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Conforme iba creciendo, creca en mi madre el deseo de

casarme, deseando tuviese doce aos para darme estado.


Eran siempre sus plticas sera yo el remedio de la casa, y si
Dios se la llevaba, quedara yo para amparo de mi hermana y
socorro de la casa. Estas plticas me atormentaban por tener
yo como odio al matrimonio y ser todo mi deseo entrar a un
monasterio; sobre estas contrariedades pasaba con mi madre
gravsimos pesares: su mers, que haba de casarme en
siendo grande; yo, pidindole me entrase en el convento de
nuestra madre Santa Clara, que ah me tiraba ser monja.
Fuente:
Sor
rsula
Surez
(1666-1749),
autobiogrfica, Biblioteca Antigua Chilena, 1984.

Relacin

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