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LUIS CASTILLON MORA Profesor de Biomedicina aplicada a la Criminologia en el Instituto de Criminologia y Escucla de Estudios Penitenciarios de Madrid La violencia. Perspectivas de aplicacién futura en la justicia penal y en criminologia ESTUDIO DE LA VIOLENCIA Es evidente que la violencia no ha sido suprimida por el progreso. La llamada “‘contracultura” nace co- mo rechazo a una sociedad, que al alcanzar un alto ni- vel tecnolégico, no ha encontrado aun Ja simbologia adecuada en moral, formas sociales, convivencia, tra- bajo, autoridad y atin normas sexuales; sdlo trata de destruir la existente, que considera coaccionante y alienante. En este sentido lo amorfo, to zafio, la por- nograffa, la exaltacion del delito, han sustitufdo al derecho, convertido en letrina el lenguaje y la intimi- dad sexual en espectaculo. Mas de 10.000 afios de his- toria de la humanidad, que creé todo el sistema social actual y sus referencias simbolicas estén, en el mundo cultural de Occidente, enfrentados a hombres nuevos que no se reconocen ya en Ja sociedad heredada. La Iucha, a la que se afiaden por la facilidad de comuni- caciones y el progreso en las técnicas de propaganda, otras culturas, religiones y filosoffas no cristianas, muchas de un ocultismo y orientalismo desfasado a veces en sus paises de origen, no tiene atin vencedor pero si se ha producido un aumento mundial de la violencia y criminalidad, en la cual se incluyen todos los tipos ya sefialados anteriormente. Otras causas se- fialaremos mds adelante. 53 Desde 1968 y 1969, hasta hoy se comprueba un aumento de la criminalidad violenta. Se cred por en- tonces una mitologia del joven: droga, separacién de ideales, que hoy dfa parece en retroceso. Pero hay més mitos: el educativo, “cuantas mds escuelas menos carceles”, anunciada por muchos, pero originario de Victor Hugo, no ha demostrado ser cierto. Sélo ha conseguido hacer criminales més cultos. Las institu- ciones pata jévenes de un socialismo perfeccionista también han resultado ser un fracaso, porque sdlo hemos estudiado la violencia criminal de los indivi- duos, homicidio, violacién, etc., pero no la de los grupos como sefiala muy acertadamente Lépez Rey. Son los socidlogos los que inician los estudios so- bre los grupos juveniles, hippys, estudiantiles, socio- econdmicos y sociopoliticos, que ejercen a veces una enorme presién social que llega hasta la violencia y el crimen. Posteriormente se han ocupado de ello los criminélogos, pero hay que reconocer que los socié- logos llevan atin gran ventaja y a los crimindlogos les queda atin la gran tarea de descubrir por qué el cri- men con violencia o sin ella, va unido siempre a la Historia, a 1a creacion y mantenimiento de los impe- rios, al triunfo de ciertos ideales y fanatismos. Completemos estos conceptos. La violencia con fuerza, destruccién, crimen y tortura, es una cons- tante histérica de la Humanidad. De Ja Prehistoria a la Biblia, de Grecia a Roma, de los Incas y Aztecas a los Conquistadores Espafioles, Imperios Coloniales fran- ceses € ingleses y las superpotencias actuales, con su cohorte de satélites, no conocemos ningtin caso de sis- tema, cultural, conquista social o revolucién, realiza- do sin violencia. En muchos estados y sistemas politicos la crimina- lidad violenta del poder se usa para mantener la esta- 54 bilidad politica (José M* Rico 1977). La reciente historia de la descolonizacién africana y de la ultima Guerra Mundial, son un ejemplo bri- Hiante. Ha habido que crear 1a palabra genocidio para definir las matanzas de pueblos y pobladores, tribus y ciudades enteras por todo tipo de contendientes, liberadores y liberados, A nivel historico, para todos los que la usan, esta violencia es necesaria, Posiblemente sin ella algunos factores de progreso, libertad, justicia e igualdad no se habrian conseguido, pero en nombre de todo ello y del predominio y supervivencia de Estados y sistemas, se cometen continuamente crimenes. El terrorismo organizado y mantenido por naciones y sistemas que actiian en la sombra, quizd apoyando sus intereses con hombres mantenedores de ideales utépicos o no, dirije la violencia como en Espafia e Italia en estos momentos y en otros muchos Paises del mundo, cometiendo crimenes graves y diffcil- mente explicables. Lo que sf es cierto es que la criminalidad oficial, semioficial, de la clase superecondmicamente fuerte, dirigentes, grandes empresas y ain quiza la del terro- tismo, permanece generalmente impune. He aquf el gran desaffo de hoy a la Criminologia y Sociologia, el de encontrar ¢ investigar los desérdenes de todo tipo que afligen a los diversos pases y siste- mas y crear las bases para que estos crimenes sociopo- liticos no se produzcan y los cambios sociales e insti- tucionales se realicen con una mayor armon{a, La violencia es efclica, nunca desaparece totalmen- te en cualquier lugar del planeta, a veces en el que me- NOS se espera, pero cada cierto numero de afios, ondas graves de violencia sacuden nuestro mundo. 35 La Sociedad esté afligida por des6rdenes de todo ti- po, pero el crimen y la violencia existen igual, tanto en los Estados de desarrollo, como en los desarrolla- dos. Cada uno tendrd, en un determinado momento de su Historia, sus propios desajustes de orden cultu- tal, econémico y politico. Sociedades, pueblos y siste- mas se renuevan constantemente. Siempre existira el deseo del hombre de cambiar unos y otros. No pensa- mos que sea capaz de realizarlo sin violencia, porque no sdélo es una constante histérica, sino hasta hoy, una constante biolégica. De cuando en cuando, en el mundo, un cierto nt- mero de estados logran un mayor orden, un acopla- miento mds justo, o un equilibrio mayor entre diri- gentes y dirigidos, ideales y contraideales, religiones y tabties, intereses y estructuras del trabajo, del ocio, de Ja cultura, de la ensefianza, etc. y aparece un mundo menos violento, un ciclo de mayor convivencia, esta- bilidad y organizacién. Aun faltan unos afios para que este ciclo aparezca. Afios mas tarde de nuevo habra violencia. El hombre no puede preveer de antemano los descubrimientos y cambios que le desorganizarén “su Sociedad” de nuevo, pero en cualquier lugar de la tierra, en el rincén menos sospechado, siempre habra muestras de violencia suficiente, como ejemplo de la incapacidad evolutiva, biologica, de cambiar sus es- tructuras socioeconémicas y polfticas en el momento adecuado e¢ igual para todos. S6lo ahora como ya expresamos, el hombre empie- za a entrever Ja posibilidad de dirigir el cambio de sus propias estructuras psisofisicas. Detallemos a continuacién una serie casi axiomati- ca de ideas que completen los temas que hoy se deba- ten sobre violencia y criminalidad: 56 ~ La estabilidad politica y también la inestabilidad de los Estados se produce en Jas dictaduras y en las democracias, - La idea de que en las democracias son mayores los delitos comunes que los politicos y a la inversa, aun- que con cierta apariencia de realidad, no est4 cient{fi- camente demostrada ni en ninguno de los patses de Europa, sefialados por su estabilidad y democracia, ni en la U.R.S.S. dictadura estable, donde existen los mismos delitos que en todas partes, incluso el atraco a mano armada. - No existe una evidencia cientifica exacta de corre- Jacién entre violencia y criminalidad, pero sf con el empleo de la fuerza, intimidacion Y coacci6n. + Tampoco es posible establecer dicha correlacién, de un modo cientifico, con el paro o la prosperidad con el trabajo, emigracién y marginados de la emigra- cién. - En los esfuerzos realizados para salir de la pobreza e inestabilidad social es posibie una mayor evidencia, - No siempre ja coaccion es violenta o criminal: huelgas, cumplimiento estricto de los