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‘Aare, Revista de Filosofia. 15,1997, 119-134 Liberalismo politico y ‘Resumen: En el texto oe wats de esbozar una recons trvecién del papel que desempens la educsein en Iiberalsmo politien defendido por John Rawls. Este autor no dedica una atencién especial a a edecacin, entendida como la formacion de los nos para ser ciudadanos, aunque no dejedereconocer su impvta- cia, Si acalizamos los elementos més destacador de Liberalism politico de Rawls, podemos concluir que tos condacen una idea determinada de edcacion, aque a su vex implica unas earacteriticasprsimas 3 ‘una eoriaiberal més comprebensiva de lo quel autor parece pretender en El iberalimo politic. Palabras clave: liberalism, edueacin, estaba, ‘modus vivend,conseaso enuccruzado razonsble, nev- raid, educaci6n: un marco teérico” ELENA BELTRAN** Abstract: This anicle proposes a reconstruetion ofthe role that education plays in John Ras Political Libe- salism. Rawls dos nt pay any spesifc station othe problems that education the aed for a liberal society ofteacing elder the new citizens, pus on his theory. [Nevertheless he openly accepts the impentance ofthis point forthe way he understands liberalism. In this ‘work the foundations of Rawsian politcal Hberaliem re aken as a point of departure forthe analysis ofthe ‘most important elements inthis theory. The final can- clusion shows thax underneath Raves theory His subs- tamtve way of understanding how the proper education shouldbe ina liberal society, a way which is elosze to pully comprehensive liberal theory than Joh Rawls ‘steady to admit. Key words: iberalism, education stability, modus vi- ‘vend, ovelaping consensus, reasonable, newuality. Entre 1os plamteamientos mas recientes del liberalismo nos encontramos los de dos autores norteamericanos que, pese a defender puntos de vista cercanos, mantienen sin embargo diferentes estrategias en sus concepciones liberales. En un reciente trabajo, Ronald Dworkin’ intenta encon- ‘rar las razones de la impopularidad que el liberalismo* tiene en las campafias electorales de su pals: ‘muchos candidatos temen la calificacién de liberal y niegan vehementemente cualquier conexién, por remota que sea, con las ideas liberales. Las razones de esta reaccién se encuentran, segxin Dworkin, en la discontinuidad o desconexién que se produce en la mayorfa de los planteamientos liberales entre lo politico y las creencias y aspiraciones més profundas de las personas. Por eso, su teoria pretende lograr lo que su autor denomina una estrategia de la continuidad entre las teorias ticas y politica, tratando de evitar as{ la causa del descrédito del pensamiento liberal. ‘+ Bate rbejo forma pre dl Proyecto DGICYT (PH96-0193). Quiero agradecer a Frncisen Laponta y 8 Liborie Mirra ta lectara de este anticuloy as sugerenciasy comentarios que me hicieon sobre su contenido ‘Facultad de Derecho de la Universidad AutGaoma de Madd. Ciudad Universitaria de Canto Blanco, 28049 Madd 1 Strata de un aniculo de iculacion reswinida presentado en el seminaro que desarlléen el semsre de Orono de 1996 en Ia Universidad de Nueva York Liberaismo en Estados Unidos tiene um significado que implica la existencia de una actividad estaal en selacién sobre todo con polticas redisbutivas. i iveralismo vinculado a a iden de un esta no intervensinisa, sole ‘er denominado, en el Ambito estadounidene,hberaris. 3 Ver «Foundations of Liberal Eqvahiys, en castellio: Elica prvade « igualitarismo politic, com imtodocciga de FFemando Vallespi, wad, cast. de Antoni Doaténec, Barcelona, Paidos, 1990, 120 Elena Belirén El planteamiento de John Rawis es muy diferente, su estrategia en palabras de Dworkin es una estrategia de discontinuidad. En el lenguaje de John Rawls, ia teocia de Ronald Dworkin seria una teoria comprehensiva, que es precisamente lo que él trata de evitar en la dltima parte de su obra publicada*. Las razones de Rawls para deslizarse hacia los planteamientos actuales de su teorfa vienen expuestas en la introduccién de El liberalismo politico (en adelante LP). Dice Rawls que Jos objetivos de La Teoria de la Justicia, eran los de generalizar y elevar a un orden superior de abstraccién la teorfa tradicional del contrato social y lograr una elaboracién més clara de la cconcepcisn que denomina justicia como equidad, desarrollandola hasta convertirla en un enfoque alternativo de la justicia, sistematicamente superior al utilitarismo. Sin embargo, el mismo Rawls considera que no se distingufa en esta obra lo que es una doctrina moral de la justicia de aleance general de lo que seria una concepcién estrictamente politica de la justcia, «no hay contraste entre Jas doctrinas filos6ficas y morales comprehensivas y las concepciones limitadas al dominio de lo politico». Esas distinciones y contrastes, y algunas de sus implicaciones son el objetivo confesado de a entrega mas reciente de Ia obra de Rawls’, En la recapitulacién autocritica que aparece en la introduccién de LP, Rawls afirma que la teoria de 1a justicia como equidad adolece de un serio problema interno® en la descripcién de la estabili- dad, que es inconsistente con la concepcién global que mantenfa en el pasado, Ese serio problema se refiere a la irrealidad de la pretensién de que todos los ciudadanos acepten una tinica doctrina comprehensiva en una sociedad democritica