Está en la página 1de 196
Tradaccin de CLASES Ace. Mauer. Farka GanciBERurjo ‘por Erk Ouw Wace siglo veintiuno editores, sa siglo veintiuno de espana editores, sa A lavida de M. Eri Wright, mi padre ‘Todos ls derechos reservados. Prohibit la seproducc total © parcial de eas obre por cuslgier orocedimiento (ya sea ico, eectinio, pti, quimic, mesinic, fxocapia, ec) ¥ el almacenamiento 0 transmisin ce sus contenido en foportes magntios, sonore, visuals o de exalguier oto tipo sin permis expres del edo Primera edcin on expat, diciembre de 1994 © stato 104 DE ESPANA EORTORES 5 (Calle Plz, 5.28083 Madrid Primera edicin en ingles, 1985 © Verwo Editions, Londtes ‘Tilo erin: Cleres DURECLIGS RESERVADOS CONFORMA LA LEY Iimpreso y hecho en Espasa Primed and made to Spain ise de a eubiert: Pedro Arjona ISBN: 84323.0862.5 Depési laa: M. 38.682-1994 Compuesto en Feréndcr Cidad, $1. Catalina Suse, 19. 28007 Medeid Impreso en Closs-Orcoyen, SL. PolgonsIparsa Paracuclos de Jarama (Madea) INDICE PREFACIO 1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA: EL PROGRAMA DEL ANALISIS DE CLASE . EL LEGADO DE Manx FL, PROGRAMA DEL ANALISIS DE CLASE MARISTA CONTEMPO. RANEO PRIMERA PARTE (CUESTIONES CONCEPTUALES BIOGRAFIA DE UN CONCEPTO: POSICIONES DE CLA- SE CONTRADICTORIAS 7 LALOGICA DE LA FORMACION DE CONCEFTOS. PASOS EN EL ANALISIS DE LA PORMAGION DEL. CONGEPTO DE POSL CON CONTRADICTORIA, ELESCENARIO EMPIRICO (CONSTRICCIONES TEORICAS El programa explicative Propiedades estructurales del concepto de clace SOLUCIONES ALTERNATIVAS Polasizecin simple... La nueva pequeta burguesia La mveva clase " Estratos intermedios CCONSTRUCCION DE UN NUEVO CONCEFTO [PROBLEMA CON LA CONCEPTUALIZACION UN MARCO GENERAL PARA EL ANALISIS DE CLASE, LAEXPLICACION DE ROEMER DE LA CLASE Y LA EXPLOTAGION Elconcepto de explotacisn ‘Chase y explotacion HACIA UN MARCO GENERAL PARA EL ANALISIS DE CLASE lotion econémice yopresin ecenémies Relonmlocicn del coneaps de explocion ada Explotactn de bienes de o:ganizacién Una ipologia general de la clase y la explotacion Las clases medias y las posiiones contradictorias (OTRA VEZ PRORLEMAS IN RESOLVER, El estaruto de la “organiascién’ en los bienes de organiza: Cualifieaciones y clases Tnteracciones entre formas de explotacién Bases de explotacién distnss aloe bienes 4. IMPLICACIONES Y ELABORACIONES DEL MARCO GE. NERAL ‘i Seth ‘TEORIAS ALTERNATIVAS DE LAS CLASES MODO DE PRODUCCION ¥ FORMAGION SOCIAL eso relative Relaciones internas versus elaciones externas Relaciones superpuestas ves relaciones distintas LATEORIA DE LA HISTORIA. EEGIIMACION Y MOTIVAGION [ESTRUCTURA DE CL.ASBS Y FORNS DE ESTADO ESTRUCTURA DE CLASES Y FORNSCION DE CLASE |ALIANZAS DE-CLASE [AS MUJERES EN LA ESTRUCTURA DE CLASES Adguisicién y dstibucién de bienes [Las amas de casa y ln estructura de clases Son las mujeres en cuanto tales una clase? CcONcLUSTON SEGUND# PARTE INVESTIGACIONES EMPIRICAS 5. DECISION EMPIRICA ENTRE DEFINICIONES DE CLASE, RIVALES ee LLAESTRATEGIA EMPIRICA CONG HACER OFERATIVAS LAS EECISIONES Variables dependientes parila decisién ‘Asiudes: jsieacén, 153-—Actindes: medida, 167 —Tagre See: usicaion, 169. Inyeron:medids, 170, (Gémo hacer operativas las variables de estructura de clases. I concepto de estructura de clases centzado en la explocscién, 17L—Defincones de la clue obrera por el wabsjo manual, a por el tiabajo product: Indie 39 35 100 108 108, iret m2 13 7 us 121 122 124 125 128 133 bE 140 1 144 145 146 1a 150 135 156 160 162 m Indes 6 REFORMULACION DE LAS HIPOTESIS [NOTA SOBRE 105 PROGEDIMIENTOS ESTADISTIOS : Mucstra Ponderaciones ‘Tests estadisicos RESULTADOS EMPIRICOS is Decision de la definicién de la clase obtera por el trabajo produetive . et Hipsters comunes, 190.—Decisn por los ingresos, 192-—De ‘sion por las actiodes de case, 192-—Los efectos del sexo yb Sindcaciéa, 194 Decisién de las definiciones por el trabajo manual Hipéteis comunes, 202—Declsisn por los ingresos, 203.—De cis por las actinides, 203.—Los efectos del sexo y ln sindica dn, 204—Juico goneral de la decision sep el trabajo ma sal, 206, CONCLUSION ae te Problemas y ambigiedades con vistas efaturos trabajos Le especfcocon de la clase obres, 212-—Tryectrias de cl 56.213 LA ESTRUCTURA DE CLASES EN EL, CAPITALISMO CONTEMPORANEO: UNA COMPARACION ENTRE SUE- CIA ¥ LOS ESTADOS UNIDOS DISTRIBUGIONES DE CLASE Distribuciones globales de clase Clase y sexo Clase raze Clase y sector econémico Ts estructura de clases y el estado ia clase y las dimensiones del empleador Sumario 7 ‘COMO EXPLICAR LAS DIFERENCIAS ENTRE ESTRUCTURAS DE CLASES. Una estrategia para descomponer las diferencias entre es suctaras de clases Descomposicién por sectores econémicos Descomposicin por el empleo pblico «vv Descomposiciéa por la asociacisn de autotidad y ereden- Interpretaciones generales 7 (CLASE Y FAMILIA i [ESTRUCTURA DE CLASES # INGRESOS Hipstesis Variables Resultados empiticos iat 182 182 185 186 188 189 200 209 212 216 207 219 222 26 227 2 232 BS 236 27 239 2a2 244 248 231 258 238 259 261 1. ESTRUCTURA DE CLASES ¥ CONSCIENGIA DE CLASE ENA SOCIEDAD CAPITALIS®A CONTEMPORANER {QUEESLACONSCIENGIADE GLA? ‘Boren cosa Operations Conscenia de cise : Taya de ce shun, 282-Reladone de cate oe nike UNANOTA SOBRE Los PROGEDIMENTOS ESTADITIOS... Interpreacn de a ceuniones de regresiin Blondie de medias sastadis see ESULEADOS nupinicos 1 Relacin deta dela enractte de clases con la ons Sena de ces 2 findlasmultvasiads de cdi ghutads 5. Andis del proceso global de deteminacG dela con. conctostones| CONCLUSION eater : [EL CONGEFTO DE CLASE CENTRAEO EN L.A EXPLOTACION [LA ESTRUCTURA DE CLASES DEL CaPIFALISMO ACTUAL ... [ESTRUCTURA DE CLASES Y POLITICA IMPLICACIONES POLITICAS APENDICE I: ESTRATEGIAS PRACTICAS PARA LA. TRANSFORMACION DE CONCEPTS .. " ircunscancias fevorables para le formacién de conceptos Formas de formacién de conceptos APENDICE Il: CONSTRUCCIONES DE VARIABLES 1 Tipologia basica de las clases 1a. Bienes de organizecién 12. Bienes de cuslficacién/sedenciaies 13. Bienes de capital 2. La tipologia de clases de Poulantaas 3. Sistema de clasficacién del sector industrial 4. Variables de biograta de clare APENDICE Ill: DT0s CONPLETOS EE LOS CUADROS SELECCIONADOS, BIBLIOGRAFIA INDICE ANALITICO.. INDICE DE NOMBRES Indice 265 266 277 279 219 283 283 286 287 288 293 303 306 BIL 3uL 3B 344 315 32 32 3253 33 331 331 3aL Bas 345 345 346 350 359 367 373 PREFACIO Debes aprender a escribir de tel forma que a tus crits cot lee sea Jo mas fell posible ssher por qué estén en desecuerdo contig. Beamnice A. Wace (circa 1960) Empecé a trabejar en este libro hace casi cinco afos, plenstnente con vencido de que lo terminaria mas 0 menos un ho después. En exte tiempo, me han sucedido algunas cosas importantes que han afectado notablemente al plan y «los contenidos de mi prorecto Pata empezar, se ha producido un cambio significativo en lo que los socislogos llamnarian mi “grupo de referencia, ese circulo de per sonas cuyas opiniones y valoraciones tengo en mente mientras tecleo en el ordenador. Mis trabajos anteriores sobre la estructura de clases, el estado, la desigualdad de ingresos y otras mate‘ias afines fueron, en general, escrios, o al menos se pusieron en marcha, en mi época de estudiante de doctorado en la Universidad de California en los pri eros atios setenta, Aproximadamente hasta 1980, la mayor parte de lo que he publicado habia sido formulado ya en mis afios de estu diante, o bien procede directamente del impulso de aquel periodo. ‘Mi grupo de referencia como estudiante de doctorado estaba constituido por un citculo de estudiosos marxistas relacionados con Ja revista Kapitalistate y por una orgemizacién informal llamada la *Unién de Ciemtificos Sociales Marxistas’. Se trateba en general de estudiantes, en su mayoria radicalizados durante el auge de los movi sientos antibelicistas y por los derechos civiles de la década de los sesenta, 7 casi todos adoptaban alguna variedad del enfoque marxista ‘en la teotia social. Si bien muchos nos tenfamos por poco ortodoxos ‘en uno u otto sentido, considerabamos que las