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LA PALABRA EN LA VIDA Y LA PALABRA EN LA POESI[A Hacia una poética sociolégica Valentin Voloshinov (MM, Bajtin) I En la ciencia literaria, ef método sociolégico se ha aplicado casi exclusivamente para tratar las cuestiones histéricas, mien- tras que los problemas de la llamada pottica tedrica —todo el cfrculo de problernas concernientes a Ja forma artistica, a sts diferentes momentos, a su estilo, ct—, casi no han sido abor- dados por este método, Existe una opinién errénea, compartida, no obstante, tam- bign por algunas marxistas, de que la aplicacién del método sociolégico s6lo es legftima cuando la forma poétiea y artsti- «a, a la que el momento ideol6gico —el del contenido— hace mds compleja, empieza a desarrollarse histéricamente en las condiciones de In realidad social externa. En cambio, en sf misma la forma pose una naturaleza particular, que no es sociol6gica, sino espectficamente artista, ast como poses también sus propias leyes. Este punto de vista contradice radicalmente las propias ba- ses del método marxista: su monismo y su historicidad. La ruptura entre la forma y el contenido, Ja ruptura entre la teo rfa y la historia es el resultado de semejantes puntos de vista, ‘Sin embargo, vamos a examinar estas opiniones falsas con 106 cierto detenimiento puesto que son demasiado caracteristicas para todos los estudias de arte contempordneos. Es el prof. Sakulin’ quien propone un desarrollo més preci so y consecuente de este punto de vista. Distingue en la litera tura y en su historia dos series: la inmanente (interna) y la causal. E] «ntcleo artistico» inmanente de la literatura posee tuna estructura particular, que le es propia, y una ley especth ca; es capaz, ademds, de su propia evolucién «naturals, Pero fen el proceso de este desarrollo Ia literatura se somete a una acci6n «causal» del medio social exiraartstico. Un socislogo nada tiene que hacer con el wnticleo inmanentey dela literatu- ray esta esfera s6lo compete a la postica te6rica e historiea que son sus métodos especifieos? El método sociol6gico, en cam- bio, puede estudiar con éxito sélo la interaccién causal de la literatura con el medio social extra-antstico que la rodea. El anilisis inmanente (no sociol6gico) de Ia esencia de la liveratu- ra y de sus leyes auténomas e intrinsecas debe anticiparse al anilisissocicldgico.* Un sociéloge marxista no puede estar de acuerdo con una afimacién semejante, Sin embargo, nos vemos obligados a re- conocer que hasta ahora la sociologia ha estado elaborando, casi exclusivamente, las cuestiones concretas de I histori lite ratia; no ha hecho ni un solo intento serio por estudiar, con Ja ayuda de sus métotios, a la llamada estructura winmanentes de tuna obra artistica. Esta dltima, de hecho, esta plenamente a disposicion del método estetico y psicol6gico y de otros que nada tienen que ver con el dela sociologia. 1. CLP, Sahil, Bt ted svialpico 04 lee studi Herre en rsa, 1928, 2 os elementos de uns form pou (l sonido, la plabc, La Snagen, siima, a composi, gna) ex temas poon, call asco en general se ‘Sin pevimont, de un oo famnent, meant fs todos que bn labo ‘bla potcahstrcs al apoyare en lo plete, ln esta, la ligase, mécodos (geen stided paces al imada metnd feral (Soi, op p27 al cemocar en a erry un fndeno social Megamos seven probe des condicomaninto caus. St que thot el istartador de aadquce el dereco da trae ls post de tm sossog ye propane “por {Gee are inc oe hiehon tro aa proceso general de In ion Sokal Je un Fesfocodaterminado,y par determina nseditamete desputs 3 gar odo Flovndano hutten, En este momento estes fuerza eb modo sll plato al tore itera, ag + rhea scl, ‘En a primera fave Inmanente nota se conceba ome un valor actisico en su impontaa exile hares» (9, pp 2792) 107 Para cerciorarse de ello basta con revisar cualquier trabajo sobre la