reglamentos, re- sistencia pasiva, etc. - Otros factores, referidos a la frustaci6n son: fami- lia ausente, nifios en soiedad - Key children - nifios de- privados - maltratados. ~ Desconexién culturas de Padres e hijos —padre ar- tesano e hijo intelectual— causado por el progreso. - Desconexi6n entre la carrera eligida y sus posibili- dades finales. Los cambios en el Progreso tecnolégico hacen posible que algunas licenciaturas ya no sirvan Para nada en el momento mismo de acabarlas o el re- ciclage constante, anule posiciones ya adquiridas. ~ La correlacién entre determinadas subculturas y violencia criminal no es tampoco un hecho cientifica- mente demostrado. La correlacién existe, evidente- 57 mente, entre pobreza, miseria, incultura y las socio- econémicamente inferiores, de los suburbios y ciuda- des de chabolas, algunas inmensas como las ciudades malditas “perdidas’’ de Méjico capital y atin entre las mas modestas de Madrid, Barcelona y otras en Espafia y ain en US.A., fenémeno muy estudiado por los Criminélogos. Pero aunque hay verdaderas subcultu- ras, sobre todo en violencia de sangre (Wolfgang y Fe- rracuti), entre algunos grupos humanos, no es posible a nuestro juicio, generalizar el concepto subcultural a todas las “‘ciudades de hoja de lata”, construidas en. todas las ciudades del mundo que si bien poseen me- nos elementos y comodidades a través de los medios de informacién y de trabajo, pertenecen al niicleo cultural de la ciudad que los alberga. Si asf fuese, la conocida criminalidad de las clases fuertes econédmicamente, siempre mejor librada de la justicia, por mejores medios de defensa y apoyos en las esferas del dominio social, sobre todo la crimina- lidad econémica, habria de considerarse también ob- jeto de una subcultura: la del poder politico y econé- mico como moral justificativa de coaccién y violen- cia. - Se considera que el sentimiento de inseguridad ha aumentado en las poblaciones como consecuencia fundamental del aumento de la violencia, y de la exa- geracién de este aumento pot los medios de informa- cién y espectdculos; los agredidos exageran su expe- riencia personal y a veces la inventan. - Hay miedo en las poblaciones a las calles solita- tias, a los jovenes, a la noche. Aumentan los sistemas de defensa, de alarma, de seguridad ; se pide mds policia, més dureza. Se apren- de Judo, Karate y se adquieren armas, pero a la vez la inhibicién, la apatia, el no denunciar, aun ante hechos delictivos presenciados o sufridos, es casi la norma. 58 Se hacen planes para aumentan la vigilancia, las fuerzas de represién y otros tipos de prevencién. Se exigen estos planes y curiosamente estos planes exi- gen la asuncién por la Sociedad del robo pequefio, del robo del coche, despenalizacién, descriminalizacion, deflacién de las prisiones. Se dice que cada Sociedad debe absorber una cierta cantidad de crimen, segin su desarrollo, y que la policfa esta desbordada y la justi- cia no preparada para la nueva criminalidad surgida del progreso. Pero atin se manejan ademds, determinados facto- res de agravacion como los siguientes: La libertad de prensa, radio y television ges un esti- mulante? No ha sido demostrado de un modo contun- dente, sino slo en casos aislados, influenciables por cualquicr otro estimulo y en el estilo general de las costumbres; pero se apunta, en cuando a la preven- cién, limitar voluntaria o legalmente esta “‘violencia”’ de los medios audiovisuales y de prensa al tanto por ciento de criminalidad visible, al menos. La reversién de la angustia y frustacién hacia sf mismo, bien como un fenémeno de huida o Hamada de atencién, tales como el aumento de los suicidios o jos quemados a Io bonzo. Las autolesiones: cortes, in- gestién de objetos nocivos, comunes en las prisiones y el aumento de la adiccién a la droga, alcoholismo, etc. Un urbanismo inadecuado que ha creado grandes ciudades en las que el anonimato es la tegla. Segtin la calificacién de la O.N.U., 1960, existen estos tipos de poblaciones: - Poblacién urbana 20.000 y mas habitantes - Ciudad 100.000 - Gran ciudad 500.000 - Metrépoli 2.500.000 59 ~ Region metropo- litana 12,500.000 Bi nacimiento de dreas urbanas 0 ciudades satélites a partir de la gran ciudad y sobre todo en la regién me- tropolitana o “conurbation”, ha producido ciudades satélites, discriminadas en cuanto al tipo y modelo de profesion o clases, habitadas exclusivamente por jove- nes, obreros, burgueses, ricos, pobres, etc. La policia de la Republica Federal Alemana, 1970, distribuye la criminalidad asf: % POBLACION PROPORCION LOCALIDAD NACION CRIMINALIDAD Grands ciudades 328 520% Medianas 18,7 20,0% Pequefias 19,2 13,4% Areas rurales 296 142% Es cierto que en las grandes ciudades y en la ‘‘co- nurbation”, existen aglomeraciones de bancos, de grandes almacenes, oficinas, etc. y en metros y calles grandes muchedumbres. Hay faciles y descaracteriza- dos medios de huida y ocultacién y como consecuen- cia una policia agobiada y mayor facilidad para el cri- men. En las vicjas y pequefias poblaciones de antafio la convivencia del artesano, el guardia, el profesor y aun el banquero o aristécrata, era mas estrecha, el anoni- mato menor y la disgregacién arquitectural y adn cul- tural también. En la Administracién, en las Empresas, en las Insti- tuciones de cualquier tipo, el aumento en magnitud y complejidad de Reglamentos y Leyes, hace dificil el didlogo atin entre sindicatos y agrupaciones bien diri- gidas y con interlocutores validos, siendo sustituido por la violencia. 60 La sociedad industrial es competitiva. E) beneficio exige riesgo. La violencia usada por el viejo profesio- nal era necesariamente menor que la de los nuevos y jovenes delincuentes, que han de vencer elementos tecnolégicos mds sofisticados, pero donde el beneficio puede ser inmenso. Ellos, mas intrufdos, manejan también técnicas superiores y no dudan en usar armas mas destructivas y medios que hacen la impunidad fé- cil. Las represalias han disminuido, por motivos huma- nitarios, jurfdicos o de otros érdenes, pero que han conducido a la supresién de la desigualdad autoridad- crimen. La nueva sociedad postindustrial aporta nucvos ele- mentos de distorsién. En la sociedad industrial el hombre y la mdquina habfan encontrado su acopla- miento a pesar de la “‘alienacién’’ que segtin los socié- logos este tipo de trabajo supontia. Pero ahora sdélo grupos pequefios de experios e intelectuales son nece- satios para manejar computadoras, capaces de mover fabricas completas. Otra revolucién se aproxima en el campo del trabajo y todo ello es fuente de desajustes, violencia y crimen. El caso reciente de “The Times’’, el gran periodico inglés, es muy demostrativo; hubo de cerrar por no avenirse sus obreros a un cambio de maquinas que hacia a la mayorfa innecesarios. ESTADISTICAS Y COMENTARIOS En ja ultima edicién de “Estadisticas Judiciales de Espafia” (Presidencia del Gobierno, Instituto Nacio- nal de Estadfstica. 1976) que incluye los afios 1974 y 75, encontramos para este ultimo afio algo similar, no igual, a la estadistica de la policfa citada anteriormen- 61 te. Aunque sélo cita el nimero de delitos, lo que con- tiene nuestra primera columna, hemos afiadido los porcentajes obtenidos por nosotros sobre la base de la cifra de poblacién del informe FOESA, de ese mismo afio. Aunque el método no es totalmente correcto, no 1o creemos muy alejado de la realidad. 