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ence Reta eee parte de la Galaxia seres vivos pensantes? Durante mucho tiempo las respuestas a estas ES ORO kes een rene de libros y peliculas de ciencia ficeién. Sin embargo. en la actualidad ocupan y preocupan a la mayoria de las disciplinas cientificas. Hoy dia, y gracias a la universidad de las leyes de la naturaleza y del progreso en las teorias Crete ee ese ee See Rennes Potesnterin Reet ra) NR ee Res en ‘ereer en la existencia de yecinos césmicos Peto eM eS UR eco rec oot eee See con ellos. Pa ett es ec Se eee eS en a muchas de las preguntas que diariamente One Evry Schatzman es director del CNRS (Centro Nacional de Investigacion Cientifica de Paris) Sener a eee ee Ua Tee Re oe Sek Sea eS eS Sere San Coat PION erie ae Los nifios de Urania En busca de las civilizaciones extraterrestres Lan mS ene vaniciny Biblioteca Cientifica Salvat ee ee Meer) parte de la Galaxia seres vivos pensantes? Durante mucho tiempo las respucstas a estas preguntas han sido el soporte argumental de libros y peliculas de ciencia ficcién. Sin ec ec eat Sn eee a la mayoria de las disciplinas cientificas. Hoy dia, y gracias a la universidad de las leyes dle la naturaleza y del progreso en las teorias de la evolucién, todo parece indicar que ene keen Retna ‘excepcional y aislado. AI mismo tiempo qu Roe ee Re Ten ONSe Oar Pee cee ce ee re te eer ec fron La Tectuira de este libro nos sitvia dentro del mundo de los extraterresties y responde amichas de las preguntas que diariamente ess eee Evry Schatzman es director del CNRS (Centro Nacional de Investigacion Cienttfica de Paris) St Reon eat) reese at See a RG eC See een eres PONT TEN Or Cm Oleic En busca de las civilizaciones extraterrestres i Evry Schatzman Biblioteca Cientifica Salvat Los nifios de Urania Biblioteca Cientifica Salvat Los nifios de Urania En busca de las civilizaciones extraterrestres Evry Schatzman SALVAT Versién espafiola de la obra original francesa Les enfants veria cémo la Tierra gira alrededor del Sol y recorre en 6 meses, de T, a T,, la mitad de su érbita, Desde la Tierra, la direccién de observacién de 1a estrella E cambia, de TE,, paralela a T,E a TE», paralela a T2e: es el efecto de le paralaje. El angulo E,TE, se mide en segundos de arco. Es igual a dos veces la paralale x. Para un angulo x de un segundo de arco la distancia TE es igual a 3,26 afos-luz, 0 sea 30.870.000 kil6metros. La relacion entre la distancia y'la paralaje es d (a) =(, +m) 16 SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEVES DE LA NATURALEZA 7; , LOS NINOS DE URANIA en términos cuantitativamente diferentes el problema de lo finito 0 de lo iniinito, pero sin alterar su naturaleza. Lo infinito asusta y Descartes, por ejemplo, habla de mundo indefinido (gserfa un pruri to estilistico?) Pero este alejamiento de las estrellas sf cambiaba su naturaleza De lucecitas pegadas a la béveda celeste pasaban a ser astros res plandecientes y ardientes que sélo la lejanfa hacia aparecer como puntos brillantes. «No hay nada que se oponga (...) a la existencia de una infinitud de mundos», afirmaba Epicuro (4): desde el mo: mento en que las estrellas son alejadas en su ubicaci6n, este princi pio queda realizado Sentados en el tren que corre por la via, vemos desfilar répida mente los rboles que bordean el talud, mientras las colinas lejanas permanecen casi inméviles. De la misma manera, e! majestuoso movimiento de la Tierra sobre su érbita cambia la perspectiva del cielo: las estrellas préximas se mueven en relaci6n con las estrellas lejanas. "Han sido neceserios muchos afios pata legar a determinar ta distancia de las estrellas, incluso de las més prdximas, puesto que los movimientos aparentes de las estrellas sobre la esfera celeste tie- nen una amplitud muy pequefta. No fue hasta el siglo XIX con Bessel (1838) cuando se midié la primera paralaje”, la de la estrella 61 Cygni, algo inferior a 1 segundo de arco (0,29”, lo que corres: ponde a una distancia de 10,6 afos-luz; la estrella més cercana, Proxima del Centauro, se encuentra a 4 afios-luz) Consideremos una fuente luminosa que emita uniformemente en todas direcciones. La cantidad de energfa luminosa que cada se gundo atraviesa una esfera centrada sobre la misma fuente de luz es evidentemente la misma, sea cual sea el radio de la esfera, si no hay ninguna materia absorbente en el trayecto de la luz, Pero la su- perficie de la esfera es proporcional al cuadrado de su radio. La cantidad de energia luminosa, o flujo luminoso, que atraviesa una tunidad de superficie es consecuentemente proporcional en razén inversa al cuadrado de la distancia, Esta ley ha sido verificada en el laboratorio. Es verdadera para la geometrfa euclidiana, que es la geometria de la que aquf tenemos necesidad para nuestros propési tos. Proxima del Centauro esta situada a una distancia igual a 250.000 veces la distancia de la Tierra al Sol. Otro sol, colocado Se denomina paralaje de una estella al ngulo bajo el cual un observador colocado sobre esta estela, vera el radio de la Gxbita terest (ver fig. 1) ‘SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA a esta distancia, nos enviaria a la pupila del ojo un flujo 62.000 mi- llones de veces més débi! que el que recibimos de nuestro Sol. Ast se comprende la aparente debilidad luminosa de las estrellas La existencia de una multitud de estrellas, astros semejantes al Sol. cumple el principio de universalidad de Lucrecio. pero es pre- ciso dar un paso més en nuestros conocimientos para ver funcionar las leyes fisicas universales. LA LUZ DE LAS ESTRELLAS Todo el mundo conoce los colores del arco iris, los reflejos irisa- dos de las manchas de aceite en la carretera mojada, La luz blanca es la sensaci6n que produce en el ojo una concreta superposicion de colores. Hay diversas formas de separar los distintos componen: tes cromaticos de la luz que provenga de una fuente cualquiera: la utilizaci6n de un prisma es la més sencilla. Si a través de un prisma se contempla la luz toje del tubo de ne6n de un anuncio, 0 la luz amarilla de una limpara de vapor de sodio, como las que ituminan las autopistas, en cada caso se ob serva que s6lo son brillantes algunas estrechas bandas de color: se denominan rayas espectrales. En 1859 descubre Kirchhoff no s6io que cada elemento quimico se caracteriza por les rayas que emite (cada raya se puede describir como una emisién de un color muy puro, casi monocromético), sino que todo elemento puede absor- ber las rayas que puede emitir. Se denomina espectro a la figura obtenida al disponer los diferentes componentes coloreados de la luz. Las rayas toman el nombre de rayas espectrales. El estudio de las rayas espectrales ha desarrollado una disciplina: la espectrosco- pia. La clasificacién de las rayas espectrales esté en la base de toda huestra comprensi6n de los étomos y de las moléculas. El descubrimiento de Kirchhoff tuvo de inmediato importantes consecuencias