poética, 0, en general, sobre los estudios te6ricos de arte, No hallariamos en él ni rastro de la aplicacion de las categorfas sociolégicas. El arte es tratado como si «por su na- turaleza» fuera tan ajeno a lo sociol6gice como lo es la estric- tura fisica 0 quimica de un cuerpo. La mayorfa de los estudio- sos de arte rusos y europeos afirman justamente esto acerca de la literatura y de todo el arte, y con este fundamento deslin- dan insistentemente los estudios de arte como una ciencia ¢s- Pecial, separada de cualquier enfoque sociolsgico, ‘Motivan su asercién més 0 menos de la siguiente manera: cada cosa que se haya convertido en objeto de demanda y oferta, es decir, en mercancia, por su valor y por su movimien- to en la sociedad humana se somete a las leyes sociaecon6mi ‘cas; supongamos que conocemos perfectamente esta ley pero, 1 pesar de ello, estamos lejos de entender algo de la estructura fisica y quimica de esta cosa convertida en mercancia, Por el contrario, la tercadotecnia necesita antes un anilisis previo fisico-quimico de la cosa. Y sélo a un fisico-quimico, con su metodologia especttica, le compete realizar un andlisis seme- Jante, Segin ls opinién de estos estudiosos de arte, Ia situa- cién en su campo es andloga. Entonces al arte, siendo un fac tor social sometido a la influencia de otros factores asimismo sociales, est4 sujeto, por supuesto, a una ley sociolégica gene- ral, sdlo que de esta ley jamas podriamos deducir su esencia estética, de la misma manera que no podemes deducir ningu- nna formula quimica de la ley econémica de la circulacion de ‘mercancias. Los estuctias de arte y de la poética tesrica deben buscar una fSrmula especifica similar en Ja obra de arte, con plena independencia de la sociologta, Una concepcién semejante de Ia esencia del arte, como he- mos dicho, contradice radicalmente los fundamentos del mar. xismo. En efecto, es imposible encontrar una fécmula quimiea mediante el mnétodo sociolégico, pero una «formula» cientifica para cualquier esfera de la ideologia sélo puede encontrarse on los métodas sociolégicos. Todos los demas métodos, manentes» se enredan en el subjetivismo. Hasta ahora no pue- den salir de una estéril lucha de opiniones y puntos de vista, y ‘menos atin son capaces de proponer algo que tan siquiera leja- 108 namente resultara semejante a una formula quimica, riguross y precisa, Por supuesto, tampoco el método marxista puede pretender la bdsqueda de una férmula: en la esfera de la cien- cia de la ideologia, por Ia propia naturaleza del objeto de estu- dio resulta imposible el rigor y la precision de las ciencias I ‘manas. Pero un grado mSximo de acercamiento a una cientifi- cidad efectiva en el estudio de Ia creacién ideol6gica legs a ser por primera vez posible gracias al método sociolégico en su concepci6n marxista. 05 cuetpos fisicas y quimicos existen también fuera de la sociedad humana, mientras que todos los productos de Ia creacién ideol6gica se cultivan séle por y para Ia sociedad, Las definiciones sociales no les Ilegan desde fuera, ‘como las definiciones de los cuerpos de la naturaleza: las for maciones ideologicas sox interna ¢ irenanentemente sociologi- as. Con respecto a las formas politicas o las del derecho nadie negaria esta realidad: gcual es la esencia inmanente y no so- clol6gica que puede encontrarse en ellas? Los matices forma- Jes mas sutles del derecho o del orden politico son igualmente accesibles, sélo por el método sociolégico, Pero e! mismo plan- teamiento es vélido para las otras formas ideolégicas. Todas ellas son completamente sociolégicas, aunque su estructura, luctuante y compleja, se somete al andlisis con una gran dif caltad El arte es asimismo inmanentemente social. EI medio so- cial extra-artistico, a) influenciar cl arte desde el exterior, en- ccuentra en él una respuesta inmediata e interna, En el arte, lo ‘que fo €5 ajeno acta sobre lo ajeno, y una formacién social influye sobre otra. Lo estético, lo misino que lo juridico 0 lo ‘cognoscitivo® son far sélo una varied de lo social; por lo tan- to, la teorfa del arte no puede ser sino una sociologta del arte? Noe queda ninguna tarea winmanente». 