moderna. Por ello, el liberalismo politico parte del supuesto de que la razén humana, ejercida en el marco de las instituciones libres de un régimen constitucional democratico, lleva, inevitablemente, a la existencia de una pluralidad de doctrinas comprehensivas razonables, pero incompatibles. La pretensién de Rawls es que ninguna doctrina razonable pueda rechazar los elementos esenciales de un régimen democratico, Afiade que es necesario contener a las doctrinas comprehensivas que no son razonables para que no minen 1a unidad y 1a justicia en la sociedad’ En el resto de este articulo se va a tratar de reconstruir el papel que Rawls otorga en LP a la educacién —escasamente aludida en la obra de este autor de manera expresa—. Tras analizar los conceptos de estabilidad (1), consenso (2), razonabilidad de las personas y de las doctrinas (3 y 4), yy discutir el ambito de la raz6n piilica (5), y el problema de la neutralidad liberal (6) veremos ‘como los fundamentos del liberalismo politico nos conducen necesariamente a una idea determina- da de educacién (7) que, a su vez, obliga a tomar conciencia de que el liberalismo politico es mas ‘comprehensivo de lo que pretende. 1. La idea de estabilidad del Liberalismo politico El liberalismo politico de Rawls pretende ser la respuesta a la pregunta acerca de la posibilidad de una sociedad estable y justa cuyos ciudadanos, libres e iguales, estén profundamente divididos Ente cambio se hace expliciwo a panic de la publicacién de «Justice as Faimess: Poitical not Metaphisical» en Philosophy and Public Affairs, 14, 1995. 5 Theory of Justice fue publicada por primera vez en 1971. Existetaduccién catellana de M.D. Gonzalez en el Fondo de Cultura Beonémica. Aqui se citaré por Ia reimpresisn de 1980 de Oxford University Press. Poltcal Liberalism se publics por primera vez en 1993, en Columbia University Press, existe trad. cast. de Antoni Doménech, en Critic, 1996, por la que se citar en adelante 6 RAWLS: Liberalism politico, pp. 11 y ss. 7 Ibid. p. 12 iberalismo politic y edueacén: un marco tebrico 121 por doctrinas religiosas, filasficas y morales. En la primera parte de LP se presenta la teor‘a de la Justicia como equidad como una concepcién independiente de otras teorias comprehensivas, capaz ‘de proporcionar los principios de justicia que determinan los términos equitativos de la cooperacin ‘entze los ciudadanos, y el disefio de las instituciones bésicas de una sociedad*. La segunda parte de 1a exposicién de la teor‘a de la justicia como equidad entendida como liberalismo politico, conside- ra el modo en que una sociedad democratica bien ordenada puede establecer y preservar Ia unidad y Ia estabilidad, dado el pluralismo razonable que la caracteriza. La consideracién de la estabilidad como problema fundamental para la filosofia politica y razén de ser de LP nos obliga a ser cuidadosos en el examen del significado de la misma’. En uno de sus esoritos de circulacién restringida a cierto foros de discusi6n', Rawls afirma que «la estabilidad es tuna propiedad de una concepeién de lajustiia, y no la propiedad de un esquema de instituciones», esto ciltimo es considerado un tema diferente aunque no deje de tener ciertas relaciones con lo anterior. Si la concepcién de la justicia como equidad no es suficientemente estable, no se considera satisfactoria. Para subrayar la importancia de Ia estabilidad, Rawls sigue un itinerario cuyo origen esté en la idea de una sociedad democritica bien ordenada, en la cual el pluralismo razonable es una caracte- ristica definitoria, ya que ninguna doctrina comprehensiva razonable puede, en solitario, asegurar la tunidad social, ni puede suministrar el contenido de la razén piiblica en cuestiones polticas funda- ‘mentales. La’ estabilidad se hace posible cuando existe un consenso en tomo a Ja concepeién politica, un consenso superpuesto 0 entrecruzado entse diferentes dectrinas comprebensivas, con ‘unas caracteristicas paniculares. ‘A primera vista puede parecer que la propuesta de Rawls no difiere esencialmente de las soluciones con filiaciones hobbesianas, esto es, que las personas mantengan sus diferentes fines 0 ‘concepciones del bien a la ver que buscan un acuerdo acerca de To que exige la justicia. Sin embargo Rawls rechaza expresamente la posibilidad de que su teoria de la justicia como equidad pueda ser considerada como un mero modus vivendi. Se aparta reiteradamente de la idemtificacién de su liberalismo con el denominado liberalismo del miedo" La idea de estabilidad que aparece en LP es la base de la legitimidad, porque no tata de una mera conformidad con las reglas, sino de una conformidad con éstas por las razones adecuadas. Lo cierto es que en este libro se sefiala la importancia de Ia legitimidad liberal al subrayar que a la hora de hablar de una relacidn politica en un régimen constiucional, hay que (ener en cuenta que se trata, en primer lugar. de una relaciOn entre personas en ¢! marco de la estructura bésica de Ja sociedad, una estructura de instituciones bésicas en la que ingresamos por nacimiento, siendo Ia ‘muerte fa que marca el momento de salida. Sin olvidar que vivimos en sociedades cerradas en las 8 bid, p. 165. 