astronémicas. Secchi, al observar con un espectros copio algunas estrellas brillantes, no tardé en identificar algunos ele- mentos quimicos. Este descubrimiento puso de manifiesto la unidad de composi- cién quimica del Cosmos. Los mismos procesos microsc6picos res. Ponsables sobre la Tierra de la formacién de ia radiacién se encon- traban funcionando en el Sol y las estrellas. Todavia fueron necesarios muchos afios antes de descifrar el mensaje de las estre. llas y de comprobar que los mismos elementos quimicos y las mis LOS NINOS DE URANIA ‘mas moléculas tienen una presencia universal. La ciencia-fieci6n ha supuesto con frecuencia el dominio de elementos desconocides en. la Tierra y reconocibles en el espectro por rayas no identificadas (asi ocurre ya en La guerra de fos mundos, de H.G. Wells. y en Last and first Man, de Olaf Stapledon). Esta idea es incompatible con los datos de la experiencia. Todos los elementos identificados en la luz de las estrellas son conocidos en la Tierra (pero, a la inversa, no se han encontrado en las estrellas todos los elementos de la clasift- cacién periddica de elementos de Mendeleev) La presencia por doquier en el Universo de los mismos elemen- tos también es la afirmacién del principio de universalidad de Lu crecio, Pero, ademés, esta presencia tiene otra significacién. La produccién de las rayas espectrales esta regida por leyes que ponen en juego constantes fisicas microsc6picas: la carga y la masa del electron y del prot6n y la magnitud esencial de la fisica microscépi ca, la constante de Planck La presencia de las mismas rayas hasta en los astros més aleja- dos que podamos conocer nos muestra que estas constantes fisicas poseen el mismo valor en todo el Universo. Los mismos mecanis- ‘mos fisicos son los que en todas partes engendran los mismos es- ectros peeiia prueba cuantitativa de la universalidad de las leyes de la fis- ca atémica se extiende ahora hasta los confines de! Universo obser- vable. {Qué profunda impresién produce el comprobar que las mismas leyes de la fisica at6mica estén funcionando en las galaxias més dis. tantes, a miles de millones de aftos-luz! El pensamiento moderno enlaza, pues, de nuevo y de forma concreta. con el pensamiento de los atomistas y en particular con el de Lucrecio. DE LAS ESTRELLAS A LAS GALAXIAS Inicialmente denominadas nebulosas a causa de su aspecto «nu- boso» al telescopio, las galaxias fueron descubiertas por Herschel en el siglo XVItl, pero ha habido que esperar hasta el comienzo del si: glo XX para que los Universos-islas de Herschel sean situados co- rrectamente en el espacio. No resueltas o imperfectamente resueltas en estrellas, de las observaciones anteriores no habia surgido ningu na indicacién clara en cuanto a la distancia a la que se encontraban_ estas nebulosas. 20 SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA No es éste el lugar de explicar técnicamente de qué forma la distancia de estas galaxias ha sido establecida por le astrofisica. Es mas importante. sin duda, la presentacién de algunos principios metodolégicos. Todos los métodos puestos en funcionamiento tienen un punto en comin: utilizan la idea de ley universal y. por un efecto de re- troaccién, prueban su validez. Cada uno de estos métodos es independiente de los demés, si bien todos se completan y justifican recfprocamente. Su contenido fisico comin es la ley de la raz6n inversa del cuadrado de la distan. cia, de la que ya hemos hablado en la pagina 18: de dos fuentes de igual potencia, si una esié situada a una distancia diez veces ma. yor que la otra, parece cien veces més débil El descubrimiento por medio de la observacién de familias de estrellas que presentan caracteristicas Comunes (Hertsprung, 1905; Russell, 1914; Miss Leavitt, 1915) hace que aparezca una ley empi- rica universal: dos estrellas que presentan las mismas caracterssticas son fuentes luminosas de la misma potencia La distancia de las estrellas tipo, miembros de estas diversas fa- milias y pertenecientes al entomo solar, ha sido med da por los as- trénomos. La comparacién con estrellas de las mismas familias, ubi- cadas en las galaxias «préximas», posibilita establecer su distancia Una estrella de la familia I, observada en una galaxia G, permite fi- jar la distancia d de dicha galaxia. Se controla este resultado util zando una estrella de esa galaxia, perteneciente a la familia Il. Se verifica entonces que aquélla permite atribuir a la galaxia G la mis- ma distancia d. Asi se determina la distancia de la galaxia G, pero al mismo tiempo, por el control efectuado al utilizar las estrellas de las familias I, Il,... se prueba la validez de la ley universal de la que se ha partido, Mencionemos, para concretar, algunas galaxias préximas: las nubes de Magallanes, las dos situadas a unos 300.000 aftos-luz, y la anebulosa» de Andrémeda (deberia decirse la galaxia de André. meda) situada a unos 2 millones de afios-luz, en ambos casos per- ceptibles a simple vista Las galaxias, ubicadas asf a cientos de miles, a millones de afos- luz, se aparecen entonces como vastos sistemas que abarcan miles, incluso centenares de miles de millones de estrellas. Una galaxia tf pica, como Andrémeda. posee un didmetro de 60.000 afos-luz La observacion del cielo revela la presencia de innumerables ga- laxias. Son accesibles a la observacién aproximadamente unos LOS NINOS DE URANIA 2.000 millones de galaxias. con un ntimero tan desmesurado no puede concebirse estudio exhaustivo alguno. El telescopio espacial hard, sin duda. el nimero de galaxias observables quinientas veces mayor. Es evidente que las observaciones completas en profundi- dad no son posibles més que en limitadas regiones del cielo. SIMILITUD DE LAS FORMAS Los detalles de estructura son accesibles en las galaxias més bri- llantes. La observaci6n demuestra que no existen dos galaxias idén ticas: pero también muestra que hay formas semejantes, la mas co- nocida de las cuales se caracteriza por presentar brazos espiroideos. La presencia en el Universo de unos mismos aspectos morfolégicos obliga a pensar que la misma fisica gobierna la aparicién de estas formas; en la actualidad se piensa que la gravitaci6n define las for- mas de estos grandes sistemas en rotaciér. Los efectos de marea cuando una galaxia pasa por las proximidades de otra se encuen- tran_en la base de las formas més caracterfsticas. De modo mas evidente todavia que la formacién de las rayas ‘espectrales, la morfologfa de las galaxias pone en primer plano la unidad del Universo y la universalidad de los mecanismos fisicos en accién, ya que las formas son visibles e identificables inmediata- mente en las fotografias, sin ayuda de instrumentos de medida su- plementarios que vengan a completar ampliar el poder de la vista desnuda. Se supone que no hay nada que se parezca més a una margari- ta que otra margarita. No obstante, desde la 6ptica del naturalista, y tras un examen minucioso, no existen dos