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21 febrero Una experiencia propia de salvacion Puse en el Sefior toda mi esperan- Za; él se incliné hacia mi y escuch6 mi clamor. Me sac de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me planté en terreno firme. Puso en mis labios un cantico nuevo, un himno de alabanza a nuestro Dios. Al ver esto, muchos tuvieron L TEXTO parece el resumen de una historia en varios tiempos: ¥ Desesperacion; sin poder avan- zar mientras se trata de caminar. v Paciencia: Espera, intervencién divina. v Cantico: Alabanza. v Testimonio. Nada més poderoso que el tes- timonio de nuestra propia experien- cia de reencuentro con nuestro Sal- valor. Parece que este Salmo de Da- vid es un canto de este tipo de vivencias. Si lees todo el Salmo te daras cuen- ta que David se siente frustrado, chasqueado de mucha gente a su alrede- dor. También se siente desilusionado de si mismo a causa de sus «malda- des». Siente temor de sus enemigos. Una vez enterado de la existencia de un tesoro en un campo, un hom- bre vende todo lo que tiene. jRecuerdas el requisito que Jestis puso al jo- ven rico? Y compra el terreno. Sin duda, cuando entro en la propiedad se dio cuenta que no estaba bien cercada y habia muchos matorrales, la tierra era dura y, tal vez, tendria que invertir mucho esfuerzo para poder sembrar en ella. ;Crees que se puso a mirar todo eso? {Claro que no! Se fue direc- to a buscar el tesoro. {Nada lo distrajo! Supé6n que, ya con el tesoro en las manos, se comenzé a dar cuenta de la realidad del terreno que habia comprado y dijo: «Bueno, ahora me voy con mi tesoro para otra parte». No puede, porque el tesoro representa a Cristo. Y la Biblia ensefia que Cristo es la cabeza de la Iglesia; y que la Iglesia es el cuerpo de Cristo. ;Verdad que no podemos tener una cabeza sin cuerpo, ni un cuerpo sin cabeza? No dejes de mirar a Cristo y mantente en su Iglesia para que tengas un canto de tu propia experiencia de salvacion. miedo y pusieron su confianza en el Sefior. saimos 40: 1-3 — «No hablemos, pues, de nuestra debilidad y falta de eficiencia, sino de Cristo y de su fuerza». MJ 103 66 - Meditaciones matinales para jdvenes

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