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B1.

Traduccin DOSSIER 8

Smbolos
Mi abuelo falleci amortajado porque el infarto le dio al salir de la misa dominical, a la que
acuda con el traje y la corbata con los que dej dicho que quera despedirse de este mundo. A
mi abuela, que revis sus bolsillos antes de que lo metieran en el atad, se le escap el de atrs
del pantaln, donde su marido sola guardar las llaves. Cuando al llegar a casa, despus del
entierro, se dio cuenta, dijo, sin que nos atreviramos a contradecirla, que haba que cambiar la
cerradura esa misma tarde. Mientras buscbamos cerrajeros de urgencia en Internet (todos
carsimos), mi prima Montse cont que ella no la haba cambiado al separarse, lo que su ex
interpret como que poda entrar y salir cuando le diera la gana. Al final cambi la puerta entera
y guard la antigua en el trastero, con la llave puesta. Dice que ahora, de vez en cuando, se
acerca a ella para probar si sigue funcionando.
El caso es que empezaba a oscurecer y el cerrajero no apareca. Estbamos todos en el saln,
tomando caf e infusiones con unos pasteles variados que haba ido a comprar uno de mis
sobrinos al que un canuto le haba despertado el hambre. Mi abuela iba nerviosa de un lado para
otro, mirando la hora y murmurando jaculatorias para sus adentros. En esto, apareci el
cerrajero de urgencia, que cambi el bombn, le entreg las llaves nuevas a la abuela, pas la
factura y se fue corriendo, quiz a casa de otra viuda. Y ahora qu hago con esto?, pregunt mi
abuela observando las llaves y el bombn antiguos. Tirarlo, dije yo, no sirve para nada. Medit
un rato, negoci consigo misma o con alguien que la habitaba, y al cabo nos pidi que
volviramos a dejar las cosas como estaban. Me toc a m, porque soy aficionado al bricolaje.
Juan Jos Mills, El Pas, 8/5/2015
(http://elpais.com/elpais/2015/05/07/opinion/1431011687_875947.html)

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