margaritas idénticas en un prado En el Universo no existen dos galaxias idénticas (5) Tanto en un caso como en el otro, desempena su papel un de- terminismo que. con variantes secundarias, define el objeto final: la unidad del Universo se prueba tanto en el prado vecino como a mi- llares de millones de aftos-luz. LA CONSTITUCION DE LAS ESTRELLAS A comienzos del siglo KIX, la medida de la cantidad de calor que provenfa del Sol y que llegaba cada segundo a la Tierra plan- 22 ‘SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA te6. por vez primera, de forma rigurosa, la cuestién de las fuentes de la energfa solar La cantidad total de energia producida cada segtndo por el Sol es enorme. En cuanto se trata del Sol y de las estrellas. todo se de- sarrolla a una escala no comparable con la de los fendmenos terres: tres. Si, por ejemplo, toda la potencia del Sol se aplicase sobre la superficie de la Tierra. por cada segundo transcurridc se volatilizarfa una capa de un kilbmetro de espesor El estudio de la constitucién de las estrellas no aporta mas que pruebas crosc6pica: carecemos de observacién directa sobre los procesos gue tienen lugar en el interior de las estrellas y que tigen su evolu ién. Pero la légica del razonamiento, su rigor, su coherencia, su concordancia con la experiencia terrestre, las exigencias causales. obligan a admitir que, en esencia, estas teories son ciertas Desde los procesos microscépicos que actian en el corazén de las estrellas hasta las propiedades globales de las mismas, tal como pueden observarse y medirse, hay una larga cadena de teorfas que encajan entre sf, aunque el hilo conductor de sus exizencias causa- les pudiera parecer muy frégil a quien no esté al corriente. La teoria del interior de las estrellas que, afio tras afio, requiere teorias fisicas ms precisas, cada vez més elaboradas, progresa con regularidad y permite esperar un acuerdo todavia mejor entre los resultados de los céleulos y los de la observaci6n. Si la energfa solar proviniese de una combustin en el sentido ordinario del término, un sol de carbono y oxigeno quemaria a este ritmo todas sus reservas en 2.000 afios. Pero los gedlogos, al medir la edad de la Tierta por el tiempo de formacién de sts sedimentos, descubren que data de varios miles de millones de afios, Para con. ciliar estos datos con los de la fisica, seria Preciso servirse de las le- yes convenientes de la fisica microsc6pica, lo que no puede hacerse ciertamente de buenas a primeras A mediados del siglo xix los fisicos abordaron per vez primera la cuestién de la fuente de energia de las estrellas. Kelvin y Helm- holtz propusieron como fuente ia energia gravitatoria, pero tal re- serva de energia se agotaria con demasiada rapidez: s6lo duraria 30 millones de afios. Sélo 70 afios més tarde se descubrié el verda- dero origen del caudal de energia de las estrellas Con Ia revelacién de Einstein (1905) de la famosa relacién E = mc? entre la masa y la energfa (c es la velocidad de la luz), resultaba posible concebir que la transmutacién de una especie qu. \directas de la universalidad de las leyes de la fisica mi: 23 LOS NINOS DE URANIA mica en otra distinta liberara la enorme energia en reserva en los niicleos de los 4tomos. Asi fue como Harkins y Wilson (1915). Eddington (1920), Jean Perrin (1920) (6) pudieron sugerir que el Sol extrae su energia de la conversi6n del hidrégeno en helio De todas formas, todavia hubieron de pasar algunos afios hasta que, en 1938, Weizécker y Bethe, de manera simulténea, demos: traron mediante qué proceso realizado en el interior de las estrellas, se lograba esta transformacién de hidrégeno en helio: cada segun: do, en el interior del Sol, se transforman en helio 560 millones de toneladas de hidrégeno, pero la masa del Sol es tan grande que se precisan miles de millones de afios para que consuma sus reservas La explicacién de la fuente de energia del Sol a partir del niiclea del étomo por fin permita poner de acuerdo a geblogos y astréno- mos sobre las edades de la Tierra y del sistema solar y, obviamente, fijar que el Sol era al menos tan viejo como la Tierra. Destaquemos sumariamente la concatenacién causal que permi- te explicar la produccién de energfa de las estrellas, indicando los diversos procesos fisicos que intervienen. La estrella tipo sigue sien- do para nosotros el Sol — La ley de Torricelli (equilibrio de fluidos en un campo gravi- tatorio) y la ley de la gravitacién de Newton tuvieron como conse- cuencia la demostracién de la existencia de presiones muy elevadas en el centro del Sol. — La ley de Mariotte y Gay-Lussac (ley de los gases perfectos) or sf sola sugiere ya que estas altas presiones van asociadas a tem- peraturas muy elevadas. — Alutilizar la ley de Fourier, del transporte del calor, se puede llegar a una especificacién razonable de esta temperatura central (eproximadamente 15 millones de grados). — Bajo el efecto de esta temperatura muy elevada, los niicleos de los tomos se agitan en todos los sentidos como lo describe la ley de Maxwell, con velocidades suficientes para poderse penetrar siguiendo la ley de Gamow. Se producen entonces reacciones nu- cleares cuyo resultado lo registra la ley de Einstein sobre la equiva- lencia entre materia y energia, liberando asi la enorme cantidad de calor que es necesaria para que el Sol brille En la descripcién que esta concatenacién causal hemos margi- nado cierto nimero de detalles que, particularmente en el nivel mi- 24 ‘SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA croscépico, hacen intervenir otras concatenaciones causales a lo lar- go de cuyo desarrollo se dan todavia otras leyes que intervienen. Pero, en algin sentido, estas otras leyes son auxiliares de las siete gue acabamos de mencionar para explicar la raz6n cel brillo solar La explicacién coherente de la radiacién del Soi y de las estre- llas. que satisface las exigencias causales més rigurosas, demuestra que estas siete leyes. establecidas en la Tierra, mantienen su validez en el Universo entero. éY NUESTRO TEMA? Hagamos aquf una pausa Las leyes que acabamos de citar corresponden a etapas distintas de la constitucién de la materia. Tenemos una serie de leyes que hacen intervenir un gran némero de Stomos a la vez ‘ley de la gra- vitacién universal, ley del equilibrio hidrostético, ley de los gases), leyes que hacen intervenir la estructura particular de los gases (las velocidades de los nticleos de los étomos), leyes que hacen interve- nir las propiedades microscépicas de los étomos (interaccién materia-radiacién), 0 propiedades microscépicas de los niicleos (sus interacciones) Podemos afirmar que cada uno de los aspec’os del movimiento de la materia que hemos separado es una etapa de la constitucién de la materia, El paso de una etapa a otra es necesario si quiere com: Prenderse el Universo; pero el paso de una etapa a otra también es una reflexién sobre la representaci6n del mundo, ura prueba in- telectual En estas distintas etapas, zqué es lo que pertenece a un plantea- miento descriptivo y qué es lo que se corresponde con la realidad? Dos atomos juntos requieren el microscopio pero, por ejemplo, un gran némero de tomos juntos constituyen un gas de cuya constitu- ci6n particular puede hacerse abstraccién. ¢En qué momento se pasa de lo microscépico a lo macroscépico? Volveremos mAs ade- lante sobre los planteamientos indicados. 