62 wIpsur eo- ozo — zro- ito- 80°0 - TRoo[ woFeIqod —sOyTTaP 9p T107 [eC 2] 9p SoyTaP Sor ap PepHEUpUTHS ap % $6°66 98'8b LETe S06 LT0Z 6°66 SLUOLG EE soe ZEL68h'Or Broz SLb ETE'B TIL 8hO'ERL'E LY'Ee ozooge' It vundsq op [e40} 9 214 OYay, ap UOTEIGOg -08 uotoetqod ef ap % LS6 re 89612 9E86 TLO'r 890'6 sowed SOTELOL sopeqdea soquBytq YT 000°0% ep spu oq 000°0Z “019d sozue Hq FY 000'0T ap sarotay SOpEpHEOOT vipeur eo- S666 666 SLU OLOEE LS6 rb S9TRFOL 0z‘0 - o8'er SBOE ZEL6RFOT BETZ soyeyden zro- LETS abet SLY ETE'S 9Es'6 — soruETTG 2Y 00007 ap spur oq Iro~ s0°6 TI Bro ERLE ILO = 000°07 -OT od 800 - LU‘0% Lees ozoose' IT 3906 = sajuenq ey 00001 ep sslousyy qRoor ugHEqod SOIPPP Op 1220 OG BRAS op [e203 Js 1q — OHSY op UOHE[Gog SOME —SAPFPHEIOT EL Op SOF[OP SO] aD -O8 UoToRIQOd Bf ap % PepyeUrUrts ap % Esta estadistica estd referida s6lo a las Audiencias Provinciales y Juzgados de Instruccién por todos los delitos tipificados en nuestro Cédigo Penal. Pero la violencia criminal retine algunas otras carac- teristicas que deben ser recogidas. En casi todos los pafses existe una cifra obscura, aparte de esta crimina- lidad aparente, no ya Ja llamada de “‘cuello blanco” si- no no denunciada o, aun siéndolo, no detectada por la policfa y tribunales, diffcil de precisar por Ja defi- ciencia de las estadisticas y que los franceses (“Re- ponses a la violence’’) sefialan como del 25 al 50%. En casi todos los paises no se acusa una cifra inferior al 25%, Alrededor de los afios sesenta el crecimiento de la criminalidad violenta era similar al crecimiento demo- grafico, pero a partir de 1975, supera al aumento de poblacién. A pesar del aumento de la coaccion y de las armas empleadas y aunque los atentados contra las personas son més violentos, el crecimiento de los delitos contra los bienes es superior. En estos tltimos afios, y en un espacio pequefio de tiempo, ha habido un crecimiento répido de la Gran Criminalidad, atracos y asaltos a mano armada. Este aumento es detectado en todos los pafses preferente- mente industriales, pero a su vez decrece o se mantie- ne, la media y pequefia criminalidad. En Espafia (Memoria de la Fiscalfa del Reino de 1978 y para 1977) el incremento respecto de 1976, en los delitos contra la propiedad es del 29%, menor que el del afio pasado, y del 52% en los robos de au- tos, si bien de los 91.000 robados (datos de la policfa) o 45.380 entre robo y hurto de uso segtin el Fiscal del Reino, en 1977 se han recuperado en mejor o peor es- 64 tado el 92%. No obstante el porcentaje sobre el total es alto 87% para la propiedad con un incremento si- milar en conjunto al de 1976. Atracos y delitos dan un aumento grave contra entidades y personas, que viene a ser el 119% del total y contra los bancos el 145%. El incremento de delincuencia en términos ge- nerales serfa el 25%, menor que el de 1976, pero la incidencia media nacional es superior a la de 1976 0 sea 12,649. Esta cifra es parecida a la calculada por nosotros en la estad{stica de poblaciones. Continuando con las estad{sticas de la Fiscalia del Reino en conjunto los grupos de delitos se manifies- tan asf: pdgina 65. “‘Resimen general de la criminali- dad aparente” que incluye toda clase de diligeuicias y sumarios, no de sentencias, DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD Porcentajes ¢ incremento en 1977 respecto 1976. Respecto 1976 1977, Delitos % total incremento Delitos propiedad 87,32% 30% global Atracos 119,21% Contra bancos 145,37% Robos autos = 52,35% Seguin las estadisticas policiales 91.000, de los cua- les recuperados el 92% 65 DELITOS CONTRA LA PROPIEDAD: 207.657 -Robos.... 6. eee ee 84.188 - Hurtos. : 46 879 - Estafa...... 6.65 7.481 - Robo y hurto uso 45,380 - Cheques. : 9.132 + OUTOS. 6 ee 14.597 Relativos al tréfico automéviles: 114.398 con un aumento para 1977... 22,8%. DELITOS CONTRA LAS PERSONAS 1977: 20.354 -Homicidios............+55- 563 - Infanticidios.............-- 13 - Abartas, . - Lesiones La criminalidad no obstante sigue en aumento en todo el mundo, tanto la terrorista, como la normal. Bl informe de Amnistia Internacional de este afo (1979) refiere que en 110 paises se siguen vulnerando los derechos humanos. Secuestro, tortura y asesinatos se siguen usando por el poder o la oposicién, En mas de 70 paises to- dos con sede en la O.N.U, existen detenidos por con- viccién; en mds de 23, las ejecuciones sin juicio de enemigos indeseables son la norma. Unos paises ayudan a los terroristas de otros. Orga- nizaciones con asiento en los més respetables Congre- sos y Organismos y muchos de ellos por supuesto en la ON.U. ayudan a los terroristas estatales o anties- tatales y el rechazo de estas acciones criminales, de- pende de las opciones de poder de los Jlamados “gran- des” politica 0 economicamente. Pensar que en estas 66 condiciones, muy visibles, por la amplitud de las co- municaciones hoy, la criminalidad, llamada comén puede desaparecer y no aumentar, seria algo impropio de las normas biolégicas de conducta de la especie hu- mana, La comparacién con otros pafses nos es, sin embar- go, favorable. En Inglaterra y Republica Federal ale- mana en 1977 la incidencia era de 5,014 y 5,354 deli- tos por 100.000 habitantes; en Espafia era sdlo de 593. En los 9 primeros meses de 1978 se cometieron 199.747 delitos en Espafia, lo que permite hacer un cdlculo de 250 —300.000 para todo el afio (Jiménez de Parga, en “La Vanguatdia”’ 30-I-79)—, No conoce- mos el origen de estas estad{fsticas y suponemos se re- fieren a delitos contra las personas y la propiedad, pues su numero referido a toda clase de delitos, fal- tas, etc. tratados por toda clase de Juzgados y Tribu- nales, serfa may pequefio, Tampaco es posible dispo- ner de estad{sticas policiales para comparar con las ju- diciales, lo que nos darfa una idea de la delincuencia no aparente. En 1978 los franceses tuvieron 2.300.000 crimenes y delitos, 12% mds que en 1977, la delin- cuencia nuestra, a pesar de tos 14 millones mds de ha- bitantes que tiene Francia, es muy inferior. Los robos con violencia en las personas en este pais han aumen- tado en 15 afios mds de 40 veces, 4060%. Parece ser sin embargo que su situacién es menos mala que la de U.S.A., Italia, Gran Bretafia o Japén. Gnforme de La Interpol para 1978, ver Le Figaro de 28-41-79), Los crimenes aumentan favorecidos por el uso de armas y técnicas e instrumentos de accién y huida fa- cilitados por los progresos de la tecnologia segtm se- fialamos anteriormente. También porque las ideas so- 67 bre nuevos sistemas de tratamiento en libertad y de reincorporacién social de los delincuentes considera- dos siempre victimas de los desajustes sociales, ha he- cho suprimir a los Estados controles de autoridad, sin encontrar los medios de que los criminales controlen su libertad, Quizd también porque se ha despreciado el hecho de que el hombre puede elegir su carrera cri- minal sin necesidad de los supuestos sociales, psicofi- sicos, criminoldgicos, etc., manejados y que hay que profundizar mds en el estudio de su cerebro, donde se forjan sus actos. Hoy dia los criminélogos comien- zan a interesarse por ello. Serrano Gomez, 1978, en una ponencia presentada al VHI Congreso Internacional de Criminologia en Lisboa, Septiembre 1978, analiza el aumento de la de- lincuencia juvenil en Espafia, que es también un refle- jo de la mundial. Sus estudios nos dan un aumento en el numero de delincuentes de todo tipo, entre los javenes de 12 a 19 afios, con el mds alto porcentaje entre los 16 y 17 para la sustraccién de los vehfculos de motor. En los tobos con violencia e intimidacién en las personas el fenémeno es el mismo: iniciacidn en edad mas tem- prana, la mayorfa menores de 21 afios y entre 17 y 19 un gran aumento. Hace notar la aparicion de bandas juveniles que usan armas, cometen homicidios y hacen frente a la Ppolicia, cosa antes no habitual, Sefiala como factor fundamental la falta de autoridad y la transicién ala democracia, y aunque sus estadisticas necesitaban precisat el crecimiento demogrdfico, el paro y otros factores, contiene su estudio criterios muy precisos sobre los factores de iniciacién y reincidencia. Estos hechos se presentan con el mismo aspecto en todo el mundo, pero més intensos. 