9 Rawisafirma que el problems de ta estebilidad ha decempetado un papel muy pequeto en la Glosofia pl El Liberalsmo politic, p. 13. Sin embargo, Bit Bary dice que si bien la palabraestbilidad no a sido muy wsada eo la historia dela filosotla plc, citando alguna excepein del siglo XY, la iea tradicional de esbiidad puede set recondcida al uso que se hizo de a palabra orden, y aif nos enconamos con el tema central de a filosofa politica de {oot los tiempos y dese muy diferentes perspecivas. BARRY, Brian: John Rawls andthe Search for Stability» en Bihics, 10, 1995, pp. 889-860 10 Se trata de un escrito de Rawls Que el ator present en el Seminario iigido por Ronald Dworkin y Thomas Nagel en 1a Universidad de Nueva York, on el ao 1989, sutitulo es wustie as Fumes (A Guided Tour, p. 131 11 Sobre esta idea de liberalism: SHKLAR,Jusith: «The Liberism of Fear en Nancy Resemblum (ed), Liberalism and ‘Moral Life, Harvard University ress, 1989, pp. 21-38 122 Elena Belin que adquirimos nuestra identidad pese a que no llegamos @ ellas voluntariamente, En segundo lugar, el poder politico es siempre poder coercitivo respaldado por el uso estatal de sanciones, ese poder se impone a los individuos como tales 0 como miembros de asociaciones, los cuales, pueden, ‘en ocasiones, cuestionar las razones justficatorias de ese poder o de alguna de sus manifestaciones, La definicisn de ta legitimidad liberal se hace, por tanto, en términos de ejercicio adecuado del poder politico, que tiene lugar inicamente cuando se ejerce de acuerdo con una coastitucién, «la aceptacién de cuyos elementos esenciales por parte de todos los ciudadanos, en tanto que libres ¢ iguales quepa razonablemente esperar a la luz de principios ¢ ideales admisibles para su comin razén humana>", La estabilidad que sustenta esa legitimidad est vinculada a 1a naturaleza de las fuerzas que la garantizan y no es un asunto puramente préctico. Tiene que ver con un sentido de justicia de los ciudadanos que se desarrolia cuando éstos crecen bajo instituciones bésicas justas, y son leales, por «sa raz6n, en sus comportamientos civicos, lo cual les motiva, ademés, para constituirse en garantes de la estabilidad", Ast pues, estabilidad y legitimidad liberal son, para Rawls equivalentes', de ahi {que intente por todos los medios posibles a su alcance perfilar esta idea de un modo que se aparte de ciertas interpretaciones que se vieron favorecidas por la aparicién de la serie de articulos publicados a partir de 1985. En particular, del tipo de interpretaciones que lo asimilan al pragmatis- ‘mo rortyano, Para deshacer equivocos, insiste Rawls reiteradamente en que en le primera etapa en la presen- tacion de su teoria se ha de entender como un desarrollo de una concepcisn politica independiente, que también es moral, y en la segunda etapa se pasa a la consideracién de si esa teoria es suficientemente estable. La estabilidad, por tanto, s6lo se plantea en la segunda etapa de la exposi- cidn de la justicia como equidad, cuando se dispone del contenido de Ia concepcién que se ha esarrollado en la primera etapa. Ya est claro en ese momento que se trata de tna concepcisn moral, y la establidad va a ser definida como algo mas que un mero equilibrio de poderes. No es suficiemte una establidad lograda a través de la persuasién o de la cotrcidn, la estabilidad como la entiende Rawls es «el tipo de estabilidad requerido por la justicia como equidad», que se basa «en su caréeter de doctrina politica liberal, una doctrina que trata de resultar aceptable para todos los ciudadanos en su calidad de racionales y razonables, de libres e iguales, apelando asf a la raz6n piiblica’, 2. El consenso por superpesicién (0 entrecruzado) La estabilidad de Ia justicia como equidad s6lo esta garantizada con la existencia de un ‘consenso por superposicién (0 consenso entrecruzado). En LP se establece una distincién entre lo que se denomina consenso constitucional y un consenso entrecruzado (o superpuesto). El primer tipo de consenso aparece descrito como una especie de evolucién, a partir de un mero modus vivendi en el que se aceptan unos principios liberales de justicia que poco a poco adquieren rango constitucional y tienden a modificar las doctrinas comprehensivas de los ciudadanos de manera que 12 RAWLS: El beret potic, 9. 169; tambien pp. 251-282 13 hia, p17. 14 Verenese sentido, MULHALL, Stephen y SWIFT, Adam: 1 iaividuo freme ala comunidad, Temas de Hoy, Madi, 1996, tad. de Enrique Lopez Castell6n, pp. 249 y 15, RAWLS: El liberalimo potion p. 175 Liberalimo police» educaciin: wn marco weérico 123 éstos acaban aceptando al menos los principios de una constitucién liberal, de manera que desde el pluralismo a secas se va pasando a lo que Rawls considera un pluralismo razonable', De ah al consenso entrecruzado o superpuesto hay que profundizar y ampliar la idea de consenso. Profundi- zar en el sentido de que un consenso entrecruzado exige que sus principios e ideales politicos se fundamenten en una concepcisn politica de a jsticia, coincidente con la justicia como equidad. La ‘amplitud del consenso superpuesto 0 entrecruzado consistc en que va mis lejos de los principios politicos que instituyen procedimientos democréticos e incluye principios que abarcan al conjunto ™, Las diferencias en las concepciones subyacentes de la sociedad entre los uiltaristas y la justicia como equidad se suponia que invalidaban la compatibilidad entre ambas doctrinas en TJ, mientras que en LP ambas pueden ser incluidas en el consenso superpuesto 0 