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No s qu escribir esta noche, las historias no fluyen como en la escalera amarilla que se

tornaba de variaciones de colores indistintos a la vez conforme avanzabas en retroceso.


Fluan las ideas en el vaco que completaba mi mente y mi cuerpo era como una hormiga
que se enfila siguiendo la sucesin del que sigue delante mo, hasta que perdimos el rastro.
No te encuentro ni me ubico. Enfilo la direccin del camino y sta vez soy como la luz.
Tocan a la puerta.
- lvaro, estoy retrasada?
- Qu carajos haces aqu?
- Vengo por mis cosas.
- Ya no tengo nada. Lo bot todo. No jodas.
Cierro la puerta en su cara. Era ella otra vez, interrumpiendo mi vida de madrugada,
buscando la sin razn para hablarme. Pienso: Son dos aos ya. Y mi conclusin es que no
importa mientras me siento.
Hago trazos con mis huellas dibujando la forma de mi nombre, mi rostro, mis orejas, mi
cabello. Y as, la inspiracin me falla otra vez.

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