2Qué telaci6n, pues, tiene todo lo anterior con las civilizaciones extraterrestres? Esta relacién se funda en una idea, idea que es pre- ciso explicitar cuidadosamente y seatin la cual, de etana en etapa, se crece del nicleo al Stomo, del étomo a la moléculs (y, de al 2 los gases, a los fluidos, a los sélidos, a los planetas y 2 las estre- lias}, de la molécula a la célula. de la célula al organismo, del orga- 25 LOS NINOS DE URANIA nismo a la sociedad, de la sociedad a la civlizaci6n: y tal encadena- miento es universal ¢De dénde ha nacido esta idea? ¢De dénde procede la convic- cién de que este encadenamiento es universal? Sin ninguna duda del hecho de que sabemos ascender por los escalones que condu- cen a las primeras etapas de esta construccién. De ah el interés, desde el punto de vista del desarrollo de este concepto. de seguir con precision y detalle estas primeras etapas. Esto es lo que vamos a hacer en las pAginas siguientes Subrayemos, sin embargo. que la idea de un encadenamiento universal. del tomo a la civilizacion. descansa sobre una generall- zacién, una ampliacién a todo el Universo de lo que observamos sobre la Tierra, que a la vez es un rechazo del antropocentrismo y un rechazo a la creencia de que lo que aqu‘ existe no pueda existir también en otro lugar. A estas razones (2de orden racional?), que ya se encuentran en Epicuro y en Lucrecio, se afiaden otras, sobre las que volveremos cuando hagamos el balance y que son de orden no racional sino, hablando con propiedad, de orden irracional Vamos, pues, a resumir, la profunda unidad del mundo fisico, de la Tierra a las galaxias mas alejadas, unidad cuya potencia evo- cadora no nos puede dejar indiferentes. LAS CUATRO FUERZAS DE LA NATURALEZA Ya hemos visto las fuerzas de la gravitaci6n que regulan fos ma- Jestuosos movimientos de los planetas, de las estrellas y de las gala- xias. y las fuerzas electromagnéticas que fijan la estructura de los 4tomos y la producci6n de fa luz. Hay otras dos fuerzas que gobiernan la estructura de la materia Una de ellas es, en cierto modo, el cemento que liga entre sf a pro- tones y a neutrones, a los constituyentes del niicleo del étomo. Ca- paz de superar la repulsién mutua de los protones, cargados de electricidad positiva, recibe la denominacién de interacci6n fuerte La otra interviene en el proceso radiactivo. La desintegraci6n con emisi6n de electrones positivos o negativos se acompaiia de la pro duccién de particulas sin masa (o casi sin masa}, los neutrinos y los antineutrinos. La uni6n de los neutrinos o de los antineutrinos es sumamente débil y se ejerce a través de una fuerza denominada in teracci6n débil El papel de tales interacciones —experimentales en el laborato- 26 ‘SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA no— en el interior de las estrellas y hasta los confines del Universo. ha podido ser reconocido. Las interacciones fuertes permiten ofre cer la razén profunda del caudal de energia de las estrellas. Las in. teracciones débiles se operan en el centro del Sol, conde son res- ponsables de la produccién de los neutrinos solares cya detecci6n, dificil, es, sin embargo, un hecho incontestable. Finalmente, el efec to conjunto de las interacciones fuertes y de las interacciones débi- les se halla en la base de la producci6n primordial de los elementos ligeros (hidrégeno, helio) tal como se les encuentra por doquier en el Universo” Esta unidad del mundo fisico. impresionante aun a los ojos del especialista, ha movido a los fisicos a una grandiosa empresa deno: minada gran unificaci6n (7) y que se propone reducit las cuatro fuerzas de la naturaleza a un principio Gnico. EI éxito de esta tenta- tiva en cuanto a las fuerzas electromagnéticas y las fuerzas débiles, coronado por el descubrimiento en el CERN de las particulas W= y 2°, con la masa predicha por la teoria, inicia en la préctica la rea- lizacién de una de las principales ideas expuestas por Lucrecio en De rerum natura LA UNIDAD DEL MUNDO FiSICO Y LA ORGANIZACION DE LA MATERIA La unidad de! mundo fisico en toda su extensién observable es algo impresionante: en todo el Universo observado no hay particu- la, ni fuerza, ni Stomo distintos de los que observamos y medimos sobre la Tierra. Vamos a ver cémo se confirma esta unidad a escala estelar y galactica. A gran escala, la fuerza organizadora es la gravitacién. Esta es una fuerza de amplio radio de accién (decrece en raz6n inversa al cuadrado de la distancia) que no conoce pantalla, a diferencia de la fuerza entre particulas cargadas de electricidad. No existe fuerza gravitatoria que rechace. la materia atrae a la antimateria como la materia obedece la ley de la gravitacién Si, por un instante. imaginamos que en el espacio hay dos obje- El lector exigente encontraré en un anexo una presentaci6n més pormenoti zada de las nociones funéamentales de la fsica de Ine interacciones fuertes y de la fisica de las interacciones débils, asf como de su unwversalided ar LOS NINOS DE URANIA tos, dos guijarros o dos astros. en reposo en cuanto a su relacién teciproca, no hay nada que se oponga a que se precipiten uno con: tra el otto. Sin embargo. la hipétesis de! reposo relativo es pura- mente especulativa. Se corresponde a lo que se denomina expe riencia mental. En la realidad, por lo general, estén dotados de un movimiento relativo. Si giran uno alrededor del otro, la fuerza cen- trfuga se opone a la atraccién gravitatoria, Puede decirse que el movimiento puede oponerse a la gravitacién. Esto es lo que testi- monian todos los objetos presentes en el cielo: todas las grandes es- tructuras observables son, en definitiva, una especie de compromi- so entre la atraccién gravitatoria y el movimiento. Meteoritos y asteroides En las pequefas estructuras, tales como los meteoritos, o bien sobre la Tierra las de los pequefios objetos sdlidos, los guijarros 0 los pefiascos, la gravitacién s6lo desempefia un papel secundario. Puede uno preguntarse, pues, a partir de qué momento la gravita- ci6n logra y desempefia este papel organizador importante. En rela- cién con los sélidos, la gravitacién modela su forma y les aproxima tanto mas a la forma esférica cuanto mayor sea su masa. Para esto basta con que la fuerza de cohesién debida a la gravitacién supere a las uniones entre los étomos. Cualitativamente, esta condicién esté realizada por los valores de la masa o del radio que dependen de la naturaleza del s6lido. Los asteroides, pequefios astros que cir culan en el sistema solar entre la Grbita de