entrecruzado® (tra candidatura problemética ala hora de hablar del consenso superpuesto o entrecruzado es la que habla de doctrinas religiosas y posiciones de libertad de creencias que conducen a la tolerancia y apoyan las libertades fundamentales de un régimen constitucional. La pretensién de Rawls ¢s la de incluir aquellas doctrinas religiosas que admiten la libertad de ereencias; s6lo con esta estipula- cién se pueden considerar razonables. Y considera, o al menos eso parece dar a entender, que las tres religiones monotefstas tradicionales cumplen esta condicién, Sin entrar en demasiadas profundidades, puede parecer a primera vista que las versiones moderadas de cualquiera de tales religiones cumplen la estipulacién que Rawls plantea. Pero si profundizamos un poco més en los presupuestos de estas religiones y, tomando a la religién eatdlica ‘como ejemplo més cercano para nosostros, nos ponemos en el lugar de las personas creyentes, NOs vamos a encontrar con dificultades para conciliar la definiciéa de persona razonable, caracterizada por estar vinculada a las cargas del juicio, y, en el plano educativo, por la exigencia de ensefiar y desarrollar estas cargas en los nifos y, por otro lado, las exigencias de la religiGn. Las cargas de] Jjuicio que hemos expuesto anteriormente parecen dificilmente conciliables con los dogmas religio- ‘0s, con la infalibilidad del Papa, o, con la aceptacién de la ensefianza religiosa con total asenti- ‘miento. Curiosamente, sin la definiciGn de persona razonable sometida a las cargas del juicio, la coneiliaeién de los presupuestos de la religién catdlica y de los principios de la justicia como equidad no parece especialmente problemética. De otras religiones mayoritarias podemos decir algo similar a lo que hemos dicho con respecto a la religién catslica*. ‘La pregunta es, en consccuencia :por qué Rawls incluye las cargas del juicio y considera que constituyen una parte esencial de la caracterizacién de las personas razonables? La respuesta estd relacionada con la propia razin de ser del liberalismo politico. 23 BARRY: ct. pp. 906907, 26 RAWLS: Theory of Justice, p. 1d 25 Sobre este punto el muy interesante arcu de SCHEFFLER, Sarvel: «The Appeal of Polital Liberalism en Etics, 105, 1994, especialmente ls pp. 9-1. Tal ve, cbr pensar que Raw, al waar al iltrimo com fo hace en esta obra fh endo en cuenta eras, que como las de Will Kymcks, fe eibuyen una econstruce'sn aril del ular en ‘Theory of Juste, Ver KYMLICKA, Will: Liberalism, Community and Culture, Cazenden, 1983, pp. 21-8. 25 WENAR: ct. pp. 41-44 126 Elena Belin . La razén piiblica y los valores politicos ‘Compartimos, segsin Rawls, la concepcisn de la sociedad como un sistema de cooperacién entre cciudadanos libres e iguales, pese al hecho del pluralismo razonable, o lo que es lo mismo, del ‘compromiso de las personas con doctrinas comprehensivas opuestas ¢ inconmensurables. La pre- tensign que aparece en LP es la de llegar a una concepcién de la justicia que pueda justificarse pablicamente, en virtud de la denominada razén piiblica, valida para todos independientemente de sus creencias morales, religiosas 0 filoséficas. Es piblica esta razén en tres sentidos: es la raz6n de las personas en su papel piiblico (como cciudadanos); tiene como objeto el bien plblico y las cuestiones bésicas de la justicia; su naturaleza y contenido son piiblicos (tienen que ver con ideas y principios disponibles pblicamente). Las Siguientes puntualizaciones sirven a Rawls para separarse de algunos lugares comunes y de alguna manera responder a las critcas implicitas de Dworkin, citadas al principio de este texto. En LP se dice que, coherentemente con lo que se defiende, existe un deber de civilidad que supone lo que ‘podrfamos considerar un compromiso con el bien comiin, De ese modo el voto deja de ser un asunto privado, o incluso personal y se convierte en la expresiGn, en lo atinente @ cuestiones fundamenta- les, de nuestra opinidn acerca de la mejor alternativa en la bisqueda de ese bien comiin®”. Rawls afirma que la Jegitimidad de Ia estructura general de Ia autoridad esta fntimamente vinculada a la idea de raz6n publica”. ‘Cuando existe un régimen constitucional razonablemente bien ordenado aparecen en LP dos. puntos resaltados como centrales para la idea de liberalismo politico: en primer lugar, las cuestiones acerca de los elementos constitucionales esenciales y de justicia bdsica han de ser dirimidas, en la medida de lo posible, apelando exclusivamente a valores politicos; en segundo lugar, respecto a ‘esas cuestiones fundamentales, los valores politicos, expresados en sus principios ¢ ideales tienen normalmente un peso suficiente como para anular a todos los demés valores que pueden entrar en conflicto con ellos" Los valores politicos gobiernan el entramado basico de la sociedad, de nuestra vida social. En la Justicia como equidad, algunos de esos valores importantes se expresan mediante Jos principios de Justicia para la estructura basica: entre otros, Jos valores de igual libertad politica y civil; la igualdad ‘equitativa de oportunidades; los valores de reciprocidad econdmica; las bases sociales del respeto smutuo entre cindadanos®. Estos valores politicos vinculados a la idea de razén pablica que va a constituir el consenso ‘entrecruzado o superpuesto, junto con los limites de la discusién politica