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HALLOWEEN EN UN SUBURBIO

Los campanarios son blancos a la salvaje luz de la luna,


Y los rboles refulgen plateadamente;
Ms all de las altas chimeneas vuelan los vampiros,
Y las arpas que habitan en los aires,
Revolotean, ren y contemplan.
Porque el pueblo muerto y extendido ante la luna,
Nunca brill en el crepsculo,
Sino creci de la profundidad que guardan los muertos aos,
Donde fluyen caudalosos los ros de la locura hacia los golfos
Y hasta un pozo soado.
Un viento fro sopla entre las gravillas de las praderas que plidas rielan
Y viene a enroscarse donde brillan las lpidas y los zombis del cementerio allan
Ante cosechas que vuelan y se pierden.
Ni el aliento de los extraos dioses grises del cambio
Que arrancaron lo que era suyo del pasado pueden apresurar esta hora,
En la que un poder espectral siembra el sueo sobre el tronco csmico
Y libera una bastedad desconocida.
Y de nuevo se estirarn el valle y la llanura que vieron lunas ya olvidadas,
Y los muertos saltan alegres bajo los plidos rayos,
Brotando de las oscuras fauces de la tumba para sacudir al mundo de temor.
Y todo lo que la maana saludar con desespero:
Fealdad y peste
De barrios donde se aglomeran piedras y ladrillos, estar algn da con el resto
Y morar junto a las sombras malficas.
Entonces ladrarn, salvajes, los lemures en la sombra
Y las leprosas espiras se alzarn;
Porque lo nuevo y lo viejo se hallan por un igual
Escritos en el regazo del horror y la muerte,
Para que los desgarren los sabuesos del tiempo.

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