Marte y la érbita de Jupi- ter, son casi todos demasiado pequefios para tener forma esférica Se trata de grandes piedras de forma irregular. La Luna (3.476 km de diémetro), los satélites galileos de Japiter, Io (3.740 kilémettos), Europa (3.150 km), Ganimedes (5.150 km), Calisto (5.180 km), el mayor satélite de Satumo, Titén (4.200 km), Mercurio (5.000 km} Marte (6.780 km} poseen formas esféricas o casi esféricas. La tran sicién entre la forma esférica y la forma irregular debe producirse para un diémetro del orden de 2.000 km Estrellas Cuando se trata de masas gaseosas, la agitacién microsc6pica de los dtomos o de las moléculas impide que se produzca el desmo- 28 SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZA ronamiento, al crear una resistencia a la destruccién y, al mismo tiempo, la gravitacién retiene los atomos o las moléculas y les impi- de que se dispersen en el espacio. Evidentemente éste es el caso de una estrella como el Sol, en la que la agitacién térmica de los Atamos. del centro a la superficie, se opone a la fuerza gravitatoria Por supuesto que la dificultad es el hallar la soluci6n a cémo se reu nié una masa semejante de gas. Este es el problema de la forma: cién de las estrellas y constituye un elemento clave de nuestro estu dio, que de inmediato examinaremos Galaxias A otra escala diferente, consideramos el movimiento de las es: trellas. En un sistema doble, dos estrellas giran en torno a un centro de gravedad comiin y existe una relacién directa entre su masa, su distancia mutua (en astronomfa se denomina su separaci6n) y la ra- pidez de su movimiento orbital. Pero esta sencilla releci6n se desva nece en cuanto hay més de dos estrellas. Los movimientos de va- tias estrellas, aunque cada uno obedezca a una ley elemental, son muy complicados, ya que cada estrella esté sometida a la influencia de todas las demas. El célculo de los movimientos de las estrellas en un sistema semejante se ha hecho posible gracias a los grandes ordenadores. Se sigue el movimiento de cada estrella y, gracias a una representacién gréfica, se ve cémo se estructura el sistema. En el momento actual puede realizarse lo que se denomina simulacién numérica de un sistema de varios millones de estrellas. Las galaxias presentan una estructura, la clasificasiOn de las di- versas estructuras fue realizada por vez primera por Hubble (1936) (8), quien las dividi6 en elipticas, espirales e irregulares. La multipl- cacién de las observaciones ha evidenciado que las estructuras eran mucho més complejas y, sobre todo, que la interaccién entre las galaxias era un fenémeno ordinario de forma tal que no puede es- tudiarse una galaxia sin interrogarse sobre su entorro. Diversidad La unidad fisica del Universo no esté en oposicién a la extraor- dinaria diversidad de formas y propiedades que exhiben los objetos gue lo integran. Esta diversidad es conocida para les astrnomos 20 LOS NINOS DE URANIA puesto que éstos comparan entre sf objetos astronémicos relativa: mente poco numerosos Expliquemos esta expresién: «relativamente poco numerosos» En un metro ciibico de aire se encuentran 30 millones de miles de millones de miles de millones de moléculas. En nuestra Galaxia no existen més que 100.000 millones de estrellas y, con los medios ac- tuales (a la espera del telescopio espacial), podriamos contar en el cielo mas 0 menos el mismo niimero de galaxias. No consideramos individualmente las moléculas de nitrégeno y de oxigeno del aire porque son idénticas, y su némero inmenso permite tratar la atmésfera terrestre como si fuese un medio conti- nuo. En comparacién con el ntimero de moléculas de un metro ct: bico. hay pocas estrellas en una galaxia. Apenas existon dos estre- llas idénticas. El sistema menor, incluso si se trata de estrellas dobles. es casi Gnico en su género, y dos galaxias, por semejantes que sean, son, no obstante, reconocibles por poco que se distingan sus peculiaridades. Las estadisticas sobre los objetos astronémicos, a fuerza de ob- servar en su clasificacién subclases, subclases y subclases, terminan por reducirse a un némero muy limitado de ejemplares. A fin de cuentas, un objeto o un sistema bien definido puede ser rarisimo 0 incluso Gnico en una galaxia. Por ejemplo, en una galaxia se en- cuentran estrellas un millén de veces més brillantes que el Sol. Pero estas estrellas luminosas son raras, en una galaxia quiz4 no haya més que una docena, En resumen, la unidad de las leyes microscépicas, la unidad de las leyes que describen los objetos astronémicos no impiden, por el juego de diferencias. entre los parémetros (época de formacién masa de las estrellas, rotacién, muhiplicidad), la manifestacion de diferencias que en una galaxia acaso lleguen a un caso excepcional. Existen unas fuerzas en el otigen de las estructuras. La primera de ellas es la fuerza debida a la gravitacién y acabamos de ver las estructuras que engendra. Pero el término fuerza se ha generalizado a toda acci6n que crea una desviacién en el equilibrio termodinami- co. Un flujo de calor. un campo eléctrico © un campo magnético actian como fuerzas. Desde el momento en que existen reacciones quimicas, otras fuerzas, en el sentido usual del término, pueden fa- vorecer tal 0 cual reacci6n antes que cualquier otra (por ejemplo, la accién de un catalizador) y, con preferencia sobre las demas, dar lugar @ una estructura. De manera general. la produecién en orden se realiza a expensas de la producci6n simulténea y. en distinto ni- 30 SOBRE LA UNIVERSALIDAD DE LAS LEYES DE LA NATURALEZ: vel, de un desorden aumentado. Las estructuras que aparecen de penden de las condiciones fisicas de su formacién, Unas pequefia diferencias en las condiciones fisicas pueden acarrear consigo cons derables diferencias morfoldgicas en un nivel macrosc6pico. Las le yes microscépicas universales no impiden, dado el caso. la apar ci6n a gran escala de formas insblitas o incluso Gnicas Llamando la atencién sobre la forma segtin la cual un sistem finito (de extensién finita, con un ndimero finito de ndcleos atémi cos), pero no aislado, puede producir «objetos> excepcionales queremos sefalar lo dificil y delicado que es abordar el problem: del origen de la vida y de la evolucién de los seres organizados. E preciso considerar un gran nimero de sistemas idénticos para qu la aparicién de estos sobjetos» excepcionales pueda ser objeto d tun andlisis estadistico. Ahora bien, en el caso de la aparicién de I vida, por el momento, no tenemos mAs que un Gnico caso qu haya que considerar: el de la Tierra. Todas las especulaciones, to dos los razonamientos a partir de este caso Gnico, pues, deben rea lizarse con precaucién Con esta puesta en quardia concluiremos esta primera parte so bre la universalidad de las leyes de la naturaleza y la aparicién uni versal de mundos habitados: acaso la vida en el Universo no se: excepcional sino que, revestida de formas variadas, inesperadas imprevisibles, sea, por el