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traduccion de STELLA -MASTRANGELO- LA IMPORTANCIA DE LEER Y EL PROCESO DE LIBERACION por PAULO FREIRE ees Serene Xl siglo veintiuno editores, sa de cv Sent DELEGAOEN COYORCAN, 1910 MERCD, OF ee adores. 5a gio veintiuno de espafia editores, siglo, veintu eee. INTRODUCCION, for HILDA VARELA BARRAZA Siglo veintiuno argentina editores, sa MIGUEL ESCOBAR GUERRERO Siglo veintiuno de colombia, lida CONCIENTIZACION Y LIBERACION: UNA SG a PRMER 160, BOGOTA, DE COLOMBIA CHARLA CON PAULO FREIRE CONSIDERACIONES EN TORNO AL ACTO DB ESTUDIAR LOS CAMPESINOS Y SUS LIBROS DE LECTURA ALGUNAS NOTAS SOBRE CONCIENTIZACION LA IMPORTANCIA DEL ACTO DE LEER ALFABETIZACION DE ADULTOS ¥ BIBLIOTECAS dicign al euldado de mart soler POPULARES: UNA INTRODUCCION portada de anhelo hernéndez EL PUEBLO DICE SU PALABRA O LA ALFABETIZA- era edicién en expaftol, 1984 CION EN so TOME & PRINCIPE guna edicin en espafol, 1985 ‘siglo wai editores, 2. dec. ISBN 968-23 -1280-5 Jerechos reservados conform aa ley ; Spree ‘hecho en méxico / printed and made in mexico impreso en juan pablos, 3.2. ‘mexicali 39 - col. condesa {e1. euauhtémoc-06100 méxico, df. ‘es mil ejemplares y sobrantes 11 de marzo de 1985 0) x LA IMPORTANCL A DEL ACTO DE LEER* Rata ha sido Ta vez @ 10 tango de tanros aos de vreriea pedagogies ¥ BOF 10 SOO politica, en ave Pre he permicido 1a trea de abrir, de inaugurat © MFe clausurar encuents0s © CO” ‘Acepté hacerlo ahora, Pere ros forma posible. Acepté veni el acto de leet tun poco de le importancia d Me parece indispenssble, gl traar de hablar de esa importanciay decit IB 0. mismo fn que me preparabs, Part star aqui hoy decir flgo del proceso eP JHE TE sngerté mientzas iba tecribiendo este text GUE hora Jeo, psoceso Ne | implicaba una Comprension critica del 20 de Heer, que 0 s¢ ago h Ta descodificacion pure the ia palabra escrita © det lenguaje escrito, sino jque se anticipa ¥ S° prolongs en | inteligencia wT gmundo, La lectura de! Tectura de 1a palabra, de sihi que 1a posterior lect ta de ésta no pueda prescindit de 10 continu Shad de Ta Lectura de aquél: alidad s€ ‘jinculan dindmicamente. 14 comprension del te toa ser alcanzada por Su Tectura critica implict Ta percepcion de relaciones centre el texto y €l com jbir sobre 1a jmportancia | texto. Al inter trabajo presentado en 18 SPIN, det Congres de Laggan, realizado en CAMPINAS ‘Sao Paulo, €” 4 de 1981. 194) ja vez, \gresos. ‘de 1a manera Mme aqui para hablar ntar esctl Baal ‘oviembit del a icto de I leer, gusto— a "teleer" senti Hevado ~ Buatdados en ta m momentos de a con m mori: “ més remoras demi 'moria, desde las i practica, de mi juventud, en infancia, de mi aden a i , a : importancia del que la lolescencia, yendo en mi, acto de Al ir escrib ir escribie i ie distancia” de pono Ee f€Xt0, iba sooo de ec, diferentes 0 ibe 30 “omando a a tencial. Primero, fue dando en mi ntos en que el quefio mundo en la “lectura” del experiencia exis- ra de la palabra que me movia; ame del pe- fi " 5 é mi excolarizacién que no siempre, © ués, la lectu- mi escolatzacién, fue Ia lecwra de je lerg0 de la vi le la “pal: ue! ‘palabra- esoan Ia infancia dis 2 ticular en ae mi acto de “leer” ane Sn movia —y hy el mundo par- mente mae Ja memoria. ‘asta donde no me icative ia— m Sete faneey ee al que me tai inte, buscando la primer mundo. En él gatel, palbuceé, me ergul, caminé, hablé. En verdad, aquel mundo especial T mungo de mi actividad per seo como el mundo de mis ceptiva, “extos’, las “palabras”, primeras leccuras. Los fag “letras” de aquel context, °F cuya percep” 4s lo hacia, més au cign me probaba, y cuanto Mm: ceeneaba Ta