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4º Lectura 2
4º Lectura 2
El hijo de la rana brincaba en el bosque cuando vio algo nuevo en el camino. Era una persona
larga y esbelta, y su piel reluca con todos los colores del arco iris.
-Hola -dijo Nio-rana-. Qu haces tirado en el sendero?
-Calentndome al sol -respondi esa otra persona, retorcindose y desenroscndose-. Me
llamo Nio-culebra. Y t?
-Soy Nio-rana. Quieres jugar conmigo?
As Nio-rana y Nio-culebra jugaron toda la maana en el bosque.
El Nio-rana le ense a Nio-culebra a saltar y sta le ense a arrastrarse por el suelo y
trepar a los rboles.
Despus cada cual se fue a su casa.
-Mira lo que s hacer, mam! -exclam Nio-rana, arrastrndose sobre el vientre.
-Dnde aprendiste a hacer eso? -pregunt su madre.
-Me lo ense Nio-culebra. Jugamos en el bosque esta maana. Es mi nuevo amigo.
-No sabes que la familia Culebra es mala? -pregunt su madre-. Tienen veneno en los
dientes. Que no te sorprenda jugando con ellos. Y que no te vuelva a ver arrastrndote por el
suelo. Eso no se hace.
Y desde ese da, Nio-rana y Nio-culebra nunca volvieron a jugar juntos. Pero a menudo se
sentaban a solas al sol, cada cual recordando ese nico da de amistad.
Cuento africano.