grrulas transgresiones al todopoder del olvido, enumerando con prolijidad el nombre, la opinin, los acontecimientos, la patria. Tanto abalorio bien adjudicado est a la tiniebla y el mrmol no hable lo que callan los hombres. Lo esencial de la vida fenecida la trmula esperanza, el milagro implacable del dolor y el asombro del goce siempre perdurar. Ciegamente reclama duracin el alma arbitraria cuando la tiene asegurada en vidas ajenas, cuando t mismo eres el espejo y la rplica de quienes no alcanzaron tu tiempo y otros sern (y son) tu inmortalidad en la tierra. Jorge Luis Borges