categorias bésicas del andlisis marxista, desde la teoria del valor-trabao hasta la teoria del ‘estado capitalista, constituian puntos de partida més o menos incues- tionables, Eramos muy fervorosos y apasionados y nos sentiamos de- cididamente en posesion de la verdad. ‘Como sucle decise, los tiempos han camb.edo. Muchos de los estudiantes que se embarcaron en la revitalizacién del marxismo nor Py : teamericano durante los afios seienta han pasado a ocupar puestos académicos y profesionales, y una buena parte de los académicos son ya titulares, La seguridad de tener respuestas para todas las preguntas se ha visto en genetal atemperaca por una actitud mas cautelosa y matizada, De hecho, el marsisme ha pasedo a ser en muchos casos objeto de une considerable critice por parte de la izquierda académi- ay muchos estudiosos radicales hoy se identitican con lo que ga nos hati denominado “postmarxissio" En cuanto a mi, me hice profesor ayudante y luego profesor titu- dar de la Universidad de Wisconsn. Me he hecho también mas cons- ciente de los problemas de la teoria marxista y de la necesidad de afrontarla més meditada y rigurosamente. Pero no ke alterado, espe- 10, mi compromiso basico con el aroyecto de esa teoria ni con las in- twiciones fundamentales en ella centenidas A este compromiso se debe que colaborara en la puesta en mar: cha de un programa de doctorado en el departamento de Sociologia de la Universidad de Wisconsin titulado «Anilisis de clase y cambio histéricon. A su vez, este programa se convirtié en un elemento cru cial de mi nuevo grupo de referencia, A diferencia del circulo de es tudiantes al que petteneci en Betkeley, el curso de Anilisis de clase de Madison results ideolégicamente mucho mis variado y, desde luego, menos comprometido con una perspective marxista tradicio nal. Pot lo tanto, me vi obligado como profesor a defender de mane- 1 activa las tesis nucleares del merxismo y a hacerlas atractivas a los ‘ojos de une audiencia bien predispuesta, pero no convencida, Como ‘consecuencia de ello, y en particular de mis discusiones a fo largo de un fio con un grupo de fogosos estudiantes de mi curso sobre “Teo- ria y metodologia de la ciencia social marxista’, he llegado a cuestio nar, clatificar y reformular muchas de las ideas basicas que antes ha- ‘bia dado por sentadas Mi papel de profesor representa sélo un aspecto en este cambio de grupo de referencia. Tal vex resalte aiin més determinante para el rambo intelectual concreto que viene tomando mi trabajo el haber entrado en estrecha relacién con an grupo de estudiosos de izquier da, cercanos ent distinte medida al marxismo, que se rednen una vez al aiio para discutir sus respectivos trabajos. El grupo incluye a G.A. Cohen, John Roemer, Jon Elster, Philippe van Parijs, Robert van, der Veen, Robert Brenner, Adam Praeworski y Hillel Steiner. El hilo conductor de su pensamiento es lo que ellos llaman “marxismo anali tico”, entendiendo por tal el cuestionamiento y clarficecién sistemat- Proecio a cos de los conceptos basicos del marsismo y su reconstruccién den- tro de una estructura teérica mas coherente, Las discusiones del gra po, y el amplio abanico de ideas y perspectivas nuzves que abri6 para ‘mi, han producido un considerable efecto sobre mi pensamiento y sobre mi trabajo, i Si estos grupos de seferencia definen las fuerzas postivas que han actuado en la formulacién de nuevas ideas, hey otros aspectos de mi situacién actual que representan presiones negatives. Como conse: cvencia del paso de estudiante de doctorado a profesor titular, he in sresedo también en una muy tentadora cadena ce recompensas, Mi Investigacion sobre les clases ha dado paso a una serie de cuantiosas becas de investigacién que cubren parte de mi salario y me permiten restar tiempo a la docencia para dedicarlo a la escritura, A medida que ha aumentado mi reputacién, he ido teniendo muchas oportuni dades de viajar y de conferenciar en distintos lugares del mundo. Mi departamento de Sociologia y la Universidad de Wisconsin también me han recompensado generosamente. Como materialsta marvista y como estudioso de las clases, no puedo pensar que todo esto no haya tenido ningtin efecto en mi, ni que, por un simple acto de voluntad, pueda vacunarme contra la seduccién de la vida eGmods y segura de tun prospero académico en una sociedad liberal demoerética del capi- talismo avanzado. 1Los privilegios que conceden las universidaces de elite han he- cho que muchos radicales sospechen con razén d= los “marxistas aca démicos’. Puede que esa suspicacia sea especiabnente pronuncieda ‘en los Estados Unidos, en donde la ausencia de un movimiento s0- Calista de masas cohesionado, no digamos ya de un partido revolu cionstio de In clase trabajadora, ha hecho dificil ef que muchos aca: démicos marsistas se asocien con el dia a die de las luchas del socialismo, Desde luego, en mi eas0, yo no he sido un activista politi co en los tikimos afios. Aunque mi trabajo ha tomado forma en rela cién con los acontecimientos politicos y sociales. no se ha forjado a ‘ravés de un compromiso directo con las luchas populares. Desconazco de qué modo las realidades y decisiones instituci: rales ¥ politicas han podido conformar las ideas elaboradas en este libro, Ni siquiera sé realmente si, en las citcunstancias historicas pre- sentes, mi trabajo se ha visto beneficiado 0 perjudicado por las con: diciones particulares en que ha sido escrito. Es posible que mi actual posicién haya ensanchado mis posibilidades de pensar eriticamente gracias al tiempo, los viajes y los estimulos intelectuales que me ha ES Preficio facilitado, més de lo que podrien mermatlas los privilegios que esa misma posicién me confiere. Lo que si sé es que he sido consciente de estos problemas y que he intentado mantenerme en una actitad de autovigilancia que pudiere minimizar los efectos negativos de estas condiciones materiales sobre mi trabajo. Aparte de todas estas consideraciones de caracter profesional, ni vi- da ha experimentado un cambio mas, de proporciones masivas, des. cde que comencé a trabajar en el libro: el nacimiento de mis dos hijas, Jennifer y Rebeccs, que ahora tenen cinco ¥ cuatro aos. Ignoro si ini sensibilidad tedtica se ha visto alterada en algo por le maravillosa transformacién que estas dos pequeiias han introcucido en mi vida, pero estoy seguro de que habria terminado este libro un pat de afios antes si no me hubiera entregado al disfrute de la paternidad libe- aca En el curso de la redaccién del libro, he recibido de muches per- sonas un gran nimero de sugerencias relatives a diferentes capitulos y argumentaciones. Estoy especialmente agradecido a Andrew Levi- ne, Quien trat6 con cierto éxito de retrasar la terminacién del manus cerito haciendo demasiados comentarios dificiles. Michael Burawoy fae muy importante a la hora de clarificar el programa inicial del li bro durante el estimulante aiio que pas6 en Madison, Los argumen: tos del libro también se han beneliciado decisivamente de una serie de comentarios y discusiones que mantuve con John Roemer. Robert Manchin, socidlogo hiingaro que pas6 un afte en la Universidad de Wisconsin, contribuyé en gran medida a redondear las ideas que aparecen en el capitulo tercero. También agradezco los comentarios cscritos de Adam Przeworski, Géran Therborn, Perry Anderson, Da- niel Bertaux, Ron Aminzade, Richard Lachmann, Philippe van Parijs, Robert van der Veen, Trond Petersen y Sheldon Stryker, y las esti- mulantes discusiones que sobre los problemas suscitados en el libro he mantenido con Ivan Szelenyi, Jon Elster, G. A. Cohen, Géran ‘Ahme y con fos muchos estudiantes de mis cursos y seminarios, que continuamente me obligaban 2 volver sobre ellos. Charles Halaby, Robert Hauser, Rob Mare y Tom Colbjornson me aclararon varios problemas técnicos de los capitalos empiricos. Quisiera expresar mi ageadecimiento al equipo de investigacion gue trabajé en el proyecto Prlcio » de estructura de clases —en especial a Kathleen Cairns, Cynthia Cos- tello, David Hachen, Bill Martin y Joy Sprague— por su enorme