que hemos mencionado previamente, son realmente Constrictivos. La pretensi6n de que los ciudadanos cuando estan inmer- 05 en una polémica pablica, o cuando votan han de apelar Gnicamente a la concepein politica de Ja justicia y no a sus puntos de vista comprehensivos es una pretensién extraordinaria. De nuevo la pregunta es zpor qué hasta ese punto? Podemos acudir & la explicecién que da el mismo Rawls: la bsqueda de la estabilidad leva al rechazo del modelo del libetalismo como modus vivendi. Algunas razones se han mencionado anteriormente, y tienen que ver con la construccién del liberalismo politico. Pero otras razones no RAWLS: I tiberalismo police, pp. 247-254 Ibid, p. 167 id, p. 169. Tbsp. 171 8BR8 Liberalemo politico y educaciin: un marco ebrco 127 ‘aparecen en el texto con tanta nitidez, sin embargo podrian considerarse implicitas en la compleja cobra de Rawls. En las sociedades contempordneas el pluralismo no es siempre, ni siquiera en la mayor parte de las ocasiones, un pluralismo razonable —de ahi que no sean gratuitas las puntualizaciones de Rawls al respecto—. De manera que las tensiones que existen en las sociedades desarrolladas y, también, por supuesto, en las que no merecen el calificativo de tales, tienden a disgregerlas en una medida ‘cada vez mayor. El intento de Rawls es el de elaborar una teorfa politica, que desde los presupues- tos del liberalismo politico incluya todas las doctrinas que se puedan compatibilizar con él. Es ‘extremadamente cuidadoso este autor cuando se trata de hablar de la razonabilidad de las doctrinas ‘compatibles con el liberalisme politico, de manera que en principio considera que una doctrina ha {de ser considerada como razonable hasta que no se pruebe que no lo ¢s. Lo més sorprendente es que haga esa enumeracion que hemos expuesto anteriormente,ciertamente limitada, de doctrinas r2z0- nables que podrian compatiilizarse con el liberalismo politico. Tal enumeracién seria ociosa si todas las doctrinas razonables fuesen por principio compatibles con el liberalismo politico”. Pero parece admitir que tal cosa no tiene porque suceder necesariamente, aunque puntualice que son las personas las que adoptan los puntos de vista y las concepeiones, presupone que éstas s6lo adoptan principios de justicia si a doctrina comprehensiva que aceptan puede compatibilizarse con ellos. De lo cual se desprende que las personas que mantienen puntos de vista con implicaciones no Iiberales son irrazonables cuando pretenden imponerlos # los dems, Sin embargo, no se llega a decir que son puntos de vista erséneos o falsos, al menos en el primer momento en que trata la cuestién®. Aunque, posteriormente, asume Rawls que en momentos determinados, sera necesario recurrir a negaciones y desealificaciones més drésticas, pero —matiza—, intentando salvar la esencia de su idea del liberalismo potitico—no avanzan éstas de nuestro punto de vista comprehen sivo mds que lo que resulta uti para el objetivo politico del consenso, respetando, en la medida de lo posible, los limites de la razén publica”. ‘Lo anterior parece indicar que Rawls es consciente de los riesgos que suponen para las socieda- des demosréticas liberales los grupos que rechazan los prineipios constitucionales esenciales, y de ahi que su insistencia en el consenso entrecruzado (o por superposiciGn) suponga desde su punto de vista un modo de contener los fundamentalismos de cualquier especie. Un simple modus vivendi no parece suficiente, pues en los ukimos tiempos hemos contemplado el resurgir de viejos fantasmas ‘Que se crefan superados. Por es0 el consenso por superposicién (o entrecruzado) puede desempefiar tun papel en la contencion de este tipo de fendmenos. De ahi le insistencia de Rawls en formularlo fen unos términos que pretenden no ser excluyentes al no circunscribirio a una nica doctrina comprehensiva 6. Liberalismo politico y neutralidad Bs casi inexcusable, cuando se escribe acerca del liberalismo politico tratar el tema del papel del estado en relacidn con las concepciones del bien, y més cuando se pretende decir algo acerca del tema de Ia educacidn, ante el cual no es posible eludir la idea de neutralidad. Rawls, en su 31 BARRY: ct, p. 698 32 RAWLS: El leraliom polite, p. 170 33. Ibid. p 185. 128 lena Benin exposicién del liberalismo politico entra, brevemente, on una serie de consideraciones al respect. ‘Antes de abordarlas creo que no esté de més un intent de precisar mejor la idea de neutralidad que esté utilizando este autor, porque no deja de ser de fundamental relevancia para la cuestién de Ta educacién y, también, porque, bien de manera expresa, bien de manera implicita, muchas de las critieas que recibe su obra giran en torno al papel que desempefian las concepciones del bien en su teoria Desde mi punto de vista, existen dos autores que son especialmente cercanos @ Rawls a la hora, de hacer precisiones en toro a la idea de neutralidad que aparece en sus mas recientes publicacio- nes, se trata, en primer lugar, de Charles Larmore, cuya obra Patterns of Moral Complexity estd presente como punto de referencia én los ttimos planteamientos de Rawls™, y de las aclaraciones en torno a la idea de neutralidad de este autor que incluye Peter de Marnetfe™ En el libro citado de Larmore se describe la neutrlidad como un ideal capaz de responder a la variedad contemporsnea acerca de las