68 Es interesante retener en un estudio sobre violencia que el delincuente de violencia primaria, salvo en los casos de desequilibrio psfquico grave, no existe. Casi siempre y atin en los casos psiquidtricos hay una re- trospectiva de infracciones menores rsepetidas, fraca- sos colegiales, etc., significativos. Después del primer crimen violento la secundariedad se establece, con ef recidivismo y la aparicién de una verdadera carrera criminal en la que influye la reaccién inadecuada de la sociedad. El estudio constante de las infracciones me- nores puede evitar esto con hombres preparados en el complejo policfajusticia. Muchos infractores menores no Ilegarfan nunca a ser criminales violentos sino fue- sen etiquetados a destiempo, con medidas inadecua- das: Colegios de Reforma, arrestos, prisién, interna- mientos psiquidtricos, etc. Antes habrfa que probar su ajuste, con la familia o con el ambiente, por medio de especialistas de la conducta. Una tipologia de la delincuencia violenta de hoy, teferida al homicidio, es la de Tinklenberg y Ochberg en su trabajo presentado en la Seccién de Criminogé- nesis del VII Seminario Internacional de Criminologia Clinica, Sta. Margherita —Italia~, Mayo 1978, sobre patrones de violencia adolescente en una muestra de homicidas jévenes californianos, de utilidad general en cualquier pais o para el estudio de la violencia ho- micida, aportando estad{sticas y métodos de estudio que inchuyen todas las caracteristicas posibles: grupo étnico y socioeconémico, politico, profesional: mes, dfa y hora del crimen, lugar, interaccién con la victi- ma y parentesco, provocacién, defensa propia, dro- gas, armas 6 medios usados y los propios de cada pais y cultura, 69 TIPOLOGIA DE LA VIOLENCIA HOMICIDA Instrumental: Delitos premeditados friamente con decision calculada y estudiada desapasionadamente para eliminar la victima: profesionales, crimen de instituciones estatales o no, terrorismo politico o de guerra. A veces accidente y circunstancia se desarro- Ilan, largamente en el tiempo, en estos cr{menes premeditados. Emocional: Miedo, ira, etc., problemas coyuntura- les 0 no entre parientes, parejas, tridngulos amorosos, amigos intimos con o sin celos o influencia del al- cohol. Homicidios graves, indirectos: Consecuencia indi- tecta del crimen que se va a realizar: victimas desco- nocidas de cualquier edad. En allanamiento y con cémplices, casi siempre. A veces no hay intencién de matar, pero la defensa de la victima o su aparicién repentina o intervencién dispara el arma del autor, que a veces huye sin cometer el delito que planed. Extrafios. Raros: Gravyemente psicopaticos: dafio cerebral, oligofrenia, psicosis, sociépatas graves, con irracionalidad y violencia. Disocial: Ciertos grupos étnicos y sociales o delin- cuenciales poseen una subcultura en que la agresién violenta y con empleo de armas es ja norma: victimas entre bandas enemigas, arreglos de cuentas casuales, mirones 0 espectadores accidentales de juegos 0 dis- putas, en las que intervienen esponténeamente. Finalmente, resumimos este breve estudio sobre criminalidad y violencia, con las siguientes conclu- siones, cuyo contenido, en algunas de sus facetas ampliaremos posteriormente. 70 EXISTE UNA VIOLENCIA CRIMINAL AUMENTADA EN TODOS SUS ASPECTOS A) Violencia ordinaria B) “* de competicién QO * de reivindicacién DD * de relaciones sociales E) Ante el Derecho la ley es discutida F) Un sentimiento general de inseguridad existe sobre todo en la ciudad, que es relativa, diversa, cam- biante. SOBRE LAS RESPUESTAS A LA VIOLENCIA A) Prevencién: insuficiente, descuidada y no coor- dinada. Luego insistiremos sobre ello. B) Represién: no existen ideas claras, ni una polfti- ca criminal definida, ni modificaci6n adecuada de los cédigos ni del sistema penal. La policia estd desbor- dada por la demografia y no existe cooperacién civil. La justicia vive aislada del juicio de la poblacién y de los adelantos de las ciencias humanas. El cumplimien- to de Jas penas y la reintegraci6n social constituyen un grave problema. Esta iltima conclusién no es muy negativa, sino solo una Ilamada de atencién a un me- jor estudio técnico de los problemas de 1a delincuen- cia y justicia de hoy, sin exclusivismos. PERSPECTIVAS DE APLICACION FUTURA EN LA JUSTICIA PENAL Y EN CRIMINOLOGIA Como es sabido, han cambiado ef delito y los ele- mentos estructurales de todo el conjunto del sistema 71 penal: policia, magistratura, jurisprudencia y peniten- ciarismo se han quedado anticuados, desbordados por Ja criminalidad, que todo este tipo de violencia produ- ce. Gerhard Muller, Presidente de la Seccion de Justi- cia Penal y prevencién del delito de las Naciones Uni- das resume fa situacién actual asf: hasta finales del si- glo pasado el delito, lo ensefidbamos en nuestras fa- cultades, como: normatividad, culpabilidad y juridici- dad, Hoy dia el concepto criminolégico moderno del delito varia segtin el contexto social en que se dé y procede de la interaccién entre los seres humanos, conspicua y perturbadora. El primer concepto marcaba un sendero que Ilega- ba a un fin siempre igual y, ademés, su conceptualiza- cién variaba segin quién lo aplicaba (el policfa, el fis- cal o magistrado, el penitenciario) pero su final era siempre el mismo: hasta el fin del siglo pasado vindic- ta pUblica; equilibrio del derecho violado; y a partir de entonces el gran descubrimiento: la rehabilitacion del infractor. Para esto se introdujo una maquinaria (como la lama Lépez-Rey) o aparatologfa penal (para Muller) que nos dura hasta hoy y con la cual policra, jueces, penitenciarios —salvo en muy pocos casos— no pueden abordar la criminalidad de nuestra época. Hoy dia esta criminalidad violenta —a escala mun- dial— desborda a los jueces, policfa, etc. por su desa- fio que juega, contra la Organizacién Social, Comer- cial y Econémica existente, por otra parte abrigada por seguros, que finalmente pagamos todos los ciuda- danos, Juegan también con Ia existencia de los Go- biernos y con los sistemas de Administracién de Justi- Cla, 72 Los Cédigos penales del siglo XIX, que son los que hoy, parcheados, funcionan en todo el mundo, no previeron: ~que el 75% de la accién policial estaria dedicada a los delitos de trafico. - el alcoholismo y las toxicomanfas. En Nueva York hay 100.000 heroinédmanos; gasto, la mayor parte robado que supone unos 5 millones de délares dfa —350 millones de pesetas-. En Espafia no hay cdlculo posible porque ninguna estadistica es fiable, - la criminalidad organizada, - el que la Informatica y las modernas técnicas co- merciales hayan hecho posible inmensas sociedades multinacionales, que dominan estados, y han consti- tuido bérbaras fortunas ilegitimas, La policfa encargada de mantener la vigencia de las leyes, las instituciones de todo orden, los fiscales, jue- ces y tribunales ghan tomado conciencia de todo ello © siguen viviendo su propia parcela?. Porque la desco- nexi6n en el sistema existe, Hoy dfa en los Congresos, en las investigaciones de todo tipo, Universidades, Instituciones de Bienestar Social, en las Comisiones que los Gobiernos crean pa- ta resolver estos problemas (donde los crean, en Espa- fia desde luego no), se habla de Control Social y se trata de situar el papel de la Justicia penal, dentro del conjunto de este Control que podriamos Hamar Con- trol de la Defensa Social. Nos presentan a la Justicia, concretamente a su Administracién, como uno de los elementos del sistema penal que menos se ha moder- nizado y la conciben, no como una unidad auténoma, no como la cumbre del sistema, fa impartidora del su- mo bien, sino como una de las varias funciones que integran el total del organismo social, 73 Este contro! social trata de prevenir las condiciones que dan cauce a la criminalidad: ,qué otras