contribucién a las investigaciones empiticas de este libro, Con mi mujer, Marcia Kahn Wright, he contraido una especial deuda de gra- titud por no dejar que me obsesionara demasiaco con mi trabsjo y por ayudarme a conservar la perspectiva de las cosas, Pot iltimo, quisiera agradecer el soporte econdmico que [a National Science Foundation, ef German Marshall Fund de los Estados Unidos y la ‘Wisconsin Alumni Research Foundation han prestado para la invest gacion y redaccion de este proyecto, Mientras se escribia este libro, cuatro personas a las que amaba han muerto, Mi abuela Sonia Posner, cuyo amor al saber y cuyo compro- ‘iso nunca roto con los ideales revolucionarios marcaron profunda- mente mi vida, fallecié en la primavera de 1980. Luca Peronne, cuye ‘camataderia y brillantez guiaron mis primeros pos en el analisis de las clases, murié avanzado ese mismo afio. Mi padre, M. Erie Wright, de quien nunca me abandonarén su educacién, vitalidad y curio- sidad, fallecis en 1981. Y Gene Havens, compuero” y colega de quien apcendi a ser un académico y un matxiste riguroso, mutié en cl verano de 1984, cuando el libro estaba casi terminado. A la memo. ria de los cuatro esta dedicado. Erik Ou Waucer ‘Madison, Wisconsin ‘Noviembre de 1984 + Bn castellano ene original, 1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA EL PROGRAMA DEL ANALISIS DE CLASE EL LEGADO DE MARK Como # menudo se ha observado, y lamentado también, Marx nunca definis ni elaboré sisteméticamente el concepto de clase, pese a la centralidad que ese concepro tiene en su obra. ara eterna frustra- cin de aquellos que buscan en los textos de Mars respuestas autori- zadas a los problemas teéricos, en el tinico lugar donde se promete tal elaboracin —el ultimo capitulo del tercer volumen de El capita titulado . Si bien Marx nunca respondis sistemiticameate a esta pregunta, su obra esta sin embargo lena de analisis de clase. Con algunas ex: cepciones, la mayor parte de ella gira en torno + dos problemas: la claboracién de mapas estructurales abstractos de las relaciones de clase y el andlisis de mapas coyunturales coneetos de las clases en tanto que agentes. El primero de estos anilisis se ocupa del modo en que la organizacién social de la produccién determina una estructura de “huecos” en las relaciones de clase, huecos que son ocupados por personas. Este anilisis estructural de las clases se encuentra prin ipalmente en los més célebres trabajos tedricos de Marx, en es- pecial en El capital, en donde desentrafia la estructura y la dinémica del modo de produccién capitalista. El segundo -ipo de andlisis, por su parte, no se ocupa de [a estructura de clases como tal, sino del modo en que los individuos ubicados en las estructuras de clases lle gan 4 organizarse en colectividades que huchan, Este andlisis de la formacién de clase se encuentra de modo més conspicuo en los esct- tos hist6ricos y politicos de Marx, en donde trata de comprender el 2 Plontecriento de problems juego de las fuerzas sociales colectivamente organizadas para explicar las transformaciones histéricas concretas. Las imagenes que afloran de estos dos tipos de anilisis son total- mente distintas. Del aniliss estructural abstracto de las clases procede cel mapa tipictmente polarizado de las relaciones de clase que atraviese la mayor parte del analisis marxisno del modo de producciéa capita lista en El capital esi como buera parte de su discusién, de carécter is abstracto, sobre las trayectorias epocales * del desarrollo histéri- cor amos ¥ esclavos, sefiores y siervos, burguesia y proletariado, Aun: «que en tales discusiones abstractas de las relaciones de clase ocasional mente eperecen referencias a posiciones no polerizadas, en ningiin lugar reciben un estatuto teérico riguroso, sino que se las trata como sien general tuvieran una importancia estrictamente periférica, En contraste con este mapa abstracto, simple, polarizado, de las re laciones de clase, los andlisis politicos coyunturales de Marx se caracte- rizan por una abundancia de clases, fracciones, facciones, categorias 30- ciales, estratos y otros actores que pueblan el escenario politico. En E2 18 Brumario de Luis Bonaparte, por ejemplo, hay noticia al menos de los siguientes agentes en los conflictos sociales: burguesta, proletariado, grandes terratenientes, aristocracia financiers, campesinos, pequefia burguesi, clase media, lumpen-proletariado, burguesia industrial, altos dignatarios. Marx no Hleva ¢ cabo ningtin intento de ofrecer un andlisis terico solido de estas diversas cxtegorias ni del estaruto conceptual de las distinciones que utiliza. Lo que en este texto le pteocupa es com prender la relacién existente ene las luchas que enfrentan a estos agentes y el estado. En particular, trata de explicar cudles son las pau- tas de victorias y dercotas en tales Iuchas, los efectos de ests victotias y derrotas sobre los cambios en el estado, y los efectos del cambio de ré- simen sobre las pautas de las alianzas y las confrontaciones entre los agentes, No se aplics a la elaboracién de un mapa riguroso de le es teuctura social concreta en que habitan los protagonistas del drama Esto es caracteristico de los escritos politicocoyunturales de Marx. ‘Aungue'nos presenta una lista de categorias descriptivas que se corres- ponden con los verdaderos agentss de los conflictos, no nos facilta un conjunto de canceptos precisos que nos permite descifrar com rigor ceil es la base estruccural de la mayoria de esas categoria. © Fpochal tajcorie, El advo ‘epocl’ (cambio epoca, transicién epocal, te) hace referencia la division hitbica en etapae definidas poe an mode de peo. ucetn caracteriatin. (N. de! T} progr del ands declare 3 Lo que, asi pues, hallamos en la propia obra de Marx.es un con cepto abstracto polatizado de los “huecos® generados por las relacio- res de clase, y un mapa descriptivamente sbigarmado de agentes con- cretos en las luchas de clase, pero ningiin vinculo sistemético entre suno y otro, Desde Inego, Marx pensabe que fa tendencia histrica del capitalismo apuntaba hacia una creciente polarizacién en lo conereto. Los datos pereen indicar que, e3 muchos pases capitalists, ef sutoemlee ‘omens a erecer a prncpios de los aos setzta: Ea los Extdor Unidos, el nivel nds bajo de auroemplenes se alanas en tone a 1972, com It cifta de aproximads ‘mente un 9 de i fueren de tabjo (agin datos oficiales del gobierno norteamer: ano) A patti de entonees, el auroempleo ha ido creciendo de modo sotenido cade 20, por lo menoe hate 1984, lprograea del anliarde late 3 rmacién y ala lucha de clases se ha hecho més dificil de soslayar. Ya no se da por sentado que [a historia eliminara gradualmente ese pro- blema conceptual. Halla su solucin ha sido una de las preocupacio- nes centrales en el resurgimiento del andlsis marxista de clases @ lo largo de los sltimos veinte afios, Para comprender el programa tedrico de este nuevo corpus de studios marxistes sobre las clases, nos sera itl distinguir formal- mente dos dimensiones del andliss de clase que hasta aqui han per- ‘manecido implicites: en primer lugar, el hecho de que el anilisis se centre primordialmente en Ia estructura de clases o en la formacién de clase: en segundo lugas, el nivel de abstraccién desde el que se analizan las clases. De aqui resultan seis focos posibles del andlisis de clase, como muestra el cuadro 1.1 CHADRO LL. Obs ers ym de abc neem mars [ae abstracciin Onjetostedioos de are TemecuRnee cai Femuaoue case WoooperRonusoON Relaciones de clase Lucha epocal ent polaizades Fomuccwsccn -—Coesistensia do clases ba- Alianzas de case Sadas on aierentes maces de produccion y on Sus a Terentee estacioe de dese ‘rolo comune Variablidad institucional Organizaciones de clase tenia relaciones de case en concielas: paridos, sincica fempleos dados tos ores La distincién entre estructura de clases y formacio de clase resulta bisica para el andlisis de clase, si bien frecuentemente aparece impli ita, Le estructura de clases se refiere la estructura de relaciones s0- ciales en la que estén inmersos los individuos (0, en algunos casos, las familias), y que determinan sus intereses de clase. En posteriores c2 pitulos diremos mucho sobre cémo habria que definir esas relacio- nes, Lo que aqut nos interesa subrayar es que la estructura de clases define un conjunto de huecos 0 posiciones que son ocupadas por los individuos o las familias. Esto implica que, en relacién con la estrucs tura de clases, podremos hablar de posiciones “vacantes” (posiciones que en un determinado momento no estén ocusedas por personas reales), de un “excedente absoluto de poblacién’” (an exceso de per ‘ Plenexniento de problema sonas en relacién con los espacies de la estructura de clases) y de “ocu- pantes” de posiciones de clase (as personas ubicadas de hecho en una estructura de clases dada). Aungae de esto no se sigue que la estructi- ra de clases exista independientemente de las personas, si significa que existe independientemente de las personas concretas que ocupan posi ciones concretas‘, La formacion de clase, pore! contratio, se refiere ala formacién de colectvidades organizadas dento de aguella estructura sobre la base de los intereses prefigurados por esa misma estructura de clases. La for- rmacién de clase es una variable. Se puede caracterizar una determinada estructura de clases mediante uns gama de tipos posibles de formacién de clase, que varian en la medids y en la forme en que lo hace la orga nizacién colectiva de las clases. Las colectividedes basadas en la clase se pueden organizar, desorganizat y seorganizar dentro de una determi- nada estructura de clases sin necesidad de que se produzca ninguna ‘ransformacién fundamental de la estructura de clases misma? Si la estructura de clases se define por las relaciones sociales enire clases la formacion de clase se define por las relaciones sociales dentro de as cla- ses, relaciones sociales que forjen colectividades embarcadas en luchas, La distincién entre niveles de abstraccién dentro del anilisis de clase es una cuestin algo més compleja. El discurso marxista sobre las clases se caracteriza tipicamente pot tres niveles de abstraccién: el mo- do de produccién, Ia formacién «ocial y la coyuntura. EI nivel mas élevado de abscraccién lo constituye el modo de pro- duccién. En él, las clases se anafizan en términos de tipos puros de re TE problema de describir adecundamente la relackin ene seres humanos de carne y hussoy relacones sciles ha sido objeto de largo y a mencdo oscuros de bate a I scilogia. Frecusntemente se a dieho que, puesta que la relaciones #0 ales no exsirion si dejran de exist todos lor seres humans que pariipan en cla entoncee ne tiene sentido disingir ene Ia etroctoray ls individuoe gue tin en la esnscrora. La formalacisn que 70 he elegdo no cane alas relaciones So: ciales ura exizenci independiente de las personas como tles pero si les da na fxiencia independiente de lar persoaue parcuaret. Dicho de oro modo: en una fries se puede susttir a todos Tes individuos reales en el uanscoso de une ge rneracin, pero la estuctara de clases en es frien todavia podria seguir slendo le 5a comprensin de In vriabilidadl de Ia formacin de clase en sxminas de oe fenizacin, devorpenizaign y eorgansecion dels colecividades basadasenla clase frocede dela obra de Adam Praewonkd, Veese, en concreto, su «Prom Proletariat fnuo Clas The Process of Class Strugle fom Kal Kautsy's The Class Straggle to Recent Dobates, Palit and Soca vl. 17, ama. 41979, Elprogrme del lid clase 1 laciones sociales de produccién, cada uno de los cuales entrafia uh mecanisino de explotacién distintivo. Cuando Marx hableba mis amtiba de la “forma pura” de las clases en la sociedad cepitalista, se estaba reficiendo al andliss de clase en este nivel maximo de abstrac- ci6n. En muchas discusiones del nivel de abstraccién “modo de pro- duccidn” se da por sentado que, cuando estamos instalados en él, no se puede admitir ninguna vartabilidad en un mistao modo de produc- cién: cuando se trata del modo de produccién, todos los capitalismos son iguales. En mi opinién, esto es un error. Sin movernos del mismo nivel de abstraccién, sigue siendo perfectamente posible defini dife tenes formas de un modo de produccién determinado, Cierto que uuno de los temas centrales de las teorias marxistas sobre el modo de produccién capitalista he sido el de que ese modo de produecién posee en sf mismo una Iogica intcinseca de desarrollo. Lo que esto significa es que el modo de produccién capitalista muestra en sf mismo una tendencia a pasar por diferentes “etapas’, cada un con su forma di tintiva de relaciones sociales capitalistas (acumulacidn primitiva, capi: talismo competitivo, capitalismo monopolist, . Los conceptos no sélo deben conformarse a las reglas y presupuestos conceptuales especifi ‘ados en el marco tesrico, deben aparecer también en distintos tipos de explicaciones. FI hecho de que un concepto sea consistente con su matco tedrico no determina, en y por si mismo, que sea capaz de fancionar con eficacia en la explicacién de un problema empitico cuslquiera sometido « ese matco teético. Los conceptos difieren, dentro de una misira teoria y entre unas teorias y otras, segtin la fuerza relativa de estes dos constricciones {ue pesan sobre su formacidn. Dentro de una teoria dada, los concep: tos destinados a un uso directo en las observaciones empiticas estin, por lo general, mucho més constrefiidos empiricamente que aquellos ‘gue apatecen en las proposiciones més abstractas de la teorfa. De he- cho, las constricciones empiticas sobre las formulaciones tedricas mé mamente abstractas pueden quedar tan atenuadas que los concep- 9 Ei hecho de que las constrieciones del mundo real eperen a través de concep. tos a voces he levado a algunos a rata la canerceie tmpucsta por la investiga {Gon empitice como st fuera Mentca a la constriccin impaeta por ol marco tesco ener yo que way ots operaa, en certo sentido, “dent> del pensamiento" En pinion, esto etn error. Aun cuando no exists Una relacn de uno a uno ente el ‘odo en que el mando ‘eulente sy los datos abtendos en una investigsion et pin (ye qus los datos se recopilan por medio de concqpas dacs ce nterano), ‘on todo los daton extn constetdds por mecaniamos rlles dl mande, Si el man fo foera decent, lo datoeserian diferente, del misma modo que ls datos tam bids serian otros si cambiaran lo conceptes. Esto iaplica que la cansticcién empit ‘cn sobre la formaciin de conceptor —la constriceign impuests por el hecho de que loeconceptos deben figaar direct o indirectamente en las explieaciones dels ers menos empire puede entenderse como una consrcién mediadn procedente el mundo real mismo, 2 Cuctoneconespials tos acaben por parecer constracciones estrictamente L6gicas. Por el contrario, en la produceién de conceptos concretos, las constriccio- res teéricas por lo general tienden a difuminarse relativamente. En virtud de las contingencias que experimenta la teoria a medida que nos desplazamos de los niveles de andlisis mas abstractos a los més cconcretes, no es inftecuente que se produzcan desajustes entre las es tipulaciones teéricas de la teoria abstracta y la especificacién de los conceptos concretos utilizados en la investigacién. La fuerza de las constricciones tedricas y empiticas experimenta una variabilidad entre teorias igsalmente pronunciada. Ciertos matcos tedticos extracn sus presupuesios conceptuales casi directamente de las cavegorias “cle sentido comin” del discurso ordinario, Los requisi tos tedricos para la fabricacién de conceptos tienen en este caso un caticter no elaborado, no estén sujetos a examen critica conseiente y, a menudo, se aplican de modo inconsistente. Los requisites empiri ‘cas, empern, pneden ser muy rigurasos y ser objeto de una aplica ci6n implacable. Serin los “hallazgos” empiricos los que determinen lz adopcién de un concepto, Ik modificacidn de sus contornos o in- cluso su total abandono, En ot-os marcos tedricos, los requisitos teé- ricos a que esta sometida la producciéa de conceptos tienen un ca- ricter sistematico y elaborade, y se aplican con una consistencia deliberada. En tales