Praga y el fin de la historia
KAREL KOSIK
ENTREVISTA CON ALAIN FINKIELKRAUT
‘Traduccién de Aurelio Asiain
Actualmente se tis
de Praga o bien
prendida
itica de tog/yue el borrador de 1968 con
ciffla sido vengada la Primavera
‘checa por la caida del muro y la llegada de los disidentes al
poder? 20 bien habia otras posiciones, otras ambiciones y,
‘en ese caso, se trata de una ocasién historica malograda e
irrecuperable?
Kare! Kosik: La Primavera de Praga tuvo un extrafo
destino: fue condenada y enterrada dos veces, por los vence-
dores de ayer y los de hoy. Sus primeros enterradores fue-
ron los normalizadores de 1968; ayudados por la invasién
soviética, restablecieron en el pals la dictadura burocritica
policiaca que habia sido amenazada de muerte pot la protes
ta popular, y condenaron a la Primavera de Praga como ua
contrarrevolucién. Su veredicto sobre la Primavera de Praga
esté enunciado en un documento llamado Lecciém, que se
cconvirtio en la interpretacin oficial dela historia. Quien de-
seara conservar su empleo, publicar, presentarse en piblico,
hacer una carrera, debia repetir los axiomas de ese tratado
ideologico y condenar piblicamente a los revisionistas, los
oportunistas de derecha, los renegados, los contrarrevolu:
cionarios que, se decia, estaban minando las “bases del so:
cialismo” en Checoslovaquia. La segunda ceremonia finebre
de la Primavera de Praga ocurrié en nuestros dias, en 199,
una ver que los nuevos vencedores Ilevaron a sus inspirado-
res ya sus actores ala tumba, El Parlamento checo adopté
una ley, firmada por el presidente Vaclav Havel, que procla
‘maba que el periodo entre 1978 y noviembre de 1989 era una
etapa durante la cual la sociedad habia sido violada —a lo
largo de cuarenta afios— por una organizacién criminal: el
Partido Comunista. Uno de los parlamentarios escribid, en
su explicacién y su defensa de la ley mencionada, que los po-
liticos de la Primavera de Praga habjan sequido siendo guar-
dianes de un campo de concentracién pero que, a diferencia
dde sus malvados predecesores, se habian mostrado amables.
(Rudé Pravo, 18 de junio de 1983.)
Si se quiere comprender la esencia de la Primavera de
Praga, no se puede olvidar esa doble condena, 2Por qué rep
dian los sencedores, los pasados y los actuales, a la Primave-
ra de Praga o menosprecian su sentido, lo tachan de asunto
FERRERO DE 1994
terminado y aconsejan olvidar el acontecimiento lo mas
pronto posible?
Los dos escritos, la Leecién de 1970 lo mismo que la ley
anticomunista de 1953, son documentos dignos de atencidn;
sinada de lo que dicen de la Primavera de Praga es cierto,
ros ensean en cambio mucho sobre sus autores: traicionan
su relacién con la realidad y se convierten en el testimonio
perdurable, fijado por escrito, de la ridiculez de los dos ven-
cedores. La Leccién prescribia ala sociedad la forma en que
debia considerar su pasado inmediato y dictaba a todos los
ue deseaban hacerse valer la forma en que debian compor-
tarse. La ley anticomunista de los vencedores de hoy deter:
‘mina la mirada sobre el pasado segun una norma juridica,
cosa inaudita y sin precedente y que no es posible mas que
cen el pais de Josef Svejk y de Franz Katka.
