteriores, y dir: Esto opino tambin. Por lo pronto, de acuerdo en
esto con todos los estoicos, me atengo a la naturaleza de las cosas; la sabidura consiste
en no apartarse de ella y formarse segn su ley y su ejemplo. La vida feliz es, por tanto,
la que est conforme con su naturaleza, lo cual no puede suceder ms que si, primero,
el alma est sana y en constante posesin de su salud; en segundo lugar, si es enrgica
y ardiente, magnnima y paciente, adaptable a las circunstancias, cuidadosa sin
angustia de su cuerpo y de lo que le pertenece, atenta a las dems cosas que sirven
para la vida, sin admirarse de ninguna; si usa de los dones de la fortuna, sin ser esclava
de ellos. Comprendes, aunque no lo aadiera, que de ello nace una constante
tranquilidad y libertad, una vez alejadas las cosas que nos irritan o nos aterran; pues en
lugar de los placeres y de esos goces mezquinos y frgiles, daosos an en el mismo
desorden, nos viene una gran alegra inquebrantable y constante, y al mismo tiempo la
paz y la armona del alma, y la magnanimidad con la dulzura, pues toda ferocidad
procede de debilidad.

También podría gustarte