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Las codornices nacidas en cautiverio y bien domesticadas, son unas aves migratorias, en

el tiempo de su migracin se lanzan contra la alambrada de sus jaulas, en su anhelo de


libertad y de cambio; ese instinto nace de su propia naturaleza. No importa donde hayan
nacido o como hayan sido criadas, se hace evidente en determinadas ocasiones.
As es con el hombre en su deseo por la inmortalidad, no importa donde haya nacido o
en qu circunstancias haya sido criado, como las codornices, este instinto aparece de
una manera u otra de una forma intensa. El instinto migratorio del ave no estara ah,
sino hubiera un algo en alguna parte del ave con el deseo innato de la libertad; como es
tambin la inmortalidad en el ser humano.
En 1 Corintios 15.53 leemos: "porque es necesario que esto corruptible se vista de
incorrupcin, y esto mortal se vista de inmortalidad". La victoria de la resurreccin se
ha tragado el poder de la muerte. Dnde est oh muerte, tu victoria? Dnde est oh
muerte tu aguijn? Hasta ahora hemos sido tus prisioneros, pero ahora se han abierto de
par en par las puertas de tu crcel y hemos quedado libres, se acab tu dominio, se
acabaron tus victorias.
Todos experimentamos el cambio inmediatamente despus de que los creyentes difuntos
hayan sido resucitados con un cuerpo incorruptible; esta transformacin se llevar a
cabo en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, la cual es trompeta
de Dios. Pues el aguijn de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; la
muerte sin el pecado, es una ganancia, un pasar de esta vida a los brazos del Seor.

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