contrario, increfblemente frecuente en e Universo Il. gDONDE Y COMO? PRESENTACION Hemos llegado al momento en que resulta fortoso apottar los datos astronémicos bésicos, necesarios para comprender en qué contexto se plantea el problema de la pluralidad de los mundos ha. bitados y se elaboran las especulaciones sobre las civilizaciones ex. traterrestres Es preciso que expliquemos la formacién de las estrellas, situa la Galaxia y al hombre en el Universo, describ la formacién de los elementos, presentar el estado actual de las hipétesis cosmogéni- cas. En fin, describir la evolucién del sistema solar tal como se la entiende hoy dia Estos elementos resultan indispensables para aberdar la cuestién del origen de la vida y de la evolucién de todos los seres organi zados. Parece verosimil que las condiciones fisicas de la superficie de un planeta sean decisivas a este respecto, Tales condiciones depen- den de las propiedades de la estrella central, de la composici6n de la nebulosa primitiva y de propiedades de los planetas tales como su masa y su distancia respecto de la estrella cental Las distancias entte las estrellas y, més atin, las distancias entre las galaxias, desempefian evidentemente un papel ‘undamental en la comunicacién interestelar. Preguntarse dénde y cémo pueden nacer las civilzaciones es también considerar la inmensidad del Uni- verso y la profusion de galaxias, es decir, las extremas dificultades de comunicacién y la eventualidad de una multitud continuada de civilizaciones. LOS NINOS DF URANIA LA FORMACION DE LAS ESTRELLAS Las reservas de energia de las estrellas no son limitadas. La consumicién de los «combustibles» deja «cenizas». Por consiguien- te una estrella evoluciona La primera evidencia proviene de la observacién de las estrellas, de la extraordinaria cantidad de energia que irradian. Una estre- lla de la misma masa que el Sol, al cabo de unos 10.000 millones de afios, experimenta un cambio importante bajo el efecto de la acumilacién de «cenizas» en las regiones centrales. En tal momen to, tras unas decenas de millones de afos. la estrella se dilata y se convierte en estrella gigante cuyo radio es cien veces mayor que el de la estrella inicial. Este mismo fenémeno se produce més répida- mente en las estrellas con més masa; el momento evolutivo crucial se origina de acuerdo con la siguiente proporcién: — para una estrella de 1 masa solar hacia los 10.000 millones de afios, — para una estrella de 2 masas solares hacia los 600 millones de afos, — para una estrella de 4 masas solares hacia los 40 millones de atios, — para una estrella de 8 masas solares hacia los 2,5 millones de aiios, etc Comparado con la edad de la Galaxia, del orden de los 10.000 millones de afios, un intervalo de tiempo de aproximadamente un millén de afios es muy corto: es comparar 8 segundos con 24 ho- ras. Cuando se observa una estrella de 8 masas solares, se trata en cierto modo de una estrella que acaba de nacer. Ahora bien, estre- llas semejantes no son raras. Asf pues, existe en la Galaxia un gran némero de estrellas que acaban de formarse, de lo que inmediatamente se deduce que hay estrellas que se estin formando ante nuestra vista. 2Cémo se forman las estrellas? La observacin nos revela que las estrellas muy j6venes se presentan en grupos. Parece, pues. 1a- zonable que haya que buscar enidos» de formacién de estrellas Pero gen qué estado se encuentra la materia preesteler? En este punto, el razonamiento viene @ ayudar a la observacién directa, hoy todavia defectuosa 3a eDONDE ¥ COMO? Se admite que la gravitacién concentra la materia para hacer con ella estrellas. Partiendo de materia difusa. la gravitacién contrae nubes inmensas que se fragmentan en nubes més pequefias y més densas que paulatinamente se transforman en estrellas. Las obser. vaciones con rayos infrarrojos nos revelan ja existencia de conden: saciones que concentran algunas masas solares, inmensas en gigan tescas formaciones nubosas, Todo lleva a creer que estas conden saciones son embriones de estrellas, ¢Pueden ponerse niimeros a este esquema? {Cuéntas estrellas nacen actualmente cada afio en la Galaxia? Podemos hacer algunas estimaciones a partir de los datos que facilita la otservacién Dos cantidades son importantes: — La primera es el nimero de estrellas de acuerdo con su masa. Tendremos necesidad de este dato para estinar el némero de estrellas que posean una masa cercana a la del Sol. En cuanto a la formacion de las estrellas, en el momento actual se estima que ante todo se forman estrellas de pequefia masa, solamente el 0.8 % de la materia va a formar estrellas de masa ecmprendida en- tre 0,8 y I de masa solar, y apenas el 0.7 % origina estrellas entre 1 y 1,25 de masa solar. La figura 2 proporciona una idea de la re articién del ntimero de estrellas por intervalo de masa; las més pe- quefias tienen aproximadamente 0,06 de masa solar. — La segunda es la cantidad total de materia que se transforma en estrellas cada afio a expensas de la materia interestelar. El re. cuento de estrellas en los sistemas de edad conocida (por ejemplo, la nebulosa de Orién) permite evaluar la cantidad de materia inter estelar transformada en estrellas anualmente en tode la Galaxia: se encuentran algunas masas solares (de 4 a 20) por afio, La tasa E de formacién de estrellas no ha sido en verdad cons- tante desde la formacién de la Galaxia ni tampoco uniforme a tra. vés de toda la misma. El estudio de las galaxias espitoideas vecinas nos indica sin lugar a dudas que la tasa de formacion de estrellas no es la misma en las regiones centrales que en las regiones perifé- ricas de una galaxia. Esto es igualmente cierto en a nuestra Estos datos que resultan de la observacién son faciles de com Prender suponiendo un decrecimiento regular de la tasa de forma- ci6n de estrellas desde la formaci6n de la Galaxia. Todas estas con. sideraciones, més bien cualitativas que cuantitativas, permiten estimar s6lo la tasa media de formacién de estrellas en la Galaxia y tener 35 Numero de este 36 DONDE ¥ COMO? una idea de su variacién en el transcurso del tiempo. Recordemo: la tase mencionada anteriormente de 4 a 20 masas solares por ajic en la Galaxia. Esta tasa debié de ser unas dos vezes mayor hace 10.000 millones de afios. cuando la Galaxia acababa de formarse. La tasa actual E es del orden de 16 a 80 estrellas nuevas que se originan cada aio en la Galaxia. Una tasa E igual 4 20 es un buen ‘orden de magnitud, al que nos referiremos més adelante DIGRESION EXTRAGALACTICA: LA EXPANSION DEL UNIVERSO Segtin ya hemos visto. las galaxias se cuentan por miles de mi- llones: basta con mirar lo bastante lejos. En una esfera de dos mil millones de afos-luz a nuestro alrededor hay aproximadamente diez mil millones de galaxias. A la distancia adecuada, es légico que se observen galaxias mucho més j6venes que la nuestra, teniendo en cuenta el tiempo de propagacién de la luz Nos encontramos aqui con uno de los problerras