casos, mostrar que un concepto es incompatible con alguno de es0s requisitos tedricos constituye una poderosa cr ca del mismo y lo convierte en “ilegitimo". Las constticciones empiri- «as también entrardn en juego, pero pueden hacerlo de un modo mas Aifuso ¢ indirect Para una teoria cientifica, el que tales constricciones teéricas in- tervengan de manera sistemética y consciente en la produccién de conceptos nuevos debe verse como un mérito. Sin embargo, si la im: posicion de dichas eonstricciores teéricas sistematicas se antepone al Exito explicativo de la teoria, entonces ésta corre el riesgo de caer en el *teoreticismo’, es decir, de quedar inmunizada en la préctica frente ala actuacién de las constricciones empiticas necesarias para que la teoria cumpla con su misién explicativa. A la inversa, si una teoria se dispone de un modo tal que impida el desarrollo de constricciones tcdricas conscientes, pecara de lo que a veces se ha llamado ‘empiis- mo" 4 Si los vicios metodolégicos del teoreticismo y del empirismo “Tal coma aso el trming, el emgirismo no se refire simplemente a Je ausencia de tales consuiesiones tetieas consientes, sno 2 uns ectiud metodolégce que se llevan hasta el extremo, puede peligrar el estatato mismo de los con. ‘eptos resultantes en tanto que “cientificos” Por repla general, cuando la fabricacién de conceptos tiene lugar dentro de un marco conceptual establecido, el proceso de formacién de conceptos es al mismo tiempo un proceso de elecién entre concep- tos tivales, Evaluar la adecuacién de un concepto dado no es cuestién simplemente de examinar su congruencia con bs requisites tedticos del marco y con las observaciones empiricas fruto de Ie investigacién dentro de él, Aunque la presencia de inconsistencias tesricas y empit- ‘as en relacién con determinado concepto puede proporeionar un mo- tivo para buscarle una alternativa, por si mismas no suelen constitair tuna base suficiente para descartarlo, Esto es asi porque, a falta de un concepto rival mejor, es imposible saber si el culpable de tales incon- fistencias es el concepto mismo o si mis bien se deben @ algin ps blema en las diversas constricciones que usamcs para evaluarlo, Las anomalias empiricas en relacién con un determinedo concepto, pot sjemplo, pueden ser reflejo de alatin problema abservacional o de la presencia de causas no previstas en la teoria, entss que de una dificul fd en el concepto en cuestién, Por su parte, las inconsistencias teér- cas pueden deberse a algin defecto en determinsdos elementos de los requisitos te6ricos abstractos impuestos sobre la teorfa general, y no a un fallo en ese concepto en conereto. En suma, a menos que disponga- mos de un concepto rival que se comporte mejor en relacién con las constticciones tedricas y empiricas que regulan Ia formacidn de con- ceptos, con frecuencia resultaré dificil Iegar a conclusiones definitivas en tomo als adecuacién de un concepto determinado, Por “conceptos rivales” entiendo, en general, definifonestivales del mismo objeto tedrico. Dentro de un marco te6rico marxista, los ejem- prosabe sa elaboracin. Bn el desarrollo de la mayoria de les wows, xiten parce las en las que nose wabsja bajo coastieionesteicas excita y con un alto grado de Sixematizacién, parcels en ls que las investigacianesestin subtevizads ¥ 500 ‘minentemente descriptivas. Esto unicamente conmtuye an problema, en el extido Ge que delata que la teora se encuenia en un estado de tubdesatll, sls proce- Aimientos que en ella se adoptanimpden el ulterior desaollo de l etrctata te 3 Neétese que los conceptoscienificos no poseen ninguna vied sbscata por en ina de outs clases de conceptos —conceptosestticos, eoncepos morales, concep” tos toldgicos ete El teorsicisme » el empivismo, tal como quedan definidos mis arbs, constuyen vicos alo en relaciin con el objetivo ce prodls concepts con fines cientficos, esto es, conceptos que puedan spercer en ls explicaciones del sano el 2 Coestonesconceptuler pos serfan las definiciones rivales de la clase obrers, del capitalismo 10 del estado, mientras que, desd= un marco teérico weberiano, po- driamos hablar de definiciones rivales de la burocracia, de la clausu- 8 social o de la racionalizacin. En todos estas casos, existe acuerdo sobre un determinado objeto testico, pero cuil sea su definiciGn mas adecuada se convierte en materis de discusién Por lo general, las discusiones en torno a los objetos tedricos mismos —es decir, en tor no a cuiles son los objetos tedricos importantes que necesitan expli cacién y cules deben formar parte de las explicaciones— implican problemas de eleccidn entre teorias, y no meramente de eleccién en- te conceptos 7 La eleccisn conceptual es un proceso doble. En él se comparan los conceptos rivales en términos de su respectiva consistencia, tanto con los requisitos conceptuales adstractos de la teoria gencral de la que forman perte, como con las observaciones empiticas obtenidas usando la tearia. Bor ejempla, enel caro del concepto de clase obre ra de la teoria marxista, esto sign fica que hay que evaluat la consis tencia de las definiciones alternatives de la clase obreta con una serie de elementos abstractos de} conczpto de clase (por ejemplo, las cl ses deben definirse en términos relacionales, donde la explotacién es intrinseca a esa relaciOn), y su consistencia también con una variedad de observaciones empiicas (por gjemplo, las pautes de formacién de clase y la distribucién de la consciencia de clase, Esta doble eleccion se convie-te a menudo en una tatea dificil y polémics. En relacién con la cleccién tedrica, pocas veces las teorias cienuificas de la sociedad estin tan bien integrades y resultan tan co herentes internamente como para que resulte claro cuéles son exacts Gonsiguientemence, estas disusioncs no son ments dispute tetminolgics 50 tne el uso de las palbraz Uno podtie deed, por ciemplo, que la plabra “Duroc ‘in’ se use pare deserbir cualquier orgartzacion comple, El probleme de eleceign lente concepros se releriviaentonces alos riterics adecusdos pate defiic tna “ors riaciin comple’, el objet terico al que habria que aplicat la alabea “burocte. sis’. De manera akernativa.ysiguiendo ef uso de Weber, ltérmino “burwcraia" po. Grin tesersree para un tipo purdcular de orgaintciones complean, aguélos ‘orgaizadss sein principios eswicos de eacionaldad formal. En tal ca, el debate s refer los eriterios adecuades para sspecifiear las propiedades de semejane po de organises, ® Deperidiendo de los niveles de absuacién implicadosy de aleance dela ob fetostericos que estén en cnestén, et: cleccién entre teoras puede tener gar ‘dentro de una tics tna general (om anal eso de los perennes Gebststestcos del rmarsisme) oente varias ores generdes, Biogrfide an coneplo 2 mente los requisites aplicables a un determinado concepto, E incluso alli donde podemos encontrar un cierto acuerdo en forno a este pun- to, « menudo sucede que cada uno de los concepios rivales se adapta mejor a requisites conceptuales diferentes. Por lo que respecta a Ia eleccion empitica, con frecuencia las expectativas empiticas aso- ciades a determinados conceptos no son Io suficentemente precisas como para guc algiin *hallazgo” pueda discriminar decisivamente en- tre los conceptos en pugna. Aparte de que, como tantas veces sucede, Jos veredictos de Ia eleccion tedrica y de la eleccién empitica pueden contradecirse entre si. Es a causa de estas dificukades y ambigtieda- des por lo que las disputas sobre conceptos pueden llegar a ser tan contumaces, Una vez que el proceso de formacién y elecciin de conceptos s¢ ppone en marcha, no hay, desde hnego, garantia alguna de que se pue- da fabricar un concepto satisfactorio de acuerdo con las constriccio- nes establecidas. Precisemente una de las razones principales para cemprender la tarea, mucho més ardua, de reconstruir una teoria, e5 el repetido fracaso de los intentos de formar conceptos en esa teoria, de fabricar conceptos que satisfagan al mismo tiempo las constric~ ciones tedricas y las empiticas. Lo que llamamos ‘dogmatismo” no es inés