Cua es el punto en comidn entre vencedores tan diferen:
tes —los colaboradores de ayer. partidarios del “socialismo
real’, y los demdcratas de hoy— que los leva a rechazar la
Primavera de Praga y a manifestar una incomprensién seme-
jante de su sentido? :Estin condenados los vencedores (to-
dos? cla mayor parte?) a gobernar imaginandose que su
dominacin est asegurada hasta el fin de los tiempos y que
no hay ninguna alternativa a su programa y a su prictica? Un
ato después de que fue aplastada la Primavera de Praga, los
normalizadores de entonces acaparaban todo el poder, con ia
loca esperanza de que no habia fuerza en el mundo capaz de
barrerlos, Bastaron veinte afios, cortos en una perspectiva
histérica pero cruelmente largos desde el punto de vista indi
vidual, para que un sistema que parecia todopoderoso nau-
fragara y para que, de la noche a la mafana, su corrupciéa y
‘su putrefaccion salieran a la luz. Para el vencedor de hoy, el
sistema de “la economia de mercado” es no solo la iltima pa
labra de la historia sino el orden natural, largamente busca
doy al fin felizmente encontrado, que corresponden a la
cesencia del hombre ¢ instaura la normalidad sobre la Tierra.
Las palabras claves para empezar a comprender la Prima
vera de Praga y la época moderna son “norma” y “
dad”, Qué es lo normal en el siglo XX, qué no
ao normat de lo anormal, a Jo natural de lo artificial y de lo
fabricado? La Primavera de Praga es un acontecimiento del
siglo XX; es inseparable de su problematica y de ahi que sin
ella sea incomprensible. Quien ha vivido la unidn entre la
Primavera de Praga y la época moderna y reflexionado so-
bre ella se preguntaré con toda raz6n si los europeos, y por
lo tanto los checos, debian esperar hasta 1980 para que el
VUELTA 9KARE, ROSIK
norteamericano Francis Fukuyama les recordara, siguiendo
al emigrado ruso Alexandre Kojeve, la vieja idea de Hegel
sobre el fin de la Historia", La Historia lego a su fin en 1806,
dijo Hegel. y se acabo con la batalla de Jena, El sentido co.
rin se niega a admitir semejante afirmacién y objeta: Co-
imo habria podido tener fin Ta historia, cuando es evidente
que prosigue. que ocurren cambios continuamente y que to
dos los dias nos traen algo nuevo? Esas objeciones son el re
sultado de un malentendido. Hegel no negaba los cambios y
Ia evolucidn; fo que hacia era lamar la atencion sobre el he-
cho de que lo esencia! ya habia pasado y de que todo lo que
viniera despues no haria sino desarrllar prolongar. diluir el
sistema establecido. ¢No pasa nada nuevo? Al contrario: el
“fin de la Historia” se impone por el hecho de que siempre
ccurre algo nuevo, lo més nuevo suplanta alo nuevo, lo nue
vo nace para caer en desuso de inmediato 0 un segundo mis
tarde pero, en esa corriente incesante de novedades, no nar
ce nada muevo: [o nuevo, lo mismo que fo mas nuevo, esta
hrerido de esteriidad y de inesencialidad exactamente igual
aque lo que lo ha precedido. La esencia de la Historia moder:
nay de su “fin” es el incremento de [o inesencial, la suplan
tacion de lo esencial por lo accesorio, la substituciin de lo
‘uno por lo otro: la gente es devorada por Ia avider de lo ac:
cesorio, por Ia acumulacion de lo secundario y, al mismo
tiempo. io esencial se les escapa
‘Cada época est determinada por la relacién que las per
sonas tienen con Ia realidad y por lo tento consigo mismas
Esa relacion determinante crea el paradigma de la época. El
paradigma de la época antigua es la tetrarchys, la tétrada for
mada por los martales y los Dioses, la Terra y el Cielo, so
bre la cual se funda la Polis, exactamente igual que la
filosofia, fa arquitectura, la poesia lirica, El paradigma de la
ta cristiana se concentra en torno a la relacién del hombre
con Dios, fuente de la imaginacién que engendré las roton-
das y las catedrales, el canto gregoriano, as pinturas y las
esculturas. El paradigma de la epoca moderna se caracteriza
por la emancipacién del hombre que se libera de las trabas
de la Edad Media, religiosas y temporaes, y que desea ser
virse en todo de su razon, Pero ese hombre no aspira sola:
mente a ser libre; se esfuerza ademas en convertise en amo
y dueno de le naturaleza, Esa dualdad, que asocia alla liber
tad y la dominacion sobre la realidad, es por supuesto fatal
Elhombre moderno domina la realidad, la transforma en
ua realidad fécil de manipulary disponible, cuando fabrica
instrumentos, méquinas. aparatos. y sobre todo cuando
construye todo un sistema perfectibie que comprende la
ciencia, la técnica, la economia. Ese sistema produce en pro-
porciones grandiosas artefacos, informaciones, placeres. La
epoca moderna se caracteriza por el incremento, la elevs
ion gradual de la produccién y de la riqueza: su medida es
cl rebasomiento de toda medida, sea la que fuere —es decir,
la desmesura, El sistema moderno es una transformacidn
continua en la cual la realidad se cambia en realidad calcula
ble y disponible puesta al servicio del hombre. Pero ese sis
tema posee ademas la notable propiedad de transformar
incluso alos hombres. EI hombre moderne que, al principio.