instancias que la Justicia penal? Esta sélo pena conductas nega- tivas, dice Muller, jlas ciencias médicas, sociales, psi- coldgicas, estadfsticas, etc.?, glas de la Economia y bienestar social, urbanismo, etc.?, glas de la educa- cidn?, jlas de la Seguridad Social?. Todas estas esti- mulan conductas positivas. Hay que enfrentarse, pues, con una multiplicidad de alternativas, con vistas al control de la conducta humana, con la colaboracién de todas estas ciencias —en el que todas deben tomar parte— en un sistema de control social y colaboren con el subsistema dela justicia penal, uno mas en el conjunto, As{ empezare- mos: a descubrir las interrelaciones pena-crimen-victi- ma-agresion-sociedad, a medir la cuantia de los impac- tos y efectos, a planificar y preparar personal técnico para minimizar la conducta desviante y, si es posible, a liberar al ser humano del delito, al menos individual- mente. El delito existid y existiré siempre, pero ¢8 uno de los derechos humanos del individuo, acer to- do lo posible por conseguir liberarse de él si ast lo de- sea. 4Cémo se consigue todo esto? En primer lugar con la investigacion. Por primera vez —septiembre de 1978— en el Congreso de la So- ciedad Internacional de Criminologfa de Lisboa, se ha hablado no s6lo de Criminogénesis, delincuencia juve- nil, etc., temas clasicos, sino también de la policfa, de Ja Justicia. Siempre se hablé de ello en los Congresos, pero en sentido jurfdico, normative y reparador. Aho- ra se ha hablado de su papel y de sus métodos, dentro de los valores y problemas de una nueva Sociedad y una criminalidad distinta. Colaboraciones para la in- vestigacion entre universidades, Institutos de Crimino- 74 logia y Tribunales y Magistraturas de un continente a otro ya se han establecido, Tuve la impresion, mera- mente personal, de lo allt ofdo y recogido en los in- formes finales que, cada uno de los elementos del sis- tema penal sigue ain en su parcela, y que respecto a Ja justicia en particular pienso, como Kellens, que se encuentra ain buscando sus objetivas, pero fa dulce euforia, —malo-aislamiento— sociedad satisfecha, ha desaparecido. La justicia se resiste a la investigacién criminolégi- ca, las discrepancias crimindélogo-juristas-magistrados siguen existiendo, pero no son menores las de los cri- mindélogos entre los “‘sostenedores de la criminologia del paso al acto”’ y los de Ja “criminologfa de la reac- cién social’; no obstante la investigacién estd en mar- cha y ya se ocupan —en cuanto a la justicia— de la planificacién y demarcacién, economia: coste-venta- jas, ¢ ideologfa y representacién social de 1a justicia de hoy. Y también de “diversificacién’’ 0, por em- plear un término barbaro, desjuridizacién. La ‘‘nueva justicia” implica alternativas al control social conven- cional en: la policfa y su funci6n no sdlo de vigilante de la ley sino de su ejecucién en ciertas parcelas; el juez y su procedencia, su profesionalizacién o no; el ministerio piblico, limitacién de su funcién, su susti- tucién; ¢ introduccién de otras ciencias ademas del Derecho en la Administracién de Justicia, La investigacion también es necesaria en la Socie- dad y sus medios de informacion. Estos no deben mi- tificar al preso, al delincuente como un ser indefenso, victima y martir, como héroes homéricos cafdos en su lucha ante la sociedad; si bien es cierto que en ello hay razones poderosas, la investigacién les Nevaré a desmitificar, a dejar las cosas en su justo término y a la sociedad a tomar conciencia de su deber como ciu- 1S dadanos, frente al delincuente, ciudadano también, que unas veces no pudo pero otras sf elegir libremen- te su alternativa y cuyos derechos y reincorporacién al mundo de todos hay que conseguir, pero lo que no se comprende es como sin una investigacién seria, es- to se puede hacer, EI espectaculo ofrecido por ta prensa espafiola en el tratamiento de estos temas ~—criminolégicamente— fue el asombro de Europa en los dos afios siguientes a Ja muerte de Franco. La ignorancia sociolégica y cri- minolégica de la mayoria de los que trataron estos te- mas era digna de compasion. El odio del polftico per- seguido llev6 a magnificar al delincuente comin, su compafiero afios o meses de cdrceles y sistemas inno- bles, pero comunes al mundo entero, que ya habia su- frido motines —Estados Unidos, Francia, Italia, Ingla- terra, etc. més graves atin que los espafioles. Pero tratar de estudiar el delito, ef delincuente y los pro- biemas que plantea a la Sociedad de nuestros dfas to- do el Sistema del Control Social, todo el sistema pe- nal en su conjunto: prevencion, policfa, Cédigos ma- gistratura, prisiones, control y ayuda post-penal, eso no se hizo, ni atin se est4 haciendo. Hemos empezado, brillantemente es cierto, por lo peniltimo, la reforma de las prisiones y la Ley General Penitenciaria, pero lo demas, nada. Si acaso un esbozo timidfsimo de Refor- ma del Cédigo Penal y de la Ley de Procedimiento. 4Cémo proceder entonces? Francia ha iniciado, con la consulta a todos los ele- mentos de la Sociedad, el camino y aunque no se pue- de decir que el resultado (“‘Reponses a la violence”) sea muy bueno si ha hecho resaltar problemas de ese pafs sobre los cuales atin hay mucho que estudiar y decidir. 76 Bajo la presidencia del Ministro de Justicia francés se han consuitado tas personas y entidades més ilus- tres y representativas del pafs: Magistratura, Socidlo- gos, crimindlogos, Policta judicial, Artes y oficios, De- recho, economfa, Ciencias sociales, Abogados, Tribu- nal Supremo, Casacién, Arquitectos, Comisarios de Secciones diversas, Secretariado de relaciones con la prensa, Grupo de personas cientificas notables de to- da la poblacién, Religiosos, Literatos, Historiadores, Diputados y politicos diversos, Centros de jévenes, Control cinematogrdfico, Sociedades de ayuda, Hoga- tes, Psicoanalistas, Psiquiatras de nifios, Profesores de polftica criminal, Sociedades de Criminologia e Insti- tutos, Directores de Centros criminolégicos extranje- ros, Ministetios diversos: Justicia, Militares, etc., In- terpol, Aduanas y Organizaciones profesionales y sin- dicales, Se han solicitado diversos trabajos de base, como: Psicolégicos, Biolégicos, Urbanismo, Economia, Pro- teccién de la juventud, Aspectos penales y penitencia- trios. Al final se hacen unas 100 recomendaciones al Gobierno de la nacién que producen Ia impresion de ser brillantes, pero no soluciones definitivas. Ahora bien, de las estadfsticas ¢ investigaciones de estos tra~ bajos no cabe ninguna duda de que los gobernantes franceses han obtenido una informacion adecuada pa- ra las reformas que deseen hacer. Lo que no es razo- nable hoy es reunir cuatro jurisconsultos eminentes y encargarles una reforma, la que sea. La sociedad es al- go dindmico que exige: a) Investigar en la Universi- dad, en la Ensefianza, en las Facultades, en los Institu- tos, en todos los niveles de vida y actuaci6n de Ia so- ciedad de que se trate. b) Investigar en la policfa, no s6lo con relacién al orden publico, donde se ve un cierto progreso, sino también en el control de los “ca- 77 tecumenos” de la calle, del barrio, de las escuelas, en una accién social no sélo de asistentes sociales— si- no colaborando con ellos en la ayuda a los margina- dos pero con sentido criminoldégico, sociolégico y bio- iégico, no sdlo con el de la vigilancia del cumplimien- to de la ley. c) Investigar en Tribunales y Prisiones. En segundo lugar, creando identidad de fines y cri- terios en Ja policfa, magistratura e instituciones pena- Jes y sociales, Por parte de los juristas y magistrados con: Cédigos mds pequefios, procedimientos mas cor- tos y mas simples, deflaccién de las prisiones, diversi- ficando con la probacién y nuevos tipos de penas, descriminalizando y despenalizando; gran nimero de problemas