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La historia es la siguiente: La antigiiedad de un empleado dentro de la empresa no tiene valor por si mismo, La experiencia que nos dan los aos de trabajo tiene que ejercitarse, porque si no, carece de valor y puede llegar a ser una carga, Se ha escrito sobre el valor de la experiencia y la importancia de mantener a los veteranos, pero jcuidado!, que nadie se equivoque: LA ANTIGUEDAD POR Si MISMA NO ES UN GRADO. El entorno competitivo en el que nos ha tocado vivir tiene, como todo en la vida, su lado malo y su lado bueno. Malo en cuanto a que no vale bajar el ist6n, a que los méritos del pasado tienen poco valor en el presente y nunca se pueden bajar los brazos. Bueno porque eso offece oportunidades a los mejores, porque se aprecia a los que aportan valor, independientemente de la edad, sexo y situacién familiar. Un empleado con muchos afios en una importante empresa de conservas se acerca al duefio y le dice: “Sefior Garcia, queria comentarle un tema que creo que no es justo. Se nos ha anunciado una reestructuracién y por qué Ana, que lleva poco mas de un afio en la empresa gana mis si tenemos un puesto equivalente y yo levo casi veinte afios aqui”. -El duefio le miré unos segundos, alz6 la vista y tras mirar por la ventana de su despacho le dijo: “zVe ese arco que esté egando al puerto? Acérquese y hable con ellos, por si tienen algo que nos interese”. Una hora més tarde, el empleado regresé: ~"He hablado con uno de los marineros y me ha dicho que tienen la bodega lena y estén de regreso a su lugar de origen, aqui s6lo van a hacer una parada para repostar”. Gareia le contesta: “Vaya y entérese si estarian dispuestos. a vender su __ carga”. Unos minutos mas tarde el leal empleado regresa: “Lo veo dificil, me ha dicho que tienen un comprador en su pueblo y que paga muy bien”. El duefio le comenta: “Entérese cudl es la oferta que tienen y por cuanto estarian dispuestos a vender”. El empleado les contesta: en, lo intentaré, pero tendré que ser despues de comer, porque se marchaban ya a la cantina”. Esa misma tarde el empleado vuelve y le trae a Garcia nueva informacién: ‘ice que se lo compran a veinte, y que consideran que es un buen precio. Si queremos la mercanefa tendriamos que mejorar la oferta”. “Bien, y tt cudl crees que seria una buena oferta”, le pregunté Garcia. “Yo les offeceria veintitrés de entrada, y a partir de abi entraria en el tira y afloja de siempre, pero en ningiin caso pasaria la oferta final de veintiséis. De todas formas no les veo muy receptivos”. ‘Sr, Garcia “Te atreves a intentar cerrar un trato con ellos? Empleado “Hombre, atreverme por supuesto, mafiana a primera hora me acerco a negociar con ellos, si atin estén aqui, porque tienen mucha prisa en volver a su casa”, El duefio pidié al empleado que se sentara y sin decirle nada mas mandé llamar a Ana, que empez6 a trabajar en la empresa al quedarse viuda, tras el naufragio de un barco pesquero del que su marido era el capitan. Sr. Garcia “Ana, ves ese barco amarrado en el puerto?, acércate y habla con ellos, por si tienen algo que nos interese”. Ana salié del despacho y el empleado replicé “jefe, si ya lo he hecho yo, gpara qué manda otra vez a Ana?”, E] duefio le hizo callar con un gesto, indicandole que esperara. Poco mas de media hora mis tarde regres6 Ana, y le dijo: “Tienen las bodegas Menas, me empefé en hablar con el capitén, y me ha dicho que vuelven a puerto, que sélo han parado para repostar. Le he preguntado que a cuanto se Jo compran, y me ha dicho que tienen un comprador en su pueblo que lo paga a veinte. Como querian cenar temprano para madrugar y zarpar al amanecer, les he levado al Mesén del Ancla, que no lo conocfan y esté mucho mejor que la cantina. Alli, mientras pedian, Ie he igualado la oferta, y le he dicho que le compramos su pesca manteniendo los veinte, lo descargamos todo esta misma noche, y asi mafiana parten con las bodegas vacfas con lo que podran llegar un dia antes a casa, sin tener que ocuparse de la venta y ahorrando ademas combustible. M¢ ha dicho que si cerramos el asunto antes de que se acuesten que vale. De regreso he hablado con los muchachos de la lonja, y me dicen que podrian tener una cuadrilla para descargar cl barco esta misma noche. Creo que es un buen negocio, y me ha dicho el capitén que si todo sale bien, estarfan dispuestos a traer aqui su mercancfa a partir de ahora, porque este puerto les viene ‘mucho mejor para su ruta, (Esté bien, jefe? El dueiio miré al empleado una sola vez, giré su cabeza y le dijo a Ana: “Buen trabajo, se nota que conoces bien a los marineros, dile a los chicos que descarguen y al capitén que yo mismo le acercaré el dinero, y le invitaré a una copa para charlar del futuro”. Ana salié rauda del despacho, y el dueiio se dirigié al empleado “Perdone, con este trajin he olvidado Io que me comentaba esta mafiana, de qué se trataba?” El empleado, atin aturdido, tan sélo dijo: “Bien, sefior, espero que haga valer mi antigtiedad en la casa a la hora de la reestructuracién”, Y el duefio segtin salia por la puerta le respondié: Espero que sea usted el que haga valer esos afios de experiencia, su rendimiento no est en mis manos, sino en las suyas, por mi parte estaré encantado de volver a tenerle entre los mejores si asi lo merece, buenas noches”. A manera de conclusién. Como hemos leido en la historia Ia antigtiedad no es un grado, pero el talento, el rendimiento, la eficacia profesional, si. Espero que esta lectura le haya ayudado a reflexionar y decidir que tipo de profesional quiere ser. Recuerde que para ser competitivo debe de dar un valor agregado. Bendiciones, Regina

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