4, Voleshinov mange aq a as parte de Te atid alot del om been fe mums forms que padetae encontrar en obra de iy lod et ies kites) FB). a '. Distgulmos ent Ip torn fe korea del arte tn slo para una dvs ‘sen do rb, as ttegeis bison te splein, sd logo, on ta los ‘slat des elncias Humans, ano de Ta hess eno de la tee, 109 u Para llevar a cabo una aplicacién correcta y productiva del anilisis sociol6gico a la teorfa del arte, y en particular a la poética, es preciso dejar de lado dos puntos de vista falsos, que reducen pot extremo Ios Iimites del arte aislando tan sdlo alk ‘unos de sus momentos El primer punto de vista puede ser definido como la feti- (el «tax ‘oyente aparece excluido).!® En las lenguas europeas. las relaciones mencionadas y las semejantes a ellas no tienen una expresiGn gramatical especifi- ca. El cardcter de estas lenguas es més abstracto y No es capez de reflgjar, en el mismo grado, la situacién de fa enxasciacion e ‘su misina estructura gramatioal. Pero en cambio, estas interrela- ciones tienen sit expresién —y ademfs una expresién mucho mis fina y diferenciada— en ef estilo y ert la entonacion det euunciado: mediante procedimientas puramente Wterarios In si- tuacién social de la ereacién halla un rellejo pleno en tna obra De este modo, la forma de una obra poética en muchos aspecios se determina por el hecho de como percibe el autor 4 Su héroe, el cual viene a ser el héroe de la enunciacién. La forma de una narractén objetiva, a forma apelativa (oraci6n, hhimno, algunas formas Iricas), la forma de wutocxpresién (coniesi6n, autobiogratia, forma de declaraci6s litica, que es la forma lirica principal) se Getereninan jastamente por el gra- do de intimidad entre el autor y el herve. Ambos momentos seftalados —el valor jerdrquico del héroe yd grado de sit intimidad con el autor— tomados auténoma y aisladamente, son insuficientes pava definir la forma artstica Fn el juego interviene permanentemente un rereer participan- te, el escucha (receptor), el cual altera Ia interrelacién de los cotres das (el cteador y el héroe). Esto sucede porque ia interrelacién de autor y héroe jamais se da como una interrelaci6n fntima entre dos: Ia forma Ses pre toma en cuenta al tercero —al escucha— que ejerce tna influencia importantisima en todos los aspectos de la obra. {Cuil es el sentido seg el cual el oyente puede determi- nar el estilo de una obra poética? En este caso también heros de distinguir entre dos aspectos principales: primero, Ja proxi- midad entre el oyente y el autor, y segundo, st actitud hacia el héroe. Para la estética no hay nada més pernicioso que la su- bestimacién del papel activo del oyente, Existe una opinién, muy difundida, en el sentido de que al eyente hay que exari- 1, Ch Matthews, Abort? Lenginges uf Vere, Asimisme, W. Humbold, ope 131 narlo como igual al autor, puesto «ue ls posicion de un oyente competente debe ser una simple reproduccién de Ia posicion de} autor. En la realidad no sucede asf. Antes bien, se puede ‘Proponer un postulado inverso: el oyente jams es igual al aw- tor. Posee su propio ugar insustituible en el acontecimienta de Ja creacian artfstca: debe ocupar una posicidn especial, bilate ral, en este acontecimiento: en relacién con el autoe y en relae cién con el héroe, y esta posicién determina el estilo del enun- ciado, {Como percibe el autor a su oyente? En el ejemplo del enunciads tomado de Is vida cotidiana hemes visto en qué medida el supuesto acuerdo 0 desacuerdo del eyente estaba determinanda la entonacién, Lo mismo ¢s justo también res- ppecto de todos los momentos de la forma. Figuradamente