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oe Marcela Paz EL SOLDADITO ROJO | Mi {SQUIEN DUO QUE ESTAR ENFERMO ES. ‘ABUARIDO! MARCELA ESTA LLENA DE DIAS VLE PICA TODO St CUERPO. POR E80, NO PARA DE MASCARSE. TENE UNA ENTERWEDAO QUE SE LLAMA RUBEOLA, PERO ESTO NOES MOTIVO ANA DEAR DE JUGAR CON SU NUEVO ‘AMIGO; UN 601.0800 MUY CCO QUE ‘S ESCAPO DE 6U CAMA DE DORR. MARCELA PAZ ES LA GRAN ESCRTTORA ‘CHILENA DE LIBROS INFANTILES. LA ‘SAGA SOBRE EL PERSONAJE PAPELU: ‘CH FUE LA QUE LE DIO FAM: I BARC, SU OSRAINCLUYE UN MMENSO UnIVEREO DE PERSONAJES QUE NAvE- ‘GAN ENTRE LO COTIDIANO ¥ LO. FANTASTICO EN LA COLECOION EL {BAROO DE VAPOR TAMBIEN HA PUBL {CAD LOS LIBROS JACIY ¥PAZUCA EN taouma PRIMEROS LECTORES mer Eisoidadite ojo, EL BARCO DE VAPOR (4 Marcela Paz El soldadito rojo Hlustraciones de Leonor Pérez soldi roo Mercola Paz Primera edie: junio de 2009 Segunda ecicin: bri do 2010 Direcidn edtorik: Rodotfo Hidalgo C. Direccin teraria: Sergio Tanhnuz P, lustraciones y cubierta: Leonor Pérez 8. Diagramacién: M* Gabriela de ia Fuente G. © Socleded Ediciones Marcela Paz S.A. ‘edicionesmaresiapazsa@arilcom © Ediciones SM Chie S.A. Coyancura 2283, cina 209 Providenci, Santiago de Crile wwwadciones-smet le@eciciones-smct ISBN: 078.056-264.664-2 Registro de Propiedad intelectual: Insenipién N° 176 918 Impreeibn: Mave Impresores IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE ‘No esta permitida ia reproduccién total 0 parcial do este libro, ni su tratamiento informético, ni transmision de ninguna ferma o por cualquier medi, ya tea elociénico, mecénico, por fotocopi, or registro u otros métodos, sin ol permiso previo Y por escrito de los tuares del copyright. VAPOR El vanco ta El soldadito rojo Marcela Paz Tlustraciones de Leonor Pérez ediciones Marcela estaba en cama con rubéola. Habfa amanecido Tlena de pintas rosadas que le picaban por todas partes a un tiempo. No sabfe qué hacer para aliviar su picazén, Solo podia rascarse. Sintié entonces como un tamborcito que sonaba al compés. —;Serd mi corazén? —pens6. Pero le parecié escuchar una voz en secreto. —,Quién es? —pregunté sorprendida —Soy el soldadito rojo —Aijo la voz—. Estoy muy desteftido porque han lavado mucho tu camisa. Pero si ti me ayudas puedo jugar contigo... Marcela secé sus lagrimas y buscé en su camisén los dibujos que ya apenas se notaban. Habja un soldadito con tambor, muy destefiido. Lo mir6 y sentndose en la cama Je dijo: 7 —gJugamos? +/St, peto tienes que darme una gota de sangre —dijo el soldado— para volver a ser el soldadito rojo! —Una gota de mi sangre? Marcela lo miré asustada porque Ja sangre le daba horror. Luego, movié , _lacabeza. —No —le dijo al soldadito—. se duele mucho. De pronto, sintié humedad en sus dedos y al mirarlos vio que, sin darse cuenta, se habja sacado sangre al rascarse. —jToma! —Ie dijo al soldadito—. el pedazo de su camisa con el soldado - desteftido en el puntito rojo y brillante de su pierna. El soldado se tifié y comenz6 a hincharse como mujieco. j Luego se salié del género del ~__ camisény con su tambor partié q marchando por toda la cama. S610 qued6 un portillo donde estuvo antes, 2 Marcela, maravillada, se reia feliz sin acordarse mas de la picazon. Se abrié la puerta y entré su mamé a verla. | —jMamé! —grité Marcela alborotada—. jMita qué soldadito mas lindo juega conmigo! Seha salido de ni camisa y marcha focando su tambor —y le mostré feliz el hoyo sin soldado en el généro. Lu 37 . —Has recortado tu camisa? Nunca pensé que fueras tan tontita —1a mamé miré enojada la camisa y | pasé sus dedos por el hoyo. —Romper tu camisa... —repetia, moviendo la cabeza. —No la rompi—explicd Marcela—. Fue el soldadito que salié a jugar conmigo. jMira qué lindo es, tan rojo! 42 La mamé no dijo nada y se fue pensando que su nifa veia visiones por la fiebre. Marcela suspiré al verla partir enojada 47 —Qué te pasa ahora? —sintid, la voz del soldado. —Mamé cree que te recorté de mi camisa —explico. —jLldmala! Yo me meteré en mi hueco como antes. Después de que ella se vaya volveré a jugar contigo. 50 Diciendo esto el soldadito se acomods en el pedazo de camisa de donde habfa salido y Marcela lamé a su mamé para mostrarle al soldadito en su lugar. { —Es muy extraiio —dijo la mamé—. Yo habrfa jurado que estaba rota hace un momento... —y arropando bien a Marcela en su cama, se alej6 tranquila.

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