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Algunas consideraciones sobre la situacién de catastrofe (*) Héctor R Fischer Maria C. Piaggio Toda situacién catastréfica implica una disrupcién dentro de un sis- tema, es de suponer, por lo tanto, la existencia de un continuo perdido por una accién u omisién determinada, intencional 0 no. La alteracién que se genera en el normal discurrir de una organizacién, sea ésta un sujeto o una sociedad toda, implica la pérdida del equilibrio, siempre dindmico, sobre la que se sustenta, colocando al sujeto o a la sociedad ante lo que Ilamamos una situacién limite, concepto que ya tiene bien ganado un lugar prepon- derante dentro del campo “psi”. Se trataria de situaciones donde un sujeto, hasta ese momento, en pleno goce de bienestar psico-fisico-social, se encuentra, stitbitamente, an- te el peligro de pérdida del mismo, en forma total 0 de cualquiera de sus parcialidades, psiquicas, fisicas y/o sociales. Aunque Bruno Bettelheim, psicélogo que estuvo prisionero de los campos de exterminio de Ila Alema- nia nazi, acufié este término para aplicarlo a la situacién que padecfan los internados en dichos campos, es de consenso, aplicarlg a todas aquellas si- tuaciones en las que la disrupcién es brusca, tanto sea por factores exter- nos o internos que generen cambios en las defensas, y como consecuencia légica de modificaciones en el funcionamiento yoico. A pesar de que en el DSM IV (Manual diagnéstico de los desérde- nes mentales) figura con categorfa propia el Post Traumatic Stress Disor- det, vamos a demostrar que existen situaciones limites que no pueden ser incluidas en tal caracterizacién, y que requieren otra tipificacién y por lo tanto, mds adelante propondremos otra denominacién. Antes de continuar daremos una clasificaci6n de las indistintamen- te, por nosotros, denominadas situaciones limite 0 situaciones catastr6fi- cas, en las que precipitan y se atinan sentimientos tan contradictorios co- mo el amor, el odio, el dolor, el terror, la angustia, y la sensaci6n perma- nente de la inmediatez de la muerte. ERI TST SRE Trabajo presentado en el III Congreso Mundial de Depresiones. Mendoza 1997. 63 Situaciones limites 0 catastréficas @ Naturales: Terremotos, inundaciones, erupcién de volcanes, aludes, etc. b) Individuales:4) Psiquicas: Exilio \2) Fisicas: Terapias intensivas, unidades coronarias, didlisis, etc. 3) Psicofisicas: Tortura. ©) Sociales: 41) Visibles: Desaparicién de personas, guerras, represion social, accidentes, etc. Intoxicaciones masivas, efecto de la energia nuclear, etc. Vamos a transcribir algunos pequefios fragmentos de relatos de su- jetos que se encontraron en situaciones limites 0 catastrdficas, o de infor- mes de dichas situaciones, para que nos posicionemos correctamente an- te ellas. a) Catastrofe natural "Siete meses después de In erupcidn volednica que destruyé la pequefia ciu- dad de Armero, en Colombia, se realizd una evaluacion de los problemas emocionales y psiquidtricos de los sobrevivientes, con el objetivo de estable- cer la frecuencia de estas condiciones y Ias variables relevantes asociadas con su desarrollo.” “Doscientos sobrevivientes miayores de dieciocho afios constituyeron la muestra para el presente estudio, provenientes de dos refugios y dos campa- mentos del drea de desastre. El estudio fue levado a cabo por profesionales locales ¢ incluyé dos psicdlogos, una enfermera con orientacién psiquidtrica xy un terapista psiquidtrico ocupacional”. “Las entrevistas se realizaron en los refugios y campamentos durante un pe- riodo de dos meses. Las victimas fueron detectadas por el entrevistador e in- vitadas a participar en el estudio. Ningrin sujeto rechazd ser entrevistado. MéSaun, parecieron dar la bienvenida a la oportunidad de volver sobre esa experiencia traumdtica y dar rienda suelta a sus sentimientos. Algunas ve- ces, el tiempo de In entrevista se extendia inas alld del periodo determinado de treinta minutos. No pudimos recoger dutos sobre un grupo de control.” “Las