concepciones de la vida buena. Tal variedad nos obliga, ademés, a reconocer, que pese a considerarnos eapaces de discemnir acerca de Ia superioridad de unos modos de vida sobre ottos, podemos discrepar con otras petsonas razonables sobre los ‘mismos. Lo cual justifica que el liberalismo politico mantenga la defensa de la neutralidad del «estado. En la misma linea de Rawls, manticne Larmore a inevitabilidad de favorecer unas concep- ciones del bien sobre otras. Uno de los ejemplos que utiliza tiene que ver con Ia reivindicaciones sobre la lengua y la cultura de ciestos nacionalismos, que si bien son tolerados en el émbito de los cestados, no pueden pretender la cohesién y la autoridad que tendrfan si formasen sociedades ‘completas por si mismos. Sin olvidar, que no todas las concepciones del bien son compatibles, y ‘que, en muchas ocasiones es necesario elegir Uiliza Larmore una distincién que Rawls confiesa haber tomado para adaptaria en LP¥, entre neutralidad de procedimiento y neutralidad de resultado. De modo que la neutralidad politica como neutralidad de procedimiento, estélimitada acerca de los factores que pueden ser invocados a la hora de tomar una decisién politics. Tal devisin puede ser considerada neutral Gnieamente cuando pueda ser justficada sin apelar la presunta superioridad intrnseca de una determinada concepciGn del bien. En la medida en que un gobiero tome sus decisiones respetando esta constricci¢n, actuard de modo neutral y tendré despejado el camino para perseguir un amplio abanico de objetivos. En cualquier caso, la neutralidad, recuerda Larmore una y otra vez, es un ideal politico, Precisa un poco més, uilizando una terminologia que Rawls evita cuidadosamente, cuando dice que la neutra- Tidad es un ideal politico que gobiema las relaciones del ambito pablico entre las personas y el estado, y no las relaciones entre las personas y otras instituciones”. 34 std publicada en Cambridge Univesity res, en 1987. Raw acta en diversas ocasiones en sus nots coneediéndole tuna cera relevanela ef en las paginas 208, 226 228,240. En 1990, Larmor desaolls su ia cel liberalsmo politico en ePolitial Liberalism arsculo que aparece en Poiical Theory, iss en estos temas en aicolos posterioes, como tl aparesido en 1994 en Social Philosophy and Policy. en donde desarrolis wns interesante disinciGn ene plrlismo 1 desacuerdo razonable (vol. 11,1. pp. 61-79). 35. MARNEFFE, Peer de: «Liberals, Libeny abd Neuwaisy» en Philosophy and Public Affairs, wo. 19, 1950, pp. 283+ 2774 Brian Bary habla de Este como de un slumno muy cefeano a Rawls. BARRY, B.: Justicia como imparcialidad. Barcelona, Paidés, 1996 trad, cast, de Sse P. Tosus, pp. 201-202, nota 12. Otros aores que han irtide este tema sefialando sus Knives son KYMLICKA. Will: «Liberal Indvidvalisn and Liberal Neutrality» en Etace. 9. 1989. pp. 883-905; y WALDRON, Jeremy: «Legislation and Moral Neusality» en Robext Goodin and Andrew Reeve (¢38) Liberal Neural, Rosledge, 1989, pp. 61-83. RAWLS: El liberalism polico, p. 228, nos 27 LARMORE: 1987, eit, pp. 40-47 Lberalismo politico y educa: un marco teérico 129 En las primeras lineas que dedica Rawls expresamente ala neutralidad, califica el término como 4desafortunado, por tener connotaciones confundentes en algunos casos e inviables en otros, lo que explica que apenas haga uso de él, Lo utiliza como un intento de aclarar las relaciones de lo justo con las ideas del bien que se incluyen en la justicia como equidad™. La primacia de lo justo es un elemento esencial del liberalismo politico y desempefia un papel en la justicia como equidad. Sin ‘embargo, pese a que se trata de una concepcién politica liberal de la justicia, en la justicia como equidad se sostiene que lo justo y Io bueno son complementarios, y por ello estan incluidas cinco ‘ideas del bien, porque considera Rawls que la primacia de lo justo significa que tos principios de justicia politica imponen limitaciones a los estilos de vida permisibles, «la justcia traza el limite y el bien muestra el propésito...». Las restricciones a las ideas del bien compatibles con et liberalismo politico implican que han de ser ideas del bien compartidas por los ciudadanos, considerados como libres e iguales; y que no presuponen ninguna doctrina total o parcialmente comprehensiva”, El propio Rawls se plantea con claridad y lucidez las preguntas que pueden surgir a tenor de 1o anterior. La cuestiGn basica {Cémo consigue la justicia como equidad hacer uso de ideas sobre el bien sin comprometerse con la verdad de tal © cual doctrina comprehensiva de una manera incompatible con el liberalismo politico? Si, ademds, la justicia como equidad impone a través de {os principios de justicia unos Ifmites a los estilos de vida permisibles zhasta donde pueden llegar 508 limites teniendo en cuenta que no se pueden invocar doctrinas més amplias para definirlos?