capacidad de percibie== encarnaban as, de objetos, de sefales, cuya endo en mi trato con js hermanos mayo" tuna serie de COs comprensi6n YO ellos, en mis re res y con mis padres. Los “textos”, las “palabras” las contexto se encarnaban en. cl cant de los pais ros: el del sanbacu, el del ‘olkapro-caminbo- quer rom, el del bemmtervi el del ‘sabids en Ya danza “Te las copas de los Arboles sopladas por fuertes ‘yientos que anunciaban tempestades, truenos, fe Vamnpagos; las aguas de la Ihuvia jugando a la geo graffa, inventando 1agos, jslas, 110s, arroyos. Los aeaetes”, las “palabras” las “letras” de aquel com texto se encarnaban rambién en él silbo del view fo en las nubes del cielo, en si colores, €n 1 follaje, en 1a forme “Jetras” de aquel de las hojas, en ¢ Tosas, de los jazmines—, em 12 farboles, en Ia cfscara de las frotas. En la tonal dad diferente de colores de uns misma frata Sistintos momentos: el verde del_ mangoes verde, el verde del mango-espada hinchado, 4 vemarillo verduaco del mismo mando m Jas pintas negras del mango Y2 més que mado 96 encias, sus gustos, ¢s0 ligado conten siquier eels E- iquiera sospechar. . ta que ya he hech rensiin de mi a £8 que me movia, 7 (nna aR La telacién entre futo, €508 colores su resistenci nici sabor. Fue ‘ia a nuestra : en esa época, manipulacién y si cu haciendo y vie i y viend Posiblement dL acto de plpar hacer, aprendi la signticcch icacion el desarrollo del ‘fic josa de entoscarse en Mido at nm . de siiplica o de aha sets St mat , st mau le rabia; undo inmedia. lo, el uni verso ° sus recelos, e resando sus cre- us val tos més lores, T ds am . Todo Y capa ewig os due el de mi ‘istencia yo no pod y lia to— formaba Pare Fes, En el esfuerzo Por retomar ta infancia di ia distan rec, buscando la com- petmitanme reper ec a lo, re-cre so au exo, I eee mmo en. gue Javia no leia la pa- ate ne Pats important, en el ngo hablando, mene 97 ahora insinuando su presencia en el cuerpo ge eral de estas reflexiones. Me tefiero a mi miedo de fas almas en pena cnya presencia entre aos- otros era pesmanente objeto de las conversacior nes de fos mayores, én el tiempo de mi infancia. Las almas en pena necesitaban ta oscutidad 0 la semioscuridad paca sparecer, con las formas mas diversas: gimiendo el dolor de sus calpas, lan~ zando carcajadas burloaas, pidiendo otaciones 0 indicando et escondite de ollas. Con todo, posible- mente hasta mis siete afios el barrio de Recife en que naci era iuminado por faroles que se perfila- ban con cierta dignidad por las calles, Faroles ele- gantes que, al caer Ja noche, se “daban” a le vara mégica de quienes fos encendian, Yo acostum- braba acompafiar, desde el portén de mi casa, de fejos, la Figura flaca del “farolero” de mi calle, gue venia viniendo, andar cadencioso, vara ilu- minadora a} hombto, de farol en terol, dando luz ala calle, Una luz precaria, mis precatia que la que tenfamos dentro de fa casa. Una luz mucho mis tomada por las sombras que iluminadora de elas. No habia mejor clima para travesuras de {as almas que aquél. Me acuerdo de las noches en que, envuelto en mi propio miedo, esperaba que ef tiempo pasata, que Ja noche se fuera, que Ja madrugada semiclarcada fuera Hegando, trayen- do con ella ef canto de los pajarillos “amanece- dores". Mis temores nocturnos terminaron por aguzar me, en las mafianas abiertas, ta percepcién de un 98 fuidos Fer Bue se perdi tetiosamey Bataan de Jog ge Tae en ta ck le los dias far. 0S en ef gipesltaban mis- ex] { mediaro, 99 Soa do, Eunice continud y profundiz6 el trabajo de mis padres. Con ella, la lectura de la palabra, de la frase, de la oracién, jamés significd una rup- tura con la “lectura” del