que la negativa por parte de un tedrico a porer en cuestién ele- mentos de su teoria general a la luz de tales fiacasos continuados (0, lo que es lo mismo, enfrentarse a esos fracasos negando su existen- cia) *. E] “eclecticismo", por el contratio, es la negativa a preocuparse por Ia coherencia teérica, Se modifican los vieios conceptos y se adoptan ottos nuevos partiendo de diferentes marcos tedticos me diante un procedimiento ad bog, sin pararse a considerar su compati- bilidad 0 su integeacién en un marco general. Lo que hay que comse- guir es un equilbrio entre el compromiso teético de mantener y fortalecer la coherencia de los distintos marcos teSricos generales y la apertura te6rica necesaria para la transformacién de los conceptos y Ja reconstruccién de las teorias, En el desarrollo real de las teorias cientificas, este proceso munca es tan impecable como las prescripciones metodoldgicas lo presen- tan, Incvitablemente, hay fases del trabajo en las que se tiende al teo- reticismo o al empirismo en la formacién de los conceptos, 0 al dog- © A veses el dogmatiso se confonde con la apicaién sstemdtica de ls requi- sitos edrcos Peco la fidelidad a ana exuetutaterica ala hors de format concep- tos silo deviene dogmites cuando dicha estructura teéviee es tenida por invicable 24 Custonesconepuais atismo y al eclecticismo en Ia elaboracién de las teories. El propési- to de estas directrices metodolégicas, pues, no reside tanto en la es- peranza de trazar una ruta *puta” para el desarrollo teérico, como en proporcionat herramientas para citicar y corregir las desvigciones ‘que inevitablemente se han de producin 'PASOS EN EL ANALISIS DE LA FORMACION DEL CONCEPTO DE POSICION CONTRADICTORIA coyindonos en la légica general de Ia formacién de conceptos que ibis de cdbnartancto tei de elects oe concepto de «posiciones contradictorias dertro de las relaciones de clase» se tira os siguientes pasos: 1) El escenario emptrice, Se trata de indicar los problemes empiticos que no parecian quedar adecusdamente recogidos en el concepto de estructura de clases en la concreciSn que de él prevalecia dentro de Ja teorfa marxists, problemas que pusieron en marcha los primeros esfuerzos para transformar ese concepto, 2) Constrieciones tedricas. Si el concepto que pretende resolver los problemas sefialados en el escenatio empitico ha de incorporerse a la teoria marxista, es importante que-especifiquemos cuales son los ele- rmentos criticos de la teoria general de las clases y de la estructura de clases que actian como parimetros en el proceso de formacién de conceptos. Hemos de repetir que no podemos anticipar Ia conclusion de que dicho proceso de formacién de conceptos tendra exito. Exis- te siempre la posibilidad de que las constricciones impuestas por Ia teoria general de las clases impidan la formacién de conceptos ade- ccuados de clases concretas que sirvan para resolver los problemas ‘empiricos de los que partimos. Si éste resultara ser el caso, entonces Jos esfuerzos por formar tales conceptos terminarian por conducirnos @ una transformacién del marco teérico mas general. En cualquier a0, 05 esfuerz0s presuponen que disponemos ya de una exposi- proceso d¢ formacién sistematiea de conceptos es saber cules son las constriciones t26i cas que pesan sobre el proceso. En el caso del concepio de clase, apenas hay consenso entre los marxistas en toro a en qué consist Ia teoria general marxista de las relaciones de chse,y asi la gama de so- Iuciones posibles al probleme de transformar un concepto de clase determinado variaré en funcién de cémo caractericemos las constric- ciones impuestas por Ia teoria general, Pot lo tanto, es mucho lo que depende en principio de eémo se especifiquen exactamente esas constricciones. La especificacién de las earacterisicas cel concepto general de clase que voy a propone: no debe tomayse nl como una lectura in cuestionable de los textos del marxismo clisico, ni como la expte- sion de alguna postura mayoritaria implicita entre los marxists. ‘Aunque creo que las condiciones teéricas claboradas mas abajo son consistentes con los usos generales en ta obra de Marx y con la logica que subyace a muchas discusiones dentro del marxismo con- temporéneo, no voy a hacer ningiin intento de demostrar ese. afit- macin, En’el peor de los casos, las caracteristicas a las que me referiré representan elementos centrales er los debates marxistas sobre el concepto de clase, aunque no sean exhaustivas ni estén l- bres de discusion, La tarea que tenemos por delante consite, pues, en especificar les constricciones impuestas por la teoria abstracta de las clases mar- 28 Coens concepuaes xista sobre el proceso de produccién de conceptos mis concretos, en nuestro caso un concepto concrero que pueda dar cuenta de las “cla- ses medias” en el capitalismo contemporéneo, Hay dos tipos genera- les de constrccién que tienen especial importanci: 1) constricciones impuestas por el papel explicatvo que el concepto de clase tiene den- tro de la teoria marsista de,la sociedad y de la historia; y 2) constric- iones impuestas por las propiedades estructurales del concepeo abstr: to de clase que le permiten cumplir su papel explicativo dentro de la teoria general Elprograma explicativo El concepto de clase aperece como principio explicativo, de un modo u otro, précticamente en todos los problemas sustantivos abordados desde la teoria marxista. Sin embargo, dos son los blo: ‘ques de explicaciones mas importantes: uno que gira en tomo a la fnterconexin entre estructura de clases, formacién de clase, cons: ciencia de clase y Iucha de clases, y un segundo que se dirige a la re lacién entre Ia clase y Ia transformacién epocal de las sociedades. Examinémoslos por separado. CCONSTRICCION CONCEPTUAL I: La estructura de clases imupome limites la for~ cin de clse, ls consciencia de clase la lucha de clases. Este enunciado no implica que esos cuatro subcoaceptos del concepto general de clase sean definibles independientemente los unos de los ott0s ni que s6lo mantengan interrelaciones “externas” o “contingentes”. Sim plemente significa que las clases tienen una existencia estructural que ¢s irreductible a los distintos tipos de organidaciones colectivas que se desarrollan histéricamente (formaciones de clase), a las ideologias de clase defendidas por individuos y organizaciones (consciencia de clase) 0 las formas de conflicto en que se ven envueltos los indivi- duos en tanto que miembros de uns clase o las organizaciones de cls se (lucha de clases), y que tales est-ucturas de clases imponen cons- triccfones bisicas sobre estos otros elementos del concepto de eles. Este punto no esta libre de polémica. E. P. Thompson, por ejem plo, ha sostenido que Ia existencia estructural de las clases no tiene ninguna relevancia al margen de las experiencias vividas por los agentes. Aunque no llega tan lejos como para rechazar el concept Biogfi de wn concepto ’ de estructura de clases en su totalidad, desde luego lo sitia en un se- gundo plano dentro de su elaboracion de las clases ®, La mayor par- tede los marxistas, no obstente, incorporan implicita o explicitamen- te tales distinciones a sus anilisis de las clases. En general, en estos casos la estructura de clases aparece de un modo u otro como el de- terminante “bisico” de los otros tres elementos, al menos en el senti- do de que fija los limites de las variaciones positles en la formacién de clase, a consciencia de clase y la lucha de clases. El fundamento que subyace a un postulado como éte gira en tomo al concepto de “intereses” de clase y de “eazacidades’ de clase. Ea lo esencial, el argamento es el siguiente. Aparte de otros significa. dos que el concepto de “intereses” pueda tener, ro hay duda de que incluye el acceso a recursos necesarios para el eamplimiento de di vetsos tipos de objetivos o fines. Es indiscurible cue las personas tie- nen un “interés objetivo” en aumentar su capacidad de actuat, El at- gumento de que la estructura de clases impone los limites hsicos para la formacion de clase, la consciencia de clase y la lucha