™®, Rawls, después de enumerar diferentes modos de entender la neutralidad procedimental, man- tiene que la justicia como equidad no es neutral procedimentalmente, sus principios son sustanti- os, lo mismo que las concepeiones politicas de la sociedad y de la persona, que estén representa das en la posicién original. La pretensién de la justicia como equidad es la de servir de niicleo del consenso entrecruzado 0 superpuesto, ser el sustrato comiin de todas las doctrinas comprehensivas ‘compatibles con los prineipios de justicia, pero este suelo comin —resalta Rawls— no es un suelo procedimentalmente neutral". ‘Se puede hablar, en vez de hacerlo de neutralidad procedimemtal, de una neutralidad de propé- sitos, de las insttuciones bésicas y de las politicas piblicas, en relacién con las doctrinas compre- hensivas y sus correspondientes concepciones del bien. En este caso, la neutralidad podria tener diferentes significados, que Rawls, siguiendo a Raz, numer — #1 estado debe asegurar a los ciudadanos iguales oportunidades de promover cualquier ‘concepcisn del bien libremente afirmada por ellos. — clestado debe abstenerse de cualquier actividad que favorezca 0 promueva cualquier doctri- na comprehensiva particular en detrimento de otras, o de prestar més y mejor asistencia a quien la sostenga. — 41 estado debe abstenerse de cualquier actividad que aumente la probabilidad de que ios individuos acepten una doctrina particular en detrimento de otras (a no ser que se tomen simulté- yneamente medidas que anulen o compensen los efectos de las politicas que asf lo hagan)®. 38 RAWLS: £1 liberalism polio, pp. 224-205 38 Las ideas del bien que Rawls enumera sonata idea dela bondad como rsionalidad:b a idea de los bienespeimasios: ©) la idea de las concepciones comprehensivas permisibles del bien d) la idea de las vides politica: 6 le idea del bica en una sociedad (pottcamente) bien ordenada {dem, pp, 206-209. 40. Thi, pp. 206-207, 41 Ibid, p. 226, 42 Ibid. pp. 226-227 130 Elena Belin La justicia como equidad excluye claramente el primer significado, pues s6lo admite las doctri- nas que sustentan concepciones del bien compatibles con los principios de justicia. Es un poco mas enigmatico el comentario de Rawls con respecto al segundo de los significados, despues de sefialar en nota a pie de pdgina que se trata del significado que Dworkin adopta en uno de sus ensayos, afirma que ese tipo de neutralidad queda satisfecho por cualquier concepcién politica que exprese la primacia de lo justo, La estructura basica que esté regulada por una concepeién de este tipo no disesa sus instituciones para favorecer una concepcién politica particular. Estas afirmaciones no impiden a Rawls mamtener, a continuacién, que, en relacién con el tercer significado, es casi imposible que la estructura bésica no tenga importantes efectos ¢ influencias en las doctrinas comprehensivas duraderas y capaces de ganar adeptos, y —continua Rawls— es iniiil tratar de compensar esos efectos ¢ influencias, en suma «debemos aceptar los hechos de la sociologia politica del sentido comin». Subraya Rawls le distincién entre la neutralidad de propésitos y Ia neutralidad de efectos influencias. La justicia como equidad aspira a mantener la neutralidad de propésitos «en el sentido de que las instituciones basicas y las politicas puiblicas no han de estar concebidas para favorecer a ‘ninguna doctrina comprehensiva particular» En relacién con el abandono de la idea de la neutra- lidad de efectos, por su inviabilidad préctica Rawls se cuestiona si nos lleva hacia una vida pablica y un trasfondo cultural demasiado seculares, Remite a otro lugar para tratar acerca de ciertas sectas, religiosas y también para plantear el tema de la educacién de los nifos. Las precisiones que faltan en las paginas de Rawls sobre la neutralidad, podemos encontrarlas en el articulo de Peter de Mameffe. En éste se habla de neutralidad «concreta» como principio de acuerdo con el que el estado no ha de limitar la libertad individual de modo que se privilegie una determinada concepcién del bien, y, de lo que podriamos traducir como neutralidad «bisica», ulada a la idea de que los principios de justicia que regulan las insttuciones sociales bésicas y Jas instituciones politicas han de ser justificables en términos de valores morales y politicos que ‘cualquier persona razonable pueda aceptar como base de las aspiraciones morales relacionadas con su particular concepcién del bien. De Marneffe toma a Ronald Dworkin como representante de la neutralidad concreta y a John Rawls como modelo de neutralidad basica. Marneffe da por supuesto ‘que existen una serie de valores que cualquier persona razonable es capaz de reconocer como la base de sus aspiraciones morales, som, por tanto, siguiendo a este autor, valores neutrales. Una persona tendré un interés bésico sobre un bien si Jo necesita para aleanzar uno de eso valores neutrales. De modo que se puede establecer un crterio de legitimidad politica y afirmar que una constitucién es legitima 1) si protege equitativamente los intereses basicos de los ciudadanos; y 2) si establece procedimientos equitativos para satisfacer y arreglar conflictos de intereses no bisicos. Cualquier consttucién que satisface estas condiciones de legitimidad satisface también el principio de neutralidad bésica, sin que tenga que satisfacer el principio de neutralidad concreta, En consecuencia, a libertad individual puede limitarse para alcancar una concepci6a particular del bien, sin que por ello resulte afectada la legitimidad, ast la vi pueden ser perfectamente compatibles con la neutralidad constitucional. La neutralidad bésica no ‘arantiza todas las libertades que garantiza la neutralided concreta®. 