dificultades para realizar un estudio de desastre en 1 pats en desarro- Ho son formidables y tratar de que los trabajadores sanitarios dediquen su esfuerzo a recolectar datos, en realidad, los distrae de sus tareas apremian- tes que consisten en prestar ayuda. La poblacién de las comunidades circun- dantes, aunque no directamente afectadas por la erupcién volcdnica, se ha- bian involucrado tanto que no podtan considerarse grupos de control. Exa- minar la muestra de la comunidad en un drea geogrdficamente diferente, simplemente no fue posible de realizar”. b) Catastrofe individual psicoffsica 1) “Juan llega a mi tras largos aftos de permanencia en Israel, habiendo ser- vido en el ejército, concluido sus estudios y con un futuro profesional y social asegurado y hasta brillante. Pero lo acosan las dudas. éCémo no responder a ese deseo incomprensible y a esa necesidad de vivir lo que fue interrumpido bruscamente? Su relato me describe vividamente una tar- de en una calle céntrica de Buenos Aires. Los negocios abiertos, Ia gen- te, y ‘dos de mis amigos que caminaban a mi lado fueron raptados, un tercero fue muerto. Y yo segut caminando, sin mirar hacia atrds, sin de- tenerme, y luego corrt sin parar hasta hoy, sobreviviendo, existiendo, pero sin pararme para vivir. Para ello tengo que volver y vivir lo inte- rrumpido. Pero volver hoy no es lo mismo, ya no serd lo que habria do, y nunca sabré lo que pudo haber sido sin ese rapto..’”\2) 2) Pasemos a “escuchar” el relato de alguien que pasé por esa expe- riencia. Se trata de una médica de treinta afios de edad, a la que llamaremos Emilia, quien fue sacada de su consultorio para que confesara, declarara 0 acusara algo 0 a alguien, sin saber quéoa quién. Dice Emilia: “Al cabo de un tiempo, horas, dias, afios, siglos? el dolor habia anestesiado mi cuerpo. El estar con los ojos tapados -tabicados se- gun el argot del aparato represivo- no me perntitia saber si era de dia o de noche, si habia luz, 0 no. Todo era oscuridad. Me preguntaba, zesta- ré muerta? Pero si me pregunto algo, jes que estoy viva! La angustia me invadia. Ni siquiera podta saber si estaba viva. Mis sentidos me in- formaban de mi muerte. Mi razén intentaba convencerme de que estaba viva.” “Hasta que dé\repente se me hacta la luz, legaba él. Mi torturador, Si, porque era mio. El era la vida, mi tinica conexién con la vida. Tenia ga- nas de llorar. Pero de alegria. Estaba viva.” “Hoy me horroriza pensar en aquellos dias. Fue terrible. Pero mds te- {8 rrible fue darme cuenta de lo que yo pensaba. ;Cémo podia estar agra- decide y desear la presencia de quien mus davto me produjo en Ia vida? | éCOmo puede ser tan perversa” ) ©) Catastrofe social 1) “El mundo guarda silencio. El mundo lo sabe pero guarda silencio. Es in- comprensible que no lo sepa, y guarda silencio. El vicario de Dios en el Vaticano, guarda silencio. Hay silencio en Londres y Washington. Los judios norteamericanos guardan silencio. Este silencio es incomprensi- ble y horripilante”. 4) 2) “Fue el 1° de octubre del aiio pasado. Esa tarde, como lo hacia habitual- mente, Eduardo Rosales, de 55 afios de edad y con treinta en su oficio, conducia el tren de Tigre a Retiro, en Ia linea del Mitre. Cuando termi- naba la curva que precede a la estacidn Lisandro de la Torre vid al chico jugando en las vias. Impotente, desesperado (porque por inercia el tren no frena en menos de 300 metros), Rosales pasé con su tren por sobre la criatura. Unas horas mds tarde, un agente que hacia su recorrida de ru- tina por Retiro, vid a un hombre aparentemente perdido que deambula- ba por los alrededores de Ia estacion. Cuando lo interrogé, se encontrd ante un mutismo total, la mirada sin direccién. Revisd sus documentos, era Eduardo Rosales, maquinista del ferrocarril. Los médicos que lo atendieron en el hospital Rivadavia dignosticaron una pardlisis en las funciones hepaticas, y 1 estado de amnesia. No sobrevivio al shock; tres meses después, Eduardo Rosales murié de cirrosis”. ( 3) Relato del sefior Chimoto: “Estaba en la cumbre del cerro Kawahira cortando pasto. Visto desde aqui, el hermoso distrito de Urakami se mostraba un poco inclinado ha- cia abajo a unos tres kilémetros al sudeste”. “Un sol de pleno verano brillaba deslumbrador. De repente of un extra- fio y confuso ruido. Era un avidn. Con la hoz en la mano me enderece y segui con los ojos el rugir de sus motores. Justamente sobre mi cabeza flotaba una gran nube blanca parecida a Ia palma de una mano y me im- pedia ver la maquina, Segundos después el avidn salié al cielo limpio. jEra un B-29! El sol le arrancaba reflejos plateados. Y mientras me en- tretenia en calcular a qué altura volaria -seria a unos 8.000 metros-, se me escapé un grito: ;Algo cay! Era un objeto negro y alargado. Inme- diatamente deduje que era una bomba y eché cuerpo a tierra. Cinco, diez, -veinte segundos. Un minuto, tal vez. Transcurrio bastante tiempo mien- tras trataba de contener la respiracion. Un destello me deslumbrd repen- tinamente. Fue un enorme resplandor mds poderoso que la luz del dia, pero no of ningtin ruido. Levanté temeroso la cabeza. El objeto habia cai- do en Urakami. Por encima de la iglesia de este distrito y en sus cerca- nias flotaba una enorme masa de lhumo blanco que se iba extendiendo exageradamente. Pero lo que me sorprendié mds fue el ver una ola que con fuerza incontenible venia abalanzdndose desde las colinas y laderas de Urakami y que nacia debajo de la nube de humo. La ola derribaba cuanto encontraba a su paso como piezas de ajedrez, estallaban las casas, volaban los drboles y arrasaba y quemaba las plantas y mataba todo lo vivo. La demontaca ola segufa avanzando desenfrenadamente, y mien- tras yo trataba de hacer algo ante el inminente peligro, la ola ya habia arrasado el bosque que rodeaba a la montaria que tenia al alcance de mis ojos y subia por las Inderas del cerro Kawahira. ;j Que serd esto!?, grité. Me tumbé en una zanja y junté las manos para elevar a Dios mi ultima plegaria. Un tremendo ruido me aturdié y minutos después me encon- tré arrojado contra el muro de piedra que limitaba mi huerto con el del vecino. La tremenda presion del aire me habia arrancado de la zanja y me habia lanzado a unos cinco metros de distancia. Aturdido todavia, traté de incorporarme, lo que pude hacer dificultosamente. Las plantas estaban tronchadas y las hojas y las hierbas habian desaparecido devora- das por aquella ola infernal. Aromatizaba el aire la resina de los pinos derribados..."€6 De estos ejemplos, lo que queda claro es que el efecto sorpresa toma al sujeto indefenso y por lo tanto a merced de grandes cantidades de ener- gfa, que al ingresar masivamente dentro del aparato psiquico, no pueden ser tramitadas, generando un efecto traumdatico. Tal efecto se dispara cuan- do se produce cualquier accién que distorsione un sistema establecido, tanto sea endo como exopsiquico. Esta estabilidad establece un “discurso oficial”, que adviene paradigma, y como tal es sostenido y dado por vali- do, defendido a ultranza, mas alld de cualquier intento reflexivo. Todo lo que rompa 0 cuestione ese discurso se torna insoportable, adquiriendo la condicién de traumitico. Esto mismo puede ser lefdo desde distintos campos dado que, como sostiene Jorge Helman (7), desde “el mundo del conocimiento” cualquier irregularidad fue desterrada. El mismo autor sostiene que “es a partir de la década del ochenia que se va contemplando fendmenos que se alejan de Ia estabi- lidad, y a pesar de ello se los siguié utilizando como sintdénimo de regularidad. En otros férmtines, Ia fisicn cldsica y tradicional operé sobre Ia base de sistemas que ain en su entropia teitderian a estabilizarse. O cuando se desordenaban, tenian una tendencia a volver a ordenarse”. De ahi el concepto de homeoestasis 0 principio de constancia, que es pilar dentro de la teorfa psicoanalitica. gue diciendo Helman, “pero las relativamente recientes investigaciones de Fei- genbaum (Hipétesis de la aleatoriedad), Thom (Teoria de las catdstrofes) y Prigo- igine (Teoria de