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1.

INTRODUCCIÓN

1.1. UBICACIÓN

Cuando hablamos de programación didáctica, debemos partir de la Constitución


de 1978, entendida como la norma suprema del ordenamiento jurídico español. En el
marco de la Constitución, los profesores tenemos garantizada “la libertad de cátedra”,
como bien recoge ésta en su artículo 20, entendida como “la libertad de expresión
docente”.

Esta autonomía en el ejercicio de la docencia, se concreta con instrumentos


pedagógicos, como pueden ser las programaciones didácticas, definida según Viciana
(2001) como “la ordenación de una etapa educativa, como la Educación Secundaria”.

Ordenación que está sujeta a diferentes leyes y decretos. En primer lugar,


contamos con la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo, de Educación (LOE) y en
referencia a la etapa de secundaria, seguiremos las directrices del Real Decreto
1631/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen las enseñanzas mínimas
correspondientes a la Educación Secundaria Obligatoria.

Por otra parte, tener en cuenta que Andalucía posee competencia en materia de
educación, a través de la Ley Orgánica 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de
Andalucía, que estableció el Decreto 231/2007 y la Orden de 10 de agosto de 2007,
que establecen las enseñanzas y el currículo de la ESO en Andalucía.

Partiendo de este primer nivel de concreción curricular, los centros poseerán


competencias para concretar el currículo a su contexto según las necesidades
socioeducativas de la comunidad educativa y las características del alumnado,
recogiéndose en el Plan de Centro (segundo nivel de concreción).

Nuestra programación didáctica saldría de ese Plan de Centro, y más concretamente de


los Proyectos Curriculares de Área dispuestos en su Proyecto Educativo, situándose
entre éste y la Programación

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