m4s apasio- nantes de la astronomia moderna. el que con toda seguridad haya suscitado més polémicas: el problema de la expansién del Univer- so. Para nosotros es como el desenlace natural del problema de la formacién de las estrellas. Pero demostraremas que no es posible remontarse indefinidamente en el tiempo, ya que topamos con el problema de la formaciGn de las galaxias. A su vez, este proceso se encuentra fntimamente relacionado con la evolicién temporal del Universo y con su estructura a gran escala. La cuestién principal es, pues, la expansién del mismo El hecho dominante lo constituye el desfase hacia el rojo de las tayas espectrales de la radiacién que proviene de objetos alejados; este desfase aumenta con la distancia (Fig. 2. Numero de estrellas por intervalo de masas, en funcién de ja ‘masa. Se admite que las estrellas tienen una masa superior al 0,06 de a. masa solar y que su numero por intervalo de masa decrece aproximada- mente con un factor 0,4 cuando la masa se duplica. Este corresponde en tomo al 1 % de las estrellas en el intervalo vadecuado» de masa para per- Imitir la aparicién de una civilizacién extraterrestre sobre un planeta del tipo de la Tierra, LOS NINOS DF URANIA Tratemos de ser claros para el lector atento que huye de la jerga de los especialistas. La comparacién no es por si misma una justilicacién. pero en focasiones una imagen simplificadora aclara las dificutades (1) Suponga yue me encuentto a la omilla de un rio de comente lenta y tranquila. y a intervalos regulates, por ejemplo cada segun- do. lanzo una hoja seca que se va alejando arrastrada por la co- rriente. Si la corriente es de un metro por segundo. de esta manera creo una fila de hojas secas separadas las unas de las otras por dis- tancias de un metro. A 100 metros de alll. mi amigo Z, inmévil, ve llegar la hilera de hhojas secas y las ve pasar a raz6n de una hoja por segundo. De re- pente, Z comienza a andar hacia mf. Sube el rfo, en direceién con- traria a las hojas y las ve pasar con més frecuencia que antes. Si él anda a la velocidad de un metro por segundo (3,6 km/hora) su velocidad y la de la corriente se suman y las hojas, separadas las unas de las ottas por un metro. parecen desfilar a razén de una hoja cada 1/2 segundo: la frecuencia aparente aumenta en el senti- do contrario de la corriente. Z se detiene. Yo sigo alimentando la hilera de hojas. De nuevo 2 ve pasar las hojas a raz6n de una hoja por segundo Z vuelve a caminar en sentido inverso, primero lentamente, a tazén de 1/2 metro por segundo (1,8 km/hora). Esta vez las hojas discurren con més lentitud, una hoja cada dos segundos; la veloci- dad de Z se resta de la cortiente. A continuacién Z camina a la ve- locidad de la corriente, un metro por segundo. Avanza al mismo tiempo que la cortiente y se encuentra siempre a la altura de la mis- ma hoje. Ya no ve pasar las hojas. El intervalo de tiempo entre el paso de dos hojas se ha convertido en infinito. Si Z caminase a ra 26n de 0.99 metros por segundo, ver‘a pasar las hojas muy lenta mente, a razén de una hoja cada 100 segundos. Este tipo de fenémenos es muy conocido por los conductores de automéviles. En una autopista donde todo el mundo circulase 2 130 km por hora. nunca le adelantarfan a uno y nunca se adelan- tarfa a nadie, pero basta con reducir la velocidad o detenerse para ver de repente cémo todos los vehiculos se suceden con una répida frecuencia que era insospechada mientras antes se iba circulando. De la misina forma. parece que los vehfculos de la via opuesta se precipitan hacia nosottos con una elevada frecuencia cuando circu- lamos. mientras que ésta desciende bruscamente en el momento que nos detenemos 38 ECONDE Y COMO? La frecuencia de un fenémeno periédico la sucesién de las ho jas en el agua) depende. pues, de la velocidad de propagacién de fenémeno y de la velocidad relativa del origen y del observador Cuando se trate del sonido o de la luz. el fenmeno del cambio d frecuencia se denomina termodingmi co. En el medio existe una direccién privilegiada: la direccién del flujo de calor. El medio esté estructurado por el flujo de calor. REACCIONES QUIMICAS CARENTES DE EQUILIBRIO La funcién de la diferencia en el equilibrio termodinémico es to- davia més asombrosa cuando son posibles las reacciones quimicas. Ya nos hemos encontrado con estas propiedades en relacién con el problema del origen de los elementos quimicos, pero para nues- tro propésito es interesante ver con exactitud cuél es la funcién de la diferencia en el equilibrio termodindmico. A continuacién exami naremos otros ejemplos del papel de la diferencia en el equilibrio, en especial en la formaci6n de las moléculas propias de los seres vivos, esto es, los aminodcidos. Formacién del helio A una temperatura muy elevada, diez mil millones de grados, hay equilibrio entre el hidrégeno y el helio: 4 H He + 2 electrones + 2 neutrinos 3 LOS NINOS DE URANIA La relacién entre el ntimero de micleos de helio y el ntimero de niicleos de hidrégeno esté en funcién de la temperatura y de la densidad. De izquierda a derecha (fusién del hidrgeno en helio). hay li beracién de energia: de derecha a izquierda {romper el helio para dar lugar al hidrdgeno). es preciso suministrar energfa. Para esta reaccién, como para todas las reacciones quimicas, una subida de temperatura favorece la disociacién. aqui la disociacién del heli: un descenso de la temperatura favorece la formacién del helio. La velocidad de reaccién depende de la temperatura. La veloci dad de formacién del helio varfa lentamente con la temperatura pero la velocidad de destruccién del helio decrece répidamente con la temperatura, muy deprisa. A diez mil millones de grados, para una densidad de un gramo por centimetro cibico, el equilibrio se alcanza en algunos segundos, La expansién del Universo orienta el tiempo e impide que se produzca el equilibtio. En la expansi6n, el medio primitivo se en- fifa, de forma tal que la reaccién de destruccién del helio reduce pronto su velocidad, De hecho la velocidad de destruccién del helio decrece con tanta rapidez con la temperatura que en unos pocos segundos se paraliza la abundancia de helio. Se puede mostrar que Ja produccién de orden nuclear (el nicleo de helio es un sistema ‘ordenado) se realiza a expensas de un mayor desorden microsc6pico. Formacién de elementos Los nticleos de los elementos qufmicos son sistemas tanto més ordenados cuanto mayores son. Un examen, incluso répido, de la formacién de los elementos nos confirma en esta idea de la produc cin de orden en la naturaleza en todos los niveles. En el interior de las estrellas, donde la temperatura es mucho més baja que en el Universo originario (salvo en el coraz6n de las supernovas), la di- ferencia en el equilibrio quimico es tal que las reacciones de forma: cién de los elementos se ven favorecidas. El alza de la temperatura permite la produccién de elementos. La tasa de reaccién puede ser mucho ms