de cla se8 equivale en lo esencia ala afirmacion de que esa estructura cons tituye el mecanisa basico para distribuir el acceso a los recursos en una sociedad, y por tanto para distribuir las capacidades de actuar. La consciencia de clase, en estos términos, ¢s ante todo la compren- sin consciente de tales mecanismos: la toma de eonciencia por parte de las clases subordinadas de que es preciso transformar la estructt- 1a de clases para que se produzce algtin cambio sustancial en su ca pacidad para actuar, y In tome de conciencia por patte de las cla dominantes de que la reproduccidn de su poder depende de la re- produccidn de la estructura de clases. La formaciin de clase, pot su parte, es ef proceso mediante el cual las capacidades de los indivi duos se conectan orgenizativamente con vistas a generar una capaci dad colectiva para actuar, una capecidad gue potencialmente pueda disigisse a la estructura de clases misma, Dado que la estructura de clases define el acceso de estos individuos a aquellos recursos clave ‘que tienen el potencial de ser movilizados colectivamente, ela impo- ne los limites bésicos a las posibilidades de formacién de tales cape. cidades colectivas organizadas. © Véuse especialmente le introdvccin a , P. Thompson. The Mein of be En= lab Working less Harmondsworth, 1968, Parana tnucioncritin dl techez por parte de Thompron de la defincin estructural de lay cass, vate G. A. Cohen, Kar Maret Theory of Bitton & Defy, Oxfore 1978, pp. 7377. 30 Cestionseoneepeuaer Para evitar malemtendidos, es preciso afiadir dos observaciones «8 esta caracterizacién del papel explicativo de la estructura de cla ses. En ptimer lugar, la afirmacion de que la esteuctura de clases li- rita la consciencia de clase y la fermacién de clase no equivale a le afitmacin de que'ella sola las determine. Existen otros mecanis- mos (la raza, le etna, el sexo, las instituciones legales, etc) que ope- tan dentro de los limites fijados por la estructura de clases, y bien pudiera suceder que las explicaciones politicamentesignificativas de Jas variaciones en la formacién de clase o en la consciencia de clase se enmarearan en estos mecanismes no clasistas, en lugar de estar inscrices en la estructura de clases misma. No hay raz6n para empe- cinarse, por ejemplo, en que el determinante mas importante de las, variaciones entre paites capitalistas por lo que se refiere a la forma- cion y a la consciencia de clase resida en sus distintas estructuras de clase (aunque efectivamente podria ser asi}; es perfectamente posible que las diferencias en los mecanismos institucionales, eacia- les, étnicos o de cualquier otro tipo resulten més significativas. Lo que si afirmamos, en cualquier caso, es que estos mecanismos no clesistas operan dentro de los limites impuestos por la propia es- ‘ructura de clases En segundo lugar, la caracter‘zacién anterior no ofrece una descripcién del modo preciso en que la estructura de clases impo- ne e305 limites. En el caso del argumento referido a la consciencia de clase, tal descripcién exigiria un andlisis de estructuras cogni vas ¥ de psicologfa social, un andliss, bésicamente, del proceso ps colégico por el que las personas lleyzn a comprender la desermina- «in social de sus capacidades y de sus opciones. Mi tesis es que, comoguiera que operen estos mecanismos psicolégicos, los meca- rnismos sociales reales que actiian en el mundo y que configuran las capacidades objetivas de las personas imponen limites basicos al modo en que las personas verén esas capacidades. En el caso de la formacién de clase, una elaboraciéa completa de los efectos de la estructura de clases exigiria un analisis de la dinémica organizativa por la que las capacidades individuales para actuar, tal como vie- nen determinadas por la posicién de clase, llegan a movilizarse en formas colectives de préctiea de clase ¥. Una vez més, la tesis es 1 Para una discusién sumamenteinteresinte de este problems, véase Claus Off 4 Helmut Weicentbel «lwo Lopes of Cellecive Acton», en Maurice Zein (om, Polital Power ond Scial Theor, val. 1, Greenwich (Cons), 1980. Bieri de un concepto 1 que, comoquiera que sea este proceso, esti limitado por la forma de las relaciones de clase que distribuyen ef acceso bisico a los recursos en cuestién, ‘Las interconexiones entre estos cuatro elementos constitutivos del concepto de clase se pueden formalizar en lo que en otto lugar he llamado un “modelo de determinacin” 1. Un modelo tal especifi- «2 las formas particulares de determinacién entre elementos. En el presente contexto, hay tres formas de determinacin que revisten es pecial importancia: mitacién, en la que un elemento impone limites sobre las posibilidades de vatiacién de otro; seleccién en la que un elemento impone limites més estrechos sobre la variaciin de otto elemento dentro del espacio definido por unos limites més amplios ya establecidos; y iransformacidn, en la que una préctica por parte de los agentes sociales (individuos y organizaciones de diversos tipos) transforma un determinedo elemento dentro del margen permitido pot las limitaciones y selecciones. FOURA 21. Mado de demining concn coc de cla, mc declase, consciencia de clase y lucha de clases. - COWRSIENOADEGLASE B 8 p alte of gil s eS as i eect i ESTRUCTURA [rc 3 peaaces |} | br atases H qo e a 2 cs a, aya @ 8/8 FoRRAGONDE CASE Vee Clas, Css and she State, pp. 15:29, 102108, paca una discon de tales ‘modelos de determinacién [Clae nist 9 Eade Madrid, Siglo XX, 1985], 2 Cuettone conepinlet Haciendo uso de estos términos, una posible especificecién de las relaciones entre estructura de clases, formacién de clase, cons Ciencia de clase y lucha de clases seria la ilustrada por la figura 2.1 La lucha de clases representa el principio transformador bisico den tro de este modelo de determinacién. La consciencia, la formacién de clase y las estructuras de clases son objetos de Ia hucha de clases y'se transforman en el curso de ests luchas. Dichas transformacio- hes, no obstante, estén constrefiidas estructuralmente. Las luchas de ‘clases estin limitadas de modo més directo por las formas de organi- zacién social formaciones de clase), que a su ver estén limitadss por J estructura de clases existente. Aunque los detalles de este modelo de determinacién se pueden discutir, creo que su contenido esencial en general se adecua a la Tgica de Ia teoria marsista de las clases. Ello quiere decir que cualquier intento de formar un neevo concepto que se adapte « I estructurs de clases concrexa de las sociedades capitalists debe encajar con este modelo (0 con uno muy parecido a él). EI nuevo concepto debera ser capaz de designar un determinante estructural bisico de la formacién de clase, la consciencia de clase y la lucha de clases. Como se vera més adelante, uno de los fundamentos pare mi critica de algunos de los conceptos propuestos para dar cuenta de le «clase media» (por ejemplo, el concepio de Poulantzas de trabajo productivo/improductivo) es que n> responden eficazmente a este modelo, consreccci6y coNcerriat, 2: Las estracturas de clases consttuyen las lk reas cuaitaivasesenciales de demarcacién social elas trayectoviashist- ricas del cambio social, No es s6lo que las estructuras de clases fijen les limites de posibilidad bésicos de la formacién de clase, la cons: ciencia de clase y la lucha de clases, sino que constituyen también el determinante social mas importante de los limites de posibilidad de otros aspectos de la estructura social. Las estructuras de clases representan los principios organizat vos centrales de las sociedades, encel sentido de que delimitan ef smbito de las variaciones posibles en el estad, las relaciones étnicas, las relaciones entre sexos, etc, de suerte que la mejor manera de identificar las distintas épocas histdricas es a través de las estructuras de clases dominantes en celles. Boga dun conerto 3 Este postulado tedrico requiere algunas aclaraciones. En primer hu- ‘la esis, tal como esta formulada, no se pronuncia sobre la cuestién del “determinismo tecnoldgico”. Muchos marsistas adadirian el