que puede resolverlos la policfa, como ya se ha dicho, otros la Administracién y otros las Insti- tuciones de todo orden de la Sociedad. Por ejemplo Pinatel habla de la oportunidad y posibilidad de: - Descriminalizar el vagabundeo y Ja mendicidad. Auxilio sélo. Son miserias humanas que soporta toda sociedad. - No descriminalizar el tréfico de drogas, los robos de coches y asaltos de bancos, Tampoco las violacio- nes y agresiones sexuales. - Si despenalizacién amplia pero manteniendo la in- criminacién en ciertas infracciones sexuales, toxic6- manos, prostitutas, ciertos casos de mujeres que se ha- cen abortar, eutanasia, ciertos homicidios pasionales y los robos en escaparates y los cometidos por obreros y empleados en sus lugares de trabajo. En tercer lugar, colaboracion més sistemdtica en los mecanismos de comunicacién, coordinacién y re- gulacién de todos los factores sefialados, policfa, jue- ces, penitenciarios y todas las instituciones que la So- ciedad dispone para el control de la violencia y delin- cuencia: centros asistenciales, pedagégicos y psiquid- 78 tricos, gCémo? Organizando la prevencién, el control social, algo que ni se conoce en Espafia ni en otros muchos pafses, pero sf en algunos de Ios que pode- mos, sino tomar ejemplo, ver que medios han emplea- do. A este respecto, es necesaria una organizacién, con la estructura burocratica suficiente y los érganos ac- tivos que correspondan a la dindmica de la Sociedad de que se trate; un Departamento o Direccién del Control Social, o de Defensa Social o mds limitado simplemente de Prevencién de la Delincuencia, que Jogre integrar y conectar con los Organismos necesa- tios para conocer la estructura actual de la sociedad y de la previsible en un futuro préximo; por ejemplo: conocer los cambios de valores morales 0 de otro or- den habidos en esta Sociedad jconocen nuestros re- gistros civiles los cambios habidos en tos modos de realizarse hoy la union de la pareja? jhay mds o me- nos matrimonios religiosos, civiles o ninguno? thay més problemas entre cualquier tipo de pareja o no?; zse encuentran nuestras Instituciones de menores, atin perteneciendo al mismo Ministerio de Justicia en Condiciones de relacién suficientes con el Ministerio de Sanidad y con el de Educacién y Trabajo, etc., pa- ra facilitar una serie de datos sin los cuales la preven- cién posible es muy limitada? 4Pueden hacerlo los Ministerios citados en elementos tan importantes co- mo los siguientes? : -censo actual de minusvdlidos de cualquier tipo icudntos nacen por afio? ~gcudntos de éstos pasaron por el Tribunal y alcan- zaron una integracién que ies permitiese vivir por si mismos?, gcudntos no? -4cudntos pasaron por prisién? - en este mismo momento gcudntas personas alber- 79 gan las instituciones de menores?, logros en cifras y prediccién posible, - ingresos por afio en las escuelas de 1* y 2 ense- fianza; en las de formacién profesional; en Ja Universi- dad y Facultades, jqué n° de alumnos fracasaron y por qué? jcudntos pasaron por Instituciones de Me- nores y la prisién o similar? -jcudntos y distintos tipos de métodos de desarro- llo y educacién psicopedagégica existen entre las Ins- tituciones privadas y estatales? - centros de higiene mental, resultados y desarrollo - Normas de prevencién de la policia en las zonas ocupadas por las comisarfas, colaboracién con 1a asis- tencia social y si conocen el ntimero de jévenes, cami- no de desvio, Situacién de sus familias, trabajo, etc. -jdénde se encuentran los organismos estatales ac- tivos de prevencién del delito, comarcales, provincia- les, etc.?. La Institucién de Menores cumple esta mi- sion sélo en parte, 1° porque ellos no van a buscar a los muchachos, se los traen y 2° porque debe separar- se claramente la accion de ayuda y proteccién, de la preventiva. A muestro juicio, hay que organizar la proteccién de la sociedad, la defensa social, a todos los niveles, sobre estas tres bases: libertad, dignidad y seguridad dei individuo y de la colectividad, Los derechos hu- manos lo son a nivel individual y a nivel colectivo; va- len para la Sociedad y para el individuo, criminal o no, victima o no, libre 0 preso, pero indistintos, tam- bién a nivel de grupo social. Por ejemplo se habla de un Derecho penal, en todo el mundo, regresivo y discriminatorio, sobre todo a nivel de grupos sociales, pero si examinamos —Memo- tia del Fiscal del Reino— que, de los casi 500.000 dili- gencias realizadas en 1977 entre audiencias, Juzgados, 80 etc. y de un total de sentencias que llegan a las 40.300 aproximadamente, s6lo unas 1.000 o 1.500 personas terminan en prisién (11.000 presos actualmente, de ellos el 60% o mds procesados y sélo 4 6 5.000 con- denados, no todos en el mismo afio), creemos que la represién es realmente limitada, aunque pueda ser inadecuada como reflejo de una racionalizacién socio- politica y econémica injusta, pero, a nivel de preven- cién, conviene no considerar represién ciertos limites imprescindibles para la seguridad de todos. Ahora bien, sin disponer de los Departamentos ade- cuados para los estudios anteriores no se comprende como puede conocerse el limite de la seguridad nece- saria que atienda a los principios citados. Desde este punto de vista quien ha lerdo —si ta ha encontrado— esta Memoria del Fiscal del Supremo qué fiabilidad tienen sus datos, sin estadisticas policiales que no existen, y sin control matemdtico-estad{stico? Sdlo una idea de voltimenes sin matices necesarios, como demografia, region, densidad de poblacién, tipo de poblacion, etc. Pero hay que profundizar més. Todo esto serfan. datos para una prevencién, contemplada desde el punto de vista de los agresores, pero ;qué es mejor?, jcontrolar al agresor que es lo mds conocido? o gcontrolar al agredido?. Aparte de detalles imposibles de tratar ahora, e1 control social, la defensa social exige 1a participacién de la Sociedad entera en la Prevencién del crimen; creemos necesario preparar programas para informar a los ciudadanos sobre temas tales como: cuando la agresividad, util en el desarrollo de Ja vida individual, es provocacién. Suprimir la agresividad vindicativa hacia el criminal, salvo la defensa personal, natural- mente, Suprimir discriminaciones innecesarias, sea cual sca el sistema de Sociedad: en la escuela, en la 81 beneficencia y sanidad, en la Seguridad Social, en el urbanismo y constructores de ciudades, fabricas, etc., en la distribucién del trabajo, en la mentaliza- cién de los seres humanos para que consideren al criminal como otro ser humano, como un elemento mas de la Sociedad de que ellos forman parte, que conserva todos ios derechos que los tribunales no le han limitado, cuyos limites desapareceran al volver de nuevo a la Sociedad, su destino natural. Todo ello puede hacerse a corto y a largo plazo. De mo- mento organizando la colaboraci6n sistematica, entre lo que hemos llamado ‘‘aparato”’ penal (policial, ma- gistratura y sistemas de penas e instituciones penales y de tratamiento, sin olvidar las instituciones de me- nores) con las ciencias humanas: sociologia y estadis- tica, biologia, psicologia, medicina, ética, etc. De cilo trataremos luego al hablar de la individualizacién de la pena. De momento también modernizando la sim- ple Administracién de Justicia actual. Los viejos ana- queles y los cientos de folios polvorientos, con burdas etiquetas y copias a maquina ilegibies, caben todos en cintas magnéticas y pequefios ordenadores, mds faci- les de etiquetar y “legalizar’’ sin posibilidad de error y en la milésima parte de espacio y tiempo. No es s6- Jo de Espafia esta falta de modernidad, es mundial, pero si las empresas industriales lo han conseguido en 10 afios, la Justicia zpor qué no?, De acortar el proce- so penal y los Cédigos ya hemos hablado. Harta falta un reciclaje