mundo. Con ella, 1a lec- tura de la palabra fue Ja lectura de la “palabra- mundo”, “Hace poco tiempo, con profunda emocién, visité la casa donde naci. Pisé el mismo suelo en que me ergui, anduve, cori, hablé y aprendi a leer. El mismo mundo, el primer mundo que se dio a mi comprensi6n por Ia “lectura” que de él fui haciendo, Alli reencontré algunos de los ar- boles de mi infancia. Los reconoct sin dificultad. Casi abracé los gruesos troncos —aquellos jéve- nes troncos de mi infancia. Entonces, una nostal- gia que suelo llamar mansa o bien educada, sa- liendo del suelo, de los arboles, de la casa, me envolvié cuidadosamente, Dejé a casa contento, con Ia alegria de quien reencuentra personas quetidas. Continuando en ese esfuerzo de “teleet” mo- mentos fundamentales de experiencias de mi in- fancia, de mi adolescencia, de mi juventud, en que Ia comprensién critica de 1a importancia del acto de leer se fue constituyendo en mi a través de su practica, retomo el tiempo en que, como alumno del Iamado curso-secundario, me ejercité en la petcepcién critica de los textos que lefa en clase, con Ia colaboracién, que hasta hoy recuerdo, de mi entonces profesor de lengua portuguesa. No eran, sin embargo, aquellos momentos pu- 105 ejercicios de los que resultase un simple dar- 100 Sat de ella, por lo tanto, ef conocimienco del objeto de que habla el texto. Creo que mucho de nuestra insistencia, en cuanto profesores y profesoras, en que Jos estu- diantes “Jean”, en un semestre, un sinniimero de capitulos de libros, reside en Ja comprensién enré- nea que a veces tenemos del acto de. lees. En mis andanzas pot el mundo, no fueron pocas Jas veces en que jévenes estudiantes me hablaron de su Tucha a las vueltes con extensas bibliografias que eran mucho més para ser “devoradas” que para ser leidas o estudiadas, Verdaderas “leccio- nes de leceura” en el sentido mas tradicional de esta expresion, a que se hallaben someridos en nombre de su formacién cientitica y de las que debian rendir cuentas a través del famoso con- trol de fectura. En algunas ocasiones legué in- cluso a ver, en relaciones bibliogséficas, indica- ciones sobre las paginas de este 0 aquel capitulo de tal 0 cual libro que debian Jer: “De la pagina 15 ala 37”, La insistencia en la cantidad de tecturas sin el adentramiemo debido en los textos a ser com- prendidos, y no mecinicamente memorizados, re- vela una visién mAgica de ta palabra escrita. Vi- sién que es urgente superat. La misma, aunque encarnada desde otro Angulo, que se encuentra, por ejemplo, en quien escribe, cuando identifica Ja posible calidad o falta de calidad de su cra- bajo con 1a cantidad de paginas escritas, Sin em- argo, uno de los documentos filos6ficos més im- RY portantes de que disponemos, las Tesis sobre 102 SMR sign del complejo acto de experiencia existencial. De de momentos de mi infan- de Jos comienzos de mi Juventud, y ermine ahora reviendo, en f2sB0% BY seales, algunos de los aspectos centrales de la proposicién que hice hace algunos fos en a Campo de ta alfabetizacién de adultos. Triialmente me parece interesante reafirmar que siempre vi la alfabetizacion de adultos come we acto. politico y un acto de conocimiento, ¥ por es0 mismo como un acto creador. Para mi via imposible comprometerme en un trabajo de sermorizacion mecanica de bacbebirborbu, de le merle, De abi que tampoco pudiera reducit ‘a alfaberizacién, a la pura ensehanza de In pr lubra, de las silabas o de Jas letras, Enseftanza en ayo proceso ef alfebetizador iria “Henando” 6" jus palabras las cabezas supuestamente “*vacias” “te los alfaberizandos. Por el contrario, en cuanto sero de conocimiento y acto