postule- do adicional de que el dimbito de las estructuras de clases posibles esti limitedo de manera fundamental por el nivel de desirollo de las fuer 2s productivas. Tal postulado estd en el corazén mismo del argumento lisico sobre 1a “dialéctica’ entre fuerzas y relaciones de produccién, Pero, incluso dentro de este argumento clisico, a linea historica ora. cial de demarcacién social sigue siendo las relaciones de clase En segunda luger, aunque dentro del materialism histérico clisico esta tesis normalmente adopta la forma de una explicaciéa fancions- lista de ta relacion que va de las “superestructuras" a las *bases", seme. jante foncionslismo de las clases resulta innecesario, El argumento fun- ional no dice sélo que las relaciones de clase imponen limites de Posibilidad a otras relaciones sociales, sino que la forma concreta de ta: les relaciones viene explicada por su relaciéu funcional con Tas clases. Asi por ejemplo, la forma del estado a menudo se explica por les fun ones que cumple en la reproduccién de las relaciones de clase. La Primacia de Ia clase, empero, se puede preservar sin necesidad de tales ‘explicaciones. Basta con argumentar que la estructura de clases const tuye el mecanismo central por el que se adquieren y se distribuyen dis tintos tipos de recursos, determinando asi las capacidades subsacentes para actuar de los diversos agentes sociales. Las estructures de clases son el determinante central del poder social. En consecuencia, pueden ddeterminar qué tipos de cambio social son posibles, aun cuando no de- terminaran funcionalmente la forma concreta de cade instiucién de la sociedad. Ciertamente, como resultado de tal peder (cepacidades pera actuar, las configuraciones instiucioneles pueden tender a con: vertrse en “funcionales” para la reprodueciéa de las relaciones de ela se) pero esto es una consecuencia de las luchas basadas en tales re- laciones; no es algo producido esponténea o automéicamente por las estructutas de clases mismas ¥, ‘uot defensa de esta consrceién en su version de detminismotecnolig 0 ease G. A. Cohen, Kar! Alaret Theory of History. Pave una cia a la postra de Cohen gue resulta televante en relecion con nuestra discasibn, wase Andtew Levine y Erik Olin Wright, Rationality end Class Strogsle>, New Loe Review, 123 (1980, pps Vease Erik Olin Wright, «Giddens's Critique of Marsa, New Left Reaias 139 1983), pars un desrollo de este exzumenta, "En los tkimos aos, ha tend luger un productive debate ene lo mists 4 Cuestonesconeptsier En tercet lugar, no estoy afirrando que las estructuras de clases {definan un tinico camino para el desarrollo social. Mas bien, la tesis que las estructures de clases constituyen Ia linea de demareacién de las trayectorias del cambio social. No hay ninguna implicacidn te leolégica de que exista un ‘destiro final” hacia el que se moverian inexorablemente todos los cambios sociales. Una sociedad puede te net miltiples futuros, puede encortrarse en su eamino con encrucija. das que la conduzcan en diferentes direcciones %, Nuestra tesis aqui 3 simplemente que, a lo largo de ese camino, las quicbras ctiticas es tin especifcadas por cambios en las esteucturas de clases. Por dhimo, decir que las clases definen las liness clave de demac- cacién no es lo mismo que decir que todas las demas relaciones s0- ciales estén determinadas tinicamente por las relaciones de clase. Aunque éstes puedan establecer los limites de las vatiaciones posi- bles, dentro de esos limites pueden opera mecanismos totalmente autGnomos. Es mas, en determinsdos casos es incluso posible que las formas mas cruciales de variscién en una relacién dada estén todas contenidas dentro de un determinado conjunto de limites de clase. Se puede argumentar, por ejemplo, que, en el capitalismo avan- zado, la destrucciin de las formas institucionalizadas de dominacién ‘masculina estd dentro de los limites de posibilidad determinedos por la estructura de clases. La persistencia de ese tipo de dominacién y las formas conctetas que adopta no podrian, pues, explicarse por les relaciones de clase en cuanto tales, sino por mecanismos directamen- te enraizados en las relaciones entre sexos {tomo «esta vaiedad foncionalista del reduccionismo de clase. El debate ha sido prtculamenteavivado por las discsiones sobre a obra de G, A. Cohen, Kad Mart “Theory of tory congue ya i polémieascbre el marvismo “eericrralita” de lat coca althuseriana habia susctado mucha de esas cuceionesrelativs al funciona: lismo y 2 ln explcnciin fonconal. Para un interesante crace de ergumentee sobre ‘toe stunts, véase Jon Elster, «Marais, Functionalism end Game Theat», y GA Cohen, «Reply to Elster», Theory ond Seca wel. 11, nim. 3 (lio de 1982, Como crluacion no marvsta del funcionalismo marsis, resulta ti Ia obra de Anthony Giddens, A Contemporary Critique of Historia Matrslin, Beskcley (Cab, 1982, "© Para una delenss més ssterncicn de eta tei vate Ec Olin Weight, «Capita lsn’s Faatess, Socialis Revie 18 marco, 1989. "7 Desde estates, empero, since podia munsenee que son es tansfrmacioncs eas relacones de clase —el desatolio de formas avanzadas de prodacein capi lista onto con nuevos elementos de produecisn estatal— las gue expican por gu ls tliminaeion de les formas tosutscionalizedas de dominacin tmasclina he leeado a ser hissricamente posible (esque de hecho ha sido a Biogas de wn concepto 33 El postulado de que las estructuras de clases definen las lineas ccuulitativas de demarcacién de las trayectorias del cambio social sue- leit unido a otre proposicién estrechamente relacionada con él, a st bet, que las luchas de clases constituyen el mecanismo central para pasar de une estructura de clases a otra Si el maps de Ia historia vie- ne definido por las estructuras de clases, el motor de Ie historia es la lucha de clases La lucha de clases se ha definido basicamente de tres manctas: por la neturaleza de los agentes que participan en los conilictos, por los abjetivos del conflicto y por los efectos del conficto. Las definicio- nes del conflicto entre clases basadas en los agentes insisten en que, para que un conflicto se considere “lucha de clases, los agentes invo- Iucrados deben ser agentes de clase (bien individios de determina. das clases, bien organizaciones que representan a determinadas clz- ss) y los frentes del conficto deben ser frentes de clase. Asi, por ejemplo, e] conflicto entre grupos religiosos, incluso si produce efec- tos relevantes para las clases, no se consideraria rormalmente como “luche de clases’, a menos que los grupos religiosos enfientados sean al mismo tiempo clases (0, cuando menos, “representantes” plausibles de clases). Las definiciones basadas en los objetivos, por su parte, sos- tienen que, para que haya lucha de clases, el equilbrio de poder o la distribucién de los recursos entre las clases debe ser un objetivo consciente de la Iucha, No basta con que los protagonistas sean orge- nizaciones colectivas que representen a las clases; deben rivalizar de modo consciente en asuntos de clase. Finalmente, 'as definiciones ba- sudas en los efectos consideran que cualquier conflicto que tenga efectos sisteméticos sobre las relaciones de clase debe contar como “Tucha de clases", no importa cuales sean sus objetivos o sus agentes. 1a primera de estas definiciones es la que me parece mis fértil desde un punto de vista tedrico. Con la definicién basads en los efec- tos, la proposicién de que Ia lucha de clases explica las trayectorias el cambio histérico se acerca peligrosamente a le tautol6gico: si las trayectorias se definen por los cambios en las estructaras de clases, y las luchas de clases se definen como luchas que tiznen efectos sobre Tas estructuras de clases, entonces el que las luchas de clases expli- cquen las trayectorias del cambio histérico es una conclusién casi tri- vial © Las definiciones de la lucha de clases basadhs en los objtivos, ™ Digo "eas" eivial porque no es necesrinmente el cazo qu cnalquer tipo de lucha “explique" wayectrias las tayectonas de camblo podrn explicate mediznte

También podría gustarte