de funcionarios; es decir: las industrias, pequefios comercios y oficinas lo han hecho; Juzga- dos y Tribunales pueden también hacerlo. A corto plazo tratando de individualizar 1a pena, con los ex- pertos, hoy disponibles, El desarrollo actual de las ciencias humanas ha causado un impacto considera- ble sobre los propios principios del sistema penal. Ast: 82 a) desde el punto de vista del Derecho ya se ha mo- dificado éste en algunos pafses, tratando de crear un Derecho penal de autor, no de acto o, al menos, acer- carse a esta concepcién, b) Por otra parte se ha comenzado a modificar la nocién de responsabilidad criminal c) y al mismo tiempo se han creado equipos pluri- disciplinarios y policl{nicos para el examen médico legal, para ayudar a los juzgadores y atin para juzgar. La Defensa Social actual se basa en los estudios so- bre el examen biopsicolégico del criminal, cuya tesis central es el empleo global de las técnicas de indivi- dualizacién ante la justicia penal. Las dificultades que se presentan son bastantes: - Diferencias entre el pensamiento juridico (norma- tivo y ético} y el cientifico (especulativo, empirico, no normativo, amoral). - La individuatizaci6n supondrfa reformas profun- das en las leyes y en las filosoffas penales tradiciona- les, por ejemplo para satisfacer el principio de legali- dad. Existe también Ja prevencién de la Magistratura a crear una “cientificocracia” competitiva. - Injerencia en las libertades individuales. La indi- vidualizacién biopsicolégica, etc., podria alimentar Ja prueba y chocar con la presuncién de inocencia. No proteger debidamente los derechos del individuo, 4No debe realizarse si el individuo no quiere?. - Las ciencias humanas no estdn lo suficientemente avanzadas, ni en el diagndéstico y prediccién ni en nor- mas terapetiticas, para el tratamiento y rehabilitacion o, simplemente, para la supresién de la recidiva, Esto no es cierto al menos en ciertos trastornos sexuales, psicopatas, enfermos mentales y en el empleo de psi- cofaérmacos. 83 - El peligro de crear una fosa entre la opinion de los cientificos y la opinién publica. Las leyes se basan en la opinién pero, en la dominante, no en la masa; con el tiempo y {a informacién, la opinién debe cambiar. - Los socidlogos consideran que esta individualiza- cién no tiene ninguna influencia sobre el volumen del erimen, El crimen es un fenémeno social, que siempre existird. El crimen organizado, el econdmico y el polf- tice no se veria afectado por ello, Seguimos insistien- do que, a nivel individual el criminal tiene derecho si él lo quiere, a ser juzgado y liberado de esta condi- ci6n, sea cual sea el tipo y clase de su crimen. - Los propios delincuentes estan acostumbrados ya, a la tarifacién actual de las penas, Les seria dificil comprender por qué por un mismo delito la tarifa es distinta segan ef autor. Cualquiera, con una minima experiencia entre condenados sabe que esto sdlo es importante sino se aplica por igual a todos, como ha sucedido entre nosotros con la amnistfa politica de 1977, - La Administracién de Justicia, se verfa en la prac- tica obstruida por la implantacion de estas practicas psicobioldégicas, estando ya desbordada por el volu- men de los asuntos, Hasta aqui hemos examinado las dificultades de la individualizacién ante la justicia penal. Ahora exami- naremos sus ventajas. En parte ya fue objeto de ante- rior estudio pero seguiremos un orden similar. - Las penas son ain muy retributivas. La filosofia penal debe aceptar las aportaciones de las ciencias hu- manas para penas orientadas exclusivamente a la rein- corporacién social. - Modernizaria los métodos de administracién de la justicia penal. La utilizacién inmediata de los avances de las ciencias humanas ayudarfa a la diversificacién 84 de las medidas, a la introduccién de ciertos aspectos pedagégicos en la Administracién de Justicia, a infe- tir sobre la evolucion de ciertas carreras criminales y en la actitud de la opinién publica. - Enriquecerfa la investigacion y prevencidn, e iden- tificacién mas precoz de la peligrosidad e incluso los mecanismos de selecci6n para examen, orientacién y tratamiento. - No se perderfa el inmenso archivo que, para los estudios criminolégicos, supone tanto asunto, solo normativamente examinado; la difusién y nivel de la Criminologia serfa muy elevada. ~ Desetiquetar. Pasar por un tribunal es ya ser “cri- minal”. Pasar por otras instancias como las ciencias humanas permiten, serfa socialmente un gran bien. - Permitir tratamiento biolégico como Ja Ciprote- rona en ciertos desvfos sexuales, psicofarmacos, etc. - En la prevencién, colaboracion no solo con estas Ciencias sino con otras estructuras sociales como aho- 1a veremos. - En los Centros de Detencion y Tratamiento (ver el trabajo de Alarcén en “Estudios PenalesII”’, edita- do por esta Universidad), para ayuda a las Juntas de exculpacion y Libertad Provisional, prediccion futura y tratamiento, fundamentalmente, Psiquidtrico, técni- cas psicoterépicas, quirtirgido, psicofarmacos, hormo- nal, comunidades terapéuticas, determinantes biolégi- cos en técnicas de aprendizaje, etc. PORVENIR DE LOS ANOS OCHENTA A LARGO PLAZO Es de suponer que se irdn realizando algunas de las erspectivas que esbozamos, al llevar a cabo una Pro- filaxis criminal, que significa entender los problemas de Ja criminalidad desde muy distintos campos: crimi- 85 nolégico, sociolégico, biolégico, neuropsicolégico, neurofisiolégico, neurobioquimico, juridico y ético, ete. Organizando con los mismos fines, identidad de criterios y una estrecha colaboracién un instrumento parecido al siguiente: 1° La Direccién o Secretaria Nacional de la Preven- cién del delito o del crimen con los siguientes o pare- cidos fines 1.— Estudio y puesta al dfa permanente de la evolucion de la criminalidad extranjera y sobre todo nacional: pronéstica y prevision, para afios sucesivos. 10 afios por ejemplo, 2.— Estudio de las causas de la criminalidad y de los modos de impedirla, Seguir y estudiar las iniciati- vas sobre los trabajos de investigacion en este sentido. Realizar las propias. Evaluar y divulgar los resultados. 3.— Politica criminal; coordinar y desarrollar los trabajos de investigacién, resumiendo los de otras se- cretarfas. 4.— Participar en la politica criminal por medio de encuestas e iniciativas. ORGANIZACION POSIBLE: 0. Secretario Nacional: cargo fijo, no politico, a su vez Presidente de un Consejo Nacional de Prevencién del Crimen, compuesto por unos 12- 14 miembros 01.— De los partidos poifticos 02.— Ministerios 03.— Instituciones de menores 04.— Interior, policfa 05.— Justicia, magistrados, letrados 06,-~ Institutos de la Juventud 86 07. Iglesias 08.— Sanidad y Pprevisién 09. Trabajo 010.— Educaci6n 011.— Patronales 012.— Sindicales 013.— Compafifas de Seguros u otros DIVERSOS DEPARTAMENTOS COMO: a) Departamento de investigacién y desarrollo al) grupo cientffico a2) expertos b) Departamento de coordinacién y encuestas b1) grupos de trabajo c) Departamento para la informacién cl) Contactos con el exterior e interior. Infor- macién publica e Instituciones 2) Publicaciones y Congresos DISTRIBUCION DE FUNCIONES A. Resulutiva, consultiya e iniciativas: Consejo B. Ejecutiva y Direccion: Secretario Nacional. Pre- sidente del Consejo C. Trémite y coordinacién: una secretarfa burocrd- tica D. Departamento de investigacién y desarrollo dl. iniciativa de investigaciones 42. evaluacion de los resultados de ta inyestiga- cién d3. transformar estos resultados en propuestas de medidas y programas de prevencién y tratamiento d4. examinar los resultados 87 d5, analizar 1a evoluci6n de Ja criminalidad d6. mejorar y realizar la estadistica d7. prevencién general del crimen: prioridad ab- soluta d7.1. estudio factores sociales d7.2. juventud y delincuencia juvenil d7.3. tratamiento en general d7.4. indicadores del crimen. 