las bifurcaciones y estructuras disipativas) han puesto de manifies- § to la existencia de atractores extraiios. Estos se manifiestan cuando se observa a |S los objetos que son conducidos a situaciones de mdximo borde y se ve que termi- nan comportdndose locamente transformendose en resistentes a estabilizarse y or- denarse; por el contrario son seducidos precisamente por esas raras atracciones cadticas”. Tales hipétesis nos servirdn de apoyatura para entender que el trau- ma, sea por intensidad, frecuencia 0 persistencia, operard como factor de- sencadenante, pero siempre dentro de una organizacién psiquica de carac- teristicas particulares y en directa relacidn a la historicidad de un determi- nado sujeto, generando la presentacién de procesamientos psiquicos ca- racteristicos. Las reacciones psiquicas a tales estimulos son de tres tipos: a) Inmediatos b) Mediatos c) A distancia fs ag manifestaciones del primer grupo se presentan dentro de las pri- 4 horas de producido el hecho catastréfico, con manifestaciones de angustia y/0 ansiedad, modificaciones del sueno y del dormir, junto a mo- dificaciones orgdnicas tales como cambios en el sistema de conduccién nerviosa con alteraciones en los ECG y EEG, trastornos en la transmisién eléctrica de la piel, del contenido del sodio (Na) en la saliva, ademés de al- teraciones en la produccién y metabolizacién de las catecolaminas que pueden persistir durante afios. En el segundo momento, los sintomas predominantes son los de un cuadro depresivo, pues a las manifestaciones anteriores se le agregan apa- tia, tristeza, signos hipocondriacos, expresiones de culpabilidad 0 mejor dicho de remordimiento, sentimientos de inutilidad aprendida, suicidios 0 "oe de realizarlo, etc. C) De las manifestaciones a distancia, las que predominan son la des- mofalizacion, la desconfianza y la ansiedad ante la supuesta falta de futu- TO. Ahora bien, lo expresado hasta acé tiene raz6n de ser cuando el he- cho traumdtico es visible 0 reconocible desde cualquier perspectiva, pero existen otros, que no 10 son, como el grupo 2 de las catastrofes sociales, que generan diferentes tipos de trastornos. Al cumplirse diez afios del accidente de Chernobyl (donde se fisurd el reactor atémico Nro 3 de la usina eléctrica), tuvimos la oportunidad de trabajar, por sugerencia de la Agencia Internacional de Energia Atémica (Naciones Unidas), con las consecuencias de tal accidente, que afecté fun- damentalmente a las actuales naciones de Ucrania y Bielorrusia (durante el accidente integrantes de la entonces U.R.S.S.). Dado que no es un dato muy conocido, es importante sefialar que la energia atémica liberada en Chernobyl fue de una magnitud noventa veces mayor que la de la bomba que aniquilé a la ciudad de Hiroshima, pe- ro que ademas solamente se liber6 el 4% del potencial real de la usina. En primer lugar lo que descubrimos es que existié una actitud, por Jo menos desaprensiva por parte de las autoridades, ya que no existio in- formacin interna, y que recién cuando se produce la reaccién internacio- nal se comienza a evacuar a la poblacién, habiendo transcurrido tres o cua- tro dias desde el inicio del episodio y a la manera de un éxodo compulsi- vo que abarcé al 100% de las poblaciones cercanas. Fueron afectados por las radiaciones diferentes grupos. En primer lugar los niftos, dado que por su altura y la manera en que se dispersara la energia, absorbieron una gran magnitud de rayos. Pasaron en seis meses 650.000 soldados, no se sabe para qué, quienes también se vieron afectados por los efectos residuales de la energia liberada. Sobre la usina fisurada se construy6 un sarcéfago de proteccién, operatoria quie estuvo a cargo de cerca de ochocientos obreros que, paraddjicamente, no fueron protegidos y se considera que, a la fecha, han muerto todos. Cémo seria la magnitud atémica desatada que hasta los robots se volvieron “locos”, y muchos se suicidaron. Fue interesante descubrir la existencia de muertes a distancia, de- bido a lo que lamaremos “contaminacién