corta que la edad del Universo, pero la velocidad de reacci6n inversa es tan lenta que los elementos fuertemente unidos, cuya produccién va acompafiada de un gran desprendimiento de energfa, se acumulan: de ahi el enriquecimiento de la Galaxia con carbono, oxigeno y metales desde su origen, hace diez o quince mil 74 DEL MEDIO ABIOTICO ALA CIVILIZACION millones de afios. Es demostrable, como se ha dicho con anterior dad. que la diferencia en el equilibrio termodinémico. productor del desorden microscépico. es al mismo tiempo generedora de estruc turas a escala del ndcleo de un atomo. Elementos radiactivos La diferencia en el equilibrio hace posible la fermacién de los elementos radiactivos en condiciones extremas (la explosién de las supernovas}, en las que, durante algunas milésimas de segundo, los niicleos de hierro capturan, cada uno, unos 200 neutrones. Merece ser mencionado este ejemplo porque los elementos ra- diactivos son la fuente de calor localizada en el interior del globo y resulta valido recordar lo que anteriormente hemes afirmado. La temperatura de las capas profundas, més elevada que la temperatu- ra de la superficie, convierte en fluidos los minerales que forman el magma sobre el que flotan las placas; la importancia del vulcanismo depende det flujo de calor que procede del interior de la Tierra y de la temperatura que allfreina, estando gobernados ambos facto- res por la cantidad de elementos radiactivos. No es evidente que una Tierra que contuviese, por ejemplo, dos veces més de elemen- tos radiactivos fuese un lugar favorable para la aparcién de la vida (pero, gy si tal vez fuese mas favorable?) Describamos, pues, este mecanismo. Hay estrellas que evolu- cionan durante algunos centenares de millares de afios hasta que se constituye una regién central muy densa, hecha de étomos del grupo del hierto, rodeada de una inmensa cobertura de carbono, oxigeno y helio. Esta regi6n central se contrae lentamente, mientras 1a temperatura y la densidad central aumentan con regularidad Cuando la temperatura central se forma lo bastante elevada, los nd cleos del grupo del hierro se disocian absorbiendo una enorme can- tidad de energfa. Esta energia no puede ser suministrada ms que Por la gravitacin, lo que quiere decir que las regiones centrales se desploman sobre sf mismas hasta el momento en el que los neutro- nes, agolpados unos contra otros, constituyen un ccraz6n duro so- bre el que rebotan las capas exteriores. Una formidable onda de choque barre entonces la materia de la estrella desde el interior ha- cia el exterior hasta expulsarla en la Galaxia casi por completo. No subsiste sino el coraz6n de neutrones, que forma una estrella ultra- densa como conocemos centenares en la actualidad: los pulsares, LOS NINOS DE URANIA Los neutrones producidos por la disociacién del hierro no per. manecen inactivos. Carecen de equilibrio. ya que se desmiembran para dar lugar a un prot6n. un electron negativo y un antineutrino cuya duracién de vida es de 12 minutos. Pero no hace falta tanto tiempo para que reaccicnen. En algunas milésimas de segundo, hay neutrones que son capturados por los nicleos de hierro de la periferia del corazén. alli donde no se ha producido la disociacién mencionada. Sobre los nticleos de hierto se produce una acumula- cién de neutrones hasta engendrar néicleos muy pesados cuya du racién de vida en sf no excede de algunas milésimas de segundo Su répida degradacién radiactiva conduce a elementos menos ines- tables. los elementos radiactivos denominados «naturales». Sintesis orgénica Las largas cadenas carbonadas pueden romperse en moléculas ms pequefias, cuya velocidad de reaccién crece muy répidamente con la temperatura. A 700° C esta rotura de las largas cadenas car- bonadas se practica con fines industriales: es el cracking. Por debajo de los 400° C, las velocidades de reaccién son tan débiles que pue- de considerarse que las cadenas son estables. Un método de sintesis muy clésico, el método de Wurtz, consis- te en calentar en un tubo cerrado un yoduro del radical R’ en pre- sencia de sodio. La reaccién exotérmica que se produce a conti- nuaci6n es la siguiente 2R1 + Nav2INa + RR La temperatura es demasiado baja para que la rotura de la ca- dena R-R se produzca de manera apreciable; sin embargo, es lo bastante elevada para que se desarrolle la reacci6n en la que el yodo es separado del radical R por el sodio y donde dos radicales R se funden. El enfriamiento del sistema interviene antes que se haya podido alcanzar equilibrio alguno. En este caso tipico, es la manipulacién de la temperatura, que el experimentador convierte en magnitud dependiente del tiempo, la que rompe los fenémenos de equilibrio y permite la sfntesis orgénica. 7 DEL MEDIO ABIOTICO A LA CIVILIZACION FISICA DE LAS REACCIONES En toda reaccién quimica. se trate de quimica nuclear. de qui- mica mineral o de quimica arganica, el proceso elemental en gene rai consiste en la colisién de dos «objetos»: nticleos. 4tomos, molé- culas. que reaccionan para dar eventualmente productos diferentes En el caso de la sintesis de Wurtz (descrita con anterioridad). de he- cho habria que escribir: RI + NavINa + R RI + NavlNa + R R+ RRR Desde el punto de vista microscépico. los fendmenos preponde antes son reacciones por colisiones de dos cuerpos, R | y Na, de una parte, R y R, de otra Para que la reacci6n RI. + Na se produzca con una velocidad no desdefable, es preciso elevar la temperatura. Este hecho vuelve a repetitse en innumerables casos. El mAs corriente es aquel con el que nos encontramos sin cesar en la vida cotidiana: en el aire, con su 21 % de oxigeno, la madera, el papel y los tejides no arden es Ponténeamente, mientras que la formacién del gas carbénico, muy exotérmico, requiere un estado de equilibrio en el que todo el car- bono disponible se combinarfa bajo la forma de gas carbonico Es conocida la célebre novela de Ray Bradbury, Fahrenheit 451, en la que una dictadura busca y destruye todo 'o que esta im- preso, en especial los libros. La temperatura que da ttulo a la nove- la (235° Celsius = 451° Fahrenheit) cifra los grados en que co: mienza la ignici6n del papel. Es la temperatura minima para que ardan los libros. La combustién del papel se inicia cuando las colisiones entre moléculas de oxigeno y fibras de papel tienen la energfa suficiente En ese momento los dtomos de oxigeno estén bastante préximos a los étomos de carbono y a los de hidrégeno para que el enlace CH se rompa y sea reemplazado por un enlace C-O mucho més sdlido: es el comienzo de la combustién. Todo ocurre como si fuera necesario que los oxigenos atravesa. ran una barrera que les permita aproximarse lo bastante a los carbo: nos y a los hidrégenos y enlazarse allf. La superacién de esta barre- ra se realiza tanto mejor cuanto més elevada sea la velocidad de los oxigenos 0. en ottos términos, cuanto més elevada sea la tempe 7

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