caso de conseguirlo. Aqu nos encontramos tambin con sabios profesionales, que recuerdan cmo las Academias recibieron en su da teoras ahora indiscutibles y aceptadas por ellas mismas, y con expertos en Arte que escriben libros elogiosos y profundos sobre lo que ayer juzgaban absurdo. Con estos libros levantan unas barreras, superadas ya por el Arte, y erigen otras que, segn ellos, permanecern inmviles y siempre vlidas. En su intento no se dan cuenta de que no construyen barreras delante, sino detrs del Arte. Y en caso de percatarse de ello, escribirn nuevos libros que las lleven un poco ms all. Hasta que no comprendan que el principio externo del Arte tiene validez nicamente para el pasado y nunca para el futuro, su actividad no sufrir cambio alguno. No hay ninguna teora de este principio que va a regir el camino futuro que puede situarse en el reino de lo nomaterial. No puede cristalizarse materialmente aquello que no existe an como materia. El espritu que conduce al reino del futuro slo puede reconocerse a travs de la intuicin (producto del talento del artista). La teora es la luz que ilumina las leyes que han regido todo lo precedente (vase Cap. VI: teora). Al seguir ascendiendo, encontramos una confusin an mayor, como si una gran ciudad firmemente construida de acuerdo con las leyes matemticas y arquitectnicas, fuera repentinamente sacudida por una