en la epoca de Descartes, Diderot, Mozart, Kan. intentaba y
pensaba su emancipacion de la dependencia de las autorida
des como un despegue y un vuelo (Auf-ilérang), que se sen
tia y vivia como un sujeto heroico en marcha hacia la
10 vuruta.
libertad, cae cada vez mas bajo la dependencia de su propia
ceacion, del sistema para crear una riqueza inconmenstta
ble. Entonces se produce lasusttucin fatal: Ia época moder
na es de un subjetivismo desatado en el que el hombre. el
sujeto de amtafo, est cada vez més atado por las fuerzas del
sistema de prodiuccion y se convierte en su prisionero y su
objeto. Los papeles cambian: el sistema que debe servir al
hombre se converte en el amo, un pseudosujeto que degrada
2 las personas al rango de aecesorios desu funcionamiento y
de suc desarrollo: las personas son condenaas al papel de ob
jeios impotentes, que se mueven en el seno del mecanismo
de esa maquinaria en marcha, incapaces de liberarse de sus
centranas. La realidad de hoy la época del “finde la Historia”.
ela de un grandioso “sistema de necesidades” expansivo y
fen expansion en e] que las personas se reducen, es decir se
rebajan, al rango de productores y consuinidores. Este siste-
ma es ademas el sinico y la realidad masala: a su Indo y, ante
todo, por debajo de ella, no hay ninguna otra, nada diferente
nada independiente, y lo arastra todo en su engranaje
Que significa pues el “Fin de le Historia" cLa Historia
llega a su termino? De ningin modo: lo que hallegado a su
térimino, es la historia del faradigme moderno. Es una histor
ria que ha llegado al termino de su razon, es decir de su car
pacidad de comprender lo que ocurre con justivia y de
actuar de manera adecuada: su razon ha dejado de consistir
en a unidad de comprender y saber, elegy conducirse de
‘manera responsable: ha caido en el nivel de un simple com
ponente subalterno del sistema en funcionariento. Ese his
{oria esta igualmente al final desu imaginacion, pervertida
de manera unilateral como inventividad tecnica orientada
hacia la faclidad y la prioridad de la vida, y ya no hacia una
vida que seria buena, En la medida en que, en el siglo XX, en
la epoca del “fin dela Historia, del nihilisto desatado, de la
amenaza total que pesa sobre el mundo, aparece la imaginat
cin ereadora, no lo hace sino como protestay rerulta con
tea el paradigma en el poder, en oposicién a él. y para
describir su horror (Ia obra de Franz Katka) o para burlarse
de su esterilidad y elevar ala risa ala altura del elemento
esencial del saber critica (la obra del contemporéneo de Kat
ia, compatriota suyo de Praga, Jaroslav Hasek). Pertenece a
la esencia es decir ala contra-verdad de ese paradigma, el
confundir la razon con la racionalizacdn, la imaginacion con
la inventvidad técnica, yde ahi que proclame que cada uno
de sus grandes descubrimientos es el comienzo de una nue
a epoca dela historia: despues de la segunda guerra mun
dial, a humanidad enteo en la era atomica; hoy al decir de
los idedlogos, comienza la era de los microprocesadores, de
los ordenadores, el futuro pertenece alas pulgas. En real
dad, todos esos inventos teenicos y racionales de conguista
‘no Son mas que etapas del paradigma moderno, paradigma
obsoleto yagotado y con una evidencia horripilante revelan
su contracverdad y su perversion: aera de las pulgas anus:
cia que el hombre como ser dterminado por su relacion con
la verdad no entra en consideracién para ese sistema: es ini
tily superfuo y no representa mas que un obsticulo alos,
desarrolls ulterior.
