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Ao 30
Su fiesta se celebra el 29 de Agosto
"Quien me reconocer delante a los
hombres, tambin yo lo reconocer
delante a mi Padre que est en los
cielos".
Francisco Martnez A.
Agosto 2015
Fuente: Santa Biblia, EWTN, Catholic.net
Oracin introductoria
Creo, Seor, en Ti. Eres mi
Padre, me amas y me buscas
en esta oracin para que
sepa moldear mi vida segn
tu Palabra. Que la luz y la
fuerza de tu Espritu Santo
gue mis actividades de este
da para ser, como san Juan
Bautista, un autntico
discpulo y misionero de tu
amor.
"Pero lleg el da
oportuno, cuando
Herodes en su
cumpleaos dio un gran
banquete a todos los
principales de la ciudad.
El rey se llen de
tristeza, pero para no
contrariar a la
muchacha y porque se
imaginaba que deba
cumplir ese vano
juramento, mand a uno
de su guardia a que
fuera a la crcel y le
trajera la cabeza de
Juan.
El otro fue a la
prisin, le cort la
cabeza y la trajo en
una bandeja y se la
dio a la muchacha y
la muchacha se la dio
a su madre.
Al enterarse los
discpulos de Juan
vinieron y le dieron
sepultura
Marcos, 6: 17 - 29
Herodes Antipas
haba cometido un
pecado que
escandalizaba a los
judos porque esta
muy prohibido por la
Santa Biblia y por la
ley moral. Se haba
ido a vivir con la
esposa de su
hermano.
Herodes al principio se
content solamente con
poner preso a Juan, porque
senta un gran respeto por
l. Pero la adltera
Herodas estaba alerta para
mandar matar en la primera
ocasin que se le
presentara, al que le deca
a su concubino que era
pecado esa vida que
estaban llevando.
Cuando pidieron la
cabeza de Juan Bautista
el rey sinti enorme
tristeza porque
estimaba mucho a Juan
y estaba convencido de
que era un santo y cada
vez que le oa hablar de
Dios y del alma se
senta profundamente
conmovido.
La obra de la redencin,
el triunfo del Reino
Amor sobre el de las
tinieblas se realiza en
medio de la pobreza y
de la persecucin. As
llev a cabo su misin
el mismo Cristo, as
cumpli su misin
tambin Juan el
Bautista.
Y sin embargo, es
precisamente ahora,
cuando la semilla que cae
en tierra y muere, comienza
a dar sus frutos. Esta
derrota aparente es tan
solo la antesala, el preludio
de una victoria definitiva: la
de la Resurreccin.
Entonces le veremos y sa
ser nuestra gloria y
nuestra corona.
Por intercesin de
san Juan Bautista
te imploro la
gracia de la
fidelidad.