ha- blando, «| oyente se encuentra normalmente junto al autor en calidad de su aliado; pero este caso clisico de la posicion del ‘oyente esta lejos de presentarse siempre, ‘A veces ol oyente empieza a sproximarse al héroe del enun- iado. La expresién més clara y tipica de este caso es el estilo poléinico, que pone en el mismo nivel al héroe y al ayente, ‘También a sftira puede abarcar al oyente, contar con él como con alguien cercano al héroe ridieulizado, y no al autor que Fidiculiza: se trata de una forma inclusive de ridiculizacién, que se diferencia drésticamente de la exclusiva, en la que el oyer- te es solidario con el autor que se burla. En el romanticisino se puede observar ut fenémene interesante, en donde cl au~ tor a menudo parece aliarse com el héroe en contra del cyenie GF. Schlegel, Lucinda; en ta lneratura rusa, en parte Ux herve de nuestro tiempo, de Lérmontex). La percepcién del oyente por el autor en las formas de la confesién y de Ia autobiografia resulta ser muy singular & inte- yesanle para un analisis, Todas las gradaciones del sentimien- 0, empezando por una piadosa humildad ante el oyents coro si Tuera un juez reeonocido hasta una desconfianza despectiva y hostil, pueden determinar el estilo de la confesian y de ka autobiografia. Un material extremadamente curioso pars ihus- trar esta situacién puede encontrars¢ en la obra de Dostoieys- i, El estilo confesional de los «Apuntes» de Hipélito en Fl idiota esté determinado pot el grado extreme de una despect- 132 va desconfianza y de hostilidad hacia euantos escucharfan st va eae Los miamos tonos, seo un poco Suavizados Seterminan el estilo de las Notas del subsuelo. El estilo de la Confesién de Stavroguiny (de Los demonios, T.B.] pone de nanufiesta una eonfianza y un recapocimiento de Los derechos {al receptor mucho mayores, aungue tambiga en este caso ¢ veces imumpe un ventnanto cereal on pars 20 1 Gyeme, Jo cual crea unas violentas Fupturas estilisticas ces santo Gurodstvo; hoty footness} como wn forme especial de enunciacin, se determine ante todo or un conilicto extre= ‘madamenie complejo y enredado con A oyente. sarees Ittea es especialmente sensible a Ia posicion del oyente. La condicibn principal de la entonacién lirica eta it shebrontable confianca en la sinparte de as oyentes. Apenas wns Fuada penetra ch Ja situacién Ifrca, el estilo de la Iirica camibin Violentamente, Este conflicto con el oyente encuentra su expre- Sion més destacada en la llamada «ironia Wrica» (Heine: en la poesia mas reciente, Laforgue, Ansienski, ete). En general, Ia eecsa de {a ironfa esta condicionada pof el conflicto secial: se teats de un encuentro, en una misma vo2, de dos valoraciones tencamadas y su interferencia snutuo, interrupeién, En ia estética contemparénea se ha prapueste una especi teorin de Ja trageia a liamada eeori jurcicas, cua scenes Sereduce al insento por comprendes la estructura de fa rage camo la de un proceso judicial." Taleo cl ere » & sero, pot un pare 9 Ie icién general del ayente, por otra, en efecto se sujetan, has- rose pant, awa imerpraacion Juridica, Pero desde ine) aqui sélo puede tratarse de una analog La afinidad bésica de In teagedia, asi como de cualquier obra literatia, con ust proce so jurfdco se reduce tan sélo a Ia existencia de las epartes», e deat, de varios participantes que ocupan diversas posiciones Las definiciones de pocta como sjuez», edetractor», «estign» ‘edefensor® 0 incluso «verdugor, tan difundidas en la frascole- te posta (en la fraseologfa de una wsftira fustigantes de 10- enol, Barbier, Nekrsoy, etc.) en forma de analogia, ponen TH, Gf of Cesar ms treated este pte de vista en Hasan Cen, shee nen Goa 0.1L 133 imaniesto la misma base social de aor el héoey el oyente no e nden munca en ona enc poe sino que ocupan posiciones independicrites; en

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