En la Europa central —y asi luego de un rodeo, respondo
4 s4 pregunta— se manifesta con una relevancia inusual fa
naturaleza mistifcadora del paradigma moderno, i nosotros
tos liberamos del fetichismo ideoldzico que se complace
NUMERO 207en Ia cifra 40 (la desgracia historica se redujo a cuarenta
afios de comunismo) y ha fijado en ella su mirada, y si exer
minamos la historia de la Europa central a parts del giro in
negable que fue a capitulacin de Munich, es decir, de 1838
hasta ahora, en un intervalo de tiempo de cincuenta y cinco
afios, comprobamos lo siguiente: ese breve periodo histori
co abunda en desplazamientos y transferencias de bienes,
cen alternancia de los tipos mas diversos de expropiacién y
de apropiacion. Luego de la ocupacién de Checostovaquia
por la Alemania nazi, se confiscaron los bienes de los udios,
luego los bienes de aquelios a quienes los nazis designaban
‘como enemigos del Il! Reich. Luego del fin dela guerra, fue-
ron los bienes de los colaboradores, de los alemanes despl
zados, os que fueron confiscades, pero también Tos de los
capitalists, los hacendados, los nobles, la iglesia, los cam
pesinos, los rentistas, los artesanos, y pasaron a las manos,
del Estado, que se conviertié en el propietario exclusivo no
sdlo de las cosas sino también del capital humano, con todo
el poder para disponer de sus posesiones, adminisiradas y
dirigidas por la burocracia polciaca, a su gusto y segin su
antojo, Actualmente esos bienes son redistribuidos de nue
‘yo, devuelios ala nobleza, a la Iglesia, a los antiguos propie-
tarios 0 a sus herederos. Al Estado todopoderoso, para el
‘cual los ciudadanos eran sujetos y él mismo su tutor absolu-
to, lo sucedié despues de 1989 la figura principal del xouveaw
rick; lajerarquia social se transforma, lo mismo que sus ll
rmados valores. La dictadura andnima dela poiciay de la bu
rocracia es reemplazada por Ia dictadura andnima del
mercado —y de su espiritu
Todas esas inmensas transferencias de bienes, e505 pro-
cesos contradictorios de expropiacion y apropiacion tras los
cuales se disimulan las historias individuales (asesinatos,
suicidios, codicia,avaricia, desesperaciin), se desarrollan en
interior del paradigma moderno en el poder. sin poner pe
ra nada en duda su realidad o su legitimidad. El paradigma
rmoderno de la época prevalece. aunque de otra manera y con
diferentes resultados, en las dos formas de propiedad que
hhan dominado el siglo XX, la propiedad privada capitalista y
la propiedad estatal burocratica, En ese proceso continuo de
redistribucion de bienes, su apropiacién y su expropiacién.