43 Ibid, pp. 227 44 Ibid, pp. 227202, 48. MARNEFFE: cit, pp. 298-259, Liberaismo polio y educacén: un marco tebrica 131 El criterio de distincién para determinar que tipo de neutralidad es aceptable viene dado por los intereses bésicos, si éstos no son satisfechos se rompe el principio de legitimidad. La accién de! estado es censurable sélo cuando entra en conflicto con alguna de las libertades o derechos ‘zarantizados por valores neutralest®, Deja Marneffe muy clara la idea de que la neutralidad bésica ‘no implica @ la neutralidad concreta pese a que, en buena medida, ha sido considerada esta tiltima como la neutralidad vinculads al liberalismo". Llama nuestra atencidn este autor sobre el inico sentido en que se puede afirmar que existen valores que son neutrales con respecto a las concepciones del bien es el de pensar en valores que cualquier persona razonable aceptaria, pero no es posible prober la existencia de tales valores, excepto de una manera trivial, construyendo desde nuestro concepto de razonabilidad la asuncién de que la gente razonable aceptaré nuestras aspiraciones. Ofrece una via de salida a través de ciertos valores que se pueden considerar buenos candidatos para sustentar derechos y dice que ese ¢s ¢] proyecto de Rawls en la elaboracién de la justicia como equidad, 7. Liberalismo politico y educacién Considera Rawls que el liberalismo politico tiene algo que decir en retaci6n con ta educacién de Jos nifios, aunque explicitamente no sean muchas las paginas que dedica a ésta, sin embargo son lo suficientemente clarificadoras de su posiciGn, a la vez que problematicas, ya que dejan abiertas cuestiones capitales en sus planteamientos. La preocupacién de la sociedad por la educacién de los nifos, dice Rawls, tiene que ver con el papel de éstos como futuros ciudadanos, lo cual exige que aprendan tna serie de cosas esenciales. Asi, han de adquirir una capacidad para entender la cultura piibliea y para participar en sus instituciones, también han de ser preparados para adquirir una independencia econémica y conver- lirse en miembros autosuficientes de la sociedad, y han de convertise en ciudadanos dispuestos a ddesarrllar las virtudes politicas™. Las virtudes de las que habla Rawls son la tolerancia y el respeto ‘mutuo, adems de los sentidos de equidad y de civilidad®. ‘Si ponemos en relacién estas afirmaciones con algunos de los puntos del liberalismo politico ‘que hemos tratado nos encontramos, por un lado, que el liberalismo politico es mucho més resttctivo de lo que puede parecer en cuanto a las doctrinas comprehensivas que considera razona- bles y, por tanto, susceptibles de formar parte del consenso por superposicisn 0 entrecruzado. Por ‘tro lado, nos encontramos que, en relaci6n con los temas de educacién, la educaci6n impartiéa de 46 MARNEFFE: it, p. 261, 47. MARNEFFE: et, pp. 253.254, 48 MARNEFFE: cit, p. 256 Josh Raz haba de eabstnenciaepisiémica» en relacén con la teoria de Rawls. Se supone en esta teorfa que Tos ciudadanos no adoptan una particular moral pOblica porque pensen que es la verdaders: la ‘uewtidn dele verdad o falsodad de os jucios morales sobre ls cules dessansa la idea de neutalidad politica no es relevante a la hora de responder al ciestin de silos eiudadanosdeben 0 no sceparos, es sficiene con que esos jviios morales se considerenrazonables, con que descansen sobre uma fica de laequidady de la justicia que cada persona acepa pr su propiasrazones, 0, dich de oro mode, que ninguna persone tine razones para rechazr. Para "Rar, es dificil conciliar esta idea con la preznsiGn d= que el iberaismo politico no descansa meramente en un compromise pradencial entre gropos de interés en conflict, RAZ: «Facing Diversity The cae of Epistemic Abetinen- ‘e>, Philosophy and Public Afar, vel. 19, 1990. 49. RAWLS: El liberalismo politico, pp. 233-734 50 bid, p. 158. 132 Elena Belin acuerdo con los presupuesios del liberalismo politico no se diferencia perceptiblemente de la educacién que puede impartirse de acuerdo con presupuestos liberales mas comprehensivos Acerca de la primera de las cuestiones mencionadas, tenemos que recordar la caracterizacion ‘que hacia Rawls de las personas razonables. Estas personas proceden de una concepcién politica Que las define como poscedoras de los dos poderes morales (capacidad para un sentido dela justicia ¥ para una concepeién del bien) y de los poderes de la razén. Es nocesario, ademas, que esas Personas estén comprometidas con la reciprocidad moral, Pero la condicién que nos interesa en ‘mayor medida es la que habla de la disposicin a reconocer las eargas del juicio y a acepiar sus consecuencias para el uso piiblico de la razén, al dirgir el ejereicio legitimo del poder politico en tun régimen constitucional. La introduccién de estas cargas del juicio intenta, como ya se ha dicho, explicar los desacuerdos éticos entre personas razonables, ademds de justificar la tolerancia mutua ue la raz6n piiblica ha de promover. Una primera pregunta en torno a estas cargas del juicio tiene que ver con la pretensidn de Independencia del liberalismo politico, ya que, tal y como Rawls explica estas cargas, se supone gue sea cual sea la doctrina comprehensiva que se defienda siempre estaré sujeta al tipo de consideraciones que se despronden de estas exigencias. En definitiva, se trata en dltima instancia de Feconocer que cualquiera de la doctrinas que afirme una persona razonable no deja de ser una

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