psiquica”, debido al terror y choque psicolégico que generé el episodio. Nuestra investigacion nos llev6 a descubrir otros episodios de ca- tdstrofes sociales del tipo 2, en la ciudad de Estocolmo, debido a gases t6- xicos emanados de una fabrica de pinturas, que generé una intoxicaci6n masiva. También en Fredmon (EE.UU.) un descontrol en una fabrica de plaguicidas produjo multiples intoxicaciones y muertes. Para estos cuadros es, como habiamos anticipado al comienzo de este trabajo, que proponemos la nueva designacién de desorden crénico medio-ambiental de stress, creemos més acorde al fenémeno realmente acaecido y sus consecuencias. Como es légico pensar no solamente los fisicos se alteraron por los efectos toxicos, sino que también se produjeron importantes alteraciones psiquicas de corte predominantemente depresivas, de las cuales sefalare- mos las siguientes, como las mas importantes: a) Sensacion de futilidad b) Desesperanza c) Declinante cualidad de vida d) Sensacién permanente de estar amenazado/a e) Percepcion de inmediatez de la muerte f) Alcoholismo g) Drogadependencia i El abordaje terapéutico correspondiente dependerd de qué tipo de § efectos traumdticos tenemos que apuntalar, es decir silos que predominan son los efectos inmediatos, mediatos, o a distancia. Si de los efectos inme- diatos se trata, nuestra atencién va a estar atraida por los efectos directos & del shock, y sobre ellos se encaminard nuestra accién terapéutica a través 69 del apoyo y esclarecimiento. Enel caso de que nos encontremos ante los efectos mediatos, lo que predominard ser el distress y la depresin, teniendo ya tiempo para em- plear otros recursos. Estos casos ameritan la posibilidad de una psicotera- pia de base psicoanalitica, o directamente de un psicoanilisis, trabajando con la transferencia y la re-significacién del episodio vivido. En cuanto a los efectos a distancia éstos deberan ser abordados des- de todas las vertientes posibles, dado que seguramente existen alteracio- nes orgdnicas y consecuencias sociales del trauma. Para finalizar este trabajo debemos sefialar que actualmente esta- mos en presencia de otro tipo de situacion limite, como es la que nos en- frenta con las grandes e injustas diferencias socio-econémicas, y la desocu- pacién. Aparentemente, la econom(a de los paises latinoamericanos ha cre- cido, pero parad6éjicamente en vez de generar esperanzas se deja a multi- tudes en la miseria, se amenaza la identidad cultural de los pueblos y has- ta se destruyen los recursos naturales. La salud mental de las poblaciones se encuentra en peligro, y sobre todo para las grandes mayorias sin recur- sos, a quienes se les hace dificil recurrir a la realidad psiquica para evadir el avasallaje de la realidad externa. Coincidimos con los Superiores Provinciales de la América Latina de los Jesuitas‘°’, quienes en una declaracién realizada en la ciudad de México, sostienen “Los males generados por el poder econdmico no se resuelven con mds poder econdmico”. Referencias 1) Lima, B., y col.; Investigacién sobre las consecuencias psicolégicas del desastre mds importante de un pais en desarrollo: Armero, Colombia, Departamento de Psiquiatria de la Johns HopkinsUniversity, Baltimo- re, Maryland, USA. 2) Gampel, Y.; “La aniquilacién contemporénea. De la supervivencia a la revitalizacién”. Ficha del Dto. de Psicologia Clinica U.A.J.F.K.,1995. 3) Fischer, H.; La tortura. Su estructuracién dindmica. Premio Asociacién de Psiquiatras Argentinos, Mejor Trabajo de Investigacién, 1986. Ultimo comunicado que llega al mundo libre, por parte de los comba- tientes,del “Gueto de Varsovia”. Tomado de la Revista La Semana, del 16-1-80, correspondiente al archi- vo de la seccién Victoria, del sindicato de ferroviarios La Fraternidad. Relato del Sr. Chimoto, del libro La Campana de Nagasaky. Helman, J.; Articulo “Atraccion fractal”. Declaracién de los Superiores Jesuitas, reunidos en México para tratar la pobreza en latinoamérica.

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