‘cuando la esperanza de enriquecimiento se convierte en una
‘quimera enceguecedora, en esa expropiacion empiricay wul
ar, se prodiuce un proceso mas profundo, ocult, invisible:
una expropiacidn metafisca en la cual la gente es despojada
‘en masa, cotidianamente y sin hacer diferencia, de aquello
que les es mas propio y mas esencial, cuando son expulsados
de su relacién con el Ser, con la verdad o con Ia ley y lanza
dos aun proceso en el que reinalo accesorio y lo secundari,
Jo falso, lo cierto a medias. Esa expropiacion metafisica afte-
faa todo el mundo: alos que se apropian como a los que son
expropiados, los excluye dela realizacién fundadora ylibera
dora con lo que es, de tal modo que como seres sin funda
mento y sin apoyo, sin el poder de orientarse en el curso
fective de las cosas, zozobran en le corriente despiadada de
la inversion (Verkehrung), La Primavera de Praga rechazé
claramente el stalinismo 0, como se lo llamé mas tarde, el
“socilismo real”, pero tampoco se inclind hacia la normatidad
de la segunda parte del mundo encarnada por el capitalismo
(6, como ahora se dice. pica y precavidamente, sin que se
tenga el valor de penetrar al fondo de Tas cosas a economia
FEBRERO DE 1996
PRAGA Y EL FIN DE LA HISTORIA
de mercado). Porque la Primavera de Praga se desviaba de la
srorma que, €n una parte del mundo de entonces, era consi:
derada come normatidad. y porque ponia en duda la lgitimi-
dad de ese mundo, se Hama a su represién normalizacién: el
pueblo, a nacion, Ia sociedad fueron lanzados porta feraa a
Jas relaciones inversas que reinaban como normalidad y nor-
sma. En comparacién con ellos, la Primavera de Praga consti
tia una excepeién inadmisible.
También la norma y la normalidad contempordneas reche:
zan ala Primavera de Praga como una anormalidad que, esta
ver, es completamente insensata, puesto que intentaba algo
imposible: encontrar “una tercera via" entre el captalismo y
el socialism, Pero en el momento en que quedo claro que el
capitalismo vencedor de nuestros dias, como el “socialismo
real” en quiebra, han salido de la misma fuente, del paradig
rma de la €poca moderna y de su “fin”, aparece el verdadero
sentido de la Primavera de Praga: ponia en duda la legtim
dad del “socialismo real” pero ademiés hacia aparecer un ma
tiz (un simple mati) de dda sobre el paradigma de la época
moderna en su totalidad, sobre sus dos formas en el poder.
Su pregunta sobre lo que eran entonces las posturas de la
Primavera checa revela el sentido y las substancia de ese
acontecimiento: lo que estaba en juego eran las insttuciones
establecidas: Ia iniciativa popular que ponia en duda desde
abajo los dogmas inveterados de la politica. No importa cuél
debia ser el resultado de ese experimento: por si solo ese he-
cho, el desarrollo de siete meses de reformas, de los siete
primeros dias de la invasidn y de los siete primeros meses
de la ocupacidn (hasta la caida de DubceX) en los que, bajo
condiciones terribles, se mantuvieron sin embargo casi to
das las libertades, da prueba de una “tentative heroics” que
no se puede comparar a una “tercera via” fala y pérfda. No:
no era una pobre via de compromiso, destinada al fracaso
por su debilidad intrinseca, incluso sin intervencion exte-
rior. La Primavera de Praga no era una tercera via condena-
dalla desaparicidn, al fracaso, al olvido, sino que perdura
como un resplandor y como el presentimiento de la ica via
que puede salvar a la humanidad de la catastrofe global: un
Limido borrador dela imaginacion a partir del cual nacera un
dia un nuevo paradigma. Las revueltas de 1968 en varios pai
ses del vijo el nuevo continente, en el “Occidente” y en el
“Este” de entonces, pusieron un signo de interrogacién so-
bre la legitimidad del paradigma historico en el poder e hi-
cieron entender que su poder creador estaba agotado, que el
“fin de la Historia” necesitaba un auero paradigma.
A.F.2 “Para la ecologia, basta con preservar el entorno,
La Silosofia juzga que hay que salvar al mundo”, escribid us
ted en agosto de 1968. Salvar al mundo, no transformarl: es
tuna inflexién capital. ;Qué sentido le da usted? (Qué signif
‘ca.aqui y ahora un juicio filosofico semejante?