7.5. estudio de reparticion de actividades cri- minales en la poblacién d7.6. evaluaci6n de métodos con jévenes de- lincuentes debutantes 7.7, evaluacién del trabajo de la policfa 7.8. estudio de métodos de tratamiento de li- bertad E. Departamento de coordinacién y encuestas el. encuestas y grupos de trabajo sobre e1.1. proteccién contra el crimen e.1.2. andlisis, evolucién y pronéstico de la criminalidad, con relacién a otros cambios en la So- ciedad e.1,3, el mismo trabajo con relacién a la Ad- ministracion de Justicia e.1.4, informacion drogas e.1,5. cooperacién previsién social, escuela, policia ¢.1.6. problemas de jévenes y adolescentes e.1.7, colaboracién con la organizacién en los Centros post-penales y resultados e.1.8. ensefianza escolar de la ley y el derecho 2.1.9, elaboracién permanente de propuestas sobre desarrollo de la politica criminal, por ¢.1.9.1. cambios en la legislacién e.1.9.2. codigos e.1.9,3, procedimientos 88 ©.1.9.4, cambios en fa filosofia de los valo- res de la sociedad. Cada grupo debe disponer de medios locales e ins- trumentales para su labor. F. Composicién de los grupos de trabajo Funcionarios y personalidades fijas —en misiones pagadas— de los siguientes Centros: f1. Ministerios: Justicia, Exterior, Defensa, Sani- dad y Prevision, Educacién, Trabajo £2. Ministerio fiscal £3, Tribunales £4. Policia Nacional y cientifica £5. Ensefianza publica £6. Universidades £7, Institutos estadisticos £8. Psicdélogos £9. Inmigracién £10. Aduanas f11. Institutos de la Juventud f12. Autoridades locales £13, Técnicos en Ciencias sociales 14. Psiquiatras. Médicos escolares, neurdlogos y endocrinos £15. Patronales f16. Sindicales f17, Otras Los grupos los forma el Departamento de Coordi- nacion: para servir y ejecutar los fines del de Investi- gacién y los mandatos del Consejo y del Secretario General, que pueden finalmente desarrollarse en le- yes, Ordenes, acciones o programas a realizar: en la ensefianza y sus centros, en el trabajo y sus centros, en el empleo del ocio, juegos, deportes, etc. y sus cen- tros, 89 Y fundamentalmente para la Policfa: bien en el or- den ptiblico, la vigilancia de la ley y Ja represion y la criminalistica, etc. pero los mismos criterios sociolé- gicos, crimindlogos y uso de las ciencias humanas, que informa la moderna criminologia. Para Juristas y Ma- gistrados, menos normatividad y codificacién y més atencién y colaboracién (con criterios idénticos cri- minoldgicos que los sefialados para la policta) en los avances de estas ciencias que no sdlo no se estudian —ni la Criminologfa— obligatoriamente en las Facul- tades de Derecho sino que cuestionan, como hemos mencionado, la funcién del fiscal, la profesionalidad judicial y la tarifacién. Al menos investigar que se puede hacer, en la deflacién de las prisiones, en la descriminalizaci6n y despenalizacién, en la despriva- tizacién, Para los Penitenciarios, los mismos crite- rios. Reglamentos, leyes penitenciarias sf, pero equi- pos de cientificos de la conducta en todas partes, programas y centros alternativos muy diversos. Espa- fia, concretamente su Direccién General de Institu- ciones Penitenciarias, es uno de los pocos pafses que ya en 1968 instauré un sistema de equipos para clasi- ficacién y tratamiento en las prisiones, constituido por especialistas de la conducta y crimindlogos, uni- versitarios y especialistas diplomados a la vez, pero es que los penitenciarios tan denostados ultimamente, fuimos los tnicos que durante mas de dos afios nos reunimos dia a dia para estudiar los problemas exis- tentes y tratamos de resolverlos con el concurso de todos los Ministerios afectados, policfa y magistra- tura. Las primeras prisiones abiertas se establecieron entonces. Los primeros programas de prevencién también. Salvo algunos pequefios detalles y una ma- yor benignidad, la nueva Ley general penitenciaria aparte de la inclusién del juez de vigilancia de la eje- cucién de penas, lo que considero, personalmente, 90 un error --tras su fracaso cada vez mds notorio, en los paises con mds larga tradicion en ella como Francia ¢ Italia—, nada nuevo hay en esta Ley, que no estu- viese ya en aquella reforma del Reglamento de Pri- siones de 1978, El profesor Garcfa Valdés, ha puesto sus grandes conocimientos y su mucha vocacién penitenciaria, acompafiado por un equipo de penitenciarios, que es lo mejor de aquel Cuerpo técnico creado en 1968, al servicio de la reforma de las Prisiones —empleando los hombres de las ciencias humanas y un concepto criminolégico moderno— en la nueva Ley general pe- nitenciaria; pero tengo la conviccién de que la Ley no saldrd del Parlamento como un modelo de colabora- cién libre —agresor-agredido— hombres de la conduc- ta —juristas-magistrados— sino como algo sometido al control de la magistratura y mucho més resttictivo de lo que a las Cortes lego jpor qué? La justicia -y no sdlo en nuestro paifs— sigue considerandose la rec- tora del sistema. Ella no cree que deba sufrir grandes transformaciones, ni formar parte de un sistema mu- cho mds amplio. Las perspectivas de futuro dependen de que todos sepamos comprender que hay una politica criminal a corto plazo y otra a largo plazo. De esta no puede es- tar ausente la “biologfa de la conducta humana’’. Aunque todavia hay mucho que aprender ( Valszely) hay ya la clara evidencia de que los animales ye hombre estén neuropsicolégica y neurobioquimica- Mente equipados para responder agresivamente cuando aparecen ciertos estfmulos. Si el hombre ha nacido bueno o malo es una cuestién filos6fica, pero ampliamente evaluable desde estos factores. Lo que los penalistas llaman “cortocircuito”’, el disparo de la agresién puede ser realizado desde un 91 ambiente injusto y un aprendizaje precoz de lo daffii- no y de ideologias y fanatismos diveros. Como con- secuencia la violencia va en aumento y los asesinatos, grupos violentos y terrorismo, estén legando a ser medios normales de vidaen muchas partes del mundo. Segtin la Comision Nacional USA (1978) sobre las causas y prevencién de la violencia, estas conductas estén comprometiendo algunos de nuestros mas pre- ciosas instituciones, envenenando ei espfritu de con- fianza y cooperacién y sustituyendo el didlogo y la convivencia por la fuerza y el miedo. Es en estas dos ultimas décadas cuando hemos co- menzado a tener algtin conocimiento sobre los sus- tratos nevrobioquimicos y neuropsicolégicos de fa agresi6n y también de la biologfa de la conducta hu- mana, lo que hace decir a Rodriguez Delgado “el entorno del Hombre es estructurado dentro del cere- bro humano” de un modo orgénico material. Hasta ahora esto ha sido un proceso automatico, pero desde ahora puede ser organizado por el propio ser huma- no, Cajal dijo “El hombre puede ser el escultor de su propio cerebro si se lo propone’’. Esto entonces era una teorfa, hoy es algo demostrado. Una continua interaccién entre zodlogos, etdlogos, geneticistas, farmacdlogos, socidlogos, psicdlogos, psi- quiatras, neurdélogos, neurocirujanos y otros campos de la ciencia se hace necesaria, no solo para preven- cién y control de la desviada conducta humana, sino para su correcto conocimiento y tratamiento. No es solo Rodriguez Delgado, el que dice que el hombre del futuro habré de estar preparado para for- marse, para asimilar su entorno de un modo racional y para poder corregir una serie de defectos que hoy tiene y que son evitables, Ignorar esta necesidad, no promover esta investigacién, esta colaboracién y no 92 tener en cuenta, como propia, ia informacién que ello produce, es perder la esperanza de controlar o aliviar una situacién que es grave no s6lo para la Sociedad sino para las victimas y para los agresores. 93

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