creador, eb proceso wre a alfabetizacion tiene, en el alfaberizando, ‘ur sujeto, Bl hecho de que éste necesite de Ia ays sr del educador, como ocurre en cualquier ceie, tion pedagogica, no signifin que 1a ayuda del cducador deba anular su creatividad y su respon" Sobilidad en la creacién de su lenguaje escrito ¥ wn Ja lectura de ese lenguaje. Bn realidad, canto 1 alfabetizador como el alfabetizando, al tomar, por ejemplo, un objeto, como lo hago ahora con el tue tengo entze los dedos, sienten el objeto, perc Ben ef objeco sentido y son capaces de expresat ogia” de mi compren leer, a Jo largo de mi ahi que haya hablado cia, de mi adolescencia, 104 verbalmente ef obj el obj . YO, el analfabeto eae ¥ Percibido. Como percibir la pluma, de decir Proceso. A un punto, 1 , Ie eines £0 este texto, signiticacié; Fa Rh que tiene para la ‘omprensi6s in critica dy e rs i de leer y, por consigni ci Peopuesta de alfabeizacién aes saprde Me tefiero a que la lect tet om le siempre = ipre a la lect cura de ésta implica Ia cents me gustaria volver, por ogra ere aap birlo” o de “reescribiclo”, es decir de transfor- marlo a través de nuestra préctica consciente. 3 wna Posibilitaba a Este movimiento dinémico es uno de los as- &, ames ret de la “teeta TUOS popula. peceos centsales, para mi, del proceso de alfabe Esta “lect B Tectura de Ja ea del mun. tizacién. De ahi que siempre haya insistido en fiot menos eaiy ss tice de ta “ecg que las palabras con que orgenizar el programa POS populane &* det mundo permiche eM de alfabetizacion debfan provenic del universo fea ae ae & Veses en potcigm ee & 108 grux yocabular de los grupos populares, expresando su } st indy injusticias, una comprensign atalista fren- verdadero Jenguaje, sus anhelos, sus inguitoes, i pee diferente i ivindicaciones, sus suefios. Debian veni an sus_teivin one es _sueiios. fan venir realidad, dandose on 1% 1 tectura ctitica a ¥ cangadas de fa sigificaciin de su experiencia | gg. lindote en un process de acrid eta fi existencial y no de fa experiencia det educador. | pamente aan sobre todo a ciertas Mabetinactin i La investigacién de lo que Mamaba universo vo- cin, puede cn 'S 4 Movilizacibn Bedcticas cla- cabulae aos daba as Jas palabras del Pucblo, gté- | [gg PUSH cOnsttusse on an ing? © Bahia vides de mundo. Nos Hegaban a través de la lec: {pica Ct*MSci Memacia acts SUMO para tura del mundo que hacfan los geupos populares. i Concluyend, 2 contrahegems- Después volvian a ellos, inseras en 10 que Wa | poreancia seq? S28 Fflexiones en to maba y Mano ceifeacones, que son represen” | percepcién eat Ae lees, ue imp Sine taciones de Ia realidad. de lo leido, sn inteepretacién y nn Sempre La palabra Iadrtlo, por ejemplo, se insertatia | un p oe ies decir que, pete. , ‘eetriara” t en una tepresentaci6n pictérica, ta de ua grupo } atilicadg on “OPAC el procedinna © VACilar t e de albafil je to en ef tratami limiento que h " je albatiles, por ejemplo, construyendo una casa. { nancia con veg TAMieMtO del temnne WE he . Pero, antes de Ja devolucién, en forma escrita, de | hacer," ™ f0tma de ser y com 4% CORSO: ‘ fa palabra oral de los grupos populares, a ellos, Finalmente © que puedo para el proceso de su apcehensién y no de su memorizacion mecinica, soliamos desafie @ os | hemos alfabetizandos con un conjunto de situaciones co- Aificadas de caya descodificacién o “lectura” re- ff sultaba fa percepcién critica de Jo que es la cul- b tura, por fa comprensién de la préctica o del trax i bajo humano, transformador del mundo. En él i fondo, ese conjunto de representaciones de situa- 106 12 de noriembre de 1991 107

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